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OPINIÃO OPINION 141

El contexto político de la participación


comunitaria en América Latina

The political context for community participation


in Latin America

Roberto Briceño-León 1

1 Laboratorio de Ciencias Abstract This article reviews the overall significance of the concept of community participation
Sociales, Universidad
in health with respect to endemic diseases. It also observes how changes in Latin American soci-
Central de Venezuela.
Apartado 47795, Caracas ety during the past forty years have forced radical changes in the notion of participation. The ar-
1040 – A, Venezuela. ticle describes changes in society and analyzes participation in the Cold War context, with four
rbriceno@reacciun.ve
modalities of participation: as ideological manipulation, as cheap labor, as medical care facili-
tation, and as subversion. It then reviews participation in the context of the crisis of ideologies
and describes two modalities: participation as a grassroots movement and as popular promo-
tion. Finally, it interprets the forms participation takes in the context of economic adjustment
programs, and from there it describes participation as both a complement to the State and a
form of privatization. The article concludes with a proposal for participation as a mechanism to
expand and extend democracy; in this sense, it highlights participation as a means of criticism
of power, a fomenter of democratic organization, and a mechanism of transformation for the
health sector.
Key words Consumer Participation; Community Participation; Democracy; Health Policy; Pub-
lic Health

Resumen El artículo revisa las distintas significaciones que ha tenido el concepto de participa-
ción comunitaria en salud y en relación a las endemias, y observa cómo los cambios en la socie-
dad latinoamericana han obligado a producir transformaciones radicales en la idea de partici-
pación durante los últimos cuarenta años. El artículo describe estos cambios en la manera de
concebir la participación comunitaria con los cambios de la sociedad, comienza analizando la
participación en el contexto de la guerra fría, en la cual encuentra cuatro modalidades: la parti-
cipación como manipulación ideológica, como mano de obra barata, como facilitadora de la
acción médica y como subversión. Luego pasa a revisar la participación en el contexto de la cri-
sis de las ideologías y allí describe dos modalidades: la participación como movimiento de base y
como promoción popular. Finalmente interpreta las maneras que la participación adquiere en
el contexto de los programas de ajuste y allí la describe como complemento del Estado y como
privatización. El articulo concluye con una propuesta de la participación como un mecanismo
para obtener más democracia y en ese sentido destaca a la participación como medio de crítica
del poder, como fomento de la organización democrática y como un mecanismo de transforma-
ción del sector salud.
Palabras clave Participación Comunitaria; Democracia; Política de Salud; Salud Pública

Cad. Saúde Pública, Rio de Janeiro, 14(Sup. 2):141-147, 1998


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Introducción demias siempre fueron un asunto público y del


