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Tratando con entes, algo se me escapa y es la nada. La ciencia trata con entes y
nada más. Retomamos nuevamente la pregunta de Leibniz. El filósofo tiene un
ojo de más, pues pone el ojo en la nada. La filosofía es ver con tres ojos.
Entonces ¿qué es la nada? La metafísica irrumpe con una pregunta inusual, que
no es lo común. Lo que caracteriza a la filosofía es su carácter extraordinario, es
la forma de escapar a lo ordinario del mundo, dominado por la transparencia de
la comunicación. Lo usual es el ente, y lo inusual es la nada. La pregunta por la
metafísica es inusual, porque la pregunta por la nada, priva su objeto. Por esto se
está al revés, porque no pregunta por algo, sino por nada. Toda pregunta se
mueve en el terreno de la lógica, y para la lógica, la nada es igual al no-ser.
Heidegger dice que en este camino ocurre que algo queda por fuera: la retórica
¿para qué ir derecho si me puedo perder en meridianos? ¿para qué ir al ser si
puedo rodear la nada?
La nada es más primordial que el no ser. La nada no es privación y por tanto no
puede ser analizada desde el no-ser. La nada no es una expresión lógica sino una
afirmación metafísica: más allá de los entes. ¿Cómo nos encontramos con la
nada si no es por medio de la lógica? La nada no es algo que se tenga al frente.
Aristóteles ve al frente y se preocupa por el ente, mientras que con Sócrates hay
una invitación al abismo: conócete a ti mismo. Con Aristóteles empieza la
metafísica, que es la historia del olvido del ser.
Para poder saber qué pasa con la nada, debo ir a una experiencia erfahrung. La
experiencia es correr un peligro, el peligro de la nada. Estar-en-el-mundo es un
abismamiento absoluto, y sin embargo no podemos ver la totalidad. Para ver el
horizonte debo trascender y dejar de ver sólo entes. Vemos sólo entes y no
podemos ver la nada.
En el 29, Heidegger comienza a explorar el Stimmung, y lo llama aburrimiento.
En el Stimmung como historia de la metafísica, Aristóteles afirma que todo
hombre desea conocer porque todo hombre tiene admiración del cosmos y la
admiración genera contemplación. Hay un viraje a ello con Descartes en la
historia de la metafísica desde el Stimmung, y es que el conocimiento empieza
con la duda. Después surge con Kierkegaard, que la verdadera Stimmung es la
angustia. En 1850 en la Enciclopedia de Novalis, dice éste que la Stimmung,
más que la angustia, es la melancolía, que es el querer estar en todas partes
como en casa. La gran literatura surge de un profundo tedio y por eso se da en el
Siglo XIX. Cardona afirma que hay que pasar de la melancolía a la tristeza: la
tristeza de la partida de los dioses. Heidegger privilegia esa tristeza en los textos
de los 30s.
La Stimmung revela la nada. Heidegger dice que estamos suspendidos en la
angustia y frente a ello tenemos dos opciones: la huida de la angustia, que es el
espacio del entretenimiento, el trato con los entes y no encaramos la nada. La
angustia me acoge, la Stimmung me acaece, la nada me sobrecoge, Das Nicht
vernicht, la nada nadea, o la nada anonada. La nada me coge, yo no puedo
coger la nada, porque la nada no es ente. La nada me trasciende, pensar en la
nada es pensar en nada, no la podemos pensar y coger, porque ella me
sobrecoge. La nada es un silencio absoluto, silenciando incluso el conocimiento,
pues la filosofía no es mera ciencia.
La segunda definición del Dasein, es estar-volcado-hacia-la-muerte.
La vida es vivir virtuosamente, no vivir de cualquier forma: se debe vivir
conociendo el bien, y ello no se conoce por medio de la ciencia, es decir, no se
conoce por el trato con los entes.
2. Despliegue de la pregunta
La ambigüedad de la pregunta está marcada por una caída: la historia de la metafísica es
la historia del olvido del Ser. Hay olvido del ser porque el ser se ha determinado por
determinaciones erróneas. Lo anterior se debe a que se le pide más a la filosofía de lo
que puede dar. Hay cosas que no se pueden hacer con la filosofía. ¿Qué es entonces la
filosofía? Es preguntar por los primeros principios y las primeras causas. Un principio
no tiene principios, se pone sencillamente. La filosofía cuando pregunta por los
principios ofrece una pauta de orientación: “hacia las cosas mismas”. No sirve para
resolver problemas, pero sí para orientarnos. Dicho trabajo de orientación es para
pocos.
