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Instituto Politécnico de la Salud.

“Luis Felipe Moncada”

Departamento de Bioanálisis Clínico.

Seminario de graduación para optar al título de licenciatura en


Bioanálisis Clínico.

Tema: Pruebas diagnósticas.

Subtema: Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

Autoras:

Bra. Dayanara Quintero Mendoza.


Bra. Indira Fernández Gutiérrez.
Bra. Josseling Carballo Gaitán.

Tutor: Msc. César Cuadra Sánchez.


Microbiólogo

Managua, marzo 2019.


DEDICATORIA

A nuestro padre celestial por brindarme salud, sabiduría y fortaleza para culminar mi carrera
universitaria.

A mis padres y hermana por ser los principales pilares en mi desarrollo personal,
brindándome apoyo incondicional en cada etapa de mi vida.

A Ramces por cuidarme en mis 5 años de estudio y ayudarme en mis tareas académicas.

Dayanara Quintero Mendoza.


DEDICATORIA

A Dios por ser mi ayuda y fortaleza.

A mi esposo por su comprensión, atención, paciencia y su amor hacia mí en cada etapa de


mi carrera.

A mi madre por permitirme el milagro de la vida y brindarme la oportunidad de desarrollarme


en una carrera profesional.

A mi padre (que en paz descanse), por inculcarme valores que me impulsaron a ser una mejor
persona.

Indira Fernández Gutiérrez.


DEDICATORIA

A Dios por regalarme sabiduría, fuerza, y fortaleza para lograr esta meta importante en mi
vida.

A mi madre por su amor, dedicación, sacrificios y apoyo incondicional.

A mi madrina por su cariño y apoyo brindado.

Josseling Carballo Gaitán.


AGRADECIMIENTOS

A Dios, por brindarnos la oportunidad de vivir, por concedernos salud, sabiduría y


entendimiento para la realización de este trabajo.

A nuestro tutor Msc. César Cuadra y nuestra asesora Msc. Katherine Herrera, por inculcarnos
valores importantes para nuestro desarrollo laboral.

A nuestros docentes quienes nos han brindado todo su conocimiento a fin de prepararnos
para nuestro futuro laboral como Bioanalistas.

A nuestra directora del departamento de Bioanálisis Clínico, Msc. Ligia Lorena Ortega por
apoyarnos en cada una de nuestras etapas estudiantiles y siempre estar dispuesta a transmitir
sus conocimientos.

A todas las personas en general que de alguna u otra manera creyeron en nosotros y
sembraron para que alcanzáramos este logro, a todos ustedes nuestro amor y agradecimiento.
VALORACIÓN DEL TUTOR

Las Hepatitis son un grupo de enfermedades virales caracterizadas por producir inflamación
del hígado. La infección por estos virus eleva las transaminasas y solo en algunos casos
aparecen síntomas.

La Hepatitis C es una enfermedad de prevalencia a nivel mundial, con un gran número de


incidencia en muchos grupos sociales, lo que la hace un problema de salud pública que
requiere atención prioritaria. La infección por Hepatitis C habitualmente avanza lentamente
en un periodo de muchos años y entre 5% y 15% de los pacientes con Hepatitis crónica
pueden pasar a desarrollar cirrosis hepática en un periodo de 20 años.

Estas cifras marcan la importancia y hacen un llamado a realizar promoción y difusión acerca
del diagnóstico precoz de esta enfermedad, el cual puede prevenir problemas de salud
derivados de esta infección y evitar también la transmisión del virus.

En calidad de tutor del seminario de Graduación realizado por las estudiantes: Dayanara
Quintero, Indira Fernández, Josseling Carballo. Para optar por el título de Licenciadas en
Bioanálisis Clínico, cuyo tema a presentar es: Pruebas Serológicas De La Infección Por El
Virus De Hepatitis C.

Msc. César Cuadra.

Microbiólogo

Tutor.
Índice
DEDICATORIA .................................................................................................................... i
DEDICATORIA ................................................................................................................... ii
DEDICATORIA .................................................................................................................. iii
AGRADECIMIENTOS....................................................................................................... iv
VALORACIÓN DEL TUTOR ............................................................................................ v
RESUMEN ............................................................................................................................ 1
I. INTRODUCCIÓN ......................................................................................................... 2
II. JUSTIFICACIÓN................................................................................................... 4
III. OBJETIVOS ........................................................................................................... 5
IV. DISEÑO METODOLÓGICO ............................................................................... 6
V. Desarrollo ....................................................................................................................... 7
5.1. Generalidades de la Hepatitis ................................................................................ 7
5.1.1. Descubrimiento y taxonomía del virus de la Hepatitis C .................................... 7
5.4. Manifestaciones clínicas de la enfermedad por Hepatitis C ............................. 12
5.5. Epidemiología de la Hepatitis C .......................................................................... 13
5.6. Diagnóstico del virus de la Hepatitis C ............................................................... 14
Radioinmunoensayo (RIA) .................................................................................. 19
Enzimoinmunoanálisis de absorción (ELISA) ................................................... 19
Western Immunoblot ........................................................................................... 21
Pruebas de inmunocromatografía....................................................................... 22
5.7. Protocolo de diagnóstico ...................................................................................... 25
VI. Conclusiones .......................................................................................................... 28
VII. BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................. 30
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

RESUMEN

En esta investigación se abordan las generalidades del virus de la Hepatitis C y su


fisiopatología destacando las pruebas diagnósticas que son utilizadas en la infección por
Hepatitis C, sus principios de reacción, el protocolo de diagnóstico de esta enfermedad y las
características principales del virus.

El diseño de esta investigación se basó en documentos de tipo descriptivo, donde se


describían los procesos para el diagnóstico y monitoreo de la enfermedad. Para obtener la
información se utilizaron documentos encontrados en sitios web, libros, artículos de revisión,
etc. Para la elaboración del documento, levantado de texto y procesamiento de las
presentaciones de diapositivas a exponer se utilizó Word Y Power Point 2010.

Finalmente se concluye que a pesar de que en la mayoría de los casos los pacientes con
Hepatitis C cursan asintomáticos y el sistema inmunitario se encarga de resolver la infección
por sí solo, es importante destacar que los pacientes con Hepatitis C pueden evolucionar a
Hepatitis crónica y terminar en Cirrosis y Hepatocarcinoma y por ende es importante llevar
a cabo un protocolo de diagnóstico para el paciente con Hepatitis C el cual, va relacionado
con la etapa de la enfermedad y en la mayoría de los casos es diagnosticado de manera casual
en un chequeo rutinario. Las pruebas diagnósticas para la Hepatitis C son de gran utilidad
para el monitoreo del tratamiento, ver la evolución de la enfermedad y evitar el contagio.
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

I. INTRODUCCIÓN

El termino Hepatitis que proviene del griego hepar que significa hígado, se refiere a todas las
enfermedades que de una manera u otra inflaman el hígado. La Hepatitis vírica propia de los
humanos es producida por el efecto de varios tipos de virus comunes de Hepatitis por el virus
A, por el virus B y por el virus C, que antes era conocida como Hepatitis no A/ no B y su
única relación entre si es que todas afectan el hígado.

El virus de la Hepatitis C (VHC) es considerado un problema de salud pública a nivel


mundial. Es un virus perteneciente a la familia: Flaviviridae, conteniendo en su interior un
ARN de tipo monocatenario, codificante de una poliproteína de 3,000 aminoácidos que dan
lugar a las principales proteínas virales que tienen importancia en la aplicación de los
métodos diagnósticos para esta enfermedad.

Este virus generalmente causa afectación de tipo aguda o crónica, aunque en la mayoría de
los casos los pacientes cursan asintomáticos, puede ser causante de Cirrosis hepática y
Hepatocarcinoma.

En la actualidad la Hepatitis C es una de las enfermedades con más prevalencia a nivel


mundial (seguida del Virus De Inmunodeficiencia Humana, VIH), estimando que el 3% de
la población mundial se encuentran infectados con este virus. OMS, 2017.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que aproximadamente hay 71


millones de personas con infección crónica por el VHC, con regiones más afectadas en el
Mediterráneo Oriental y Europa.