cual debía ocuparse el Estado; no sucedía lo
La idea de participación se encuentra tan di- mismo con la atención médica personal. Esta
fundida como distintos han sido sus significa- situación se modificó en el continente a partir
dos en la historia reciente de América Latina. Y, de la idea del Estado benefactor, y la atención
si a la ya amplia noción de participación le ad- médica pasó a formar parte de las responsabi-
juntamos la calificación de “comunitaria”, la si- lidades del Estado, restándole importancia a
tuación se vuelve más difícil, pues, al mismo las endemias y otros aspectos preventivos de la
tiempo que la significación se torna más vaga, salud pública (Maingon, 1990). Este proceso,
se observa una mayor utilización del concepto que se inicia entre las guerras mundiales, ad-
en los ámbitos del desarrollo social en general quiere su gran fuerza con posterioridad a la Se-
y de la salud en particular. gunda Guerra Mundial, y forma parte del im-
La participación es una idea polisémica en pacto político que tuvieron el pensamiento so-
el mundo contemporáneo. Se habla de partici- cialista europeo y la revolución rusa con su
pación política, económica, empresarial, gre- idea de la planificación centralizada y del am-
mial y muchas más (Iturraspe, 1986). Pero par- plio poder del Estado. Es ese el contexto en el
ticipación no significaba lo mismo al inicio de cual creemos que es posible ubicar las raíces
los años sesenta o durante los años de las dic- de la idea de participación en el sentido con-
taduras que en la actualidad. En esta polisemia temporáneo. Durante la primera mitad del si-
de la participación se cuelan diversos y, en mo- glo, uno encontraba múltiples formas de parti-
mentos, opuestos intereses políticos. Pero sus cipación de las personas, desde los distribui-
múltiples significados tienen una fuerza que se dores voluntarios de quinina hasta la construc-
impone cada vez más en el mundo como parte ción de las viviendas por las personas o la aten-
de un movimiento renovador y, quizá, demo- ción comunitaria de pacientes, pero eso era
cratizador de los programas de salud. entendido como la acción normal de las perso-
En el caso de las endemias la participación nas ante el riesgo y la enfermedad, y no como
ha tenido una importancia cada vez mayor, participación, pues esta idea, tal y como en la
pues las endemias son fenómenos colectivos actualidad la entendemos, sólo surge como
que afectan a gran cantidad de la población, una reacción ante la fuerte presencia del Esta-
por lo tanto cualquier política de control re- do en el área de salud.
quiere de la cooperación de las personas en Cuatro momentos o tendencias podemos
riesgo (Service,1993). Esta cooperación era me- establecer para el concepto de participación
nos necesaria cuando los programas funciona- comunitaria en la segunda mitad del siglo. Es-
ban de una manera vertical, se trataba de po- tas modalidades corresponden a distintos mo-
blaciones rurales dispersas, y los grupos en mentos políticos cuyo contexto intentaremos
riesgo estaban integrados en su mayoría por brevemente formular, para poder entender lo
personas analfabetas y con muy poca cons- que hacemos o hemos hecho y para iniciar un
ciencia de sus derechos políticos (Dias, 1986). debate que considero fundamental para el fu-
Pero esa situación cambió. Por una parte el turo de la idea y de las acciones de salud en el
proceso de transformación de la producción continente.
agraria y la migración rural-urbana modifica-
ron el patrón de las endemias. Por la otra, la La participación en el contexto
educación y los movimientos democráticos de la guerra fría
transformaron a la población que padecía di-
chas enfermedades (Gabaldón, 1969). Ambos En los años cincuenta y sesenta, la idea de par-
procesos han obligado a pensar el control de ticipación tuvo varias connotaciones en el uso
una manera distinta. En parte por una cons- que se le daba en América Latina, y todas ellas
ciencia democrática diferente, en parte por un estuvieron marcadas por la experiencia políti-
reconocimiento de la incapacidad que existe ca de la planificación centralizada en la Unión
de ejecutar los programas como antes se hacía, Soviética, en un primer momento, y por el im-
y donde la participación de las personas era un pacto de la Revolución Cubana, después. La
adorno, más o menos importante, pero adorno acepción variaba, ya que por momentos se le
en fin (Briceño-León, 1993). consideraba importante en tanto respuesta al
La idea de participación ha sufrido muchos centralismo y estatismo soviético: participar
cambios en los últimos cuarenta años, y estas era de alguna manera reconocer la acción indi-
mutaciones dan cuenta de las transformacio- vidual, la iniciativa privada, y de este modo cri-
nes que se han dado a lo interno del Estado y ticaba la idea del Estado poderoso. Pero, por
en sus relaciones con la sociedad civil. Las en- otra parte, la participación implicaba organi-

