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El proceso de Kafka; el recorrido de K.

Karla Reyes Carrasco.

“Estoy separado de mí por la distancia en que yo me encuentro;

El muerto está separado de la muerte por una gran distancia.

Pienso recorrer esta distancia en algún lugar. De espaldas en la morada

del deseo…

Introducción

Se ha discutido mucho sobre si se puede considerar “El proceso” como una obra completa. Al
respecto hay diferentes posiciones. Guillermo Sanchez Trujillo, por ejemplo, propone la obra de
Kafka como un palimpsesto de la novela “Crimen y castigo”, de Dostoievsky, y en base a esto le
da cierto orden a los capítulos. En esa medida plantea que la novela se podría leer como algo
completo. Borges por otro lado, cree nos es casualidad que en esta obra, al igual que en ” El
castillo” falten ciertos capítulos ya que, según Borges estos guardan un mecanismo parecido a
una de las paradojas de Zenón, la de Aquiles y la tortuga, donde Aquiles corre en una carrera
contra una tortuga dándole una ventaja de 100 metros. Así, cuando Aquiles a recorrido los 100
metros la tortuga le lleva una ventaja de 10 metros, cuando Aquiles recorre esos 10 metros la
tortuga le lleva un metro de distancia y así indefinidamente. De esta misma forma la novela nos
presentaría un avanzar hacia puntos medios que nunca llegarán al final. Esta segunda posición
ofrece una visión más cercana a la obra misma ya que el personaje nunca descubrirá de qué fue
acusado y si es culpable o no. Pero alrededor de todo esto gira una interrogante también
importante. ¿Es realmente importante el que sea o no una obra incompleta? Parece ser que la
obra pretendiera centrar toda su atención al proceso que se desarrolla en “El Proceso” más que
aun posible resolución.
En ese sentido la presente reseña pretende exponer la novela “El proceso” más bien como un
recorrido, ese espacio erótico donde dos pulsiones pugnan por prevalecer y a la vez están al
servicio la una de la otra.

Para comenzar a desarrollar esta idea es menester aclarar cuáles son estas pulsiones. Freud, en su
“Teoría de las pulsiones”, propone dos pulsiones son las que nos rigen y se pueden reconocer en
los deseos, tendencias, y excitaciones. Estas pulsiones serían, la pulsión Thanática o pulsión de
muerte y la pulsión Erótica o pulsión de vida. La pulsión Thánatica es aquella que impulsaría a
romper las conexiones de la substancia viva y destruirla. Es decir, llevar lo vivo a su estado
inorgánico (muerte). Para que esta pulsión no provoque que la persona se destruya el lívido
orientaría gran parte esta pulsión hacia afuera por medio de agresión a hacia lo externo (Otros
cuerpos). Un pequeño porcentaje quedaría al servicio de la pulsión Erótica y otro pequeño
porcentaje se quedaría dentro de nosotros. La pulsión Erótica sería aquella que intenta mantener
todas las conexiones y hacer otras conexiones más para mantener viva la substancia, tiende a la
unión. Y su función sería retrasar los efectos de la pulsión de muerte y la vez estaría a su
servicio.

A pesar de que ambas pulsiones son antagónicas siempre están juntas y están al servicio la u de
la otra en la medida en que, para poder destruir o agredir, la pulsión de muerte necesita cierta
cercanía al otro cuerpo (o al propio), y la pulsión de vida aunque pretende retrasar esta muerte no
pretende evitarla sino que más bien la persigue. Un ejemplo de esto sería el acto sexual donde,
por un lado se presenta la pulsión Thanática como la agresión al cuerpo ajeno (Sadismo) o al
propio (masoquismo), y por otro lado se presenta la pulsión Erótica como el deseo de íntima
unión de los cuerpos. Vale la pena recordar que para Freud, es siempre la pulsión Thanática la
que prevalece. El deseo erótico solo intensificaría el deseo de muerte al retrasarlo.

Juego Previo: la seducción.

Ahora bien, para aplicar los conceptos anteriormente mencionados a la obra se pasaremos a
observar diferentes fragmentos de la novela. El primer fragmento Se encuentra en el primer
capítulo, donde Josef K. es arrestado. En el cual vale la pena repasar ciertos hechos. Todo está
separado. En en la sala de estar de la señora Grubach todas las cosas están muy separadas unas
de otras, de la misma forma están separadas las personas, no hay conexión ni cercanía. La
agresión al cuerpo se hace evidente. Josef K. no desayuna esta mañana, en este caso el comer
sería un acto de conexión en la medida en que, al incorporarse al sistema genera energía (vida).
Franz lo golpea con los hombros y Willem lo empujaba con el estómago. Y lo más importante
las conexiones comienzan a cortarse, a K. le quitan su ropa, no encuentra sus documentos de
identificación, Grubach se rehúsa a hablarle y le quitan su desayuno. K. se desconecta de sus
pertenecías de su identidad de otras personas.

Pero aquí está lo más importante de todo esto. Los guardias le dicen a K. que los más cercanos a
él son ellos, aquellos que lo acaban de conocer, lo han agredido y ni siquiera saben nada sobre él
o su caso. Hasta ahora se percibe con mayor claridad la pulsión Thanática pero, aún así se
presenta con menor intensidad la pulsión Erótica en el momento en que K. desea no solo
introducirse en la mente de sus dos guardianes, sino que desea también ponerlos a su favor. En
este momento el deseo de conexión interrumpe este crescendo por parte de la pulsión erótica,
pero al final la pulsión de muerte rige esta escena. Esto queda claro en el momento en que K. se
pregunta cómo los guardianes le dejan ir a su cuarto solo. Ahí podría suicidarse de mil maneras.
K. no piensa que podrían haber mil maneras de escapar o de llamar a un abogado, piensa en
suicidarse.

