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Abuso sexual y pedofilia.

¡¡Denuncie los abusos!!. ¡¡atrévase!!!

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Mas información sobre el tema

Abuso sexual.

Diálogos sobre abuso sexual

Maltrato infantil

Dudas acerca de pedofilia.

La historia demuestra que los niños sólo tardíamente representan una inquietud para los
mayores.

Un problema real, que esta saliendo a la luz pública.

Se calcula que una de cada cuatro niñas y uno de cada ocho niños serán sexualmente
agredidos antes de cumplir 16 años. En el 90 por ciento de las veces el abusador es un hombre
y en más de un 80 por ciento de los casos será un conocido.

Ante un círculo de silencio de padres, vecinos y niños que no quieren hablar, buenos son todos
los esfuerzos posibles a través de los medios de comunicación para llegar a la detección
precoz.
En Chile sabemos que existe un número indeterminado de niños abusados, pero no es posible
distinguir a las víctimas de pedofilia, porque son silenciosos. Sólo en la medida en que se
empiece a conversar, comenzará a prevenirse.
Pensamos que es el momento de decirles a los papás que la pedofilia puede pasar en sus
casas, que entiendan que el abuso sexual de menores, generalmente, viene de parte de
personas cercanas, no se trata de crear pánico ni desconfianza irracional, solo hablar del tema,
solo prevenir.

Hay que educar a los niños, y eso pasa por el hogar en su primera instancia, luego por los
profesores, por los médicos en sus controles periódicos con los niños y sus padres, por los
periodistas, por que se hable del problema finalmente.
No es alarmar, sino hacer que la gente abra los ojos y sepa que el tema existe.

En 1995 se modifico la ley y esta dejó muy claro y sancionado todo lo que dice relación con el
abuso sexual de menores, pero no se tocaron aspectos vinculados:

1.-A prostitución infantil,


2.-Pedofilia,
3.-Persona que paga por tener acceso a un niño, pornografía de menores y su difusión.
De ahí que hay instancia que promueven interesantes e importante ajustes a la legislación:
1.-Abordar el tema de la prostitución infantil y sancionar fuertemente al que mantiene el
negocio;
2.-Sancionar al que paga por tener acceso a un niño, compra videos y en definitiva al que
fomenta el comercio;
3.-Y el delito de rufianería, que en doctrina se conoce como el delito de la persona que se
mantiene económicamente mandando a un niño a prostituirse. No es el que tiene el negocio,
sino la persona que puede ser el padre o la madre, que ejerce cierta autoridad sobre el menor.
4.- Por último, falta legislar sobre la divulgación y el empleo de niños en videos de pornografía.

Hoy está sancionado usar a menores de 12 años en videos, ¿pero qué pasa con los niños de
entre 12 y 18 años? Ese grupo queda muy expuesto, porque nadie le puede decir nada al que
lo está utilizando.

La propuesta, entonces, apunta a subir ese límite de edad a los 15 años, considerando que es
el período en que los adolescentes "están despertando sexualmente y definiendo su identidad,
por lo que podrían caer en una confusión absoluta. Esos precisamente son los que están
fotografiados en Internet"

Definición de abuso sexual.


Los abusos sexuales a menores son actitudes y comportamientos que realiza un adulto
(generalmente varón) para su propia satisfacción sexual, con una niña, niño o adolescente.
Para conseguir su objetivo emplea la manipulación emocional como chantajes, engaños,
amenazas, etc. y, sólo en algunos casos, la violencia física.

Definición de pedofilia
Búsqueda del placer sexual, por medio de las relaciones sexuales con niños. Expertos
mundiales indican que para la calificación de pedofilia como trastorno sexual es necesario que
la conducta se prolongue durante un periodo de al menos seis meses, incluyendo fantasías,
impulsos o comportamientos sexuales con niños pre-púberes o un poco más mayores, por lo
general de doce años o menos.

Puede darse de diferentes formas: con relación a la orientación, puede ser de tipo
heterosexual, homosexual o ambas; con relación a objeto, éste puede ser exclusivamente
pedofílicos o no.

Las conductas de la pedofilia van del simple exhibicionismo hasta la penetración. El adulto
suele ganarse la confianza y el cariño del niño y, por lo general, es alguien conocido o familiar

Se distinguen dos variantes en la pedofilia: la sentimental homo erótica y la agresiva


heterosexual.

Los sentimentales homo eróticos tienen poco o ningún interés por las mujeres, toda su
capacidad sexual se concentra en los niños, concretándose bajo la forma de caricias que le
provocan el orgasmo.

Los agresivos heterosexuales intentan satisfacer sus impulsos con niñas, con métodos que van
desde la seducción a la violencia, terminando (muy pocas veces) en homicidio sádico-criminal.

¿Como se da el abuso sexual a menores?


La mayoría de los abusos sexuales ocurren en el propio hogar de las/os menores, y el agresor
es generalmente el padre, el padrastro, el hermano o cualquier pariente cercano que tiene fácil
acceso a la víctima. En estas circunstancias el abuso sexual se le llama incesto.