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zación de la población y, de alguna manera, era das con los movimientos guerrilleros, pero, en
entonces una idea subversiva que se debía su gran mayoría, eran mecanismos de acción
combatir, por ser considerada, en el fondo, una popular que, al no encajar en los esquemas
propuesta “comunista”. simplistas y maniqueos de la guerra fría, eran
Es así que nos encontramos algunas pers- satanizados y convertidos en subversivos. Ha-
pectivas diferentes: blar de participación en ese contexto resulta-
ba sospechoso, y esta situación se agravaba
La participación como manipulación con las dictaduras, pues así se tratase de salud,
ideológica significaban una respuesta democrática que
los militares repudiaban de cualquier manera
Durante este período se realizan muchos pro- (Garfield & Willians, 1989).
gramas denominados de “desarrollo comunita-
rio”, que eran una forma de realización de la
caridad entre las empresas y los gobiernos lo- La participación en el contexto
cales. Se hablaba de participación, pero su fun- de la crisis de las ideologías
damento era propiamente ideológico en el sen-
tido que se trataba de políticas de relaciones Esta situación se modifica a partir de la crisis
públicas de las empresas o de mecanismos pa- del foquismo como estrategia y, en general, del
ra legitimar la empresa privada contra sus ene- movimiento guerrillero en la región. Las disen-
migos (Ugalde, 1985). siones en el movimiento comunista mundial
crearon una crisis importante en los movi-
La participación como mano de obra barata mientos políticos: la primavera de Praga y la
invasión a Checoslovaquia, la revolución cul-
Se trataba de una acción en la gran mayoría de tural en China y la fuerte oposición del movi-
los casos llevada a cabo por las oficinas del Es- miento estudiantil contra los partidos comu-
tado y que procuraba incorporar la población nistas producen un contexto completamente
en la construcción de escuelas, viviendas o ser- distinto al de la guerra fría. Allí la idea de parti-
vicios públicos. El propósito central de hacer cipación apareció entre los contestatarios en-
participar a las personas era abaratar los cos- frentándose a la idea leninista del partido cen-
tos de los procesos de trabajo, en algunos ca- tralizado e ilusionando una posibilidad distin-
sos por carencias de recursos económicos; en ta en el eurocomunismo. El pensamiento de A.
otros, por una intención pedagógica de res- Gramsci (1970), quien postulaba la idea de una
ponsabilizar a los pobres de su salud, pero no mayor presencia ciudadana y la conquista de
pasaba de allí. pequeñas parcelas de poder, ofrecía buenos ar-
gumentos para fomentar la participación. Sin
La participación como facilitadora embargo, la polémica ideológica era fuerte,
de la acción médica pues, para muchos marxistas y los comunistas
de la época, la participación no era una res-
En este caso se trataba de una ayuda a la aten- puesta adecuada para los servicios de salud,
ción médica, y la participación era vista como pues era el Estado quien debía ocuparse de
la aceptación de la población de las recomen- ello y garantizarlos a la población de manera
daciones o acciones médicas. Es muy particu- universal y gratuita. En este contexto, la idea
lar, pero, en muchos casos, se consideraba que de participación se encarnó de dos modos dis-
participar era abrir la boca para tomarse la pas- tintos.
tilla o dejarse hacer un examen. Por supuesto,
estos hechos que parecen irrelevantes se vuel- La participación como movimiento de base
ven de extrema importancia cuando no existen
y en su lugar la acción médica se encuentra Esta crisis del comunismo permitió un acerca-
con la resistencia de la población (Osteria et miento entre los grupos marxistas y los movi-
al., 1988; Tanner et al., 1986). mientos cristianos. Ya había quedado atrás la
alternativa guerrillera, con las muertes de Ca-
La participación como subversión milo Torres y del Che, por lo tanto estos grupos
optaron por la acción popular organizada. Era
Finalmente y en ese contexto, cuando las ac- una forma de identificación con los pobres, de
ciones de participación no eran iniciadas por participación en sus sufrimientos y, quizá tam-
una agente del Estado o de una empresa, eran bién, en sus luchas (Carvajal et al., 1971). Se
consideradas como un mecanismo de subver- trataba de educar a la población pobre, de ha-
sión. Y algunas podían serlo y estar relaciona- cer salir de ellos los valores del opresor que se

