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Permeabilidad de Suelos

La permeabilidad del suelo es la capacidad del suelo para transmitir agua y aire. Se

refiere al drenaje interno del terreno y puede expresarse en forma cuantitativa en unidades

de agua que pasan a través de una sección trasversal del suelo saturado, de diámetro

convencional y en un tiempo tomado también como unidad. Expresa, por lo tanto, la

facilidad que existe dentro del perfil para el movimiento del agua. (Suárez, 1979).

Definimos permeabilidad como la capacidad de un cuerpo (en términos particulares,

un suelo) para permitir en su seno el paso de un fluido (en términos particulares, el agua)

sin que dicho tránsito altere la estructura interna del cuerpo. Dicha propiedad se determina

objetivamente mediante la imposición de un gradiente hidráulico en una sección del cuerpo,

y a lo largo de una trayectoria determinada. (Badillo, 2005).

El concepto permeabilidad puede recibir también las acepciones de conductividad o

transmisividad hidráulica, dependiendo del contexto en el cual sea empleado.

También se puede describir como la capacidad del suelo para transmitir agua y aire.

Se refiere al drenaje interno del terreno y puede expresarse en forma cuantitativa en

unidades de agua que pasan a través de una sección trasversal del suelo saturado, de

diámetro convencional y en un tiempo tomado también como unidad. Expresa, por lo tanto,

la facilidad que existe dentro del perfil para el movimiento del agua. (Badillo, 2005).

Lo más importante es determinar la permeabilidad de la capa menos permeable en la

parte del perfil incluido en la profundidad efectiva. (Suárez, 1979).

La parte superficial del suelo sufre con frecuencia disminuciones grandes en su

permeabilidad ocasionadas por el fenómeno de desprendimiento y deposición de partículas

coloidales que las lluvias originan en terrenos desnudos. En muchos casos la condición de

los dos o tres primeros centímetros de suelo fija la situación del perfil en relación con la
penetración del agua. Si en ellos existe una costra compacta, no tiene importancia que las

capas subyacentes sean muy permeables, pues la costra obrará como una membrana

impermeable que obligará al agua a correr sobre la superficie del terreno. (Suárez, 1979).

Mientras más permeable sea el suelo, mayor será la filtración. Algunos suelos son tan

permeables y la filtración tan intensa que para construir en ellos cualquier tipo de estanque

es preciso aplicar técnicas de construcción especiales. En un volumen de esta colección que

aparecerá próximamente se ofrecerá información sobre dichas técnicas. (Badillo, 2005).

Figura 1. Permeabilidad de suelos.

Figura 2. Suelo impermeable


Figura 3. Suelo permeable

Por lo general, los suelos se componen de capas y, a menudo, la calidad del suelo

varía considerablemente de una capa a otra. Ejemplo: antes de construir un estanque, es

importante determinar la posición relativa de las capas permeables e impermeables. Al

planificar el diseño de un estanque se debe evitar la presencia de una capa permeable en el

fondo para impedir una pérdida de agua excesiva hacia el subsuelo a causa de la filtración.

(Badillo, 2005).

Figura 4. Capas de suelo

En general, pueden distinguirse los siguientes grados de permeabilidad:

Permeabilidad muy lenta: Es propia de suelos con horizontes endurecidos de arcilla

(clay pan), de arena o de arena y grava. Estos suelos se rompen y agrietan cuando están

secos y estando húmedos son pegajosos; poseen una estructura masiva y presentan

moteamientos de colores rojizos y amarillos. Cuando la capa indurada está constituida por

arena, es difícil de romperla con un instrumento metálico, pero al desprender un terrón

puede luego desmenuzarse sin mayor esfuerzo. (Suárez, 1979).

Permeabilidad lenta: Se presenta en suelos que también poseen capas induradas,

pero de material un tanto diferente con buena proporción de limos, lo cual disminuye su
dureza. También se presentan moteamientos o coloraciones grisáceas en el perfil. (Suárez,

2005).

Permeabilidad mediana: Es característica de suelos francos con contenido por lo

menos mediano de materia orgánica. El color es generalmente claro y no presenta

moteamiento, lo cual indica que hay buena circulación de aire y de agua. (Suárez, 1979).

Permeabilidad rápida: Está asociada con texturas ligeras. Se nota siempre una gran

cantidad de espacios porosos y color claro, aún en suelos en los cuales el nivel freático sea

alto. Debe tenerse en cuenta la textura que se menciona en estos casos se refiere a la capa

del perfil cuya permeabilidad se esté determinando y no a la del suelo superficial. (Suárez,

1979).

Muchos factores afectan a la permeabilidad del suelo. En ocasiones, se trata de

factores en extremo localizados, como fisuras y cárcavas, y es difícil hallar valores

representativos de la permeabilidad a partir de mediciones reales. Un estudio serio de

los perfiles de suelo proporciona una indispensable comprobación de dichas mediciones.

Las observaciones sobre la textura del suelo, su estructura, consistencia, color y manchas

de color, la disposición por capas, los poros visibles y la profundidad de las capas

impermeables como la roca madre y la capa de arcilla*, constituyen la base para decidir si

es probable que las mediciones de la permeabilidad sean representativas. (Badillo, 2005).

El suelo está constituido por varios horizontes, y que, generalmente, cada uno de ellos

tiene propiedades físicas y químicas diferentes. Para determinar la permeabilidad del suelo

en su totalidad, se debe estudiar cada horizonte por separado. (Badillo, 2005).

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