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Julia Isabel Jiménez Pascual.

Desde el principio de la vida es la palabra.

La palabra expresa al ser y es el ser


quien comunica su esencia
en la oralidad de su palabra
que es su palabra primera.

Palabra oral y natural.


Maternal y melodiosa
que se escucha, piensa y dice...

Palabra escrita y cultural.


Gráfica e histórica
que se piensa, lee y escribe...

que surgen de la interrelación


e intercomunicación humana.
En la familia, escuela y comunidad
en nuestra Tierra, historia y vida.

Karina Patricia Daniel López.


El niño desarrolla plenamente a partir de sus conocimientos previos; la comunica-
ción se favorece en el interés del niño por su realidad histórica, social y cultural.
Construir unidos al través de la “Cáliz humana”; ser más humanos, humanizarnos
al colaborar con nuestra práctica y construir y reforzar los conocimientos. Produc-
ción de experiencias que rompan los paradigmas y la rutina.
Reconstruir mi labor educativa permanentemente; porque sé que si quiero puedo
y ayudar a mis semejantes es mi meta, mi pasión y bendición.
(Escuela Primaria. Nezahualcóyotl)

Benjamín Lezama Sarabia.


La palabra es el espíritu del hombre que trasciende. No fue creada conforme al
tiempo sino para la eternidad. Es el poder del diálogo y la comunicación donde el
hombre domina y usa la palabra con plena conciencia y desde su libre albedrío. La
palabra es entonces la esencia de la persona, es el verdadero ser que describe su
condición humana, de niñas y niño, de usted y yo, de nuestra esencia espiritual y
trascendente.
Teresa Rodríguez Ortiz.
En cada palabra generadora, se reconocerá la unidad sonora y pronunciable para
formar la unidad gráfica de la escritura, siendo comprendidas las «palabras gene-
radoras» como unidades de un todo que revela simultáneamente el mensaje, la
intención y el concepto.

La palabra humanizó al hombre.


La palabra salvó al hombre de la esclavitud.
La palabra mejorada inició los diálogos para la liberación, la palabra razonada
acabó con la crueldad de los reyes, la palabra libertad logró la Independencia na-
cional.

Las palabras con amor irán modelando al niño, con palabras poderosas darán aca-
bado a su identidad y personalidad.

Palabras de amor
Palabras de necesidad
Palabras para identificar
Palabras para compartir
Palabras para saborear
Palabras para existir.

Seydi Reyna Cruz.

PALABRA
Poder representas en todo momento, con
Amor debemos enseñarte; fortaleces
Los corazones que te cantan.
A diario platicamos contigo, niños y maestros
Bellas y nuevas palabras descubrimos jugando
Reafirmarte y leerte es nuestro compromiso. Te
Amaremos por siempre y tendremos cuidado de ti.

María de los Angeles Cruz Cortes.


Las palabras dan consuelo al alma y el diálogo bienestar, confortamiento e inspi-
ración para seguir confiando en que todo tiene solución. Una buena comunicación
nos llena de espiritualidad y alegría. No hay cosa más satisfactoria que poder co-
municarnos por medio de la palabra. La palabra te renueva, te da luz, amor y pa-
sión por la vida.

Hay un gran universo de palabras que pueden causarnos sentimientos adecuados;


te hacen ser más humano y pueden también producir conocimientos para entender
lo que debemos hacer ante situaciones de injusticia. Las palabras tienen poder para
cambiar y trascender más allá del ser; la palabra te transforma, te evoluciona, te
humaniza...
Por eso en la escuela y el hogar, en la sociedad y el país, debe prevalecer siempre
la palabra.

Palabra que genere el poder de defender lo que nos pertenece en este mundo.
Palabra que nos dé el coraje y el poder para defender la naturaleza.
Palabra que nos permite defender nuestra Tierra y la vida.
Palabra que lucha para recuperar lo propio y lo que nos corresponde.

Este es el poder y el dominio que nos ofrece la palabra que escucha, dice, lee y
escribe; palabra transformadora de nuestro mundo, de nuestro ser...

Niñas y niños se humanizan con el poder de la palabra; cambian cuando dialogan


y conversan cuando debaten y deliberan, cuando se comunican e intercomunican,
cuando usan el poder y el dominio de la palabra.

Seydi Reyna Cruz.


AZETAGRAMA
Alegría buena cada día
enseñando felicidad grande
Hombres inteligentes
juntos leemos misteriosas notas

Ñoñitos ocurrentes
personas queridas
representadas siempre

Todas unidas valoro


Werner, Xóchitl, Yaretzi.

Zarparemos siempre hasta donde el mundo comience.

Isaura Gutiérrez Rojas.


Hoy, la palabra tiene sus mejores aliados en el diálogo y la comunicación. Com-
prendemos entonces que no hay comunicación sin diálogo y sin ambos la palabra
carece de sentido.

Atenógenes Procopio García.


Cuando aprendemos o escuchamos lo que decimos, lo que expresamos a los demás
por medio de nuestras palabras y lenguaje, en el diálogo y la comunicación, nos
interrelacionamos, fortalecemos vínculos de amistad y comprensión, de ayuda y
camaradería, de convivencia y comunidad.
Guadalupe Hernández Sánchez.
Cuando el ser humano logra pronunciar su palabra y mundo, aprenderá también
a encontrar y valorar su identidad, sólo entonces su vida desarrolla sentido.