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tenían introyectados, era una manera de cons- pesina, a una ONG o a una empresa de servi-
truir una pedagogía para los oprimidos, según cios de salud. Este proceso va aunado al llama-
la memorable expresión de Freire (1970). Ha- do proceso de descentralización, es decir la
bía que lograr la concientización de la pobla- transferencia de responsabilidades de los go-
ción para poder luego garantizar su participa- biernos centrales a las provincias, departa-
ción. mentos o estados, y este mismo hecho es por
un lado considerado participación, y, por otro,
La participación como promoción popular la instancia local se considera más apropiada y
hace más factible la participación de personas
Una versión diferente, pero de raíces muy simi- u organizaciones. En este contexto la partici-
lares, se da en los programas de promoción po- pación adquiere dos modalidades.
pular impulsados por el Estado en ese contex-
to, y de manera muy especial por los gobiernos La participación como complemento
de inspiración demócrata cristiana que se die- al Estado
ron en distintos países del continente, y muy
en especial en Chile y Venezuela (Maritain, En este contexto la participación no se consi-
1961). En estos casos la versión fundamental dera como algo opuesto al Estado, ni mucho
estaba ligada a la idea de la participación como menos como subversión, sino que es una suer-
una respuesta ciudadana que permitiría la “ter- te de complemento de las funciones del Esta-
cera vía”, ni capitalismo ni comunismo, y que do. Es el reconocimiento de la incapacidad del
en algunos casos hacía referencia al capitalis- Estado para resolver solo estos problemas. En
mo popular, en otros, a la posibilidad de “coges- buena medida es un complemento a la acción
tión empresarial”, o a la autogestión, en el sen- del Estado, que procura, bajo la idea de la par-
tido que los movimientos europeos le dieron al ticipación, reducir los costos de los servicios de
término y que Albert Meinster asoció con la salud o hacer que éstos sean pagados o ejecu-
participación. Dependiendo del contexto so- tados directamente por las personas, y no fi-
cial específico y de los líderes locales, estos nanciados por el gobierno. En este sentido se
programas podían parecerse a la participación parece a la modalidad de la mano de obra ba-
como manipulación ideológica o la de los mo- rata, pero tiene una presentación mucho más
vimientos de base (Vekemans,1969). Hacia una sofisticada y compleja.
de estas dos alternativas extremas derivaron La participación puede implicar también la
muchos de los actores de esta modalidad. transferencia de la gerencia de muchos servi-
cios a la población o, en un sentido más am-
plio, a la sociedad civil (Palumbo, 1991). De al-
La participación en el contexto gún modo se trata de buscar la eficiencia a tra-
de los programas de ajuste vés de la incorporación de actores de la propia
comunidad, para los cuales los problemas son
Con la llegada de los programas de ajuste a la asuntos sentidos y tienen una responsabilidad
región, la idea de participación comunitaria con su propia comunidad que los obliga a ren-
cambió radicalmente: de ser casi una mala pa- dir cuentas y a tener una calidad en la gestión
labra, pasó a constituir una suerte de panacea muy superior a la que podía encontrarse en los
de los programas de salud. Todo el mundo co- funcionarios del Estado (Rodríguez et al., 1997).
menzó a hablar de participación, aunque quizá
entiendo cada quien un asunto distinto. La La participación como privatización
participación en este caso se ubica en el con-
texto de las transformaciones del Estado, en En segundo lugar hay todo un proceso de par-
particular en relación al proceso de disminu- ticipación que, en la práctica, ha sido un pro-
ción del tamaño y cambio de las responsabili- ceso de privatización de los servicios de salud,
dades del Estado. Como el Estado debe ser pe- con la injerencia de la empresa privada o de or-
queño, hay muchas actividades que debe reali- ganizaciones no-gubernamentales para gestio-
zarlas la población. Como el Estado debe dedi- nar y ejecutar tareas que antes eran asunto ex-
carse a orientar y dirigir, y no a ejecutar, mu- clusivo del Estado (De Soto, 1987). La manera
chas de las tareas de atención y prevención de- de realizarlo es completamente distinta cuan-
ben ser transferidas a la población en riesgo o do se trata de una ONG o de una empresa pri-
a la sociedad civil, según sea el lenguaje del vada, pero el procedimiento implica un proce-
momento. En este contexto lo particular es que so de privatización similar de las responsabili-
la participación puede referirse casi indistinta- dades y ejecuciones. El hecho de tener o no fi-
mente a las personas de una comunidad cam- nes de lucro dan diferencias que pueden ser

