5. FL Provigonas
El tema principal del Protigoras, uno de los
didlogos de Platén mas bellos y, sin duda algu:
rng, el mis divertido ', lo consttayen las mismas
pregunias: qué es Ia virtad?; epuede ensefiar
se? Pero la situaci6n. que encontramos en él no
es exactamente la misma que en el Mend? mien
tas que Menén, en el fondo, no tiene doctrina
alguna y durante todo el debate no hace més que
formalar preguntas, Protigoras sf la tene, y una
que hay que tomar entcramente en serio. Por
ello, el debate contina mucho més a fondo y,s0-
bre’ todo, mucho més explicitamente que en el
‘Mendn: ios argumentos que sélo se esboran 0,
simplemente, se indican en éste encuentran en
aque largos desarrollos. Ademds, frente ala doc
trina del gran sofsta, may firme y muy coberen-
te, Séerates se ve obiigado a oponerle la suya, y
Priv consiguiente, a exponerla, No obstante todo
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déjica y decepcionante: en efecto, «Séerates, que
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iplinas tradicional, y que busca cosas
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villzacin nuevas.
Hipdcrates busca lo nuevo, sin saber bien, sin
embargo, qué es lo que quiere; y, por ello, no
hay que extrafiarse demisiado de verle pedir «
Socrates que le recomiende a ls sofsts (los le
tores-auditores de Platén han saboreado, sin duda
alguna, Ia ironfa de tal situacién): es’ evidente
‘que, 1o mismo que el ateniense medio en gene-
fal, estd muy lejos de saber distinguir entre el so-
cratismo y Ja sofistica, que le parecen estar muy
‘ereanas; pues ¢n0 se oponen ambos a la moral
twadicional?; ¢n0 hacen los dos la critica del
sentido comin?; zno contienen uno y otra una
apelacién a la novedad? Esta es también la ra.
én por la que Socrates accede a llevarle has:
ta Protigoras: justamente para ponerle ante la vis-
ta tna confrontacién de las dos doctrina, para
permititle que escoja. Este diflogo pods haberse
Hamado Hipéerates en la encrucijada
‘De ah que la conversacién introduetoria entre
te y Soerates tenga un interés capital. ¢Qué
quieres, en definitiva?, pregunta Sécrates au jo
vven amigo, gqué quieres que te ensefie, Proti
goras? Se nos hace saber que Hipécrates no teats
de aprender un oficio, ni pretende convertire, a
su vez, en un solista: quiere recibir la ensefianza
de Protigoras con vistas a su culture», «como
conviene a tn hombre libre», lo mismo que ha
recibido la del gramético, del ciarista y del pe
dorribo o monitor de gimnasia. «Muy bien, pero
en gue consiste esa ensehanza?s gc
gue le va a enseRar Protagoras?» «E]
blar bien», dice Hipscrates. «Mas hablar bien,
ede qué? —replica Séerates—: se habla bien de
To que uno conoce * 'gqué es, pues, eso aceret
de lo cual tiene ciencia el sotisea y hace tenerla
su discipulo?’ »
Hipécrates se queda perplejo: no sabe bien
qué es esa cosa determinada cuyo conocimiento
st propio del sofia. E tor deo 6 se
te asimismo perpleo, si bien, desde Inego, por
tuna razén muy distinta: no puede admitir que
‘Séerates ignore la existencia dela retrica(el «arte
de hablar»), que no sepa que se ensefia la buena
palabra como se ensefian la carrera, la luche o la
gimnasia; de modo que a él le parece que la pre
ggunta de Sécrates no esté mal en punto a sof
feria, Sin embargo, se equivoca: pues éte no nie
a2 [a existencia de Ia retstiea, sino que niega =u
‘alor; para él la retérca no es un arte.
por Io menos, es un arte enteramente infe-
rior, comparable na ala esgrima nia la pimnasi,sid oma se ais, Pym
tto de gimnaia, ue forma y eerie el cuerpo,
sabe fog et buco yo que nolo expan ees
tn eamblo, lets, por mis que pretend fr
fare alma de wis cpus, no se fo que
bro pata ela (3 lo siese ya seri gue
5, sn0 un filsfo) y que no os dige gue lar
térea es um arte putamen formal om arte de
Jn palabra poramente formal conduca na Pe
Iara sn pensaiento, ya gue (scgin nos ha ex
rliedo ef Cormider) Tay pensamieno pure
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clarecedora, que nos hace comprender perfects
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mente la oposicin radial de Sérates In se
‘ea. Bes ésta hace aparece como fuerte fo gue
ts dab» yy por tanto, exe arte de sacar
Sions. Alora bien, de ha hay aimestar
al alma no es de iisiones sno de la verdad",
fies que te quiere que conserve —o que adque.
fa fe fueron y a sald
Pero continens. Vamos a preguntat a Pro
sigoras mismo qué es lo que esa, y gué be-
neficio nos podré reportar su ensefianza. Proti-
tors, diglndose a Hipdcats,rexponde: «He
fio get se dao joven, sei
talveris atu cass slendo mejor, Io smo a
eden al ia siguiente; yen cada tno det das
progresards hacia lo mejor. Esto es demasade
ago esta Socrates; no cabe duda de que
Hiserates se perfecionard cia dia; pero gen
gil?» A lo que dice Protégorss; El objeto de
In encefana Ta prudencta en iat cosas dome
ties, o de qué modo aciminisrar la propia cast
de la forma mis excelent; y, en cuanto a las co
‘as de acid, efimo tener fa mixin eapaidad
faa respeco en obras y plabras. As, pues, 10
gue el sfista pretende et formar buenos ind
Eitos y bueno extadists
Obstrvemor que exo. exactamente Io que
busca «Hipéeates, hijo de Apolodoro, de cash
iste y opulents que. quiere haces un
nombre et la ciudad, y asimitmo To que bus.
‘aba Mendn: cs To. que Tos gricgs Haman la
wird politica 0 «vite, sin mis. De med que