Elizabeth Mendoza Pérez.

También hay palabras hirientes


que duelen más que los golpes

Palabras que dejan huellas


más profundas que una daga.

Palabras que carcomen y pudren el alma


que dañan como ninguna enfermedad.

Si una palabra destruye o edifica, busquemos palabras edificadores para nuestros


niños, construyamos con ellos un espíritu fuerte, usemos el poder de las palabras
para descubrir unidos las bondades de la vida, para amarla y respetarla.

Rey Vásquez Ruiz.

La palabra

Eres mi fiel compañera, tan bella


como la primavera, como una estrella.
En largas noches de insomnio
tu compañía me provoca
inmensa alegría.

A lo largo de esta linda travesía


he vencido y he perdido como ninguno
pero si de algo estoy seguro
es que tú y yo somos uno en este mundo.

Eva Toledo Ruiz.


Narrativas, cuentos y leyendas, etc., las cuales son actividades de la alfabetizadora
para que niñas y niños comprendan conscientemente el universo y todas las trans-
formaciones en los diferentes campos del saber.

Más que una simple asignatura escolar, la enseñanza de la matemática debe com-
prenderse en la experiencia como aprendizaje aplicado; matemática útil, palpable
y razonable en su diario acontecer, que permita desarrollar un pensamiento lógico,
creativo y edificante.
Verónica Francisca Gómez Amador.
Es importante ir descubriendo con niñas y niños el universo de las palabras gene-
radoras; en la relación vital con el mundo y su realidad, en la lectura y escritura de
palabras vivas. En este momento del proceso es muy importante la entonación y
emotividad al pronunciar y ofrecer las palabras, pues allí se comprenden, descu-
bren y reelaboran los nuevos significados. (neocodificación)

Inés Espinosa Cruz.


A través de las palabras generadoras que se van sumando se amplía su conoci-
miento y vocabulario, su experiencia de mundo.
“diálogo intenso”

Lorena Galindo Lara.


Alfabetización es el aprendizaje y uso consciente, intencional, comunicativo de la
palabra escrita y del pensamiento matemático.

Elsa Cruz Navarrete.


Investigador andante...

Zully Darlene May Vargas.


Te da oportunidad de reconocerte y valorar tu sentido de pertenencia.

Blanca Mendoza Vásquez.


El analfabeto político es aquél o aquella persona que sabe leer y escribir pero su
aprendizaje sirve de poco, es irrelevante, pues percibe el futuro como una repeti-
ción del presente, y el presente una repetición del pasado. La historia es para el
analfabeto político un suceso repetitivo, preestablecido, predeterminado...

Petrona Inés Gómez García.


Al realizar en el salón de clases o en casa diferentes lecturas de cuentos, leyendas,
poemas, etc., niñas y niños se van apropiando de nuevas palabras y nuevos signi-
ficados, amplían su vocabulario, conciencia y mundo.

Arcelia Lucina Acevedo Pérez.


La continuidad de la palabra oral y la palabra escrita es natural, debe ser animada
para que niñas y niños incorporen nuevas palabras al diálogo y su vocabulario, a
su pensamiento y registro escrito.

Teresa Rodríguez Ortiz.


Las primeras palabras orales serán las primeras palabras escritas: «mamita» y «pa-
pito».
Guadalupe Martínez Ramírez.
Surgen nuevas ideas y aprendizajes.

Karen Josefa González.


Como alfabetizadora me llena de satisfacción cuando un nuevo ser descubre el
mundo de la escritura, desde ese momento tienen el poder de conquistar su mundo
y descubrir el de otros.

Jaime Torres Ríos.


Con la comunicación cada quien expresa el sentido exacto de su sentir.
Las palabras se las lleva el viento, es verdad, pero la palabra escrita se mantiene en
el tiempo.

Felisa Olivia Ríos Cruz.


En el ámbito escolar entre más permitamos que los alumnos se expresen y opinen
con libertad, en esa misma medida enriquecerán su oralidad y podrán ampliar su
vocabulario para plasmarlo posteriormente en palabra escrita; este proceso de
aprendizaje de la palabra oral a la palabra escrita demuestra la continuidad entre
una y otra.

Delia Salgado Solano.


Hombres y mujeres somos sociales por naturaleza, buscamos compartir y comuni-
car nuestro pensamiento y sentimiento, nuestro dolor y alegría, nuestras tristezas
y conocimientos, por medio de la palabra. La palabra oral y escrita es la expresión
de la conciencia humana.

Josefina Alavez Pérez.


La alfabetización política es aquella que favorece al ser humano porque le eman-
cipa y lo libera de la ideología dominante.

Mauro Alderete García.


La educación ha servido a los intereses de la clase dominante; los maestros, alie-
nados, reproducimos lo que el sistema nos pide, desde el momento de entrar a la
escuela, comenzamos a ejercer el poder vertical, formamos fila para que “califi-
quemos” la tarea. Tratamos de controlar la disciplina y la participación de cada
uno de los alumnos.
Y qué decir al tratar de imitar a nuestros explotadores, la mentalidad pequeño bur-
guesa nos dicta que sientes un buen auto, una buena figura, eres buena persona.
Luego entonces, qué vamos a trabajar y conseguir con esa mentalidad.
Hay un largo trecho que todavía recorrer, pero hemos comenzado a caminar.

