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UNIVERSIDAD DE SUCRE

FACULTAD DE INGENIERIA
DEPARTAMENTO DE INGENIERIA CIVIL

ANTROPOLOGIA

La Antropología es una ciencia social cuyo principal objeto de estudio es


el individuo como un todo, es decir, la antropología aborda la temática
del ser humano a través de los diversos enfoques que ofrecen disciplinas
tales como las ciencias naturales, sociales y humanas.

La antropología, entonces, es aquella ciencia que nos permite conocer al


hombre en el marco de la sociedad y la cultura a la cual pertenece y
también verlo como producto de estas, algo así como una radiografía
aguda, extensa y detallada acerca del proceso bio-social que comprende
la existencia de la raza humana.

Si bien desde hace muchísimo, los hombres de todos los tiempos


históricos se han preguntado acerca del hombre, quien es, de donde
vino, de donde sacó sus estilos de vida, entre otras cuestiones, la
antropología como disciplina surgió recién a mediados del siglo XVIII a
instancias de la obra bautizada como Histoire Naturelle perteneciente a
Georges-Louis Leclerc, Comte de Buffon, escritor, naturalista,
matemático y botánico, entre otras profesiones.

En un comienzo, el objeto de estudio de la antropología, muchos creían,


se reducía únicamente a conocer y enfocarse en la cultura o civilización,
entendiendo por esta, el arte las costumbres, la moral, el derecho y las
creencias, adquiridas y adoptadas por el hombre una vez convertido en
miembro de esa sociedad, sin embargo, esto va mucho más allá, ya que
la antropología además se centra en estudiar las respuestas que el
hombre da a ese medio al cual pertenece, siendo la cultura el elemento
diferenciador de cualquier ser humano.

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El valor que ostenta la antropología es que ha logrado unir y reunir
mucha información que ha aplicado muy ciertamente en su objeto de
estudio que es el hombre.

Por otro lado, otro rasgo saliente de la antropología es que de la primera


ciencia que introdujo lo que se llama un trabajo de campo que quedó
probado con el relato de los viajeros de los misioneros, por ejemplo.

A la antropología se la puede dividir en cuatro ramas o subdisciplinas. La


antropología física o biológica que es aquella que se ocupa de estudiar y
analizar la diversidad que ha atravesado el cuerpo del hombre en el
pasado y el presente, es decir, la evolución que correspondió a la
anatomía. La Antropología Social es la sub rama que se centra en el
estudio del comportamiento humano, la cultura, la estructura de las
relaciones sociales. Por su lado, la otra de las ramas, la arqueología, se
encarga de estudiar a raza humana que pobló la tierra en el pasado, es
decir, es aquella que nos permite saber que hacía, que comían, a que se
dedicaban aquellos pueblos primitivos ya extintos. Y finalmente la
antropología lingüística, es la parte de la antropología que se ocupará
del estudio de los lenguajes humanos, más que nada del desarrollo que
fueron alcanzando a través del tiempo y de las influencias que ha tenido
en ellos cuestiones como la migración y la apabullante difusión de la
información que ha ocurrido en nuestro planeta.

http://www.definicionabc.com/ciencia/antropologia.php

La ciencia que se encarga de estudiar la realidad del ser humano a


través de un enfoque holístico (en el que el todo determina el
comportamiento de las partes) recibe el nombre de antropología. El
término tiene origen en el idioma griego y proviene
de anthropos (“hombre” o “humano”) y logos (“conocimiento”).

Esta ciencia analiza al hombre en el contexto cultural y social del que


forma parte. Así analiza el origen del ser humano, su desarrollo como
especie social y los cambios en sus conductas según pasa el tiempo.

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Se dice que Georges-Louis Leclerc, en 1749 (Siglo XVIII), fue el
primer estudioso en postular a la antropología como una disciplina
independiente. Su desarrollo se asentó sobre dos posturas: el estudio de
las diversas características físicas del ser humano y la comparación
descriptiva de los distintos pueblos.

No obstante, otros muchos son los antropólogos que a lo largo de la


historia han dejado su huella imborrable en esta disciplina que ahora
nos ocupa. Este sería el caso, por ejemplo, de Herbert Spencer. Él fue
una figura muy respetable dentro del ámbito científico que expuso sus
teorías apoyándose en conceptos tales como las leyes naturales, la
adaptación del ser al entorno o la transmisión de determinados factores
de generación en generación.