A diferencia de otras enfermedades crónicas y de curso grave, la Hepatitis C puede curarse


en más del 95% de los casos sin dejar efectos secundarios en el paciente. Sin embargo, es
importante destacar que 3 de cada 4 pacientes infectados desconocen tener la infección.

En el diagnóstico de la Hepatitis C, se utilizan una gran variedad de pruebas, entre las cuales
destacan: Pruebas Bioquímicas como Transaminasas, Gamma Glutamil Transferasa (GGT),
Tiempos De Coagulación, Albumina y Bilirrubina, Pruebas Serológicas para la detección de
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

Anticuerpos contra el virus como (pruebas inmunocromatográficas, western Immunoblot,


ELISAS y Pruebas de Radio Inmunoensayo) y Pruebas Moleculares.

En este trabajo se evaluarán principalmente los métodos para el diagnóstico de la infección


por el virus de la Hepatitis C, sus características, principios y la relación costo-beneficio que
tiene para el paciente.
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

II. JUSTIFICACIÓN

El diagnóstico temprano de la Hepatitis C es de gran importancia no solo para el tratamiento


del paciente, sino también para la disminución de los casos por infección. Es importante
monitorear la actividad hepática en pacientes con cuadros agudos y crónicos, para evitar su
evolución a cirrosis hepática o hepatocarcinoma.

A pesar de que la incidencia de Hepatitis C está distribuida ampliamente a nivel mundial son
pocos los casos que se diagnostican debido a la desinformación en el área de la salud.

Con el siguiente trabajo se pretende dar a conocer los métodos utilizados para el diagnóstico
de la infección por el virus de la Hepatitis C, sus fundamentos y el protocolo de diagnóstico
en la Hepatitis C.

Como estudiantes de Bioanálisis Clínico queremos destacar la importancia del diagnóstico


de las enfermedades, especialmente aquellas con prevalencia a nivel mundial y que
comprometen de manera importante la vida del paciente.
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

III. OBJETIVOS

Objetivo General:

Describir los métodos para el diagnóstico de la infección por el virus de la Hepatitis


C.

Objetivos Específicos:

Explicar las generalidades del virus de la Hepatitis C.


Exponer la fisiopatología de la enfermedad por el virus de la Hepatitis C.
Exponer las pruebas de laboratorio que se deben de solicitar para el diagnóstico de la
infección por el virus de la Hepatitis C.
Detallar el protocolo de diagnóstico de la infección por el virus de la Hepatitis C.
Definir la utilidad de los métodos diagnósticos para la infección por el virus de la
Hepatitis C.
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

IV. DISEÑO METODOLÓGICO

En el proceso de elaboración de este trabajo se reunieron diferentes fuentes de información


referentes al tema: “Pruebas diagnósticas para el virus de la Hepatitis C”, para así poder
definir el enfoque en que se enmarca la investigación que es de carácter documental.

El tipo de investigación que se desarrolló es de carácter documental, pues se hizo un registro


detallado de los métodos diagnósticos para Hepatitis C.

Técnicas para recolección de la información

Para la obtención de la información nos basamos en investigaciones (artículos, revisiones


médicas, boletines informativos de la OMS y OPS) y su veracidad radica en informes e
investigaciones y su prueba se justifica en documentos auténticos.

Procesamiento de la investigación

Para la edición de este trabajo se utilizó el software Microsoft Word, para la escritura y la
redacción del trabajo. Para el diseño de las presentaciones a exponer se utilizó el programa
Microsoft Power Point. Se tuvo cuidado en no registrar datos individuales que afecten la
identidad de personas ni de instituciones guardando la ética y la confidencialidad de la
información en el caso que lo ameritaba.
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

V. Desarrollo

5.1.Generalidades de la Hepatitis

La causa más frecuente que provoca Hepatitis es una infección vírica, pero también puede
ser provocada por agentes químicos o venenos, efectos de alguna medicina, anestésicos,
drogas, bacterias o toxinas bacterianas, enfermedades producidas por amibas, infecciones
parasitarias, por la existencia de litiasis en la vesícula, entre otras y es por lo que las Hepatitis
se dividen en infecciosas y no infecciosas, pero la que es padecida mayormente es la de tipo
infecciosa. (Gómez, 2003). El virus de la Hepatitis encierra, al menos seis virus (A, B, C, D,
E y G); en todos los casos el órgano afectado es el hígado y los síntomas básicos son
semejantes, pero presentan grandes diferencias en su estructura, mecanismo de replicación y
mecanismo de transmisión, así como la evolución temporal y las secuelas que esta provoca.
Los virus de la Hepatitis A y B son los representantes clásicos de este grupo, los virus de las
Hepatitis C, D, G, E, se denominan virus de la Hepatitis no A no B. (Murray, 1990). Los
virus de la Hepatitis producen una inflamación en el hígado provocando enfermedad clínica
caracterizada por fiebre, síntomas digestivos como náusea, vomito, ictericia y secreción de
enzimas hepáticas, durante la enfermedad aguda se observan lesiones histopatológicas en el
hígado sin importar el tipo de virus. (Jawetz, 2010).

El virus de la Hepatitis C está muy extendido, existiendo mas de 170 millones de personas
portando la enfermedad, se transmite por las mismas vías que la Hepatitis B, pero acostumbra
a provocar una infección crónica.

5.1.1. Descubrimiento del virus de la Hepatitis C

En la década de 1970 las pruebas de serología utilizadas para diagnosticar Hepatitis A y B,


indicaron que la mayoría de las transfusiones sanguíneas que estaban relacionadas con el
contagio de Hepatitis, no fueron causadas con ninguno de estos tipos de Hepatitis, por lo cual
se llamó “Hepatitis no A-no B”. (Choo, 1989). El virus de la Hepatitis C se identificó en 1989
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

cuando se aisló un ARN vírico de un chimpancé infectado con la sangre de una persona con
Hepatitis no A no B, dicho ARN fue convertido en ADN por una transcriptasa inversa, se
expresaron sus proteínas y se utilizaron anticuerpos de personas con Hepatitis no A no B para
detectar proteínas víricas. Estos estudios llevaron al desarrollo de pruebas ELISA, genómicas
y de otro tipo para la detección del virus. Debido a sus características biológicas y genéticas
se clasifica en la familia Flaviviridae, en el género Hepacivirus. (Murray, 1990).

5.1.2. Características estructurales


El virus de la Hepatitis C es el único representante del género Hepacivirus de la familia
Flaviviridae. Es un virus de tipo ARN de polaridad positiva, envuelto y esférico, midiendo
aproximadamente de 30-60nm. El genoma de este virus contiene 9100 nucleótidos y codifica
10 proteínas, incluyendo dos glucoproteínas (E1, E2) que se van codificando a lo largo de la
infección debido a la existencia de sitios de alta variabilidad en sus genes. (Murray, 1990).
Al extraer el virus a partir de plasma infeccioso mediante disolventes lipídicos como el
cloroformo, se inactivó el virus indicando así que los lípidos son una parte importante de su
estructura y se presume que forma parte de la envoltura, de igual manera el calor, formol y
luz ultravioleta terminan con sus propiedades biológicas. (Gómez, 2003). Por analogía de
otros miembros de la familia Flaviviridae, se cree que el virus de la Hepatitis C podría adoptar
una estructura icosaédrica. Sin embargo, algunos datos sugieren que el virus de la Hepatitis
C tiene una estructura pleomórfica, con las glucoproteínas E1 y E2 incrustadas en la
membrana lipídica derivada el retículo endoplasmático de la célula del huésped.
(Koutsoudaskis, 2013).

