El Higienismo nace como una corriente o movimiento a principios del siglo XIX, cuando los
gobernantes reflexionaban sobre la problemática existente de la salud, tanto en sus habitantes
como en la ciudad; sin excluir otras razones como las sociales, económico productivas, educacionales, etc.; manifestándose tanto en las ciencias aplicadas como en la medicina, ingeniería y arquitectura. El hacinamiento y la pobreza afectaba a la ciudad, lo que provocaba epidemias y desnutrición. Los médicos comenzaron a denunciar las condiciones de vida como causa primera de las enfermedades. Debido a esto surge la necesidad de mantener ciertas condiciones en materia de salubridad, en el ambiente, así también como la instalación de agua corriente, cloacas e iluminación en las calles. En cuanto al desarrollo del Higienismo, como se dijo hasta 1850 sólo existieron algunos intentos individuales, sobre todo de médicos, por cuidar la salud urbana. En esa primera etapa, las escasas personas con alguna preparación científica a la cabeza de este movimiento buscaban el origen de las enfermedades en factores ambientales. Era necesario proteger tres elementos básicos: el aire, el agua y el sol. Provistos en cantidades y calidades adecuadas se lograría alejar las "miasmas", como llamaban a los "vapores u organismos malignos" que, según se creía, se desprendían de los cuerpos enfermos o sustancias en descomposición, para atentar contra la salud de los habitantes de las ciudades. Así se ponen en práctica algunas estrategias urbanas de las que se conocían: tapar fangales, alejar industrias, mataderos, y cementerios de las áreas centrales de la ciudad, todas actividades del ámbito público. En una segunda etapa, el movimiento ya abarcó también los ámbitos privados, en las casas particulares, proclamando la necesidad de instalar baños en todas las viviendas, reglamentando la altura mínima de los techos, una adecuada ventilación natural de los ambientes, recomendaciones acerca de la limpieza periódica de las casas. Luego, con las investigaciones de Robert Koch y principalmente de Louis Pasteur, se descubre la 'verdadera' razón de las enfermedades, que se relacionaban con microorganismos y no con las emanaciones de las sustancias en descomposición, y la higiene pasa a ser una cuestión social; se comienza a analizar bacteriológicamente el PARQUE URBANO EN LA PLATA, DEL HIGIENISMO A LA SUSTENTABILIDAD. 10 Autor: JULIETA MULINARIS. agua, se utiliza el cloro para desinfectar, se prohíben las fábricas en áreas de vivienda, etc. Posteriormente, surge el Higienismo Moderno como ideología y corriente naturópata en 1829, que predicaba la salud a través de la hidroterapia. Por otra parte, en el contexto Argentino, con sus oleadas migratorias, surge también un discurso higienista sobre la población; siendo los más destacados higienistas nacionales del S. XIX Guillermo Rawson (“Conferencias sobre Higiene Pública.”), José Eduardo Wilde, Pedro Mallo y Emilio R. Coni. (2) El higienismo urbano argentino gira en torno a la problemática del clima y cómo hacer que éste sea saludable; tanto las plazas, y espacios al aire libre son valorados por las voces del higienismo como una de las soluciones para el hacinamiento y las enfermedades, junto con el trazado de cloacas, para obtener “métodos de vida acordes a la higiene”. Por todo lo expuesto, el higienismo que buscaba un modelo de ciudad más igualitaria, consideró el sentido de la necesidad de implicar en esta tarea común no solo a los médicos, sino también a los arquitectos y a los ingenieros sanitarios. En síntesis: ”La agenda de los temas urbanos propuestos por los profesionales del movimiento higienista abarcó desde los problemas ligados al “emplazamiento original de la ciudad” (localización geográfica, situación geológica, clima, vientos), hasta “la organización material” de la urbe, basada en principios higiénicos. En los aspectos edilicios: ancho de las calles, altura máxima de los edificios, relación entre altura y ancho, ubicación de plazas y parques, arbolado en las aceras públicas. En lo relativo a servicios de higiene e infraestructura: limpieza pública, recolección y tratamiento de residuos, pavimentación, abastecimiento de agua y desagüe cloacal. Localizaciones especiales para establecimientos insalubres: como la ubicación extra urbana de sitios signados como peligrosos o dañosos a la salud, básicamente los saladeros y mataderos, industrias, hospitales y cementerios.
Vera Gutiérrez Marlene - 2019 - Tensiones Entre El Cuidado Antivenereo y El Control de Las Corpoalidades en La Reglamentación de Las Casas de Tolerancia PDF