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La prevención efectiva puede reducir el riesgo de desarrollar trastornos mentales Hay una amplia

variedad de programas y políticas preventivas basadas en evidencia que se encuentran disponibles


para su implementación. Se ha observado que estos programas y políticas reducen los factores de
riesgo, fortalecen los factores de protección y disminuyen los síntomas psiquiátricos y la
discapacidad, así como la aparición de algunos trastornos mentales. También mejoran la salud
mental positiva, contribuyen a una mejor salud física y generan beneficios sociales y económicos.
Estas intervenciones de resultados múltiples demuestran que la prevención puede ser rentable. Las
investigaciones están comenzando a mostrar resultados significativos a largo plazo.

La prevención de los trastornos mentales se enfoca en aquellos determinantes que ejercen una
influencia causal, predisponiendo la aparición de los trastornos mentales. Los factores de riesgo
están asociados con una mayor probabilidad de aparición de la enfermedad, mayor gravedad y
mayor duración de los principales problemas de salud. Los factores de protección se refieren a las
condiciones que mejoran la resistencia de las personas a los factores de riesgo y trastornos. Han
sido definidos como aquellos factores que modifican, aminoran o alteran la respuesta de una
persona a algunos peligros ambientales que predisponen a una consecuencia de inadaptación. En su
mayoría, los factores individuales de protección son idénticos a las características de salud mental
positiva, tales como la autoestima, fortaleza emocional, pensamiento positivo, destrezas sociales y
de resolución de problemas, habilidades para el manejo del estrés y sentimientos de control. Por
esta razón, las intervenciones preventivas dirigidas a fortalecer los factores de protección se
superponen en gran medida con la promoción de la salud mental.

Los factores de riesgo y de protección individuales y relacionados con la familia pueden ser
biológicos, emocionales, cognitivos, conductuales, interpersonales o relacionados con el contexto
familiar. Pueden tener su mayor impacto en la salud mental durante períodos sensitivos a lo largo de
la vida e incluso pueden tener impacto a través de generaciones. Por ejemplo, el abuso de menores y
la enfermedad mental de los padres durante la infancia y niñez temprana pueden conducir a
depresión y ansiedad en períodos posteriores de la vida, así como en las siguientes generaciones,
aunque la seguridad del afecto y el apoyo social de la familia pueden reducir dichos riesgos. La
conducta de riesgo maternal durante el embarazo y sucesos de aversión que ocurren temprano en la
vida pueden causar vulnerabilidades neuropsicológicas . La discordia marital puede preceder a
problemas de conducta en niños, depresión entre las mujeres y problemas relacionados con el
alcohol en ambos padres

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