5.1.3. Ciclo de vida del virus de la Hepatitis C


Este virus replica preferentemente en el citoplasma de los hepatocitos, pero también se ha
encontrado presente en otros tipos de células como en las células mononucleares de sangre
periférica, células dendríticas o sistema nervioso central. Su partícula viral circula libre o
unida a lipoproteínas y el mecanismo exacto por el cual este virus alcanza el citoplasma e
inicia la replicación no se conoce de manera precisa. (Koutsoudaskis, 2013).
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

La interacción inicial del virión con la membrana celular esta mediada por
glucosaminoglucanos como el heparán sulfato los cuales ayudan a concentrar el virus en la
superficie celular, (al existir una asociación entre el virus de Hepatitis C y las lipoproteínas
se cree que el receptor LDL puede participar en la entrada del virus a los hepatocitos). A
continuación, el virus de la Hepatitis C interacciona de manera específica y secuencial con
el SR-B1 (scanvenger receptor B1), la tetraspanina CD81 y las proteínas de las uniones
estrechas, claudina-1 y ocludina. Al transcurrir la unión el virus de la Hepatitis C entra a los
hepatocitos por endocitosis dependiente de clatrina, la fusión de la envuelta del virus con la
membrana del endosoma tiene lugar en los endosomas tempranos y es un proceso mediado
por el pH ácido de los endosomas. Después de la desencapsidación el ARN viral es liberado
al citoplasma y dirigido por el IRES de la región 5¨, se traduce directamente dando lugar a
una única proteína que es procesada por proteasas celulares y virales. (Koutsoudaskis, 2013).

Las proteínas virales forman el complejo de replicación el cual es un complejo multi proteico
asociado a membranas intracelulares, esta red de membranas se encuentra muy próxima a la
membrana del retículo endoplasmático, sugiriendo que deriva de este compartimento. Dentro
de este complejo, el ARN de polaridad positiva es copiado a un ARN complementario de
polaridad negativa, el cual sirve de molde para la síntesis de la progenie de ARN genómico
de polaridad positiva, estos ARN genómico servirán para la síntesis de nuevos ARN
complementarios negativos, para la traducción o serán encapsidados. El modelo actual de
ensamblaje de las partículas virales postula que las nucleocápsides formadas en el citoplasma
adquieren la envuelta de glucoproteínas mientras brotan a través de la vía de secreción
celular. (Koutsoudaskis, 2013).

5.2.Fisiopatología de la Hepatitis C

La capacidad del virus de la Hepatitis C de permanecer asociado a las células y evitar la


muerte celular favorece una infección persistente, aunque más adelante acaba provocando
una hepatopatía. La inmunopatología celular es la principal responsable de la aparición de
las lesiones tisulares. La extensión de la infiltración linfocitaria, la inflamación, la fibrosis
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

porta y periporta y la necrosis lobular en las biopsias hepáticas es empleada para clasificar la
gravedad del virus. Se ha sugerido que la continua reparación del hígado y la inducción de la
proliferación celular que se produce durante una infección crónica por el virus de la Hepatitis
C constituyen factores predisponentes al desarrollo del complejo principal de
histocompatibilidad. Los anticuerpos frente al virus de la Hepatitis C no asignan ninguna
protección y los resultados obtenidos en infecciones experimentales en chimpancés indican
que la inmunidad frente al virus quizá no dure toda la vida. (Murray, 1990).

La mayoría de los casos de Hepatitis suelen tener un curso asintomático, sin embargo,
aproximadamente el 80% de los casos evolucionan a una Hepatitis crónica, y el 20% restante
cursa una infección aguda sin mayores complicaciones. (OMS, 1997).

Infección aguda

En pacientes con transfusiones sanguíneas que han sido infectados con hepatitis C, suele
detectarse el virus en las primeras 3 semanas luego de la transfusión. Entre el 60 y 70% de
los pacientes cursan asintomáticos, o presentan manifestaciones clínicas inespecíficas que
pueden asociarse a un daño hepático moderado. (Romero, 2007). La fase de replicación viral
es en el hígado, y luego de varios meses la infección puede resolverse debido a una
declinación del virus. La hepatitis fulminante es muy rara.

En la mayoría de los casos la infección aguda puede evolucionar a etapa crónica, aunque se
ha encontrado una estrecha relación con la enfermedad y la respuesta celular del organismo,
frente a antígenos virales en el individuo.

Infección crónica

Aproximadamente el 85% de los casos de pacientes contagiados con Hepatitis C, suelen ser
por transfusiones sanguíneas y un 15% son de manera esporádica, siendo los grupos de riesgo
más comunes aquellas personas con uso de inyectables de manera insegura (drogadictos) y
personal de la salud. Estos pacientes pueden evolucionar a etapa crónica, lo cual los hace
portadores del virus. En la mayoría de los casos los niveles de transaminasas están normales
y no presentar sintomatología por largos periodos de tiempo, sin embargo, la funcionalidad
del hígado y el daño hepático va aumentando con el pasar del tiempo, lo cual tiende a terminar
en cirrosis Hepática, o Hepatocarcinoma. (Romero, 2007).
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

Lo característico en los pacientes que presenta Hepatitis C en etapa crónica son los niveles
de transaminasas y albumina elevados, así como la cantidad de viriones en el organismo.

5.2.1. Respuesta inmunológica

El organismo produce anticuerpos contra las diferentes proteínas del virus, los cuales están
presentes en pacientes con infección actual y en aquellos en donde la infección ha sido
eliminada.

En la elevación de las transaminasa y pruebas del perfil hepático, así como la presencia de
los anticuerpos en el suero del paciente, suele interpretarse como una infección activa. Sin
embargo, en pacientes con anticuerpos positivos y perfil hepático normal se recomienda
realizar una determinación de ARN de VHC, para descartar la infección.

Los anticuerpos antiproteína de la cápside son los primeros en detectarse durante la infección.
En el caso de anticuerpos contra la glucoproteína de envoltura, pueden ser detectados, pero
en un porcentaje muy bajo, debido a varios factores, pero primordialmente a la ausencia de
un test serológico específico para este tipo de glucoproteína.

Es importante destacar que en algunos pacientes puede tomarse hasta un año


(aproximadamente) el inicio de la sintomatología.

La respuesta inmunológica contra el VHC es policlonal y multiespecífica en términos de


anticuerpos y de respuesta inmunológica celular. Los individuos que se recuperan de una
infección aguda tienen una respuesta proliferativa de células T CD4+ más vigoroso contra
una o más proteínas del VHC, comparada con los pacientes que sufren una enfermedad
crónica. Las células T CD8+ participan en limitar la replicación viral. Estas respuestas son
insuficientes para erradicar el virus, permiten que se establezca la infección crónica y el
subsecuente daño hepático. La carga viral en el hígado se correlaciona en forma inversa con
la respuesta inmunológica específica al virus; si ocurre una insuficiente o inadecuada
respuesta de células T (CD4+ y CD8+) específicas del virus, el ARN-VHC persiste en células
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

T hepáticas, situación que se observa incluso en individuos que alcanzan respuesta viral
sostenida. (Gutiérrez, 2008).

El virus de la hepatitis C ha desarrollado varias estrategias para evitar la erradicación mediada


por las células T, incluyendo la interferencia con la vía de aparición de las moléculas de
histocompatibilidad clase I del huésped o teniendo un escondite en células a las que les falta
la expresión de moléculas de histocompatibilidad clase I. Bajo intensa inmunosupresión, la
reactivación de la replicación viral puede ocurrir y es una amenaza para el huésped.

5.2.2. Manifestaciones clínicas de la enfermedad por Hepatitis C

El hígado desempeña funciones esenciales en la homeostasis de las proteínas, los hidratos de


carbono y los lípidos. Las vías metabólicas de la glucólisis, el ciclo de Krebs, la síntesis y
degradación de aminoácidos, y los procesos de fosforilación oxidativa se llevan a cabo en los
hepatocitos, que son células bien dotadas de mitocondrias. El hígado posee un extenso
sistema reticuloendotelial en el cual se sintetizan y se destruyen células sanguíneas. Las
células hepáticas metabolizan, eliminan la toxicidad y excretan compuestos de manera
endógena y exógena. Los productos hidrosolubles del metabolismo de nutrientes y toxinas
se excretan hacia el árbol biliar, al igual que las sustancias que colaboran en el proceso de la
digestión, como los ácidos biliares. (Gaw, 2013). La enfermedad hepática aguda puede ser
ocasionada por intoxicación, infección, perfusión inadecuada.

En cuanto a la evolución de las lesiones hepáticas agudas pueden ser de tres maneras
diferentes: curación, como ocurre en la mayoría de los casos, progresión hacia una
insuficiencia hepática aguda y progresión hacia lesiones hepáticas crónicas. La infección
hepática puede ser por bacterias y virus los cuales pueden originar hepatitis infecciosa, una
enfermedad que puede provocar muertes en la población a nivel mundial. Las infecciones
más frecuentes son debidas a los virus de la hepatitis de tipo A, B y C.