Ipsofacto a esta escena se nos presenta otra donde la pulsión que prevalecerá es la pulsión
Erótica. En el primer capítulo K. Está esperando a la señorita Büstner y aclara que no la desea ni
le atrae, solo quiere hablar con ella. En ese momento K. busca restituir la conexión con otra
persona, y para lograrlo el no forzará nada. Esperará a que ella lo haga pasar. A partir de este
momento comienza una intensificación en el deseo Erótico. Ambos se miran y K. se acerca a
ella. Luego contradictoriamente lo que pensaba antes de que ella legara, K. comienza a sentirse
atraído por la figura de la señorita Büstner. Ahora K. le toma de la mano y le besa la frente, y
solo después de que ella le acaricia la mano a él, K. le besa la boca, la cara y la garganta. Es aquí
donde hay contacto total. K. ha restaurado por lo menos una de las conexiones que se habían roto
esta mañana. Valga aclarar que más allá de una mera conexión con otra persona, este encuentro
erótico representa para K. también la posibilidad de entrar en contacto con la ley ya que Büstner
pronto trabajará en la oficina de un abogado que podría ayudar a Josef con su proceso.
Parece ser que en los demás encuentros eróticos que sostiene Josef K con las otras mujeres se
desarrollara una dinámica parecida a esta, sobre todo porque todas las mujeres suponen la
posibilidad de un contacto con este sistema que está procesando a K.

Aún así, como en la anterior escena, se presenta con menor intensidad esta pulsión de muerte en
el momento en que Josef besa a la señorita Büstner, “la agarró” (Kafka. 35). El agarrar supone
una actitud pasiva por una parte y una actitud activa por la otra. En esa medida el agarrar puede o
no ser con el consentimiento de la parte pasiva y, por lo tanto, ser agresiva.

Otro momento en que se presenta la pulsión Thanática es cuando K. repite la escena de la


mañana en presencia de la señorita Büstner, esto es a lo que Freud llamaría “Impulso de
repetición, donde el paciente pretende repetir situaciones que le hayan causado dolor y disgusto”.
Es aquí donde amabas pulsiones podrían se igual de intensas y ninguna dominante a la vez.

El acto sexual; el frenesí

En este caso utilizaremos el último capítulo. Para demostrar que los momentos de dominio de
cada pulsión es más corto y fugaz. Para eso será bueno repasar ciertos actos que dejan expuesto
el dominio, tanto de la pulsión Erótica como la pulsión Thanática. Primero se realiza una
ceremonia condescendiente entre los señores que llegan a la casa de K.(Eros domina). Luego K.
mira por la ventana y se encuentra con que las ventanas de los otros edificios están oscuras y con
persianas (Thánatos domina). Seguido de esto K. observa a unos niños con los ojos vendados que
se buscan con las manos extendidas (Eros domina). , Thánatos y Eros se suceden intercalada y
rápidamente, como en un frenesí que los lleva a amalgamarse provocando que K. retorne a su
estado inorgánico:

“K. se volvió hacia ellos y les preguntó: “¿En qué teatro trabajan?”
“¿Teatro?”, preguntó uno de los señores al otro... El otro se comportaba
como un mudo que lucha contra un organismo refractario.”

(Kafka. 229)
Según el diccionario refractario es aquello relativo a la materia y opuesto a lo espiritual (lo vivo).
Josef K. ya está siendo tratado como una cosa, ya no como una persona, pero es aquí donde
definitivamente Josef K. ha retornado por completo a su estado inorgánico:

“Los tres formaban tal unidad que de haber golpeado a unos de ellos, se
habrían caído los tres. Era una unidad como solo pueden formarla casi
los cuerpos inanimados.”

(Kafka.229)

En este momento la pugna entre la pulsión Erótica (unidad) y la pulsión Thanática (solo cuerpos
inanimados lo pueden lograr) ha cesado. Ambas están juntas en el objeto K.

El orgasmo

El orgasmo tiene varios síntomas y efectos en el cuerpo entre los cuales están un momentáneo
detenimiento de la respiración, del corazón y de la actividad cerebral. Una muerte momentánea.

Ya para este momento todo esta listo, la pugna entre ambas pulsiones ha cesado solo falta el
último momento del proceso; el orgasmo:

“Pero las manos de uno de los señores se posaban ya en la garganta de K.,


mientras el otro le hundía profundamente el cuchillo en el corazón y lo hacía
girar dos veces.”

(Kafka. 234)
Conclusión

Tal y como lo pronosticó Freud. La pulsión Thanática o de muerte prevalece al final. En este
sentido se puede leer “El proceso” como este espacio donde se suceden el juego de la seducción,
el frenesí y el orgasmo. Donde el orgasmo, si bien es el punto cúspide del proceso, no es lo que
más importa. Donde radica la importancia es en el proceso mismo, donde, en la seducción el
juego entre el sí (muerte) y el no (vida) es más intermitente, prolongado y lento. En el frenesí,
donde, el sí y el no son más agresivos y se van acercando cada vez más, hasta fundirse y por fin
llegar al orgasmo, al sí, a la muerte. En ese sentido, podríamos concluir que no importa si la
novela tiene, o no, un final. Lo que importa en realidad es el proceso de “El proceso”. Importa
más el recorrido para llegar al júbilo que el júbilo mismo.

Bibliografía

El proceso /Franz Kafka- Madrid: Alianza, 1998.

Textos cutivos/ Jorge Luis Borges. Madrid: Alianza, 1998.

Recorrer esta distancia / Jaime Saenz. Edición electrónica.

www.kafka.org

www.tlodeleuzablogspot.com

www.philosophia.com

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