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De las necesidades (básicas y culturales), demandas y satisfactores

MS Claudio Staffolani

En el mundo de la vida, influenciado por el devenir cultural, se han diferenciando


dos tipos de necesidades, unas referidas a las más básicas y elementales, sin cuya
satisfacción total o parcial los seres humanos no podrían continuar con su vida, y otra que
llamaremos culturales. Forman parte de las primeras: la alimentación, el afecto, el abrigo
corporal satisfecho por la vestimenta y el de hábitat satisfecho por la vivienda, el cuidado
de la enfermedad y la comunicación. Podríamos decir, que esta serie de necesidades
forman parte de nuestra condición humana y se transmiten genéticamente de generación
en generación sin variaciones a lo largo de la historia y sin modificaciones por efectos de
la cultura. En cambio, lo que ha variado es la forma de ser satisfechas esas necesidades
básicas, tanto a través del tiempo como desde las diferencias que marca cada civilización.
Ha variado las comida tradicional francesa, italiana española, etc.; también la forma de
demostrar el afecto, las características de la vestimenta, el perfil de las viviendas, la
terapéutica y han aparecido nuevas formas de comunicación (teléfono, internet, etc.) .
El segundo tipo de necesidades, denominadas culturales, son las producidas por
el hombre a través de la interacción social y que repercuten desde lo grupal en los
individuos. Estas necesidades culturales no inciden directa e inmediatamente sobre el
tránsito de la vida a la muerte, al no ser satisfechas total o parcialmente, pero sí
repercuten desde el punto de vista de los procesos de salud-enfermedad, ya que al no ser
atendidas por el grupo de referencia más inmediato (familia, comunidad) o por la
organización social (el Estado) a través de sus múltiples efectores como son los servicios
de salud, de acción social, de producción, de consumo, de trabajo, etc.; las personas
corren gran riesgo de inclinarse en el desarrollo de procesos patológicos, tanto desde el
punto de vista psíquico como somático.
Habitualmente, las necesidades culturales son valores o características éticas
(comportamientos) y materiales que las personas incorporan como requisito, presionados
por ciertos imaginarios sociales1, para poder integrarse dentro de grupos que a su vez
intentan diferenciarse de otros estratos de la población.
Con la intención de hacer una presentación más ilustrativa del concepto de
necesidad cultural, a continuación se desarrollan algunos ejemplos :

Un día en la peluquería
a un cliente pude escuchar
siempre iba a caminar
a un gimnasio en el centro
porque había estacionamiento
de coche particular

Entonces que me di cuenta


lo que se debe sentir
por el status de ir
no pensaba ese detalle
que caminar en la calle
lo podían confundir

Vestirse de deportista
la indumentaria formal
para que no se vea mal
cada actividad un espacio

1
DÍAZ, E., La ciencia y el imaginario social, Ed. Biblos, Bs. As., 1998, pág 13
2
hacer del ir al gimnasio
una actividad social2

Este ejemplo que relata la reflexión del autor sobre un suceso real, nos muestra la
contradicción que desde el sentido común implica el hecho de ir en automóvil a un
gimnasio para caminar sobre la cinta mecánica. Sin embargo, en la situación relatada, se
juegan valores propios de nuestra cultura, tradiciones y modas que se expresan en las
necesidades creadas por la pertenencia a determinado estrato de la población. Se vuelve
una necesidad tener un automóvil (no cualquier automóvil), ir a determinado gimnasio (no
cualquier gimnasio) a caminar sobre una cinta mecánica, hacer determinada gimnasia
"para que el ejercicio sea más redituable corporalmente", etc
Otro ejemplo mucho más serio por sus consecuencias, es la necesidad de muchos
jóvenes, e incluso niños, de adquirir el hábito de fumar para poder pertenecer a
determinado grupo de pares, o para llamar la atención del sexo opuesto, o para soportar
situaciones angustiosas3.
Por último, para un grupo amplio de la sociedad se ha hecho muy importante poder
ir a la "cancha" todas las semanas, contar con un servicio de atención médica lo más
cerca posible de su casa, ver un programa de televisión o comprar ropa y calzado de
marcas reconocidas.
Podríamos además, en el caso de los requerimiento grupales, hacer una diferencia
entre lo que sería la demanda, pedido, o solicitud de la comunidad hacia los organismos
del Estado y la necesidad que se oculta detrás de esa demanda para encontrar el
satisfactor adecuado. Para establecer la relación que se establece entre la demanda de la
población y la necesidad disimulada, que en ocasiones son equivalentes 4, debe mediar
una interpretación de quienes son responsables de su calidad de vida y de la mima
población, interpretación que sirve para identificar la real necesidad, para luego evaluar el
satisfactor adecuado.
Con la ayuda del siguiente diagrama 5, podemos pensar la forma en que se
relacionan los conceptos de demanda, necesidad y satisfactor, para operar con más
efectividad sobre la comunidad en beneficio de su salud.