¿Cuál es la incidencia?
Los abusos sexuales no son sucesos aislados. Generalmente ocurren a lo largo de mucho
tiempo, meses o años. Además, al contrario de lo que puede suponer, se producen en todas
las clases sociales y son muchas las niñas y niños afectados. Entre el 20 % y el 30% de las
mujeres han sido abusadas sexualmente en su infancia o adolescencia. Alrededor del 15 % de
niños también lo han sufrido. Sin embargo, el silencio y el secreto que rodea a estas
experiencias, y que permite que se sigan repitiendo, nos hace pensar que son casos raros. Por
eso es tan importante que hablemos de la existencia de los abusos sexuales y los
reconozcamos como un problema social que hay que abordar.

¿Cuáles son los comportamientos o formas de presentación?


Los comportamientos abusivos van desde acciones que no suponen un contacto sexual como
las proposiciones verbales o la exhibición de los órganos genitales, hasta la penetración anal o
vaginal.

Algunos de estos comportamientos son:


" Exhibirse desnudo delante de la menor con el fin de excitarse sexualmente.
" Observar a la niña vestirse o desvestirse o cuando está en el baño, orina, etc (con el mismo
fin).
" Tocarle, besarle, agarrarle.
" Forzarle a ver imágenes o películas, escuchar conversaciones sexuales, posar para
fotografías, ver o presenciar actividades sexuales.
" Sexo oral o vaginal.
" Ser sometida a tratamientos médicos innecesarios.

Es importante, sobre todo, considerar que una conducta es abusiva cuando es vivida y sentida
de este modo por la niña, niño o adolescente, cuando es mirada o tocada de un modo que la
hace sentirse intimidada.

¿Cómo saberlo?
La mayoría de las niñas y niños que están siendo víctimas no se lo cuentan a nadie porque
creen que la gente va a pensar que no es verdad. A veces desconocen incluso el vocabulario
necesario para hablar sobre el tema y por lo tanto no pueden adecuadamente. Aunque
generalmente no lo expresan verbalmente, sí lo hacen mediante algunos cambios en su
comportamiento.
Debemos ponernos alerta cuando de pronto una niña o niño comienza a manifestar
simultáneamente varios de lo siguientes comportamientos:
" Se resiste a ir a cierto lugar o a quedarse con cierta persona.
" Aparecen trastornos en su forma de dormir (tiene pesadillas, se orina en la cama, teme dormir
sola, necesita una luz encendida durante toda la noche, etc.)
" Aparecen trastornos en la alimentación (no tiene apetito o tiene mucho apetito de pronto)
" Siente nuevos temores y necesita que se le tranquilice mucho más que antes.
" Retorna a un comportamiento inmaduro, como de bebé.
" De repente rechaza al padre o a la madre de forma repentina.
" A veces se automutila o intenta suicidarse.
" Puede fugarse de casa para evitar que continúen los abusos.
" Baja su rendimiento escolar y cambia su comportamiento social.

Si una niña o niño de repente cambia y manifiesta varios de estos síntomas, hay muchas
posibilidades de que haya o esté sufriendo un abuso sexual.

¿Qué efectos producen en el largo plazo los abusos sexuales?


Las personas jóvenes y adultas que han sido abusadas sexualmente durante su niñez o
adolescencia arrastran problemas a lo largo de sus vidas y suelen necesitar un apoyo o terapia
psicológica especializada para superarlos. Los efectos más comunes como consecuencia de
los abusos sexuales son:
* Odio al propio cuerpo, sentirse sucia.
* Desvalorización personal, pobre autoestima.
* Depresión, fobias, ansiedad y problemas psicosomáticos.
* Problemas de relación con otras personas, social y sexualmente.
* Miedo a la intimidad e incapacidad para poner límites y autoafirmarse.
* Comportamientos auto agresivos, mutilándose con cortaduras, quemaduras o golpes y
realizando intentos de suicidio.
* Establecer muchas relaciones de abuso, incluso de maltrato, los varones victimizados tienden
a ser abusadores y maltratadores, mientras que las mujeres victimizadas tienden a ser
maltratadas y nuevamente abusadas.
* Juegos más allá del típico mamá-papá o doctor; introducir objetos por la vagina o ano.

Generalmente hacen dibujos hipersexualizados o no incluyen ojos, genitales o boca. O las


niñas se dibujan como adultas, pintadas y con taco.

¿Que hacer si una niña (niño) le cuenta que está siendo abusada (o) sexualmente?
" Un adulto no debe esperar que un niño revele lo que está pasando, tendría que ser muy
maduro y fuerte. Por eso son importantes las campañas de difusión de derechos del niño,
explicarles a ellos que deben cuidar su cuerpo, decirles que nadie puede tocarlos a menos que
ellos quieran.
El descubrir que han abusado de una niña o niño, puede resultar algo demasiado angustiante
para cualquier persona. Sin embargo, nuestra primera reacción es muy importante para víctima
ya que muchas veces no lo cuentan porque piensan que la gente no les va a creer. Por eso:

Créale, da fiabilidad a sus palabras.