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muy importantes en los procesos y los resulta- mecanismo permanente de innovación y cons-
dos, pero la relación con el Estado es similar y, trucción de democracia.
en ambos casos, se considera que existe parti- Muchos de los programas de salud han sido
cipación de la sociedad civil. diseñados y ejecutados para la población; el re-
to de la participación es poder hacer que estos
programas sean elaborados y aplicados con la
La participación para la democracia población, es decir entre funcionarios del Esta-
do, del ministerio de salud o de las instancias
En estas modalidades antes descritas no se locales, y la población en riesgo. Este ha de ser
agotan todas las posibilidades que se han dado un proceso de diálogo y negociación en el cual
de participación. A lo largo de estos años se muchas veces la iniciativa las ha tenido el Esta-
han presentado unas formas distintas, pero no do, que está intentando desprenderse de fun-
han sido dominantes; en algunos casos fueron ciones, y muy pocas veces la población (Hidal-
reprimidas, en otros, silenciadas. Estas formas go & Vela, 1995). Esta situación debe ir cam-
distintas tenían expresiones variadas, pero biando hacia otra, nueva, en la cual la iniciati-
buscaban una forma democrática de vida ciu- va pueda corresponder más a la población, con
dadana y formas alternativas para las políticas propuestas de programas diseñados por la po-
de salud. Hoy en día estas formas se mezclan blación y ejecutados con el Estado. Esta nueva
con las otras modalidades que vienen del pasa- situación no es fácil de alcanzar, pues va a te-
do. No hay salidas únicas en este camino (Frenk ner la oposición política tanto del sector médi-
et al., 1998). De manera un tanto paradigmáti- co como de algunas instancias del Estado.
ca, pudiéramos describir otras modalidades in- Este tipo de participación para la democra-
tentando recuperar formas dadas en el pasado cia tiene como fundamento aumentar la con-
con los retos que hoy tiene la participación co- fianza de las personas en sí mismas. Sólo te-
munitaria. niendo confianza las personas en sí mismas se
puede dar la participación comunitaria, y una
La participación como crítica al poder vez que ésta se inicia, la experiencia exitosa de
participación se convierte en una fuente ince-
Un elemento central en la participación comu- sante de confianza en las personas.
nitaria es su espíritu contestatario y crítico del La participación debe también en este pro-
poder. La participación como movimiento de- ceso aumentar el sentido de responsabilidad
mocrático no se establece para fortalecer al po- que toda democracia implica. Responsabili-
der, sino para criticarlo. Es una manera de ha- dad que significa consciencia y cumplimiento
cer surgir los cambios a partir de las personas de los deberes y de los derechos. En nuestras
que critican con su actuar y su pensamiento los democracias latinoamericanas la población a
patrones dominantes de los programas y las comenzado a tener consciencia de sus dere-
políticas de salud. Esta crítica puede hacerse chos, pero muy poco de sus deberes. Se ha asu-
por un lado hacia el poder médico, como una mido cada día más la salud como un derecho
manera en la cual se abordan la salud y la aten- ante el Estado y la sociedad, pero se ha de im-
ción ignorando a las personas en riesgo o a los pulsar la consciencia que es un deber consigo
pacientes; es una respuesta a la perspectiva mismo, con su familia y con la sociedad en su
médica que piensa que ellos son los que saben conjunto.
y los demás son ignorantes, y que la participa- La participación es, finalmente, una forma
ción es hacer mansamente lo que ordenan des- de aumentar los niveles de organización de la
de el consultorio o la oficina del Ministerio de población, y es esa una contribución esencial
Salud. Participación no es compliance con el al fortalecimiento de la democracia. No habrá
poder, sino su crítica transformadora. democracias verdaderas ni sólidas mientras no
abunden las organizaciones populares.
La participación como organización
democrática La participación como mecanismo
de transformación del sector salud
Pero la participación no puede ser sólo la críti-
ca. En muchos casos ha existido sólo la crítica, Muchas veces se ha entendido la participación
y los grupos que apoyan la participación han como una meta, pienso que debemos conside-
tendido a olvidar la inmensa responsabilidad rarla como un medio para transformar el sec-
que se tiene en la construcción de alternativas tor salud. La idea “salud para todos” no será
reales, de experiencias exitosas para cambiar el viable tampoco para el año 2010 sin la activa
sistema de salud. La participación ha de ser un participación de la personas, pero no para ha-

