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Revista de Psicopatología y Psicología Clínica © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología (AEPCP)

2005, Volumen 10, Número 1, pp. 53-69 ISSN 1136-5420/05

APORTACIONES DESDE LA PSICOLOGÍA AL TRATAMIENTO


DE LAS PERSONAS CON INFECCIÓN POR VIH/SIDA
RAFAEL BALLESTEE
Universidad Jaime I de Castellón

En este eirtículo se pretende exponer la situación actual por lo que respecta a las aporta-
ciones desde la Psicología al tratamiento de las personas con infección por VIH/SIDA.
TVas exponer los últimos datos epidemiológicos que hablan de una enfermedad que sigue
progresando a un ritmo alarmante, así como los importantes avances y limitaciones de
las intervenciones preventivas y del tratamiento médico hasta el momento, en este tra-
bajo se comentan los problemas emocionales que suelen afectar a las personas con VIH
y la repercusión que los factores psicológicos tienen en la progresión de la enfermedad.
Se hace una mención especial a una de las cuestiones más críticas en el cuidado de los
pacientes, la adhesión al tratamiento, y se revisan los principales programas de inter-
vención psicológica que han sido desarrollados para abordar este problema, así como
para mejorar la calidad de vida de los enfermos. Finalmente, se apuntan los retos actua-
les en la investigación psicológica sobre el SIDA, incluyendo una mayor comprensión
en los factores implicados en las conductas de riesgo, la evaluación de la eñcacia de las
acciones preventivas, la intervención psicológica en los niños y adolescentes afectados
por el VIH, el análisis de la eficacia de los tratamientos psicológicos a los afectados y la
atención a los familiares y personal sanitario que trata con estos enfermos.
Palabras clave: VIH/SIDA, psicología, tratamiento.

Contributíons from Psychology to treatment ofpeople ¡iving with HIV/AIDS


The aim of this paper is to explain the current situation related to contributíons from
Psychology to the treatment of people living with HIV/AIDS. After presenting the last
epidemiological data showing an infection with an alarming progress and the impor-
tant advances and limitations in the field of prevention and medical treatment up to
now, we discuss the emotional problems that affect people living with HIV and the
impact that psychological factors have on infection. A special mention is made to one
major critical question in the care of these patients, the adherence to treatment, and
the main psychological intervention programs to approach this problem and to impro-
ve quality of life of these patients. Finally, present challenges in psychological rese-
arch on AIDS are emphasized including a better understanding of factors involved in
risk behaviors, the evaluation of effectiveness of prevention programs, psychological
intervention of children and adolescents infected with HIV, efñcacy of psychological
treatments for the patients and attention to their relativos and the health providers.
Key words: HIV/AIDS, psychology, treatment.

SITUACIÓN ACTUAL DE LA década de los 80 han sucedido muchos


INFECCIÓN POR VIH EN LO QUE hechos que han cambiado notablemente
RESPECTA A SU EPIDEMIOLOGÍA, la situación del mundo en relación con la
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO epidemia del SIDA. En primer lugar, por
lo que respecta a la progresión de la
Desde que el Virus de Inmunodeficiencia enfermedad, en apenas veinte años se ha
Humana fue aislado a principios de la pasado de los 41 casos detectados entre
1981 y 1982 a los 40 millones de casos
Correspondencia: Rafael Ballester, Departamento de estimados actualmente, lo que le confie-
Psicología Básica, Clínica y Psicobiología, Universidad re a esta enfermedad el carácter de pan-
Jaime I de Castellón, Avda. Sos Baynat s/n, 12071 Cas-
tellón. Correo-e: rballest@psb.uji.es demia que afecta a personas de absoluta-
54 Rafael Ballester

mente todo el mundo. En nuestro país, SIDA en su último comunicado de pren-


los últimos datos epidemiológicos indi- sa con motivo del Día del SIDA (1 de
can que el número de infectados se sitúa Diciembre de 2003), «la epidemia mun-
en los 150.000, de los que más de 66.000 dial de SIDA no muestra signos de ceder,
tienen SIDA. En segundo lugar, podemos el número de infecciones por el VIH y de
decir que la enfermedad no sólo se ha defunciones por SIDA es más alto que
extendido en cuanto al número de perso- nunca». El número de nuevas infecciones
nas a las que afecta y también desde el indica que nos encontramos ante un éxi-
punto de vista geográfico. También lo ha to relativo de la prevención o si se prefie-
hecho en cuanto al tipo de personas que re ante un fracaso a medias. Alertados por
la padecen. Si los primeros casos corres- esta situación, los investigadores psico-
pondieron básicamente a hombres que sociales se han afanado por comprender
habían mantenido relaciones homose- los factores explicativos de los hábitos
xuales y a drogodependientes, en la sexuales y de consumo de drogas. Al
actualidad la epidemia se ha unlversali- menos, hoy en día se tiene claro que la
zado, afecta a cualquier persona y preci- información no es un recurso suficiente
samente es entre los heterosexuales no para modificar el comportamiento huma-
drogodependientes donde más se está no. Resulta necesario también trabajar
extendiendo en estos momentos. con las actitudes incrementando funda-
La rápida progresión de la enfermedad mentalmente la percepción de riesgo de
alertó a las autoridades sanitarias desde la población general, entrenar en com-
un principio y motivó que se invirtieran portamientos saludables como el uso del
grandes esfuerzos y dinero en intentar preservativo o la desinfección de jeringas,
prevenir nuevas infecciones, en com- ayudar a desarrollar la asertividad para
prender los mecanismos biológicos que negociar con la pareja la seguridad en las
hacían de la infección por VIH una enfer- relaciones sexuales y mejorar la accesibi-
medad tan devastadora para el organismo lidad a los medios preventivos. Además,
humano y en desarrollar tratamientos far- es necesario incrementar los esfuerzos
macológicos que pudieran detenerla. Por que los gobiernos dirigen a la prevención,
lo que respecta a la prevención se obser- adelantar las intervenciones preventivas
va una evolución que podríamos deno- a edades más tempranas de lo que se hace
minar «positiva» pero con muchos mati- actualmente, atender tanto a la población
ces. En primer lugar, como decíamos, se general como a las peculiaridades de
ha hecho un enorme esfuerzo para infor- colectivos concretos y tener muy en cuen-
mar a la población acerca de las vías de ta las variables culturales tanto al intentar
transmisión de la enfermedad, que como exportar programas preventivos a otros
se sabe, son los fluidos corporales, espe- países como en su aplicación a los colec-
cialmente la sangre, el semen y los fluidos tivos de inmigrantes.
vaginales. El hecho de que el VIH sea un Por lo que respecta a la investigación
virus cuyos mecanismos de propagación biomédica y los avances científicos para la
son fácilmente evitables a través del cam- comprensión y el tratamiento de la enfer-
bio de hábitos nos ha llevado demasiado medad hay que decir que éstos han sido
ilusamente a pensar que su control era enormes. Si se tardó aproximadamente
sencillo y que para ello bastaba con infor- unos 200 años en conocer una enfermedad
mar a la población. Sin embargo, la expe- tan frecuente y grave como la sífilis, en
riencia nos ha demostrado que pocas apenas 20 años hemos aprendido cómo
cosas son más difíciles que modificar la actúa el VIH dentro de nuestro organismo
conducta humana. Tal como afirma ONU- debilitándolo, cómo afecta a nuestro siste-
Aportaciones al tratamiento psicológico de las personas con VIH 55