La filosofía es realmente un camino que abre caminos. Enciende todo preguntar y
conjeturar. Ella establece prioridades.
Se cree que la filosofía ayuda a fomentar la ciencia; ello es erróneo. La filosofía se
pregunta por la técnica y la ciencia, pero no la puede fomentar. La filosofía como
inversión de sentido, no facilita sino dificulta la realidad. Agrava, problematiza. No se
puede medir a partir de parámetros culturales.
La filosofía es una pregunta extraordinaria por lo extraordinario. Lo extraordinario fue
llamado physis, tan simple como el nacer y el perecer, o como los movimientos de la
vida y la muerte. Physis, significa apertura, como el florecer de una flor: una flor
florece porque florece. La physis es el ser mismo. Nosotros tenemos una interpretación
equivocada de la physis, cuando entendemos a la physis como producir. Aquí la physis
se convirtió en naturaleza y aquella no es esta. Lo grande comienza y en el mismo
comienzo empieza su decadencia. En el momento que se pregunta por la physis,
comienza la decadencia de la filosofía. Ello implicó el atribuirle el florecer de la flor a
una producción de la naturaleza, arremetiendo contra el místico que se maravilla con lo
que hay. El rumbo de la metafísica desde Aristóteles, se vio determinada por la
pregunta por la física. La metafísica empezó con su decaimiento.
La filosofía, entonces, es un preguntar extraordinario por cosas extraordinarias. La
metafísica es más allá de la physis.
Lo primero que aparece es segundo en el orden del ser.
3. La historia de la metafísica está determinada por la física.
El Dasein es un ser que pregunta por el ser, pero no es opcional sino que le va su
ser. El dasein se pregunta quién soy, siendo su pregunta fundamental. Esta
pregunta atraviesa toda mi existencia. Soy un ser que descubre su ser en el
momento final. Cuando asumo el ser que me va, el ser me interpela, choca al
dasein. El Dasein oscila en el ser, se mueve en el ser. Dicha oscilación es la
pregunta.
Ser es lo que es, en griego; pero lo que es, es ente, algo. Lo que es ente, algo, es
lo que se conoce. Todo lo que es, es aquello que se conoce. La pregunta en la
que el Dasein oscila, es una diferenciación ontológica entre ente y ser. Platón
distingue entre las cosas justas y la justicia en sí. Aquí hay una diferenciación
ontológica ¿Cómo llegamos a esa diferenciación ontológica? Hay dos caminos:
la ciencia y la filosofía. La primera llega por la determinación, y la segunda
llega a partir del cuidado. Ese cuidado es una atención, un atender al ser.
Heidegger entonces pregunta por el sentido del ser. Pone un ejemplo: le dice a
sus estudiantes que mire hacia la ventana y al otro lado está el edificio de
bachillerato. Les dice que le presten atención al edificio, preguntándoles qué
ven. Ellos ven ladrillos, paredes, ventanas y demás. Sin embargo lo que ven
evoca una institución y no tales cosas. La institución no es las cosas.
La Iglesia es un lugar de presencia de lo divino, no son las cosas, ni un mero
lugar con cuadros, sillas y demás.
El estar, el hay, implica algo más. Es algo más de lo que hay. No es eso
solamente. No es la construcción, no son las cosas, sino que estas evocan
mundo.
4. ¿Cómo nos introducimos a la pregunta? El espacio de esa introducción se da
por una decisión histórica del pueblo
5. Desde el 29 Heidegger se empieza a medir con Nietzsche a partir de esta
pregunta: ¿Qué es el Ser? Afirmando que el Ser es el destino espiritual de
occidente, de Europa, centrado en un foco problemático que es Alemania.
El pueblo está en peligro, por dos potencias que son lo mismo: la técnica y la
organización burocrática, siendo fenómenos de profunda decadencia. La
Decadencia de occidente es el eje de toda reflexión. El origen de occidente es la
decadencia. Pero en medio de la decadencia, desde el centro, por el centro, se debe
tomar una decisión absoluta del tomar las riendas de la situación. Alemania por
estar en el centro, sufre la mayor tensión. El pueblo alemán tiene una relación
original con el origen, que es una relación con la ontología. En medio de la
decadencia, el pueblo alemán requería sobreponerse. Los signos nos deben llevar al
verdadero diagnóstico. Se debe realizar la grandeza del espíritu alemán, de acuerdo
con Heidegger y realizar el destino espiritual de occidente, por tanto Alemania debe
tomar las riendas de occidente y sobreponerse.
Errores:
1. Se debe marcar la diferencia entre la ciencia y el pensar. Debemos apartarnos
entonces de la creencia que el espíritu es inteligencia, debido a que la
inteligencia se enmarca en la neurociencia.
