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La Ley de Causa y Efecto: Todo sucede por una razón; para cada efecto hay una causa

específica.
La Ley de la Creencia: Lo que sea que realmente creas, con sentimiento, se convierte
en tu realidad.
La Ley de Expectativas: Lo que sea que esperas, con confianza, se convierte en tu
propia profecía autocumplida.
La Ley de Atracción: Eres un imán viviente; invariablemente atraes a tu vida a las
personas, situaciones y circunstancias que están en armonía con tus pensamientos
dominantes.
La Ley de la Correspondencia: Tu mundo exterior es un reflejo de tu mundo interno;
corresponde con tus patrones dominantes de pensamiento.
La ley del control: te sientes bien contigo mismo en la medida en que sientes que tienes
el control de tu propia vida.
La ley del accidente: una ley errónea que tienen muchas personas, que creen que la
vida es una serie de sucesos aleatorios y las cosas simplemente suceden por accidente.
La ley de la responsabilidad: eres completamente responsable de todo lo que eres,
haces y logras.
La ley de la dirección: las personas exitosas tienen un claro sentido de propósito y
dirección en cada área de sus vidas.
La Ley de Compensación: Siempre estás completamente compensado por lo que
hagas, positivo o negativo.
La ley del servicio: tus recompensas en la vida estarán en proporción directa con el
valor de tu servicio a los demás.
La ley del esfuerzo aplicado: todos los logros que valen la pena suponen un arduo
trabajo.
La ley de la sobrecompensación: si siempre haces más de lo que te pagan, siempre se
te pagará más de lo que recibes ahora.
La ley de la preparación: el desempeño efectivo va precedido de una preparación
minuciosa.
La Ley de Eficiencia Forzada: cuantas más cosas tengas que hacer en un período de
tiempo limitado, más te verás obligado a trabajar en tus tareas más importantes.
La ley de la decisión: cada gran avance en la vida va precedido de una decisión clara y
un compromiso de acción.
La Ley de la Creatividad: Todo avance en la vida humana comienza con una idea en la
mente de una sola persona.
La ley de la flexibilidad: el éxito se logra mejor cuando tienes claro el objetivo pero eres
flexible en el proceso de llegar allí.
La ley de la persistencia: tu capacidad de persistir frente a contratiempos y desilusiones
es la medida de tu creencia en ti mismo y tu capacidad de triunfar.
La Ley del Propósito: El propósito de una empresa es crear y mantener un cliente.
La Ley de Organización: una organización comercial es un grupo de personas reunidas
con el propósito común de crear y mantener clientes.
La ley de la satisfacción del cliente: el cliente siempre tiene la razón.
La ley del cliente: el cliente siempre actúa para satisfacer sus intereses buscando lo
mejor y al precio más bajo posible.
La ley de la calidad: el cliente exige la más alta calidad por el precio más bajo.
La ley de la obsolescencia: lo que existe ya se está volviendo obsoleto.
La ley de la innovación: todos los avances en los negocios provienen de la innovación,
de ofrecer algo mejor, más barato, más rápido, más nuevo o más eficiente en el mercado
actual.
La Ley de Factores Críticos de Éxito: Cada empresa tiene una serie de factores clave
de éxito, que miden y determinan el éxito o el fracaso de la organización.
La Ley del Mercado: el mercado es donde compradores y vendedores de productos y
servicios se reúnen para establecer precios y determinar la asignación de dinero, mano de
obra, materiales y todos los factores de producción.
La ley de la especialización: para tener éxito en un mercado competitivo, un producto o
servicio debe estar especializado para realizar una función específica y ser excelente para
satisfacer una necesidad claramente definida del cliente.
La Ley de Diferenciación: Un producto o servicio debe tener una ventaja competitiva o
un área de excelencia que le permita sobresalir de sus competidores de alguna manera si
quiere tener éxito en un mercado competitivo.
La Ley de segmentación: las empresas deben dirigirse a grupos de clientes o
segmentos de mercado específicos si desean obtener ventas significativas.
La Ley de Concentración: El éxito en el mercado proviene de concentrarse en vender a
aquellos clientes que has segmentado como los que más pueden beneficiarse
inmediatamente de las características únicas del producto o servicio que ofreces en su
área de especialización.