Rosa María Olivera Santos.


Los seres humanos nos desarrollamos socialmente en la actividad práctica: apren-
dimos a gatear gateando, a caminar caminando; con caídas y golpes, sin que esto
nos impidiera seguir practicando hasta lograrlo. A lo largo de la vida se nos pre-
sentaron retos y oportunidades que sólo lograremos si nos arriesgamos a recorrer
el camino que no llevará a la autonomía... superando siempre las dificultades que
encontremos, aunque la limitación más grande es aquella que existe en nuestra
mente.
El diálogo realmente tiene un poder impresionante pues nos permite unir nuestro
ser con nuestro espíritu ¿Te has sorprendido hablando sola...? Yo sí, muchas veces,
me hablo a mí misma, dialogo conmigo misma...

Elizabeth Pérez Martínez.


No recuerdo cuándo fue que comencé a acompañarte en tu camino; sin embargo,
siempre estuviste allí mamá; repitiendo la frese: «Di ma-má».
No sé cómo la aprendí ni como la pude haber dicho, pero eso no me importa, lo
importante fue que dije mi primera palabra ¡Palabra que tiene un gran significado
en mi existir!
Las palabras aumentaron cada día y no dejan de surgir. Sólo soy yo quien se limita
a pronunciarlas con mis labios, pintados de rojo, de una joven maestra de veinte
años.

Eneyda Cortés de la Cruz.


Niñas y niños son seres de actividad y comunicación. Con las palabras generadoras
podemos crear diálogos que nos lleven a la comunicación en el aula, mediante de
las aportaciones que los alumnos ofrecen al proceso, se va generando la continui-
dad necesaria entre la palabra oral y la palabra escrita.

Flaviana Cruz Luis.


El niño aprende siempre de su mundo inmediato. Cuando la palabra con la cual
alfabetizamos tiene significado para él, el proceso es mucho mejor. Por tal razón
debemos pensar siempre en su entorno inmediato para descubrir de allí mismo las
palabras que nos servirán para que los alumnos se alfabeticen de manera significa-
tiva y funcional.

Nancy Osvelia Martínez Cruz.


Para que el aprendizaje significativo debe emerger de la realidad misma del estu-
diante, para que sea significativo debe también crear y desarrollar un sentido. Di-
cho de otra forma, que aquello que el alumno aprende en la escuela que lo vincule
con su vida diaria.
.
Eva Toledo Ruíz.
Es necesario que nosotras como alfabetizadoras nos emancipemos primero para
no permanecer en la ignorancia, adueñarnos de la palabra y de la conciencia his-
tórica y contribuir y ayudar al niño a comprender su realidad para transformar su
vida; mostrar al verdadero enemigo, darle sentido a la vida.
Para lograr el cambio se necesita del apoyo de los padres de familia. Entender que
la educación tiene que ser un acto espiritual, porque teniendo fe será un acto de
sacrificio personal, humildad, donación...
Debemos concientizarnos con los alumnos a no reproducir lo que el sistema capi-
talista nos impone, para emanciparnos sólo existe el camino de la descolonización

María Guadalupe Zambrano Antonio.


Es tan importante que un niño consolide su lectura y escritura porque gracias a ello
podrá expresar y comunicar su sentir de manera consciente, observando crítica y
creativamente la realidad de su entorno, para dejar de ser una repetición del sis-
tema.

Joselino Morales Hidalgo.


Debemos romper con la enseñanza tradicional donde el maestro dice y el alumno
escucha; romper con las planas, copias, memorización mecánicazada. Debemos
evitar el control del «¡Cállate!», «¡Siéntate!», «¡Pon atención!», «¡Hazlo como yo!»
y mensajes ofensivos como «¡Eres un burro!», «¡Tú no sabes!», «¡Eres un flojo!»,
«¡Mejor no vengas a la escuela!», palabras que generan un trauma en el alumno,
minar su autoestima y sobre todo desmoralizarlo.

Juana Ramírez García.


La alfabetización es un momento muy delicado en mi quehacer docente; debo pre-
cisar, definir y actuar los principios humanos que pretendo lograr:
Formar seres con conciencia histórica (los niños deben ser críticos de la realidad
donde viven: su pobreza, falta de oportunidades, salud, vivienda, alimentación,
etc.) Situaciones de injusticia producto del sistema capitalista.
Considerar que el diálogo y la comunicación con alumnos y padres de familia son
los medios que nos pueden permitir a comprender la situación problemática y que
juntos podemos ser parte de una gran revolución para el cambio.
Conocer qué nos despojan (recursos, conciencia, espiritualidad) y quiénes nos des-
pojan (el gobierno, las empresas nacionales y transnacionales, el imperio, etc.).

Isis Rivera Jiménez.


