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I NT R OI T O
club editorial:
Ilustración de portada
Luis Alberto G. Sánchez
Ilustración de interiores
xxxxxx
editorial
INTROITO
Introito
Cracken/págs.
Epílogo/ pág.
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I N T R OI T O
formulé la cuestión de que la poe-
sía sería una manifestación, sobre
todo, de pasión por el lenguaje, por
causa del propio carácter sustan-
frag
tivo de la poesía. Un poema no es
como un cuento, no es como una
novela. Un cuento, una novela, son
men
transparentes, dejan pasar la mi-
rada hasta el sentido. En la poesía,
tos
no. La mirada no pasa, la mirada se
detiene en las palabras.
sobrea
poesí
El poeta tendría, con rela-
ción al lenguaje, una transa1 apa-
sionada y esa relación se podría
manifestar de dos formas, una for-
ma masoquista y una forma sádica.
Esa pasión asumiría, en un primer
Pe n s a n d o momento una forma masoquista. El
poeta sería una víctima del lengua-
entre las je: el lenguaje ejerce una violencia
sobre él y él sufre esa violencia. En
relaciones otro momento, en el momento sádi-
co del proceso, el poeta, el artista,
entre poe- el escritor, el creador, pasaría a ser
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introito
I NT R OI T O
Paulo Leminski
De Poesía: la pasión del
lenguaje
Traducción de Rodolfo
Mata
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introito
Por favor
I N T R OI T O
NO
más
La poesía tiene poco que ofrecer más allá de
la poesía misma. Los poetas eligen ser poetas
porque no tienen el impulso para convertirse
poe-
en algo mejor.
sía
Los lectores son los aforismos de un libro.
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introito
insuficiente para publicar libros.
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introito
cracken
CR AC KE N
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introito
A AR ÓN F I SH BORN E
Caída de árbol sobre
el lago del Tiempo
Aarón Fishborne
(Quintana Roo, 1985-2014). Publicó El retorno de los Vagans. Fue incluido en las antologías Cupi-
do internauta, El infierno es una caricia, Moebius y Astronave. Panorámica de poesía mexicana
(1985-1993).
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introito
CR AC KE N
Adonis
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introito
AL DO R E VFAUL K N E ST
Mar ífer
y me he caído de tu redemar
pero no pierdo el tono del rezo
Aldo Revfaulknest
ha publicado en varias paredes de baño, en muros de celdas, así como en revistas
regionales y en gacetas no tan chauvinistas. Y asegún dice, se dedica al diseño
editorial. Ha colaborado en las revistas Dédalo, Onomatopeya, Los bastardos de la
uva, Frontera Esquina, Pirocromo, Ekstrapoésia, entre otras.
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CR AC KE N
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introito
AN D R É S ME N D OZ A D E L VA L L E I I I
E quem sabe então Cozumel será alguma
cidade submersa.
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CR AC KE N
La psicología de mi madre
sobre el color
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introito
I N T R OI T O
cálido rojo muy grande
calma el mareo y el ansia
Lizbeth Peña.
Es profesora de lengua y literatura en una preparatoria. Coordina la sala de
lectura La Tlacuila.
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introito
CR AC KE N
Una reivindicación
dominical
Y sin embargo
Me enseñó entre otras cosas
Que estar ebrio es mi único estado espiritual.
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introito
AU R E L I O MACÓ.
Para un poeta cursi
Escribe siempre
Lo que sientas.
Llorar, tal vez, podría servirte de algo.
Pero advertencia:
Y te dice:
Goodbye quinceañero.
Aurelio Macó.
1991. Ha publicado en diversas revistas y sitios web como revista El humo,
Tachas, 3 pies al gato, Vozed, entre otras. Reside en Cancún.
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introito
poetry
blackout
un pájaro moteado
Cuá Cuá, venía cada tarde
a cantar en nuestro patio.
venía como suelen arribar
los pájaros, bendecido
por su porte y por el canto.
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CAR I B B E A N A N T S
400 nuevos soles
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CA RI BBE A N AN T S
Atributos
dios
no tiene particularidad
dijo el hombre
de la barba blanca
dios no tiene
particularidad
ni tampoco
generalidad
dijo el hombre
de la barba blanca
y frondosa
dicho esto
y se calló la
boca
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CAR I B B E A N A N T S
Caribbean Ants
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introito
CA RI BBE A N AN T S
Homero Pumarol
(República Dominicana, 1971). Premio de Poesía Universidad Nacional Pedro
Henríquez Ureña (1997). Ha publicado, entre otros libros de poemas, Cuartel
Babilonia (2000) y Second round (2003).
