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He asistido a unas cuantas audiencias de juicios orales (la verdad no tantas),

pero es muy llamativo que en la mayoría de las que participé se ha


evidenciado, tanto por parte de la fiscalía como de la defensa, que cuando
nos encontramos frente a un contrainterrogatoriosigue presente la célebre
frase de Paul Bergman: ¡Yo me encargo de destruir al tonto!

En nuestro sistema, la mayoría de litigantes considera que el contraexamen


es un arma para humillar y destruir a un testigo. Esto incluso puede afectar
psicológicamente a la parte contraria (que ofrece al testigo), al punto de
realizar objeciones en función de proteger a su testigo.

Lea también: Cross-examination | Un contundente ejemplo que


demuestra por qué no debemos hacer ni una sola pregunta de más

El presente artículo trae una incidencia observada en un juicio oral al cual


asistí y que me llamó poderosamente la atención: la discusión suscitada en
un contrainterrogatorio.

ABOGADO: ¿Diga solo si recuerda el contenido del documento de fecha del


2004?

TESTIGO: Si, recuerdo.

ABOGADO: ¿Qué decía en ese documento?

TESTIGO: Uhmmmmm… creo que decía que la parte de adelante le


pertenecía a mi tío y la parte de atrás le corresponde a mi tía…

ABOGADO: ¿Está seguro?

FISCAL: OBJECIÓN.

JUEZ: Fundamente su objeción.


FISCAL: La pregunta del abogado busca confundir al testigo, sabiendo como
es el testigo que duda sobre la información que brinda en el juicio, considero
que el abogado no debe realizar esa pregunta, pues lo que busca es
confundirlo más.

ABOGADO: Señor Juez, permítame absolver la objeción. Cuando un testigo


declara su principal fuente de prueba es su memoria y una declaración un
juez no lo toma como dice Michelle Tarufo «como un objetivista ingenuo»,
sino que el juez lo valora, lo aprecia, críticamente; porque hay falsos
recuerdos, deja vu, malas asociaciones y la mentira.

JUEZ: Yo no tengo ningún problema porque se haga esa pregunta. Testigo


responda.

TESTIGO: No estoy seguro.

Lea también: Reglas para el interrogatorio según «El arte de la duda» de


Gianrico Carofiglio

En esencia, los fines del contrainterrogatorio son dos; el primer fin es abordar
información no proporcionada por el testigo en su examen directo y el
segundo fin (al cual realizaremos un especial estudio en este artículo) tiene
que ver con testear la información del testigo.

En cuanto a testear la información nos referimos como dice Andrés


Baytelman a «poner a prueba» la información. Resulta relevante señalar que
la información de un testigo es adquirida en un determinado tiempo. Por lo
general, al momento del juicio oral, han transcurrido una considerable
cantidad de años y ahí es donde la memoria de un testigo se convierte en la
fundamental fuente de prueba.

La psicología cognitiva, por años, ha realizado estudios sobre la memoria y


los tipos de almacenamiento. En cuanto a los tipos de almacenamiento de
la memoria son de tres tipos:
1. Almacenamiento sensorial. Es el almacenamiento más corto, su
duración es menor a un segundo. Solo con la atención selectiva esta se
puede convertir al almacenamiento a corto plazo.

2. Almacenamiento a corto plazo. Es conocido como memoria activa, su


duración es más prolongada que el almacenamiento sensorial debido a que
existe factores externos (contraste, intensidad, movimiento) y factores
internos (interés, necesidades, motivaciones) que llevan al sujeto prestar
atención, por tanto, su duración es mayor que la del almacenamiento
sensorial. Sin embargo, el olvido aparece cuando existe una nueva
información, lo que en psicología llamamos la interferencia; por tanto su
duración es relativa y se necesita de mecanismos de control para prolongar
la información.

3. Almacenamiento a largo plazo. Es la memoria cuya duración es


indefinida. Solo obtenemos esta capacidad, a través de dos mecanismos de
control: que el material almacenado sea significativo y el repaso.

Por tanto, cuando un testigo declara en la investigación o en el juicio oral,


puede hacer uso de su memoria a largo plazo; sin embargo la memoria a
largo plazo al igual que otros tipo de almacenamiento, sufre de fenómenos
naturales, tales como el olvido y las paramnesias(falsos recuerdos).

Lea también: Nueva prueba y derecho a la contradicción (Casación 09-


2007, Huaura), por William Quiroz Salazar

Siguiendo los estudios de la escuela cognitiva, el alemán Hermann


Ebbinghaus mencionó en su famoso esquema llamado «la curva del
olvido» que la memoria cae en el olvido por la falta de repaso de la
información. Resulta lógico un o testigo que no necesariamente repase la
información obtenida sobre un hecho. Así slo se almacenará información
sobre hechos centrales, mas no la información de detalles periféricos,
como por ejemplo: ¿cuántas personas estuvieron? ¿qué color de ropa llevaba
la víctima? ¿cuánto vehículos transitaban?, etc.
El desafío del contrainterrogador, dentro del contradictorio, es someter a un
análisis riguroso la obtención de la información del testigo (percepción) y la
capacidad de almacenamiento de la información (memoria). Todo ello busca
que el juzgador valore de manera crítica y racional la información que puede
ser afirmativa, negativa o dudosa. Considero que la pregunta ¿está
seguro?, no tiene una finalidad de mala fe u obstruccionista, por lo
contrario, es totalmente legítimo realizar ese pregunta pues permitirá al
testigo tres cosas: ratificarsede lo dicho en juicio, negar lo dicho en juicio al
realizar un nuevo análisis y evocar la información correcta o dudar sobre la
fiabilidad de su información lo cual no le permite afirmar o negar.

La labor de un contrainterrogador es efectivamente verificar esa información


a fin de permitirle al juzgador una información de calidad, y siendo la
memoria la principal fuente de prueba de un testigo, resulta prudente
preguntarle sobre si está o no seguro de la información.

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