Un día cualquiera en mi aula es impresionante; niñas y niños se muestran dispues-
tos y curiosos; con emoción buscan descubrir en su vocabulario un inagotable
mundo de palabras. Sus ojos evidentemente demuestran sorpresa cuando descu-
bren y escriben nuevas palabras en sus cuadernos y no conformes con ello dialogan
y comparten sus avances y aprendizajes en comunidad. Incluso hay momentos en
que toman la sartén por el mango, abandonan su papel de aprendices y asumen el
papel de maestros.
La convivencia y la compartencia tomaron un poco más de tiempo, esto debido a
ciertos hábitos inculcados por la sociedad, la escuela y la casa; sin embargo, poco
a poco, he observado que el grupo aprende a compartir los aprendizajes, sé que
pronto compartirán alegrías y tristezas, experiencias y proyectos.
Al través del diálogo y la comunicación se produce un aprendizaje compartido y
la palabra toma entonces un papel fundamental y prioritario, pues nos permite ex-
pandir las ideas y descubrir las distintas tonalidades del mundo en momentos úni-
cos e irrepetibles.
Por eso, la experiencia vital y existencial de niñas y niños debe ser siempre punto
de partida de cualquier escrito o lectura, pues cada niña o niño presenta peculiari-
dades únicas. Cuando dicha experiencia vital y existencial se comparte con la pa-
labra generadora, el aprendizaje se hace convivencial y comunitario (dialogan, pre-
guntan, intercambian ideas, debaten, etc.); en realidad son pocas las niñas y niños
que se inhiben oralmente y permanecen en silencio; sin embargo, están al tanto de
todo. Algunas veces pienso que no emiten su opinión porque analizan a profundi-
dad aquello que dicen sus compañeros; quizá me equivoque al pensar todo esto
pero es así porque prestan mucha atención a las palabras de sus compañeros.
Al principio, niñas y niños escriben como hablan porque no cuentan aún con las
herramientas necesarias para escribir intencionalmente para otros. Su lenguaje to-
davía no es capaz de alcanzar esa facultad y poder; van descubriendo que sólo
compartiendo logran por sí mismos corregir sus deficiencias. Es así que la palabra
escrita, poco a poco, adquiere significado, concreción y sentido.

María de los Ángeles Vásquez Narváez.


En esta ocasión escribiré sobre la palabra «chocolate».
Chocolate es una palabra muy pero muy antigua y con muchos usos y sobre todo
deliciosa. Anteriormente sólo los reyes bebían chocolate y en la actualidad se toma
en muchos lugares del mundo. Esta bebida la toma en la actualidad gente pudiente
y pobre, en fiestas o cuando alguien fallece.
Contaré aquí algo muy bonito que viví con mis niños al investigar el origen y cul-
tivo del cacao, de donde proviene el chocolate. Todas las niñas y niños investiga-
ron con mamita y papito, en libros e internet, en revistas y periódicos, etc.; después
de escuchar todo lo investigado, dijo Joaquín: –«¡Maestra, yo traigo el cacao! Mi
nana me lo dio para mostrarlo a mis compañeros y a Usted».
Todos quedamos impresionados porque por acá, en Xoxocotlán, no se cultiva, na-
die lo conocía en especie ni en semilla, como se dice por aquí.
Teníamos un conocimiento a partir de imágenes de libros; por eso pienso que esta
palabra generadora nos dio muchos aprendizajes pues conocimos el uso y el ori-
gen; además conocieron las familias silábicas que componen la palabra «Choco-
late».
Acá en nuestro estado es muy conocido y consumido en muchas formas y mane-
ras. Niñas y niños pudieron tocarlo, olerlo, sentirlo... Abrieron el cacao y observa-
ron asombrados que había dentro de él muchas semillas. No se pudieron contar
cuántas semillas había porque estaban mojadas y pegadas a la cáscara del cacao.
Comentamos el procedimiento para elaborar el rico «chocolate», definimos lo ne-
cesario.
Al día siguiente cada quien compartió lo que organizamos y participamos todos
en la preparación del chocolate, disfrutamos en comunidad; bebimos nuestra pa-
labra generadora favorita: «Chocolate».
Norma Soria Pérez.
El día en que anoté en el pizarrón la palabra generadora «Tlayuda», observé que
mis alumnos estaban atentos al pizarrón. Comencé a leer la palabra en voz alta y
a mover la boca para que se interesaran. Entonces sobre la mesa extendí una
Tlayuda y para que se interesaran las corté de forma rectangular y las repartí entre
ellos, un pedazo de forma rectangular para cada uno... y los repartí por filas y les
dije: “Tóquenla, obsérvenla, mírenla y después cómanla y mastíquenla poco a
poco, muchas veces...” Yo les veía contentos disfrutando el pedazo de Tlayuda; de
pronto, por iniciativa propia comenzaron a realizar comparaciones con la tortilla,
en una lluvia de ideas dialogaban y comprendía... “es más gruesa y sabrosa”, con-
cluyeron. Yo les veía felices...
Realizamos un pequeño texto:
«La tlayuda es grande, dura y redonda; es sabrosa, huele rico y se elabora de masa
de maíz.»
Me di cuenta que si a mis alumnos les interesa un tema inmediatamente comien-
zan a participar, les escucho y eso me sirve para continuar o reorientar el tema. Si
hay propuestas de trabajo las tengo muy en cuenta.
Me gusta llevarles información de nuestros antepasados, les hablo sobre el cuidado
del maíz. Les digo que en la actualidad ya no se obtienen elotes ni mazorcas gran-
des; deben pasar muchos años para aprender a sembrar el maíz. Les digo también
que es un producto propio del Anáhuac, de México, fue domesticado y reinven-
tado por la sabiduría de nuestros pueblos.
Les subrayo que el maíz se siembra en Esquipulas, que así se llama la comunidad
donde nos alfabetizamos. Algunas veces, durante la lectura hay palabras nuevas
que tenemos que buscar en el diccionario, así descubren y conocen nuevos térmi-
nos.
Me impresiona la forma que tienen de analizar, comparar y reflexionar el pasado
con su presente y realidad.
Cuando se les presenta una hoja en blanco me da gusto cuando plasman con gran
naturalidad todo lo que han aprendido, sin darse cuenta, llenando la hoja total-
mente.
Al mostrarlo a sus mamás en una reunión me alegró ver la felicidad en sus rostros,
ver que se ha trabajado de otra manera y ellos están felices.
Hemos elaborado tarjetas de cumpleaños con escritos de felicitaciones, textos gru-
pales en el pizarrón, todos juntos; un aforismo célebre, un pequeño texto, un
poema breve, etc. Les subrayo siempre que la palabra escrita es fundamental para
sus vidas.

