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Un nuevo virus secuestra los archivos del ordenador y realiza

una curiosa petición


El pirata informático pide al usuario afectado que no se preocupe, que no
quiere dinero para liberarlos
ep/madrid 11.04.2018 | 15:57

Malware Hunter Team, un sitio web que presta ayuda a usuarios afectados por 'ransomware' (un
virus que secuestra archivos a cambio de algo, normalmente dinero) ha descubierto un nuevo virus
que pide jugar a PUBG, el videojuego multijugador de disparos, a cambio de liberar los archivos del
sistema que previamente ha encriptado.
Los 'ransomware' normalmente exigen como moneda de cambio una cantidad económica, pero en
este caso solo se necesita jugar al 'PlayerUnknown's Battlegrounds' durante tres minutos, como
explica el portal Bleeping Computer.
Cuando el virus infecta el dispositivo, aparece una pantalla --mostrada en el perfil de Twitter de
Malware Hunter Team--, que explica que los archivos, documentos, imágenes y música del usuario
han sido encriptados. El 'ramsonware' le aconseja al usuario que "no se preocupe", puesto que no
es difícil de desbloquear y el pirata informático revela que no quiere dinero, únicamente que el
usuario "juegue a PUBG durante una hora".
Cuando el jugador inicia el juego, el virus detecta el proceso de ejecución y procede a desencriptar
los archivos. En caso de no querer jugar al 'shooter', se ofrece una clave, aunque realmente solo se
necesita jugar durante tres minutos y no una hora, como aparece en el mensaje emergente.
De igual modo, este virus no es demasiado avanzado y posee algunos errores, puesto que no hace
falta jugar, ya que basta con poner en marcha cualquier ejecutable TslGame.exe para que los
archivos se desencripten, como revela el portal mencionado.
No es la primera vez en la historia de los 'hackeos' en la que se pide jugar para desbloquear el
secuestro, ya que Malware Hunter Team ya reportó un caso similar en 2017 con un virus llamado
'RensenWare'.
El drone más rápido del mundo lleva sangre y ayuda a salvar
vidas
Tecnología
4 Abr 2018 - 9:29 PM
Por: Redacción Tecnología.
Zipline, compañía con sede en California, acaba de lanzar un vehículo que puede llegar a
128 km/h. La empresa hace entregas de sangre en Ruanda y cubre 20 % de la demanda de
este suministro para lugares apartados del país africano.

/Cortesía - Zipline
El negocio de envíos por drones es quizá uno de los segmentos más vibrantes en el
desarrollo de estos dispositivos, después de sus usos para industrias pesadas como minería
o construcción, claro está.
Amazon, por ejemplo, tiene un ambicioso proyecto de entrega de paquetes con drones que
aún está en etapa de prueba y que, de convertirse en una realidad, le daría enorme
capacidad de maniobra a la compañía, especialmente en áreas densamente pobladas, con
problemas de tráfico que complican los tiempos de desplazamiento de un camión de
repartos, por ejemplo.
Pero esta no es la única empresa que está buscando entrar a este mercado o que,
efectivamente, ya lo hizo. Zipline, una compañía californiana, lleva operando casi dos años
en Ruanda (África), en donde realiza entregas de materiales médicos, como suministros
sangre, por ejemplo.
La empresa atiende primordialmente a poblaciones lejanas a Kigali, la capital del país
africano, que necesitan suministros médicos de urgencia. Hoy, la compañía estima que 20
% del suministro de sangre por fuera de la capital se mueve a través de sus drones.
Ruanda tiene una población de casi 12 millones de habitantes y en la capital viven casi
millón y medio de personas, de acuerdo con cifras del último censo, realizado en 2015.
En 2016, el gobierno de Ruanda contrató a Ziplinea para hacer entregas de sangre, plasma y
plaquetas desde un centro de distribución que opera en conjunto con 15 drones.
Zipline ha completado más de 4.000 vuelos, en los que ha entregado unas 7.000 unidades
de sangre. Su CEO, Keller Rinaudo, asegura que estos envíos han sido “misiones de vida o
muerte”. Las entregas de la compañía han estimulado el uso de estos productos en
hospitales que no tenían acceso regular a ellos. En algunos, la demanda ha crecido hasta
175 %. Actualmente, la empresa está en proceso de abrir su segundo centro de distribución
lo que, asegura, podría permitir a cubrir todo el país con los drones.
La compañía lanzó esta semana su más reciente nave, que puede llegar a una impresionante
velocidad de 128 km/h, lo que quizá lo convierte en el drone más rápido del mundo en
operación comercial actualmente. La nave tiene una autonomía de 160 km y puede llevar
casi dos kilos en su interior. En velocidad crucero, el drone vuela a más de 100 km/h.
La velocidad y alcance de este nuevo drone le permitirá a Zipline pasar de 50 entregas por
día a unas 500. Además del nuevo drone, la compañía también rediseñó su proceso logístico
para reducir dramáticamente el tiempo de procesamiento de una orden, pasando de 10
minutos a uno entre la recepción del pedido y la salida de éste. Este incremento,
claramente, viene con planes de expansión a otros países.
En entrevista con el portal Quartz, Rinaudo aseguró que ya se encuentra en negociaciones
para entrar a países como Tanzania y Estados Unidos, en donde mantiene conversaciones
con al menos seis gobiernos estatales para ingresar a operar sus drones con compañías de
salud en estos lugares.
Actualmente, la operación urbana de drones es una suerte de papa caliente para reguladores
de todo tipo, tanto gobiernos locales, como autoridades de seguridad aérea. Pocas
compañías han logrado efectuar pruebas u operar constantemente en áreas densamente
pobladas.
Una de las historias de éxito en este terreno es Airobotics, una compañía israelí que tiene la
única licencia en el mundo para volar en áreas urbanas con vehículos completamente
autónomos. Su CEO, Ran Krauss, admite que también quisiera ingresar al negocio de las
entregas, pero primero busca consolidarse en el sector industrial, uno de los que ofrece
mayores usos potenciales para las empresas de tecnología.
La aplicación colombiana que combate el desperdicio de comida
Tecnología
4 Abr 2018 - 10:45 AM
Por: Ingrith Gómez Morales/ ingrith.gomezm1@gmail.com / @IngrithGomez23
Al año se desechan 1.300 millones de toneladas de comida y más de 870 millones de personas
aguantan hambre a diario en todo el planeta.