Algo esencial es creerle al niño a la primera señal. Nunca decirle que miente, porque no es
capaz de engañar con algo así. Lo segundo es ofrecer ayuda al cuidador de la víctima y
advertirle que puede obtener apoyo para que la agresión no siga ocurriendo con la víctima y
con otros menores. Hay que tener conciencia de que el niño jamás tiene la culpa, ni imaginar la
idea de que hizo algo para provocar.

No es fácil descubrirlo, porque la víctima confunde las abusos con juegos de seducción, y
porque frecuentemente hay amenazas por parte del agresor. Entran en una dinámica de
espada y pared, el abusador manipula mucho las emociones: "Si tu mamá se entera, por tu
culpa me pueden meter preso y a ti te van a castigar". O les dicen que lo hacen porque los
quieren mucho.

* Dejar muy claro que no tiene la culpa de lo que le ha ocurrido. El adulto es el responsable.
* Decirle y agradecerle de que se lo haya contado.
* Transmitirle que siente que le haya pasado esa experiencia y que a otras niñas y niños
también le ha ocurrido. Decirle que va a ayudarle y protegerle. Animarle de forma tranquila a
que hable de ello y no se muestre enfurecida porque podría sentirse culpable de haberlo
contado.
* Si no es su madre, pídale permiso para hablarlo con ella o para pedir ayuda profesional
especializada.

Es especialmente doloroso para una madre saber que el abuso fue cometido por su esposo. En
este caso, también ella es otra víctima. Además tendrá que decidir si es necesario hacer un
reconocimiento médico a su hija o hijo, si presentará una denuncia y si demandará
judicialmente al agresor. Todas estas decisiones que debe tomar después de un caso de abuso
sexual son muy difíciles. Para asumir este terrible hecho y tomar las medidas oportunas, ella
también necesitará apoyo.
Es frecuente que las madres nieguen sistemáticamente el conflicto a pesar de las señales
enviadas por el hijo.

¿Cómo son los agresores sexuales?


Los agresores sexuales no siempre son los "viejos verdes" que imaginamos. Son personas
consideradas "normales" desde casi todos los puntos de vista. Muchas veces son personas
respetadas, incluso aparentan firmes valores morales y religiosos. A veces, el agresor es un
joven menor de edad.

Señales de un pedofílico
La pedofilia abarca un sector de abusadores sexuales que optan por fijarse en niños de cierta
edad. No obedecen a un perfil psicológico determinado, pueden ser muy funcionales en
algunos ámbitos y no son de personalidades extremas. Son personas inmaduras
emocionalmente, con poca capacidad de contactarse con el otro, centradas en sus
necesidades. Incluso son valoradas socialmente -aclaran.

A esto hay que sumarle la habilidad para lograr mantener sus agresiones en secreto.
En su mayoría los pedofílicos son hombres, menos agresivos que los violadores; muchos de
ellos son alcohólicos o sicóticos de mente torpe o asociales, y su edad fluctúa entre los 30 y 40
años; generalmente, de fuertes convicciones religiosas. En general, son hombres débiles,
inmaduros, solitarios y llenos de culpa
La personalidad del agresor de mediana o mayor edad es de un individuo solitario y con
dificultad para establecer relaciones heterosexuales normales, suele tener baja autoestima, con
pocos recursos para enfrentar situaciones de estrés y frecuentemente abusa del alcohol y/o
sustancias. Por lo general, no presenta trastorno psicopatológico. Sin embargo, se ha visto que
dos tercios de los reclusos pedofílicos maduros llevaron a cabo esta conducta en momentos
que sufrían de situaciones estresantes

El pedofílico puede llegar a sentirse culpable, pero no es capaz de detenerse porque


adictivamente empieza a necesitar otros niños cerca suyo.
Poco se sabe de las causas, pero se dice que una de ellas es el aprendizaje de actitudes
negativas hacia el sexo, como experiencias de abuso sexual durante la niñez, sentimientos de
inseguridad y autoestima baja, con dificultad en relaciones personales, etc.; lo que facilita la
relación adulto-niño. En cuanto al condicionamiento, éste no se extingue por condiciones
gratificantes

La mayoría de estos agresores niegan el abuso con vehemencia. Sólo bajo evidencias legales
y presión, algunos aceptan la acusación parcialmente, pero afirman que:
"no fue nada grave, nada de importancia".
"no le hice daño".
"la culpa fue suya".

Cuando se ven descubiertas suelen afirmar que lo sienten muchísimo, que nunca lo volverán a
hacer, que ocurrió porque estaban borrachos o drogados. Los agresores sexuales son muy
convincentes, hasta tal punto que quizás nos hagan dudar seriamente del menor. Pero
recordemos que las niñas y niños no mienten sobre una cuestión tan grave, ya que poco o
nada sabían sobre el sexo y su lenguaje.

A pesar del remordimiento que puedan sentirlos agresores sexuales, sabemos que suelen
reincidir y repetir sus abusos, a no ser que intervenga alguien y los frene. Prácticamente
ninguno desistirá voluntariamente sino que necesitará una intervención judicial.