1. Adecuación entre el satisfactor, demanda y necesidad. (situación deseable)


2. Hay necesidad y satisfactor pero no hay demanda expresada por la comunidad

2
ELENA, M. Diagnóstico por estrofas, Ed. UNR, Rosario, 2004, pág. 206
3
ENRIA, G., STAFFOLANI, C., DOLCE, N. y ROITMAN, D., Hábito de fumar en estudiantes universitarios
de la ciudad de Rosario, Anuario de la Fundación Dr. J.R. Villavicencio, Rosario, 2003.
4
En estos caso la comunidad tiene un muy buen conocimiento de su realidad e información técnica
adecuada
5
Extraído con algunas modificaciones de: PIEDROLA GIL, G. y otros, Medicina preventiva y salud pública 9ª
edición, Ed. Masson - Salvat, Barcelona, 1991, pág. 1384.
3
3. Hay satisfactor pero no hay ni demanda ni evaluación de la necesidad.
4. Hay un satisfactor que cubre una demanda que no se corresponde a una necesidad
5. Hay una demanda que no corresponde a una necesidad ni tampoco se organiza un
satisfactor
6. Hay una demanda que corresponde a una necesidad pero no se satisface
7. Hay una necesidad sobre la que no hay una demanda y que no se satisface.

Habitualmente, algunos grupos poblacionales suelen demandar a las autoridades


estatales de salud la construcción de un Centro de Salud en un lugar más cercano, debido
a la alta frecuencia de patologías que se presentan dentro de esa comunidad y que
además satura las posibilidades de atención médica del Centro de Salud al que acuden
normalmente, que debería haber sido organizado siguiendo los estándares
internacionales de APS en relación con las características y la cantidad de población
atendida. Podríamos interpretar que la demanda es justa y debería ser satisfecha
cumpliendo con el pedido de organizar el nuevo Centro de Salud. Pero también
podríamos pensar que, el aumento de la frecuencia de las enfermedades de la
comunidad, se debe a que el Centro de Salud original no desarrolla estrategias de
promoción de la salud y prevención de la enfermedad, basando su tarea solamente en la
atención de los problemas de salud que llegan a la consulta. En el primer caso,
estaríamos frente a un seudo satisfactor, puesto que no atacaríamos los determinantes de
los procesos de salud-enfermedad y se seguiría permanentemente atendiendo enfermos
tanto en el Centro de Salud original como en el nuevo. En el segundo caso, la demanda
de la población sería interpretada y transformada en la real necesidad de atender los
determinantes que actúan para aumenta la frecuencia de patologías, organizando los
satisfactores (estrategias de promoción y prevención) para retraer la frecuencia de las
enfermedades a estándares aceptables. En este último caso, estaríamos en el punto
número 1 del diagrama, mientras que en la primera opción estaríamos en el número 4, ya
que el satisfactor no es el apropiado para la necesidad de atención que se oculta detrás
de la demanda de un nuevo Centro de Salud .
Podríamos pensar otra situación, en un Centro de salud donde existe una
estrategia de promoción de la salud y prevención de las Infecciones de Transmisión
Sexual (ITS), a partir de crear conciencia, informar y otorgar preservativos en forma
gratuita (satisfactor). Podríamos también especular que acaece una necesidad de la
población, a partir de la detección de un aumento de la frecuencia de dichas
enfermedades por los pedidos de atención médica en el Centro de Salud. Por último, que
la comunidad no expresa su necesidad de recibir preservativos, presionada por el
cumplimiento fiel de preceptos religiosos que no autorizan su uso por propender el
aumento de situaciones pecaminosas. En este caso, estaríamos en el punto número 2 del
diagrama, ya que la población no hace efectiva la demanda.