Cuando alguien se infecta con el virus de la hepatitis C, éste invade el organismo y


primariamente reside en la células hepáticas (hepatocitos). Una vez producida la infección,
el cuerpo comienza a producir anticuerpos para destruirlo; sin embargo, la mayoría de las
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

veces los anticuerpos no logran identificar adecuadamente al virus y la infección permanece


a largo plazo. De hecho, gran parte de las personas infectadas con este virus no saben que lo
están debido a que no experimentan síntomas. (Gómez, 2003).

Después de la exposición al virus, el período de incubación oscila entre 2 y 26 semanas.


Muchas personas sienten pocos o ningún síntoma durante la fase aguda de infección, la mayor
parte con el virus de la Hepatitis C crónico tampoco presenta síntomas y lleva una vida
relativamente normal. Sin embargo, otras personas experimentan síntomas leves semejantes
a los de la gripe, tales como náuseas, fatiga, fiebre, dolor de cabeza, vómitos, pérdida de
apetito, dolor abdominal y dolores musculares o articulares. Algunas personas llegan a sentir
síntomas similares a los de una gripe fuerte, acompañados de ictericia (donde la piel y la
orina se vuelven amarillentas) y decaimiento. (Gómez, 2003).

5.2.3. Epidemiología de la Hepatitis C


La Hepatitis es una enfermedad viral cuya afectación principal es al Hígado. La mayoría de
los casos de Hepatitis aguda se debe a uno de los cinco tipos diferentes de Hepatitis como tal
(A, B, C, D, E). (Jawetz, 2010). La infección por Hepatitis C es prevalente a nivel mundial.
Según la OMS (1997) se estimaba que alrededor del 3% de la población a nivel mundial se
encontraba infectado con este virus y los subgrupos de población en África tenían tasas de
prevalencia de hasta 10%. En Sudamérica y en Asia se encuentran otras zonas de gran
prevalencia. Se estima que hay más de 170 millones de portadores crónicos en todo el mundo
que corren el riesgo de presentar cirrosis hepática, cáncer hepático, o ambos y que más de
tres millones de ellos viven en Estados Unidos. El 80% de los pacientes infectados pueden
desarrollar hepatitis crónica, y el 20% restante cursan con cuadros agudos. A pesar de que la
mayoría de los pacientes son asintomáticos, la hepatitis puede evolucionar a Cirrosis
Hepática y Hepatocarcinoma.

La transmisión de la Hepatitis C es generalmente por exposición percutánea directa a la


sangre o por vía parenteral, aunque en 10 a 50% de los casos no se puede identificar la fuente
de este virus, sin embargo, existen otro tipo de mecanismos para adquirir esta enfermedad
como por ejemplo personas que utilizan inyectables como las drogas (alrededor de 80%), los
hemofílicos tratados con productos de factores de la coagulación antes de 1987, pacientes
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

que son sometidos a hemodiálisis crónicas como consecuencia a padecimientos renales


(10%), pacientes receptores de órganos, personas con prácticas sexuales inseguras (1%),
pacientes VIH positivos y en menor proporción al riesgo de infección se encuentra el personal
trabajador de la salud (1%). El virus se puede transmitir de la madre al lactante, aunque no
con la misma frecuencia que el HBV. Las estimaciones de la transmisión vertical materno
infantil varían de 3 a 10%. No se ha relacionado el riesgo de transmisión con la lactancia
natural. El HCV se detectó en la saliva de más de un tercio de los pacientes con infecciones
concomitantes por HCV y VIH. La población de Egipto tiene una prevalencia de HCV
elevada (alrededor de 20%). La transmisión se ha vinculado al intento (de la década de los
50 a la de los 80) de tratar la esquistosomiasis mediante múltiples inyecciones, a menudo con
agujas esterilizadas de forma inadecuada o reutilizadas. (Jawetz, 2010).

El contagio de Hepatitis C también es asociado a las prácticas medicinales de manera popular


(acupuntura) y con tatuajes, en sitios donde no se cumplen todas las normas sanitarias. De
manera vertical una mujer embarazada puede transmitir el virus al feto, sin embargo, no ha
sido relacionado el riesgo de trasmisión con la lactancia materna.

5.3. Diagnóstico del virus de la Hepatitis C


El diagnóstico de la Hepatitis C se establece por dos mecanismos uno clínico y otro de
laboratorio, en cualquiera de sus dos fases aguda y crónica. Dado que en la mayoría de los
casos la infección aguda es asintomática, pocos casos se diagnostican en esta fase y aun la
fase crónica puede mantenerse asintomática hasta mucho tiempo después que es donde
aparecen síntomas secundarios al daño hepático. Normalmente se le realizan pruebas a
candidatos a donaciones de sangre, órganos o que recibirán hemodiálisis, pero en otros casos
se diagnostica la infección de este virus de manera casual en un chequeo rutinario.

En orden de importancia se orientará la realización de pruebas como las de función hepática


entre las que tenemos, alanina aminotransferasa (ALT), glutamato oxalacetato transaminasa
(ASAT), fosfatasa alcalina, gammaglutamiltranspeptidasa, bilirrubinas, ácidos biliares,
albúmina sérica y tiempo de protombina complementan los datos clínicos. A continuación,
describiremos cada una de estas pruebas las cuales tienen su sensibilidad y especificidad
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

propia y cuando se utilizan de manera correcta se obtienen los mejores resultados desde el
punto de vista diagnóstico.

 Alanina amino tranferasa (ALAT) y glutamato oxalacetato transaminasa


(ASAT)
Entre estos análisis tenemos a las enzimas, de las cuales dos ocupan el primer lugar las cuales
son la alanina amino tranferasa (ALAT) que se encuentra en el citoplasma de los hepatocitos
periportales y tiene un elevado grado de especificidad hepática y la glutamato oxalacetato
transaminasa (ASAT) que además de encontrarse en el citoplasma y en las mitocondrias,
también está presente en otros tejidos como el cerebro, los riñones, musculo esquelético y
músculo cardiaco, donde alcanza su mayor concentración. Ambas elevan su concentración
en las hepatitis virales agudas (ALAT se eleva hasta 35 veces su valor normal y ASAT unas
15 veces), Cabe destacar que ASAT por su ubicación mitocondrial es un signo de mal
pronóstico cuando sus valores están por encima de los de ALAT. Últimamente la importancia
de estas enzimas ha sido puesta en duda por algunos investigadores, pero son unas enzimas
muy sensibles y constituyen un valioso marcador para controlar el progreso y la remisión de
la enfermedad. La determinación de ALAT se ha empleado como pesquisa en los donantes
de sangre, pues los valores en este grupo de personas se correlacionan muy bien con la
posibilidad de transmitir al receptor el virus de la hepatitis B y C. (Suardiaz, 2004).

 La fosfatasa alcalina (FAL)


Esta enzima se encuentra presente en el tejido hepático y oseo, sus valores se elevan
normalmente en toda la etapa que dura el crecimiento y durante el primer trimestre de
embarazo, también aumentan sus niveles en muchas enfermedades hepáticas y tienen un uso
específico en las obstrucciones biliares intrahepáticas y extrahepáticas por cualquier causa.
(Suardiaz, 2004). En los trastornos hepatobiliares, los incrementos son más predominantes
en condiciones obstructivas que en trastornos hepatocelulares. En contraste, los trastornos
hepatocelulares, como la hepatitis y cirrosis, muestran sólo incrementos ligeros, por lo
general menores que tres veces el límite superior normal.

 La gammaglutamiltranspeptidasa
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

Esta es otra enzima que se encuentra en varios tejidos además del hepático, en el hígado está
ubicada en las células epiteliales de los conductos biliares y sus concentraciones séricas se
correlacionan muy bien con las de la FAL. Se utiliza para determinar si la elevación de FAL
se debe a una enfermedad hepática (ambas se elevan) u ósea (Solo se eleva FAL). (Suardiaz,
2004).

