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Imágenes de la blanquitud
mor. Nada debe estar afuera; la identidad se mantiene y salva .
guarda creando la inmanencia. 22 Sólo si el caos que se muestra ~UCAA ~o.. .. ~Q~cv-.\~
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en la consistencia concreta de las cosas llegara al fin a consis ~~~\~. J-}..-kJ..;c.o '. ~)'J..G tOo
tir plenamente en una mera proyección negativa del sujeto y
su cosmos, a ser exclusivamente aquello "aún no" conquistado
Sein Auge ist blau
e invadido por él, el temor a lo otro podría desvanecerse en el er trifft dich mil bleiemer Kugel
sujeto ilust;rado. Sólo que esta sensación de seguridad ante la er trifft dich genau.1
identidad perfectamente conservada gracias a la anulación de
,Paul Celan, Todesfuge
10 otro en cuanto tal sería una sensación que carecería de su
jeto para sentirla.
Anulado lo otro en provecho del sujeto plenamente enaje La palabra "espíritu" que aparece en el famoso ensayo de Max
nado, el pais'1ie que quedaría sería el de una devastación to Weber sobre La ética protestante y el espíritu del capitalismo se refie
tal: la Ilustración habría completado su "dialéctica". re sin duda a una especie de demanda o petición de un cierto
Al llevar a cabo SU empresa de auto-emanipación, el sujeto tipo de comportamiento que la vida económica de una socie- '
humano tomó un camino que lo ha llevado paradójicamente, dad hace a sus miembros. El "espíritu" es una solicitación o un '
de estar sometido b'1io un poder ubicado en lo otro, en el caos, requerimiento ético emanado de la economía. El "espíritu del
en la naturaleza salv.ye, a estar sometido a un poder equiva , capitalismo" consiste así en la demanda o petición que hac;e la
lente, pero ubicado ahora en él mismo; en él, como sujeto que vida práctica moderna, centrada en torno a la organización
salvaguarda al fin plenamente su identidad al cosificarse y ena r capitalista de la producción de la riqueza social, de un modo
jenarse como valor económico capitalista siempre valorizándo especial de comportamiento humano; de un tipo especial de
se. Para dejar de sacrificar una parte de sí mismo, como debía humanidad, que sea capaz de adecuarse a las exigencias del me
hacerlo en tiempos pre-modernos, el sujeto, en esta dialéctica jor funcionamiento de esa vida capitalista. Según Weber, el etlws
perversa, ha pasado a sacrificarse todo entero. que solicita el capitalismo es un ethos "de entrega al trabajo, de
A esta Ilustración, que persigue a toda costa la autoconser ascesis en el mundo, de conducta moderada y virtuosa, de ra- '
vación del sujeto y retrocede ante la idea de una autoafir cionalidadprodllctiva, de búsqueda de un beneficio estable y
mación como "puesta en peligro" de sí mismo, Horkheimer y continuo", en definitiva, un ethos de autorrepresión producti
Adorno le recuerdan: "Todo auto-sacrificio implica destruir vista del individuo singular, de entrega sacrificada al cuidado
'más' que 10 que se salva gracias a él".25 de la porción de riqueza que la vida le ha confiado. Yla prác
tica ética que mejor representa a este ethos solicitado por el ca
[En Sophia, &vista de Fúosofta, n. 1, Quito, Ecuador, 2007; y Contrahistorias. pitalismo es, para Weber, la del cristianismo protestante, Y en
lA otra mirada de CIio, n. 9, México, 2007.] . especial la del puritanismo o protestantis~~e calvinista, aquel
que salió del centro de Europa y se extendio históricamente a
los Países Bajos, al norte del continente europeo, a Inglaterra
y finalmen~Estados Unidos de América.
22 lbid., p. 67. (
25 lbid., p. 73. 1 "Su ojo es azul/te apunta con una bala de plomo/te apunta y no fulla."