Asimismo tampoco puede pasarse por alto la figura de Lewis Henry


Morgan que está considerado como uno de los auténticos padres de la
Antropología Moderna. En su caso, destacó porque expuso avances y
teorías en materia de las relaciones de parentesco que para él eran
fundamentales para conseguir que un grupo estrechara lazos y que los
individuos que lo conformaban se sintieran parte vital de aquel.

A estos dos personajes de gran calado histórico, antropológico y


filosófico habría que añadir, entre otros muchos más, el nombre de
Marvin Harris. Este, de origen norteamericano, es conocido
mundialmente por ser la pieza clave del materialismo cultural. Una
teoría o corriente esta que se basa fundamentalmente en cuestiones de
tipo material para determinar las diferencias o las similitudes de tipo
sociocultural que existen entre diversos grupos.

A finales de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los países más


poderosos del mundo ya habían conseguido desarrollar una antropología
de nivel profesional que les permitía reforzar la identidad como nación.

En el día de hoy, la antropología puede dividirse en cuatro subdisciplinas


principales: la antropología social (también conocida
como antropología cultural o etnología), que estudia las
características culturales, las conductas y la estructuración de los

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vínculos sociales), la antropología biológica (o antropología física),
que analiza los cambios del cuerpo del ser humano con el correr de la
historia; la antropología lingüística (o lingüística antropológica),
que se especializa en el estudio de los lenguajes del hombre); y
la arqueología, dedicada a rastrear e interpretar las formas de vida de
aquellas comunidades ya extintas.

Lee todo en: Definición de antropología - Qué es, Significado y


Concepto http://definicion.de/antropologia/#ixzz3hwdKI26q

HISTORIA DE LA ANTROPOLOGIA

La antropología (del griego άνθρωπος anthropos, 'hombre (humano)', y


λογος, logos, 'conocimiento'), es la ciencia social que estudia al ser
humano de forma holística. Combinando en una sola disciplina los
enfoques de las ciencias naturales, sociales y humanas, la antropología
es, sobre todo, una ciencia integradora que estudia al hombre en el
marco de la sociedad y cultura a las que pertenece; y, al mismo tiempo,
como producto de éstas. Se la puede definir como la ciencia que se
ocupa de estudiar el origen y desarrollo de toda la gama de la
variabilidad humana y los modos de comportamientos sociales a través
del tiempo y el espacio, es decir, del proceso biosocial de la existencia
de la especie humana.

La antropología como disciplina apareció por primera vez en la Histoire


Naturelle de Georges-Louis Leclerc, Comte de Buffon (1749) y combinó
muy pronto dos genealogías distintas; una de base naturalista,
relacionada con el problema de la diversidad física de la especie humana
(anatomía comparada), y como fruto de un proyecto comparativo de
descripción de la diversidad de los pueblos.

Durante el siglo XIX, la llamada entonces Antropología general incluía un


amplísimo espectro de intereses desde la paleontología del cuaternario
al folclore europeo pasando por el estudio comparado de los pueblos
aborígenes. Fue por ello una rama de la Historia Natural y del
historicismo cultural alemán que se propuso el estudio científico de la
historia de la diversidad humana. Tras la aparición de los modelos

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evolucionistas y el desarrollo del método científico en las ciencias
naturales, muchos autores pensaron que los fenómenos históricos
también seguirían pautas deducibles por observación. El desarrollo
inicial de la antropología como disciplina más o menos autónoma del
conjunto de las Ciencias Naturales coincide con el auge del pensamiento
ilustrado y posteriormente del positivista que elevaba la razón como una
capacidad distintiva de los seres humanos. Su desarrollo se pudo
vincular muy pronto a los intereses del colonialismo europeo derivado de
la Revolución industrial.

El antropólogo alemán Franz Boas, inicialmente vinculado a este tipo de


tarea, institucionalizó académica y profesionalmente la Antropología en
Estados Unidos. En la Gran Bretaña victoriana, Edward Burnett Tylor y
posteriormente autores como Rivers y más tarde Malinowski y Radcliffe-
Brown desarrollaron un modelo profesionalizado de Antropología
académica. Lo mismo sucedió en Alemania antes de 1918.

