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Lógica Informal,

reglas y falacias

Formas de
Pensamiento en
la Humanidad

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Lógica Informal, reglas y
falacias
Falacias de atingencia y falacias de ambigüedad.

Los argumentos presentan algunos problemas que se denominan falacias, y


que constituyen una maniobra verbal destinada a conseguir que alguien
acepte una afirmación u obedezca una orden por motivos que no son buenas
razones. La palabra falacia es en sí misma un poco vaga. Podemos decir que
hace referencia a cualquier idea equivocada, sin embargo los lógicos la
utilizan en el término más estrecho y técnico y significa un error en el
razonamiento o la argumentación. Una falacia, en el sentido en el que vamos
a utilizar el término, es un tipo de razonamiento incorrecto pero que además
en lógica, son psicológicamente persuasivos y por tanto con un análisis
cuidadoso podemos descubrir su error.
Comenzamos diciendo que las falacias se dividen en dos grupos. Por un lado
encontramos las falacias formales y por otro las no formales. Dejaremos las
primeras para un análisis posterior y vamos a dar lugar en esta sección a las
falacias no formales.

Las falacias no formales son los errores de razonamiento en los cuales se


puede caer por inadvertencia, falta de atención o por alguna ambigüedad en
el lenguaje. A estas falacias las podemos dividir, a su vez, en falacias de
atingencia y falacias de ambigüedad.

1) Las falacias de atingencia son aquellas que carecen de conexión lógica


con respecto a la verdad o falsedad de las conclusiones que pretenden
establecer. Se comete cuando a un razonamiento que se supone dirigido
a establecer una conclusión particular, es usado para probar una
conclusión diferente. En otras palabras, podemos decir que cuando un
argumento descansa en premisas que no son pertinentes para su
conclusión, o cuando la conclusión a la que se llega no proviene de las
premisas señaladas pero se vuelven convincentes para ello, se logra una
conexión psicológica entre las premisas y la conclusión que parece válida
a pesar de que no proviene de esas premisas.

Estas falacias se dividen a su vez en:

 Falacias de conclusión inatingente: éstas consisten en probar otra cosa


diferente de la que se cuestiona. Se la conoce también como “elusión
del asunto” y es una de las más habituales. Se comete cuando se
demuestra la conclusión distinta del tema que está en discusión con la

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finalidad de desviar la atención del oponente y conseguir su aprobación.
Por ejemplo: el tema en discusión es la aprobación de alguna ley sobre
la vivienda, y uno de los legisladores que está a favor de esta ley
argumenta diciendo que “todos deben tener viviendas decentes”. Aquí
se comete una falacia de este tipo ya que el argumento que utilizó no
está implicado en la razón de ser de la ley.

 Argumento ad hominem: esta falacia es una de las más poderosas en lo


que respecta al poder persuasivo. “Ad hominem” significa “contra el
hombre” y lleva este nombre porque se comete cuando se intenta
desacreditar una afirmación haciendo referencia a ciertas características
de quien la enuncia, en vez de refutar la verdad de su argumentación.
Dentro de este tipo de falacias encontramos:

o las llamadas ofensivas, por un lado, que hacen referencia a que la


afirmación es falsa sobre la base de que quien la emite tiene
ciertas características criticables, es decir, arroja dudas sobre la
plausibilidad o consistencia de la persona que defiende esta
posición.

Un ejemplo de esta puede ser: alguien sostiene que la filosofía de


Heidegger debe ser rechazada porque Heidegger colaboró con el
gobierno nazi de Alemania.

o la segunda variante de la falacia ad hominem es la circunstancial


que consiste en sostener que una oración es falsa porque no es
coherente con otras oraciones que debería aceptar quien la afirma
debido a ciertas circunstancias especiales en que se encuentra.
Hay una relación entre las creencias de una persona y las
circunstancias que la rodean.

Por ejemplo: un cazador que, enfrentado a un argumento que


establece la inadecuación de la caza deportiva, dijese ¿acaso usted
no come carne?

 Argumento ad Ignorantiam: se da cuando se sostiene que una


proposición es verdadera simplemente porque no se ha demostrado su
falsedad. Por ejemplo: tenemos que admitir que los malos espíritus
existen porque no se ha demostrado su no existencia. Las estructuras de
dichos argumentos pueden ser:

o No se puede demostrar A. Por lo tanto A es falso: por ejemplo “no


se puede probar la existencia de los malos espíritus, por lo tanto
los malos espíritus no existen”.