ma inmunitario y en especial a los linfoci- infección por VIH señalan un índice de


tos TCD4, qué es lo que facilita que se morbilidad psicopatológica que oscila
replique dentro de nuestro cuerpo y ade- entre el 30% y el 80% de los afectados.
más se han desarrollado fármacos nuevos En estudios con seropositivos norteame-
de gran eficacia. La Terapia Antirretroviral ricanos prevalecen en primer lugar, los
Altamente Activa (HAART) que combina trastornos afectivos seguidos de los sín-
la acción de los Inhibidores de la Trans- dromes demenciales y los trastornos psi-
criptasa Inversa y los Inhibidores de la cóticos, mientras que en trabajos que
Proteasa, ha demostrado su capacidad para exploran la presencia de psicopatología
suprimir la carga viral de los pacientes en enfermos españoles predominan el
hasta niveles indetectables, incrementar trastorno por abuso de sustancias, los
los indicadores de funcioneimiento inmu- trastornos orgánicos mentales, trastornos
nitario tales como el recuento de linfocitos adaptativos, ideación suicida y trastornos
CD4, mejorar el estado clínico de los afectivos (Edo, 2003). En la revisión de la
pacientes y disminuir su mortalidad, has- literatura realizada por Ballester (1999) se
ta tal punto que es esta terapia la que ha destacan los siguientes problemas psico-
permitido que hoy podamos hablar del lógicos como habituales en los pacientes
SIDA como una enfermedad no necesaria- con VIH: baja autoestima, miedo a perder
mente fatal, sino crónica. De hecho los el atractivo físico e hipocondría, somati-
interrogantes tanto biomédicos como psi- zación y síntomas obsesivo-compulsivos,
cosociales que hoy plantea el SIDA se reaparición de conflictos sobre la orien-
parecen mucho más a los de una enferme- tación homosexual, disminución de la
dad crónica que a los de una enfermedad concentración y pérdida de memoria,
terminal. Sin embargo, los nuevos y poten- fobias específicas, trastorno de persona-
tes tratamientos para el SIDA se enfrentan lidad antisocial y deseo sexual hipoacti-
en la actualidad a dos graves problemas. El vo, abuso de alcohol y otras drogas, pro-
primero y quizás el más grave es que su blemas de sueño y uso excesivo de
altísimo coste deja al margen al 95% de los sedantes.
casos que se sitúan en el mundo subdesa- La presencia de problemas emociona-
rrollado o en vías de desarrollo por moti- les en las personas con VIH/SIDA viene
vos económicos. El segundo problema es explicada, de entrada, por la psicopato-
que los actuales tratamientos conllevan un logía previa de los afectados, en segundo
gran número de pastillas a ingerir diaria- lugar por la dificultad para adaptarse a
mente en pautas complejas; se trata de una una enfermedad que impone importantes
terapia de larga duración, quizás indefini- restricciones en la vida del enfermo, en
da; y suele llevar aparejados efectos secun- tercer lugar como consecuencia de la
darios de cierta importancia; todo lo cual misma enfermedad y de su tratamiento y
ayuda a explicar la frecuencia con que los en cuarto lugar, como efecto del estigma
pacientes no se adhieren adecuadamente social asociado al SIDA.
al tratamiento, problemática que atendere- Por lo que respecta a la morbilidad psi-
mos más adelante (Ballester, 2002). copatológica previa a la enfermedad hay
que destacar que el trastorno por consu-
mo de sustancias aparece, como es lógi-
PROBLEMAS EMOCIONALES EN LAS co, en la historia presente o pasada de los
PERSONAS CON INFECCIÓN POR VIH infectados por vía parenteral (Stoskopf,
Kim y Glover, 2001). En la población
En general, los estudios que exploran el española la incidencia de trastorno por
estado psicológico de los pacientes con dependencia de sustancias es de un 41%
56 Rafael Ballester

