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En este eirtículo se pretende exponer la situación actual por lo que respecta a las aporta-
ciones desde la Psicología al tratamiento de las personas con infección por VIH/SIDA.
TVas exponer los últimos datos epidemiológicos que hablan de una enfermedad que sigue
progresando a un ritmo alarmante, así como los importantes avances y limitaciones de
las intervenciones preventivas y del tratamiento médico hasta el momento, en este tra-
bajo se comentan los problemas emocionales que suelen afectar a las personas con VIH
y la repercusión que los factores psicológicos tienen en la progresión de la enfermedad.
Se hace una mención especial a una de las cuestiones más críticas en el cuidado de los
pacientes, la adhesión al tratamiento, y se revisan los principales programas de inter-
vención psicológica que han sido desarrollados para abordar este problema, así como
para mejorar la calidad de vida de los enfermos. Finalmente, se apuntan los retos actua-
les en la investigación psicológica sobre el SIDA, incluyendo una mayor comprensión
en los factores implicados en las conductas de riesgo, la evaluación de la eñcacia de las
acciones preventivas, la intervención psicológica en los niños y adolescentes afectados
por el VIH, el análisis de la eficacia de los tratamientos psicológicos a los afectados y la
atención a los familiares y personal sanitario que trata con estos enfermos.
Palabras clave: VIH/SIDA, psicología, tratamiento.
(Ayuso, 1997). Además, este diagnóstico tante, resulta difícil atribuir esta alta tasa
presenta a su vez una alta comorbilidad de suicidios al hecho de padecer la enfer-
con otros como los trastornos de perso- medad. Algunos estudios revelan que la
nalidad. De hecho, los pacientes con VIH incidencia del suicidio ante el diagnósti-
presentan una alta prevalencia de tras- co no es mucho mayor de la que se
tornos de personalidad que llega a ser del encuentra ante otras enfermedades como
36% (Turrina et al., 2001). También en el cáncer y otros indican que en cual-
población homosexual se detecta una ele- quier caso, un buen porcentaje de los
vada tasa de trastornos mentales previa al pacientes con ideación suicida ya la tení-
diagnóstico (Perkins et al., 1994). an antes de infectarse con el VIH
La adaptación a una enfermedad que (OTDovk^d, Biderman y Me Kegney, 1993).
hasta hace muy poco era considerada Los denominados factores yatrogénicos
necesariamente mortal y todavía en la o efectos secundarios ocasionados por las
actualidad muy estigmatizada, supone un terapias antirretrovirales y/o los trata-
proceso largo en el cual pueden surgir mientos específicos para las infecciones
múltiples manifestaciones psicopatológi- oportunistas también pueden influir en
cas. Cuando las manifestaciones ante el el estado mental de estos pacientes. Así,
shock inicial que supone el diagnóstico por ejemplo, la ingesta de Zidovudina,
se prolongan en el tiempo o son muy uno de los antirretrovirales más habitua-
intensas pueden llegar a desencadenar les, puede producir astenia, ansiedad,
un trastorno adaptativo cuya gravedad depresión, estado de confusión, inquie-
vendrá determinada por factores como la tud, manía y otros estados psicológicos
historia previa de patología mental, su en los pacientes (Edo, 2003). Además el
respuesta de afrontamiento a la enferme- VIH es un virus neurotrópico lo que sig-
dad, el deterioro que produzca la enfer- nifica que puede afectar al sistema ner-
medad, el apoyo social, laboral y familiar, vioso central y provocar cuadros neuro-
la disponibilidad de ayuda psicológica, lógicos en aproximadamente el 30% de
etc. De entre todos los trastornos, parece los pacientes destacando entre otras com-
que los cuadros afectivos mixtos, con sin- plicaciones las encefalopatías, demencias
tomatología ansioso-depresiva son los y delirium (Ballester, 1999).
