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Revista Latinoamericana de Filosofía, Vol.

XXXIX Nº 2 (Primavera 2013)

Lorenzino de’ Medici comentarios bibliográficos

Apología Jean-Marie Schaeffer, Arte, objetos, ficción, cuerpo. Cuatro ensayos sobre estéti-
ca, prólogo, traducción y edición de Ricardo Ibarlucía, Buenos Aires, Biblos
(Colección Pasajes/Programa de Estudios en Filosofía del Arte, Centro de
Investigaciones Filosóficas), 2012, 124 pp.
Prólogo, traducción y notas:
Abocado principalmente al miento de Shaeffer anuncia el sur-
Nicolás Kwiatkowski estudio crítico de la historia de la gimiento de una “nueva filosofía”
estética y al análisis conceptual francesa, y agrega que los cuatro
de nociones artísticas y estéticas trabajos que componen el volumen
(obra de arte, ficción, imaginación, condensan los objetivos de un pro-
representación, entre otras), Jean- grama estético que recorre más de
Colección Excursus Marie Schaeffer –Director de estu- veinte años.
dios de la École des Hautes Études La apreciación de Ibarlucía –Di-
en Sciences Sociales (EHESS)– se rector del Programa de “Estudios
ha convertido en uno de los más en Filosofía del Arte” del Centro de
importantes especialistas en estéti- Investigaciones Filosóficas (CIF)–
Comité editorial ca filosófica y teoría del arte de las es pertinente. En este volumen,
José Emilio Burucúa - Ricardo Ibarlucía - últimas décadas. Su investigación Schaeffer realiza colateralmente, a
Nicolás Kwiatkowski - Leiser Madanes - Pablo E. Pavesi se ubica en estrecha relación con partir del enfoque de ciertas pro-
la filosofía analítica, la ciencia cog- blemáticas específicas del campo
nitiva y los estudios antropológi- de la estética y del arte, un breve
cos, y está especialmente influida, y particular recorrido crítico por
pero no por eso determinada, por la historia de la estética filosófica.
los escritos de estética de Gérard Retoma y resemantiza la noción
Genette, quien fuera su maestro y de mímesis de la antigüedad clási-
director. En el prólogo que acompa- ca para constituir la idea de ficción
ña la edición de Arte, objetos, ficción, moderna; involucra la perspectiva
cuerpo. Cuatro ensayos sobre estéti- medieval y cristiana en la confor-
ca, Ricardo Ibarlucía, a cargo ade- mación histórica de la imagen del
De próxima publicación: más de la selección, la traducción cuerpo; releva críticamente deter-
y el apéndice bibliográfico, seña- minados postulados de la moder-
Jean-Jacques Rousseau la –siguiendo la argumentación nidad que configuraron una idea
esgrimida por Arthur Danto en el específica de arte; y analiza la
prólogo a la traducción al inglés de imagen y las expresiones estéticas
Mi retrato / El arte de gozar / Cuatro cartas a Malesherbes L’art de l’âge moderne. L’esthétique et contemporáneas que le permiten
la philosophie de l’art du XVIIIe siè- seguir el desarrollo de tales nocio-
Prólogo, traducción y notas: Pablo E. Pavesi cle à nos jours (1992)– que el pensa- nes.

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A través de una exposición arte más contemporáneo (como ocupa la obra dentro de un entra- específico (con características dis-
clara y sintética, en el primero de Robert Smithson, Joseph Kosuth y mado evolutivo, debe fundarse en tintivas) fundamenta la concepción
sus ensayos Schaeffer realiza un Joseph Beuys), ejemplifican hasta el encuentro concreto del sujeto con según la cual la atención sobre el
recorrido por la historia de “la cierto punto que la sacralización las obras, “en lo que pueden apor- carácter estético del objeto (su este-
teoría especulativa del Arte”, indi- del arte como postulado principal tarnos en su singularidad” (p. 45). tización) implica necesariamente
cando sus puntos teóricos más fue adoptada por gran parte del Retomando en cierto modo algu- una descontextualización y una
característicos y sus exponentes mundo artístico moderno, instau- nos postulados kantianos, Schae- desfuncionalización del mismo.
