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FERNANDO GONZALEZ

Abril 24 de 1895 - Febrero 16 de 1964

Filósofo, Abogado y Escritor Colombiano, Hijo de Daniel González, maestro y agricultor, y

Pastora Ochoa, de pensamiento avanzado y crítico de la sociedad de su época con un espíritu

original y rebelde.

En 1917 se graduó como bachiller en filosofía y letras de la Universidad de Antioquia, y en

1919 la misma institución le otorgó el título de abogado

En 1922 contrajo matrimonio con Margarita Restrepo Gaviria, De esta unión hubo cinco

hijos, cuatro hombres y una mujer: Álvaro, Ramiro, Pilar, Fernando y Simón.

En 1957 se refugió en el país que inventó para sí, con el fin de protegerse de ese otro que

temía sus pensamientos. A la finca de su propiedad ubicada en Envigado, inicialmente la llamó

La huerta del alemán, como un sinónimo de filosofía de grande vuelo, pero después le cambió el

nombre para expresar de forma directa su relación con el lugar, y la llamó Otraparte

Su pensamiento se centra en el hombre colombiano, su personalidad, esfuerzo y expresión, y

por ende en el hombre latinoamericano, el cual debe desarrollar una fuente de individualismo, ya

que sólo estos elementos le permiten emerger de su situación anónima. Critica la vanidad

latinoamericana, porque es falta de sustancias. Llama a los colombianos y latinoamericanos a la

Egoencia o facultad de expresar con gran energía su personalidad

Nada de lo que escribió está desvinculado de su experiencia concreta de hombre.

Sus libros no fueron "pensados" sino padecidos, nacieron como respuestas al deseo, por

imperativos de comunicación, de objetivar sus vivencias, de resolver sus conflictos con la

realidad

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Buscaba siempre la individualidad; veía en los latinoamericanos la raza universal, que no

debía imitar a los extranjeros, sino ser autónoma; no debía avergonzarse sino enorgullecerse y

creerse capaz.

El 16 de febrero de 1964 Fernando González murió de un infarto en Envigado.

Como novelista publicó las ya citadas Don Mirocletes (1932) y Tragicomedia del padre Elías

y Martina la Velera (1962).

Como ensayista y pensador publicó: Pensamientos de un viejo (1916), Viaje a pie (1929), Mi

compadre Juan Vicente (1932), El hermafrodita dormido (1933), Cartas a Estanislao (1935), El

remordimiento (1935), El maestro de escuela (1941), Santander (1954), Los negroides (1956), El

libro de los viajes y de las presencias (1959), Problemas de teología moral, Mi Simón Bolívar

(1969), Poncio Pilatos envigadeño y El entierro de don Tomás (comedia), entre otros. [Ver tomo

5, Cultura, p. 165].

Cronología

1895 nació.

1910 fue expulsado del colegio de los jesuitas cuando terminaba el cuarto año.

1915 hizo parte del grupo los Panidas.

1911, escribió Pensamientos de un viejo y lo publicó por entregas en el periódico La

Organización de Medellín.

1919 presentó su tesis de grado titulada Derecho a no obedecer.

1928 fue nombrado Juez Segundo del Circuito de Medellín.

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1929, producto de un viaje que realizó por algunas regiones del país, apareció en París la obra

Viaje a pie.

1932 la misma obra fue traducida al francés.

1932 fue nombrado Cónsul de Colombia en Génova.

1954 publicó en Bogotá el libro Santander.

1954 varios escritores e intelectuales europeos y norteamericanos lo nominaron para el

Premio Nobel de Literatura, pero la Academia Colombiana de la Lengua se negó a adelantar los

trámites respectivos y, en su lugar, postuló a don Ramón Méndez Pidal.

1957 se refugió en Otraparte.

1962 apareció su último libro: Tragicomedia del padre Elías y Martina la Velera.

1964 murió.

A que se refiere en su expresión Otraparte

Se refiere a su refugio, un país que el invento para sí, con el fin de protegerse de ese otro que

temía sus pensamientos. Quizá porque el país lo trató como si fuera de otra parte y no como el

pensador auténtico que fue capaz de mirar la realidad y esencia de nuestra nacionalidad.

A la finca de su propiedad ubicada en Envigado, inicialmente la llamó La huerta del alemán,

como un sinónimo de filosofía de grande vuelo, pero después le cambió el nombre para expresar

de forma directa su relación con el lugar, y la llamó Otraparte, donde la naturaleza le brindó la

comprensión y entendimiento que el país de nación le negó. Su pensamiento, original y

auténtico, causó temor a muchos, que se negaron a ver en sus obras una reflexión sobre el ser

colombiano y sobre el ser de América Latina.

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