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INTRODUCCIÓN
En las mucosas, el sistema inmune debe enfrentarse con la mayor cantidad y variedad de antígenos que hay en
el cuerpo y discriminar los microorganismos
patógenos, diferenciarlos de la abundante flora
comensal y antígenos inocuos propios de las
proteínas dietarias.
La flora comensal aporta el estímulo antigénico,
esencial en el desarrollo del sistema inmune de la
mucosa intestinal. Se establece así una modulación
fina de la rta inmune, cuyo principal objetivo es la
inducción de la tolerancia local (y sistémica) contra
antígenos inocuos y la vigilancia frente a microorganismos patógenos.
En la mucosa del intestino delgado se encuentra el mayor número de linfocitos T, linfocitos B (plasmocitos) y
macrófagos de todo el organismo. A nivel intestinal se ubica el 70-80% del total de los linfocitos B.
Hemos mencionado la existencia de una fruesa capa de moco que impide el contacto directo de los
microorganismos presentes en la luz con la membrana de las células epiteliales. Por otra parte, la superficie apical del
enterocito presenta el ribete en cepillo, microvellosidades cubiertas por una gruesa capa de glucocáliz que actúa
como barrera física y biológica, pues genera un microambiente degradativo donde se localizan enzimas como
peptidasas, disacaridasas y fosfatasas.
En el GALT es posible diferenciar las estructuras del sistema inmune en las que se genera la respuesta inmune
adaptativa, llamados sitios inductores: Las placas de Peyer y los ganglios linfáticos mesentéricos. Tienen por función
generar células efectoras que migrarán y participarán en la respuesta
operativa en sitios distantes, como la lámina propia del intestino, las
vías respiratorias superiores, las lágrimas, saliva y glándula mamaria.
Así, el MALT (tejido linfoide asociado a mucosas) está relacionado entre
sí gracias a la recirculación de células entre los distintos sitios.
Los sitios efectores de la mucosa intestinal son células dispuestas
en forma difusa en la lámina propia:
o Plasmocitos productores de IgA
o Células T efectoras CD4+ (Th1 o Th2)
o Células T CD8+
o Macrófagos
o Células NK
INMUNOGLOBULINA A
La mayor parte de IgA sérica es monomérica, mientras que más del 90% de IgA en las secreciones se presenta
en forma de dímero, asociado con el componente secretorio (CS) y con el péptido
J. Las citosinas que inducen la producción de IgA son el TGF-β, la IL-5, la IL-6 y la IL-
10. El TGF-β parece cumplir el papel más destacado.
La IgA secretoria protege las superficies mucosas al actuar como un
anticuerpo neutralizante. El componente secretorio le confiere una alta resistencia
a la actividad proteolítíca presente en laluz gastrointestinal.
La IgA secretoria bloquea la adhesión de losmicroorganismos a la superficie apical de los enterocitos, al
interactuar con estructuras microbianasque funcionan como adhesinas o receptores. Este mecanismo de "exclusión
inmune" previene elingreso de microorganismos y componentes microbianos desde la luz a la lámina propia,
favoreciendo su retención por las secreciones mucosas. La actividad neutralizante de la IgA secretoria sedirige no
sólo al bloqueo de adhesinas y receptoresmicrobianos, sino también a la neutralización detoxinas microbianas. Por
otra parte, inhibe la absorción de antígenos y alérgenos.
Es importante destacar que la actividad antimicrobiana desarrollada por la IgA secretoria no se acompaña de la
inducción de una respuesta inflamatoria. A diferencia de los anticuerpos pertenecientes a los isotipos IgG e IgM, la
IgA no activa la vía clásica del complemento. Más aún, puede inhibir la activación de éste a través de la vía clásica, al
reconocer y “taponar” epítopos que podrían ser reconocidos también por los anticuerpos IgG o IgM. Se dice que la
IgA es anti-inflamatoria =).
SITIOS INDUCTIVOS
Los sitios inductivos en el GALT son:
Las placas de Peyer (obvio)
Los ganglios linfáticos mesentéricos
El apéndice (OMG! Sirve de algo! )
Folículos linfoides aislados
En las placas de Peyer se forma una unidad integrada llamada FAE (epitelio asociado con el folículo), en la que
el elemento distintivo es la célula M, que realiza un transporte transcelular muy activo de macromoléculas y
antígenos particulados (mo) desde la luz al interior de la mucosa. Se caracteriza por una gran invaginación del polo
basal que permite la presencia y un estrecho contacto con las células dendríticas, macrófagos, LB y LT. Tiene TLR y
produce quemoquinas.
La generación y renovación del epitelio asociado con el folículo dependen de la proliferación de células
localizadas en las criptas próximas a los folículos linfoides. Estas criptas poseen dos ejes de proliferación y
diferenciación:
Por una parte generan enterocitos, células caliciformes y células enteroendócrinas que migran hacia la
vellosidad.
Por otra, generan células que se diferencian a células M y se dirigen al domo del FAE. Se propone que la
proximidad del folículo linfoide genera un gradiente de señales que estimula la diferenciación hacia células
M.
En conclusión, las principales funciones de la inmunidad en las mucosas son la protección frente a la infección
y colonización de microorganismos patógenos, la tolerancia a los antígenos derivados de la dieta, el aire y los
microorganismos comensales, y la prevención del desarrollo de cualquier respuesta inmune dañina contra estos
antígenos no patógenos en el caso en que se rompa la barrera de las mucosas.