más destacados: Friedrich Schlegel rándose progresivamente como ffer vuelve a poner sobre el tapete Esta concepción, fuertemente cri-
y Novalis, Hegel, Schopenhauer, horizonte de expectativa del arte la relación estética con las obras de ticada por Schaeffer, es aceptada
Nietzsche, Heidegger. Tal teoría occidental. arte y a reivindicar el valor relacio- tanto por los filósofos del arte,
surge, a su juicio, en consonancia La principal crítica de Schaeffer nal que surge “del encuentro entre quienes consideran que las propie-
con los postulados del romanticis- a la “teoría especulativa del Arte” la obra y una sensibilidad, la del dades estéticas del objeto son lo
mo alemán, como respuesta a una se centra en el carácter esencialista receptor” (p. 45). que marca su ontología, como por
doble crisis: la de los “fundamentos que otorga al arte, del cual se deri- El segundo artículo del volu- los defensores de una museografía
trascendentales de la filosófica” y la varían dos consecuencias negati- men, “¿Objetos estéticos?”, se cen- cognitiva quienes entienden que en
de los “fundamentos religiosos de vas: por un lado, lleva a confun- tra en la crítica a la noción de “obje- la estetización se da una profana-
la realidad humana” (p. 24). Frente dir los juicios evaluativos con los to estético”. La postulación de que ción ontológica del objeto.
a esta crisis ontológico-teológica, criterios descriptivos de las artes, tales objetos poseen características Schaeffer corre el eje del debate
la “teoría especulativa” hace del (lo cual conduce a considerar a los internas específicas y distintivas, ya del plano ontológico. Postula que
arte un “saber extático”, es decir, primeros como marcos de legiti- sean perceptivas (es decir, manifies- los objetos o artefactos no están
el único medio a través del cual mación y determinación acerca de tas) o funcionales, conlleva a for- investidos de ciertas propiedades
es posible acceder a las “verdades lo que es dable considerar arte, y mular la existencia de una distin- estéticas que deban de ser resal-
trascendentes”, a los “fundamen- a otorgarles, con el tiempo, signi- ción esencial entre ellos y los demás tadas por sobre otras, sino que las
tos últimos de la existencia”. Arte ficación descriptiva); por otro, la objetos del mundo, los cuales son únicas propiedades presentes en el
y poesía pasan a ocupar el centro constante puesta en valor y actuali- englobados precipitadamente bajo objeto y activadas en la dimensión
de la escena reemplazando el rol de zación de la propia esencia interna el simple rótulo de “objetos bana- estética son precisamente las pro-
fundamento que hasta el momento del arte marcaría el ritmo de una les”. Esta especificidad distinti- piedades banales. Su posición es
desarrollaba el discurso filosófico. evolución historicista lineal e inma- va del objeto estético implica una categórica: niega la existencia de
Mediante el recorrido por sus nente (a la que Schaeffer denomina determinación ontológica y a la vez objetos estéticos y sostiene que sólo
representantes más destacados, “historicismo autoteleológico”) que una reducción, en el ámbito de la hay “objetos”. Consiguientemente,
Schaeffer se encargará de mostrar avanza a partir de las tensiones reflexión teórica, de los hechos esté- la dimensión estética deja de cen-
que, si bien “la teoría especulativa generadas dentro del mismo siste- ticos a objetos estéticos. Este ceñi- trarse en la necesidad de la presen-
del Arte” tuvo su origen en Ale- ma de las artes. miento, al que Schaeffer describe cia de ciertos componentes espe-
mania entre fines del siglo xviii y Para Schaeffer, este andamiaje críticamente como “rodeo ontologi- cíficos en los objetos para pasar a
comienzos del xix, su influencia se tiene su base en un engaño: “el arte zante”, implica una homologación enfocarse en la “relación estética”.