(Ayuso, 1997). Además, este diagnóstico tante, resulta difícil atribuir esta alta tasa
presenta a su vez una alta comorbilidad de suicidios al hecho de padecer la enfer-
con otros como los trastornos de perso- medad. Algunos estudios revelan que la
nalidad. De hecho, los pacientes con VIH incidencia del suicidio ante el diagnósti-
presentan una alta prevalencia de tras- co no es mucho mayor de la que se
tornos de personalidad que llega a ser del encuentra ante otras enfermedades como
36% (Turrina et al., 2001). También en el cáncer y otros indican que en cual-
población homosexual se detecta una ele- quier caso, un buen porcentaje de los
vada tasa de trastornos mentales previa al pacientes con ideación suicida ya la tení-
diagnóstico (Perkins et al., 1994). an antes de infectarse con el VIH
La adaptación a una enfermedad que (OTDovk^d, Biderman y Me Kegney, 1993).
hasta hace muy poco era considerada Los denominados factores yatrogénicos
necesariamente mortal y todavía en la o efectos secundarios ocasionados por las
actualidad muy estigmatizada, supone un terapias antirretrovirales y/o los trata-
proceso largo en el cual pueden surgir mientos específicos para las infecciones
múltiples manifestaciones psicopatológi- oportunistas también pueden influir en
cas. Cuando las manifestaciones ante el el estado mental de estos pacientes. Así,
shock inicial que supone el diagnóstico por ejemplo, la ingesta de Zidovudina,
se prolongan en el tiempo o son muy uno de los antirretrovirales más habitua-
intensas pueden llegar a desencadenar les, puede producir astenia, ansiedad,
un trastorno adaptativo cuya gravedad depresión, estado de confusión, inquie-
vendrá determinada por factores como la tud, manía y otros estados psicológicos
historia previa de patología mental, su en los pacientes (Edo, 2003). Además el
respuesta de afrontamiento a la enferme- VIH es un virus neurotrópico lo que sig-
dad, el deterioro que produzca la enfer- nifica que puede afectar al sistema ner-
medad, el apoyo social, laboral y familiar, vioso central y provocar cuadros neuro-
la disponibilidad de ayuda psicológica, lógicos en aproximadamente el 30% de
etc. De entre todos los trastornos, parece los pacientes destacando entre otras com-
que los cuadros afectivos mixtos, con sin- plicaciones las encefalopatías, demencias
tomatología ansioso-depresiva son los y delirium (Ballester, 1999).
más habituales (Weinrich, Atkinson, Finalmente, otra fuente de problemas
McCutchan y Grant, 1995). Especialmen- emocionales en las personas afectadas es
te frecuente es la ansiedad ante la muer- la que tiene que ver con las repercusio-
te conforme la enfermedad va avanzando, nes sociales de la enfermedad. Las posi-
que llega a ser experimentada por el 85% bles consecuencias sociales que conlleva
de los pacientes (Catania, Turner, Choi y declarar que se es portador del VIH o
Coates, 1992). Otra importante alteración enfermo de SIDA pueden incluir el
psicológica a considerar es la ideación y rechazo, la estigmatización, marginación,
los intentos de suicidio. La literatura culpabilización, etc., tanto desde el
indica que el riesgo de suicidio es uno de entorno laboral y social como desde los
los principales síntomas psicopatológicos ámbitos más próximos al afectado como
de las personas afectadas por el VIH (Roy, la familia, la pareja y los amigos. En un
2003). Su incidencia es superior a la del estudio reciente llevado a cabo en nues-
resto de la población, llegándose a seña- tro país (Edo, 2003) se encontró que los
lar en algunos estudios que el riesgo de pacientes con infección por VIH percibí-
suicidio es veinte veces superior a los de an menor apoyo social que un grupo con-
la población general en el mismo seg- trol de personas sanas y otro de pacien-
mento de edad (Kirchner, 1995). No obs- tes oncológicos en los ámbitos social.
Aportaciones al tratamiento psicológico de las personas con VIH 57

laboral, familiar, de amistades y general. salud de los enfermos, hábitos que


Por su parte. Lee, Kochman y Sikkema resultan fundamentales en la progresión
(2002) obtuvieron evidencia de que la de la enfermedad y que incluyen, desde
mayoría de los seropositivos presentan el consumo de sustancias tóxicas hasta
una internalización del estigma asociado la nutrición o la prevención de reinfec-
a su estatus como enfermo, internaliza- ciones.
ción que lleva a estar más preocupados En el año 1964, Solomon y Moods, al
por la posibilidad de infectar a otras per- especular con una teoría que integraba
sonas y a experimentar mayor ansiedad, las emociones, la respuesta inmune y el
depresión y desesperanza. Además, hay estado de salud (la enfermedad), ponían
que recordar que el estigma de padecer la semilla que más tarde sería abonada
SIDA en muchas ocasiones viene a con los trabajos de Ader y Cohén sobre
sumarse a otros estigmas previos como el la aversión condicionada, dando como
de ser gay o lesbiana (Yarhouse, 2003). fruto la Psiconeuroinmunología. En el
En definitiva, son muchos los motivos ámbito de la infección por VIH, una
por los que los pacientes con VIH/SIDA serie de estudios (Kemeny, 2003)
suelen presentar problemas emocionales, demuestran la gran importancia de la
problemas que no sólo amenazan su bie- interacción de variables psicológicas,
nestar psicológico, sino también su pro- endocrinas e inmunitarias en el pronós-
pia supervivencia, como veremos a con- tico y la evolución de la enfermedad,
tinuación. sugiriendo que determinados factores
psicológicos pueden potencialmente
afectar al curso de la infección, tanto
REPERCUSIÓN DE LOS FACTORES respecto a la aparición de problemas
PSICOLÓGICOS EN LA PROGRESIÓN físicos y/o emocionales como a la res-
DE LA ENFERMEDAD puesta inmunitaria o a la propia super-
vivencia. Ulla y Remor (2002) señalan
Como hemos señalado, el hecho de que cómo tanto los aspectos comportamen-
los pacientes con infección por VIH tales (estilos de vida) como los psicoló-
experimenten con frecuencia problemas gicos (control del estrés y estrategias de
psicológicos no sólo lleva a mermar de afrontamiento) y sociales (apoyo social)
manera muy importante su calidad de pueden influir de manera importante en
vida a través del incremento de su la progresión de la infección. Reciente-
malestar emocional. Los problemas mente han sido destacados otros facto-
emocionales también tienen su efecto res psicológicos en su influencia sobre
sobre el estado físico de los pacientes y la función inmune como por ejemplo: la
su propia supervivencia. Esta repercu- depresión sobre la actividad de las célu-
sión negativa sobre el estado físico de las NK (natural killers), los linfocitos
los enfermos se expresa fundamental- TCD8 , la carga viral y la mortalidad de
mente de tres modos. En primer lugar, a las enfermas con VIH (Evans et al.,
través de la relación entre los factores 2002); la expresión emocional sobre la
cognitivos y emocionales y la función supervivencia a largo plazo de los enfer-
inmune, cuestión que trataremos en este mos (O'Cleirigh et al., 2003); el estrés
epígrafe. En segundo lugar, a través de vital como factor independiente sobre el
su influencia sobre la adhesión al trata- riesgo de neoplasias cervicales en muje-
miento antirretroviral, lo que analizare- res con VIH (Pereira eí al, 2003); e
mos en el siguiente epígrafe. Y en tercer incluso se ha tratado la influencia indi-
lugar, por su relación con los hábitos de recta que sobre la función inmune pue-
58 Rafael Ballester