Lucila Catalina Arango Pérez.


El método de la palabra generadora ha sido una grata experiencia para mí.
Usar sus propias palabras y palabras de su entorno para alcanzar el proceso de
alfabetización ha enriquecido los conocimientos adquiridos.
Aprendo un nuevo método; al igual que mis alumnos, me abrió por completo el
panorama, he perdido el miedo a los cambios, a lo nuevo, a lo desconocido ¡Es
emocionante!
Es un aprendizaje mutuo y muy enriquecedor. El tipo de alfabetización que estoy
aprendiendo y aplicando es muy satisfactorio para mí pues el proceso ha sido crea-
tivo, funcional y mucho más, tanto para mí como para mis alumnos.
Ha sido muy enriquecedor comprobar como usan la matemática de forma creativa,
así es más comprensible y útil a su vida.
He aprendido que mi deber como maestra es crear alumnos, seres humanos con el
poder de controlar su voluntad; de ser libres para hacer el bien, para ayudar y trans-
formar; dejar de pensar solamente en el beneficio propio y ver y ayudar a los de-
más, al prójimo.
Una experiencia muy enriquecedora para mí como profesional y como persona.

Saraí García García.


Mi día a día
Todas las mañanas me levanto con la emoción de llegar a la escuela y ver las caritas
de alegría de mis niños al verme llegar. Eso me llena de satisfacción, su recibi-
miento cálido es la mayor gratificación a mi trabajo diario.
En día a día he notado que muchos de mis alumnos tienen la idea de que para que
yo les escuche tienen que gritar, tal vez en casa los han enseñado a gritar en lugar
de hablar, entonces he reflexionado y quizá no he aplicado como debería la prác-
tica del diálogo con mis alumnos; diálogos que les hagan sentirse importantes, to-
mados en cuenta; diálogos que les sirvan para expresar sus ideas y ser escuchados,
tal como ellos lo desean pero sin necesidad de gritar.
En cuanto al proceso de apropiación del código convencional de la lengua escrita
veo que para algunos niños les resulta muy fácil y emocionante; para otros es algo
muy complicado, tedioso, aburrido y frustrante. Entonces para mí el desafío es
lograr motivar a esos niños para que sean capaces de superar el reto y se sientan
reconocidos, amados y respetados.

Ruth Elena Rodríguez Reyes.


El reto supone una intromisión para rescatar la dignidad de nuestra esencia hu-
mana e histórica. Al llegar a esta experiencia nos miramos sorprendidos (yo en lo
personal) que hemos desperdiciado las verdaderas oportunidades de lograr una
verdadera labor docente, aunque la experiencia nos salva un poco.
En esta experiencia de años logramos llevar a pequeñas mentes a “apropiarse” de
la lectura por sólo por cumplir un programa impuesto, a llevar una mediocre sen-
sibilidad a la expresión escrita en la que sólo incurrimos a “cuidar” los trazos, que
no permiten percibir los sentimientos o las necesidades de nuestros estudiantes.
Comprendí que nunca es tarde reivindicar, es muy gratificante saber que del amor,
de la comprensión y del apapacho puedo generar una verdadera alfabetización.
Lograr reflexión a profundidad «Mamita»... ¿Qué te sugiere? ¿Cuánto te mueve?
... además de las posibilidades que siguen generando y regenerando: «Mi mamita
me ama. Amo a mi mamá.»
Expresarlo, trazarlo en la arena, aserrín, lodo; todas ellas son actividades lúdicas
y divertidas con las que no sólo puedes hacer que se apropien de las palabras; aún
más, es darle un sentido a lo cotidiano.
Cada palabra lleva a una experiencia diferente, cada palabra generadora nos per-
mite conocer cuánto se ha enriquecido nuestro universo y vocabulario. Es impor-
tante también estar a nivel de nuestras necesidades y de nuestra comunidad de
vida. Generar y activar nuestras emociones. Este tipo de alfabetización lograda en
armonía y conciencia define nuestra identidad y nuestra práctica educativa se hace
más humana y trascendente.
Ser constantes nos permitirá abrir los verdaderos canales humanos de la alfabeti-
zación. Cada quien de manera diferente llevará su práctica educativa al punto má-
ximo que nos permitirá transformarnos, humanizarnos, para trascender.