57
56
En la nota preliminar a sus Artículos escogidos de sociología de realista, puritana o "protestante-calvinista" del ethos histórico
la religión, Max Weber dejó planteada la idea de que la capaci capitalista. 2
dad de corresponder a la solicitación ética de la modernidad En el contexto que nos interesa, es importante señalar que
capitalista, la aptitud para asumir la práctica ética del protes la "santidad económico-religiosa" que define a este "grado ce
tantismo puritano, puede tener un fundamento étnico y estar ro" de la identidad humana moderno-capitalista, caract~rística
conectada con ciertas características raciales de los individuos. de este nuevo tipo de ser humano, es una "santidad" que de
Las reflexiones que siguen intentan problematizar este plan be ser visible, manifiesta; que necesita tener una perceptibilidad
teamiento de MaxWeber a partir del reconocimiento de un sensorial, una apariencia o una imagen exterior que permita
"racismo" constitutivo de la modernidad capitalista, un "racis distinguirla. La modernidad de un individuo, lo efectivo de su
mo" que exige la presencia de una blanquitud de orden ético· interiorización del ethos puritano capitalista, es decir,· su "san
o civilizatorio como condición de la humanidad moderna, pe tidad".o el hecho de haber sido elegido por la gracia divina, es
ro que en casos extremos, como el del Estado nazi de Alema reconocible antes que nada en el alto grado de productividad
nia, pasa a exigir la presencia de una blancura de orden étnico, del trabajo que le toca ejecutar. Lo evidentemente producti
Ipiológico y "cultural". vo de su actividad es lo que lo ubica por encima de la línea
. ~ Se puede hablar de un "grado cero" de la identidad concre que separa tajantemente a los "winners" (triunfadores) o "sal
ta del ser humano moderno, que consistiría en la pura fup va"'" de los "losers" (perdedores) o "sommersi". Pero no se ma
cionalidad ética o civilizatona que los individuos demuestran nifiesta sólo en este dato estadístico; también se muestra en la
tener respecto de la reproducción de la riqueza como un pro imagen que corresponde a esa santidad evidente: en todo el
ceso de acumulación de capital. En este plano elemental, la conjunto de rasgos visibles que acompañan a la productividad,
identidad humana propuesta por la modernidad "realmenj:e desde la apariencia fisica de su cuerpo ysu entorno, limpia y
existente"· consiste en el conjunto de características que consti ordenada, hasta la propiedad de su lenguaje, lá positividad
tuyen aun tipo de ser humano que se ha construido para sa discreta de SU actitud y su mirada y la mesura y compostura de
tisfacer al "espíritu del capitalismo" e interiorizar plenamente . sus gestos y movimientos.
la solicitud de comportamiento que viene con él. Pero el. grado cero de la identidad individual moderna es
Distintos elementos determinantes de los modos de vida tra en verdad un grado insostenible, evanescente, que en la his
dicionales, distintas subcodificaciones de los sistemas semióticos toria cede su lugar enseguida a un grado primero o inicial de
y lingüísticos heredados, distintos usos y costumbres pre-mo concreción identitaria: el grado de identidad que correspon
demos o simplemente no-modernos, en pocas palabras, dis de a la identidad nacional. En efecto, sólo excepcionalmente
tintas determinaciones de la "forma natural" de los individuos las masas de la sociedad moderna son, como suele .decirse, ma
(singulares o colectivos) son oprimidos y reprimidos sistemá sas amorfas y anónimas; por lo general son masas identificadas
tica e implacablemente en la dinámica del mercado a lo largo en la realización del proyecto histórico estatal de alguna em
Il de la historia, en el camino que lleva a este "grado cero" de la presa compartida de acumulación de capital, és decir, son ma
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identidad humana moderna. Son precisamente aquellas deter
