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compromiso climatico”
CURSO:
DOCENTE:
DANIEL ORTIZ
TEMA :
Grado y sección:
5 “c”
2014
Batalla de Ayacucho
Antecedentes:
Campaña de Ayacucho:
Simón Bolívar llegó con sus tropas desde Huancayo hasta Huamanga, donde
decidió regresar a Lima y dejar al mando del batallón a Sucre.
Tras la derrota española en Junín, los realistas se retiraron hacia el Cusco,
donde se reorganizaron bajo el mando del virrey La Serna. Ya con la armada
lista, se movilizaron de regreso hacia Huamanga. Fue el momento en que se
dio el encuentro entre patriotas y realistas en la Pampa de Ayacucho, al pie del
cerro Condorcunca.
EL ejército de Sucre contaba con 5600 hombres, una cifra muy inferior a los
realistas, que llegaron a los 9500 soldados comandados por el virrey La Serna.
Al amanecer del 09 de diciembre de 1924, ambos ejércitos ultimaron detalles
para la batalla, donde Sucre lanzó la siguiente arenga: “De los esfuerzos de
hoy depende la suerte de América del Sur. Otro día de gloria va a coronar
vuestra admirable constancia”.
Capitulación de Ayacucho:
• Los militares españoles pudieron regresar con gastos pagados por el Estado
Peruano.
Escenario
La batalla se desarrolló en la pampa de Junín o Meseta de Bombón, situada en el centro
del Perú en el actualdepartamento de Junín a orillas del lago llamado Junín o
Chinchaycocha que está situado a 4000 msnm. La planicie está ubicada en la región
natural de la puna o altoandina, entre los distritos de Junín, Ondores y Carhuamayo de la
región Junín y el distrito de Ninacaca de la región Pasco.
La batalla
El 2 de agosto Simón Bolívar pasó revista a su ejército, compuesto por 7.900 soldados de
infantería, 1.000 de caballería y 6 piezas de artillería, en el llano de Rancas dirigiéndole
estas elocuentes palabras:
¡Soldados! Vais a completar la obra más grande que el cielo ha encomendado a los hombres:
la de salvar un mundo entero de la esclavitud.
¡Soldados! Los enemigos que vais a destruir se jactan de catorce años de triunfos. Ellos, pues
serán dignos de medir sus armas con las vuestras que han brillado en mil combates.
¡Soldados! El Perú y la América toda aguardan de vosotros la paz, hija de la victoria, y aún la
Europa liberal os contempla con encanto porque la libertad del Nuevo Mundo es la esperanza
del Universo. ¿La burlaréis? No. No. Vosotros sois invencibles.
Simón Bolívar
El 6 de agosto el ejército de Canterac, formado por 1.300 jinetes, 7.000 infantes y 9 piezas
de artillería,5marchaba apresuradamente alrededor del lago Junín tratando de evitar el
combate con Bolívar. Esa tarde el Ejército Unido había cruzado el río Grande a la altura de
Rumichaca, al llegar a una elevación pudieron observar al ejército realista en retirada
acercándose a la llanura de Junín.
Sin perder tiempo, Bolívar ordenó a 900 jinetes de su caballería intentar detener a los
realistas mientras la infantería, que aún se encontraba a 5 kilómetros de distancia los
alcanzaba. Viendo esto, Canterac ordenó a su infantería continuar la retirada y poniéndose
el mismo a la cabeza de sus hombres, desplegó su caballería en batalla ordenando que
los "Húsares de Fernando VII" y los "Dragones del Perú" formaran una sola línea teniendo
a los "Dragones de la Unión" en columna a los dos flancos para favorecer el envolvimiento
de la caballería patriota.
El terreno era difícil, la caballería destacada por Bolívar marchaba en columnas por un
espacio angosto entre un cerro y un pantano. El mando general de toda ella lo ejercía el
general Mariano Necochea, el de la caballería colombiana el coronel Lucas Carvajal y el
de la peruana el general Guillermo Miller.6 Encabezando la formación iba el regimiento de
Granaderos de Colombia comandado por Felipe Braun, seguido por el escuadrón de
Granaderos de los Andes al mando de Alejo Bruix, el regimiento de Húsares del Perú del
coronel Antonio Placencia, y el regimiento de Húsares de Colombia del coronel Laurencio
Silva. La caballería independentista salió del trecho por el que venía y comenzó a
desplegarse en la pampa, pero cuando únicamente los "Granaderos de Colombia" habían
formado en batalla y el tercer escuadrón de "Húsares del Perú" aguardaba en la quebrada
de Chacamarca su turno para entrar en la línea, fue cargada por la caballería realista.