dan ejercer aspectos como las creencias LA ADHESIÓN AL TRATAMIENTO:


religiosas y espirituales de los indivi- UNA CUESTIÓN CRÍTICA
duos (Ironson y Schneiderman, 2002).
Asimismo, determinadas intervencio- Como se ha indicado anteriormente el
nes psicológicas dirigidas a mejorar la desarrollo de la Terapia Antirretroviral
calidad de vida de los enfermos y a con- Altamente Activa (HAART) ha permitido
trolar sus problemas emocionales han comenzar a hablar del SIDA como de una
conseguido reducir las enfermedades enfermedad crónica, en la que tanto la
oportunistas e incrementar el número de calidad de vida como la supervivencia de
linfocitos TCD4. En este sentido, es los enfermos poco tienen que ver con la
conocido el magnífico trabajo de Kiecolt- situación existente apenas hace unos
Glaser y Glaser (1992) en el que estos años.
autores realizan una revisión de la lite- Sin embargo, numerosos estudios
ratura científica sobre la modulación de (Ballester, Reinoso, García y Campos,
la función inmune a través de tratamien- 2000; Murphy, Wilson, Durako, Muenz y
tos psicológicos. En este artículo, los Belzer, 2001) han denunciado lo fre-
autores recogen evidencias de la eficacia cuente que resultan los problemas de
de intervenciones consistentes en incre- adhesión al tratamiento antirretroviral
mentar estrategias como la relajación, (para una revisión extensa sobre esta
hipnosis, ejercicio físico, autorrevela- tema, consultar el trabajo de Ballester,
ción, búsqueda de apoyo social, autoefi- 2002).
cacia y también de programas cognitivo- Cuando hablamos de adhesión farma-
comportamentales multicomponentes cológica, es decir, hasta qué punto los
ante el VIH como el de Antoni eí al. pacientes toman los fármacos prescritos,
(1991). Más recientemente, Robinson la mayoría de investigaciones informan
(2002) ha informado de los efectos inmu- de un 50% de pacientes que no siguen
nitarios de un programa estructurado de adecuadamente el tratamiento (Witteve-
ocho sesiones en el que se entrenaba a en y van Ameijden, 2002). Pero la adhe-
los enfermos a enfrentarse a los estreso- sión se debe referir también a aspectos
res que impone la enfermedad y a otros como la adopción de medidas preventi-
estresores vitales. Tras el programa, se vas de reinfecciones y la asistencia al
observaba una mejora global de la salud régimen de visitas médicas. En este sen-
y una mayor actividad de las células NK tido, Ballester et al. (2000) han encontra-
en los pacientes. do que un 53% de los pacientes con
No obstante, es necesario seguir traba- infección por VIH dejan de tomar en oca-
jando en este ámbito ya que la relación siones los fármacos prescritos, el 14%
entre los aspectos emocionales y psicoló- sigue realizando las mismas prácticas de
gicos en general y la función inmune en riesgo que les llevó a la infección por VIH
los pacientes con VIH es compleja. Un y el 10% no cumple con el régimen de
ejemplo de esta complejidad lo constitu- visitas. Fuera de nuestras fronteras,
ye el reciente trabajo de Motívala eí al. Gwadz et al. (1999) encontraron en su
(2003) revelando que el malestar psicoló- estudio que el porcentaje de no adhesión
gico se encuentra relacionado con un era del 45% de los pacientes. Y más
menor número de linfocitos T y de célu- recientemente Murphy, Wilson, Durako,
las B (productoras de anticuerpos) en Muenz y Belzer (2001) hallaron que tan
pacientes con VIH, pero que esta relación sólo el 41% de adolescentes con VIH pre-
sólo se da en aquéllos con baja carga sentaban una adhesión plena al trata-
viral. miento.
Aportaciones al tratamiento psicológico de las personas con VIH 59

