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Gna mirada en el tiempo al paisaje del, Alto Sumapaz Compilacion de cronicas de viajeros colombianos y extranjeros Por Roberto Velandia dela Academia Colombiana de, Historia 1a Region ral de Cundinamarca — CAR- Corporacion,Aut6nor Santafé de Bogota. D.C., 1995 Titulo 16 él valle de Fusagasuga y la maravilla de Pandi Por Nicolas Pardo 1878 ay entre nosotros muchas personas curiosas que conocen a San Pablo de Londres, a San Pedro de Roma, a Santa Sofia de Constan- tinopla, y a la mayor parte de las creaciones portentosas del genio en ef Viejo Mundo, y, sin embargo, son pocos los que concen las bellezas que poseemos en nuestro propio suelo, tales como el valle que se extiende al sur de Bogota, donde se halla esa estupenda ma- ravilla llamada el Puente de Pandi o de Icononzo. Entre estos sujetos de que hablo me encontraba yo, y para descargarme de tan grave falta, que hacia tiempo pesaba sobre mi conciencia, me puse en la via para aquellas comarcas en Ia ma- fana def 7 de junio del presente afio. ‘Antes de dos horas de marcha y después de haber atra- vesadio el puente de base, llamado por una ley, de Salamina, en con- memoracién de la heroica resistencia que alli hizo en 1854 el Bata- l6n de este nombre, contra el grueso ejército del dictador José Ma- ria Melo, se ven sucesivamente def lado izquierdo del camellon las haciendas o posesiones de “Casa Blanca”, “La Calera"', “El Vinculo” y “Sibaté”. La primera es de propiedad del distinguido y culto caba- Ilero sefior Fladio Urisarri, nuestro Ministro Plenipotenciario en otro. tiempo, cerca del gobierno de la Santa Sede. En frente de las casas ‘Tomado de “El Zipa’. Bogota, 31 de octubre de 1878. N° 14, p. 215. de la hacienda, que son c6modas y espa- ciosas, y del lado que mira para Bogoté, se extiende un hermoso jardin que ostenta primorosas flores y oscuros y frondosos ci- preses, que gimen y se mecen tristemente, impetidos comose hallan a todas horas por el impetuoso viento que sopla de los para- mos del Oriente. Los potreros de la hacien- da, fo mismo que los de “La Cantera’, “El Vinculo” y “Sibaté’, se hallan cubiertos de abundantes ganados y bestias, que dan una buena renta a sus respectivos propietarios. De lado derecho del camino se divisan los sueblos de Bosa y Soacha, el pri- mero de ninguna significaci6n, y el segun- doen un estado de mayor actividad comer- ial Después de tres horas de jorna- dase pierde la sabana de vista y se entra en una espese selva, que no se termina sino hasta muy cerca de Fusagasugé, atravesa- da por un camino quese encuentra en muy regular estado, cubierto primero de empa- lizados y Iuégo de empedrados, que im de el que se formen sumiceros, lodazales y resbaladeros, en aquefla concurrida arteria comercial, que da vida y civilizacién a los activos y laboriosos pueblos del valle de Fusagasuga y de Pandi Casi en Ia mitad de la via se en- cuentra la posesin del sefior Jorge Silves- tre, joven inteligente, activo de honorable y distinguida familia, y consagrado ala ex- plotacion de las quinas naranjada y amari- la en que abundan sus extensas propieda- des. Media hora de agradable conversacién con este caballero reanim6 mis agotadas fuerzas y el vigor de mi espiritu. Los que imbuidos todavia en las preocupaciones que nos [eg6 Ia Colonia creen que la agri- cultura no es una industria u ocupacion propia de gentes cultas, tienen en nuestro pais un solernne mentis, aparte de muchos otros ejemplos que pudieran citarse, en Ios seftores José Maria Gutiérrez de Alba, Sal- vador Camacho, Wenceslao Ibaiiez, Ni 1s Pereira Gamba, Antonio Cuervo y el jo- ven de que me ocupo. Tengo ademés la convicci6n in- tima de que la educacién que hoy se esta dando en ef pais a la juventud de ambos sexos, no s6lo no es provechosa sino alta- mente perjudicial. De muy poco, o mejor dicho, de nada Ie sirve a un joven pobre, como son la mayor parte de los que se educan, el saber unos cuantos rudimen- tos de francés, geometria, historia natural, canto y misica, si salen de los estableci- mientos de ensefianza Ilenos de pretensio- nes, y sin saber un oficio que les asegure los medios de una honrada subsistencia, EI dia que en las escuelas se ensefie, ade- més de la aritmética, gramitica, religion y urbanidad, un oficio propio de las circuns- tancias de cada joven, ese dia podremos congratularnos de [a educacién de Ia ju- ventud en Colombia, y dar por bien em- pleada fa enorme suma de pesos que hay, tal vez lastimosamente, se invierte en una mal entendida instrucci6n pablica. EI mal es ya tan palpable que el senior doctor Da- maso Zapata, Director de fa Instruccién Pablica en Cundinamarca, se ha apresu- rado a fundar en esta capital una escuela destinada a Ia fabricacion de sombreros llamados de Suaza, bajo la direccién de la sefiorita Carina Paez; y el Gobierno y to- dos los patriotas deberian secundar, de una manera eficaz, el redentor pensamiento del eminente ciudadano José Maria Gutié- rrez de Alba, sobre fundaci6n de un plan- tel de agricultura, pues en el desarrollo progresivo de ésta se halla el porvenir de nuestra cara patria, —104—

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