 Bilirrubinas
A diario se producen 300mg de bilirrubina en el cuerpo humano. Más del 80% proviene de
la degradación de la hemoglobina que se lleva a cabo en el sistema retículo endotelial. La
bilirrubina que se forma allí viaja al hígado transportada por la albúmina (bilirrubina no
conjugada) y en este órgano, en los hepatocitos, se une al ácido glucurónico y forma el
glucurónido de bilirrubina (Bilirrubina conjugada). (Suardiaz, 2004).

Las bilirrubinas forman parte del grupo de pruebas diagnósticas de las enfermedades
hepáticas. Su indicación no está justificada si no se ha detectado desde el punto de vista
clínico, la presencia de ictericia, por lo que su valor como pesquisa es nulo. Los ícteros
enzimáticos constituyen una excepción; más que hiperbilirrubinemia, en ellos se tratan de
encontrar diferencias en las concentraciones de bilirrubina no conjugada y la conjugada, pero
con valores dentro del intervalo de referencias para ambas. (Suardiaz, 2004).

La fracción indirecta aumenta en los ictéricos pre hepáticos, que por lo general obedecen a
una destrucción excesiva de eritrocitos, como ocurre en las afecciones que se acompañan de
hemólisis. La fracción directa se eleva en las afecciones hepáticas parenquimatosas,
constituidas por las Hepatitis o cirrosis, en tales casos, la fracción directa, unida al ácido
glucurónico, atraviesa la barrera glomerular y aparece en la orina, lo que da lugar a la
bilirrubina(coluria). En los ictéricos obstructivos, el comportamiento de las bilirrubinas es
igual al que se observa en el daño hepatocelular o parenquimatoso. Sin embargo, el
urobilinógeno en la orina se comporta de manera diferente: está presente en los
parenquimatosos y está ausente en los obstructivos. (Suardiaz, 2004).

 Ácidos biliares
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

Los ácidos biliares son esteroides de 24 carbonos formados en el hígado a partir del
colesterol, y son el principal constituyente de la bilis. Cuando el sistema circulatorio
enterohepático está dañado, sus niveles en sangre se ven incrementados como resultado de
una mala eliminación hepática de la vena porta, causado por una disminución de la función
hepática. Así, los niveles de ácidos biliares en suero o plasma son un indicador muy sensible
de la función del hígado en todas las especies, reflejando el estado de las funciones de síntesis
hepática, secreción y reabsorción. Los ácidos biliares totales en suero están incrementados
en pacientes con hepatitis aguda, hepatitis crónica, esclerosis hepática y cáncer de hígado,
son indicadores de la capacidad excretora del hígado, más específicos que las bilirrubinas y
son más sensibles a los daños discretos. (Suardiaz, 2004).

 Albumina sérica
La concentración de la albúmina en suero disminuye cuando su síntesis se afecta ante la
presencia de enfermedades hepáticas, sobre todo crónicas. La hipoalbuminemia, aunque no
es la causa principal, es un factor contribuyente en la aparición de la ascitis. (Suardiaz, 2004).

Existen Pruebas hematológicas de alta sensibilidad y que las proteínas de la vía externa e
interna son de producción hepática y se alteran durante la enfermedad.

 Tiempo de protrombina
El grupo de proteínas sintetizadas por el hígado que incluye algunas que participan en el
proceso de la coagulación; además, la disminución de los ácidos biliares en la llegada al
intestino es también causa de interferencia en la síntesis de estas proteínas o factores. En este
caso se encuentra la protrombina factor(II). cuyo déficit puede causar trastornos de la
coagulación. De esta forma la determinación del tiempo de protrombina constituye un
importante índice de deterioró de la función hepática. (Suardiaz, 2004).

Continuando con el orden de pruebas, los análisis serológicos están disponibles para el
diagnóstico de la infección por el virus de la Hepatitis C. Entre los métodos más utilizados
tenemos los inmunoanálisis enzimáticos (EIA) que detectan anticuerpos contra el virus de la
Hepatitis C, pero no distinguen entre la infección aguda y la crónica o la que ya se resolvió.
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

Los anticuerpos contra el virus de la Hepatitis C se pueden detectar en 50 a 70% de los


pacientes al inicio de los síntomas, en tanto que en otros la aparición de anticuerpos tarda tres
a seis semanas. Los anticuerpos se dirigen contra proteínas estructurales y no estructurales
del virus de la Hepatitis C y tienden a mostrar títulos relativamente bajos.

Durante mucho tiempo en los laboratorios clínicos no especializados, se tenía como una
herramienta de diagnóstico virológico las pruebas serológicas, mediante pruebas de fijación
del complemento, aglutinación pasiva y Enzimo-inmunoanálisis. (Prats, 2005, p. 125). La
respuesta inmunitaria de un individuo nos ayuda a conocer el tipo de infección que ha sufrido
y la etapa de la enfermedad, con este objetivo se utiliza las pruebas de serología, ya que es
parte importante para la detección del agente causal de la infección, determinar su etapa
(primaria, aguda o crónica) y la evolución de esta. Toda esta información se obtiene a través
del título de anticuerpos. (Murray, P. 1990). Con estas pruebas, podemos fácilmente
identificar enfermedades de tipo viral, micóticas, infecciosas y determinar el estadío de la
enfermedad, basada en la presencia de anticuerpos frente a antígenos específicos.

Estas pruebas están basadas en la detección de antígenos y anticuerpos y se utilizan para la


detección, identificación y cuantificación de anticuerpos en muestras clínicas, también evalúa
la respuesta humoral frente a las infecciones y antecedentes de exposición a agentes
infecciosos. (Murray, P. 1990). Una de las ventajas de las técnicas serológicas, es su
especificidad al interactuar antígeno con anticuerpo y el hecho de que muchas de sus técnicas
sean de alta sensibilidad, la hacen una poderosa herramienta en el laboratorio. Según Romero
(2007) afirma que: “En la actualidad el diagnóstico de enfermedades virales es demandado y
para esto es necesario el diagnóstico de las infecciones virales de forma rutinaria, para esto
se utiliza la aplicación de anticuerpos específicos contra el virus, lo que hace una agrupación
de partículas virales y así identificarlas fácilmente”. Para realizar esto contamos con
diferentes métodos como: RIA (Radioinmunoensayo), Pruebas inmuno-enzimaticas
(ELISAS), Western Immunoblot y Pruebas inmunocromatográficas.
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

 Radioinmunoensayo (RIA)
El Radioinmunoensayo es un análisis que no se realiza en nuestro país , pero fue la primera
técnica de unión competitiva de proteínas desarrolladas, a su vez describe que su reacción
básica se da por la reacción de una proteína (Anticuerpos específicos) con un antígeno
marcado isotópicamente y con un antígeno endógeno; para que suceda esta reacción es
importante que se cumplan dos condiciones: que el anticuerpo se encuentre en concentración
limitada (esto para que se junten el antígeno marcado y no marcado por sus sitios de unión),
y que haya una avidez similar en ambos antígenos, por los sitios de unión del anticuerpo.
(Alonso, 2004). Al ser una técnica de unión competitiva, se espera que los anticuerpos
presentes en el suero del paciente se cuantifiquen en función de su capacidad de competir
con otro anticuerpo marcado radiactivamente y reemplazarlo en los complejos antígeno-
anticuerpo, los cuales se precipitan y se separan de los anticuerpos libres y se mide la
radiactividad de las dos fracciones. (Murray, 1990) nos dice, “Se conoce la cantidad de
anticuerpos en el paciente, cuantificándolos a partir de curvas de referencia, estas curvas se
preparan utilizando cantidades conocidas del anticuerpo competidor”.

El RIA se utiliza para determinar sustancias que se encuentran en pequeñas concentraciones


en los fluidos biológicos, la ventaja de trabajar con esta técnica es su especificidad,
sensibilidad y reproducibilidad, cuando se unen a la muestra de señal isotópica, hacen de este
método uno de los más robustos de la tecnología moderna, aunque exista la necesidad de
equipos especiales y el uso de isótopos radiactivos.

“El diagnóstico de la infección por el virus de Hepatitis C se basa en la detección de


anticuerpos para VHC (anti-VHC) en suero, la detección de estos anticuerpos se realiza en el
período de la octava semana y hasta 6 meses después de la infección” (Martínez, 2017).