La Ley de Excelencia: el mercado paga excelentes rendimientos y recompensas por un
excelente rendimiento, excelentes productos y excelentes servicios.
La Ley de Integridad: El gran liderazgo empresarial se caracteriza por la honestidad, la
veracidad y el trato directo con cada persona, bajo cualquier circunstancia.
La ley del coraje: la capacidad de tomar decisiones y actuar con valentía frente a los
reveses y la adversidad es la clave de la grandeza en el liderazgo.
La ley del realismo: los líderes tratan con el mundo tal como es, no como desearían que
fuera.
La Ley del Poder: El poder gravita hacia la persona que puede usarlo de manera más
efectiva para obtener los resultados deseados.
La ley de la ambición: los líderes tienen un intenso deseo de liderar; tienen una visión
clara de un futuro mejor, que están decididos a realizar.
La ley del optimismo: el verdadero líder irradia la confianza de que todas las dificultades
se pueden superar y se pueden alcanzar todos los objetivos.
La Ley de Empatía: Los líderes son sensibles y conscientes de las necesidades,
sentimientos y motivaciones de su gente.
La ley de la resiliencia: los líderes se recuperan de los inevitables reveses, desilusiones
y fallos temporales experimentados en el logro de cualquier meta que valga la pena.
La Ley de la Independencia: Los líderes saben quiénes son, en qué creen y piensan
por sí mismos.
La Ley de la Madurez Emocional: Los líderes están tranquilos, frescos y controlados
frente a los problemas, las dificultades y la adversidad.
La Ley de Excelencia: los líderes están comprometidos con el excelente desempeño de
la tarea empresarial y la mejora continua
La ley de la previsión: los líderes tienen la capacidad de predecir y anticipar el futuro.
La Ley de la Abundancia: Vivimos en un universo abundante en el que hay suficiente
dinero para todos los que realmente lo desean y están dispuestos a obedecer las leyes
que rigen su adquisición.
La ley del intercambio: el dinero es el medio a través del cual las personas intercambian
su trabajo en la producción de bienes y servicios para los bienes y servicios de los demás.
La Ley del Capital: tu activo más valioso, en términos de flujo de caja, es tu capital
físico y mental, tu capacidad de ganancia.
La perspectiva de la Ley del Tiempo: las personas más exitosas en cualquier sociedad
son aquellas que toman en consideración el período de tiempo más prolongado al tomar
decisiones cotidianas
La ley del ahorro: la libertad financiera le llega a la persona que ahorra el diez por
ciento o más de sus ingresos a lo largo de su vida.
La Ley de la Conservación: No es cuánto ganas, sino cuánto ahorras, lo que determina
tu futuro financiero.
Ley de Parkinson: los gastos siempre aumentan para cumplir con los ingresos.
La ley del tres: hay tres patas para el taburete de la libertad financiera: ahorro, seguro e
inversión
La ley de la inversión: investiga antes de invertir.
La Ley del Interés Compuesto: Invertir tu dinero cuidadosamente y permitir que crezca
a interés compuesto eventualmente te hará rico.
La ley de la acumulación: cada gran logro financiero es una acumulación de cientos de
pequeños esfuerzos y sacrificios que nadie ve o aprecia.
La ley de la atracción: cuanto más dinero ahorres y acumules, más dinero atraerás a tu
vida.
La ley de la aceleración acelerada: cuanto más rápido te mueves hacia la libertad
financiera, más rápido se mueve hacia ti.
La ley de ventas: no pasa nada hasta que se realiza una venta
La ley de la ambición: cuán alto te levantas depende en gran medida de lo alto que
quieras subir.
La ley de la necesidad: toda decisión de comprar un producto o servicio es un intento
de satisfacer una necesidad o aliviar una insatisfacción de algún tipo.
La ley de los problemas: cada producto o servicio se puede ver como la solución a un
problema o la resolución de una incertidumbre.
La ley de la persuasión: el propósito del proceso de venta es convencer al cliente de
que estará mejor con el producto de lo que estaría con el dinero necesario para comprar
el producto.
La ley de la seguridad: el anhelo más profundo de la naturaleza humana es el deseo de
seguridad personal, financiera y emocional.
La ley del riesgo: el riesgo es inherente a cualquier inversión de tiempo, dinero o
emoción.
