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COMERCIAL.
MÓDULO I
Capítulo 1
Derecho
Capítulo 2
Ley
Art. 5°. — «Vigencia». Las leyes rigen después del octavo día
de su publicación oficial, o desde el día que ellas determinen.
■ Concordancias con la normativa anterior: Cód. Civil, art. 2o.
Análisis de la normativa anterior. El art. 2° del Cód. Civil establecía
que las leyes eran obligatorias desde su publicación y desde el día en
que ellas lo determinen. Si no designaban tiempo, eran obligatorias
desde los ocho días siguientes al de su publicación oficial.
Análisis de la normativa del CCCN. Como surge del resumen que
hemos hecho de la legislación anterior en el apartado precedente, la
redacción del CCCN no contiene modificaciones respecto del régimen
anterior, por lo que la jurisprudencia y doctrina sobre el punto siguen
plenamente vigentes.
Capítulo 3
Capítulo 4
Derechos y bienes
Comienzo de la existencia
Capítulo 2
Capacidad
Párrafo 5° — Inhabilitados
Art. 48.—«Pródigos». Pueden ser inhabilitados quienes por la
prodigalidad en la gestión de sus bienes expongan a su
cónyuge, conviviente o a sus hijos menores de edad o con
discapacidad a la pérdida del patrimonio. A estos fines, se
considera persona con discapacidad, a toda persona que
padece una alteración funcional permanente o prolongada,
física o mental, que en relación a su edad y medio social
implica desventajas considerables para su integración
familiar, social, educacional o laboral. La acción sólo
corresponde al cónyuge, conviviente y a los ascendientes y
descendientes.
■ Concordancias con la normativa anterior: Cód. Civil, art. 152
bis.
Análisis de la normativa anterior. Se podía inhabilitar judicialmente
por embriaguez habitual o uso de estupefacientes, por disminución en
las facultades y por prodigalidad. Los protegidos por la declaración de
inhabilitación por prodigalidad y los, consecuentemente, legitimados
para accionar, eran el cónyuge, los ascendientes y los descendientes.
Debía haberse dilapidado una parte importante del patrimonio.
Análisis de la normativa del CCCN. Apunta especialmente a la
protección del interés patrimonial familiar (Fundamentos del
Anteproyecto), aunque se advierte que el conjunto expuesto por la
prodigalidad no es, en la letra del artículo, igual al de los legitimados.
Para la inhabilitación no es necesaria la previa dilapidación de una
parte importante del patrimonio.
El concepto de discapacidad que transcribe la norma es el del art. 2o
de la ley 22.431, pero según el art. 1o de la Convención sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad, las personas con
discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas,
mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar
con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y
efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás. Ha
dicho la Corte Interamericana de Derechos Humanos que esta
Convención tiene en cuenta el modelo social para abordar la
discapacidad, lo cual implica que la discapacidad no se define
exclusivamente por la presencia de una deficiencia física, mental,
intelectual o sensorial, sino que se interrelaciona con las barreras o
limitaciones que socialmente existen para que las personas puedan
ejercer sus derechos de manera efectiva ("Furlan y Familiares c.
Argentina", 31/8/12, serie C, n°246, párr. 133).
Capítulo 3
Capítulo 4
Nombre
Capítulo 5
Domicilio
Capítulo 6
Ausencia
Presunción de fallecimiento
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Sección 2a — Tutela
Sección 3a — Cúratela
Capítulo 1
Parte general
Sección 1a — Personalidad. Composición
Sección 2a — Clasificación
Párrafo 2° — Funcionamiento
Capítulo 3
Fundaciones
Sección 7 a — Concepto, objeto, modo de constitución y
patrimonio
Art. 193. — «Concepto». Las fundaciones son personas
jurídicas que se constituyen con una finalidad de bien común,
sin propósito de lucro, mediante el aporte patrimonial de una
o más personas, destinado a hacer posibles sus fines.
Para existir como tales requieren necesariamente constituirse
mediante instrumento público y solicitar y obtener
autorización del Estado para funcionar.
Si el fundador es una persona humana, puede disponer su
constitución por acto de última voluntad.
■ Concordancias con la normativa anterior: Cód. Civil, art. 33;
ley 19.836, art. 1o.