 Enzimoinmunoanálisis de absorción (ELISA)


El enzimoinmunoanálisis es una prueba que se basa en la existencia de sustancias químicas
conocidas como sustratos, estas por acción de una enzima se transforman en un producto
coloreado que desprende luz o fluorescencia que puede cuantificarse mediante un
instrumento de medida. (Prats, 2005). Se trata de una técnica de laboratorio que fue diseñada
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

por científicos suecos y holandeses en 1971 que permite detectar pequeñas partículas
llamadas antígenos, que habitualmente son fragmentos de proteínas. La identificación es
específica, es decir consigue que pequeños segmentos de proteínas destaquen y no puedan
ser confundidas con otras. Los métodos ELISA son las que actualmente están en uso;
contienen una mezcla de péptidos sintéticos o recombinantes o bien una combinación de
ambos, frente a los que se miden los anticuerpos IgG que tiene la muestra. Mediante este
método, cuando se dice que un suero es reactivo, se está afirmando que tiene anticuerpos
frente a algunos o todos los antígenos empleados en la prueba, pero no se sabe cuál o cuáles.

En la actualidad todas las marcas comerciales poseen varias mezclas de antígenos y son
considerados de “tercera generación”. Fuertes, O. Estos son los más utilizados y detectan
anticuerpos dirigidos contra varios epítopos del VHC. Los antígenos recombinantes se
utilizan para capturar los anticuerpos anti-VHC que circulan en la sangre en los pocillos de
las placas de micro titulación. Colin. 2001.

Los pocillos de la policubeta están recubiertos con antígenos recombinantes derivados de la


región estructural (core) y de la no estructural (NS3, NS4 y NS5) del virus de la Hepatitis C.
la muestra diluida se incuba en los pocillos y si los anticuerpos contra el virus se encuentran
en la muestra, estos se unen a los antígenos del pocillo.

Según Baker (2007): “Los estudios por Inmuno ensayo enzimático actuales tienen por lo
menos un 97% de sensibilidad y más del 99% de especificidad. Los resultados falsos
negativos que aparecen en etapas tempranas de la infección aguda son consecuencia del
intervalo prolongado entre la exposición, aparición de la enfermedad y la seroconversión.
Luego de las 15 semanas de la exposición y de las 5 a 6 semanas de aparición de la
enfermedad de Hepatitis el 80% de los pacientes tendrán resultados positivos para
anticuerpos séricos anti-VHC. En los niños hijos de madres anti-VHC positivas, los
anticuerpos maternos pasivos pueden persistir hasta los 18 meses” (p. 159). Generalmente
los reactivos de la prueba de ELISA se fijan a una superficie y se combinan mediante una
técnica de “sándwich” similar a la del Radioinmunoensayo indirecto, la ventaja de esta
prueba es que puede realizarse fácilmente empleando al mismo tiempo muchas muestras de
suero distintas y su desventaja es que no es una técnica cuantitativa.
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

 Western Immunoblot

Las técnicas de Immunoblot se desarrollaron como pruebas complementarias para confirmar


el resultado ante la falta de especificidad de ELISAs de primera y segunda generación y aún
en la actualidad que ya existen los de tercera generación que tienen una alta sensibilidad y
especificidad, en algunos centros se utilizan como pruebas confirmatorias de los resultados
positivos obtenidos mediante técnicas de ELISA. (Diago, 2004, p. 108). Este es un método
cualitativo para la detección de anticuerpos frente a los virus en las muestras de suero o
plasma de individuos infectados por un virus, lo que indica una exposición previa a dicho
virus o infección por este mismo y sugiere la posibilidad de la presencia continuada del virus
o del genoma vírico en el individuo examinado. (Coll, 1993, p. 240).

Para poder realizar la detección inmunoquímica, las proteínas separadas en el gel de


acrilamida deben ser transferidas a un soporte más estable que generalmente es una
membrana de nitrocelulosa, esto lo consigue enfrentando el gel con las proteínas a la
membrana y aplicando un campo eléctrico perpendicular que va a transferir las proteínas del
gel a la membrana y este proceso se llama electro transferencia, donde quedarán
inmovilizadas al unirse de manera inespecífica a la superficie. Una vez que se fijan las
proteínas, pueden utilizarse y someterse a todo tipo de reacciones sin riesgo de perderlas; en
el Immunoblot el primer paso es bloquear los sitios de unión inespecíficos que han quedado
en la superficie d ella membrana para evitar que los anticuerpos que se van a utilizar
posteriormente se unan inespecíficamente, para esto se satura la membrana con una proteína
que no interfiera en el ensayo la cual generalmente es albúmina bovina o leche descremada.
Una vez pasado el proceso de bloqueo se incuba la membrana con el anticuerpo contra la
proteína de interés o anticuerpo primario, al producirse la unión se elimina el exceso de
anticuerpo primario y se incuba con un segundo anticuerpo llamado anticuerpo secundario
contra el anticuerpo primario; este anticuerpo secundario está unido a algún tipo de marcador
que permite revelar su presencia. El Western blot es muy popular debido a su manera eficaz
de detectar cualquier proteína contra la que se disponga un anticuerpo. (Miján, 2002).

Las pruebas de Immunoblot diseñadas para la detección de anticuerpos específicos frente al


virus de Hepatitis C se basan en la unión de los anticuerpos séricos a diferentes antígenos
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

previamente fijados en una membrana de nitrocelulosa, al reaccionar los complejos antígeno


– anticuerpo se detectan mediante la aparición de bandas de color en la membrana. (Diago,
2004).

 Pruebas de inmunocromatografía

Según Prats (2005) dice que “Las pruebas de inmunocromatografía son técnicas muy
sencillas para la detección de antígenos, la prueba se realiza en una pequeña tira de
nitrocelulosa con tres zonas claves: una que se encuentra en la parte de abajo, en esta hay
anticuerpos de conejo (Ac IgG) contra el antígeno que se está buscando, que está marcado
con una partícula de oro coloidal (Ac x) y es ahí donde se deposita la muestra; luego en la
mitad de la tira hay una banda de anticuerpos de conejo, que están fijados a la nitrocelulosa,
dirigidos contra el mismo antígeno y en la parte superior tiene otra banda con anticuerpos
dirigidos contra las IgG de conejo; la muestra se añade en la parte inferior, si el antígeno que
buscamos está en la muestra esta va a reaccionar con los anticuerpos marcados y los
complejos antígenos – anticuerpos migran hacia arriba por capilaridad y son captados en la
segunda zona donde se encuentran fijados a la nitrocelulosa anticuerpos contra el antígeno y
allí al quedar captados los complejos iniciales, se observa la banda de los anticuerpos
marcados con el oro coloidal. En la tercera zona superior hay anticuerpos fijados a la
nitrocelulosa, dirigidos contra los anticuerpos de conejo y esta banda sirve como un control
para confirmar la correcta migración de los anticuerpos y siempre debe ser positiva porque
capta la migración de los anticuerpos marcados”. Este tipo de prueba es bastante accesible
para utilizarse en tamizajes a poblaciones de zona rural.

Existen otras metodologías más exactas y precisas, con una sensibilidad muy elevada de hasta
un 98% de especificidad como las pruebas moleculares estas identifican el ARN de virus de
la Hepatitis C. Los análisis a base de ácido nucleico como la reacción en cadena de la
polimerasa de transcripción inversa que detectan el ARN del virus de la Hepatitis C en la
circulación y son útiles para la vigilancia periódica de los pacientes que reciben tratamiento
antiviral. Los análisis de ácido nucleico también se utilizan para la genotipificación de cepas
de virus de la Hepatitis C. (Jawetz, 2010).
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

Ensayos moleculares detectan, cuantifican y caracterizan el genoma del virus de la Hepatitis


C. Mediante técnicas moleculares es posible incluso establecer el origen común de brotes
epidémicos. Una vez establecido el genotipo, la amplificación y secuenciación de una región
variable, y el análisis filogenético de las secuencias problema y los controles adecuados.
Mediante estas técnicas se ha podido confirmar casos de transmisión materno-fetal, sexual y
nosocomial y es el mejor método para detectar el ARN del virus en pacientes
inmunosuprimidos después de trasplante de hígado. (Gómez, 2003).

