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CURSO : ESTRUCTURA
FUNCIONAL CELULAR Y TISULAR II
FECHA : 26/07/2018
INTEGRANTES :
PIURA-PERÚ
2018
10° SEMINARIO: MOVIMIENTO OSEO - HIPERPARATIROIDISMO
INTRODUCCIÓN
Desde que a mediados del siglo XX se descubrió la acción de la PTH y se iniciaron los
primeros tratamientos para evitar las consecuencias de la hipertrofia de las GPT, se han editado
encontrar numerosas publicaciones en las que todos los tratamientos se centran en evitar las lesiones
óseas. La osteodistrofia renal provocaba en los niños alteraciones del crecimiento, lo que se conocía
como raquitismo renal, con talla baja, deformidades óseas, pérdida de piezas dentarias y fracturas.
No hay que olvidar que las lesiones más frecuentes eran el cráneo «en sal y pimienta», la desaparición
de la porción terminal de las falanges distales o la desaparición de la lámina dura dentaria, así como
aplastamientos vertebrales, fracturas costales y hundimiento de los huesos de la cara. En los niños,
además, si se asociaba con déficit de vitamina D podía dar lugar a osteomalacia.
En los años posteriores, la atención se centró en controlar el P como elemento que desempeñaba un
papel fundamental en la aparición del HPT y, por tanto, fue prioritario el tratamiento con captores de
fósforo, principalmente carbonato cálcico e hidróxido de aluminio. La consecuencia directa del
aumento de P era la disminución de la síntesis de los metabolitos terminales de la vitamina D y, por
tanto, también estos derivados, primero el alfacalcidol y después el 1,25 (OH)2 D3
fueron fundamentales en la prevención de la aparición y desarrollo del HPT secundario.
De la combinación de estos tratamientos, de los que durante años se aconsejaron dosis cada vez
más elevadas para frenar las GPT, se llegó a otra patología: el freno excesivo del turnover óseo
(enfermedad ósea adinámica) que provoca acumulación de calcio en localizaciones extraóseas, dando
lugar a calcificaciones metastásicas, calcifilaxis y calcificaciones vasculares que, a su vez, han
producido un incremento de la mortalidad cardiovascular en los pacientes renales.
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
3) ¿QUÉ ES EL RAQUITISMO?
RESPONSABLE: ADRIANZÉN FACUNDO, JOSE JOB.
7) TEST DE LABORATORIO
RESPONSABLE: ALVARADO PORTOCARRERO, FERNANDO
En esta presentación centraremos nuestra exposición en los pacientes en diálisis. Los niveles referidos
de Ca —que deberán entenderse siempre como corregidos para los niveles de albúmina— y P se
expresarán en mg/dL porque son las más habituales entre los nefrólogos de nuestro país. Los niveles
de PTH corresponden a los niveles de PTH intacta clásicos en pg/mL.
La forma de presentación más común del hiperparatiroidismo primario (HPP) es la hipercalcemia
asintomática. La determinación de la PTH sérica se debe realizar para el diagnóstico del HPP en
individuos con niveles de vitamina D adecuados. Los criterios de cirugía en el HPP asintomático son:
hipercalcemia > 1 mg/dl sobre el límite superior de la normalidad, aclaramiento de creatinina inferior
a los 60 ml/minuto, T-score óseo a cualquier nivel sugerente de osteoporosis y edad inferior a 50
años. El hiperparatiroidismo normocalcémico es una nueva variante que debe ser confirmada en al
menos dos ocasiones y que requiere un diagnóstico de exclusión de causas de hiperparatiroidismo
secundario. La historia natural del HPP asintomático y del normocalcémico señala que hay una buena
proporción que no evoluciona hacia la hipercalcemia franca.
El hipoparatiroidismo cursa con hipocalcemia y PTH baja. La cirugía de tiroides y paratiroides es la
causa más frecuente, si bien en ocasiones se asocia a raros trastornos hereditarios o de etiología
autoinmune. El diagnóstico se basa en una analítica de sangre y en ocasiones se precisa un estudio
genético. El tratamiento consiste en suplementos de calcio y vitamina D.
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1699258X11001793
3) ¿QUÉ ES EL RAQUITISMO?