extiende fuera de las fronteras ale- no tiene esencia interna; es un obje- entre lo real y los objetos e implica Esta relación implica una cierta
manas y excede el ámbito literario to intencional que es y llega a ser lo además una reducción del hombre “actividad mental”: la presencia de
como estricto campo de aplica- que los hombres lo hacen ser y lle- como sujeto perceptivo frente a una “experiencia cognitiva” –que
ción. La música de Schönberg, las gar a ser” (p. 43). Si bien Schaeffer ellos. Tal perspectiva dificulta, en Schaeffer toma de los postulados
vanguardias pictóricas de princi- no considera la posibilidad de un efecto, la posibilidad de pensar la en torno a los procesos cognitivos
pio de siglo xx (centralizada para análisis ahistórico de las obras de dimensión estética en términos de de Nelson Goodman– y una “satis-
Schaeffer en la figura de Kandins- arte, entiende que su juicio, lejos de procesos y de relaciones. En esta facción adquirida” –proveniente
ky y Jean Paulhan), su extensión fundarse –tal y como lo plantea el óptica reductiva de la dimensión del tema kantiano del placer– (p.
incluso a algunos exponentes del historicismo– a partir del lugar que estética a la presencia de un objeto 67-68). En línea con las considera-

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ciones de Genette, la dimensión modifique el proceso epistémico: cias específicas entre ambas. En “no imita la realidad sino nuestros
estética involucra, en su perspec- Schaeffer afirmará que las repre- el caso de la ficción, no sólo no es modos de representación de la rea-
tiva, una especie de reacción: una sentaciones imaginarias poseen importante el saber si sus repre- lidad” (p. 96)–. Esta distinción per-
movilización a partir de la activa- un rol importante en el proceso sentaciones tienen o no un alcance mite pensar, como señala Ibarlucía
ción receptiva provocada por las cognitivo y que incluso colaboran referencial, sino que esta carencia en el prólogo, las representaciones
producciones humanas. Bajo estos para alcanzar lo real. Sin embargo, de importancia acerca de su fuerza artísticas como el producto de una
presupuestos se entiende la afirma- en sí mismas, de modo aislado, no denotativa es deliberada e intencio- “actitud intencional”.
ción de Schaeffer según la cual los poseen estatuto cognitivo. Tal como nal. Por otra parte, si bien la ficción El último de los trabajos reu-
“hechos estéticos son la expresión sucede con los números complejos, es una representación imaginaria nidos en el libro lleva el título de
de una conducta humana básica” las representaciones imaginarias consiente, no es posible concebirla “El cuerpo es imagen”. Schaeffer
(p. 67) y por lo tanto algo no espe- poseen un alcance cognitivo en exactamente como aquella ni ana- parte en él de la hipótesis de que
cífico de una cultura determinada. tanto funcionan como un elemento lizarla del mismo modo. Es dable existe una estrecha relación entre la
El cambio de punto de vista dentro de un proceso de represen- distinguir pues dos tipos diver- imagen y el pensamiento del cuer-
lleva necesariamente a Schaeffer a taciones mentales más amplio, el sos de representaciones ficciona- po. Considera que éste es un rasgo
una reformulación de la noción de cognitivo. Ahora bien, las repre- les: las “ficciones instrumentales”, propio de la civilización cristiana.