más habituales (Weinrich, Atkinson, Finalmente, otra fuente de problemas
McCutchan y Grant, 1995). Especialmen- emocionales en las personas afectadas es
te frecuente es la ansiedad ante la muer- la que tiene que ver con las repercusio-
te conforme la enfermedad va avanzando, nes sociales de la enfermedad. Las posi-
que llega a ser experimentada por el 85% bles consecuencias sociales que conlleva
de los pacientes (Catania, Turner, Choi y declarar que se es portador del VIH o
Coates, 1992). Otra importante alteración enfermo de SIDA pueden incluir el
psicológica a considerar es la ideación y rechazo, la estigmatización, marginación,
los intentos de suicidio. La literatura culpabilización, etc., tanto desde el
indica que el riesgo de suicidio es uno de entorno laboral y social como desde los
los principales síntomas psicopatológicos ámbitos más próximos al afectado como
de las personas afectadas por el VIH (Roy, la familia, la pareja y los amigos. En un
2003). Su incidencia es superior a la del estudio reciente llevado a cabo en nues-
resto de la población, llegándose a seña- tro país (Edo, 2003) se encontró que los
lar en algunos estudios que el riesgo de pacientes con infección por VIH percibí-
suicidio es veinte veces superior a los de an menor apoyo social que un grupo con-
la población general en el mismo seg- trol de personas sanas y otro de pacien-
mento de edad (Kirchner, 1995). No obs- tes oncológicos en los ámbitos social.
Aportaciones al tratamiento psicológico de las personas con VIH 57
Por lo tanto, sabemos que la falta de A pesar de todos los estudios mencio-
adhesión a los tratamientos con antirre- nados los problemas de adherencia al
trovirales es muy frecuente. A eso hay tratamiento de los pacientes con VIH son
que añadir la gravedad que en el trata- tan frecuentes y tan complejos que nin-
miento del SIDA incorpora una adhesión guna combinación de variables sociode-
inadecuada. La investigación muestra mográficas y psicológicas ha sido capaz
que incluso una leve falta de adhesión de predecir en un alto grado qué pacien-
reduce de forma importante los benefi- tes no van a seguir las prescripciones
cios del tratamiento a través del incre- médicas. Por otro lado, el número de
mento de la carga viral, la mutación del correlatos de la adhesión a los trata-
VIH y su resistencia a los fármacos, la mientos antirretrovirales propuesto por
cual puede transmitirse a otros indivi- diferentes autores hasta el momento es
duos (Chesney, 2003). muy alto. En la revisión de la literatura
La gravedad de los problemas de adhe- sobre el tema realizada por Fogarty eí al.
sión al tratamiento en los pacientes con (2002) se identificaron más de 200 varia-
infección por VIH ha hecho que se inves- bles distintas. Y por si fuera poco, la
tiguen los posibles factores relacionados metodología utilizada en los diferentes
con ellos y su efecto modulador sobre la estudios es tan diferente como la propia
adhesión. Algunos factores no han mos- definición de adherencia adoptada (en
trado hasta ahora ser excesivamente rele- unos estudios se consideran adherentes
vantes, como es el caso de la edad, el sexo a los que cumplen al 100% con la medi-
o la raza (Ferguson eí ai, 2002). Sin cación, en otros a los que la siguen en un
embargo, distintos estudios han conclui- 80%...), el modo de evaluar la adhesión
do la relevancia que pueden tener algunas (autoinforme del paciente, valoración del
variables que presentamos en el cuadro 1. médico, monitorización electrónica y
En este trabajo sólo referiremos los estu- resultados clínicos fundamentalmente) y
dios más recientes (para una revisión de las características de los pacientes con-
los estudios previos es posible consultar siderados (en cuanto a edad, sexo, cultu-
el trabajo de Ballester, 2002). Así, entre los ra, consumo de drogas, orientación
factores que se han visto relacionados con sexual...). Todo ello dificulta llegar a
la adhesión se encuentran el nivel educa- conclusiones generalizables. Segura-
tivo, el grado de información respecto a la mente, tal como señalan Remien et al.
enfermedad, las creencias culturales del (2003), deberíamos considerar la adhe-
paciente, la valoración de la gravedad de sión como un fenómeno dinámico que
la enfermedad, la percepción acerca de la cambia en el tiempo, acompañando el
eficacia del tratamiento, la complejidad cambio de creencias, actitudes, emocio-
del tratamiento, la vulnerabilidad percibi- nes y eventos vitales cotidianos o tras-
da, la intolerancia a los efectos secunda- cendentes en la vida del paciente. Lo que
rios, la creencia acerca de la toxicidad de parece claro es que estamos hablando de
los fármacos, la relación con el facultati- un problema cuya solución es de vital
vo, la inestabilidad en las vidas de los importancia dada la existencia de trata-
pacientes (p.ej., no tener un hogar), el áni- mientos de gran eficacia que pueden
mo depresivo, la ansiedad, los problemas ayudar a incrementar no sólo la esperan-
psicopatológicos en general, la calidad de za de vida del paciente, sino también su
vida, la falta de apoyo social, el Sentido calidad de vida. De esto se deriva la
de Coherencia, el consumo excesivo de relevancia de desarrollar programas efi-
alcohol, la historia de consumo de drogas caces para mejorar la adhesión de los
o simplemente el olvido. seropositivos.