2. Reducción del espíritu a la herramienta. El espíritu sirve para… de aquí parte la
crítica de Heidegger al marxismo, en tanto que el marxismo afirma que el
espíritu debe ser la herramienta de la revolución.
3. Reducir el espíritu a la cultura. Reducción del espíritu a valores.
4. Propaganda: el espíritu no es propaganda.
De alguna manera, el eje del texto parmenidio es la identificación del ser pensante.
Tesis parmenidia
Aquello que llamamos ser es una revelación. La manifestación es simple y no tiene la
complejidad de la percepción humana. Aquella percepción de la manifestación simple es el
núcleo del parágrafo 6: siendo se es. La simplicidad de algo inaugura la complejidad de su
comprensión. Lo simple, la verdad bien redonda. Lo complejo, que esa verdad bien redonda
sólo se le da al hombre en ese espacio del lenguaje. La realidad es simple y lo complejo es
la forma en la que el hombre accede a ella.
Parménides es para nosotros una herencia. Está en el pasado en la manera en que está
activamente. Cuando recibimos una herencia también estamos en su transformación. Frente
a la simpleza del siendo se es, la pregunta es qué es eso que está siendo. Cuando hablo de
algo, ese algo se está convirtiendo en una entidad y surge un problema metafísico ¿qué tipo
de entidad es esa?
Existe una tendencia a decir que Parménides habla de El Ser. Realmente el no habla de algo
así como El Ser. Siendo se es, no es la sustancialización de algo.
Sin embargo, la metatafísica es la búsqueda del comienzo.
Tesis parmenidia
1. El ser verdadero o pleno debe ser objeto de la investigación filosófica. Es un amor
por la verdad.
2. Dicho ser debe ser siempre igual a sí mismo y por tanto no está sometido al devenir.
Es por ello que Heráclito se considera el detractor más grande de Parménides.
3. El ser sólo puede ser conocido por el entendimiento. El acceso al ser que es uno,
redondo y no cambia, sólo puede ser captado por el entendimiento.
4. Existir dos órdenes de conocimiento. Se separa el orden del conocimiento de lo
divino y del conocimiento de lo mortal. Filosofía es ruptura.
Filosofía es atender al eidos. Eidos es Idea. Sin embargo, tenemos una concepción moderna
de la idea y no platónica: decimos que la idea es una realidad mental. Si discutimos con
Protágoras y no podemos entender que el hombre es la medida de todas las cosas, no
podemos reducir el eidos a una realidad mental, reducido al hombre. Sin embargo no
podemos considerar al eidos de esta forma. El eidos es una forma, y ello es un aspecto del
aparecer de las cosas. Las cosas son lo que son en cuanto tienen un aspecto: eidos, que es
forma. Pero dicha forma no es visible con los ojos del cuerpo, sino con los ojos del alma.
Es una forma inteligible porque sólo es captado por la inteligencia, por el alma. Dicha
forma inteligible es común. Con los ojos del cuerpo podemos ver lo sensible, con los ojos
del alma se ve lo inteligible. El eidos también se refiere a cosas abstractas, como la belleza.
El eidos no se refiere solamente a algo mental, sino que se refiere a lo en sí. Por tanto
Platón habla de la belleza en sí misma. ¿Qué es lo en sí? Podemos decir que lo en sí es la
condición de inteligibilidad, es decir, la condición desde la cual podemos definir algo. Por
tanto la filosofía es la ciencia de la definición. Pero con ello tenemos una separación del
orden de la realidad. Lo sensible y lo inteligible.
Tendemos a pensar que las Ideas son realidades abstractas. Creemos que la filosofía es
abstracción. Pero no, quien piensa abstractamente es quien no ve el todo. Pensar lo en sí, es
pensar el todo. Aquí estamos ante la problemática de realidades separadas.
Acudimos así al Banquete. Diotima habla por medio de Sócrates, apelando a la ascensión y
a la seducción. Aquí estamos ante el problema de que se nos dificulta el espacio noético, lo
en sí. El espacio noético es una fora, inaugurando el forismo, la ruptura. Si hay una ruptura
entre lo noético y lo sensible, ¿cómo hacemos dicha conexión? Dicha separación es llegar a
lo que constituye el mundo sensible.