Análisis de la normativa anterior. El Código Civil se refería
específicamente a las fundaciones sólo en el art. 33, que se refería
conjuntamente a las asociaciones y fundaciones diciendo: "Las
personas jurídicas pueden ser de carácter público o privado. Tienen
carácter privado: 1. Las asociaciones y las fundaciones que tengan
por principal objeto el bien común, posean patrimonio propio, sean
capaces por sus estatutos de adquirir bienes, no subsistan
exclusivamente de asignaciones del Estado, y obtengan autorización
para funcionar...". Por su parte, el art. 45 decía que comenzaba la
existencia de las asociaciones, establecimientos, etcétera con el
carácter de personas jurídicas desde el día en que fuesen autorizadas
por la ley o el gobierno. La redacción de este artículo es
prácticamente igual a la del art. 1o de la Ley de Fundaciones 19.836
(ahora derogada con la sanción del CCCN), con la única diferencia del
agregado de la oración final referida a la constitución mortis causa.
Análisis de la normativa del CCCN.
Concepto. Queda definida la fundación como persona jurídica con los
componentes necesarios y obligatorios que la legislación vigente y la
doctrina venían aplicando. El artículo que comentamos, luego de
definir a las fundaciones, expresa que para existir como tales
requieren necesariamente constituirse mediante instrumento público
y solicitar y obtener autorización del Estado para funcionar. Es decir,
que no basta con reunirías características señaladas de tener finalidad
de bien común, no tener fin de lucro y contar con un aporte
patrimonial, sino que además se debe solicitar a la autoridad de
control (por ejemplo, en el caso de la ciudad autónoma de Buenos
Aires dicho organismo es la Inspección General de Justicia) la
autorización para funcionar como tal y la aprobación de los estatutos,
con el consiguiente otorgamiento de la personería jurídica.
Finalidad. La finalidad de las fundaciones debe ser el bien común; no
basta con que la misma sea lícita, que no perjudique a terceros, al
orden público, a la moral y a las buenas costumbres, resulta
imprescindible que sea socialmente útil. Es una finalidad de carácter
altruista, solidaria, destinada a satisfacer necesidades concretas de la
sociedad. No debe tener fin de lucro, no debe buscar un beneficio
económico a distribuir directamente entre los beneficiarios. Pero la
fundación (según la mayoría de la doctrina actual) puede realizar
actividades lucrativas para conservar su patrimonio o para obtener
nuevos recursos para el cumplimiento de sus fines. En este sentido,
explica Cahián (1) que: "La fórmula usual aplicada en la cuestión para
determinar si hay o no lucro, consistió siempre en la verificación del
auténtico destino de los beneficios o utilidades obtenidas por esas
actividades". Y continúa el autor citado: "Se sostiene que hay lucro
cuando las ganancias son absorbidas por el peculio personal de
quienes realizan esas actividades. En cambio, no lo habría cuando los
beneficios sólo incrementan —exclusivamente— el patrimonio
institucional y sólo sirven para un mejor logro de los fines de bien
público que persigue la entidad". Consideramos que hay que
distinguir el ánimo de lucro del mero beneficio económico. Así, la
ausencia de ánimo de lucro debe ser interpretada como una directiva
a las fundaciones para que las mismas no distribuyan ganancias. El
ánimo de lucro apuntaría a la intención de un tercero —ajeno a la
fundación— de hacer suyas las ganancias que aquélla pudiera
obtener, lo que está prohibido en nuestro ordenamiento jurídico; pero
las fundaciones podrían obtener beneficios económicos, pues éstos
consisten en la mera diferencia entre los ingresos generados y los
gastos incurridos.
La última parte del artículo se refiere a la constitución de fundaciones
por un acto mortis causa (véanse, infra, arts. 219 y 220).
■ Referencias: (1). Cahián, Adolfo, Derecho de las fundaciones,
Buenos Aires, 1996, p. 75.
Sección 1a — Conceptos
Este Capítulo ha cambiado la ubicación original que tenía en el Código
de Vélez Sársfield como Título I del Libro Tercero, "De los derechos
reales", para integrar el Título III del Libro I, "Parte general". Queda
así ordenado junto con los demás elementos del derecho. La opción
es lógica, tratándose de un Código que opta por incorporar una Parte
General.
La distinción entre bienes y cosas se encuentra en el art. 16 del
CCCN, al cual remitimos.
Capítulo 2
Función de garantía
Capítulo 3
Vivienda