Otro caso, podríamos ejemplificarlo a partir de una evaluación de la cantidad de
tomógrafos que existen en la ciudad de Rosario, cantidad que excede largamente la
docena. Según los estándares internacionales, se aconseja que debe haber un tomógrafo
por cada 500.000 a 1.000.000 de habitantes (según la fuente) para favorecer la salud de
la población. La ciudad de Rosario, según el Censo 2001, tiene 900.000 habitantes, por lo
que habría un tomógrafo por cada mucho menos de 100.000 habitantes. En este caso,
estaríamos ante el punto número 3 del diagrama, puesto que tendríamos satisfactor para
una necesidad y demanda inexistente.
Para ejemplificar el punto número 5, podríamos hacer referencia al pedido de
integrantes de la comunidad que han debido abandonar el servicio de atención médica
pre-paga por causa de la crisis económica, para que se incorporen, en los Centros de
Salud cercanos a sus casas, Médicos con las Especialidades acostumbradas a consultar
4
sin la evaluación previa de un Médico Clínico. Esta demanda, no se corresponde con una
necesidad real de atención, sino con una práctica creada desde el mercado basada
fuertemente en la atención de la enfermedad, práctica que no es solidaria con las
características de satisfacción que se organizan desde el ámbito público a través del
sistema de APS, en los términos que esa parte de la población demanda.
Otra situación muy común, es la demanda de los Adultos Mayores de ser
atendidos en su Obra Social (INSSJP) por Médicos con formación Geriátrica, demanda
que se corresponde a una real necesidad basada en el precepto de que su situación de
Adulto Mayor debe ser evaluada por Médicos con la formación adecuada para
comprender sus problemáticas. Esta demanda basada en una necesidad real no es
satisfecha, o satisfecha en un porcentaje despreciable, ya que la gran mayoría de los
Especialistas que atienden a los Adultos Mayores en su Obra Social, no han
complementado su especialidad con la formación geriátrica. En este caso nos situaríamos
en el punto número 6 del diagrama, ya que existe una demanda que se corresponde con
una necesidad sin que tenga aún una satisfacción adecuada.
Por último, podríamos citar el caso de uno de los tantos consejos dados por la
OMS expresados en la meta de "Salud para todos en el año 2000" del año 1979, donde
se exhortaba a las naciones a proveer de agua potable al 100 % de la población para
alcanzar el fin mencionado. En nuestro país, todavía en el año 2004, el 30 % de los
ciudadanos no tiene cubierta esta necesidad básica e indispensable para promover la
salud. Además, la gran mayoría del 30 % de la población Argentina que carece de agua
potable desconoce los efectos negativos de esta situación para su salud, por lo que no
ejerce una demanda de satisfacción fuerte hacia los gobiernos locales y nacional.
Tampoco los gobiernos, aún sabiendo las consecuencias que esta falta trae para la
población, no satisfacen adecuadamente esta necesidad. En este caso, estaríamos en el
punto número 7 del diagrama, puesto que existe una necesidad que no tiene satisfactor ni
tampoco demanda para el grupo definido anteriormente.
Como hemos visto a través de los ejemplos, tanto las necesidades básicas como
las culturales se encuentran presentes de alguna manera en cada decisión -individual o
grupal- que se toma respecto de la salud, por lo que su evaluación a través de la
presentación de las demandas y como se justiprecia las formas apropiadas de
satisfacerlas, se vuelve una actividad prioritaria dentro del campo de las Ciencias de la
Salud para promover la salud, prevenir la enfermedad, e incluso si las primeras no han
podido ser efectivas, atender las patologías y rehabilitar.

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