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Sobre la mente (el ego) / conciencia e inconciencia

Cómo trascender el ego de Eckhart Tolle

A medida que uno crece, va formándose una imagen mental de sí mismo basada en su
condicionamiento personal y cultural. Esta imagen mental es el ego.

El ego es tu actividad mental y sólo puede funcionar mediante el pensamiento constante.

El ego es creado por una identificación inconsciente con la mente. Es el falso Yo. Crees que eres
este Yo, cuando en realidad eres Conciencia.

Para el ego, el momento presente no existe. Sólo considera importantes el pasado y el futuro.

Incluso cuando parece que el ego está en el presente, no ve el presente: lo percibe


equivocadamente porque lo mira con los ojos del pasado.

O reduce el presente a ser un medio para un fin. Un fin que siempre reside en el futuro
proyectado por la mente.

El momento presente contiene la clave de la liberación, pero no puedes encontrar el momento


presente mientras seas tu mente.

Alcanzar la iluminación significa elevarse por encima del pensamiento. Es estar en el Presente,
el Aquí y Ahora. Estar libre de pensamientos, de sentimientos, de tiempo, de dualidad. Es el total
fluir de lo que Es.

En el estado de iluminación sigues usando la mente cuando la necesitas, pero de un modo


mucho más enfocado y eficaz que antes. La empleas principalmente con fines prácticos, pero
eres libre del diálogo interno involuntario, y vives en la quietud interior.

Cuando empleas la mente, y en particular cuando necesitas dar una solución creativa a algo, vas
oscilando cada pocos minutos entre la mente y la quietud, entre la mente y la no-mente.

La no-mente es conciencia sin pensamiento.

Sólo la no-mente permite pensar creativamente, porque da al pensamiento un poder real.

La mente (ego), no es únicamente el pensamiento. Incluye también las emociones y las pautas
de reacción inconscientes, tanto mentales como emocionales.

La emoción surge en el momento en que el cuerpo reacciona al pensamiento. Es el reflejo de la


mente en el cuerpo.

Toda emoción es una reacción de tu cuerpo cuando hay identificación con el pensamiento. Es
decir, cuando dejas de prestar atención al Presente y te sumerges en tus pensamientos. Esta
acción es inconsciencia. Por esto, en la iluminación no hay emociones.

Si no puedes sentir tus emociones, si estás desconectado de ellas, acabarás sintiéndolas a un


nivel puramente físico, como un problema o síntoma físico.

Cuanto más te identificas con el pensamiento, con lo que te gusta o disgusta, con tus juicios e
interpretaciones, es decir, cuanto menos presente estás como conciencia observante, más
fuerte es la carga de energía emocional.
Puedes dejar que la emoción esté ahí sin ser controlado por ella. Ya no eres la emoción; eres el
observador, la presencia que mira.

Si practicas así, todo lo que es inconsciente en ti, saldrá a la luz de la conciencia.

No hay nadie Tony Parsons

No hay nadie. Nadie que esté haciendo algo, nadie lo hace. Nadie está respirando. Nadie está
haciendo los sonidos, los sonidos simplemente suceden. “Escuchando los sonidos” está
sucediendo. La ilusión es que tú los estás escuchando. Que hay alguien aquí sentado en una silla.
Que ese alguien, ese individuo está escuchando sonidos sucediendo.

Todo simplemente es el Ser, la vida. La vida, la vitalidad, es lo que está sucediendo. Y en esta
vitalidad surge la idea de que hay alguien. La idea de que soy una persona, surge. Eso es
absolutamente perfecto, está bien, es el juego. No está ni bien ni mal, es lo que sucede.

Cuando un individuo surge, el apropiamiento sucede. La idea “esto me está sucediendo a mi”.
“Yo soy el que está respirando”. “Yo soy el que está escuchando los sonidos”. “Yo soy un
individuo”, “yo soy el individuo separado al cual la vida le está sucediendo. Y para sentirme más
cómodo necesito controlar esa vida. Necesito buscar placer y evitar el sufrimiento”.

Ése es el juego, es perfecto. Está absolutamente bien. Es la vida sucediendo. Es el Ser, siendo. Es
el Ser pretendiendo ser una persona. Es el Uno siendo dos; pretendiendo ser dos. Es el juego.

Despertar es darse cuenta de que no hay nadie. Despertar es despertarse del sueño de que hay
alguien. Cuando el sueño y la idea de que hay alguien desaparecen, cuando el buscador ya no
está más, aquello que es visto se vuelve evidente. No cae de ningún lugar, es todo lo que es.

Lo que buscamos es todo lo que es. Lo que buscamos, ya es. Lo que lo es todo.