Los ensayos que permiten detectar, clonar y secuenciar genomas virales, son más sensible
que las pruebas convencionales aun en pacientes con niveles bajos del ARN viral y permiten
la detección precoz del virus. Sin embargo, son altamente costosos, muy sofisticados,
requieren de un seguimiento cuidadoso para reducir la contaminación, una correcta colección
y almacenamiento de las muestras y con problemas especiales en la amplificación, debido a
la variabilidad de la secuencia del ARN. (Gómez, 2003).

Estas pruebas moleculares se basan en la determinación del ARN del virus de la Hepatitis C
e indican una infección activa en el caso de positividad. Si el resultado es negativo y hay
sospecha de infección por virus de la Hepatitis C se debe pensar en infección curada, ausencia
transitoria de viremia en la evolución de una hepatitis crónica C, nivel de viremia inferior al
del límite detectado por el test o resultado no específico del test ELISA (falso positivo del
anti-VHC). El ARN del virus de la Hepatitis C se puede analizar por técnicas cualitativas,
que determinan la presencia o ausencia de ARN, y mediante técnicas cuantitativas, que miden
la cantidad de ARN (carga vírica) en el suero o en el plasma. (Galicia, 2013).

Las técnicas cualitativas determinan el ARN del virus de la Hepatitis C en el suero o en el


plasma mediante la “Reacción en Cadena de la Polimerasa” (PCR) clásica (RT-PCR:
transcripción reversa y reacción en cadena de la polimerasa) o la PCR en tiempo real (PCR
real-time) o a través de la “Amplificación Mediada por Transcripción” (Transcription-
Mediaded-Amplification, TMA). La positividad indica infección activa (tiende a persistir
mientras dure la infección por el VHC). Ahora bien, en pacientes con infección crónica por
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

virus de la Hepatitis C cabe la posibilidad de que el ARNVHC se detecte solamente de forma


intermitente por serlo también la viremia (por lo que un ARNVHC negativo no descarta con
seguridad la infección). (Galicia, 2013).

Las técnicas cuantitativas miden la carga vírica y son muy útiles para establecer la pauta
terapéutica más eficaz, así como para valorar la respuesta al tratamiento. Para determinar la
carga vírica del virus de la Hepatitis C se han desarrollado diferentes pruebas cuantitativas
basadas en distintas tecnologías. Entre ellas destacan dos: los métodos de PCR y el sistema
bDNA basado en la amplificación de la señal mediante ADN ramificado (branched DNA).
La más ampliamente usada en la actualidad es la PCR en tiempo real que puede detectar
menos de 102 copias/ml del virus VHC. (Galicia, 2013).

Por otro lado, existen pruebas clínicas que son de gran importancia para complementar las
pruebas anteriormente descritas y evaluar el daño de la enfermedad mas allá cuando el daño
ya es altamente avanzado, entre las que tenemos las siguientes:

 Marcadores tumorales
En las enfermedades hepáticas, la alfafetoproteína(AFP)se utiliza desde el año 1963, en que
fue descubierta. Es una alfa globulina sintetizada por las células del saco vitelino y por el
hígado, así como por los intestinos fetales. La AFP es un marcador tumoral para el carcinoma
hepatocelular y para neoplasias que implican elementos del saco vitelino. Las
determinaciones seriadas de esta proteína incrementan su utilidad, aunque igual que los
marcadores tumorales, se utiliza como factor pronóstico y para controlar la evolución de la
enfermedad. (Suardiaz, 2004).

 Biopsia de hígado
Una biopsia de hígado es un procedimiento medico mediante el cual un medico usa una aguja
especial para remover un pedacito de tejido del hígado para ver si hay señales de daños, esto
le ayudara al medico tratante a saber mas sobre la salud de este órgano, esto es importante
hacerlo cuando se tiene el virus de la Hepatitis C u otra enfermedad del hígado y esta tratando
de tomar una decisión sobre el tratamiento que debe obtener.
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

5.3.1. Tratamiento para la infección por Hepatitis C


Hasta 1998 el único tratamiento aprobado para el VHC era la monoterapia con interferón, y
actualmente es la politerapia de interferón más ribavirina. Entre las nuevas terapias que se
están desarrollando para detener o inhibir la replicación del VHC se encuentran los
inhibidores de la helicasa, los inhibidores de la proteasa, las ribozimas y las interleucinas.
Los tratamientos farmacéuticos aprobados son: Interferón: producto elaborado
genéticamente que se basa en una serie de proteínas naturales del sistema inmunológico.
Alrededor del 50-60% de los pacientes responde a la monoterapia de interferón; sin embargo,
una vez que se suspende el tratamiento la mayoría recae. Se calcula que sólo el 10-20% de
los pacientes tratados llega a mantener el virus a nivel indetectable de forma permanente.
(Gómez, 2003). La Ribavirina es un medicamento antivírico que se utiliza en politerapia con
el interferón. Combinación del interferón estándar (Intron A) y ribavirina en un solo
producto. Interferón "pegilado" de acción prolongada, que se inyecta una vez a la semana.
Como mantiene un nivel más constante de interferón en la sangre, reduce la capacidad de
replicación del VHC. Este tipo de interferón "pegilado" más ribavirina es una terapia más
efectiva. (Gómez, 2003).

5.4. Protocolo de diagnóstico


Según Ureña (2009), la prevalencia de seropositividad para anti-VHC, encontrada en
regiones del sureste de México es bastante parecida a la prevalencia informada en países
latinoamericanos como Colombia y Venezuela e incluso en población de países desarrollados
como Francia. Se debe realizar pruebas de detección de la infección por virus de Hepatitis C
como prueba inicial en poblaciones de alto riesgo como donadores de sangre o tejidos,
pacientes con hemodiálisis y en trabajadores de la salud que realizan procedimientos que los
hacen vulnerable a riesgos de transmisión, pacientes con elevación persistente de alanino
aminotransferasa, aquellas personas que usan drogas intravenosas, portadores de VIH,
personas que recibieron transfusiones de sangre o derivados antes del año 1996 y en personas
que han tenido contacto sexual con portadores de VHC. Se debe aconsejar a todas las
personas infectadas evitar compartir y reutilizar cepillo de dientes, utensilios de afeitar,
jeringas, donar sangre, órganos y tejidos y recomendar realizar prácticas de sexo seguro y así
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

de esta manera eviten la transmisión de la infección a otras personas. (Sign Magnament of


Hepatitis C, 2006).

En Nicaragua se confirmó que en la Cruz Roja Nicaragüense se lleva un registro de personas


donadores de sangre con la presencia del virus de la Hepatitis C. (Guerrero, 2016).

Según la revista Mexicana Guías clínicas de diagnóstico y tratamiento de hepatitis C (2007),


el diagnóstico de Hepatitis Crónica normalmente se hace en forma inesperada en pacientes
asintomáticos con antecedentes de transfusión de sangre o sus derivados en los que se detecta
la presencia de anticuerpos contra el VHC en suero. Como resultado de una evaluación
médica integral, se debe investigar en todas las personas conductas o factores que impliquen
alto riesgo de infección por el virus de Hepatitis C e incluir en su evaluación previa al inicio
del tratamiento marcadores bioquímicos de lesión y función hepática como alanino
aminotransferasa, aspartato aminotransferasa, albúmina, bilirrubina, tiempo de protrombina
y si el paciente presenta antecedente de diabetes se debe solicitar glucosa o hemoglobina
glicosilada. Ante sospecha clínica de infección por Hepatitis C, se estudiará la presencia de
anticuerpos mediante ELISA. La negatividad de este marcador descarta la presencia de esta
infección salvo en casos de infección aguda por este agente, en las que se debe estudiar la
presencia del ARN viral mediante PCR en tiempo real. En caso de que la prueba ELISA de
positivo hay que remitir otra muestra del paciente al laboratorio en la que se estudiara la
presencia de los diferentes anticuerpos frente al virus mediante western blot y la positividad
de esta técnica va a confirmar la infección por este agente, de tener un resultado
indeterminado de western blot podría ser debido a una reacción cruzada o a un proceso de
primoinfección y por ende para aclarar este diagnóstico debe estudiarse la presencia de ARN
viral. Si estamos ante un ELISA reacción límite y un western blot negativo se recomienda
enviar una nueva muestra para estudiar la presencia del ARN viral. Elche (2009).