¿Cómo evitar que las niñas y niños sean abusadas/os sexualmente?


¿Cómo protegerlo del abuso sexual?
Es difícil proteger a sus niños del abuso sexual de miembros de la familia o amigos íntimos,
pero usted puede estar alerta ante muchas situaciones potencialmente peligrosas.

Esté consciente de dónde está su niño y qué está haciendo: su atenta supervisión es su mejor
protección contra el abuso sexual. Por supuesto, usted no puede estar con ellos todo el tiempo.

Pida a otro adulto responsable que los cuide cuando usted mismo no pueda cuidarlos.

Si usted no logra encontrar supervisión de adultos, haga arreglos para que los niños caminen o
jueguen durante estos períodos.
Conozca a los amigos de sus hijos. Especialmente aquellos que son un poco mayores que su
hijo o hija.

Enseñe a sus niños a velar por su propia seguridad.

Enséñele a no aceptar dinero o favores de extraños.

Adviértales que no aceptan nunca pasear con alguien a quien no conocen.

Dígales lo que pueden hacer si alguien se les acerca.

Decirle a sus niños que busquen la ayuda de otro adulto persona mayor inmediatamente
cuando un adulto les hace sentir incómodos o los asusta.

Explíqueles que es correcto llamar la atención, gritar y crear un escándalo en estas situaciones.

Recordarles que muchas niños son víctimas de personas que ellos conocen.

Decirles que ellos no tienen por qué estar de acuerdo con demandas para mantener contacto
físico estrecho.

Asegurarles que es totalmente correcto decir no aún a parientes cercanos y amigos.

Anímelos a decirles a usted u otro adulto inmediatamente si cualquiera los toca o va hacia ellos
en forma que parece extraña.

Háblales sin Asustarlos.

Si usted ha dado a sus niños con frecuencia reglas para su seguridad, tales como: ¿Cómo
atravesar una calle bulliciosa?, ¿qué hacer cuando ellos tienen un accidente y otras cosas por
el estilo?, las precauciones relativas al abuso sexual se convierten en una parte natural de sus
conversaciones sobre seguridad en general.

Existen reglas apropiadas para cada edad del niño y ellas cambian a medida que el niño crece.

Estas medidas de prevención deben comenzar a edad temprana, ya que muchos casos de
abuso sexual son con niños en edad preescolar. Los siguientes lineamientos le ayudarán a
discutir temas de acuerdo a la edad de su hijo:

Plan de prevención de acuerdo a cada edad


18 Meses.- Enseñe a su niño los nombres apropiados de las partes del cuerpo.

3-5 Años.-Enseñe a su niño las "partes privadas" del cuerpo y a decir "NO" a cualquier oferta
sexual. Déle respuestas directas a sus preguntas acerca del sexo.

5-8 Años.-Explíquele la seguridad lejos de casa y la diferencia entre un cariño bueno y un


cariño malo. Aliente a su hijo a platicar acerca de experiencias que le hayan dado miedo.
8-12 Años.-Enséñele seguridad personal. Explíquele las reglas de conducta sexual aceptadas
por la familia.

13-18 Años.- Destaque la seguridad personal. Explíquele la violación, las enfermedades


sexuales y el embarazo indeseado.

Los profesores de su hijo y el Pediatra le pueden ayudar a enseñarle a su hijo a evitar el abuso
sexual. Ellos saben cómo lograrlo sin que su hijo se sienta asustado o molesto. Su Pediatra
comprende la importancia de la comunicación entre padres e hijos. Su médico está entrenado
para detectar signos de abuso sexual. Pida consejo a su médico para proteger a sus hijos.

Posiblemente su niño no sepa el peligro que puede correr al atender personas que laman su
atención y que el no conoce. La atenta supervisión del niño es la mejor protección contra el
abuso sexual.

El abuso sexual afecta a miles de niños cada año y en la gran mayoría de los casos los
agresores son personas que ellos conocen y en las que confían, por lo que muchas veces se
hace difícil prevenirlos de este tipo de ataques.

Lo más importante es que hablemos de la existencia de abusos sexuales por personas


familiares y conocidas, y no solamente de los que son cometidos por personas desconocidas.
También pueden abusar personas cercanas a la familia, amigos, vecinos. El 85 % de los
abusos se producen por personas conocidas.

Solemos enseñar a las criaturas que siempre deben obedecer a las personas adultas,
haciéndoles creer que éstas siempre saben lo que está bien. A veces, les obligamos a besar a
personas cuando no desean hacerlo. Esta educación contribuye a que puedan producirse los
abusos. Para evitarlos es importante:

* Hablar con las niñas y niños de la existencia de abusos sexuales y de cómo se producen.

* Enseñarles que tienen derecho a la privacidad de su cuerpo. Nadie debe tocarlo o mirarlo de
una forma desagradable. Puede negarse a ello.

* Si alguien les mira o toca en una forma que no les gusta, deben contarlo enseguida. Hazles
saber que pueden confiar en ti, vas a creerles y protegerles.
Explicarles las formas en que los agresores tratan de intimidar para que guarden el abuso en
secreto. Enséñales que nunca deben guardar este tipo de secretos aunque se lo pidan o les
amenacen.

