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La condición simbólica del hombre conlleva a que todo lo que hace tenga un valor, y
por lo tanto un significado. Esta misma facultad supone que, en pro de prolongar su exis-
tencia en el mundo, cree sistemas que le permitan acoplarse a aspectos de la naturaleza
misma e incluso a los productos de su naturaleza simbólica. Un ejemplo de esto son las
lenguas verbales, las cuales él mismo crea para poder compartir los signos que construye a
partir de su percepción del mundo y de sí mismo, y a los cuales llega por medio de consen-
sos con los de su misma especie. «En la primera acepción, las lenguas son arbitrarias en la
medida en que no hay ningún vínculo natural y necesario entre el significante y el signifi-
cado de cada signo». 2
De acuerdo con lo anterior, la particularidad de las lenguas verbales es que no existe
un vinculo entre significante y significado, sino un acuerdo entre los miembros de un grupo
poblacional, que con el crecimiento y el mantenimiento del consenso terminó por conver-
tirse en una lengua verbal o sistema de significación o comunicación que, desde su comple-
jidad, facilita los procesos comunicativos inherentes del ser humano: «La ventaja fundamen-
tal consiste en el hecho de que la arbitrariedad aumenta la flexibilidad del código, porque
se puede ampliar el vocabulario sin preocuparnos de hermanar significante y significado en
base a una determinada semejanza recíproca».3
Ahora bien, entendiendo que las lenguas verbales nacen de la facultad del lenguaje
inherente al ser humano, y que se dan en un esfuerzo de comprensión recíproca por medio
2 SIMONE, Raffaele. Las lenguas verbales. En: Fundamentos de lingüística. 2001, p. 55.
3 Ibid., p. 57.
de acuerdos, por los cuales llega a crear sociedades, es posible entender la creación de siste-
mas de organización para dichas sociedades ya constituidas que tienen como fin, evitar el
declive de estas y de la especie. A estos modos de organización se les puede llamar sistemas.
Estos sistemas solo funcionan en determinados entornos de interacción, es decir, no puede
aplicarse uno solo a todo lo que comprende la existencia humana, por eso el hombre crea
alternativas por separado que le permitan dinamizar y economizar en su paso por el mundo,
para evitar momentos caóticos. Por ejemplo, los sistemas políticos (democracia), sistemas
económicos (capitalismo), sistemas operativos de sistemas informáticos (Android), religio-
nes (budismo), etcétera.
Además, todos estos productos de la condición simbólica del hombre tienen la parti-
cularidad de poder comprenderse desde las lenguas verbales, lo que a la vez complejiza la
psiquis. López, trata de comprender esta dinámica de organicidad en sistemas complejos a
partir de la teoría de la variación lingüística Hockett: «En el campo lingüístico ese interés se
ha concretado en la opción por privilegiar a actores locales que, envueltos en interacciones,
constituyen redes que, armadas desde lo individual, encarnan distintas formas de presen-
tarse en lo colectivo».4
Asimismo, se podría entender que las distintas formas de presentarse en el colectivo
en el caso de las lenguas verbales se refieren a dialectos, mientras que, desde la perspectiva
de determinada cultura serían sistemas, serían formas de vida que se manifiestan en la co-
munidad. «una práctica en y sobre el significante, un proceso donde se elaboran, se critican
y se transforman las ideologías»5. De esta manera, las ficciones serían según Pérez «Una
actividad política que busca la transformación radical de las estructuras sociales, la práctica
revolucionaria, es entonces una de las manifestaciones más evidentes del proceso de signi-
ficancia»6 o también es posible determinarlas como procesos que complejizan la psiquis hu-
mana.
Con esto último, se afirma de nuevo el poder creativo de la condición simbólica del
hombre, así como el de la lengua verbal como producto de la primera. Lo que llamamos
procesos que complejizan la psiquis vendrían a ser la integración de la gran variedad de
sistemas de significación y comunicación, pero que solo tienen validez para nosotros que
somos quienes los creamos y nos adaptamos a ellos. Perpiñá lo presenta de una manera más
ejemplificada al decir que pertenece a la tercera edad, pero que esta en verdad no existe,
existe la vejez, pero se finge que la vida humana sólo constaría de tres edades para determi-
nados efectos teóricos y prácticos.7
Kristeva en el camino de la construcción de una teoría materialista de las prácticas
significantes8, utiliza como fundamento la teoría marxista así: Marx presenta en sus estudios
una sociedad (significado) en el sentido de economía, como una conmutación de elementos
(significantes), así las cosas, Marx presenta entonces a la producción como un proceso de
4 LÓPEZ, Juan J. Aplicación del marco de los sistemas complejos adaptativos a un modelo de variación lingüís-
tica. 2013, p. 13.
5
JAUMAIN, Claire. Le concept d'intertextualité dans la sémiotique de Julia Kristeva. 1975, p. 18.
6
PÉREZ, María. La semiología de la productividad y la teoría del texto en Julia Kristeva. 1981, p. 70.
7
PERPIÑÁ, Antonio. El gran teatro del mundo o la gran ficción de la sociedad. 1981, p. 1.
8 Entiéndase como desplazamiento de la investigación en el campo de las producciones sociales al de las pro-
ducciones significativas.
trabajo en el que se establece una lógica particular basada en relaciones sociales. Kristeva
también afirma que Marx es el primero en plantear la definición de un sistema semiótico
desde el trabajo productivo como principal característica. Así las cosas «las variaciones de
la combinatoria del proceso de producción son los diferentes tipos de sistemas semióticos»9
Consideraciones finales
Bibliografía
9 Kristeva, Julia. "La sémiotique, science critique et/ou critique de la science ". 1969; p. 27.