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o No se puede refutar A, por lo tanto A es verdadero. Ejemplo: “no
se puede refutar la existencia de los malos espíritus por lo tanto
los malos espíritus existen”.

 Argumento ad misericordiam: también denominado “apelación a la


piedad”, es aquel que consiste en apelar a la piedad para lograr el
asentimiento cuando se carece de argumentos, es decir, forzar al
adversario jugando con su compasión no para complementar las
razones de una opinión sino para sustituirlas. Se apela a la piedad para
que se tenga por cierta determinada conclusión dejando de lado el
hecho debatido.

La estructura del argumento es:


A merece compasión o misericordia por una circunstancia b, por lo tanto
se le concede B como verdadero.

Ejemplo: Ante un examen un alumno le solicita al profesor que no le


tome porque no pudo estudiar porque vive lejos y además se le rompió
el vehículo mientras se dirigía a la universidad.

 Argumento ad populum: que significa “llamado al pueblo”, se comete


este tipo de falacias cuando se apela a un llamado emocional al pueblo
para ganar su asentimiento en un argumento que no se asienta en
razones valederas. La opinión más extendida es la que ocupa el lugar de
la autoridad para sostener la verdad de un argumento como si la razón
dependiera del número de los que la apoyan. Este recurso es falaz ya
que lo único seguro es que “lo dicen muchos” y, probablemente, se
trate de un interés colectivo.

Este argumento tiene la siguiente estructura:

A afirma b, la mayoría de las personas afirman b, por tanto b es


verdadero. Por ejemplo: La gente dice que los microondas generan
cáncer, por ese motivo debieran prohibir la venta.

 Argumento ad verecundiam o falacia de la apelación a la autoridad, se


comete cuando se apela a la autoridad que no está bien visto discutir
para intimidar al adversario. Implica la apelación al sentimiento de
respeto que siente la gente por las personas famosas, para ganar
asentimiento a una conclusión.

La estructura de este argumento es la siguiente:


A defiende la idea b como verdadero porque C lo afirma y es un experto
en la materia.

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Ejemplo: los cánones religiosos son infalibles porque Einstein era
fervientemente católico y también lo admitía.

 Por causa falsa: se produce cuando se toma, por causa de un efecto,


algo que no es su causa real, o cuando se establece que un
acontecimiento es causa simplemente por ser cronológicamente
anterior. Consideraremos todo razonamiento que trata de establecer
una conexión causal erróneamente, como un ejemplo de falacia de la
causa falsa.

Un ejemplo de esto puede ser: “el día anterior a que cayeras enfermo
de tifoidea, comiste queso y eso seguro te hizo mal”.

 De pregunta compleja: cuando se realiza una sola pregunta que no


admite un simple sí o no como respuesta, porque no es una
interrogación única, sino una pregunta en la cual se encuentran
entrelazadas muchas preguntas. Su objeto es inducir al adversario a
contestar globalmente con un sí o con un no a sabiendas de que la
respuesta no es posible sin distinguir cada una de las preguntas y
proceder por partes.

Por ejemplo: ¿Ha dejado usted de golpear a su esposa? En caso de que la


respuesta sea un “no”, se le podría adjudicar que “según usted mismo,
no sólo no ha golpeado a su esposa en el pasado, sino que sigue
haciéndolo”. En este sentido, se plantea la pregunta para la cual se
espera una sola respuesta, pero quien responda tendrá que asumir que
su respuesta debe ser afirmativa o negativa a dos asuntos o a dos
interrogantes distintos.

 Argumento ad baculum este tipo de falacias es también denominada


“de apelación a la fuerza”, y se comete cuando como su nombre lo
expresa, se apela a la fuera o a la amenaza de fuerza para provocar la
aceptación de una conclusión, para establecer una verdad o inducir una
conducta. En este tipo de argumentos se reemplaza la razón por el
miedo, y su empleo exige dos requisitos: por un lado carecer de
argumentos, y por otro, disfrutar de alún poder. El uso y la amenaza de
los métodos de “mano dura” para doblegar a los opositores políticos
suministran ejemplos contemporáneos de esta falacia como métodos no
racionales de intimidación. La estructura de este argumento sería:

Si A no acepta que B es verdadero, entones ocurre C (siendo C una


amenaza o coacción) Ejemplo: Si no dejas de hablar de conversar con
tus compañeros de curso, recibirá un uno como calificación.