minaciones identitarias que; estorban en la construccióJ.l del 2 Sobre la multiplicidad del ethos histórico de la modernidad capitalista,
nuevo tipo de ser humano requerido para el mejor funcio que incluria, además del realista, a otros tres más: el "romántico", el "(neo)c1á
sico" y el "barroco", véase Bolívar Echeverría, "Modernidad y capitalismo", Las
namiento de la producción capitalista dé mercanCÍas y que
deben ser sustituidas o reconstruidas de acuerdo con la versión' {~~~g~rsi~~;~Ñi~e_~~,M~?:~~~ . {:
58 59
sas dotadas de una identidad de "concreción falsa", como di~
xvm), esa casualidad o arbitrariedad se fue convirtiendo p~
ca a poco en una necesidad y pasó a ser codetenninante de la
ría el filósofo Karel Kosík, pero concreta al fin, que tiene una
consistencia nacional. identidad moderna delser humano como una identidad civi
lizatoria capitalista, en su variante puritana o "realista". En otras
Ahora bien, en 10 que concierne a estas reflexiones, es de
palabras, debido a su frecuencia abrumadora, el hecho de que t:
observar que la identidad nacional moderna, por más que se
conforme en función de empresas estatales asentadas sobre s~ los "santos visibles" fueran también, además de todo, "de raza
y de usos y costumbres blancos" abandonó su factualidad y pa
ciedades no europeas (o sólo vagamente europeas) por su
só a convertirse en una condición imprescindible. Es g!3.c!as
"color" o su. "cultura", es una identidad que no puede dejar
a este quid pro quo que el ser auténticamente moderno llegó-a
de incluir, como rasgo esencial y distintivo suyo, un rasg9.1!l\lY
incluir entre sus determinaciones esenciales el pertenecer de
especiCll al que.p()del!tº3jla:rnar "~l!.l/",q:y.itud". La nacionalidad
alguna manera o en cierta medida a la raza blanca y conse
moderna, cualquiera que sea, incluso la de Estados de pobla~
cuentemente a relegar en principio al ámbito impreciso de 10
ción n~blanca (o del "trópico"), requiere la "blanquitud" de sus
pre, lo anti o lo n~moderno (no humano) a todos los indivi
miembros. Se trata sin duda de un dato a primera vista sor
duos, singulares o colectivos, que fueran "de color" o simple
prendente, ya que la idea de una identidad nacional parecería
excluir la subsunción de ella bcYo aiguna identidad más gene- I
mente ajenos, "no occidentales".' .
Pero el proceso fue, en verdad, un tanto más complicado.
noroeste europeo. Se trata de un hecho que hizo que la apa patible con la blanquif:Ud, ubica a un personaje de la novela El último encuen·
dad indispensable de la "santidad" capitalista del ser humano trópico son sospechosos en su propio país. Son dignos de admiración Yde
moderno, que se confundiera con ella.{J.:a productividad del reconocimiento, pero son también sospechosos. En sus fichas secretas figu
trab.yo como síntoma de la santidad moderna y como "mani ra seguramente la palabra 'trópico' comO si dijera 'sífilis' o 'espionaje'. Son
festación" del "destino" profundo de la afirmación nacional pa sospechosos aunque hayan conservado la costumbre de jugar al go1f o al te
só a incluir, como acompañante indispensable, a la blancura nís,- aunque hayan estado bebiendo whisky, aunque hayan aparecido en las
racial y "culroral" de las masas trabajadoras.l condecoraciones: todos ellos son sospechosos. Simplemente por haber vívi
El rasgo identitario-civilizatorio que quereÍnos entender por do en el trópico. Simplemente por haber sobrevivido a esa infección terrible
"blanquitud" se consolida, en la historia real, de manera casual e imposible de asimilar que también tiene sus atractivos, como cualquier pe
o arbitraria sobre la base de la apariencia étnica de la pobla ligro mortal. El trópico es una enfermedad. Las enfermedades tropicales
ción europea noroccidental, sobre el trasfondo de una blan se curan con el tiempo. pero el trópico jamás" (SaÍamandra, Barcelona,
cura racial-cultural. A 10 largo de tres siglos (del siglo XV ar- 1999, pp. 74-75).