60 Rafael Ballester
Cuadro 1. Revisión de estudios acerca de los factores relacionados con la adhesión en pacientes VIH+
Factores relacionados con la adhesión
en pacientes con infección por VIH Estudios
Nivel educativo Catz, Heckman, Kochman y DiMarco (2001)
Información sobre la enfermedad Weiss ef al. (2003)
Creencias culturales del paciente Siegel, Karus y Schrimshaw (2000)
Valoración de la gravedad de la enfermedad Ballester et al. (2000)
Gao, Ñau, Rosenbluth, Scott y Woodvirard (2000)
Percepción acerca de la eficacia del tratamiento Ballester et al. (2000)
Complejidad del tratamiento Murphy, Johnston y Martin (2000)
Vulnerabilidad percibida Gao et al. (2000)
Intolerancia a los efectos secundarios Catz et al. (2000)
Creencia acerca de la toxicidad de los fármacos Smith, Rapkin, Morrison y Kammerman (1997)
Relación con el facultativo Ballester et al. (2000)
Murphy et al. (2000)
Catz et al. (2001)
Demmer (2003)
Inestabilidad en las vidas de los pacientes Bangsburg, Tulsky, Hecht y Moss (1997)
(p.e. no tener un hogar)
Ánimo depresivo Murphy et al. (2000)
Catz et al. (2000)
Murphy et al. (2001)
Remor (2002)
Ansiedad Catz et al. (2001)
Remor (2002)
Problemas psicopatológicos en general Sternhell y Corr (2002)
Calidad de vida Penedo et al. (2003)
Sentido de coherencia Ceder^aell et al. (2002)
Falta de apoyo social Catz et al. (2000)
Remor (2002)
Cox (2002)
Power et al. (2003)
Consumo excesivo de alcohol Catz ef al. (2001)
Powrer eí al. (2003)
Historia de consumo de drogas Arnsten et al. (2002)
Power eí £2/. (2003)
Ballester et al. (2003)
Olvido Chesney et al. (2000)
se han dirigido a intervenir sobre el sis- describían una terapia de grupo que con-
tema sanitario creando unidades de aten- sistía en ocho sesiones de dos horas de
ción multidisciplinar para mejorar la duración cada una en las que se enfatiza-
accesibilidad de los pacientes a los cui- ba el entrenamiento en relajación, el cam-
dados. Otros programas se han centrado bio de hábitos de salud como la reduc-
más en las habilidades de comunicación ción del consumo de tabaco y alcohol y
de los profesionales sanitarios. Final- el incremento del descanso y del ejerci-
mente, otros se han dirigido a aspectos cio físico, así como otras habilidades para
relacionados con el paciente como el el manejo del estrés. El resultado fue la
ajuste del tratamiento a su funciona- mejoría en distintas variables clínicas
miento cotidiano, entrenamiento en solu- relacionadas con el estrés y el estado
ción de problemas, enseñarles a superar emocional de los pacientes.
las barreras potenciales, refuerzo por sus Emmot (1991), por su parte, evaluó la
esfuerzos para seguir el tratamiento y uso eficacia de un programa de intervención
de tecnologías para seguir las pautas del grupal para pacientes con VIH encon-
tratamiento, tales como los pastilleros o trando que tras el programa había un
«avisadores» electrónicos (para una revi- descenso del ánimo depresivo y de la
sión ver el trabajo de Ballester, 2002). ansiedad. También Folkman et al (1991)
Sin embargo, algunos estudios bastan- encontraron una mejora en los estilos de
te recientes (Sternhell y Corr, 2002; afrontamiento, menor autoinculpación y
Remor, 2002; Halkitis, Parsons, Wolitski menor depresión tras una terapia grupal
y Remien, 2003; Penedo et al, 2003), dan aplicada a hombres homosexuales.
