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Bulletin Hispanique

Casimiro Martí, Orígenes del anarquismo en Barcelona.


Eugenio Lasa

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Lasa Eugenio. Casimiro Martí, Orígenes del anarquismo en Barcelona.. In: Bulletin Hispanique, tome 64, n°3-4, 1962. pp. 329-
331;

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chescos ont puisé. Certaines tournures dialectales, en particulier, ne nous


semblent pas appartenir à tel poète ou à tel autre, mais à la langue même
(cf. p. 24 à 27). Quoi qu'il en soit, sachons gré à l'auteur de La elaboración
literaria del Martin Fierro d'avoir précisé des ressemblances qui montrent
une continuité et une tradition.
On lui saura gré également d'avoir soigneusement noté les similitudes
entre Martin Fierro et El diablo mundo, d'Espronceda.
Certains critiques ont remarqué ce qu'il y a de picaresque dans la
deuxième partie du Martín Fierro, et particulièrement dans le récit du
gaucho Picardía. A. H. Azeves cite plusieurs passages du roman de Lizardi,
El Periquillo Samiento, qui ressemblent étrangement à des strophes du
poème étudié.
A la suite d'Unamuno et d'autres critiques, il signale quelques traits
épiques du poème de Hernández et esquisse un parallèle entre YOdyssée
et Martín Fierro.
Les réflexions à propos d'une possible influence d'Épictète et de Sénèque
sur le stoïcisme, dont Martín Fierro fait preuve en plusieurs occasions,
sont originales ; mais il est dommage que l'auteur ne se propose pas
d'étudier les divers aspects de cette influence et ne mentionne que quelques
phrases, devenues proverbiales pour la plupart.
A. H. Azeves s'est demandé où Hernández a pris sa documentation pour
évoquer la guerre contre les Indiens. Il rappelle que le colonel Manuel A.
Pueyrredon, oncle de Hernández, a écrit Sobre los indios ; et il transcrit des
passages de ce livre qui ont visiblement inspiré l'auteur de Martin Fierro.
Nous ignorions cette source. Mais il n'aurait pas été inutile de dire
également que Hernández connaissait bien Alvaro Barros qui écrivait, comme
lui, dans le Rio de la Plata et qui, en 1872, année de parution de la première
partie de Martin Fierro publia Fronteras y Territorios Federales de las
pampas del Sur, où l'on trouve plusieurs détails que Hernández a repris.
L'auteur du livre que nous analysons revient ensuite sur l'influence d'As-
casubi, que Hernández aurait évoqué dans la personne du Moreno
payador, sur le caractère picaresque de Viscacha et sur le procédé de répétition
que Hernández et les romantiques européens ont en commun.
Le livre prend fin sur une troisième partie dans laquelle quelques phrases
du Martin Fierro sont commentées.
Paul VERDEVOYE.