Los raquitismos son causales de alteración temprana de la mineralización ósea en un importante
porcentaje de pacientes. Pueden ser subclínicos, como es el caso del raquitismo del prematuro o
determinar significativa morbilidad como la observada en raquitismos secundarios a alteraciones
congénitas del metabolismo de la vitamina D. Los raquitismos carenciales se consideraban
erradicados gracias a la modificación de los hábitos nutricionales de la población, pero en países
pobres como el nuestro todavía se presenta casos. Pacientes pediátricos sometidos a dietas
vegetarianas muy estrictas (muy en voga actualmente), pacientes que por razones culturales y/o
religiosas (vestidos muy cubiertos, reclusión prolongada, etc.) o que padecen enfermedades que los
mantienen recluidos en hospitales por períodos prolongados de tiempo sometidos a una mínima o
insuficiente exposición solar, pueden desarrollar raquitismo carencial. Este fenómeno puede
observarse también en pacientes con síndromes de malabsorción intestinal o en quienes reciben
tratamientos crónicos con drogas que interfieren con el metabolismo de la vitamina D. Puede además
existir relación de comorbilidad con otras patologías, siendo el raquitismo más severo en pacientes
prematuros que presenten compromiso del tracto gastrointestinal tipo enterocolitis, hepatitis o que
hayan estado expuestos "in útero" o en la edad neonatal a drogas inductoras de osteoporosis. Se ha
observado que la tasa de fracturas es inversamente proporcional al peso al nacer y se localizan en las
extremidades o en la reja costal. El pronóstico es bueno si reciben calcio y vitamina D. Una causa
importante de raquitismo adquirido es la insuficiencia renal en la que existe interferencia en la síntesis
de 1,25(OH)2D que participa activamente en la regulación de la producción de paratohormona y en
la absorción intestinal de calcio, conduciendo a hiperparatiroidismo secundario.
El raquitismo atribuible al déficit de vitamina D, tanto en su forma clínica como subclínica, se sigue
detectando en todo el mundo. En este artículo se han revisado las nuevas guías de la National
Academy of Sciences (NAS), que recomiendan una ingesta mínima de 200 UI diarias de vitamina D
para prevenir los signos clínicos y analíticos de deficiencia de vitamina D, tanto en lactantes como en
la infancia y adolescencia. En función de estas recomendaciones, la Academia Americana de Pediatría
(AAP) aconseja la ingesta de alimentos ricos en calcio y vitamina D y la suplementación con esta
vitamina en los casos en que no se asegura una ingesta mínima de 200 UI o una exposición solar
adecuada
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS PREGUNTA N°03:
https://www.researchgate.net/profile/Jaime_Dalmau/publication/_Nuevas_recomendaciones_diarias
_de_ingesta_de_calcio_y_vitamina_D_prevencion_del_raquitismo_nutricional/links/54cpdf
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001215.htm
El término Osteoporosis Secundaria se ha utilizado para referirse al efecto deletéreo sobre el hueso
de ciertas enfermedades, cirugías o drogas. Aunque estas condiciones pueden ser la causa mayor de
pérdida ósea en algunos individuos es más conveniente considerarlos como factores de riesgo cuyo
impacto puede sumarse al de otros factores como una masa ósea pico inadecuada, el hipogonadismo
o la pérdida ósea relacionada con la edad. Se calcula que aproximadamente un 20% de las mujeres
con osteoporosis postmenopáusica tienen una causa asociada que contribuye con la pérdida ósea. El
porcentaje de hombres y mujeres premenopáusicas con una causa secundaria aumenta hasta un
64%(1).
La osteoporosis se asocia con un importante número de síndromes endocrinos los cuales, dependiendo
de su frecuencia, tendrán mayor o menor impacto en la población y que discutiremos a continuación.
Hiperparatiroidismo
En 1999 el hiperparatiroidismo primario (HPT 1) no se parece a la enfermedad descrita por Albright
hace varias décadas. La medición casi sistemática de la calcemia en varias situaciones clínicas y la
adecuada dosificación de la PTH permitieron aumentar de manera considerable el número de casos
diagnosticados a la vez que se observó un cambio en las manifestaciones de la enfermedad:
anteriormente el diagnóstico de HPT 1 se hacía frente a una litiasis renal o una osteitis fibrosa quística;
actualmente la presentación clínica más frecuente es la hipercalcemia moderada sin un cuadro clínico
específico y sin compromiso óseo aparente.