61
60 '
,II
[1]
Gerard Ter Borch, [2]
La dama escribiendo Lucas Cranach,
una carta, 1655 Adán'j Evo., 1528
dad promovido por ella. Es ésta la razón de que, en principio, le también para la representación que se hace en esa época
en la modernidad capitalista, l~s individuos de color puedan del cuerpo humano desnudo [fig. 2]. En la pintura de Lucas
obtener la identidad moder,na sin tener que "blanquearse" Cranach, Adán y Eva son sin duda de raza blanca, pero no es
completamente, de que les baste con demostrar su blanquitud. su blancura sino la inocencia de su sensualidad 10 que el pin
. Podemos llamar blanquitud a la visibilidad de la identidad tor circunscribe y enfatiza.
ética capitalista en tanto que está sobredeterminada por la blan Puede decirse, entonces, que un racismo identitario, promo
cura racial, pero por una blancura racial que se rdativiza a sí tor de la blanquitud civilizatoria, que no de la blancura étnica
misma al ejercer esa sobredeterminación] , -es decir, un racismo tolerante, dispuesto a aceptar (condi
Es la compostura de los personajes, Una compostura que cionadamente) un buen número de rasgos raciales y "cultura
denota blanquitud, y no blancura de raza, lo que impresiona les" alíen, "ajenos" o "extranjeros"-, es constinitivo del tipo de
en la representación de la nueva dignidad humana que hay en ,ser humano moderno-capitalista. Sin embargo, por más "abier
los numerosos retratos de burgueses u hombres modernos de to" que sea, este racismo identitario-civilizatoriono deja de ser
la pintura flamenca en los siglos XV YXVI [fig. 1]. 4"a bla'1].C.U un racismo, y puede fácilmente, en situaciones de excepción,
ra está allí, pero precisamente sólo COIllO- uu-sobreentendido readoptar un radicalismo o fundamentalismo étnico virulen
(Holbein, Van Eyck, Ter Borch, etcétera). E~bservación va to, co~o 10 veremos enseguida.
62 63
~
f
.~
l3]
Franz Karl Hiemer, ,1
l4]
Friedrich HóIderiin, 1792 Obreros blancos
66 67
[U]
Diferencias raciales 1
,¡k..
(91
[l°1
HO!J1bre ario (taIjeta postal) [11] [13]
(taIjeta postal)
III
su irracionalidad, tenía por partícipes y cómplices a todos los
alemanes de origen judío.
El nazismo puede aprovechar el antijudaísmo tradicional
r de la pequeña burguesía europea, ese sentimiento que invier
1; te la carga valorativa de admiración-envidia de esta claSe hacia
~ los judíos y la presenta como si fuera un desprecio-rechazo
[fig. 17]. Los pequeño-burgueses europeos cultivan un odio de
resentimiento hacia los judíos, porque los tienen por superiores.
En efecto, a diferencia de ellos, que dejaron que sus lazos co
munitarios ancestrales se perdieran con la mercantificación i.
total de su vida y con la consagración de la misma por el cris 1
1
I
del capitalismo. Vota por la lista del
muestra un cinismo tan burdamente pragmático que hasta al más fanático
nacionalsocialismo.•
de los nacionalistas le resulta dificil compartirlo.
70
71
[
I
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.l
[19] [20]
[21]
es un enemigo de
nuestro pueblo."
