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Familia Ericáceas
Rhododendron sp.
Azaleas
- Rododendros: son arbustos provistos de tallos leñosos bien desarrollados, hojas algo
coriáceas y flores grandes, reunidas en apretados racimos o corimbos, terminales,
plurifloros, con hasta mas de 8 flores.
- Azaleas: arbustos provistos de tallos no muy engrosados y bastante flexibles, hojas
pequeñas, herbáceas, flores no muy grandes, solitarias o agrupadas de a dos o de a
tres en el extremo de las ramas.
Rododendro Azalea
Descripción botánica
Propagación
Semillas
Esquejes
Acodo aéreo
- Sobre la corteza de la rama elegida se hace una incisión hacia arriba, para evitar que
se acumule agua, y en ella se aplica hormona de enraizamiento.
- Se corta un rectángulo de polietileno lo suficientemente grande para poder envolver el
acodo.
- Se pegan, con cinta adhesiva, dos lados del rectángulo para formar un tubo alrededor
de la rama seleccionada.
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- Se ata el “tubo” por debajo del sector lastimado.
- Se rellena el “tubo” con turba preferentemente húmeda.
- Se ata el “tubo” por arriba de la zona acodada.
- Se riega el acodo, todas las veces que sea necesario, utilizando una jeringa.
Acodo subterráneo
- Se corta la rama acodada, para interrumpir la unión entre la planta madre y el nuevo
ejemplar, pero no se lo separa hasta después de varias semanas, para que se adapte
paulatinamente a vivir separado.
- Se levanta definitivamente el nuevo ejemplar y se ubica en una maceta adecuada.
Injerto
Plagas: suelen ser atacadas por arañuela, fundamentalmente cuando el tiempo es cálido y
seco, a veces pueden presentarse problemas de cochinillas.
Enfermedades:
- En plantas sometidas a condiciones de stress son frecuentes las manchas foliares de
color castaño rojizo a castaño oscuro, que comienzan desde el ápice y se extienden
abarcando gran parte de la lámina foliar; normalmente se manifiestan sobre ejemplares
aislados. Esta enfermedad adquiere gran importancia en cultivos sometidos a inadecuado
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manejo y se la encuentra asociada a la presencia de heridas causadas por el manipuleo,
podas, excesiva exposición solar, heladas, insectos o ácaros.
- El oidio es una enfermedad producida por hongos. Se manifiesta por medio de una
especie de polvillo blanquecino que se distribuye en la cara superior de las hojas jóvenes,
formando áreas circulares que finalmente pueden llegar a cubrir la lámina. Es frecuente
que los ejemplares afectados presenten abundante defoliación.
- Atizonamiento o quemado de las hojas, también es producida por hongos. Se
evidencia por medio de manchas foliares irregulares, de color marrón y de 2 a 3mm de
diámetro, que pueden o no presentar bordes purpúreos visibles en ambas caras; a veces
avanzan desde el ápice a los bordes y se extienden hacia las nervaduras abarcando todo el
limbo. Otros síntomas de esta enfermedad son: la clorosis internerval, el atizonamiento de
ramas y la defoliación parcial.
- Agallas en hojas jóvenes y pétalos, son poco frecuentes. Los tejidos afectados se
tornan carnosos y de color verde claro. Este problema suele aparecer cuando la humedad
ambiente es excesiva.
- Otros hongos patógenos atacan pimpollos y flores produciendo manchas y aborto.
Poda: las azaleas no necesitan ser sometidas a podas severas todos los años porque
naturalmente ramifican muy bien y producen ejemplares correctamente formados.
En ellas se practican solamente podas de formación y mantenimiento; esta última se
reduce al acortamiento de las ramas más largas o muy vigorosas que desequilibran la copa.
Cuando aparece una rama que supera en altura a las demás, es muy vigorosa y crece
rápidamente, se puede proceder de dos maneras:
Poda corta:
Poda de azaleas “arbolitos”: se deben eliminar las ramas inferiores poco a poco para
definir un tronco, recto y erguido, y conseguir la forma final. Una vez formado el arbolito se
deben retirar todos los brotes que aparezcan por debajo de la copa.
Suelo: profundo, rico en materia orgánica, liviano, suelto, poroso y capaz de retener
humedad sin excesos;. Los de jardín se ven beneficiados con el agregado de turba,
mantillo, pinocha, perlita u otro elemento que favorezca la aireación.
Para obtener excelentes floraciones la reacción del suelo debe ser ácida y el pH debe estar
entre 4,5 y 5,5. Estos valores se pueden conseguir regando periódicamente el terreno con
una solución de vinagre a razón de una cucharada de este producto por cada litro de agua.
Las azaleas de jardín, simples o arbustivas se adaptan a vivir en el suelo de jardín, si este
es moderadamente fértil y posee buena aireación, pero vegetan mejor si se incorpora
materia orgánica. Las dobles, de maceta o de interiores prefieren sustrato rico en materia
orgánica.
Los suelos calcáreos no son apropiados para el cultivo de azaleas porque la elevada
concentración de calcio torna insoluble el hierro, que no puede ser asimilado por las raíces,
y produce clorosis en las hojas; a veces el calcio se incorpora con el agua de riego, en tal
caso se deben suspender los riegos con agua caliza y cambiar los ejemplares de maceta lo
antes posible.
Riegos: regulares; más frecuentes durante la etapa de plena floración, nunca abundantes
cuando están pimpollando porque se estimula la brotación en detrimento de la floración.