Aquí en Nicaragua debido a la cultura de nuestros habitantes en no acostumbrar a tener un


chequeo rutinario, de toda la gente que se conoce con infección por el virus de la Hepatitis C
solo 25-30% buscan atención médica para síntomas atribuidos a la infección, sin embargo,
muchos de esos síntomas no son específicos. (Guerrero, 2016).
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

Como ya se dijo antes, normalmente el paciente acude a la consulta por malestares generales
a lo cual el medico manda pruebas de laboratorio de rutina entre las cuales puede ir cualquiera
que nos de un indicio de que el problema es hepático. Si el medico sospecha de un problema
hepático enviará las pruebas que determinan la función hepática: transaminasas, bilirrubinas,
albumina sérica, fosfatasa alcalina y otras pruebas complementarias como biometría
hemática y tiempo de protombina. Si después de obtener los resultados de las pruebas
primarias y haber investigado los factores de riesgo a los que estuvo expuesto el paciente,
sus signos y síntomas, el médico sospecha de un paciente con infección crónica por el virus
de la Hepatitis C se debe hacer la determinación de anti-VHC por medio de ELISA de tercera
generación que es mas especifico que los de primera y segunda. Si esta prueba de ELISA da
como resultado no reactiva entonces quiere decir que no hay infección por el virus de la
Hepatitis C y el problema es otro, pero si el resultado es reactivo, se confirma que hay dicha
infección en el paciente y se procede a realizar una prueba de PCR para determinar la carga
viral y el genotipo del virus. Si el resultado del PCR para virus de la Hepatitis C es negativo,
quiere decir que el paciente presenta anticuerpos de memoria de una infección pasada o es
un falso positivo, por ende, se recomienda repetir el examen en 6 meses para confirmar. Pero
de ser un resultado positivo se dice que hay una infección activa por el virus de la Hepatitis
C. Luego de tener dichos resultados el medico tratante dará seguimiento al paciente.
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

VI. Conclusiones

Las Hepatitis de origen viral son un problema de salud pública a nivel mundial y es una de
las enfermedades más prevalentes después del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
La Hepatitis C se caracteriza por presentar 2 etapas: Etapa aguda la cual está caracterizada
por alteraciones en las enzimas hepáticas y fibrosis leve del hígado, y la etapa crónica con
variación en las enzimas hepáticas, daños moderados en el Hígado y hepatomegalia.

La lesión sobre los hepatocitos se da por la acción citotóxica directa del virus y el daño
mediado por linfocitos T y debido a que los anticuerpos contra el virus no garantizan ninguna
protección el virus desarrolla la capacidad de permanecer asociado a las células y evitar la
muerte celular lo que le permite infectar de manera persistente

Las pruebas diagnosticas para la Hepatitis que se emplean son las pruebas de función hepática
como las transaminasas, la bilirrubina, fosfatasa alcalina, albumina,
gammaglutamiltranspeptidasa, acidos biliares y tiempo de protombina. También se emplean
las pruebas inmunológicas serológicas de acción antígeno-anticuerpo entre las que tenemos
Radioinmunoensayos, Western blot, ELISAs de tercera generación y pruebas
inmunocromatográficas. Por otro lado, están las pruebas moleculares las cuales son PCR
clásica, RT-PCR, PCR en tiempo real y “Amplificación Mediada por Transcripción”
(Transcription-Mediaded-Amplification, TMA).

También podemos encontrar otro sin numero de pruebas complementarias que se llevan a
cabo cuando el avance de la infección a alcanzado una etapa mas allá de la fase crónica como
lo son marcadores tumorales y biopsia de hígado.

El protocolo de diagnóstico para el paciente con Hepatitis C va relacionado con la etapa de


la enfermedad y en la mayoría de los casos es diagnosticado de manera casual en un chequeo
rutinario en donde el paciente asiste a la consulta por síntomas generales y es donde el medico
tiene la oportunidad de realizar un diagnóstico físico del paciente y pruebas de laboratorio
que le indiquen si el problema del paciente es de tipo hepático a causa del virus de la Hepatitis
C.
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

La utilidad de las pruebas varía según su tipo, pues en las pruebas de función hepática no es
variable, puede observarse pacientes con Hepatitis C con valores elevados en las
transaminasas y pacientes con viremia que presentan valores normales de las mismas, pero
nos ayudan a evaluar el comportamiento del tratamiento que se esta empleando. Las pruebas
de acción antígeno-anticuerpo son útiles porque nos permiten detectar la presencia de
anticuerpos presentes en contra del virus de la Hepatitis C, pero no nos ayuda a saber en que
etapa esta la infección y las pruebas moleculares son las mas especificas porque nos permite
identificar el ARN viral y el genotipo y son útiles en la vigilancia del paciente en tratamiento.
También son de gran utilidad para el monitoreo del tratamiento, ver la evolución de la
enfermedad y evitar el contagio de manera vertical (que ira en dependencia de la carga viral
de la madre).

Las pruebas más realizadas para el diagnóstico de la Hepatitis C son las pruebas de
inmunocromatografía (también conocidas como pruebas rápidas), pruebas de ELISAs, perfil
Hepático, pruebas de biología molecular y pruebas histológicas (biopsias).

El diagnóstico temprano de la infección por el virus de la Hepatitis C es de gran importancia


para la disminución de los casos de cirrosis hepática y cáncer de hígado, como consecuencia
de este virus.
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

VII. BIBLIOGRAFÍA

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11. Magnament of hepatitis C. A national clinical guideline. Edinburg (scotland). 2006.
12. Martinez, R. (2017). Salud y enfermedad del niño y el adolescente. Universidad
autónoma de Guadalajara. 8va edición.
13. Murray, P. (1990). Microbiología médica. Madrid, España.
14. Porto-Espinoza, Leticia., Cuadra-Sánchez, César., Moronta, Reyna., Monsalve-
Castillo, Francisca., Callejas-Valero, Diana. Mecanismos de evasión inmunitaria del
virus de hepatitis C. Investigación clínica. 2006.
15. Prats, G. (2005). Microbiología Clínica. Universidad Autónoma De Barcelona.
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

16. Romero, R. (2007). Microbiología y parasitología humana. Editorial Panamericana.


3° edición.
17. Suardiaz, J. (2004). Laboratorio Clínico. La Habana.
18. Ureña, V. (2009). Prevalencia de marcadores serológicos de VHB y VHC en
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19. Gutiérrez, G., Kershenobich, D. (2008). Inmunopatogénesis de la hepatitis C.
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20. Guerrero, B. (2016). Comportamiento del virus de la Hepatitis C en una población de
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Gutiérrez en los meses de julio y agosto del 2014. UNAN Managua.
21. Carreño. (2011). Enfermedades infecciosas y Microbiología clínica.
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

ANEXOS
Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

ANEXO 1. Generalidades del virus de la Hepatitis C


Taxonomía del virus de la Hepatitis C.

Fuente: www.accessmedicina.com
Ciclo de vida del virus de la Hepatitis C.

Fuente: Koutsoudaskis, G (2013)


Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

Manifestaciones clínicas del VHC.

Fuente: Jawetz, 2010


Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

Epidemiología del VHC

Fuente: Microbiología médica. Jawetz, 2010.

Vías de contagio de Hepatitis C.

Fuente: CDC (Centro de diagnóstico, control y prevención de enfermedades)


Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

ANEXO 2. Diagnóstico del virus de la Hepatitis C


Análisis inmunológicos
Enzimoinmunoanálisis de adsorción (ELISA) ELISA tipo sándwich

Fuente: Atlas de enfermedades infecciosas


Radioinmunoensayo (RIA)

Fuente: Microbiología y parasitología humana (2007)


Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

Técnica Western Blot

Prueba Inmunocromatográfica

Fuente: Microbiología clínica (2005)


Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

ANEXO 3. Protocolo diagnóstico de la Hepatitis C.


Pruebas diagnósticas para el virus de Hepatitis C.

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