En todas las potencias coloniales de principios de siglo (salvo en España)


hay esbozos de profesionalización de la Antropología que no acabaron
de cuajar hasta después de la II Guerra Mundial. En todos los países
occidentales se incorporó el modelo profesional de la Antropología
anglosajona. Por este motivo, la mayor parte de la producción de la
Antropología social o cultural antes de 1960 —lo que se conoce como
modelo antropológico clásico— se basa en etnografías producidas en
América, Asia, Oceanía y África, pero con un peso muy inferior de
Europa. La razón es que en el continente europeo prevaleció una
etnografía positivista, destinada a apuntalar un discurso sobre la
identidad nacional, tanto en los países germánicos, como en los
escandinavos y los eslavos.

Históricamente hablando, el proyecto de Antropología general se


componía de cuatro ramas: la lingüística, la arqueología, la antropología
biológica y la antropología social, antropología cultural o etnología en
algunos países. Estas últimas ponen especial énfasis en el análisis
comparado de la cultura —término sobre el cual no existe consenso
entre las corrientes antropológicas—, que se realiza básicamente por un
proceso trifásico que comprende, en primera instancia, una

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investigación de gabinete; en segundo lugar, una inmersión cultural que
se conoce como etnografía o trabajo de campo y, por último, el análisis
de los datos obtenidos mediante el trabajo de campo.

Fuente(s):http://es.wikipedia.org/wiki/Antropolog%...

HISTORIA DE LA ANTROPOLOGIA EN COLOMBIA.


Fundada bajo el modelo francés del Museo del Hombre y en su
desarrollo ha influido notoriamente la estadounidense. Seguimos con
una antropología organizada alrededor de las cuatro grandes áreas, al
mejor estilo de Franz Boas. Una rápida mirada a los diversos programas
de estudio -desde 1941, fecha de la fundación del Instituto Etnológico
Nacional- hasta la actualidad, muestra que son sorprendentemente
similares, aun cuando las materias cambien y aparezcan, como es
normal, nuevas combinaciones. Al analizar los cursos de teoría se
constata con facilidad que estudiamos fundamentalmente los enfoques
clásicos o contemporáneos metropolitanos -ayer era, por ejemplo,
Bronislaw Malinowski, y hoy Pierre Bourdieu-. Los grandes antropólogos
estadounidenses o europeos constituyen los maestros, las fuentes
miméticas que nos dan legitimidad, como dice Carlos Uribe (2005).

Todavía leemos muy poco a nuestros propios colegas, conocemos poco


de la antropología de otras latitudes y nuestro trabajo se hace, sobre
todo, dentro de nuestras fronteras nacionales. ¿Qué sabemos de la
antropología china o japonesa? ¿O de la de India, excepto lo que nos
llega mediado por los especialistas en estudios subalternos y
poscoloniales localizados en los Estados Unidos?

Esta caracterización global deja de lado, sin duda, nuestro estilo,


marcado también por la relación con el estado y las demandas sociales
internacionales y de los movimientos sociales del país. El surgimiento de
los primeros cuatro departamentos de antropología -como los de
sociología, ciencia política, etcétera- estuvo condicionado por la
necesidad de saberes expertos, en función de los proyectos de
modernización fomentados también por los organismos internacionales.
Como aconteció en otras regiones de América latina, el discurso del
desarrollo no sólo se expresó en una teoría y práctica del "desarrollo",

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sino también en la necesidad de contar con expertos para su desarrollo,
a fin de borrar la brecha entre zonas "tradicionales" y "modernas" y para
superar la llamada marginalidad de grandes sectores de la población. Se
debe resaltar, sin embargo, el surgimiento de nuevos planteamientos
-como los de la Cepal- que señalaron la existencia de condiciones
estructurales, como la reforma agraria y la modificación de relaciones de
intercambio, para superar lo que entonces se llamaba "subdesarrollo".