Por lo tanto, sabemos que la falta de A pesar de todos los estudios mencio-
adhesión a los tratamientos con antirre- nados los problemas de adherencia al
trovirales es muy frecuente. A eso hay tratamiento de los pacientes con VIH son
que añadir la gravedad que en el trata- tan frecuentes y tan complejos que nin-
miento del SIDA incorpora una adhesión guna combinación de variables sociode-
inadecuada. La investigación muestra mográficas y psicológicas ha sido capaz
que incluso una leve falta de adhesión de predecir en un alto grado qué pacien-
reduce de forma importante los benefi- tes no van a seguir las prescripciones
cios del tratamiento a través del incre- médicas. Por otro lado, el número de
mento de la carga viral, la mutación del correlatos de la adhesión a los trata-
VIH y su resistencia a los fármacos, la mientos antirretrovirales propuesto por
cual puede transmitirse a otros indivi- diferentes autores hasta el momento es
duos (Chesney, 2003). muy alto. En la revisión de la literatura
La gravedad de los problemas de adhe- sobre el tema realizada por Fogarty eí al.
sión al tratamiento en los pacientes con (2002) se identificaron más de 200 varia-
infección por VIH ha hecho que se inves- bles distintas. Y por si fuera poco, la
tiguen los posibles factores relacionados metodología utilizada en los diferentes
con ellos y su efecto modulador sobre la estudios es tan diferente como la propia
adhesión. Algunos factores no han mos- definición de adherencia adoptada (en
trado hasta ahora ser excesivamente rele- unos estudios se consideran adherentes
vantes, como es el caso de la edad, el sexo a los que cumplen al 100% con la medi-
o la raza (Ferguson eí ai, 2002). Sin cación, en otros a los que la siguen en un
embargo, distintos estudios han conclui- 80%...), el modo de evaluar la adhesión
do la relevancia que pueden tener algunas (autoinforme del paciente, valoración del
variables que presentamos en el cuadro 1. médico, monitorización electrónica y
En este trabajo sólo referiremos los estu- resultados clínicos fundamentalmente) y
dios más recientes (para una revisión de las características de los pacientes con-
los estudios previos es posible consultar siderados (en cuanto a edad, sexo, cultu-
el trabajo de Ballester, 2002). Así, entre los ra, consumo de drogas, orientación
factores que se han visto relacionados con sexual...). Todo ello dificulta llegar a
la adhesión se encuentran el nivel educa- conclusiones generalizables. Segura-
tivo, el grado de información respecto a la mente, tal como señalan Remien et al.
enfermedad, las creencias culturales del (2003), deberíamos considerar la adhe-
paciente, la valoración de la gravedad de sión como un fenómeno dinámico que
la enfermedad, la percepción acerca de la cambia en el tiempo, acompañando el
eficacia del tratamiento, la complejidad cambio de creencias, actitudes, emocio-
del tratamiento, la vulnerabilidad percibi- nes y eventos vitales cotidianos o tras-
da, la intolerancia a los efectos secunda- cendentes en la vida del paciente. Lo que
rios, la creencia acerca de la toxicidad de parece claro es que estamos hablando de
los fármacos, la relación con el facultati- un problema cuya solución es de vital
vo, la inestabilidad en las vidas de los importancia dada la existencia de trata-
pacientes (p.ej., no tener un hogar), el áni- mientos de gran eficacia que pueden
mo depresivo, la ansiedad, los problemas ayudar a incrementar no sólo la esperan-
psicopatológicos en general, la calidad de za de vida del paciente, sino también su
vida, la falta de apoyo social, el Sentido calidad de vida. De esto se deriva la
de Coherencia, el consumo excesivo de relevancia de desarrollar programas efi-
alcohol, la historia de consumo de drogas caces para mejorar la adhesión de los
o simplemente el olvido. seropositivos.
60 Rafael Ballester

Cuadro 1. Revisión de estudios acerca de los factores relacionados con la adhesión en pacientes VIH+
Factores relacionados con la adhesión
en pacientes con infección por VIH Estudios
Nivel educativo Catz, Heckman, Kochman y DiMarco (2001)
Información sobre la enfermedad Weiss ef al. (2003)
Creencias culturales del paciente Siegel, Karus y Schrimshaw (2000)
Valoración de la gravedad de la enfermedad Ballester et al. (2000)
Gao, Ñau, Rosenbluth, Scott y Woodvirard (2000)
Percepción acerca de la eficacia del tratamiento Ballester et al. (2000)
Complejidad del tratamiento Murphy, Johnston y Martin (2000)
Vulnerabilidad percibida Gao et al. (2000)
Intolerancia a los efectos secundarios Catz et al. (2000)
Creencia acerca de la toxicidad de los fármacos Smith, Rapkin, Morrison y Kammerman (1997)
Relación con el facultativo Ballester et al. (2000)
Murphy et al. (2000)
Catz et al. (2001)
Demmer (2003)
Inestabilidad en las vidas de los pacientes Bangsburg, Tulsky, Hecht y Moss (1997)
(p.e. no tener un hogar)
Ánimo depresivo Murphy et al. (2000)
Catz et al. (2000)
Murphy et al. (2001)
Remor (2002)
Ansiedad Catz et al. (2001)
Remor (2002)
Problemas psicopatológicos en general Sternhell y Corr (2002)
Calidad de vida Penedo et al. (2003)
Sentido de coherencia Ceder^aell et al. (2002)
Falta de apoyo social Catz et al. (2000)
Remor (2002)
Cox (2002)
Power et al. (2003)
Consumo excesivo de alcohol Catz ef al. (2001)
Powrer eí al. (2003)
Historia de consumo de drogas Arnsten et al. (2002)
Power eí £2/. (2003)
Ballester et al. (2003)
Olvido Chesney et al. (2000)

INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA ANTE adhesión. De acuerdo con la complejidad