Lo que buscamos es la vitalidad, la vida que ya es. Es la vida misma sin nadie ahí que esté vivo.
Solo es la vida misma.

Es como estar sentado en una silla, la respiración está sucediendo, el estar sentado en una silla
está sucediendo, el escuchar esta voz está sucediendo, el escuchar sonidos está sucediendo...
Ésta es la vida misma. Éste es el Ser.

Nunca vino y nunca se fue, siempre ha sido la vitalidad misma. Y podrías salir e irte corriendo lo
más rápido posible para escaparte de la vitalidad y seguiría siendo la vitalidad. Podrías resistirte
a lo que está siendo sugerido aquí, y resistirte a la vitalidad es también la vitalidad.

Despertar es darse cuenta de que no hay nadie. Despertar es despertarse del sueño de que hay
alguien. Cuando el sueño y la idea de que hay alguien desaparecen, cuando el buscador ya no
está más, aquello que es visto se vuelve evidente. No cae de ningún lugar, es todo lo que es.

Lo que buscamos es todo lo que es. Lo que buscamos, ya es. Lo que lo es todo.

Lo que buscamos es la vitalidad, la vida que ya es. Es la vida misma sin nadie ahí que esté vivo.
Solo es la vida misma.

Es como estar sentado en una silla, la respiración está sucediendo, el estar sentado en una silla
está sucediendo, el escuchar esta voz está sucediendo, el escuchar sonidos está sucediendo...
Ésta es la vida misma. Éste es el Ser.
Nunca vino y nunca se fue, siempre ha sido la vitalidad misma. Y podrías salir e irte corriendo lo
más rápido posible para escaparte de la vitalidad y seguiría siendo la vitalidad. Podrías resistirte
a lo que está siendo sugerido aquí, y resistirte a la vitalidad es también la vitalidad.

Así que no es nada especial, es totalmente ordinario, simple. Luego de la liberación todo
continúa sucediendo como antes pero para nadie. En un sentido es completamente ordinario y
en otro sentido es simplemente maravilloso.

Es en realidad recordar, regresar al permanente asombro infantil. El niño que se asombra por
cada cosa que hay a su alrededor y se siente maravillado. Así que después de esto, de la
liberación, es vivir maravillado. Hay una dulzura gentil, un gentil asombro acerca de todo, por
cualquier cosa. No le pasa a la persona, solo sucede el asombro.

La persona ya no aparece. No aparece el enojado por el atasco en el tráfico, el enojo puede


suceder, pero no hay nadie que esté enojado.

Toda esa noción de una entidad que es "dueña de algo" ya no está ahí. La Vida siempre es fluir
libremente, así que todas las expresiones de la Vida, irritación, enojo, tristeza, elección, etc.,
todo está ahí. Después de la liberación solo está la Vida sola, no hay nada más.

Todo esto es simplemente la nada apareciendo como algo. Esta es una apariencia de la nada y
no tiene propósito o significado alguno.

Lo único que busca propósito y significado en esto es el "yo". El "yo" quiere propósito y
significado, quiere una esperanza. Vive en sueños y esperanzas de algo que será mejor, sin darse
cuenta que esto ya está completo, ya está realizado.

En la fisiología humana, esa energía fruncida aparece como un sentido de separación.

De pronto hay un “alguien”, aparece un “yo”, y aparece en una realidad artificial. Aparece en
una realidad que es totalmente finita, es una realidad que solo abarca sujeto y objeto. Es una
realidad de sujeto-objeto, es una realidad dualista.

El “yo” vive en esa realidad y solo puede existir en esa realidad. Así es como existe.

Y de alguna forma u otra cree ser real; “yo soy real”.

El “yo” crece rodeado de muchos “yoes” obviamente, y mientras más crece rodeado de otros
aparentes “yoes”, más se convence de que es real.

El único problema acerca de este sentido de vivir en una realidad de sujeto-objeto es que en
realidad es profundamente insatisfactoria. Hay un sentido de que algo falta y que algo se ha
perdido, porque todo lo que se experimenta es experimentado como un objeto separado. Y
entonces empieza la búsqueda en un nivel más profundo.

Todos los que viven en esa realidad separada también están buscando, pero para los sensibles
hay una búsqueda más profunda para encontrar lo que podríamos llamar la realización. Porque
las personas que son sensibles, no se sienten realizados en esta realidad separada.