En ese ámbito, así como el de la Alianza para el Progreso y los temores


generados por la revolución cubana, a partir de la década de 1960 fue
necesario contar -reitero- con expertos para el diseño y puesta en
marcha de programas rurales, de salud y de familia, expresados en la
creación de entidades como el Instituto Colombiano para la Reforma
Agraria (Incora) y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
El departamento de antropología de la Universidad Nacional de Colombia
nació en 1966 en el contexto de la facultad de sociología, conformado en
gran medida como respuesta a la necesidad de tener expertos en
reforma agraria. El de la Universidad de los Andes, fundado en 1964, se
gestó en el marco de una reunión de rectores que tenía como meta
discutir el destino de una donación de la Fundación Ford para fortalecer
las ciencias sociales en Colombia, tal como lo había hecho en otros
países como, por ejemplo, Argentina.

Desde 1960 hasta la actualidad la antropología colombiana siguió -si


miramos el fenómeno a cierta escala- una tendencia similar a otras
mundiales, y particularmente las latinoamericanas. Aquí y allá el número
de antropólogos creció ostensiblemente. La formación universitaria
disparó el número en México, Brasil, Colombia y Perú. De una "pequeña
tribu" se pasó a formar un número relativamente grande de
antropólogos. En Colombia se estima entre dos mil y dos mil quinientos
el número de graduados, lo que contrasta notablemente con la veintena
formada en el Instituto Etnológico Nacional. En Brasil su número se
calcula entre dos mil quinientos y tres mil. En casi todas partes, el
crecimiento de estas antropologías latinoamericanas aconteció en un
momento de crisis general de las sociedades, y con frecuencia los
fundadores de los programas fueron percibidos negativamente por sus
propios discípulos. Gino Germani, fundador de la sociología moderna
argentina, debió buscar refugio académico en Estados Unidos. Gerardo

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Reichel-Dolmatoff, en la Universidad de los Andes (Bogotá), y Graciliano
Arcila, en la de Antioquia (Medellín), también dejaron sus cargos e
instituciones.

La generación universitaria abrió aquí y allá nuevos campos de trabajo,


y percibió las ciencias sociales, en general, no sólo como una
herramienta del cambio, sino como un arma para la revolución. La idea
del profesional comprometido (engagé) fue, sin duda, el acicate
fundamental de las generaciones de antropólogos de las décadas de
1960, 1970 y 1980, y definió gran parte de su agenda de trabajo. En
realidad, en diferentes estados de América latina el antropólogo dejó de
ser únicamente un agente experto para proyectarse como intelectual
orgánico de las luchas populares, entre ellas las indígenas o campesinas.
O de todos modos como un actor solidario, en diferentes niveles, con los
actores sociales que luchaban por transformar la sociedad
latinoamericana en el marco de una teoría de la dependencia, y también
en el contexto de nuevas prácticas de investigación acción, inspiradas
en Paulo Freire, o en los planteamientos de Orlando Fals Borda, entre
otros.

Aun cuando los economistas latinoamericanos participaron también de


esta "vocación crítica" de la antropología y de otras ciencias sociales
-por medio de diversas versiones sobre la teoría de la dependencia y la
crítica, entre otros aspectos, de la situación agraria-en las diferentes
regiones del continente se consolidó el economista como "nuevo
profeta". Como diría Marco Palacios en relación con Colombia:

en la medida en que la economía colombiana se pudo modelar con


métodos matemáticos, encarnó esa supuesta cualidad de neutralidad
ideológica, esencial en un régimen que había proscrito la controversia.
En el imaginario colectivo el economista joven emergió como el portador
de lo moderno" (Palacios, 2004: 14-15).

En Colombia y otros países de América latina esta situación marcará en


gran medida el estatus del sociólogo y del antropólogo.