Platón inaugura el discurso indirecto: para poder hablar de estas realidades separadas,
Platón muestra ejemplos, pero dichos ejemplos no son la realidad separada. Dichos
ejemplos de las ideas es la idea de la luz. La metafísica es la inauguración de la metáfora de
las metáforas, que es una metáfora luminosa. La luz hace visible lo visible en la medida que
ello es invisible. La luz no se ve, hace que las cosas se vean. La segunda metáfora es que es
el velo que cubre todo lo que hay, como si fuese un manto que cubriera todo lo real. Velo
puede ser una malla, lo que cubre las Upanishads en el otro lado del Oriente. La filosofía
entonces es el aparecer y el ocultar: se muestra en la medida que se oculta. Es un
develamiento en la medida que se oculta. El que devela oculta y el que oculta devela.
Conocer es recordar, anamnesis. El camino siempre es la reminiscencia. Estamos entonces
ante la dificultad de pensar con el cuerpo. El cuerpo es el órgano obstáculo del
pensamiento. En el Fedón se afirma que si es difícil pensar con el cuerpo, se debe
abandonar. Se trata de aprender a morir y a permanecer muerto. Es aprender a separarse del
cuerpo, de lo sensible, y remontarse al espacio noético. Es poder pensar en términos de
totalidad y no de particularidad. Aquí se plantea la hipótesis de la Idea. La idea sólo se
puede conocer muriendo.
La Idea no se puede definir. La República no pretende definir la justicia, sino mostrar la
justicia.
Hipo: por debajo
Tesis: lo que pongo.
Lo que pongo de tal manera que esté por debajo pero que sostiene todo lo que propongo. Es
el fundamento. Siendo se es, sólo puede ser comprobado si pongo una hipótesis que lo
sostenga. Por tanto la filosofía es un conocimiento fundamental, tratamos con fundamentos.
Después con Aristóteles vamos a llamar a los fundamentos principios.
Debemos admitir que no podemos suponer cada vez todo lo que es. Debemos tener unos
supuestos vacíos, unos supuestos elementales, un arquetipo, lo en sí. Cómo captar eso
elemental, cómo agarrarnos a la hipótesis. A partir de una dialéctica, que es una
confrontarme a la Idea. Pero no es discusión de opiniones sino confrontación de opiniones
para poder confrontarnos con la Idea.
El diálogo es acceder al equilibrio primordial del eidos. Es por ello que en un diálogo no
hay “vencedor”. Sócrates no es nadie sin la confrontación con sus compañeros de diálogo.
El diálogo es el equilibrio de la tensión, ello es lo dialéctico, la confrontación. Y esa
confrontación es el mismo todo. El todo no está en las partes, sino que es el todo y acceder
al todo es ese acto de confrontación. La dialéctica es un aprendizaje, pero en ciclo
hermenéutico.
Existe un natural dialéctico: de allí la posibilidad del diálogo. El hombre es el único ser
que ve en conjunto, y de allí el natural dialéctico. Dicha visión de conjunto es justamente el
pensamiento. Es la identidad Ser-pensar. El eidos sólo acontece en el espacio del pensar, es
decir, la muerte de los sentidos. Es lo mismo ser y pensar. Pero ello parte del supuesto que
la metafísica es la separación más radical. Si aceptamos entonces que la metafísica es
platonismo, aceptamos que el platonismo es la salida de la caverna.
Debemos atender a la Idea del Bien, como incondicionado. Del incondicionado sólo se
habla negativamente. Para hablar de la Idea, no se habla de la Idea, sino que se hace un
rodeo filosófico. El filósofo está buscando la realización del bien en él y por tanto en toda
la comunidad. El ser virtuoso es orientar toda la vida de acuerdo al bien.
Filosofía es el poder ir más allá de las esencias. Hablamos de la trascendencia. Sócrates
funda la posibilidad de la trascendencia.
Ese más allá siempre ha sido y nunca dejará de ser. Aquí aludimos al Timeo: lo que ha sido
es el origen.
ARISTÓTELES
En el segundo Heidegger, hay un retorno a los comienzos. Normalmente se puede
considerar que los comienzos están “atrás”, ya fue superado y por tanto olvidado. Sin
embargo, para la filosofía el comienzo está “adelante” y no atrás. Nosotros vamos al
comienzo y por tanto a Parménides no lo colocamos atrás, sino adelante. Debemos ir al
comienzo.
Dicho retorno no se puede hacer a espaldas del comienzo. El pasado debe ser pensado. De
allí la necesidad de volver a la tesis de Parménides: Siendo se es.
Estética de la recepción: es una tesis hermenéutica a partir de la cual se considera que el
comienzo es lo que ha generado.
En los comienzos tenemos textos fragmentarios con los presocráticos. En términos de
Grondin, la prehistoria de la metafísica: Parménides y Platón. Aristóteles es quien afirma
que Platón es el precursor de una teoría.