Pero la entera naturaleza de esa realidad es finita, es una realidad de sujeto-objeto. Y lo que el
buscador está buscando en la realidad finita es realmente lo infinito. Y el buscador no puede
encontrar lo infinito en lo finito. Así que todo el esfuerzo de buscar la realización es fútil.
El "yo" es una ilusión, una energía de sentirse separado, y esto no es libertad. La libertad no
tiene que ver con una idea, no es sobre soltar un pensamiento o una idea o el cambio de un
sistema de creencias, se trata sobre un cambio energético. O un aparente cambio energético;
salir de un contraído sentido de ser separado a uno sin límites.

El “yo” tiene miedo y rechaza este mensaje, porque la única forma en que el “yo” puede seguir
existiendo es sabiendo o soñando que es real.

El "yo" vive en un sueño llamado "yo soy real" y piensa que puede encontrar la iluminación o
completitud, pero nunca lo logrará. La iluminación es la ausencia del “yo”. Así que el “yo” anhela
su propia ausencia, lo cual es lo que la liberación es.

El único problema aquí es que cuando la liberación ocurre, no queda nada ahí, nadie que conozca
eso.

No hay nadie, solo la Vida misma manifestándose. Las emociones pueden emerger, al igual que
los pensamientos. La ansiedad puede emerger, cualquier cosa puede emerger, pero no emerge
para nadie. No hay un alguien que esté ansioso, solo hay energía, hay emociones, hay sonidos,
y todo eso emerge o surge de la Nada y regresa a la Nada. No hay nada ahí que la separe, solo
es lo que Es, y eso es libertad.

Nota de Camino al Despertar (Lo que hace el ego es agarrar esa energía que emerge y hacerla
propia, la posee. Entonces hay “yo estoy ansioso”. Esto es el apego, la atadura. Cuando la
ansiedad emerge y no hay nadie, entonces nadie puede agarrar o poseer la energía de la
ansiedad, así que tal como aparece, desaparece. Al no haber nadie, no hay atadura, apego, y por
tanto, no hay sufrimiento ni esclavitud, sólo libertad.)

La mente y la no-mente. Vivir en el ego o vivir en el Ser

La mente es comparable con el océano; en la profundidad está calmado y pacífico; y en la


superficie está agitado y turbulento.

A la profundidad de la mente, se la denomina el Ser. Es la esencia de todas las cosas; la energía


de la cual todos formamos parte; es el todo (Tao), o también llamado Dios.

La superficie de la mente, en cambio, es el ego. Son los pensamientos, los sentimientos y la


identificación con la forma (el mundo físico).

Cuando estás en la mente (el ego), no eres. Simplemente te identificas con el pensamiento, con
el sentimiento y crees que la realidad es lo que tú percibes y lo que tú ves.

Cuando estás en la mente, surgen todo tipo de ilusiones, percepciones erróneas y dolores que
han permanecido ocultos en nuestro interior y salen a la superficie cuando se da una situación
concreta en la vida.

Cuando estás en la no-mente (el Ser), es cuando vives la realidad tal y como es. Esto solo es
posible hacerlo en el momento presente, justo en este mismo instante, aquí y ahora.

Si te identificas con la mente, toda tu realidad será una ilusión, son tus percepciones erróneas,
creadas por ti mismo a partir de un pensamiento, un sentimiento.
Si estás en el aquí y ahora, en el Ser, dejas de identificarte con la mente y fluyes con lo que Es,
con el Tao, con el Todo. Y cuando estás en este estado, no hay lugar para sufrimiento, ni
ilusiones, simplemente Eres uno con el Todo.

Cuando estás en la mente, no eres feliz. No aceptas lo que se te ha dado, deseas cambiarlo,
entonces pones resistencia, hay lucha interior. Deseas que tu vida sea diferente de lo que es,
eres un mendigo.

Nunca puedes encontrar la felicidad mientras estés en la mente. Para encontrar la felicidad,
debes ir más allá, debes trascender la mente, debes estar en el Ser (la no-mente).

Cuando estás en el Ser, todo lo que hay en tu vida lo encuentras perfecto, no deseas que las
cosas sean diferentes, pues comprendes que todo lo que es está bien, es correcto, es perfecto.
Tienes paz interior y no hay lucha, no hay resistencia.

Para encontrar la verdadera felicidad, no debes estar en la mente, debes estar en el Ser. Y esto
solo se consigue con la práctica espiritual; meditación cada día, u oración.

Si practicas cada día la meditación o la oración, al cabo de unos años, habrás trascendido la
mente y estarás en el Ser, entonces todo te parecerá perfecto, ya no serás un mendigo, y
además, podrás lograr tus deseos.

Este es el estado de Buda y Cristo, es el estado de Iluminación.

La Iluminación es permanente, es un estado que permanece todos los días.

