You are on page 1of 3

1973: Para nacer han nacido

Beatriz, Tati para sus allegados, cumplió con ahínco su labor la mañana de aquel martes. Era una
de las once mujeres que, según propio testimonio, habían llegado faltando diez minutos para las
nueve al Palacio La Moneda. Dispuesta en el combate contra las fuerzas golpistas que cercaban el
recinto presidencial, mantuvo comunicación con su primo Andrés Pascal y con Miguel Enríquez.

Según ha declarado el primero, la organización a la que pertenecían ambos, el Movimiento de


Izquierda Revolucionaria (MIR), había ofrecido al presidente chileno sacarlo de La Moneda y
replegarse a los barrios de la zona sur de la capital. El mandatario respondió, siempre a través de
su hija, “que su mandato constitucional y popular lo obligaba a resistir en el Palacio de Gobierno,
que no lo sacarían vivo de allí”, acaso casi las palabras textuales con las que se dirigirá al pueblo
chileno en Radio Magallanes en una última alocución.

Salvador Allende, mucho más joven, había vivido un intento de golpe de Estado, un 25 de agosto
de 1939, contra el presidente Pedro Aguirre Cerda. Allí, a su lado, presenciará una actitud moral
que habrá de revelarse como propia, más de treinta años después: “(…) el edecán vino a decirle al
Presidente que estaban listos los autos frente a la amenaza que se cernía de las tropas que
avanzaban hacia La Moneda. Y yo oí y aprendí y nunca olvidaré lo que es la firmeza serena de la
dignidad hecha hombre. Don Pedro Aguirre Cerda le dijo: Usted está formado para luchar, use los
autos. Yo soy un hombre de derecho. Saldré de aquí con los pies hacia adelante, pero jamás
abandonaré este cargo que el pueblo me entregó”. El privilegio de la logia masónica había
enlazado a ambos estadistas inculcando uno, sin saberlo, el temple principista que repetirá con
arrojo el segundo.

En tanto, la propuesta del MIR, si bien sincera, no hubiese podido realizarse, aún con la venia del
mandatario. La pequeña respuesta armada de los voluntariosos cuadros miristas, que, tras
entrevistarse con dirigentes del Partido Socialista (PS) y el Partido Comunista (PC), intentan
desplegar, es prontamente neutralizada por diversos destacamentos de Carabineros. Sin embargo,
cabe destacar estos pasajes históricos menos conocidos.

Focos de acero

La resistencia se ubica primariamente en un punto planificado por las fuerzas de izquierda ante
cualquier posibilidad golpista: INDUMET (fábrica cuya importancia radicaba en una ubicación
privilegiada: unía tres cordones industriales de gran actividad, San Joaquín, Santa Rosa y Vicuña
Makenna), algunas cuadras mas allá, trabajadores textiles de la fábrica SUMAR esperan
instrucciones y armas. Las primeras llegarían pronto, en tanto las segundas, con alguna demora,
serían las únicas armas que llegarán a manos de obreros expectantes. La breve resistencia en
Indumet tras el cerco de Carabineros se divide en dos grupos, uno engrosa el contingente de la
fábrica Sumar, el otro se dirige a los barrios de la población La Legua. En Sumar resisten incluso la
ferocidad de las ráfagas de un helicóptero militar. Por la tarde, las fuerzas se repliegan hacia La
Legua. Allí se producirá el enfrentamiento capitalino más importante de aquel día 11 y los
posteriores.
Aunque por instantes La Legua, barrio industrial de raigambre obrera, pareció a algunos un
embrión de futuras “zonas liberadas” por la milicia del pueblo, pronto caerían en cuenta que era la
única resistencia organizada al golpe en la capital, y la más relevante de todo Chile. El día 16 de
setiembre, el mismo en el que asesinaron a Víctor Jara, y tras amenazas de bombardeo masivo, un
operativo conjunto de militares y carabineros allanaron la población La Legua. La represión contra
los obreros de las fábricas allí situadas perduraría por meses.

Otro punto de resistencia armada estuvo situado en la Embajada de Cuba, que con más de 100
personas aguantó el fuego de ametralladoras, respondiendo contra los militares facciosos. Luis
Fernanadez Oña, diplomático cubano y por entonces esposo de Tati Allende, cuenta que tuvieron
oportunidad de entregar algunas armas cortas a la dirección mirista que llegó temprano, y que el
resto (una dotación de AK47 y lanzacohetes RPG7) sirvieron para aguantar la ofensiva de la
soldadesca y los paramilitares de “Patria y Libertad”, banda fascista, que se lanzó al ataque de la
sede diplomática. Es conocida la historia del rescate, avión soviético mediante, al día siguiente y la
participación en el mismo del embajador sueco Harald Edelstam, que protegió la embajada cubana
con la bandera de su nación, acto que inspiró un filme contemporáneo.