La PTH es un potente estimulador de la remodelación ósea, produce un aumento en el número de las
unidades de remodelación ósea. La estimulación de los osteoclastos (OC) por la PTH se traduce por
un reclutamiento de nuevos OC y por un aumento en la actividad de los OC existentes. Los trabajos
experimentales in vitro e in vivo mostraron que la PTH puede producir dos tipos de acciones opuestas
sobre la formación ósea en función de la dosis utilizada y de la duración del tratamiento: con dosis
elevadas de PTH se observa una disminución de la síntesis de colágeno mientras que con la
administración de dosis bajas intermitentes existe inicialmente un aumento de la resorción con
inhibición aguda de la formación seguida, en un segundo tiempo, por un estímulo de la formación
ósea.
Los estudios de histomorfometría han mostrado un aumento de la remodelación ósea caracterizado
por la asociación de una proliferación osteoblástica y osteoclástica.
Se encuentra una extensión de las superficies de resorción y un aumento en el número de OC. Por
otro lado existe un aumento del volumen y de las superficies osteoides, sin modificación del espesor
del osteoide ni disminución de la velocidad de mineralización ósea.
El balance óseo que puede apreciarse mediante medición del volumen óseo trabecular es normal en
la mayoría de los casos estudiados de HPT 1 asintomático. En estas formas parece que los
mecanismos fisiológicos de acoplamiento entre formación y resorción están conservados. En las
formas severas con osteitis fibrosa quística parece existir un desacoplamiento entre estas dos
actividades lo que conlleva a una resorción ósea no compensada de las corticales y del hueso
esponjoso.
Varios estudios realizados en pacientes con HPT 1 leve han demostrado disminución de la densidad
mineral ósea (DMO), principalmente a nivel de hueso cortical. Los estudios sobre riesgo de fractura
son, sin embargo, contradictorios. Se necesitan datos prospectivos más concluyentes para establecer
el verdadero riesgo de fractura en los diferentes compartimentos del esqueleto en pacientes con HPT
1 leve asintomático. El tratamiento quirúrgico con paratiroidectomía en los pacientes en que la cirugía
está indicada se asocia con un incremento en la DMO.
El hiperparatiroidismo secundario es más prevalente que el HPT 1 y es consecuencia de desórdenes
asociados con osteomalacia como la enfermedad renal crónica, el uso de medicamentos
anticonvulsivantes, enfermedades digestivas como síndrome de malabsorción o consecuencias de la
gastrectomía.
Hipertiroidismo
Hace ya un siglo que Von Recklinghausen describió el compromiso óseo de la tirotoxicosis. El
hipertiroidismo es una de las enfermedades endocrinas clásicamente asociadas a osteoporosis. El
efecto del hipertiroidismo sobre la remodelación y el metabolismo óseo ha sido bien caracterizado.
Mundy y colaboradores demostraron en 1975 que las fracciones T4 y T3 pueden estimular
directamente la resorción ósea in vitro. Además, el ciclo normal de remodelación ósea se reduce de
200 a 113 días, a expensas principalmente del periodo de formación con una falla para reponer el
hueso. Tanto los marcadores de formación como los de resorción ósea pueden estar elevados.
Los pacientes con hipertiroidismo endógeno tienen una DMO disminuida en comparación con los
controles eutiroideos. Se ha demostrado que el tratamiento produce un incremento significativo de la
DMO trabecular.
La administración exógena de dosis supresivas de tiroxina puede tener un efecto negativo sobre la
DMO. Diamond y colaboradores encontraron una disminución de la DMO en cuello femoral en
mujeres pre y post menopáusicas con carcinoma tiroideo tratadas con dosis supresivas de tiroxina; la
disminución de DMO en columna lumbar sólo fue significativa en las post menopáusicas. Otros
estudios controlados no evidencian alteraciones en la DMO con el tratamiento supresivo(9-10).
Deben considerarse ciertos factores como la dosis de tiroxina y los niveles de tirotropina al analizar
estos estudios con datos discordantes, además de tener en cuenta aspectos relacionados con el diseño
de los estudios.