~
'¡
[17]
t [18]
trapuesto al de la estrategia espontánea de la población alema
I
"Eljudio comerciante", "Losjudios son
na de origen judío. No es una estrategia de resistencia, como
"Losjudíos se disfrazan", "Losjudíos son .
nuestra desgracia", en Der Stiirmer
nuestra desgracia", en DerStiirmer la de ésta, caracterizada por un barroquismo anticapitalista
dentro del capitalismo, sino una estategia romántica, ultra-ea
pitalista, que pretende alcanzar una "re-humanización" de la
en la vida cotidiana. Los judíos han logrado salvar el núcleo
vida económica capitalista mediante un correctivo estatal-viil
de la Heimat, esa combinación simbiótica "natural" de territo
kisch. La estrategia judía de defensa de la identidad comuni
rio y ethos (a la que el microhistoriador Luis González llama
taria "natu~admirada y despreciada a la vez, demonizada
"matria"), en medio de la total Heimatlosigkeit ("carencia de
. bajo el término "parasitismo") [fig. 20], había mostrado que
matria") en la que la modernidad devastadora ha sumido al
í esa meta -el mantenimiento de la Heimat, de la comunidad, en
ser humano, según el filósofo Martin Heidegger [fig. 18], En
• ¡I medio de la atomización mercantil- era alcanzable, pero siem
el sentir de la envidia pequeño-burguesa, los judíos "tienen la
I pre que fuera en el modo de resistencia a la destrucción de
vent.<9a" de haber desarrollado una estrategia anti-eorrosiva o
identidades concretas implicada en la vida capitalista. Ésta fue
anti-disolutoria de la identidad "natural" y poder combatir efi
precisamente la causa de que la presencia judía se volviera pa
cazmente la profunda anonimización moderna de la vida so
ra el nazismo el primer estorbo mayor que: debía hacer a un
cial, malamente remediada por la identidad nacionáI.
lado [fig.21].
La motivación profunda de la sociedad alemana de esa época,
En contra de la afirmación entusiasta que hacen los alema
sobre ia que se monta y a la que tergiversa el nazismo, proyec
nes judíos de la blanquitud tolerante como credencial de entrada
.ta la consecución de una meta similar, es decir, pretende recon
a la humanidad moderna, la recomposición nazi del Estado
quistar las virtudes de la vida comunitaria aniquiladas por la
capitalista pretende su eliminación y la instauración, en lugar
modernidad capitalista [fig. 19]. Pero la estrategia que el na
suyo, como requisito ineludible para la pertenencia al género
zismo desarrolla para alcanzar esa meta tiene un sentido con
humano, de una blanquitud fundamenta/isla, esto es, de una blan
72
73
cura racial extrema, una blancura aria, que sería la portadora , El racismo es un contenido programático de la producción
natural de una módemidad "regenerada". artística promovida excluyentemente por el Estado nazi en
Es evidente el momento psicótico que se encuentra en la Alemania. Se expresa en la producción de un arte que se res
recomposición racista de la nación alemana, proyectada y pues guarda y protege ante lo que el pintor Adolf Ziegler -conocido
ta en práctica por el movimiento nazi; la idea misma de una por sus colegas como el "pintor del vello púbico alemán"-lla
comunidad racial que posea "por naturaleza". unas virtudes re -í:Il6 "arte degenerado" y que no es otra cosa que el arte pro
generadoras de la modernidad capitalista es una idea absurda, ducido por la revolución de las formas estéticas modernas que
completamenteinsostenible. Resulta' por ello interesante con llevaban a cabo en esos años las vanguardias del "arte moder
sid.erar los distintos intentos de plasmación de este absurdo en no", arte acusado de judaísmo y de comunismo (o "bolchevis
medio de la vida real de la sociedad alemana durante los do-: mo",como los nazis lo llamaban peyorativamente). El arte
ce años que duró el Tercer Reich. Dado el hecho de que las fomentado por el Jj:stado nazi pretende, como lo afirma Albert
