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Eppur, si muove!
¿Qué es entonces la verdad? Una hueste en movimiento de
metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas
cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido
realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente I
I
Ludwig Wittgenstein, Tractatus Logico-Phzlosophiczts, proposición 5.6.
Platón, Menón, 82 b, Gredos, Madrid.
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y que, después de un prolongado uso, un pueblo considera
firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones
de las que se ha olvidado que lo son; metáforas que se han
vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han
perdido su troquelado y no son ahora ya consideradas como
monedas sino como metal3
Sucios de tiempo
Magnífico el verso de Silvio Rodríguez: si un día llego cansado, sucio de
tiempo, sin para amor... Así es el lenguaje, sucio de tiempo, y rico también.
Recuérdese la insistencia platónica ante el esclavo de Menón: es griego y habla
griego. Sólo así es posible extraer sabiduría del lenguaje. El lenguaje sabe más
que nosotros, si se me permite la personificación, y trabajar como un negro o
afirmar de algo que no se lo salta un gitano no son simples curiosidades
folklóricas. Fulminante la escena de Malcolm X en la que lee las diversas
acepciones de las palabras blanco y negro. Níveo, albo, puro, esplendoroso,
libro blanco, magia blanca, dar en el blanco, de punta en blanco, blanquear
dinero; frente a desgraciado, triste, pesimista, tener la negra, lista negra, dinero
negro, merienda de negros, me pones negro ... En la lengua está depositado el
poso de nuestra historia, de nuestra cultura, de nuestras grandezas. También de
nuestras miserias.
Ya sé que el ejemplo escogido no deja de ser un tópico, pero un tópico
representativo. Quizá no sea tan transparente el torrente subterráneo que fluye
cuando alguien proclama (una mujer, habitualmente), en el fragor de una
manifestación favorable a la legalización del aborto, una consigna como la
siguiente: mi cuerpo es mío. Nada sospechoso inicialmente. Mensaje claro: el
Friedrich Nietzsche, Así habló Zarattistra, De las tablas viejas y nuevas, 8, Alianza Editorial,
Madrid.
embrión forma parte de mí y yo decido sobre su suerte. No se trata ahora, por
supuesto, de entrar en discusiones morales, sino en el trasfondo que la frase
revela, perfectamente construida, y sin solicitar permiso de la emisora de tal
preferencia. Mi cuerpo es mío ¿Mío? ¿De quién? ¿Existe acaso algún
propietario del cuerpo que no sea el cuerpo mismo? Más de dos mil años de
herencia platónica asoman la cabeza entre las manifestantes. La afectada
probablemente lo ignora, pero con su afirmación acaba de manifestar su
pertenencia a una tradición dualista, y aunque muchos se empeñen en no hablar
de almas sino de mentes o incluso de cerebros, el esquema de pensamiento
permanece inalterable. El esclavo de Menón era griego, y hablaba griego. Sólo
así pudo, a partir de las preguntas formuladas por Sócrates, acabar enunciando
algo así como el Teorema de Pitágoras, del que jamás había oído hablar. Sólo
así es posible ser un Romeo, sólo así algunos se desentienden y se lavan las
manos, sólo así te (...) como Herodes. Sólo así intercambiamos, más allá de las
palabras, interpretaciones subyacentes, formas de vida. Somos lo que somos y
venimos de donde venimos, aunque a algunos no les haga ninguna gracia: Temo
que no vamos a desembarazarnos de Dios porque continuamos creyendo en la
gramática5 ¿Es eso un lastre o el más precioso de nuestros bagajes? Haya aquí
espacio para mi reconocimiento a Emilio Lledó por tantas cosas, pero hoy por
su artículo El fundamento de la "anámnesis" en el Menón incluido en libro de
título sugerente, más con el asunto que nos traemos entre manos: La memoria
del Logos6.
'O Alfredo Deaño, Metafisica y análisis del lenguaje, recogido en El resto no es silertcio, Taurus,
1984, p. 110.
" Ludwig Wittgenstein, Tractatus Logico-Philosophicus, proposición 7 .
I z Carlos Marzal, La vida de frontera, Renacimiento, Sevilla, 1991.
privilegiada. Las palabras no sólo describen, conjeturan, inventan, ordenan,
saludan, mienten, reniegan, rezan, preguntan ... Y no siempre, ni todo el mundo,
de la misma manera. El lenguaje es una caja de herramientas, decía
Wittgenstein, y la calle es el laboratorio en el que cada día se inventan nuevos
usos, nuevos juegos. En tal confrontación permanente de palabras y formas de
vida, unas triunfan, otras sucumben. Las más coexisten con mayor o menor
fortuna. Por detrás, con cautela, con retraso, academias y diccionarios van
reflejando el avance imparable de la ola. En su cresta, el punto de tensión de los
usos lingüísticos que a cada instante se mueve. Por debajo, el mar profundo de
la historia, sucio de tiempo, rico de experiencia, alimento y lastre, raíz y
cadena.
Decir, decirnos, sabernos. Conocedores de los límites (dejamos de pensar si
nos negamos a hacerlo bajo la coerción del l e n g ~ a j e ' ~exigentes
), con las
posibilidades. Cuando Dios creó el mundo, debió de crear también las palabras.
Un nombre para cada cosa, una cosa para cada nombre. Era un edén sin
cambios, sin tormentas, tal vez sin humanos de verdad ... La palabra reflejaba
sin recelos la esencia, eterna, inmaculada -¿inexistente?. Para nosotros, sin
embargo, expulsados del paraíso, es extraño vivir con las palabra^...'^.
l 3 Friedrich Nietzsche, citado por José María Valverde en Nietzsche, de filólogo a Anticristo,
Planeta, 1993, p. 29.
14
Carlos Marzal, "Los ángeles herméticos", en Los países nocturnos, Tusquets, Barcelona, 1996,
p. 81.