¿Es posible hablar de ciencia a partir de fragmentos? No, porque para ello necesitamos un
cuerpo doctrinal. Sí porque son una revelación fundamental. La revelación fundamental
aquí es siendo se es, la tesis parmenidea.
El conocimiento que se refiere al qué, es decir al hecho, una técnica, se diferencia de un
conocimiento epistémico, que pregunta el por qué, por la causa. Aquí hay un doble
conocimiento. Hay un conocimiento verdadero, que llamamos episteme y pregunta por qué
hay. Aristóteles reinterpreta la revelación de Parménides, la cual no considera suficiente, y
afirma que desde siempre los hombres han buscado el por qué. La historia de la filosofía es
la historia del querer ir más allá de la revelación. A Aristóteles no le bastaba con la
revelación y por tanto, quiso ir más allá.
Siendo se es, sólo se puede entender con la identificación entre ser y pensar.
Con Platón, al contrario de los fragmentos, tenemos obras. Tenemos aquí por fin algo más
que una revelación. Sin embargo, el gran problema es que dichas obras son, al parecer, un
diálogo vivo, de acuerdo con Grondin. Este va a afirmar que dicho diálogo vivo no puede
ser reducido a proposiciones. Platón realmente no habla, pues quien dice todo es Sócrates.
Este afirma que él está atendiendo al Oráculo de Delfos, que le mandó conócete a ti mismo,
y lo único que éste hace es seguir dicha revelación. Aquí podemos decir entonces que la
revelación es una transformación del alma. El camino hacia el ser es un camino de
conversión del alma. Con Platón, lo que guía el camino, lo que es, es la Idea. En ese
conócete a ti mismo Sócrates conoce que es el ser más ignorante.
Es una orientación en torno al Bien. Ser y pensar implica virtud y la virtud fundamental es
la virtud del bien. Tanto Parménides como Platón tienen algo en común; Platón es un
parmenideo. Parménides consideraba que la realidad era redonda. Platón quería ir más allá
de las esencias: el Bien está más allá de las esencias.
Aristóteles es una ruptura porque aquello que era una actitud se convirtió en una ciencia
que a su vez es un desmonte del platonismo. Desde Aristóteles se presenta un corpus
unificado con el título meta ta physika. Sin embargo, el término Metafísica no es de
Aristóteles sino de Andrónico de Rodas.
En la Metafísica encontramos que lo que antes era una revelación, es un comportamiento
con método y límites. Dicho comportamiento está regulado, es metódico y tiene un objeto.
La ciencia que busca Aristóteles que tiene un objetivo a alcanzar. Pero ¿cuál es el objeto de
esta ciencia, dicha filosofía primera? A dicha pregunta, Aristóteles contesta de cuatro
maneras distintas:
1. Primeros principios y primeras causas (aitiología): la ciencia primera. Aristóteles
apela siempre al conocimiento histórico, mientras que Platón apela siempre al mito.
Aristóteles afirma que hay una ciencia primera que arranca a partir de una
admiración. Es una ciencia que le corresponde a la condición del hombre. Aquí hay
un desprendimiento de las cosas materiales y empezó a buscar el más allá, lo
primero.
2. Lo que es en cuanto tal: Libro IV de la Metafísica. Hace referencia al ser en cuanto
ser. La metafísica toma el lugar de una ontología universal.
3. Sustancia o entidad (ousiología): Libro VII de la Metafísica. Debemos encontrar si
hay entidades separadas. Y viene la siguiente formulación
4. Substancia primera (teología): Libro XII de la Metafísica.
La Metafísica como ciencia no tiene un solo objeto, sino cuatro, de acuerdo con lo anterior.
¿Cuál es la unidad de dicha ciencia? ¿Por qué no partimos del cuarto “principio”? ¿Cuál es
la estructura de la anterior formulación?
Después de Aristóteles, toda filosofía primera se moverá en esos 4 puntos. El problema es
desde dónde nos paramos en dichos 4 puntos y a qué se le da primacía.
Física: lo primero que se conoce es la física, porque es el conocimiento dado por los
sentidos. Desde Platón, dicho conocimiento no es suficiente y nos debemos remontar a las
Ideas. Aristóteles partiendo de la física, se remonta a la Metafísica, más allá de los sentidos.
Aristóteles parte de un presupuesto: Todos los hombres desean por naturaleza, saber. La
historia de la metafísica parece ser la historia de la recepción de dicha afirmación.