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papelería
reciclable
pendiente
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introito
¿
I NT R OI T O
Podemos hablar
de una litera-
tura quintana-
rroense? No lo
creo, al menos
no por el mo-
mento. Digo esto puesto a
que participé con un grupo
que presentó y documentó
a diversos creadores litera-
rios en el estado para una
ponencia presentada en la
FILEY, lo digo también como
escritor, como editor y so-
bre todo como lector. Era un
grupo bastante heterogéneo
el que pudimos presenciar
para elaborar aquel peque-
ño documental, demasiado
para encasillarlos a todos
en un solo tipo, pero intere-
sante porque representaba
bien la falta de identidad so-
»Más
cial que se vive en Quintana
Roo. Sin embargo, hay quien
quiere imponer su criterio
allá
hablando de una literatura
en específico.
Esa literatura nau-
fraga, encalla y se pudre
carcomida por el salitre en
las playas de arena blanca.
Se fosiliza, se vuelve nido
de gaviotas. Ambientando
el paraíso caribeño que tan-
to prometen el gobierno del
estado y los grandes em-
presarios hoteleros. Poco a
poco se vuelve un objeto de cualquier visitante hasta su
consumo turístico, una pos- país de origen para así colo-
tal que bien podría enviar carla en su oficina o en su
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introito
pagado que el nuestro.
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Lo mismo podría
ser una foto de Cancún o de
Tulum, una artesanía con
forma de pirámide maya,
un poemario de esos que
hablan de lo majestuoso del
océano y la arena, una de
esas antologías de cuentos
(que parecen todo menos
cuentos) sobre las leyendas
chetumaleñas o un cancio-
nero popular con música
para avivar el ambiente en
cualquier marisquería local.
Todas excelentes postales,
pero todas: lugares comu-
nes explotados hasta el can-
sancio, tan exprimidos que
esperar algo de sustancia
sería pura ingenuidad.
Sí, manifiesto mi
aversión por cada cuento y
cada poema de ese tipo, tam-
bién me vomito en cada no-
vela escrita por uno de esos
encumbrados que reseñan
del
un Playa del Carmen, que
parece más un mal episodio
de Miami Vice o una escena
mar
de Scarface y en esas nove-
las que hablan de un Chetu-
mal concebido en el realis-
mo mágico de sus familias
pintorescas. ¡Ya basta! ¡De-
jen de tratar a los lectores
Saulo Matasanos como niños bobos! A mí no
me quieren dar referentes
refrigerador y mirarla todos obligados y mucho menos
los días antes de partir ha- que me quieran imponer el
cia su trabajo mucho mejor
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introito
criterio de quien sabe quién. hová, antes que leer uno de
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introito
sola ante el criterio del lector
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más sagaz, como al del menos
aguzado. Que los premios son
buenos, pero no lo son todo.
Bien lo dicen los verdadera-
mente grandes como Vargas
Llosa o el difunto Piglia, que a
ellos los premios les dan abso-
lutamente lo mismo.
Saulo Matasanos
(Chetumal). Director y editor de la editorial
Gazapo. Colabora en el fanzine Letrina.
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introito
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La era
del mal agüero
en la poesía de
Aldo Revfaulknest
Por Alejandro Acevedo
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las llamas de su propia reali- la apropiación o el rechazo.
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introito
propiamente una escritura,
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sino lo que permite la reali-
zación de esta escritura. La
poesía sería la verdad de la
realidad del mundo. Una
realidad y una verdad, natu-
ralmente, imprecisas, como
toda realidad y toda verdad
que se precie de ser huma-
na. Existe un fenómeno
mental, toco el tema ahora,
en el que la mente se es-
fuerza por ajustar los he-
chos a la modalidad histó-
rica de su propia
conciencia. Esto, natural-
mente, nos exime de ex-
plicar todos los fenóme-
nos existentes en el
mundo. Llámense sociales, culturales, his-
tóricos, tecnológicos, suprafísicos, físicos, mentales, y otros.