“obra de arte”, que no será identi- sentaciones adquieren un estatuto entre las que se puede mencionar Rastrea, en consecuencia, el origen
ficada ya con la noción de “objeto pragmático porque estos procesos por ejemplo los números imagina- de esta conjunción entre imagen
estético”. Las producciones artís- implican necesariamente una inte- rios o complejos, y las “ficciones y cuerpo en tres fuentes específi-
ticas serán concebidas, en conse- racción entre el ser humano y el lúdicas” como son por ejemplo las cas: el “dualismo ontológico” (que
cuencia, como “señales de costo mundo que lo rodea. Entender las novelas. Las primeras actúan en postula la conformación del hom-
elevado” (p. 73), es decir, como representaciones imaginarias desde procesos representacionales que no bre como un compuesto de alma
producciones relacionadas con las una perspectiva pragmática, y no son irreales y forman parte de una y cuerpo, que lleva consiguiente-
actividades vitales. De este modo, simplemente como un producto actividad “seria”. A diferencia de mente a pensar el cuerpo como el
la idea de la obra de arte como un de la imaginación carente de deno- éstas, las segundas forman parte de referente o el signo sensible del
objeto con estatuto ontológico estéti- tación, permite a Schaeffer perci- la “esfera lúdica” y la ficcionaliza- alma), el “creacionismo monoteís-
co es reemplazada por una concep- bir una diferencia interna −la del ción le es constitutiva (es su carac- ta” (que considera el cuerpo como
ción que la asume como una pro- reconocimiento y la ignorancia del terística esencial y su propio fin). “signo icónico”, a imagen de Dios
ducción –en términos de Genette– carácter imaginativo− y reconocer, Pero, además, las ficciones lúdicas su creador, aunque esta relación sea
“constitutivamente estética” (p. 76). además, que el carácter cognitivo se caracterizan, principalmente, de carácter asimétrico) y, por últi-
En “De la imaginación a la fic- de la imaginación no es absoluto, por poner en marcha un proceso mo, la “doctrina de la Encarnación”
ción”, el tercero de los ensayos del sino sólo una función entre otras de representación mimético, en el (la teoría cristiana que afirma que
volumen, analiza la posibilidad que posee en tanto representación. que se combinan tres elementos: Dios se hace hombre). La conjun-
de que la imaginación –entendida En resumidas cuentas, el carácter la simulación lúdica –especie de ción de estas tres fuentes ha lleva-
como la producción de represen- cognitivo no es reducible a aquellas engaños o señuelos que permiten do a la construcción de un sistema
taciones cuyo único referente es representaciones que poseen valor adentrarse en el universo ficcio- de pensamiento que, según señala
mental– posea una función cogni- referencial, pero al mismo tiempo nal–, la inmersión mimética –el Shaeffer, domina nuestras represen-
tiva. A partir de una comparación la función de las representaciones adentramiento, a partir de ciertos taciones hasta la actualidad. Esta
con lo que sucede con los “números no es exclusivamente cognitiva. señuelos, en la ficción “como si” estructura se conforma con base
complejos” o “imaginarios” –los En este artículo, y en relación fuera una representación real– y la en tres consideraciones insepara-
cuales, aun careciendo de realidad directa con su reflexión en torno modelización analógica –en la que bles: el cuerpo es pensado en rela-
efectiva, poseen una función cog- a la imaginación, Schaeffer anali- el universo ficcional que se crea no ción con un modelo inmaterial del
nitiva dentro de un proceso cog- za también el caso de la ficción. Si es semejante u homólogo al mundo cual es imagen; pero este modelo
nitivo más amplio que involucra bien ésta es una “ampliación de real sino que es similar, análogo, al abstracto es irrepresentable y, por
números reales, sin que por ello se la imaginación”, existen diferen- modelo “serio” de lo real; la ficción ende, el cuerpo se convierte en una

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imagen no semejante al modelo. De vierte en productor de desorden y Aristóteles, Acerca del alma (De anima), traducción, notas, prólogo e introduc-
esto se desprende la presencia de monstruosidades). ción de Marcelo D. Boeri, Buenos Aires, Colihue, 2010, ccxxxiv + 241 pp.
una tensión histórica entre el mode- A través de estos cuatro lúci-
lo y la copia de la cual la teoría de dos trabajos Schaeffer cala en lo
la encarnación ha funcionado como más profundo de los pilares de la “Tengo la convicción de que contexto de la filosofía de la mente
un primer acercamiento o reconci- estética filosófica contemporánea los pensadores antiguos pueden y la epistemología contemporá-
liación entre la imagen-cuerpo y el visibilizando las causas de algunas ser razonablemente incorporados a neas, y por su hábil reconstrucción
modelo. A partir de esta concep- de sus problemáticas irresueltas y algunas discusiones actuales y que, de los intrincados argumentos del
ción, el modelo deja la transcenden- resignificando conceptos operati- en muchos casos, sus observacio- De anima.