Son especies bastante resistentes a la sequía aunque las azaleas dobles son más exigentes
en cuanto a riego, igual que las que están expuestas a pleno sol.
Es fundamental que el sustrato se mantenga siempre húmedo, no inundado, porque las
raicillas de esta especie son sensibles tanto al exceso de humedad como a la falta de este
factor, condiciones estas, que disminuyen la velocidad de crecimiento, reducen la
producción de flores, causan amarillamiento, caída del follaje e incluso la muerte de los
ejemplares, si se mantienen por un tiempo prolongado.
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Exposición: las simples o de jardín se cultivan al aire libre, a pleno sol o media sombra; lo
ideal sería que sólo recibieran sol directo durante la mañana o el atardecer, nunca en las
horas de mayor insolación; buenos resultados se obtienen ubicando las plantas cerca de
especies de mayor porte para que puedan beneficiarse con la protección de su sombra.
Las azaleas dobles o de interior son poco resistentes al sol directo; conviene colocarlas en
ambientes muy luminosos como galerías, ventanas o habitaciones, aunque esta última
ubicación sólo debe limitarse al período de floración porque de lo contrario los ejemplares
se debilitan y mueren. Cuando se ubican junto a ventanas es conveniente girar las macetas
de tanto en tanto para que todo el follaje reciba la misma cantidad de luz y la planta crezca
en forma armónica. Estas azaleas no vegetan bien en el jardín, en caso de que se desee
cultivarlas en él se deben elegir posiciones protegidas con buena luminosidad; necesitan
para producir correctamente ambientes frescos, húmedos, con buena circulación de aire,
protegidos de los vientos fuertes.
Temperatura: prefieren las templadas, entre 10º y 20º C pero son muy resistentes al frío
y toleran hasta -3º C, pero es preferible que el termómetro no descienda de 4º ó 7º C; las
heladas intensas pueden producir caída del follaje y las tardías afectar la floración.
El intenso calor del verano en nuestra zona no favorece el desarrollo de las plantas que
están muy expuestas porque sufren quemaduras en el follaje; este problema se soluciona
en parte si al suelo no le falta humedad.
Si se las cultiva como plantas de interior y se ubican en habitaciones calefaccionadas se
deterioran y pierden tanto las hojas como las flores.
Humedad: elevada durante todo el año. No se debe pulverizar el follaje y mucho menos
las flores; cuando se cultivan en interiores se recomienda ubicarlas sobre un plato con agua
para neutralizar el efecto dañino de los ambientes secos.
Fertilizantes: si las plantas ubicadas en el jardín vegetan bien no necesitan ser
fertilizadas ya que son bastante resistentes y muy poco exigentes. Los productos químicos
aplicados en exceso pueden dañarlas.
En todo momento se ven beneficiadas con el agregado de pinocha, turba, mantillo u otro
tipo de materia orgánica pero la incorporación al suelo de estos sustratos debe ser siempre
superficial para evitar dañar las raíces.
Si las plantas lucen poco vigorosas, tanto en las macetas como en el jardín, se pueden
estimular con el agregado de algún producto químico completo, sobre todo luego de la
floración cuando están agotadas y se inicia la brotación. Los fertilizantes deben ser siempre
de reacción ácida para no alterar el pH del suelo; en general se emplean productos
fosfatados de reacción ácida, que en primavera se aplican más frecuentemente que en
invierno. Para favorecer la floración se aplica potasio y cuando esta ha finalizado las plantas
pueden ser estimuladas con sulfato de amonio.
Cuando se trasplantan a macetas los esquejes recién enraizados se recomienda mezclar
con el sustrato algún producto de base para favorecer el crecimiento del nuevo sistema
radicular.
Cultivo en macetas: se adaptan muy bien a esta modalidad de cultivo tanto las de jardín
como las de interior, que normalmente crecen muy poco. El tamaño de la maceta siempre
debe estar en relación directa con el tamaño de la planta.
El trasplante se realiza preferentemente luego de la floración o en cualquier época del año
si la planta está sin flores. Toleran muy bien esta práctica debido al sistema radicular poco
profundo que poseen.
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Las azaleas de jardín cultivadas en contenedores se tornan muy grandes con el paso del
tiempo y resulta difícil trasplantarlas, para mantenerlas en forma adecuada conviene
fertilizarlas e incorporar materia orgánica.
Toxicidad: las hojas, las flores y el néctar de muchos Rhododendron son tóxicos. El
contacto prolongado de la piel con esta planta puede originar ardor y picazón intensa. La
miel de abejas producida a partir de flores de azalea es tóxica para el hombre pero no lo es
para lo insectos.
Problemas causados por ingestión de partes de planta son inusuales, pero existen reportes
de niños que han mascado las hojas.
Los síntomas incluyen:
Ardor en la boca.
Salivación.
Lagrimeo.
Secreción nasal.
Vómitos.
Dolor de cabeza.
Debilidad muscular.
Adormecimiento.
Presión baja.
Usos: las azaleas de jardín se emplean como ejemplares aislados o en grupos, para formar
macizos de 3, 4 ó más plantas o como setos vivos, de esta manera se protegen
mutuamente de la acción desecante del viento que afecta su sistema radicular; también
pueden cultivarse en macetas.
Las dobles se cultivan en macetas para ubicar en galerías, balcones protegidos, ventanas
o interiores luminosos.