Aristóteles afirma que dicha proposición la puede verificar a partir de la evidencia del amor
a las sensaciones. La física es la primera en el orden del proceso de conocimiento. Lo
primero que conozco es lo dado en la experiencia, el orden de la experiencia. Por eso la
física es una ciencia empírica. Aristóteles afirma que toda ciencia se centra en una
sensación particular, pero hay una ciencia que versa sobre lo universal y es la filosofía.
Esto lo podemos comprobar en el banquete. Si hay un conocimiento particular, debe haber
un conocimiento universal. Dicho conocimiento no puede versar sobre lo dado por los
sentidos, sino lo que podemos pensar. La ciencia de los primeros principios versa sobre la
ciencia del pensamiento. Se va de los sentidos al pensamiento, de lo particular a lo
universal. Aristóteles afirma que el hombre es un animal sensible, pero que se sacia de lo
sensible, a diferencia de los animales. El hombre ama las sensaciones por sí mismas, por lo
que provocan.
Dentro de las sensaciones no todas están en el mismo nivel: las sensaciones visuales son las
que generan más placer. El hombre es un animal que le gusta ver. La sensación visual se
identifica con el conocimiento. Parece haber una identificación entre el ver y el conocer. El
hombre es el único animal que sale de la caverna porque puede recordar, ver directamente
la idea. Además de sensaciones, el hombre tiene arte y razonamiento. El animal está
adherido única y exclusivamente a sus sensaciones, mientras que el hombre es el único que
aprehende y que tiene experiencia, es decir, un hombre de sensaciones y de recuerdo. A
partir de allí el hombre puede remitirse a procesos más complejos. Aristóteles va a afirmar,
entonces, que todo conocimiento comienza con la experiencia (sensación más recuerdo), no
con la sensación. Pero no hay una identificación entre experiencia y conocimiento. Aquí
inicia algo, pero no acaba ahí. Necesitamos algo más, que son los principios, es decir,
intelección. Por eso decimos que la metafísica es lo primero inteligible, los primeros
principios. Lo que es verdaderamente ciencia no es la experiencia, sino los principios que la
regulan. La ciencia por ello es la explicación del por qué. La experiencia no es el orden del
ser: lo primero en este orden son los principios.
Con Aristóteles parece haber dos tipos de conocimiento: el de la experiencia, que es la
techné, el qué (permite conocer las cosas individuales) y la teoría, la ciencia, que implica
el por qué (que es aplicable a varios casos).
A los hombres les interesan los modos de saber, siendo estos diferentes, no un único modo.
Los hombres de experiencia saben el qué, el hecho, mientras que los hombres de teoría
saben el por qué. En este último conocimiento hay más estima que en el primer modo. El
conocimiento de los primeros principios y la primera causa es un conocimiento teórico. El
que sabe enseñar es el que sabe enseñar el porqué de las cosas. Lo que se llama
propiamente sabiduría, es el conocimiento de las causas y los principios. Dichos primeros
principios y primeras causas versan sobre la universalidad. Si el hombre asciende a lo
universal, atiende también a lo más universal, que es el conocimiento de las primeras
causas y los primeros principios. Dicha ciencia es la ciencia divina, es la más digna de
estima. Es la divina porque posee la divinidad en grado sumo (genitivo subjetivo). Es una
ciencia que versa sobre lo divino (genitivo objetivo). La verdadera ciencia es la que versa
sobre lo divino.
Aristóteles afirma que todo lo que es es Ser, nada se sustrae a la predicación ser y el Ser se
predica de todo. De esta forma afirma que el ser se dice en múltiples sentidos, siendo esta
tesis antiparmenidea.
Lo que es en cuanto tal es lo múltiple, pues hay múltiples sentidos de ser. Dentro de esos
múltiples sentidos establece una jerarquía. Establece a partir de allí unos principios a partir
de los cuales se rigen la inteligibilidad de una cosa. Se tiene la cosa, el qué, y para saber
qué es, se averigua las causas. La cosa, la explica a partir de otra cosa: la causa de ese
fenómeno es otro fenómeno. Aristóteles quiere introducir el movimiento en la comprensión
del movimiento. El movimiento estaba excluido en Parménides para la comprensión del ser.
En el problema del movimiento estamos ante el problema del devenir. La solución
platónica al problema del movimiento es el paso al no-ser, la apariencia. Esta es la forma
de resolver el problema del devenir, del cambio.
El punto de partida de Aristóteles es que hay cambio, multiplicidad. Los sentidos nos dicen
que hay cambio, multiplicidad y devenir. Sin embargo nos dice que aunque haya cambio, lo
que son las cosas y lo que es una cosa, es siempre la misma y ello nos dice el
entendimiento. Entre lo que dicen los sentidos y el entendimiento, median las categorías.