Yo ajusto mi mente a lo que quiero ver, saber, pensar sobre la
realidad y sobre el mundo. Al hacer esto, asumo la responsa-
bilidad de no tener que explicarlo todo, pero me basta con
estar en paz con el mundo que he construido. Con mi propia
verdad. Puedo agregar, con justicia, que esto constituye la re-
ceta perfecta para no movernos. En el primer libro de la saga
La Torre Oscura de Stephen King, El pistolero (también cono-
cido como La yerba del diablo), una idea se repite a lo largo de
sus páginas con marcada asiduidad: el mundo se ha movido.
Cuando King, como autor, o cuando el narrador, como instan-
cia independiente, repite, con el mismo entusiasmo, la premi-
sa de que el mundo se ha movido, o de que el mundo se movió
(nunca que el mundo se mueve, sino que se movió: en tiempo
pasado) inscribe la paradoja de la especie humana en el aquí
y el ahora de su propio tiempo. Primer punto: a los poderosos
de todas las épocas, ¿les convino alguna vez que el mundo se
moviera? ¿Les convino alguna vez que el mundo se saliera de
su lugar, y que, como una moneda o una pastilla diminuta so-
bre una mesa inclinada, dejara su lugar de origen y se desli-
zara hacia la zona de lo desconocido? ¿Querían que cambia-
ran las cosas? Lo dudo mucho. Todo el mundo protege su
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mundo con la fuerza y el áni- vido: terremotos, huracanes,
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a inscribir la naturaleza poli- rrestar ese efecto y esa ten-
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forme del comportamiento dencia generalizadora tan
humano? Si lo logró el poeta, imperante en nuestros días?
es algo que ya no me preocu- Quizá y acaso la respuesta
pa, y sería inútil de mi parte sea ésta: tenernos a nosotros
defenderlo. Por suerte, es el mismos. Pero esto, natural-
lector, siempre, el que dispo- mente, es una lucha sin fin. Y
ne del punto final después del dirán otros: una imposibili-
punto final de todos los pun- dad. Y dirán otros: yo me ten-
tos finales (o puntos y comas go a mí mismo. ¿De qué me
o puntos y seguidos o puntos estás hablando? No lo sé. Y
y aparte), de la vida. Di tú si quizá entonces ya esté diva-
los poemas de Revfaulknest gando. Pero lo que sí sostengo
merecen el apelativo de reve- es que los demás se empe-
ladores del poliforme mundo rran, por decirlo así, en que
del comportamiento huma- les digamos que sí a todo. Sí a
no. Del uno mismo. Yo, para las reformas educativas; sí a
ser justos, dejo dos ejemplos: las reformas energéticas; sí a
1. en la colonia San Clemente la única religión sobre la tie-
la parvada se autosepulta/en rra; sí al nuevo desodorante
cualquier rincón de nubes en- quita caspa. Y así podría con-
natadas. 2. por el boulevard tinuar ad infinitum. Los poe-
caminan políticos & burgue- mas de Revfaulknest son, en
ses/ acordonados a este sentido, más desdeño-
french-poodles/wachan pe- sos. De entrada ya no les pre-
riódicos/se enteran de noti- ocupa que tú te alinees a
cias del búnker/se quejan de ellos. Aunque ellos se alineen
la podredumbre/de la pasión a los poetas estridentistas,
de Juana de Arco/de los beatniks o aun infrarrealis-
maestros en la guerrilla. Últi- tas. O tengan como referente
mo punto: la verdad poética los trabajos de poetas canto-
como la única realidad posi- res de la talla de Arturo Meza
ble. Aquí, antes de entrar al y Armando Rosas o, justa-
tema, quiero señalar que, por mente, de Real de Catorce. Y
x o y, a todos se nos exige, en por supuesto, la figura impe-
algún momento de nuestras rante de Efraín o Infraín
vidas, alinearnos al pensa- Huerta. Pese a estas referen-
miento del otro. Todos cons- cias, los poemas de Revfaulk-
piran para hacernos parte de nest están alineados a sí mis-
sí mismos. Y si no queremos mos. A su realidad poética. A
ser parte de los otros, ¿qué la única realidad que estos
podemos hacer para contra- poemas conocen. Su mérito,
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acaso, y por todo lo demás, es que ellos persisten en su búsqueda
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Alejandro Acevedo
Licenciado en Letras Hispánicas por la Uni-
versidad Modelo, de Mérida, Yucatán; Maes-
tro en Literatura Hispanoamericana por la
Universidad de Guanajuato. Actualmente
estudia el Doctorado en Literatura Hispánica
en El Colegio de San Luis, San Luis Potosí. Ha
publicado prólogos, cuentos, poemas y artí-
culos literarios en diversas revistas
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introito
I N T R OI T O
Las entajas
desver
de s sible
invi ba í n V á s quez Ba
i lón
Yo
N
adie puede ne- Yucatán no sólo es tierra fér-
gar que Yuca- til, sino semillero de grandes
tán es tierra y afamados literatos. La rea-
fértil de escri- lidad nos dice que no: hay es-
tores. Tan solo critores, pero nadie los conoce
hay que tomar o solo se codean entre sí y no
en cuenta que existe infraes- figuran o apenas lo hacen tí-
tructura para que pueda darse midamente fuera de nuestras
este hecho: dos carreras uni- fronteras territoriales.