Casimiro Martí, Orígenes del anarquismo en Barcelona. Prólogo de


J. Vicens Vives. Centro de Estudios Históricos Internacionales.
Universidad de Barcelona (Serie B. Monografías, 1). Editorial
Teide, Barcelona, 1959, 24,5 X 17,5, 146 p.
El autor" de esta monografía nos advierte en la Introducción que el
propósito específico de su estudio es « seguir las líneas definitorias del
movimiento obrero barcelonés, inmediatamente antes y después de la
revolución de 1868, y percibir la manera cómo inciden en él las orientaciones
bakuninistas ». Como planteamiento previo al objeto particular de su
trabajo, el autor esboza un cuadro de la lenta penetración de un ideario so-
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cialista, entendida la palabra en su sentido más lato, en la década del 60.
Contados son los intelectuales que en la España de mediados de siglo
rebasan el radicalismo político de signo meramente liberal. Con todo, los
escritos de Pi y Margall y de Garrido — primeros propagadores de ideas
socialistas — suscitaron ya divergencias y polémicas en el seno del
Partido Demócrata, de mayoría marcadamente individualista y enemiga de
la intervención del Estado en la economía. La influencia que ejercieran
estos escritos entre los afiliados a las asociaciones obreras de aquel
entonces, confinadas a menudo en la clandestinidad, debió ser escasa;
cuando más suscitaron eco en reducidos núcleos de obreros avanzados de
la capital y de Barcelona. Corrobora esta afirmación la lectura de los dos
semanarios obreros que se publicaban en Barcelona. Propiamente no se
defienden en ellos teorías socialistas ; propugnan, más bien, soluciones
meramente asociacionistas, de signo cooperativo, a la par que condenan las
sociedades llamadas de « resistencia » — con la huelga como arma de
lucha — , y abogan por « los medios pacíficos, la concordia, la armonía entre
capital y trabajo ». La misma tónica preside los destinos del « Ateneo
catalán de la clase obrera » (fundado en 1861). Por otra parte, el nivel orgánico
del asociacionismo obrero español anterior al 68 no rebasa el plano local,
hecha la excepción de la más ramificada de las organizaciones proletarias
de aquellos años : la « Unión de clases » de Cataluña.
En suma, la clase obrera española, poco numerosa todavía, dispersa,
vive bajo la tutela política de la burguesía.
Sin embargo de esto, en el seno del Ateneo catalán de la clase obrera
y de las secciones barcelonesas del Partido Democrático, un grupo de
afiliados adopta posiciones clasistas, emprende la lucha contra la corriente
liberal y obtiene la mayoría en las elecciones de los Comités local y
provincial del Partido, celebradas en 1865. Mas la agravación .de las persecuciones
policíacas en las postrimerías del reinado isabelino y sumidas sus
organizaciones en la clandestinidad, asistimos a un estiaje del movimiento obrero,
pero de corta duración. El estallido de la revolución septembrina crea un
terreno favorable para un rápido ascenso del movimiento obrero y su
intervención como fuerza política independiente. Una vez rotas las amarras que
la atan al carro de la burguesía, y huérfana hasta entonces de una
ideología que guiara sus luchas de clase, el proletariado aparecerá ante la
propaganda revolucionaria como una vasta zona virgen, apenas desbrozada,
donde quien primero siembre podrá aspirar a llevar el timón de su mano.
Casimiro Martí sigue, en la segunda parte de su estudio, paso a paso,
compulsando una variada documentación, la trama política que va
tejiendo entre los militantes obreros de Madrid y singularmente de Barcelona,
el enviado de Bakunin, el italiano Fanelli. De todos es conocido la amplia
difusión y predominio que tuvo el ideario de Bakunin,' años más tarde,
entre los trabajadores españoles. Sin embargo, Casimiro Martí rebate la
opinión, generalmente aceptada, de una adhesión rápida y sin lucha a las
tesis bakuninistas, singularmente a la del abstencionismo político. Antes
bien, los primeros Internacionales españoles eran favorables a una
participación activa del proletariado en las luchas políticas y electorales.
Solamente a raíz del Congreso de la Internacional en Basilea, el año 1869, en
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que los delegados españoles, procedentes de Barcelona, establecieron fuertes
lazos de amistad con el revolucionario ruso, y constituido a seguido un
grupo de adeptos incondicionales de Bakunin — a quienes dio éste, por
supuesto, entrada en la Alianza Secreta que, a espaldas de la Internacional
de Londres, había fundado — se inició un viraje rápido en la orientación
ideológica del movimiento obrero. Este grupo bakuninista, de influencia
preponderante en Barcelona, logró en el primer Congreso obrero de
carácter nacional celebrado en la capital catalana — 1870 — que triunfara,
aunque no sin serias resistencias por parte de muchos delegados, la tesis del
abstencionismo político. Inclinó el fiel de la balanza el voto de las secciones
barcelonesas, mayoritarias en el Congreso. A consecuencia de esta postura, la
clase obrera española, cuya fuerza no era ya nada desdeñable, acudió a
las urnas a votar por los candidatos de la burguesía de color radical más o
menos subido.
La llegada casual de Lafargue a España, tras la derrota de la Comuna
de París, puso al descubierto la existencia de la Alianza Secreta (cuyo
verdadero significado ignoraban algunos de los dirigentes Internacionales en
ella admitidos), suscitó la indignada protesta de quienes se consideraban
así víctimas de un engaño. — Mesa y Pablo Iglesias entre otros — y tuvo
por resultado final la escisión del movimiento obrero español en dos ramas,
la anarquista y la socialista.
Casimiro Martí ha consultado para realizar su estudio una masa
impresionante de documentos, no pocos inéditos, desperdigados por Bibliotecas
de España y Europa. El texto va acompañado de un extensísimo aparato
de notas y referencias. El inventario bibliográfico así reunido es ya de por
sí una aportación valiosa. Cierto es, y Casimiro Martí lo señala en la
Introducción, la historia del movimiento obrero en España está por hacer. La
vida interna de las asociaciones obreras — la primera nació en Barcelona
en 1840 —, el número de afiliados, el alcance e importancia de los conflictos
sociales, la formulación de las reivindicaciones, la composición orgánica
del proletariado español, la desagregación del artesanado, el impacto que
produjo en el campesinado la desamortización, éstos y otros problemas
básicos, continúan sumidos en espesa sombra.
Escasísimos son — por razones harto conocidas — los estudios que en
estos años han venido publicándose en España sobre su historia social, en
fin de cuentas, reciente y cuyas prolongaciones pasionales llegan hasta
nuestros días.
Tanto más digno de señalar es la ecuanimidad y el rigor científico coa
que el sacerdote Casimiro Marti ha acometido esta empresa.
Eugenio LASA.

Erika Lorenz, Rubén Darlo « bajo el divino imperio de la música ».


Estudio sobre la. significación de un principio estético. Trad. "y
notas de Fidel Coloma González (Academia Nicaragüense de la
Lengua. Ed. a cargo de Pablo Antonio Cuadra). Managua, Ed. «
Lengua », 1960, 1 vol. 17,5 X 12, 140 p.
Ce petit livre est intelligemment composé et, tout en reprenant les ex-

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