Reconocer la existencia de los abusos sexuales es una forma de prevenirlos.


Si ha sufrido algún familiar o hijo abusos sexuales, ¡no lo calle, busca ayuda!.
El incesto no es un tabú, es una agresión y un delito.

¡¡Denuncie los abusos!!. ¡¡atrévase!!!

Sabemos que suelen reincidir y repetir sus abusos, a no ser que intervenga alguien y los frene.
Prácticamente ninguno desistirá voluntariamente sino que necesitará una intervención judicial.
El niño aprende lo que vive
* Si vive con tolerancia aprende a ser paciente
* Si vive criticado aprende a condenar
* Si vive con aprobación aprende a confiar en sí mismo
* Si vive engañado aprende a mentir
* Si vive en equidad aprende a ser justo
* Si vive con vergüenza aprende a sentirse culpable
* Si vive con seguridad aprende a tener fe en sí mismo
* Si vive hostilizado aprende a pelear
* Si vive en la aceptación y la amistad aprende a encontrar el amor en el mundo.

Abuso Sexual
¡¡Denuncie los abusos!!. ¡¡atrévase!!!

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Diálogos con el experto:


Dra. María Rosa Olguí D., Ginecología Pediátrica, Hospital San Borja-Arriarán

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Detrás de un abusador siempre hay alguien que lo oculta. Denuncie ahora.

Una triste realidad.

El abuso sexual constituye uno de los temas dolorosos de la ginecología. Un caso


representativo es el de una niña de 10 años y 7 meses de edad, proveniente de un hogar de
menores, que fue llevada al Policlínico de Ginecología Infantil del Hospital San Borja-Arriarán
por su cuidadora, quien la presentó como una trabajadora sexual, porque había estado
vagando en la vía pública durante años. En el examen físico tenía un desarrollo puberal inicial,
estaba en etapa premenárquica y presentaba condilomas múltiples en la región perineal y anal.
Ante este caso se consideró necesario revisar el tema.

Definiciones

Abuso: se define como la exposición de un menor a experiencias sexuales inapropiadas para


su nivel de desarrollo físico o emocional, de naturaleza coercitiva y llevadas a cabo para la
satisfacción sexual de un adulto.

Violación: según las modificaciones introducidas en el código penal en el año 2004, se define
como el acceso carnal sin el consentimiento de la persona ofendida, por vía vaginal, anal o
bucal:

1. con uso de fuerza o intimidación,


2. con privación de sentido de la víctima o incapacidad por parte de ésta para oponer
resistencia o
3. cuando se abusa de la enajenación o trastorno mental de la víctima.

En estos casos el delito se castiga con la pena de reclusión mayor en su grado mínimo.
Además, si la víctima es menor de catorce años el acceso carnal también constituye violación,
aunque no concurra ninguna de las circunstancias mencionadas en el artículo anterior y será
castigado con reclusión mayor en su grado medio. Es decir, en el caso de los menores de 14
años se considera una violación, aunque la relación sea consensuada.

Estupro: es lo mismo que violación, pero en una persona mayor de 14 años y menor de 18
años de edad, en la cual se abusa de una anomalía o perturbación mental (aunque sea
transitoria); se abusa de la relación de dependencia de la víctima; se abusa de grave
desamparo; o se abusa de la inexperiencia o ignorancia sexual de la víctima.

Abuso sexual propio: lo comete aquella persona que abusivamente realizare una acción
sexual distinta del acceso carnal, como por ejemplo, tocación de los genitales u otras regiones
del cuerpo. En el menor de 14 años se considera una circunstancia de violación y en el menor
de 18 años, una circunstancia de estupro.

Abuso sexual impropio: lo comete quien, para procurar su excitación sexual o la de otro,
realizare acciones de significación sexual ante un menor de 14 años; hiciera ver o escuchar
material pornográfico; o empleare a menores de 18 años para material pornográfico. Respecto
a este último punto, la ley anterior penaba dicha situación cuando ocurría en menores de 12
años, pero, considerando que Chile es uno de los pocos países de América Latina donde se
hace pornografía infantil a alto nivel, se modificó dicha ley estableciéndose la pena cuando se
realiza esta actividad en menores de 18 años.

En Chile se desconoce la magnitud de este problema en forma global, porque no hay estudios
de prevalencia ni de incidencia, sólo se dispone de investigaciones parciales. El Servicio
Nacional de Menores (SENAME), en un corte transversal efectuado en el año 2001, encontró
que de los 57.957 niños que tenía bajo su protección, 45,6% eran víctimas de maltrato y abuso
sexual.