Marbella Pablo Gutiérrez.


Para mí es importante hacer una reflexión sobre mi práctica docente en torno a lo
que estoy realizando en mi aula con mis alumnos; esto es: entre la lucha si el mé-
todo es correcto, si caemos en el silábico, si es el correcto porque he estado tan
mecanizada y formada en lo que “debe ser lo correcto”, lo que el Plan y Programa
diga es necesariamente lo que debe ser ejecutado. Porque analizando más allá de
las técnicas, de las dinámicas, estrategias, etc., rescato que lo más importante en
este proceso de la “Alfaomeguización” es la PALABRA, el diálogo, escuchar lo
que piensan y quieren expresar mis alumnos pocas veces me había detenido a ha-
cerlo. La mayoría del tiempo me he dedicado a reproducir, hablar y hablar en clase,
a tratar a mis niños como robots, a negarles su palabra, a negarme a escucharles.
Y es que realmente para mí se torna difícil el hecho de dejar hacer lo que los demás
piensan y sienten que es lo “correcto”; la exposición a la crítica de madres y padres
de familia, de la dirección escolar, etc. Y es entonces donde surge la pregunta:
¿Será que no tengo convicción? ¿O es por comodidad que uno se aferra a seguir
con la práctica mecanizadora, individualista...?
Me surgen conflictos internos que debo resolver; me percato que lo bueno que re-
sulta hacer este ejercicio de escritura: ¡Gracias Maestro!
Como dice Bertolt Bretch: El peor analfabeto es el analfabeto político; siento y pienso
que mucho tiempo estuve así, alejada de mi práctica transformadora.
Entonces comprendo que el mayor reto es llegar a mi salón de clases y quitarme la
investidura de que lo sé todo, de querer tener siempre a los niños callados, aliena-
dos, mecanizados... sin hacer ejercicios... 5, 6, 8, todos de manera mecánica.
¿Qué actividades tengo que implementar que no sean las mismas de siempre? Es
aquí que se me viene a la mente el poder y la riqueza enorme del universo vocabu-
lar de las palabras generadora, la palabra “Ayuda”, por ejemplo, pues ahora que
dialogamos sobre ella en la clase, en torno a un niño con “encopresis”, como el
grupo construyó una red de apoyo, una red de ayuda en torno a él. Nunca se hizo
en el rechazo sino en la acogida. Fue muy enriquecedor lo que esta palabra gene-
radora ha hecho con mi práctica educativa.
Pero hay que tener cuidado de no confundir el método con algo mecánico, el uso
del patrón silábico es una herramienta para conocer la familia silábica pero nunca
debemos detenernos allí, mucho menos mecanizar el aprendizaje... no son sílabas
sino palabras generadoras; palabras con un alto contenido existencial.

Jazmín Ordaz Fuentes.


La palabra generadora mueve y motiva al niño a querer seguir aprendiendo cada
vez más. Lo mejor de todo es invitarlo y alentarlo para que esas palabras de
«amor», esas palabras generadoras, sean parte de su historia, sea parte de un regis-
tro escrito donde cada palabra encierra un mensaje especial. Un mensaje tal como
«Amo a mi familia», o mejor aún: «Amo a mi Maestra», porque en ese momento,
al usar esta palabra esencial, esta palabra de amor, se alfabetizan en la convicción
de aprender precisamente eso: «amor, familia, maestra»... desarrollamos entonces
la creatividad necesaria para liberarnos y expresarnos con amor y pasión.

María Nora Arístegui Pérez.


A lo largo de mi vida como maestra, y después de haber trabajado todos los grados
de Educación primaria, reconozco que el grado que me ha dejado huellas profun-
das y gratos momentos es el primer grado.
Al inicio del ciclo escolar el nerviosismo, la duda y el miedo por nuestro reto (al-
fabetizar con un método liberador): ¿Lograré que mis niños salgan leyendo y es-
cribiendo?
Al pasar los días este nerviosismo se convierte en felicidad, entusiasmo y compro-
miso al ir viendo los avances, disfruto con ellos sus juegos, superar fracasos, con-
vertirme en niña todos los días, revivir y sentirme joven con sus ocurrencias, pro-
puestas y opiniones... y aprender juntos sin temor a equivocarnos, pero sí con el
deseo de ver día con día cómo son capaces de escribir y leer una palabra, de escribir
un recado enviado a escondidas a un compañero... ver esas miradas de complici-
dad por el contenido del mensaje me hace muy feliz.
Considero que uno de mis mejores logros es decir: «Juntos aprendimos a leer y
escribir.»

Patricia Cruz Lijis.


Actualmente nosotras, las alfabetizadoras de Xoxocotlán, tenemos el gran reto de
emanciparnos nosotras antes que intentar emancipar a los demás y poner en prác-
tica el Método de la palabra generadora, que es un proceso nuevo que retoma el
entorno de los estudiantes para lograr una alfabetización que ayude a niñas y niños
una comunicación para darle un sentido propio en su accionar diario. Las alfabe-
tizadoras de la Zona escolar 04 de la delegación sindical D.I-29, tenemos el reto
de lograr con quienes interactuamos una alfabetización política.