LA INFECCIÓN POR VIH que encierra la adhesión y la multitud de
factores implicados, los programas son
Dada la importancia que tiene la adhe- en muchas ocasiones interdisciplinares,
sión al tratamiento en los pacientes con con la participación de psicólogos pero
VIH/SIDA algunas de las intervenciones también de médicos, enfermeros, farma-
propuestas tienen como fin mejorar esta céuticos y trabajadores sociales. Algunos
Aportaciones al tratamiento psicológico de las personas con VIH 61

se han dirigido a intervenir sobre el sis- describían una terapia de grupo que con-
tema sanitario creando unidades de aten- sistía en ocho sesiones de dos horas de
ción multidisciplinar para mejorar la duración cada una en las que se enfatiza-
accesibilidad de los pacientes a los cui- ba el entrenamiento en relajación, el cam-
dados. Otros programas se han centrado bio de hábitos de salud como la reduc-
más en las habilidades de comunicación ción del consumo de tabaco y alcohol y
de los profesionales sanitarios. Final- el incremento del descanso y del ejerci-
mente, otros se han dirigido a aspectos cio físico, así como otras habilidades para
relacionados con el paciente como el el manejo del estrés. El resultado fue la
ajuste del tratamiento a su funciona- mejoría en distintas variables clínicas
miento cotidiano, entrenamiento en solu- relacionadas con el estrés y el estado
ción de problemas, enseñarles a superar emocional de los pacientes.
las barreras potenciales, refuerzo por sus Emmot (1991), por su parte, evaluó la
esfuerzos para seguir el tratamiento y uso eficacia de un programa de intervención
de tecnologías para seguir las pautas del grupal para pacientes con VIH encon-
tratamiento, tales como los pastilleros o trando que tras el programa había un
«avisadores» electrónicos (para una revi- descenso del ánimo depresivo y de la
sión ver el trabajo de Ballester, 2002). ansiedad. También Folkman et al (1991)
Sin embargo, algunos estudios bastan- encontraron una mejora en los estilos de
te recientes (Sternhell y Corr, 2002; afrontamiento, menor autoinculpación y
Remor, 2002; Halkitis, Parsons, Wolitski menor depresión tras una terapia grupal
y Remien, 2003; Penedo et al, 2003), dan aplicada a hombres homosexuales.
una importancia especial a la existencia Algunos autores se han planteado el
de problemas emocionales como factor desarrollo de programas aplicables ya no
de riesgo para una baja adhesión tera- a los pacientes que llevan tiempo afecta-
péutica, señalando que el tratamiento de dos por la enfermedad, sino también a
éstos debería ser una prioridad. De esta aquellos pacientes que acaban de recibir
constatación se deriva que recientemen- el impacto de su diagnóstico. Es el caso
te se hayan desarrollado programas que de Antoni et al (1991) que aplicaron un
más que estar exclusivamente orientados programa cognitivo-comportamental a
a la promoción de la adhesión, pretenden hombres homosexuales antes de la noti-
mejorar la calidad de vida general del ficación del resultado de las pruebas de
enfermo, potenciando especialmente los detección de anticuerpos. El programa
aspectos emocionales, si bien muy pocos incluía técnicas para el manejo del estrés,
ofrecen datos de su eficacia (Fogarty et entrenamiento en relajación, habilidades
al, 2002). de afrontamiento de estresores, incre-
Como se puede apreciar en el cuadro 2, mento de la autoeficacia y aumento de
uno de los primeros estudios que cabe las relaciones sociales. Los resultados
citar es el de Coates y McKusick (1987) evidenciaron que los pacientes tratados
quienes hallaron que tras la aplicación de mostraban menor depresión y mayor
un programa grupal de entrenamiento en ajuste y sensación de control tras el diag-
técnicas de manejo del estrés, los pacien- nóstico.
tes con VIH mostraban menor estrés, Por su parte, Kelly eí al (1993) evalua-
depresión y menor frecuencia en las con- ron la eficacia de un programa grupal
ductas de riesgo que los pacientes del para pacientes seropositivos con depre-
grupo control. En un trabajo publicado sión. Asignaron aleatoriamente 68 hom-
por estos autores dos años más tarde bres seropositivos con una alta puntua-
(Coates, McKusick, Kuno y Stites, 1989), ción en depresión a uno de tres grupos
62 Rafael Ballester

Cuadro 2. Revisión de los componentes terapéuticos de algunos programas de intervención


para pacientes con infección por VIH/SIDA
Autores Tratamiento
Coates y McKusick (1987) Programa grupal de entrenamiento en técnicas de manejo del estrés.
Coates, McKusick, Kuno Terapia de grupo (ocho sesiones de dos horas de duración cada una)
y Stites (1989) en las que se enfatizaba el entrenamiento en relajación, el cambio de
hábitos de salud como la reducción del consumo de tabaco y alcohol y
el incremento del descanso y del ejercicio físico, así como otras
habilidades para el manejo del estrés.
Antoni et al. (1991) Técnicas para el manejo del estrés, entrenamiento en relajación,
habilidades de afrontamiento de estresores ambientales, valoración del
estrés, afrontamiento activo, incremento de la autoeficacia y aumento
de las relaciones sociales.
Kelly et al. (1993) Terapia grupal cognitivo-conductual que incluía estrategias para
reducir la ansiedad y la depresión como la reestructuración cognitiva,
la relajación muscular, la autorrevelación sobre la enfermedad, la
adopción de medidas de sexo seguro y el establecimiento de una red
social de apoyo.
EUer (1995) Aplicación individual de la relajación muscular y la imaginación
guiada a través de grabaciones.
Lutgendorf eí al. (1997) Terapia (10 sesiones de 90 min. de duración) en la que se entrenaba a
pacientes homosexuales en técnicas de manejo del estrés
McPherson eí al. (2000) Técnicas de consejo breve dirigidas específicamente a la mejora de la
adherencia al tratamiento antirretroviral
Molassiotis, Callaghan, Tvvinn, 12 sesiones de intervención grupal que
Lam, Chung y Li (2002) incluyen el entrenamiento de estrategias para reducir la ansiedad, la
depresión y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Pomeroy, Creen y Programa grupal dirigido a parejas
Van-Laningham (2002). heterosexuales serodiscordantes que incluye un componente
educativo en el que se da información acerca de la enfermedad; un
segundo componente de apoyo que incluye estrategias cognitivas y de
solución de problemas; y un tercer componente que incluye el
desarrollo de estrategias de afrontamiento, animar a los pacientes para
la realización de actividades gratificantes y el incremento de
actividades sociales.
Smith, Rublein, Marcus, Programa de automanejo para mejorar la
Brock y Chesney (2003) adhesión terapéutica que incluye el desarrollo de habilidades
implicadas en la toma de medicación, tres visitas semanales para
consultas relacionadas con la misma y el feedback mensual de la toma
de medicación utilizando monitores electrónicos en los botes de
fármacos.
Ballester (2003) Programa de tratamiento grupal que consta de ocho sesiones que
incluyen un componente educativo de información al paciente, estra-
tegias cognitivas, entrenamiento en autoestima, relajación, solución de
problemas, estrategias para el autocuidado y prevención de recaídas.