Abuso sexual infantil

El abuso sexual infantil es diferente del abuso sexual en personas adultas, en las que
habitualmente se asocia a cuadros de violación. El proceso del abuso sexual infantil fue
descrito en 1997 por Barudy, un psiquiatra chileno que actualmente reside en España y que es
uno de los grandes estudiosos del maltrato en la infancia. El describió cinco fases:

1. Fase de seducción: hay una actividad divertida y deseada, que se desarrolla dentro de
un marco de referencia acostumbrado. El adulto manipula la dependencia y confianza
del menor.
2. Fase de interacción sexual abusiva: existe un proceso gradual y progresivo de
contenido erótico.
3. Fase de secreto: aparece la ley del silencio y las amenazas. Barudy describe que el
niño experimenta placer, lo que permite que el abusador lo chantajee para que no lo
delate y, de esta forma, lo hace partícipe y responsable del acto.
4. Fase de divulgación: puede ser accidental, precipitada o intencionada.
5. Fase represiva: ocurre habitualmente en familias disfuncionales.

Los indicadores de abuso sexual en niños son: que el niño declare ser víctima de abuso sexual;
indicadores físicos; conductuales y microbiológicos. En diversos estudios se ha descrito que
entre 2 y 8% de los niños que afirman haber sido violados realizan un falso alegato , inducidos
por adultos que los han adiestrado para mentir. En la actualidad es muy habitual que los niños
digan algo así, lo que hace necesaria la intervención de psiquiatras infantiles y psiquiatras
forenses.

Indicadores físicos de abuso sexual

Entre los indicadores físicos de abuso sexual se distinguen elementos sugerentes,


concluyentes y de certeza:

Sugerentes: borde himeneal irregular; escotadura parcial del himen; y desgarro de los labios
menores.

Concluyentes: escotadura total del himen; laceración o cicatrices del himen; himen ausente o
desgastado; desgarro de la horquilla posterior; y laceraciones anales.

Certeza: son el embarazo y la presencia de semen (hallazgo forense).

La frecuencia de hallazgos físicos, según diversos estudios, es muy baja, fluctuando entre 4% y
6% en distintas series, lo que indica que muchas veces se llega tarde en el momento de
pesquisar los hallazgos.

En un estudio de EE.UU. los pacientes que consultaron en forma urgente presentaban mayor
proporción de abusadores mayores de 15 años, es decir, fueron abusados por adultos,
mientras que en los pacientes que no consultaron en forma urgente, los abusadores fueron
principalmente menores de 15 años, que son menos agresivos. En este estudio la mayor
proporción de abusos fue extrafamiliar, a diferencia de lo que sucede en Chile. La incidencia de
enfermedades de transmisión sexual (ETS) fue similar en ambos grupos.

Así entonces, el relato debiera ser muy importante para validar que el niño ha sido abusado,
debido a que el examen físico aporta pocos indicios; sin embargo, en este estudio se
encontraron diferencias significativas entre ambos grupos al correlacionar el relato con los
hallazgos físicos. Un 9% de los niños tuvo pruebas forenses positivas, es decir, semen en el
cuerpo, la ropa o los genitales; 47% de los niños con pruebas forenses positivas tuvo
indicadores físicos positivos; y 53% tuvo indicadores físicos negativos, es decir, aunque los
indicadores forenses sean positivos, el examen físico puede ser normal. Las niñas con
evidencias físicas positivas son mayores que las niñas con evidencias negativas, ya que las
niñas menores no tienen las condiciones necesarias para que sobrevivan los espermios; por
esta razón, 70% de las niñas mayores de 10 años tienen evidencias físicas positivas.

En un estudio efectuado en el Instituto Médico Legal de Chile se encontró que 91% de los
abusos eran intrafamiliares y de éstos, 30% correspondía al padre biológico. En el Hospital
Roberto del Río comunicaron, en el año 2002, que 65,9% de los abusos eran intrafamiliares.
Indicadores conductuales de abuso sexual

Los indicadores conductuales de abuso sexual, tema de la psiquiatría forense, se dividen en


conductas sexualizadas y no sexualizadas. Las conductas sexualizadas dependen de la
edad y de la etapa evolutiva de las víctimas, que se clasifican en menores de 10 años y
mayores de 10 años.

En el menor de 10 años las conductas sexualizadas son: conocimiento sexual precoz;


interacción sexualizada con otras personas; dibujos sexualmente explícitos; actividad sexual
con animales o juguetes y la masturbación excesiva, entendiéndose como tal la actividad
masturbatoria que produce daño, que se hace numerosas veces al día, que no se puede
detener, que se acompaña de sonidos emitidos por el niño, o bien, que se asocia a introducción
de objetos en la vagina o ano.

En el mayor de 10 años, las conductas sexualizadas corresponden a la promiscuidad sexual y


a la explotación sexual comercial. En un estudio realizado por el SENAME se encontró que casi
90% de las trabajadoras sexuales adolescentes en Chile tiene antecedente de abuso sexual.
Por desgracia, los niños que no han sido abusados también presentan las conductas sexuales
descritas en los niños abusados, aunque en menor proporción, como la masturbación con
objetos, el tocar sexualmente los genitales de otros niños y la imitación de conductas sexuales,
aunque según los psiquiatras los niños en general no imitan conductas sexuales, porque las
encuentran agresivas (Tabla II).