Julia Isabel Jiménez Pascual.


He observado que a pesar de ser muy breve el tiempo en que niñas y niños han
sido domesticados por la escuela, son ya muy notorias las nefastas repercusiones
en su comportamiento. Cuando se les fue pedido que dialogaran reinó el silencio.
Al pedirles que expresaran sus opiniones sobre una codificación contrastante per-
manecieron callados.
Me percaté que cuando ofrecí una codificación contrastante con la realidad de su
comunidad, de su mundo, generó una explosión de niños “parlantes”, cada uno
expresó, opinó y dialogamos; a su vez propusieron “ayudas” para superar el pro-
blema. Esas participaciones provocaron en mí gran admiración y alegría, ver que
emanan palabras vivas fue asombroso, además generando análisis y propuestas de
solución.

Raquel Flores Julián.


Me da lástima que exista gente que se molesta conmigo por quererle contar, por
querer que conozca lo que yo sé... ¿Será que estoy mal...? ¿Será que cada quien
tiene que conocer sólo lo que quiere...? Me desespera que mis compañeras se afe-
rren a continuar alienadas al sistema, a vivir en su círculo de confort, buscar siem-
pre el trabajo fácil y simplista.
Con este curso-taller he aprendido que el sistema nunca me va a enseñar a gol-
pearlo sino a reproducirlo; por eso tenemos que escribir lo que tenemos que leer y
seleccionar sólo aquello que redunde en nuestro beneficio, esto es, para respaldar
nuestra libertad, dignidad e identidad humana.

Alejandra Guadalupe Aragón Vargas.


En estos meses que he trabajado con la palabra generadora he observado que es de
suma importancia utilizar palabras del interés del estudiante para alfabetizar, pa-
labra de su contexto cultural y de su propia experiencia de vida, pues tienen mayor
significado y el interés también es mayor; además, a la par podemos revisar dife-
rentes temas relacionados con dichas palabras para abordar otros temas y materias.
Cuando permitimos a niños cometer errores para que ellos mismos encuentren so-
lución, les estamos dando armas para ser autónomos, independientes, incluso cada
que ellos tienen alguna dificultad o problema preguntarles... «¿Cómo lo resolve-
rás...? Busca una solución ¡Tú puedes lograrlo...!» Con esto le proporcionamos se-
guridad y la certeza de que son ellos responsables y capaces de solucionar conflic-
tos.

Blanca Juárez Sánchez.


Es agradable dialogar con los alumnos, escucharles dialogar, saber y profundizar
en la historia de sus vidas, lo que sucedió en el camino, si están tristes o contentos;
es satisfactorio después pedirles que escriban al respecto, leer sus textos y escritos,
saber de pronto que pueden convertir su pensamiento en palabra oral y su palabra
oral en escritura, en lectura, en el uso consciente de la matemática y de la palabra
escrita.
Me complace ver cómo incrementan su vocabulario que lo acrecientan cada día
más por las actividades realizadas, en las conversaciones y debates, por las deci-
siones efectuadas y por los textos que escriben, leen y socializan en su grupo, es-
cuela y comunidad.
José Rafael Martínez López.
De las palabras que hablo debo decir que cualquiera de ellas son siempre palabras
generadoras de nuevos conocimientos, dudas, emociones y sentimientos.
Debo decir también que el Método de la palabra generadora me ha ayudado a ver
y entender la esencia de mis alumnos, a humanizar mi práctica docente y mi rela-
ción con ellos, también a comprender mejor mi entorno y saber que el verdadero
significado de las palabras no está en las palabras mismas, sino en quien la dice y
la recibe.
Concluyo diciendo que el método me ha enseñado mucho, he aprendido más de
lo que esperaba, me da la seguridad de que mis alumnos también han aprendido y
seguirán aprendiendo con la esperanza de un mundo mejor, más justo y humano.

Esperanza Guzmán Díaz.


Mi nombre es Esperanza Guzmán Díaz, tengo 33 años de servicio y en el camino
de mi vida como docente tuve la oportunidad de compartirlo con 27 generaciones
de Primer grado de la Escuela Primaria Justo Sierra Méndez de la colonia La Paz,
Xoxocotlán, Oaxaca.
Como dije arriba, no es la primera vez que atiendo primer grado, pero es la primera
vez que existe corresponsabilidad de toda una Zona Escolar para construir y rede-
finir nuestro camino en la alfabetización de esta generación que inicia el ciclo 2017-
2018, con el Método de la palabra generadora.
Me emociona mucho la oportunidad de sentirme en libertad para crear e indagar,
investigar y compartir acciones y estrategias que ayuden a que mi praxis sea con-
forme a la emancipación. Surgen desafíos, miedos y temores. Pero también resurge
la valentía, resurge la decisión, la alegría y el apoyo de las compañeras y compa-
ñeros; porque con la fuerza de la fe todo puede ser diferente.

Zusana Medina Montesinos.