versitarias de literatura, dos Quiero creer que si los escri-
escuelas de escritores, múlti- tores se quedan en la media-
ples talleres de aspecto públi- nía del reconocimiento no es
co o privado, diversos concur- por un asunto de talento. No
sos de corte nacional, estatal y considero que sean tan malos
municipal y becas de fondos fe- escribiendo o que nada de la
derales y estatales. Cualquiera autoría de un yucateco diga
diría que con tales estímulos algo de eso que los críticos lla-
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man “condición humana” o ninguna editorial grande
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novela de Eligio Ancona que o señalaron eran los que a
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le vendía a treinta pesos y la gente le preocupaba. El
prefirió llevarse una de Mo libro de cualquier joven yu-
Yan a setenta pesos. Las cateco no causa ningún re-
dos eran novelas históri- vuelo porque si bien puede
cas, pero por alguna razón tener resuelta una técnica
esa señora creyó que un es- literaria no logra hacer que
critor chino iba a complacer su escritura importe o que
su necesidad lectora. Vendí por lo menos la gente crea
la mayoría de los libros, me- que importa.
nos el de Eligio Ancona que Veamos ahora lo que otros
tuvo que volver, tristemen- denominan como “litera-
te, a mi librero. En litera- tura del norte”. Poco tiene
tura es importantísimo ser que ver con un estilo narra-
visibles, cosa que es difícil tivo, sino con un estilo edi-
de conseguir y que no com- torial. Alguien echó a andar
pra el dinero. Es por eso que el rumor de que todo escri-
aunque un escritor sea un tor nacido en Nuevo León,
genio o un grupo de acadé- Coahuila, Sinaloa, Sonora o
micos eleven una obra cen- cualquier otro estado donde
tenaria a canon, si no es vi- usen botas y tejanas, ha-
sible para el público lector blaba exclusivamente del
no existe. narco y la droga. La gente
Quiero remitirme al Boom lectora, inmersa en un con-
para clarificar la idea. Eso texto de violencia por asun-
que muchos llaman fenóme- tos de combate a los narcó-
no editorial tuvo un 50% de ticos, compró la idea de que
talento: escritores de todas en la “literatura del norte”
latitudes de Latinoamérica se encontraban respuestas
que escribían bien y fuera certeras al problema y ex-
de parámetros convencio- plicaciones eficaces para
nales; y tuvo un 50% de con- comprender la situación del
diciones externas a la escri- país. Lo cierto es que la bien
tura: el morbo, la simpatía o mal llamada “literatura
o el interés genuino por co- norteña” no se agota en un
nocer la convulsa historia par de temas, tiene que ver
latinoamericana y la con- más con un 50% de talento
dición también convulsa de de una variedad de escrito-
su realidad. Los escritores res lúcidos que saben hacer
del Boom fueron y son visi- su trabajo con disciplina;
bles porque los problemas y un 50% de condiciones
que detectaron, criticaron externas al proceso de su
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escritura. El norte talento, escritores de oficio y
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un día
uno iba a ser homero
la obra nada menos que una ilíada
después
viendo el paquete
alcanzaba para ser un rimbaud
un ungaretti un fernando pessoa cualquiera
un lorca un éluard un ginsberg
por fin
terminamos siendo el pequeño poeta de provincia
que siempre fuimos
por detrás de tantas máscaras
que el tiempo trató como flores
Paulo Leminski
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imagen de Fish-
borne??????
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