Los científicos sociales y en particular los antropólogos contribuyeron


igualmente durante el periodo 1950-1970 con conceptos de rango medio
a la teoría social, lo que nos exige matizar en cierta medida la idea de

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que nuestras antropologías son sólo consumidoras de teoría. En México,
por ejemplo, Gonzalo Aguirre Beltrán elaboró su teoría sobre las
regiones de refugio, una alternativa a las ideas de Robert Redfield sobre
la aculturación y el paso de lo tradicional a lo moderno desarrolladas a
propósito de Tepoztlán. En Brasil, para citar otro caso, Roberto Cardoso
de Oliveira creó el concepto de "fricciones interétnicas" para pensar las
relaciones entre indios y blancos en la amazonia y otras regiones de ese
país. Sin embargo, la circulación internacional de esos conceptos no
tuvo el alcance de teorías emanadas de los centros metropolitanos. En
el caso colombiano una contribución muy notable a la etnobiología fue el
modelo desarrollado por Gerardo Reichel-Dolmatoff en su famosa
conferencia en Londres, "Cosmología como análisis ecológico" (1974),
trabajo que tuvo más impacto internacional debido, quizá también, a
que Reichel estuvo afiliado como profesor a la Universidad de California
durante varios lustros.

EXPANSIÓN DE LA ANTROPOLOGÍA COLOMBIANA

EL PERIODO 1960-1990 ESTUVO CARACTERIZADO EN TODA AMÉRICA


LATINA -con excepción de la Argentina y otros países del Cono Sur,
donde los golpes militares afectaron seriamente la viabilidad de los
programas sociales- por una fuerte expansión de los profesionales
antropólogos que se desempeñaron, como dije, en diversas funciones y
actividades.

En 1990, en Colombia había setecientos setenta y nueve antropólogos,


en su gran mayoría de origen universitario -veintidós habían egresado
del Instituto Etnológico Nacional y dieciséis del Instituto Colombiano de
Antropología-. Una parte considerable se dedicaba a labores aplicadas, y
estuvo organizada alrededor de la Sociedad Antropológica de Colombia,
que editaba un boletín (Noticias Antropológicas) y participaba en
diversos eventos públicos, de manera similar a otras agremiaciones de
antropólogos existentes en Brasil y México.

Al mirar con cierta perspectiva histórica la antropología colombiana


constatamos su expansión universitaria: hoy en día contamos con cinco
nuevos departamentos de antropología, además de los de las
universidades de Antioquia (Medellín), Nacional de Colombia y los Andes

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(Bogotá), y del Cauca (Popayán). Hay numerosos antropólogos que se
dedican a nuevas e importantes materias, como género e identidad
sexual, antropología forense, jurídica, medio ambiente, conflicto y
violencia, etcétera. También se han consolidado programas de maestría
en antropología en las universidades Nacional, de los Andes, del Cauca
-en este caso, de antropología jurídica-, y en 2005 se abrió el primer
doctorado de antropología en la Universidad del Cauca, en colaboración
con el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh).

Pero también hemos visto contracciones importantes. El Instituto en


cierta forma ha reducido su planta aunque aún tiene una importante
producción editorial y de investigación. La bonanza de los estudios
arqueológicos de "rescate", relacionada con la construcción de obras de
infraestructura, también se ha reducido nacionalmente. De igual
manera, en la Universidad de los Andes desapareció -por lo menos
temporalmente- un destacado programa internacional de formación de
posgrado en etnolingüística.

Si usamos el microscopio en otra dirección, en el campo del ejercicio de


las ciencias en Colombia, la antropología como las otras ciencias sociales
humanas tiene un papel destacado. Según el Observatorio para la
Ciencia y Tecnología, en 2004 el 41% de los grupos de investigación
registrados en Colciencias -entidad oficial encargada de la
administración de la ciencia en Colombia- correspondía al área de
ciencias sociales y humanas; 25% a naturales y exactas; 15% a
ingeniería y tecnología; 12% a ciencias médicas; y sólo 7% a
agropecuarias (2004: 51, gráfica 5). En 2005, de un total de 2.244
grupos activos, setecientos treinta y siete correspondían a ciencias
sociales y humanas (Observatorio, 2005: 64).

En muchas universidades públicas y privadas sus grupos de


investigación en ciencias humanas y sociales ocupan un papel
destacado. En 2005, en la Universidad Nacional de Colombia, de
doscientos ochenta y nueve grupos activos, noventa correspondían a
ciencias sociales y humanas. En la Universidad de Antioquia existen
cincuenta y ocho grupos en dichas ciencias, de un total de ciento
sesenta y dos activos, y en los Andes se registran cincuenta y tres
grupos en ciencias sociales y humanas de un total de ciento dos. En la

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Javeriana había ciento quince grupos activos, de los cuales sesenta y
cinco corresponden a las citadas ciencias sociales y humanas; y en la
Universidad del Cauca, había veintidós grupos en ciencias sociales, de
un total de sesenta y uno activos (Observatorio, 2005: 99) 2.