experimentales. El primero consistía en turación cognitiva, la relajación muscular,


un tratamiento grupal cognitivo-conduc- la autorrevelación sobre la enfermedad, la
tual que incluía estrategias para reducir la adopción de medidas de sexo seguro y el
ansiedad y la depresión como la reestruc- establecimiento de una red social de apo-
Aportaciones al tratamiento psicológico de las personas con VIH 63

yo; el segundo era un grupo de apoyo; y tres visitas semanales para consultas rela-
el tercero consistía en psicoterapia indi- cionadas con la misma y el feedback
vidual. Los resultados mostraron que mensual de la toma de medicación utili-
ambos tratamientos grupales producían zando monitores electrónicos.
una mejoría en los pacientes significati- Frente a estos dos últimos programas,
vamente mayor que la terapia individual. centrados en la mejora de la adhesión
Dos años después, Eller (1995) evaluó terapéutica, el programa cognitivo-com-
la eficacia de dos técnicas de reducción portamental de Molassiotis et al. (2002)
del estrés en pacientes seropositivos: la consiste en 12 sesiones de intervención
relajación muscular y la imaginación grupal que incluyen el entrenamiento de
guiada. La principal novedad era la bre- estrategias para reducir la ansiedad, la
vedad del tratamiento en ambos casos: 6 depresión y mejorar la calidad de vida de
semanas en las que únicamente se utili- los pacientes. Los resultados mostrados
zaba una grabación de 21 minutos de por los autores evidencian que los
imaginación guiada o una grabación de pacientes que recibieron este tratamiento
12 minutos de relajación. Sin embargo, mejoraron en términos de tensión ansio-
ambos tratamientos mejoraron a los sa, depresión, estado de confusión y esta-
pacientes más que la condición control do general de ánimo comparados con los
en que no se aplicaba ninguna técnica. pacientes del grupo control.
Más extenso era el tratamiento de Lut- Finalmente, en nuestro país, el progra-
gendorf et al. (1997) con una duración de ma de tratamiento grupal propuesto por
10 sesiones de 90 minutos en las que se Ballester (2003) consta de ocho sesiones
entrenaba a pacientes homosexuales en que incluyen un componente educativo
técnicas de manejo del estrés. Los resul- de información al paciente, estrategias
tados indicaron que los pacientes que cognitivas, entrenamiento en autoestima,
habían recibido el tratamiento, en com- relajación, solución de problemas, estra-
paración con el grupo control, experi- tegias para el autocuidado (adhesión al
mentaban una reducción de la ansiedad tratamiento, hábitos de salud y preven-
y la disforia, además de mejorar su siste- ción de reinfecciones) y un último módu-
ma inmunitario. lo de prevención de recaídas. En sus
De nuevo, el estudio de McPherson et resultados preliminares, se hein observado
al. (2000), se dirigió a evaluar la eficacia cambios significativos tras el tratamiento
de técnicas de consejo breve, pero en este en el grado de adhesión de los pacientes,
caso el fin del programa era específica- variables clínicas relevantes como la
mente a la mejora de la adhesión al trata- ansiedad, depresión o la autoestima y en
miento antirretroviral, obteniendo una otros aspectos como el grado de hipocon-
mayor adhesión terapéutica, menos dría de los pacientes, su perturbación
infecciones oportunistas y menos ingre- afectiva, irritabilidad, grado de interferen-
sos entre los que recibieron la interven- cia de la enfermedad, apoyo social perci-
ción, en comparación con un grupo con- bido y locus de control sobre la salud.
trol. Recientemente, Smith, Rublein,
Marcus, Brock y Chesney (2003) también
han aportado datos positivos acerca de la RETOS ACTUALES EN LA
eficacia comparada con un grupo control INVESTIGACIÓN PSICOLÓGICA
de un programa de automanejo para SOBRE EL SIDA
mejorar la adhesión terapéutica que
incluye el desarrollo de habilidades Si el reto para la investigación biomédi-
implicadas en la toma de medicación. ca en torno al SIDA es fundamentalmen-
64 Rafael Ballester

