La adolescencia es una etapa crítica, vulnerable e inestable porque se experimentan
muchos cambios, a nivel físico y psicológico. El cambio físico es difícil de asimilar, el
adolescente entra en conflicto porque quiere verse bien, quiere agradar con su aspecto. Ahora, no todos los adolescentes se desarrollan de la misma manera ni al mismo ritmo, esto puede generar que algunos se sientan en desventaja en comparación con sus pares. Un aspecto muy importante es el peso corporal que hoy en día se ha convertido en un tema controversial y objeto de preocupación, los motivos son diversos pero el fin es el mismo, tener un cuerpo delgado y esbelto que agrade a la sociedad, ya que el adolescente está en búsqueda de la aprobación social, de igual manera han asociado una figura delgada al éxito personal, familiar y profesional. Es entonces cuando surgen los trastornos alimenticios que tienen su origen en una problemática psicológica (Cecilia Silva). Es que la insatisfacción con uno mismo es el problema central, quienes la padecen no solo cambian su estilo de alimentación, sino que también se ven alterados emocionalmente y alejados de su familia y amigos porque sienten que no hay comprensión para ellos. La forma más común de iniciar con estas conductas es dejando de comer, a este trastorno de conducta alimentaria se le conoce como anorexia, ya que existe un fuerte deseo por la delgadez, hay un fuerte rechazo hacia la comida por temor a engordar y esto es por la percepción distorsionada de la propia imagen corporal (Lorán Meler, Sanchez Planell, 2013) Por lo general la anorexia tiene sus primeros síntomas entre los 12 y los 18 años y es mucho más frecuente en las mujeres, esto porque tienen mayor vulnerabilidad a presentar un trastorno de conducta alimentaria y desean tener el dominio total de su cuerpo, evitando así el aumento de peso. Este trastorno alimenticio se inicia por una insatisfacción del adolescente con alguna parte de su cuerpo, creyendo que debe someterse a una dieta para alcanzar la figura deseada, la que aparentemente la sociedad considera como aceptable, entonces gradualmente comenzará a privarse de alimentos que debería consumir con normalidad, mostrará conductas como el comer lentamente o querer hacerlo solo sin la compañía de nadie para poder ingerir solo lo que considera necesario, muchos adolescentes empiezan a contar las calorías que ingieren, sienten temor de verse obligados a comer en alguna reunión o evento y es que el querer controlar su alimentación se vuelve una obsesión para ellos. Además aparece la hiperactividad, hay un aumento excesivo en la actividad física realizada en un gimnasio o los deportes que practican. Para complementar estas rutinas suelen consumir diuréticos o laxantes y evitan mostrar su cuerpo ya que sienten inconformidad con él, por esa razón usan ropa holgada la mayoría del tiempo. Por consiguiente pueden aparecer conductas bulímicas en forma de atracones de comida seguidas de conductas purgativas, es decir la provocación del vómito y el uso de laxantes, esto como una solución a los atracones. Quienes padecen anorexia, que en este caso serían adolecentes, van a sentir deseos irrefrenables de controlar su peso constantemente, lo que las llevará a entrar en un estado de hiperactividad y nerviosismo, además de esto habrá una pérdida de peso considerable y el desarrollo normal del cuerpo se verá afectado. En el aspecto físico se observan cambios hormonales, amenorrea, desnutrición y en general un retroceso al estado hormonal propio de la infancia lo que deberá ser controlado por un profesional (Lorán Meler, Sanchez Planell, 2013). Por otro lado, la bulimia, se caracteriza fundamentalmente por episodios de atracones incontrolados de comida, por lo general acompañados de vómitos espontáneos o inducidos, esto por un periodo largo, en ocasiones se da el uso de laxantes, diuréticos o purgantes para evitar el aumento de peso (Chinchilla Moreno Alfonso, 2003). El adolescente que sufre de este trastorno no tiene control de lo que ingiere que por lo general es comida con alto valor calórico y es que tiene una sensación de hambre voraz acompañado de sentimientos de culpa y tristeza. Además de ingerir grandes cantidades de comida, realiza ejercicio físico excesivo y en ocasiones para compensar que comió más de lo debido, realiza ayunos. Se considera un problema de bulimia cuando estos atracones de comida se dan por lo menos dos veces por semana y se repiten por varios meses, es entonces cuando podemos hablar de un adolescente con un trastorno alimenticio. En el caso de la anorexia, observamos una adolescente delgada, con un peso inferior al normal, pero en el caso de la bulimia muchas veces es difícil darse cuenta si la adolescente la padece ya que presenta un peso normal y en algunas ocasiones hay sobrepeso. Sin embargo ambos están acompañados de gran inseguridad y problemas graves de autoestima, se trata de adolescentes que no gustan de su cuerpo o tan solo le dan importancia a su contextura física, ya que su entorno de alguna manera les ha hecho creer y sentir que estar delgado es ser aceptado y querido, dejando de lado los sentimientos y las cualidades propias, se enfocan tanto en el físico nada más que esto se vuelve su obsesión de cada día y no piensan en las consecuencias de cambiar sus hábitos alimenticios tan abruptamente, su única meta es estar delgados. Ciertamente es normal y positivo querer llevar una vida saludable y desear verse bien, lamentablemente la sociedad ha confundido el verdadero concepto de belleza y si bien no todos los adolescentes sufren de algún trastorno alimenticio, si tienen ideas equivocadas acerca de la belleza. Asi como la sociedad ha sabido imponer un estándar de belleza, la familia es clave para orientar al adolescente que constantemente está expuesto a esta información y contenido. Muchas veces la falta de confianza y compresión a esta edad pueden significar el quiebre emocional de la persona, puede significar también un vinculo roto con los padres, quienes no tendrán oportunidad de ser parte de los cambios de sus hijos, ya que de hacerlo se evitarían confusiones,