una importancia especial a la existencia Algunos autores se han planteado el
de problemas emocionales como factor desarrollo de programas aplicables ya no
de riesgo para una baja adhesión tera- a los pacientes que llevan tiempo afecta-
péutica, señalando que el tratamiento de dos por la enfermedad, sino también a
éstos debería ser una prioridad. De esta aquellos pacientes que acaban de recibir
constatación se deriva que recientemen- el impacto de su diagnóstico. Es el caso
te se hayan desarrollado programas que de Antoni et al (1991) que aplicaron un
más que estar exclusivamente orientados programa cognitivo-comportamental a
a la promoción de la adhesión, pretenden hombres homosexuales antes de la noti-
mejorar la calidad de vida general del ficación del resultado de las pruebas de
enfermo, potenciando especialmente los detección de anticuerpos. El programa
aspectos emocionales, si bien muy pocos incluía técnicas para el manejo del estrés,
ofrecen datos de su eficacia (Fogarty et entrenamiento en relajación, habilidades
al, 2002). de afrontamiento de estresores, incre-
Como se puede apreciar en el cuadro 2, mento de la autoeficacia y aumento de
uno de los primeros estudios que cabe las relaciones sociales. Los resultados
citar es el de Coates y McKusick (1987) evidenciaron que los pacientes tratados
quienes hallaron que tras la aplicación de mostraban menor depresión y mayor
un programa grupal de entrenamiento en ajuste y sensación de control tras el diag-
técnicas de manejo del estrés, los pacien- nóstico.
tes con VIH mostraban menor estrés, Por su parte, Kelly eí al (1993) evalua-
depresión y menor frecuencia en las con- ron la eficacia de un programa grupal
ductas de riesgo que los pacientes del para pacientes seropositivos con depre-
grupo control. En un trabajo publicado sión. Asignaron aleatoriamente 68 hom-
por estos autores dos años más tarde bres seropositivos con una alta puntua-
(Coates, McKusick, Kuno y Stites, 1989), ción en depresión a uno de tres grupos
62 Rafael Ballester
yo; el segundo era un grupo de apoyo; y tres visitas semanales para consultas rela-
el tercero consistía en psicoterapia indi- cionadas con la misma y el feedback
vidual. Los resultados mostraron que mensual de la toma de medicación utili-
ambos tratamientos grupales producían zando monitores electrónicos.
una mejoría en los pacientes significati- Frente a estos dos últimos programas,
vamente mayor que la terapia individual. centrados en la mejora de la adhesión
Dos años después, Eller (1995) evaluó terapéutica, el programa cognitivo-com-
la eficacia de dos técnicas de reducción portamental de Molassiotis et al. (2002)
del estrés en pacientes seropositivos: la consiste en 12 sesiones de intervención
relajación muscular y la imaginación grupal que incluyen el entrenamiento de
guiada. La principal novedad era la bre- estrategias para reducir la ansiedad, la
vedad del tratamiento en ambos casos: 6 depresión y mejorar la calidad de vida de
semanas en las que únicamente se utili- los pacientes. Los resultados mostrados
zaba una grabación de 21 minutos de por los autores evidencian que los
imaginación guiada o una grabación de pacientes que recibieron este tratamiento
12 minutos de relajación. Sin embargo, mejoraron en términos de tensión ansio-
ambos tratamientos mejoraron a los sa, depresión, estado de confusión y esta-
pacientes más que la condición control do general de ánimo comparados con los
en que no se aplicaba ninguna técnica. pacientes del grupo control.
Más extenso era el tratamiento de Lut- Finalmente, en nuestro país, el progra-
gendorf et al. (1997) con una duración de ma de tratamiento grupal propuesto por
10 sesiones de 90 minutos en las que se Ballester (2003) consta de ocho sesiones
entrenaba a pacientes homosexuales en que incluyen un componente educativo
técnicas de manejo del estrés. Los resul- de información al paciente, estrategias
tados indicaron que los pacientes que cognitivas, entrenamiento en autoestima,
habían recibido el tratamiento, en com- relajación, solución de problemas, estra-
paración con el grupo control, experi- tegias para el autocuidado (adhesión al
mentaban una reducción de la ansiedad tratamiento, hábitos de salud y preven-
y la disforia, además de mejorar su siste- ción de reinfecciones) y un último módu-
ma inmunitario. lo de prevención de recaídas. En sus
De nuevo, el estudio de McPherson et resultados preliminares, se hein observado
al. (2000), se dirigió a evaluar la eficacia cambios significativos tras el tratamiento
de técnicas de consejo breve, pero en este en el grado de adhesión de los pacientes,
caso el fin del programa era específica- variables clínicas relevantes como la
mente a la mejora de la adhesión al trata- ansiedad, depresión o la autoestima y en
miento antirretroviral, obteniendo una otros aspectos como el grado de hipocon-
mayor adhesión terapéutica, menos dría de los pacientes, su perturbación
infecciones oportunistas y menos ingre- afectiva, irritabilidad, grado de interferen-
sos entre los que recibieron la interven- cia de la enfermedad, apoyo social perci-
ción, en comparación con un grupo con- bido y locus de control sobre la salud.