Conocer es la síntesis categorial entre intuiciones y conceptos. Kant dice que las intuiciones
sin conceptos son ciegas, y los conceptos sin intuiciones son vacíos.
El libro VII afirma que lo que es se dice ya por sí mismo o por accidente. Cuando se dice
“el hombre es músico”, lo que se dice de él no es en cuanto tal sino por accidente. Cuando
se dice “el hombre e racional”, se está hablando de una condición del hombre en cuanto tal,
y por tanto independiente de lo accidental.
De acuerdo con Aristóteles, hay 4 formas de significación del ser:
1. Accidente: puede ser en otro
2. En sí: sólo puede ser por sí mismo en cuanto tal. Hace referencia a las categorías.
3. Verdad:
4. Según la potencia y según el acto: en la semilla está contenida la potencia del árbol.
Así como Aristóteles afirma que hay 4 causas, también organiza 4 formas de significación
que son las anteriores. Afirma que en tales formas de significación, el ordenamiento es el
siguiente:
1. Categoría (en sí, por sí mismo)
2. Potencia y acto
3. Verdad
4. Accidente.
FALTA SEGUNDA CLASE DE ARISTÓTELES
Santo Tomás.
La ciencia divina versa sobre lo común a todo lo que es, y ello son los objetos más
inteligibles. Lo más inteligible son las causas primeras: el acceso a las causas tiene dos
vías:
1. Para nosotros: el orden de los sentidos. Para nosotros, lo más inteligible son las
cosas materiales.
2. En sí: según el entendimiento.
5 causas:
1. Movimiento
2. Causa eficiente
3. Posible-necesario/acto puro
4. Grado de perfección/belleza, bien.
5. Gobierno del mundo: carácter teleológico.
FALTA DESCARTES
1. Problemática (dogmática)
Kant parte de un hecho: no aceptar la definición problemática de la metafísica y toma
distancia de ello. El conocimiento de lo supra empírico, de acuerdo con Kant, es imposible.
Kant rechaza la concepción de que la metafísica es una forma de conocimiento especulativo
de la razón, con independencia de la experiencia. Kant afirma que dicho conocimiento se da
de forma aislada, se eleva por encima de la experiencia, en donde los conceptos operan por
meros conceptos. Se procede a partir de meros conceptos. Esto es lo que se ha conocido
como ciencia, pero Kant se aparta de ello.
Kant parte de la premisa de que el hombre se encuentra en una situación singular, de
preguntar cosas que no pueden ser respondidas: nos referimos a la pregunta sobre el Ser.
Por tanto, el hombre no puede prescindir de ello. Es por ello que el campo de batalla no va
a desaparecer. Sin embargo, es necesario humanizarla, darle una legalidad. Trata de darle
unos criterios a la discusión metafísica para su continuación. Trata de establecerle límites a
la discusión. Siempre habrá metafísica, debido a que ella se debe a la situación singular del
ser humano. A partir de una lectura Heideggeriana, podemos decir que la metafísica es el
destino del Dasein.
Todo idealismo tiene como referencia a Kant; sin embargo, todos los discípulos quieren ir
más allá de Kant. Esto pasa con el idealismo alemán. El idealismo alemán es nach Kant, es
decir, es la metafísica según Kant, pero después de Kant. El apartarme de Kant, depende de
cómo se lee a Kant. Es una tesis de la recepción que implica una tesis de la transformación.
Se transforma la metafísica tanto como la transformó Kant.
El primer momento de lectura, va a ser la Crítica de la Razón Pura.
Fichte afirma que lo que se quiere construir no se puede construir desde la Crítica de la
razón pura. Afirma que se debe leer desde la Fundamentación de la metafísica de las
costumbres, es decir, pararse desde la Crtíica de la Razón práctica. Schelling lee a Kant
desde la Crítica del Juicio, y de aquí parte lo que conocemos como Romanticismo. Va a
afirmar que el espíritu está en la Crítica del Juicio. Hegel leerá a Kant desde lo que no hizo
Kant, la Lógica. Holderlin lee a Kant desde Platón, específicamente desde el Banquete.
Materialmente, la Crítica de la Razón Pura es una obra desproporcional, esto es, que la
primera parte es casi el 80% de la obra que es la doctrina trascendental de los elementos.
De acuerdo con Hegel, hay una desproporción entre el contenido y la forma. El contenido y
la forma de acuerdo con él, debe tener una proporcionalidad. Debe existir una
correspondencia entre contenido y forma. La recepción del pensamiento hegeliano va a
darse en el materialismo, y la proporcionalidad entre materia y forma. De acuerdo con
Fichte, con Kant tenemos una estructura, un esqueleto, al cual le falta la carne, el contenido.