En relación con las dosis fisiológicas de tiroxina Schneider y colaboradores demostraron en un
estudio con 991 mujeres post menopáusicas (196 casos y 795 controles) que dosis diarias de tiroxina
mayores de 1.6 mcg/kg durante un promedio de 20 años se asociaban con disminución significativa
de la DMO en radio, cuello femoral y columna lumbar. Los estrógenos demostraron ser un factor
protector contra la pérdida ósea.
Enfermedades reumáticas
Las enfermedades reumáticas frecuentemente cursan con osteoporosis. Los pacientes con enfermedad
reumática crónica han de considerarse como de alto riesgo y la osteoporosis es una complicación
importante que puede determinar morbilidad a corto y largo plazo.
En su patogenia participan mecanismos relacionados con la enfermedad de base y otros son
iatrogénicos.
En pacientes con artritis reumatoide juvenil, participan varios mecanismos. La actividad inflamatoria
sinovial promueve la actividad osteoclástica inicialmente en zonas periarticulares e interfiere con la
actividad de los osteocitos, también se ha demostrado que estos pacientes presentan niveles bajos de
osteocalcin que es un promotor de formación ósea. La disminución de la actividad física y la
desnutrición crónica son otros factores que inhiben el normal proceso de mineralización ósea.
Adicionalmente, drogas tales como los esteroides, aines y metotrexate pueden inducir osteopenia. Se
observa especialmente en formas severas de enfermedad y se considera marcador de actividad.
La osteoporosis en espondilitis anquilosante, es una complicación grave y multifactorial. Los
mecanismos relacionados con la inflamación crónica, el sedentarismo y las medicaciones son los más
importantes. Presentan menor DMO y una mayor frecuencia de fracturas vertebrales, que contribuyen
a la progresión de la deformidad del raquis.
En la dermatomiositis juvenil, el grado de postración del paciente y las dosis utilizadas de
osteoporosis son los principales factores de riesgo. Las fracturas pueden ser múltiples y oscurecer el
pronóstico del paciente.
La osteoporosis es frecuente en pacientes con Lupus eritematoso sistémico. La corticoterapia juega
un papel importante en la patogenia del problema. Pero también condicionan osteopenia factores tales
como: actividad inflamatoria sistémica crónica, la artritis lúpica, sedentarismo y la nefropatía que
puede conducir la falla renal crónica.
Por las razones anteriormente expuestas, se considera que los pacientes reumáticos son de alto riesgo
y que están justificadas medidas profilácticas tales como: suplencia de calcio y vitamina D, promover
la actividad física regular, la utilización de drogas “ahorradoras” de esteroides y el monitoreo
periódico de DMO.
https://encolombia.com/medicina/revistas-medicas/reumatologia/vol-821/reuma82-01-
aspectos2/2/
7) TEST DE LABORATORIO
Manifestaciones óseas La forma clásica de afectación ósea en el HPP 1º es la osteítis fibrosa quística,
que se manifiesta clínicamente como lesiones quísticas óseas, deformidades esqueléticas y dolores
óseos, por lo que no es infrecuente que en un principio pueda ser diagnosticada erróneamente como
“reumatismo”, gota o incluso “ciática”. Radiológicamente, la osteitis fibrosa quística se caracteriza
por la presencia de desmineralización, erosión de la cortical ósea externa e interna, fracturas
patológicas y lesiones quísticas: La erosión de la cortical externa se conoce con el nombre de
resorción subperióstica y puede encontrarse en cualquier localización del esqueleto, aunque, de
existir, donde mejor se visualiza es en el borde radial de las falanges medias, donde hay una pérdida
del suave contorno externo con desflecamiento. Lesiones similares pueden observarse en la clavícula,
sínfisis del pubis y articulaciones sacroilíacas. La desmineralización, suele presentar un aspecto
moteado característico en “sal y pimienta”, y se localiza típicamente a nivel del cráneo. Con respecto
a las lesiones quísticas óseas, éstas pueden ser de dos tipos: quistes óseos verdaderos y tumores
pardos, pudiendo provocar los primeros grandes deformidades óseas típicamente a nivel mandibular.