trol. Recientemente, Smith, Rublein,
Marcus, Brock y Chesney (2003) también
han aportado datos positivos acerca de la RETOS ACTUALES EN LA
eficacia comparada con un grupo control INVESTIGACIÓN PSICOLÓGICA
de un programa de automanejo para SOBRE EL SIDA
mejorar la adhesión terapéutica que
incluye el desarrollo de habilidades Si el reto para la investigación biomédi-
implicadas en la toma de medicación. ca en torno al SIDA es fundamentalmen-
64 Rafael Ballester
de la eficacia de las intervenciones. Pre- de cuatro meses para reducir las con-
cisamos conocer qué componentes tera- ductas de riesgo entre usuarios de dro-
péuticos son los más activos en la mejo- gas intravenosas con la de un programa
ría de los pacientes y cuáles son los consistente simplemente en dos sesio-
factores moduladores de esta mejoría. En nes de counseling, no evidenciándose
segundo lugar, habría que investigar algu- diferencias significativas. Y también el
nos aspectos que tienen más que ver con trabajo de Paterson, Shawr y Semple
la forma de aplicar los programas que (2003) que aporta datos acerca de la efi-
con los contenidos en sí mismos. cacia de una intervención tan breve
Uno de ellos hace referencia al trata- como la que pueda aplicarse en una sola
miento de las parejas serodiscordantes. sesión para reducir las conductas de
Dado que el malestar emocional en estas riesgo para la transmisión del VIH entre
parejas guarda una estrecha relación con los pacientes seropositivos. Este tipo de
la satisfacción diádica, la satisfacción intervenciones breves pueden ser muy
sexual, la autoinculpación y el apoyo de importantes para poder atender ciertas
la propia pareja, sería necesario que las necesidades clínicas. Así, algunos estu-
intervenciones clínicas para estas parejas dios recientes revelan que aproximada-
se centraran en la relación y no en el mente un 58% de los pacientes que son
enfermo por separado (Remien, Wagner, diagnosticados como seropositivos no
Dolezal y Carballo, 2003). De hecho ya vuelven al centro sanitario para conocer
disponemos de datos que hablan de la el resultados de las pruebas y recibir
eficacia de programas como el de Pome- consejo (Hightow et al., 2003). Por lo
roy, Green y Van-Laningham (2002) que tanto, sería útil implantar programas de
parten de esta idea. intervención breve en el mismo momen-
Otra necesidad que comienza a reve- to de realización de las pruebas diag-
larse es la de implantar programas de nósticas para conseguir que las personas
intervención psicológica dirigidos a los que acuden a hacerse estas pruebas
cuidadores de los niños con infección vuelvan a recoger los resultados.
por VIH para ayudarles a enfrentarse al Finalmente, cada vez más autores
estrés que supone su cuidado (Chalfin, defienden el papel que pueden jugar las
Grus y Tomaszeski, 2002).
nuevas tecnologías como Internet no sólo
Respecto a las personas mayores que para lanzar mensajes de prevención a la
llevan años padeciendo la enfermedad, población general o a grupos específicos
algunos autores indican que en los pro- (Rietmeijer, 2003), sino también como una
gramas para estos pacientes debería dis-
estrategia de ayuda a personas ya infecta-
minuirse la atención a lo patológico y al
das por el VIH (Kalichman et al, 2002).
estigma e intentar que los pacientes se
centren en áreas de su vida en las que
están funcionando adecuadamente con el
fin de incrementar la sensación de con- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
trol de su vida (Orsulic-Jeras, Shepherd y
Britton, 2003). Antoni, M., Baggett, L., Ironson, G., LaPerrie-
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Otra línea futura de trabajo se refiere man, N., y Fletcher, M. (1991). Cognitive-
a la investigación hacia formas más bre- behavioral stress management intervention
ves de intervención. Un ejemplo es el buffers distress responses and immunolo-
trabajo de Hershberger, Wood y Fisher gic changes following notification of HIV-
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66 Rafael Ballester
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