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 Falacia del accidente: este tipo de falacias se comete por tomar una
propiedad accidental como esencial, lo que conduce a errores al
generalizar y al definir, por ejemplo, un triángulo como un polígono
verde. Es decir atribuimos como esencial a todos los individuos de una
especia una cualidad que sólo conviene accidentalmente a alguno de
ellos.

2) Las falacias de ambigüedad aparecen en razonamientos cuya


formulación contiene palabras o frases ambiguas, cuyos significados
cambian de manera más o menos sutil en el curso del razonamiento y lo
hacen falaz. Se cometen debido a la alteración del sentido de alguna
expresión lingüística del razonamiento. Y son las siguientes:

 El equívoco: es el tipo más simple de las falacias de ambigüedad. Se


comete cuando al menos un término es usado más de una vez en un
razonamiento con significados distintos y este cambio de significado
hace que el razonamiento sea criticable en algún sentido. El uso de
términos con distintos significados puede ser la causa de que un
argumento sea falaz. La mayoría de las palabras tienen más de un
significado literal. Si distinguimos claramente los sentidos diferentes, no
se planteará ninguna dificultad, pero si confundimos los diferentes
significados que puede tener una palabra y la usamos dentro del mismo
contexto con distintos sentidos sin darnos cuenta de ello, entonces la
estamos usando de manera equívoca.

Uno de los ejemplos tradicionales de este tipo de falacias es el siguiente:


“El fin de una cosa es su perfección; por lo tanto, la muerte es la
perfección de la vida”. En este argumento se confunden dos sentidos
diferentes de la palabra “fin” ya que ésta puede significar “objetivo” o
“último acontecimiento”. Ambos significados son legítimos, pero lo que
es ilegítimo es confundirlos como en el ejemplo mencionado.

 El énfasis: se comete cuando a lo largo del razonamiento se resalta una


o más palabras que alteran el significado o sentido de toda la expresión.
En un razonamiento cuya naturaleza engañosa y carente de validez
depende de un cambio o una alteración del significado, y la manera en
que los significados cambian en la falacia del énfasis depende de las
partes de él que se recalquen o destaquen.

Ejemplo: “No debemos faltar el respeto a las personas mayores”. Se


pone en énfasis en las palabras “personas mayores”, de lo que se infiere
que podríamos faltar el respeto a quienes no son mayores.

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 Anfibología: se produce esta falacia cuando se construyen
razonamientos a partir de premisas equívocas y ambiguas, no por el
significado de sus palabras sino porque su construcción gramatical es tal
que hace ambiguo el significado del sentido de la proposición. Su
significado es confuso debido a la manera descuidada en que sus
palabras están combinadas.

Decir que “Juan habló solo diez minutos” puede ser interpretado en dos
sentidos: o Juan habló estando solo o habló sólo durante diez minutos.

Figura 1: Falacias

Fuente: [Imagen sin título sobre Falacias] Recuperado de: https://goo.gl/1FDjkE.

 Falacia de composición: se produce cuando atribuimos a un conjunto


cosas que solamente son ciertas en las partes como cuando decimos:
como todos los componentes son buenos, el conjunto es bueno.

Ejemplo: Como el violinista es muy bueno, toda la orquesta es buena

 Falacias de división: esta falacia es simplemente a la inversa de la falacia


de composición. En ella se presenta la misma confusión, pero en la
dirección opuesta. Es cuando se le atribuye una propiedad a cada una de
las partes (o a una en particular) de un todo sobre la base de que el todo
tiene esa propiedad.

Un ejemplo sería sostener que puesto que una sociedad comercial es


muy importante y Juan es funcionario de esa sociedad, por tanto Juan es
muy importante.

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Referencias
Barwise, J, Etchemendy, J (1992) El lenguaje de la lógica de primer orden. Córdoba:
Editorial Brujas.

Comesaña, J.M. (2001) Lógica informal, falacias y argumentos filosóficos. Buenos


Aires : Eudeba.

Copi, Irving (1962) Introducción a la lógica. Buenos Aires : Editorial Universitaria de


Buenos Aires.

Elena T. J. (2006) Conocimiento pensamiento y lenguaje. Buenos Aires : Biblos.

[Imagen sin título sobre Falacias] Recuperado de:


http://hitlercito.blogspot.com.ar/2009/10/90-y-pico-la-equivocidad-en-los.html

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