En Inglaterra se confeccionó una escala con alrededor de 800 niños prepúberes que asistían a
jardines infantiles y colegios. Se evaluaron durante un periodo prolongado para descartar que
hubiera algún grado de abuso sexual, con el fin de determinar las conductas sexuales que son
normales en los niños. Se encontró que sólo un 0,1% de los niños ponía la boca en los
genitales, de manera que si se observa dicha conducta en un niño es significativo, porque es
muy poco frecuente que lo haga un niño normal. Es importante destacar que hay juegos
sexuales que son inhabituales en los niños que no han sido abusados: que metan dedos u
objetos en la vagina o el ano de otros niños (ni en los muñecos); que realicen contacto oro-
genital; que estén excesivamente preocupados por estos juegos; que haya coerción o
amenaza; y si uno de los participantes es mayor de cinco años ya no se considera un “juego”.

Con respecto a las conductas no sexualizadas, hay un gran número de características


conductuales en los distintos grupos etarios, por lo tanto son bastante inespecíficas (Tabla III).
Los niños entre 0 y 6 años presentan ansiedad y temores y, en algunos casos, enuresis. En el
grupo de 7 a 12 años hay sentimiento de verguenza y de culpa, la que surge básicamente en
los abusos intrafamiliares, porque se teme culpar a la persona que debería cumplir un papel
protector y al final los niños se auto culpan y sienten que el abuso ocurrió como consecuencia
de sus faltas. En los adolescentes aparecen conductas como depresión, fugas, abuso de
sustancias o conductas suicidas.
Los indicadores gráficos son también importantes, porque se ha descrito que hasta en 30% de
los casos la parvularia hace el diagnóstico a través de los dibujos de los niños. Se debe
sospechar abuso si el niño hace dibujos con connotación sexual; cabezas sin cuerpo o cuerpos
sin la mitad inferior; desorganización de las partes del cuerpo; encapsulamiento de las
personas; uso de color rojo; uso de imágenes con forma de corazón; con regresión artística;
círculos y formas triangulares; y en casos en que el niño manifieste autodepreciación, es decir,
que se siente como una persona mala (3).

Relación con suicidios

A pesar de estos indicadores conductuales, no existe el síndrome del niño abusado . Se ha


visto que los índices discriminadores más significativos son el estrés post traumático (recuerdos
intrusivos, hipervigilancia, conductas de evitación, etc.) y las conductas sexualizadas. Bernet et
al realizaron un estudio en Suecia para valorar la dimensión del daño provocado por el abuso
sexual en mujeres que habían sido abusadas 20 años atrás y encontraron que el trastorno de
estrés post traumático era mucho más frecuente en personas que habían sido abusadas en la
infancia (37,7%) que en aquellas que no habían sido abusadas (20,4%); asimismo, el suicidio
era tres veces más frecuente en aquellas mujeres que fueron abusadas en su infancia, en tanto
que la prevalencia de depresión era el doble, en comparación con los controles (5).

Predisposición y gatillo

En la actualidad se sabe que hay una predisposición genética, que aumenta en 30 a 40% la
probabilidad de presentar trastornos del ánimo; si una persona con esta predisposición sufre
sucesos adversos tempranos, como maltratos y abusos, se puede originar un fenotipo
vulnerable, que va a desarrollar cuadros depresivos y/o ansiosos .

Fenotipo vunerable.
Indicadores microbiológicos de abuso sexual

Las enfermedades de transmisión sexual que constituyen indicadores biológicos de certeza son
la gonorrea, la sífilis, el VIH y la Chlamydia trachomatis, mientras que la Trichomona vaginalis
es de alta sospecha y el condiloma y el herpes genital son sospechosos. La vaginosis se
considera como no concluyente.

Según lo establecido por el CDC (Centers for Disease Control and Prevention), todavía el
cultivo es el estándar de oro. Sin embargo, la Chlamydia trachomatis es muy difícil de cultivar,
por lo que el CDC recomienda, en este caso, utilizar técnicas de secuencia de ácidos nucleicos,
con dos secuencias diferentes. La recomendación general es realizar un examen de laboratorio
inicial y a las 2 semanas después del abuso. En el caso de N. gonorrhoeae se deben tomar
muestras de faringe, ano y vagina en niñas y uretra, en hombres; para la C. trachomatis, el
cultivo debe ser de vagina y ano en niñas y de ano y uretra en niños. Se recomienda repetir el
cultivo a las 2 semanas, porque existe un periodo de incubación en el cual los cultivos pueden
resultar negativos; sin embargo, hay numerosos detractores de esta toma de muestra repetida,
porque en las niñas prepúberes la infección es siempre sintomática, mientras que en niños
prepúberes la infección de transmisión sexual puede ser asintomática, lo que apoya la medida
de tomar otro cultivo.

En cuanto al VIH, las recomendaciones del CDC son bastante engorrosas. No se recomienda
realizar un tratamiento profiláctico de rutina en aquellas personas en que se tenga la certeza de
que han sido abusadas sexualmente, sino que se recomienda revisar las circunstancias de la
violación, ya que en el recto hay receptores que tienen mayor afinidad por el VIH, por lo tanto,
una violación anal supone mayor riesgo que una violación vaginal. En dicho contexto
convendría consultar con un infectólogo sobre el uso de la profilaxis, además de discutir con la
familia del niño el riesgo de ésta, incluyendo toxicidad y eficacia desconocida. Si el cuidador
acepta la profilaxis antiretroviral post exposición, se debe evaluar la tolerancia a los 3-7 días y
se debe hacer pruebas de anticuerpos a las 6 semanas y a los 3 y 6 meses.