Los "Granaderos de Colombia" recibieron a pie firme el choque de la caballería española
enrristrando sus largas lanzas a modo de picas, desconcertando a sus contrarios con esta
estrategia y deteniendo durante un instante el ataque realista. El general Miller que
conducía a 250 "Húsares del Perú" con la misión de desbordar la derecha de Canterac no
pudo ejecutar esta maniobra por lo precipitado del ataque realista y hubo de cargar de
frente siendo envuelto junto a los "Granaderos de los Andes" y los "Húsares de Colombia"
que mandaba el general Necochea quien herido y desmontado fue hecho prisionero,
únicamente una parte de los "Granaderos de Colombia" al mando del mayor Braun
lograron abrirse paso entre las filas contrarias quedando en posición ventajosa mientras
que el resto de la caballería patriota se replegaba perseguida por la realista. Al presenciar
crítico momento, el general Bolívar, que junto a su estado mayor había estado
presenciando el combate sobre una loma a orilla del lago con grave peligro para su
persona, se retiró a retaguardia preocupándose en reunir los dispersos de su caballería y
acelerar la marcha de la infantería siendo alcanzado en dicho lugar por el general Lara que
conducía la primera de la divisiones patriotas ocurriendo el siguiente diálogo entre ambos
según refiere el coronel Manuel Antonio López, en ese entonces ayudante del estado
mayor, en sus recuerdos sobre la campaña:
"(...)Cuando el general reunía nuestros maltrechos jinetes, llegó el general Lara i le pregunto:
-¿Que hai, general?
-Que ha de haber, respondio el Libertador, que nos han derrotado nuestra caballería.
-¿I tan buena así es la del enemigo?
-Demasiado buena, cuando ha derrotado la nuestra, replico Bolívar.
-¿Quiere usted que yo vaya a dar una carga con esta caballería? (propuso Lara señalando a
los arrollados)
-No, (concluyo el Libertador) porque eso sería quedarnos sin caballería para concluir la
campaña.(...)"
La Batalla de Junín, Recuerdos Históricos del coronel Manuel Antonio López7
Ese mismo año Tarma fue escenario de un exitoso combate contra los realistas quienes
perdieron caballos y equipos.
Entre los años de 1820 y 1822 los pueblos de Junín realizaron un sacrificio esforzándose por
expulsar al ejército realista de la región.
Entre 1822 y 1824 muchos pobladores sufrieron requisas y penalidades por parte del ejército
realista, que de esta forma castigaban a los grupos del ejército libertador que se
encontraban en el valle del Mantaro.
En marzo de 1824 el general realista estuvo encargado de perseguir al líder Ninavilca por los
caminos de Jauja, imponiendo a esta ciudad numerosos cupos de guerras.
En el pueblo de Junín en 1834 se llevó a cabo una acción de armas, entre las fuerzas
armadas bajo el mando del general Miller, quien se había posesionado del cementerio y de la
plaza de armas del pueblo.
El 6 de agosto de 1824 a 5 km. del lago Chinchaycocha (lago Junín), se desarrolló una de las
más importantes batallas de la gesta patriótica. El triunfo de Junín y la derrota de los
españoles fueron el resultado del arrojo y oportuna intervención de la caballería peruana.
Después de la batalla de Junín el libertador Bolívar estableció en Huancayo su cuartel
general.
Desde Huancayo días después, las tropas revolucionarias del coronel José Rufino partieron a
dar batalla a las fuerzas orbegosistas en el campo de Maquinhuayo, allí un recordado abrazo
puso término a la guerra civil.
A partir de 1847 con la fundación del fuerte de San Ramón, se dió mucho impulso al trazado
de las trochas en la zona de la selva y la habilitación de áreas para colonización.
En las décadas de 1850 y 1860 se intentó delimitar áreas reservadas a emigrantes europeos.
La colonización de la selva privó de sus mejores tierras a las etnias amazónicas nativas.