/Pantallazo aplicación

Encontrar una forma para evitar el desperdicio de alimentos en el mundo, más que
necesario, es urgente. En Colombia se desechan cerca de 9.76 millones de toneladas de
alimento cada año, según cifras del Departamento Nacional de Planeación, (DNP), lo que
equivale al peso de 975 torres Eiffel aproximadamente, la cantidad suficiente para alimentar
a todos los habitantes de Bogotá durante 1 año.
A nivel mundial la cifra es igual de preocupante, según la Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, cada año se arrojan 1.300 millones de
toneladas de alimentos a la basura, una realidad que tiene aguantando hambre a más de 870
millones de personas en todo el planeta.
Para contribuir a la solución de este problema 5 egresados de la facultad de Finanzas,
Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado crearon Eat’N Save,
una aplicación que buscar combatir el desperdicio de comida en Colombia. La novedosa
herramienta conecta a las personas con restaurantes, cafeterías, panaderías y más lugares
donde se ofrecen alimentos, con el fin de que los platos de comida que no se pudieron
vender al final del día sean comprados a muy bajo costo.
“La idea nace de la inconformidad de un grupo de amigos ante los hechos de desperdicio de
comida y contaminación que se presentan en el mundo. Lo que buscamos es ofrecer una
solución sostenible que vaya de la mano con la rentabilidad”, asegura Santiago Osorio, uno
de los creadores de la aplicación.
Aunque Eat’N Save no se encuentra en el mercado, sí se sumará a las 3.638.448
aplicaciones que está disponibles para dispositivos Android, como lo asegura AppBrain,
encargada de medición y creación de herramientas digitales. El lanzamiento de la
aplicación colombiana se tiene previsto para mediados de mayo, “aún se encuentra bajo
revisión de temas de ajuste y programación”.
Siguiendo los modelos de negocio sostenible de Europa, quien se encuentra catalogado
como el segundo continente con más ciudades amigables con el medio ambiente, según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), los egresados del externado crearon Eat’N Save.
“Vimos muchas aplicaciones europeas y decidimos seguir el ejemplo. Ellos tienen un
modelo de negocio sostenible y un consumo más consciente, en especial Dinamarca y gran
parte del norte de este continente”.
Con el tiempo son más los países que se suman a este modelo de negocio que busca vender
los excedentes de comida a muy bajo precio. “Lo que hicimos fue tomar todos estos
aprendizajes de otros países y ponerlos en una propuesta consistente al mercado
colombiano. Buscamos hacer énfasis en la industria gastronómica y realizar una inclusión
económica. Llegar a poblaciones que no pueden acceder a estos productos por los altos
precios”.
Con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible creada por Colombia, se les solicita a
todas las empresas que integren en sus políticas los tres pilares del desarrollo sostenible,
económico, social y medioambiental. Esto con el fin de contribuir a la erradicación de la
pobreza, la reducción de desigualdades, el cuidado del medio ambiente y el crecimiento
económico, según afirma la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal.
“En el país hay muchas empresas, casi la mayoría, que buscan involucrar el tema de
desarrollo sostenible en sus modelos de negocio, pero por culpa de los costos fijos y por
cuestiones de inversión no pueden llevar a cabo una idea y por lo tanto no pueden brindar
una solución”, agrega Osorio. Lo que busca Eat’N Save es generar una ganancia tanto a las
marcas, ofreciendo la venta de los productos sobrantes, como a la sociedad.
En el mundo se desperdicia el 33% de la comida que se produce, en Colombia con todo lo
que se desperdicia en un año se podría alimentar la población bogotana en este mismo
tiempo. “La meta de nosotros es tener 2000 restaurantes y lograr vender 5 platos por cada
uno, estamos hablando de 10.000 platos que se están dejando de desperdiciar”, aclara
Santiago Osorio.
La descomposición de los alimentos produce gas metano, uno de los principales gases del
efecto invernadero, según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales,
IDEAM, y es hasta 100 veces más fuerte que el CO2. Al desperdicio se le atribuye casi el
20% de la totalidad de la producción de estos gases que dejan como consecuencia la
aceleración del cambio climático que tanto daño está haciendo al planeta.
¿Cómo funciona Eat’N Save?
Una vez descargada la aplicación deben ingresar sus datos personales o conectarse a través
de Facebook. Cuando ya están suscritos la herramienta le desplegará una lista de
restaurantes que se encuentran ubicados en un radio de tres kilómetros alrededor de ellos y
los platos que tienen disponibles. La persona podrá escoger el de su preferencia.
Si el suscriptor no desea comprar en los restaurantes que están cerca, tiene la opción de
explorar en el mapa y ver las ofertas que hay en toda Bogotá. Puede planear la visita a uno
de los restaurantes mucho antes de salir de la casa.
Una vez la persona compre el producto o aparta el plato, recibirá un código con los
alimentos que compró y el tiempo máximo que tiene para recogerlos. Este número debe ser
presentado en los establecimientos para ser redimido. El pago se hace a través de la
aplicación.
Las personas van a sumar puntos por la compra de los platos, estos pueden ser redimidos
por otros productos, también pueden ser donados.

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