Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

Instituto de Ciencias Sociales y Administración

Departamento de Ciencias Sociales

Reflexión diagnóstica sobre las

competencias individuales

Luis David Rincón Loya

148571

Competencias para el ejercicio de la

ciudadanía con enfoque de género
Reflexión diagnóstica
Agosto de 2018
Resumen.

El modelo educativo por competencias es un tema que se ha tratado durante ya varios

años y que ha llevado a interesantes cambios en la forma en que se da el proceso de enseñanza-

aprendizaje. En el presente documento, se plasma una reflexión que a su vez es producto del

análisis de “El concepto de competencias y su adopción en el contexto universitario” (García,

2009). Tal análisis se enfoca en la importancia de las competencias en la vida del individuo, con

el propósito de llegar a la comprensión del concepto de competencia y lograr establecer ideas

entorno a éste para conseguir relacionarlo con la experiencia personal.

Reflexión.

Uno de los problemas identificados respecto a las competencias y todo lo que éstas

implican, es que no se establece una uniformidad en el concepto de competencia. Esto se debe a

que en diversas fuentes de información o incluso en una misma fuente se puede encontrar el

concepto de competencia establecido de diferente manera, y englobando distintos rasgos del

conocimiento. Sin embargo, puede identificarse un elemento común para todos los conceptos,

debido a que el movimiento de competencias consiste prácticamente en “vincular la enseñanza

universitaria con el mundo laboral y en ofrecer una dimensión más transparente de la evaluación

vinculada al reconocimiento de cualificaciones y a la movilidad” (García, 2009), y algo muy

importante a destacar es el hecho de que tales cualificaciones deben ser medibles mediante

indicadores. A pesar de que el tema de las competencias no surgió recientemente, es cada vez

más clara la necesidad de cumplir con el propósito de relacionar el ámbito académico con el

profesional. Aunque la fuente analizada proporciona estudios de caso realizados en España y

hace referencia a documentos y experiencias del mismo país, es sencillo identificar la necesidad

de que este modelo sea implementado correctamente en México, debido a que existe el gran
problema de que no se establece una relación directa entre lo que se aprende mediante la

educación y lo que se realiza en el ámbito laboral. Esto se debe a que a pesar de que intenten

implementarse modelos por competencias o enfocados a ellas, prevalecen métodos de otros tipos

de enfoques, como el constructivista, y se cometen errores como caer en el pragmatismo y el

teoricismo. Sin embargo, aún con la presencia de tales errores, se ha conseguido cierto grado de

progreso. Un ejemplo de lo anterior es la importancia que se da ahora al saber experiencial y a

su obtención a la par con la formación académica, lo cual es un factor importantísimo que

influye de manera directa en la incorporación de un individuo a la vida laboral, durante y

después de su formación académica.

La importancia de las competencias en un individuo, así como su capacidad de adquirirlas radica

en la amplitud y en todos los ámbitos que abarcan las mismas, que son: “cognitivo, personal,

interpersonal, de gestión del conocimiento, ético y volitivo” (García, 2009), así como en poder

utilizar lo aprendido en forma eficiente y eficaz en situaciones problemáticas, para poder

solucionarlas exitosamente. Como consecuencia de lo amplia que es una competencia, se corre el

riesgo de confundir la adquisición de esta con la adquisición de un componente de la

competencia, lo cual también contribuye al desarrollo del individuo, pero no en forma plena.

García propone cuatro niveles de competencias según su alcance y/o abstracción, y es interesante

la forma en que describe las meta-competencias, sobre las cuales menciona que “son

competencias genéricas, de alto nivel, que trascienden a otras competencias y que parecen

favorecerlas, mejorarlas o posibilitar la adquisición de otras” (2009). Aun considerando el hecho

de que existen competencias con mayor nivel de abstracción que otras, es importante destacar el

hecho de que para un individuo es importante adquirir los cuatro tipos, ya que suelen

complementarse las unas a las otras y ser de mayor provecho cuando se les utiliza en conjunto.
 Abordando particularmente las competencias en el ámbito universitario, es importante

conocer la relevancia de la comunidad universitaria en el desarrollo de estas, debido a que se

requiere del actuar comunitario para lograr vincular el mundo académico con el profesional. En

su trabajo, García define de forma muy acertada lo que es una competencia universitaria,

estableciéndola como “Una respuesta o forma de ver o comprender el objeto de estudio de modo

transversal, lo que posibilita dialogar con otras áreas o disciplinas y contemplarlas como

posibilidad en la resolución del problema” (2009). Las competencias universitarias cobran

relevancia en un individuo desde el comienzo, ya que éstas deben partir de que el estudiante

conozca la demanda, así como lo que debe aprender y encontrar la forma de utilizarlo en su

favor. Una herramienta muy útil para lograr conciencia de lo previamente mencionado es el

mapa de competencias.

En lo que se refiere a las percepciones respecto al cambio del modelo de enseñanza-

aprendizaje, es importante resaltar que siempre estará presente la incertidumbre del cambio, sin

embargo, también se presentan las posturas positivas, que se incrementan conforme avanza el

tiempo. Los individuos son beneficiados al buscar que se desarrollen en ellos competencias

debido a que se busca “hacer converger los esfuerzos, las estructuras físicas, los recursos

humanos, el trabajo colaborativo y la cultura organizativa centrándolos en el estudiante” (García,

2009), esto es, un enfoque mayoritario en el receptor y no en el emisor.

Referencias.

García-San Pedro (2009). El Concepto De Competencias Y Su Adopción En El Contexto

Universitario. Revista Alternativas. No 16. 11-28 pp.