Esta tarde es muy distinta a las demás, vino a mi mente infinidad de preguntas que
no todas tuvieron respuesta en el momento. Me pregunté qué rol juego en los pa-
peles que desempeño, soy profesora, soy esposa, soy madre, soy hija, vecina, re-
presentante de mi pueblo y de mi colonia... Tantas atenciones, cargos o servicios
comprometen mi práctica; entonces comprendí que empleando las palabras en un
diálogo puede establecerse la comunicación, por tanto podemos decir que es la
base para comprender, concientizarse, diseñar, crear y liberarnos de la situación
que nos limita y condiciona.
En el intento por emplear un método emancipador, crítico y analítico, con mucho
temor iniciamos con la palabra generadora «Mamita»; con todos los comentarios,
dibujos, representaciones hasta llegar a la palabra escrita, fue interesante porque
un 70% ó 75% de los alumnos se apropiaron de los bocados, no así para el resto
del grupo, por eso la necesidad de trabajar con actividades diferenciadas. Entonces
me gustaría que haya diversidad de palabras en la elaboración del libro (mamita,
abuelita, alegría...), para que cada profesor pueda utilizar la palabra de acuerdo a
su medio.
Si logramos escribir un libro, lo haremos con alegría y entusiasmo, entonces vamos
a contagiar a nuestros alumnos para ser más conscientes, críticos, creativos, refle-
xivos y transformadores de nuestra propia realidad.

Teresa Rodríguez Ortiz.


Alfabetizar parece ser una función fácil, alfabetizar correctamente en el proceso de
emancipación es más profundo, se requiere ser creativa, analítica, reflexiva; ser el
mejor lector de la realidad, buscador de verdades, luchador social; que activamente
participa, comparte y sobre todo, ayuda... que recibir no importe, dar es su mayor
anhelo.
Porque a partir de la palabra generadora los alumnos descubren y crean un sinfín
de palabras que les harán conscientes de su realidad y vida; les preparará para la
defensa de sus riquezas culturales, lingüísticas, alimentarias, comerciales y princi-
palmente naturales y ambientales. Así ampliará su universo y vocabulario, des-
arraigará de su conciencia las palabras del opresor-explotador para convertirlas en
armas de lucha y liberación.
Aprenderemos mucho, nada perderemos en el intento.

Rosa María de los Santos Zárate Ramírez.


La alfabetización que implementamos se desarrolla de manera más creativa y crí-
tica, y en el avance del proceso puede lograrse la alfabetización política, para el
uso comunicativo, social y funcional en diferentes áreas del conocimiento.

María Guadalupe Betanzos Chávez.


En relación a las palabras generadoras puedo decir que gracias a las que seleccio-
namos del uso común que hablan las familias de Xoxocotlán, Oaxaca, pude per-
catarme que mis alumnos aprendieron a leer y escribir rápidamente ya que con este
método niñas y niños no silabean, sino leen la palabra completa, como tal...

Iracema Pérez Rodríguez.


Las palabras generadoras como parte de nuestro contexto me permitieron conocer
más sobre el mundo real de niñas y niños, de madres y padres de familia; me han
ofrecido elementos históricos muy interesantes de Xoxocotlán; en comunidad nos
alfabetizamos y concientizamos a través del nuevo método de alfabetización.
Alejandra Guadalupe Aragón Vargas.
Atenógenes Procopio García.

Benjamín Lezama Sarabia.


Blanca Mendoza Vásquez.
Blanca Juárez Sánchez.

Delia Salgado Solano.

Elsa Cruz Navarrete.


Elizabeth Mendoza Pérez.
Elizabeth Pérez Martínez.
Eneyda Cortés de la Cruz.
Esperanza Guzmán Díaz.
Eva Toledo Cruz.
Eva Toledo Ruíz.

Felisa Olivia Ríos Cruz.


Flaviana Cruz Luis.

Guadalupe Hernández Sánchez.


Guadalupe Martínez Ramírez.

Inés Espinosa Cruz.


Iracema Pérez Rodríguez.
Isaura Gutiérrez Rojas.
Isis Rivera Jiménez

Jaime Torres Ríos.


Jazmín Ordaz Fuentes.
José Rafael Martínez López.
Josefina Alavez Pérez.
Joselino Morales Hidalgo.
Juana Ramírez García.
Julia Isabel Jiménez Pascual.

Karen Josefa González.


Karina Patricia Daniel López.

Lorena Galindo Lara.


Lucila Catalina Arango Pérez.

Marbella Pablo Gutiérrez.


María de los Angeles Cruz Cortes.
María de los Ángeles Vásquez Narvaez.
María Guadalupe Betanzos Chávez.
María Guadalupe Zambrano Antonio.
María Nora Arístegui Pérez.
Mauro Alderete García.
Nancy Osvelia Martínez Cruz.
Norma Soria Pérez.

Patricia Cruz Lijis.


Petrona Inés Gómez García.

Raquel Flores Julián.


Rey Vásquez Ruiz.
Rosa María de los Santos Zárate Ramírez.
Rosa María Olivera Santos.
Ruth Elena Rodríguez Reyes.

Saraí García García.


Seydi Reyna Cruz.

Teresa Rodríguez Ortiz.

Verónica Francisca Gómez Amador.

Zully Darlene May Vargas.


Zusana Medina Montesinos.

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