Así, con Kant tenemos algo meramente formal, pero sin contenido, pues con él estamos en
la investigación de la forma pura de la razón, pero no de su contenido.
Se puede leer a Kant con la siguiente formulación: el núcleo problemático de Kant y la
forma como éste asume el problema de la metafísica, no es a partir del Ser, ya que según él
no puede haber una ciencia del ser, ya que toda ciencia es ciencia de fenómenos; todo
conocimiento científico es síntesis entre intuición y concepto. “El ser no es un predicado
real”, decir que algo “es” no es decir nada sobre algo. Para decir algo sobre algo se requiere
atender a la experiencia. Así, Kant rompe con el presupuesto fundamental de la metafísica
que es la pregunta por el Ser. Para Kant, el ser no puede ser un predicado real. La pregunta
kantiana es una sola: se trata de entender lo que tienen en común la doctrina trascendental
de los elementos y la doctrina trascendental del método. La noción de síntesis es una noción
trascendental. La pregunta de Kant no es qué es, sino cómo es posible esto, es decir, las
condiciones de posibilidad. Así, no habla de física, sino de cómo es posible la física. Va a
ser igual con la metafísica.
Los juicios de existencia son sintéticos, de acuerdo con Kant, y por tanto deben probarse a
partir del concepto y la experiencia. Estamos ante la problemática de la dialéctica
trascendental.
Para Kant, el núcleo temático se llama Razón. El eje de las Críticas de Kant es la Razón.
Según Kant, hay tres facultades de la razón: la sensibilidad, el entendimiento y la razón en
cuanto tal. Kant afirma que el entendimiento es la facultad del conocimiento. Fichte,
Schelling y Hegel leen a Kant a partir del Sistema. Los tres son filósofos de la razón a partir
del Sistema; ellos descubren que el sistema no es letra, sino que es un organismo vivo.
Ellos necesitaban que la filosofía tuviera vida: estamos aludiendo a la metáfora del árbol de
la vida de Goethe. Así, ellos buscan el sistema en la doctrina trascendental del método, la
segunda parte de la Crítica de la razón pura. Kant pone a la razón en su justo límite, con la
disciplina; esta es la primera parte. La segunda parte es el canon: el uso adecuado de ciertas
facultades de la razón: la razón debe ser utilizada en su espacio propio. La razón al parecer
que en su uso más adecuado y propio, es autonomía: aquí resolvemos la antinomia de la
causalidad. Contrario a Espinoza, Kant no es un filósofo de la determinación, sino de la
libertad: hay espontaneidad, es decir, que hay algo que empieza por sí mismo. Estamos ante
la contradicción libertad-determinación. Kant considera que la libertad es una facultad de la
voluntad y un concepto práctico. El canon quiere decir que vamos a entender el uso de una
facultad de la razón que es la facultad práctica de la razón. Después de eso, se construye la
tercera parte: arquitectónica. Esta facultad es la facultad de construir sistemas. Kant
entiende por sistema algo que está construido a partir de principios.
Si el conocimiento es una estructura arquitéctonica, es decir un ordenamiento del
pensamiento según principios y con ello, el principio que organiza los principios es la Idea.
La Idea es la belleza, ya que ésta unifica todo. El tratado de la Belleza fundamental, es la
belleza. La Crítica de la Razón Pura no puede servir para entender ello, porque Kant
“escondió” su Idea. Kant es un dogmático, en no reconocer la auto-actividad pura de la
razón. La razón no puede empezar desde cero y por tanto, está limitada por la experiencia.
Jacobi afirma que sin la cosa en sí, no se puede entrar en el Sistema. El problema del
supuesto kantiano es que es realista, y le faltó la construcción de la Idea. Para Jacobi, la
Idea fundamental es Dios y por tanto, afirma que Kant es un ateo. Sin embargo, la Idea sí
existe, y es el yo pienso, ubicado en el parágrafo 16 de la Crítica de la razón pura. El Yo
pienso es el poner originario, es una proposición fundamental. Este sería el principio
fundamental: es el principio de principios, el punto de partida. Por ello Kant es cartesiano.
Todo el Sistema kantiano está basado en el yo pienso. Aquí, el problema está en la
consciencia, pues el principio que se antepone a todo lo dado, al sujeto y objeto. La
consciencia es el principio de relación entre sujeto y objeto en Kant. Es lo primeramente
dado. Así, le sale al paso a la objeción de Jacobi del dogmatismo de Kant.
Monoteísmo de la razón y del corazón, politeísmo del arte: Programa más antiguo del
idealismo alemán.