artes plásticas trabajan con imágenes y de que el racismo tie Speer, el favorito de Hitler y su "arquitecto de cabecera", re
ne que ver directamente con ciertas características de la ima tomar fuerzas de un retomo a las formas estéticas clásicas y a
gen del cuerpo humano y su mundo, el intento que esas artes la representación probadamente occidental .del cuerpo hu
hicieron de poner en práctica ese absurdo durante este perio mano. "Las artes plásticas de nuestros días", dice, "han reencon
~ do de la historia alemana resulta especialmente ilustrativo.6 trado la sencillez y la naturalidad clásicas y con ello 10 verdadero
y lo bello." 7 Se trata sin embargo de un arte que tenÍ:úna por dar
6 La tendencia propia del Estado nazi se dirige a la represión de la crea
un paso atrás precisamente respecto de aquella ruptura del
t
.,
tividad estética de la sociedad. Los individuos no deben emitir, sino sólo reci
bir los mensajes de una política que se ha "autoestetizado" y que los requiere hieratismo egipcio en la representación del cuerpo humano,
•
1 como espectadores dispuestos a entrar en empatía con ella y participar en con la que comienza el arte plástico occidental [fig. 22] entre
ella. El Gesamtkunstwerk propuesto por Richard Wagner, la "obra de arte to los griegos del siglo VII o VI antes de Cristo, y por reinstalar en
-r tal" del Estado nazi, su "estetización" de la política (de la que habla W. Ben la representaci6n realista del cuerpo humano un hieratismo
~. jamin en su famoso ensayo sobre la obra de arte), consiste exclusivamente especial que impacta por lo insostenible de su retórica.
" en la ora minuciosa ora grandilocuente escenificación cotidiana de la Unidad
~
li
popular supraclasista, en el espectáculo permanente de la Heimat recobrada,
con el que todos y cada uno de los Volksgm&Se eran inducidos a identificarse.
Lejano del hieratismo de las figuras egipcias, que reposan
en sí mismas seguras de su eternidad, el hieratismo de la escul
1,
'1
Toda obra de arte era ~n principio sospechosa porque implicaba el desen tura nazi, exagerado hasta el umbral de lo grotesco, se guía,
mascaramiento de eSta impostura estética de intenciones demagógicas. Hay, según el crítico Klaus Wolbert, por el Prinzip der Starre (el prin
que mencionar que no sólo en el Estado nazi la estetización de la política fue cipio de l a rigidez), que quiere simbolizar a la consistencia
impuesta de manera terrorista. El Estado "soviético" de Rusia hizo otro tan
moral interior (Innerlichkeit) como el núcleo escondido de la
to. La represión casi total de la revolución formal del "arte moderno", sin el
motivo potendador que en el Estado nazi identificaba a las "vanguardias" ar presencia corporal del hombre sobre la tierra, pero que sólo
tísticas con el enemigojudío, se acompañó en él del fomento de un arte pro-' alcanza a reproducir la apariencia que debió haber tenido el
gramático al servicio de una "revolución socialista" imaginaria. El arte oficial> ser humano europeo después de haber sido castigado por to
propuso un canon de la figura humana obediente también a la imagen con- .{'. dmi10s siglos del medioevo cristiano. El hieratismo nazi se afir
sagrada de la blanquitud -de ahí la gran similitud que se observa entre mu- . ma en abierta contraposición. a la sensualidad de la imagen
chas obras plásticas del nazismo y muchas del "socialismo"-, sólo que s u : }
fundamentalismo no resaItabaen eUa las marcas del autosacrificio para h"l gue:-•... '. "~'/<' .... ,,; . ...: . . : "é,.--'>": ":"'" ., ¡,.:' .' . ,; ':. . . '
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rra sino otras, "stajanovistas", propuestas por el"reaIismosog~t¡l~:~ Q;~t .':'. '\'", :$f\·:<O:::"t,:·,)\,J;~~~~_~~¡
"¡,.
autosacrlficio para el trab.yo conquistador del futuro. . ... ' . , . . ,•.•.: ..' ,.~,." .".~ h:ii't';J. Ñdturliclikit'':u~(i'fiaiitit;úm; Wahien und
74 75
[24,] I
Amo Breker,
El~"n 1939
í ......,,·
[251
Amo Breker,
FJ Ijin;ito, 1939
76
77
,
!