cia que le era propia volcándose vos fundamentales. Sus contribu- nes pueden ser iluminadoras en el La traducción sigue el texto
hacia una interiorización de la ima- ciones no son pocas: con la crítica intento de comprender un proble- oxoniense de W. D. Ross (1961),
gen, se humaniza, y van desapare- a la teoría especulativa del Arte ma”, escribe Marcelo Boeri en el indicando los lugares en los que se
ciendo las divergencias y las asime- –especialmente su esencialismo y Prólogo de su traducción, enrique- aparta de él para, en la mayoría de
trías entre ambos. De ahora en ade- su historicismo– deja al descubierto cida con abundantes notas y una los casos, atenerse a la transmisión
lante, sostiene Schaeffer, la imagen las causas de la crisis del arte con- Introducción de densas y panorá- unánime o mayoritaria que ofre-
encarnará un modelo del cual el temporáneo; a través de la crítica al micas 221 páginas que constituye cen los manuscritos. La muy legi-
hombre es su propio creador. carácter ontológico de los “objetos por sí sola un estudio completo y ble y precisa traducción obedece a
Ejemplificando el devenir his- estéticos”, Schaeffer propone una actual sobre la psicología aristoté- parámetros de los que difícilmente
tórico de la interiorización del nueva concepción de “obra de arte” lica. Con un sólido conocimiento podemos hoy distanciarnos en las
modelo, Shaeffer se centra en dos no determinada por la presencia de textual y filosófico, Boeri realiza un versiones de Aristóteles, especial-
momentos específicos. En primer componentes estéticos sino funda- examen de la psicología aristotélica mente en aquellas destinadas a
lugar, se detiene en el modo en que da en una relación estética que le tras la rehabilitación que ella vivie- ser una edición para el estudio: (a)
el Renacimiento representa el cuer- es constitutiva; mediante el análi- ra en las últimas décadas. fidelidad al original que evita rees-
po humano como “vehículo de la sis en torno a la importancia de las El libro consta de una traduc- cribir o describir parafrásticamen-
imagen conforme” (al punto que su representaciones imaginarias y la ción completa del texto del De te el texto traducido, (b) expresión
interioridad, su espiritualidad y su ficción en el proceso cognitivo, ela- anima, profusas notas enfocadas comprensible al nivel de la lengua
armonía se visibilizan en su exte- bora una novedosa interpretación principalmente a ofrecer referencias a la que se traduce el griego esti-
rioridad a través de la belleza visi- de las representaciones artísticas cruzadas y a aclarar el argumen- lísticamente poco elegante –pero
ble). En un segundo momento, se como producciones de una “actitud to; incluye, además, como apén- no menos fascinante en su poten-
centra en el modo en que la interio- intencional”; por último, merced al dice, una serie de textos antiguos cia conceptual– de Aristóteles, y
rización del modelo se radicaliza, estudio de la relación establecida a y medievales que recogen cuatro (c) un vocabulario coherente en
cuando –a partir del siglo xvii– se lo largo de la historia de la cultu- interpretaciones influyentes sobre la versión de los términos técni-
pasa de la interiorización espiritual ra occidental entre la imagen y el la noética aristotélica; está acompa- cos (breve glosario, en pp. ccvi s.).
y armónica a la interioridad orgá- cuerpo, consigue develar la consti- ñado por una bibliografía seleccio- A manera de ilustración, pueden
nica y caótica del cuerpo (obras tución específica y contemporánea nada y los índices de rigor. Quisie- tenerse en cuenta las dos varian-
como las de Rembrandt y las de de nuestra presente imagen de lo ra llamar la atención sobre algunos tes que Boeri elige para phantasía,
Francis Bacon ilustran este cambio corporal. aspectos novedosos de esta nueva que traduce, según el contexto, por
en el que el cuerpo deviene imagen Gisela Fabbian versión de un texto anteriormen- “imaginación” (cuando se refiere a
de su interioridad más cruda y el Universidad Nacional de San Martín te traducido al español y comen- la facultad de producir imágenes,
modelo se vuelve a la animalidad CONICET tado recientemente en otras len- sin las cuales no hay pensamien-
más íntima, al punto que se con- guas (Hamlyn, 1993; Movia, 2001; to, insiste reiteradamente Boeri) o
Polansky, 2007), ya que el presente “apariencia” (cuando en el primer
libro sobresale por su explicación plano está el sentido fenoménico
de la psicología de Aristóteles en el de las cosas que aparecen). Boeri

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