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cer lo mismo que se ha venido haciendo, sino do en su territorio, puede hacerse que allí con-
para cambiar la orientación. verjan las intervenciones y no se duplican es-
La participación comunitaria puede contri- fuerzos.
buir a llevar a la práctica tres orientaciones que Finalmente, la participación puede permi-
han sido muchas veces descritas como esen- tir construir una visión holista de la salud. Las
ciales para el nuevo sistema de salud. comunidades saben que la salud no está desli-
La participación ha de ser un aval esencial gada del ingreso, provenga éste del empleo ur-
para impulsar la prevención y la atención pri- bano o de la producción agrícola, y que esto no
maria de salud (APS). Quizá una de las grandes es distinto de la política ni de las condiciones
resistencias que tiene la idea de la APS se ori- ambientales. La salud es para las personas un
gina en las ganancias que el sistema hospitala- hecho integral y, en tanto tal, puede ser abor-
rio produce en personas y empresas; la parti- dada si el énfasis está puesto en las personas
cipación puede permitir vencer esa resisten- de la comunidad y sus problemas, y no en la
cia, al crear un freno a la voracidad de los ne- competencia de atribuciones de los organis-
gocios por un lado y muy sutilmente enfrentar mos del Estado.
al poder médico, por el otro. El apoyo a la APS, Estos tres elementos pueden ser un aporte
no podemos esperar que provenga del poder importante para la transformación del sector
constituido, en el actual sistema de salud; por salud y, si a esto agregamos la crítica del poder
lo tanto, la participación es un importante fac- y la construcción de organizaciones, es posible
tor de ayuda para su consolidación (Mathur, pensar que a la idea de participación le está lle-
1997). gando su hora y que puede ser una herramien-
La participación es una facilitadora de la ta central para la construcción de la nueva de-
coordinación de las múltiples actividades del mocracia. Pero, ¿ no le estaremos pidiendo de-
Estado en el área de salud. La participación se masiado a una idea noble, pero modesta? Esti-
hace en gran medida desde un ámbito local y mo que no, que abogar por la participación tie-
con una definición territorial específica; por lo ne sentido si pretendemos con ella impulsar
tanto genera un impulso singular, y es más sen- los grandes cambios que necesita el sector sa-
cillo lograr la cooperación entre los organismos lud y de este modo contribuir a mejorar las
que, de otro modo, nunca logran ponerse de condiciones de la población. Pues, de no ser
acuerdo en las oficinas ministeriales. Como la así, ¿valdría acaso la pena el esfuerzo para se-
comunidad tiene un foco de acción determina- guir en lo mismo?

Agradecimientos Referencias

Las opiniones expresadas en este artículo se fundan BRICEÑO-LEON, R.,1993. Retos y problemas para al-
en investigaciones que fueron financiadas por el Pro- canzar la participación comunitaria en el control
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