te el desarrollo de nuevos fármacos sin del comportamiento que enfrenta a


las limitaciones de los actuales y de una muchas personas a una situación dramá-
vacuna que pueda proteger al mayor por- tica. En el ámbito de la prevención, es
centaje posible de la población, el reto necesario aunar los esfuerzos para mejo-
para la investigación psicológica no es rar nuestra comprensión de los factores
menos importante. implicados en las conductas de riesgo
Probablemente pocas cosas sean tan con el fin de desarrollar intervenciones
complejas, difíciles de explicar y también preventivas que hayan demostrado su efi-
de modificar, como el comportamiento cacia, a edades más tempranas y de for-
humano. Desde un punto de vista idea- ma que lleguen a todos los segmentos de
lista y del deseo, podríamos decir que la la población. En el ámbito de la atención
lucha contra el SIDA debería ser sencilla. a las personas que ya padecen la enfer-
Dado que el VIH se transmite a través de medad, aspecto en el que nos hemos cen-
unos pocos comportamientos de riesgo trado en este artículo, es necesario que
bien identificados, bastaría con informar nos demos cuenta de que las necesidades
a la población acerca de la necesidad de psicosociales de los enfermos están cam-
no realizar esos comportamientos. En el biando y se parecen más a las de un
caso de que en un porcentaje mínimo de enfermo crónico que a las de un enfermo
situaciones la prevención fallara, los terminal.
pacientes infectados podrían beneficiar- En este sentido, se nos plantean nue-
se de los actuales tratamientos farmaco- vos retos como por ejemplo la importan-
lógicos altamente efectivos que les podrí- cia de estudiar qué es lo que sucede con
an garantizar una cierta calidad de vida y los niños y adolescentes infectados cuan-
una larga supervivencia. do crecen y llegan a adultos. Los datos
Sin embargo, la realidad es bien dis- nos indican que los jóvenes afectados por
tinta. Nos encontramos con que la mayo- el VIH suelen, con mayor probabilidad
ría de los seres humanos realizan con- que los no infectados, no haber finaliza-
ductas de riesgo para la transmisión del do sus estudios, haber perdido a un
VIH, a pesar de que puedan tener infor- padre y que aquéllos que tienen un
mación respecto a las vías de contagio. menor apoyo social y que no pueden
Pero además, de ese porcentaje mayorita- hablar con otros significativos acerca de
rio, muy pocos acuden a realizarse las los problemas asociados a su enferme-
pruebas de detección de anticuerpos. Por dad, padecen con mayor frecuencia
si fuera poco, de entre los que acuden, depresión y otros problemas emocionales
muchos no vuelven para conocer los (Battles y Wiener, 2002). Las escuelas
resultados de las pruebas (Johnson eí al, podrían cumplir una función importante
2003). Una vez conocidos los resultados, proporcionando estabilidad a los estu-
cuando son indicadores de ausencia de diantes cuyos familiares están enfermos
infección, muchos individuos reinciden o han muerto por el SIDA (Duggan,
en las conductas de riesgo. Cuando son 2003). En este segmento de la población
indicadores de presencia de infección, (niños y adolescentes), también se requie-
un alto porcentaje de pacientes llevan a re de mayor investigación acerca de los
cabo conductas que les somete a reinfec- factores asociados a su adhesión al trata-
ciones y se adhieren escasamente al tra- miento (Steele y Grauer, 2003).
tamiento que les podría prolongar y Por lo que respecta a la intervención
mejorar su vida. psicológica, observamos nuevos retos
La investigación psicológica futura para el futuro. En primer lugar, es nece-
debería centrarse en todos estos ámbitos sario que se realicen más estudios acerca
Aportaciones al tratEuniento psicológico de las personas con VIH 65

de la eficacia de las intervenciones. Pre- de cuatro meses para reducir las con-
cisamos conocer qué componentes tera- ductas de riesgo entre usuarios de dro-
péuticos son los más activos en la mejo- gas intravenosas con la de un programa
ría de los pacientes y cuáles son los consistente simplemente en dos sesio-
factores moduladores de esta mejoría. En nes de counseling, no evidenciándose
segundo lugar, habría que investigar algu- diferencias significativas. Y también el
nos aspectos que tienen más que ver con trabajo de Paterson, Shawr y Semple
la forma de aplicar los programas que (2003) que aporta datos acerca de la efi-
con los contenidos en sí mismos. cacia de una intervención tan breve
Uno de ellos hace referencia al trata- como la que pueda aplicarse en una sola
miento de las parejas serodiscordantes. sesión para reducir las conductas de
Dado que el malestar emocional en estas riesgo para la transmisión del VIH entre
parejas guarda una estrecha relación con los pacientes seropositivos. Este tipo de
la satisfacción diádica, la satisfacción intervenciones breves pueden ser muy
sexual, la autoinculpación y el apoyo de importantes para poder atender ciertas
la propia pareja, sería necesario que las necesidades clínicas. Así, algunos estu-
intervenciones clínicas para estas parejas dios recientes revelan que aproximada-
se centraran en la relación y no en el mente un 58% de los pacientes que son
enfermo por separado (Remien, Wagner, diagnosticados como seropositivos no
Dolezal y Carballo, 2003). De hecho ya vuelven al centro sanitario para conocer
disponemos de datos que hablan de la el resultados de las pruebas y recibir
eficacia de programas como el de Pome- consejo (Hightow et al., 2003). Por lo
roy, Green y Van-Laningham (2002) que tanto, sería útil implantar programas de
parten de esta idea. intervención breve en el mismo momen-
Otra necesidad que comienza a reve- to de realización de las pruebas diag-
larse es la de implantar programas de nósticas para conseguir que las personas
intervención psicológica dirigidos a los que acuden a hacerse estas pruebas
cuidadores de los niños con infección vuelvan a recoger los resultados.
por VIH para ayudarles a enfrentarse al Finalmente, cada vez más autores
estrés que supone su cuidado (Chalfin, defienden el papel que pueden jugar las
Grus y Tomaszeski, 2002).
nuevas tecnologías como Internet no sólo
Respecto a las personas mayores que para lanzar mensajes de prevención a la
llevan años padeciendo la enfermedad, población general o a grupos específicos
algunos autores indican que en los pro- (Rietmeijer, 2003), sino también como una
gramas para estos pacientes debería dis-
estrategia de ayuda a personas ya infecta-
minuirse la atención a lo patológico y al
das por el VIH (Kalichman et al, 2002).
estigma e intentar que los pacientes se
centren en áreas de su vida en las que
están funcionando adecuadamente con el
fin de incrementar la sensación de con- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
trol de su vida (Orsulic-Jeras, Shepherd y
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Otra línea futura de trabajo se refiere man, N., y Fletcher, M. (1991). Cognitive-
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ves de intervención. Un ejemplo es el buffers distress responses and immunolo-
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