~ .
¡! • q
f·
[26]
Albert Speer,
Patio de Honores de
la Nueva Cancillería
del Reich
[%9]
[27]
Albert Speer,
Fachada de la Nueva
[%8]
Albert Speer,
Nueva CancilIeria [SOl
del Reich (vista nocturna) T. Rieger, Niño tk la Hitlerjugend
f,
78 ~
79
,,.
[32]
• Josef Thorak,
Camaradería, 1937
.. .~~
-\~.tf~~j~,~..~~.
. ...... "
[31]
(
Wolfgang Willrich,
Familia aria (sin fecha)
'" .~J
i\j~l"~¡~~~~.l~~:~~
tuaría desde la "Deutsche Innerlichkeif' (el predominio de la vi Albert Speer, maqueta de hi
81
80
[37] [38] [39]
JosefWackerle. Karl A1biker. CcnmJom Arte degenerado. portada de
Domador. 1936 de 1fJleoos. 1935 la guía de la exposición
fI
í quistada y como la marca inequívoca de una voluntad "rege
l [35]
[36]
El David de Miguel Ángel,
Amo Breker. neradora" de la modernidad. Sin embargo, lo único que logra
,I 1501-1504
Disposición, 1939 efectivamente con sus figuras encomiásticas de la blancura aria
1I
..,
,
do común envalentonado creyó poder hacer burla de las for
es des encubrir o poner de manifiesto el heroísmo suicidacu
ya necesidad profunda está implícita en la asunción de la blan
! mas revolucionarias del "arte moderno" presentándolas como quitud. Paradójicamente, lo que llega a exaltaren contra de
I, pruebas de una "degeneración"- pretende sustituir, como en
Terpsícore [fig. 40] o en el tríptico Los cuatro elementos, el canon
sus propias pretensiones es el sacrificio de la forma natural
de la vida humana y de la riqueza cualitativa del cuerpo hu
1'\ mediterráneo de la belleza del cuerpo femenino, que pone su mano en lo que tiene de encrucijada creativa de relaciones
!. centro en la sensualidad, por otro, específicamente ario, en el entre los valores de uso del mundo de la vida [fig. 42]. Lo que
que ese centro estaría más bien en un recato expresivo de vir alcanza a anunciar es una autodestrucción humana de nuevo
tudes morales productivistas, lo mismo para el amor procrea tipo que debe cumplirse en beneficio de una reanudación re
tivo que para la actividad laboral [fig. 41]. formada, autoritária, del buen funcionamiento capitalista de
La contrarrevolución política del movimiento nazi tuvo su la modernidad [fig. 43].
equivalente en lá contrarrevolución formal del arte que se in La traición que la obra de Breker implica respecto de la re
tegró en él. Lo mismo que el nazismo significó para la revolu volución formal que se esbozabá en la obra escultórica de su
ción europea significó su arte para la exploración formal de maestro, Auguste Rodin, la clausura de una exploración van
las vanguardias del "arte moderno". guardista de las posibilidades plásticas, la aceptación opor
El arte que afirma su pertenencia al nacionalsocialismo pre tunista de un canon racista para la representación del cuerpo
tende desencubrir y enfatizar las virtudes y gracias de la blan humano, condujeron al fracaso artístico de este escultor. La
cura aria, presentando la consistencia biológica de ésta como contrarrevolilción estética emprendida por él tuvo sin embargo
la condición indispensable de una blanquitud=genuina recon efectos menos catastróficos que la otra contrarrevolución, a la
82 83
[40] [41Í
,1
[42]
Adolf Ziegler,
Demudo femenino,
1939
85
84
5. La modernidad "americana"
(claves para su comprensión)
la Tercera Intern.acional
.
Imagen, S'Ig1o XXI, M-'
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2007]• ....
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86 87