En el resto del país las escaramuzas no fueron sobresalientes, con excepción de la zona
cordillerana de Neltume. Allí, José Liendo Vera, un veterano dirigente del Movimiento de
Campesinos Revolucionarios – MCR (trabajo campesino del MIR), junto con 200 hombres mal
pertrechados asalta por la tarde el retén policial de la zona. Tras varias fallas operativas y la
resistencia de carabineros con la moral a tope por los sucesos en Santiago, los miristas son
derrotados, siendo detenido Liendo Vera cuando trataba de huir hacia la Argentina. Fue ejecutado
el 03 de octubre de 1973 con otros diez jóvenes combatientes. Aquella región cobrará renombre
nuevamente en la década de 1980 cuando el MIR intenta organizar una guerrilla foquista en su
denominada “Operación Retorno”.

Vía chilena: camino cerrado

Los combatientes del MIR y del PS1 que se batieron en aquellas y posteriores jornadas, estaban
acendrados por las palabras que Tati reprodujo en el teléfono aquella mañana: “ahora te toca a ti,
Miguel”. Así el “chicho” Allende dejaba la posta a aquella generación de jóvenes que, en buena
parte, se habían escindido del viejo PS por sus discrepancias en torno al camino para la conquista
del poder y la construcción del camino socialista. Demostración de consecuencia y de un
aprendizaje durísimo y acaso tardío sobre una posibilidad real y prevista por el MIR, ya desde el
intento de golpe conocido como “tancazo” del 29 de Junio de 1973. Aquella vez había alertado:
“…el intento golpista tiene raíces y ramificaciones más amplias. En esta acción sediciosa y golpista

1
El XXII Congreso del PS en 1967, había determinado una línea político militar por lo que contaba con
aquella capacidad. En Cuba se entrenaba una columna cuando se produce el golpe militar. Esos hombres no
pudieron retornar, aun estando dispuestos a ello, debido a que no hubo una resistencia prolongada, como
se había estimado. En contraste, pese a contar con un destacamento, el PC solo decide pasar a la
clandestinidad sin ejecutar orgánicamente una respuesta armada. En aquel entonces, los comunistas tenían
un aparato militar que se estimaba en 180 mil hombres. La impotencia, al parecer, fue más política que
logística.
están comprometido políticos y parlamentarios de derecha y militares ultrarreaccionarios”, por lo
que proponía “…unir fuerzas para combatir frontalmente a la burguesía, a la reacción y a la
ultrarreacción nacional y extranjera para detener los planes y proyectos golpistas y sediciosos,
derrotándolos definitivamente mediante un combate en que la clase obrera y el pueblo les
arrebate sus fábricas y fundos y los desaloje de sus trincheras de poder político: El Parlamento, la
Contraloría y la Corte Suprema”.

En su momento más difícil, con las manos calientes por el furor de los disparos de aquel
Kalashnikov que le regalara Fidel Castro, Allende debe haber ensombrecido sus ideas mil veces con
la pena de haber permitido el desarme y el reglaje a los movimientos poblacionales que
estratégicamente, de otro modo, habrían sido bastión de una mayor y eficaz resistencia al golpe.
La Ley de Control de Armas, promulgada en Octubre de 1972, en un absurdo afán por acercar a la
Democracia Cristiana (DC) y brindarle garantías de “constitucionalidad” al régimen, no hizo sino
hacer preveer a las fuerzas armadas de la imposibilidad manifiesta de los destacamentos
populares para enfrentar militarmente al régimen golpista.

La lección más importante que diera el proceso chileno, con todo el romanticismo que despertó la
posibilidad de transitar al socialismo en los márgenes de la democracia institucional, fue sin duda
la muestra de su imposibilidad. La demostración de la nula neutralidad de las fuerzas armadas de
un país determinado, el hondo calar de los métodos de tortura fascista en las escuadras armadas
de Latinoamérica, la penetración de la CIA en los aparatos de inteligencia y la formación de
cuadros técnicos, la verdadera faz de la socialdemocracia y los partidos de “centro democrático”,
así como el costo humano sobre el que galopan tiránicas las “libertades” del desarrollo capitalista
son parte del conjunto de constataciones crudas que en su momento experimentaron las
generaciones posteriores al proyecto popular chileno. Impronta indeleble también a los ojos de los
futuros procesos de transformación social a los que acudiremos, apertrechados de experiencia,
para abrir definitivamente las grandes alamedas.

You might also like