En 2007, según Colciencias, la distribución de grupos de investigación


reconocidos en dicha entidad es la siguiente:

 Antropología: treinta y cuatro.

 Arqueología: ocho.

 Ciencia política: treinta y cuatro.

 Educación: doscientos once.

 Filosofía: sesenta.

 Geografía: tres.

 Historia: cincuenta y uno.

 Psicología: setenta y ocho.

 Sociología: cuarenta.

 Teología: dos.
No obstante, si se mira de nuevo comparativamente, podemos afirmar
-como veremos- que la antropología colombiana, que tiene, insistamos,
una trayectoria propia y no es una mera réplica, como he tratado de
mostrar de las antropologías metropolitanas o de otras de América
latina, ha crecido. Pero su campo, en el sentido de Bourdieu
-instituciones, distinciones, etcétera-, no ha crecido al mismo ritmo de
su expansión demográfica, por razones estructurales que tienen que
ver, sobre todo, con la dinámica del sector universitario en Colombia y
con la política de investigación en general, así como con las políticas
neoliberales que se implantaron desde 1990.

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TRABAJO DE CAMPO
Concepto

El trabajo de campo es el conjunto de acciones encaminadas a obtener


en forma directa datos de las fuentes primarias de información, es decir,
de las personas y en el lugar y tiempo en que se suscita el conjunto de
hechos o acontecimientos de interés para la investigación.

Diseños de campo

Para llevar adelante un buen trabajo de campo es necesario diseñar


previamente la secuencia de los pasos a seguir en la investigación. El
valor de estos diseños "reside en que permite al investigador cerciorarse
de las verdaderas condiciones en que se han conseguido los datos,
posibilitando su revisión o modificación en el caso de que surjan dudas
respecto a su calidad" (SABINO, Carlos 1995: 68). Este mismo autor
efectúa una clasificación elemental, identificando los siguientes diseños
de campo:

- Diseño experimental

- Experimento post-facto

- Diseño encuesta

- Diseño panel

- Estudio de casos

El autor además advierte que estos diseños corrientemente no se


aplican en su forma pura -salvo contadas excepciones- y que lo más
frecuente y conveniente es aplicar una combinación de los distintos
diseños para obtener los datos de la manera más fiable y sistemática
posible. Por otra parte, si bien la selección y el diseño deberían
corresponder esencialmente a la etapa de la redacción del perfil de la
investigación, no es sino hasta el momento de iniciarse la recolección de
datos que esta necesidad se hace más evidente. En estas páginas, se

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describirán brevemente algunas características de estos diseños de
investigación de campo.

Encuestas

La encuesta es un "instrumento de observación formado por una serie


de preguntas formuladas y cuyas respuestas son anotadas por el
empadronador" (TAMAYO y TAMAYO, Mario 1995: 210). Por otra parte,
el diseño de encuestas "es exclusivo de las ciencias sociales, y parte de
la premisa de que, si queremos conocer algo sobre el comportamiento
de las personas, lo mejor, lo más directo y simple, es preguntárselo a
ellas" (SABINO, Carlos 1995: 75). El proceso de diseño de encuestas
parte de los objetivos formulados y la hipótesis de trabajo, y se
desarrolla descomponiendo las variables que se identifican en el estudio,
mismas que son suficientemente detalladas en la exposición del marco
teórico (véase la sección respectiva en la Tercera Parte - El Perfil, la
investigación preliminar).

Por otra parte, debe tomarse en cuenta que los diseños encuesta se
dividen a su vez en entrevistas y cuestionarios. La diferencia entre
ambos radica, esencialmente, en que mientras en la entrevista "las
respuestas son formuladas verbalmente y se necesita del entrevistador;
en el procedimiento denominado de cuestionario, las respuestas son
formuladas por escrito y no se requiere la presencia del entrevistador"
(ANDER - EGG, Ezequiel 1977: 123). En las siguientes líneas, se señalan
las características particulares de ambas técnicas.

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