Ahora, quizás habrá algunos días en los que trasciendas la mente y estés en el Ser, lo veas todo
bello, perfecto, sientas paz en tu interior y ningún deseo de cambiar tu vida, pero este estado
puede durar muy poco y luego vuelvas a "caer" en el estado dormido, en la mente. Para poder
llegar a la iluminación, el estado permanente del Ser, debes hacer la práctica espiritual todos los
días: meditación u oración.

Cuando vives en una aceptación completa de lo que es, ese es el final de todo el drama en tu
vida, porque vives desde el Ser (la no-mente).

La mayoría de las llamadas "cosas malas" que ocurren en la vida de las personas se deben a la
inconsciencia. Son creadas por uno mismo, o más bien creadas por el ego.

A veces me refiero a esas cosas como “drama”. Cuando eres plenamente consciente, el drama
ya no viene a tu vida.

¿CÓMO OPERA EL EGO Y CÓMO CREA EL DRAMA?

El ego es la mente no observada que gobierna tu vida cuando tú no estás presente como la
conciencia testigo, como el que observa.

El ego se percibe a sí mismo como un fragmento separado, en un universo hostil, sin conexión
real interior con ningún otro ser, rodeado de otros egos que, o bien ve como una amenaza
potencial o que intentará usar para sus propios fines.

Los patrones básicos del ego están diseñados para combatir su propio miedo y su sensación de
carencia.
Son la resistencia, el control, el poder, la codicia, la defensa, el ataque. Algunas de las estrategias
del ego son extremadamente inteligentes, pero nunca resuelven verdaderamente ninguno de
tus problemas, simplemente porque el ego mismo es el problema.

El ego solo puede vivir en el pasado y en el futuro. Cuando estás en el presente, el aquí y ahora,
no hay ego, solo presencia.

Cuando los egos se juntan, sea en las relaciones personales o en las organizaciones o
instituciones, ocurren cosas “malas” tarde o temprano: drama de un tipo u otro, en forma de
conflicto, problemas, luchas de poder, violencia física o emocional, etc.

Esto incluye males colectivos tales como la guerra, el genocidio y la explotación, todos debidos
a la inconsciencia masificada. Más aún, muchos tipos de enfermedades son causados por la
resistencia continua del ego, que produce bloqueos en el flujo de energía que circula por el
cuerpo.

Cuando te vuelves a conectar con el ser y ya no estás dominado por tu mente, dejas de crear
esas cosas. Ya no creas o participas en el drama.

Siempre que dos o más egos se juntan, sigue el drama de uno u otro tipo. Pero incluso si vives
totalmente solo, puedes crear tu propio drama.

Cuando sientes pesar de ti mismo, hay drama. Cuando te sientes culpable o ansioso, creas
drama. Cuando permites que el pasado o el futuro oscurezcan el presente, estás creando drama.
Siempre que no estás en el momento presente, permitiéndote ser, estás creando drama.

La mayoría de las personas están enamoradas del drama particular de su vida. Su historia es su
identidad. El ego gobierna su vida.

Incluso su búsqueda de una respuesta, de una solución o de curación forma parte de él. Lo que
más temen y se resisten a aceptar es el fin de su drama. Mientras sean su mente, lo que más
temen y a lo que más se resisten es a su despertar.

Cuando vives en una aceptación completa de lo que es, ese es el final de todo el drama en tu
vida.

Nadie puede tener siquiera una discusión contigo. No se puede discutir con una persona
completamente consciente.

Una discusión implica identificación con la mente y una resistencia y reacción a la posición de la
otra persona. El resultado es que los polos opuestos se energizan mutuamente. Esa es la
mecánica de la inconsciencia.

Cuando eres completamente consciente, no hay ni ataque, ni defensa. Por eso, no hay drama.
Cuando eres completamente consciente, dejas de estar en conflicto.

La mayor parte del sufrimiento humano es innecesario. Es creado por uno mismo, mientras la
mente no observada maneje nuestra vida, es decir, estemos identificados con la mente.

El dolor que creas ahora es siempre una forma de no aceptación, una forma de resistencia
inconsciente a lo que es.

En el nivel del pensamiento, la resistencia es una forma de juicio.

En el nivel emocional, es una forma de negatividad.


La intensidad del sufrimiento depende del grado de resistencia al momento presente, y ésta a
su vez depende de la fuerza de tu identificación con la mente.

La mente siempre busca negar el Ahora y escapar de él. Cuanto más identificado estés con la
mente, más sufres.

Cuanto más capaz seas de honrar y aceptar el Ahora, más libre estarás del dolor, del sufrimiento
y del ego.

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