La ley de la confianza: el vínculo de confianza entre el vendedor y el cliente es la base
de la venta exitosa.
La ley de las relaciones: toda venta es, en última instancia, una relación de venta
La Ley de la Amistad: una persona no te comprará nada hasta que esté convencida de
que eres su amigo y actúas en su mejor interés.
La ley del posicionamiento: la percepción del cliente sobre ti y tu empresa es su
realidad y determina su comportamiento de compra contigo.
La ley de la perspectiva: la forma en que eres visto por tus clientes determina tus
ingresos.
La ley de la preparación: los mejores vendedores se preparan minuciosamente antes
de cada llamada.
La Ley de la Motivación Perversa: a todos les gusta comprar, pero nadie quiere ser
vendido.
La Ley Universal de la Negociación: todo es negociable.
La Ley del Futuro: el objetivo de una negociación es celebrar un acuerdo de tal manera
que ambas partes satisfagan sus necesidades y estén motivadas para cumplir sus
acuerdos y entablar negociaciones adicionales con la misma parte en el futuro.
La Ley de Ganar / Ganar: en una negociación exitosa, ambas partes deben estar
completamente satisfechas con el resultado y sentir que cada una de ellas ha ‘ganado’.
De lo contrario, no se debe llegar a ningún acuerdo.
La ley de las posibilidades ilimitadas: siempre puedes obtener un mejor trato si sabes
cómo hacerlo.
La ley de 4: hay cuatro cuestiones principales que se deben decidir en cualquier
negociación; todo lo demás depende de estos cuatro puntos.
La ley del tiempo: el tiempo es todo en una negociación.
La ley de términos: las condiciones de pago pueden ser más importantes que el precio
en una negociación.
La ley de la preparación: el 80% o más de tu éxito en cualquier negociación vendrá
determinado por lo bien que te prepares con anticipación.
La ley de la autoridad: solo puedes negociar exitosamente con una persona que tenga
la autoridad para aprobar los términos y condiciones que tú acuerdes.
La ley de la inversión: ponerse en la situación de la otra persona te permite prepararte y
negociar de manera más efectiva.
La Ley del Poder: la persona con mayor poder, real o imaginado, obtendrá el mejor
trato en cualquier negociación.
La Ley del Deseo: la persona que más quiere que la negociación tenga éxito tiene el
menor poder de negociación.
La ley de la reciprocidad: las personas tienen una profunda necesidad subconsciente
de corresponder a todo lo que se les hace.
La ley de levantarse y alejarse: nunca se sabe el precio final y los términos hasta que te
levantes y te alejes.
La ley de la finalización: ninguna negociación es definitiva.
La Ley de la Claridad: Cuanto más claras tengas tus metas y objetivos, más eficiente y
eficaz serás para lograrlos.
La Ley de las Prioridades: tu capacidad de establecer prioridades claras y precisas en
tu tiempo determina la calidad total de tu vida.
La ley de la posterioridad: antes de comenzar algo nuevo, debes descontinuar algo
antiguo.
La ley del activo más valioso: tu activo más valioso es tu capacidad de ganancia.
La ley de la planificación: cada minuto dedicado a la planificación ahorra diez minutos
de ejecución.
La ley de las recompensas: tus recompensas siempre estarán determinadas por tus
resultados.
La ley de la secuencia: la gestión del tiempo te permite controlar la secuencia de
eventos en tu vida.
La ley del apalancamiento: ciertas cosas te permitirían lograr muchísimo más si
invirtieras la misma cantidad de tiempo en otras actividades.
La ley de la puntualidad: la capacidad de actuar más rápido que cualquier otra persona
puede ser tu mayor activo.
La ley de la práctica: la práctica continua de una habilidad clave reduce el tiempo
requerido para realizar la tarea y aumenta el rendimiento alcanzado.
La ley de la eficiencia forzada: nunca hay tiempo suficiente para hacer todo, pero
siempre hay tiempo suficiente para hacer las cosas más importantes.
La ley del manejo único: la capacidad de comenzar y completar tu tarea más importante
determina tu productividad más que cualquier otra habilidad.
La ley de la competencia: puedes aumentar tu eficiencia y tu eficacia volviéndote cada
vez mejor en tus tareas clave

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