La etimología comprende no solamente el análisis de las raíces (radicales) de las palabras,
sino también de sus elementos constitutivos: desinencia, tema, terminación y radical.
El estudio de la etimología ayuda:
a la comprensión del significado de las palabras;
a la ampliación del vocabulario personal; a mejorar la ortografía; a la aplicación correcta de la sinonimia, pues sólo muy pocos sinónimos son 100% equivalentes. Usando textos antiguos, los etimólogos tratan de saber la cronología y la modalidad de la incorporación, la evolución –hacia el lenguaje actual– y las mutaciones que han acontecido a una palabra. La etimología en castellano y en catalán debe mucho a la obra del filólogo catalán Joan Coromines, del siglo XX. La valoración de su importancia ha variado según las tendencias del momento. Su época dorada acaeció durante el siglo XIX, cuando se emprendieron trascendentes proyectos de estudio etimológico, tales como los que culminaron en la edición de las obras siguientes:
Oxford English Dictionary (OED).
(Primer) Diccionario general etimológico de la lengua española, de Roque Barcia, en