Ambos se comportan idénticamente desde el punto de vista radiológico, por lo que su diferenciación
será eminentemente histológica. Por otro lado, es importante tener en cuenta en relación a este tipo
de lesiones, que mientras los tumores pardos se resuelven al corregir el HPP 1º, los quistes óseos
verdaderos suelen permanecer de forma indefinida. Actualmente, el cuadro clásico descrito de osteitis
fibrosa quística es poco frecuente, observándose en menos del 10% de los pacientes, y siendo evidente
sólo en las formas severas de HPP 1º. Hoy en día la manifestación ósea más frecuente es la osteopenia
difusa, evidenciable radiológicamente como osteoporosis, pero clínicamente silente aunque con un
riesgo aumentado de sufrir fracturas patológicas. De hecho, se ha comprobado con técnicas
densitométricas, que más del 30% de los pacientes diagnosticados de HPP 1º, tienen pérdida mineral
incluso en las formas asintomáticas, por lo que la osteopenia puede considerarse como manifestación
subclínica de la enfermedad. Otras localizaciones de esta osteopenia serían la afectación precoz del
cráneo, de las falanges y de las clavículas.
El diagnóstico definitivo de la osteopatía renal se hace mediante estudio histológico de la biopsia ósea
El único que guarda una razonable correlación, aunque no excelente, con los parámetros histológicos
es la PTH intacta.
Las medidas del calcio plasmático total, calcio ionizado y fósforo no pueden distinguir la osteítis
fibrosa de otros tipos de enfermedad ósea, concretamente de la osteomalacia y la enfermedad ósea
adinámica.
La medida de la isoenzima ósea de la fosfatasa alcalina se correlaciona aceptablemente con los
parámetros histomorfométricos de resorción, por lo que puede ser un marcador a considerar Otros
parámetros, como la osteocalcina o los metabolitos de vitamina D no aportan datos de interés para el
diagnóstico.
La hidroxiprolina , Es un aminoácido presente en el colágeno y excretado por orina. Sus
niveles aumentan en períodos de alto recambio óseo.
En edad avanzada se detecta mayor excreción por descomposición del colágeno.
Existe un ritmo diurno de excreción.
La excreción excesiva de hidroxiprolina se produce por un error congénito del metabolismo.
Normalmente se excretan como complejos peptídicos
Evaluación de la actividad resortiva del hueso de gran utilidad en el diagnóstico de
osteoporosis y como marcador de procesos malignos.
Junto con la fosfatasa alcalina (fracción ósea), la hidroxiprolina es un marcador de la respuesta
al tratamiento en la enfermedad de Paget.
Osteocalcina La Osteocalcina [bone Gla protein (BGP)], la proteína no colágena más importante de
la matriz ósea, es una proteína especifica ósea dependiente de la vitamina K y fijadora del calcio.
Durante la formación de los huesos, la osteocalcina se sintetiza a partir de los osteoblastos.
Al ser liberada por los osteoblastos, la osteocalcina se incorpora a la matriz ósea y se secreta al flujo
sanguíneo. Como consecuencia el nivel sérico de la osteocalcina está directamente relacionado con
la velocidad de recambio óseo, lo cual se manifiesta particularmente en el caso de la osteoporosis, en
el hiperparatiroidismo primario y secundario, y en la enfermedad de Paget. La concentración sérica
de osteocalcina está aumentada en estos pacientes. Por esta razón, la osteocalcina se considera un
marcador de la velocidad de recambio óseo y se la emplea con este fin.
http://revistanefrologia.com/es-monografias-nefrologia-dia-articulo-alteraciones-del-metabolismo-
mineral-40
http://seorl.net/PDF/cabeza%20cuello%20y%20plastica/143%20-
%20HIPERPARATIROIDISMO%20PRIMARIO%20Y%20SECUNDARIO%20CL%C3%8DNI
CA%20Y%20MEDIOS%20DE%20EXPLORACI%C3%93N.pdf
CONCLUSIONES
Algunas de las enfermedades cronicas que desencadenan la osteoporosis son: los sindromes
de malabsorción; desordenes de apetitos; enfermedades reumáticas; le enfermedad
autoinmune lupus eritematoso.