En la tabla IV aparece el riesgo de ser infectado por VIH a través de diferentes vías, dentro de
las cuales se incluye el sexo anal receptivo, que tiene un riesgo de 0,1 a 3%, en comparación
con el sexo vaginal, cuyo riesgo no supera 0,2%.
Riesgo de infección por VIH post infección. Fuente: Simposio ITS, Chile 2005. CDC 2006

El momento oportuno para la profilaxis de VIH es antes de las 4 horas después de la


exposición y es ineficaz cuando han transcurrido más de 72 horas desde ésta. En Chile sólo
0,5% de la población es VIH positiva, por lo que el riesgo de contagio es bajo.

Para el manejo de las situaciones expuestas anteriormente existen las Normas y Guía Clínica
para la Atención en Servicios de Urgencia de Personas Víctimas de Violencia Sexual (MINSAL
2004). En estas normas aparecen los siguientes tratamientos:

1. Prevención de ETS no virales: ceftriaxona 250 mg intramuscular, dosis única;


azitromicina 20mg/kg, máximo 1 g, vía oral, dosis única o eritromicina 50mg/kg, vía
oral, máximo 2 g, por 10 a 14 días; metronidazol 15mg/kg/día, vía oral, por 7 días
(máximo 2 g); penicilina G benzatínica 50.000 UI/kg, dosis única, máximo 2,4 millones
UI.
2. Prevención de ETS virales: vacuna hepatitis B, primera dosis antes de 48 horas del
abuso y a los 2 y 6 meses; VIH/SIDA: evaluar costo/beneficio y efectos secundarios.
3. Prevención de embarazo: levonorgestrel 750 ug por vía oral, cada 12 horas, dos dosis.

Prevención del abuso

Debido a las dificultades en el diagnóstico y a las consecuencias del abuso sexual, es


importante enfocar los esfuerzos en las medidas preventivas, a través de un apego seguro y
una paternidad competente y bien tratante.

El apego es, al inicio, sensorial y emocional, pero luego se configura la impronta, que significa
que el recién nacido incorpora en su memoria las características sensoriales de la madre, lo
que ocurre en un periodo sensible, porque depende de un mediador cronobiológico que es la
secreción de acetilcolina, que se ha denominado el neuropéptido de la memoria. Éste permite
al niño recordar todos los gestos de la madre en el período de recién nacido, de manera que si
las circunstancias fueron agradables, se produce un apego seguro; de lo contrario, el apego
será inseguro. Luego del periodo en que actúa este neurotransmisor el apego aún es posible,
pero es mucho más dificultoso, porque el aprendizaje es más lento y la memoria ya está
impregnada de recuerdos de experiencias desagradables. Muchas maternidades están
tomando conciencia de todo lo que implica el apego. Uno de los importantes centros
promotores es el Hospital Barros Luco, en el que se ha implementado un programa para
aumentar las competencias parentales. En este centro hospitalario el control se inicia en la
etapa prenatal, con el fin de determinar las competencias de los padres y prepararlos para el
parto y los momentos posteriores.

La parentalidad competente y bien tratante se caracteriza por: la disponibilidad múltiple, es


decir, la disponibilidad para espacios afectivos, íntimos, lúdicos y de aprendizaje; la estabilidad,
accesibilidad, perspicacia, eficacia y coherencia. Los espacios afectivos van permitir que la vida
cotidiana se mueva en torno a rutinas y rituales, que van a ir configurando los tiempos y
espacios de los niños y les darán seguridad. En un estudio americano reciente se demostró
que las familias que tienen una rutina claramente establecida y normas claras tienen hijos con
mayor competencia académica, menores índices de drogadicción y menos enfermedades
generales, en comparación con las familias que no establecen rituales o rutinas claras.

El apego seguro y la paternidad bien tratante refuerzan la resiliencia, es decir, facilitan el


desarrollo de fenotipos resistentes por sobre los fenotipos vulnerables, lo que es muy
importante, porque no siempre el maltrato y abuso son provocados por los padres, sino que
también puede ser causado por elementos de la sociedad. Estos elementos generarán en los
niños un mundo valórico en el que predominarán la paciencia, el deber y la voluntad para lograr
la modulación del mundo impulsivo y gratificante, lo que en el futuro les permitirá comprender el
concepto de paternidad responsable y romper, finalmente, el círculo transgeneracional de la
violencia.

Excelente revisión por :

Dra. María Rosa Olguí D., Ginecología Pediátrica, Hospital San Borja-Arriarán

Comentarios y preguntas

Dr. Pedro Barreda

www.pediatraldia.cl

2007

El Dr. Pedro Barreda solo se limita a copiar y transcribir la conferencia.

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