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Tarea 8

Licenciatura en Lengua y Literatura Modernas, Universidad Modelo


Curso: Fundamentos de filosofía del lenguaje
Título de la lectura: El giro lingüístico por R. Rorty
Alumno: David Mayoral Bonilla
Profesor: Julián Zárate

Fecha de entrega: 5 de octubre de 2016


La filosofía fue desarrollándose desde su origen hasta la modernidad envuelta
en dudas sobre su propósito, su utilidad, su objeto de estudio y los que pueden
ser considerados como usuarios o intérpretes de ella. Toca en esta ocasión
revisar la polémica de la función de la filosofía en torno a lo lingüístico. En el
presente trabajo se utilizará de referencia el estudio El giro lingüístico
realizado por Rorty.

Iniciaré el comentario con el atrevimiento de mi inexperiencia al decir


que no concuerdo con la manera en que Rorty hace la estructuración del
estudio en sí. El estudio es nada más que una gran circunferencia que se refuta
y sustenta a sí misma. Rorty pudo haber planteado y finiquitado su punto en
10 páginas si se resolviese de la manera siguiente:

1) El empirismo lingüístico en la filosofía

“Todos los enunciados empíricamente significativos tienen que ser


refutables empíricamente” (Rorty, 1990, p. 51)

De ese argumento se desprenderán todas las reflexiones en el estudio de


Rorty. Entendámoslo de manera simple como la aseveración observable debe
tener premisas observables, de lo contrario, Ayer tendría un punto a su favor
al ser escéptico del conocimiento metafísico, el cual pareciera carecer de
argumentos. (Rorty, 1990)

Supongamos, pues, que la filosofía debería implicar un raciocinio


elevado en el cual pueden demostrarse premisas sustentadoras o
desacreditadoras de veracidad hacia algún argumento. No sólo es reflexionar
sobre X, sino sustentar nuestra reflexión de X (esencia, usos, etc.) y así
originar una expresión de nuestro concepto de X. Consecuencia de esto sería
el consenso para probar la exactitud de nuestra expresión para representar lo
que entendemos como X.

Abarcamos ya el consenso, aunque superficialmente. Afirma Rorty en


una explicación de la crítica antigua: “…un método que no conduce al
consenso no puede ser un buen método.” (2001, p. 53) Quisiera hacer un
paréntesis para exponer mi posición respecto a la estructuración de Rorty en
su estudio. Rorty se precipita a hablar del concepto de un método que
permanece etéreo durante todo el estudio. Ni siquiera atiende el propósito que
él mismo profirió: “El objetivo del presente volumen es el de proporcionar
materiales de reflexión sobre la revolución filosófica más reciente, la de la
filosofía lingüística.” (2001, p. 50) Como resultado de la reflexión debería
surgir la conclusión de un método, no al revés.

Regresemos al tema del consenso. Para mostrar aceptación hacia una


idea sería necesario pensar casi de igual manera que el creador de la ideología
propuesta. Es posible que una persona muestre simpatía por algunos métodos
de una filosofía, mas no podría apegarse por completo a un pensamiento ajeno
si no es por medio del estudio meramente analítico, alejándose de lo
pragmático que finalmente es la vía para la evidente comprensión de las
expresiones lingüísticas. Dice Rorty:

“Describir la conducta lógica de las expresiones lingüísticas del


lenguaje natural, puede conducir por sí misma a los resultados deseados,
pero sólo la práctica lo hará evidente, y la evidencia hasta ahora es que
no lo hará.” (2001, p. 78)

Entonces, ¿cómo podríamos buscar un referente concreto si lo pragmático


nunca dará señal evidente de la lógica lingüística? Pareciera ser un callejón sin
salida, y es ese el debate que sostiene la escuela del Lenguaje Ideal y del
Lenguaje Ordinario en el estudio de Rorty.

2) Encuentro de dos ideologías: Lenguaje Ideal y Lenguaje Ordinario

“Desde el elevado punto de vista metafilosófico que he adoptado, no está


claro por qué debería existir tal controversia, y muchos filósofos la ven, de
hecho, como ficticia.” (Rorty, 2001, p. 76) Rorty inicia el tercer apartado en el
pensamiento de que la controversia es incomprensible. Me llama la atención el
término “metafilosófico” que emplea para asumir su posición respecto al
tema. Siento que ha intentado recoger tantos fundamentos, con la intención de
encontrarlos unos con otros, que resulta difícil sentar una base para partir en
su explicación.
En este apartado, todo apunta a que el acuerdo racional es el último fin de
ambas ideologías lingüísticas (Rorty, 2001) Pero, acuerdo racional ¿en qué?
Se ha planteado en diversas ocasiones, no únicamente en el presente texto a
revisar, que una de las inquietudes de la filosofía es la adecuación del lenguaje
con la realidad. Muestra de esto está en Crátilo, el diálogo platónico, en las
reflexiones y tratados semióticos de pensadores medievales como Ockham y
John Bacon, y también en el pensamiento Humboldtiano. La pregunta
importante sería: ¿qué podría hacer un ideal lingüístico con el cual podemos
alcanzar el consenso? La respuesta es: Clarificar. (Rorty, 2001, p.79)

3) Conclusiones
Rorty da una esquematización que resume lo importante del estudio: el
pragma del lenguaje Ideal, o lo que podría ser parecido a ello. En el
siguiente párrafo, S’ funge como un correcto análisis de S (la clarificación
de la palabra y la palabra)

“(1) S' y S son materialmente equivalentes (esto es, poseen las mismas
condiciones de verdad).
(2) S' y S son materialmente equivalentes en virtud de la estructura del
inglés (esto es, el hecho de que tengan las mismas condiciones de
verdad puede ser determinado sólo por la lingüística, mejor que por la
lingüística más investigación empírica posterior).
(3) Un lenguaje que incluyera a S' más el resto del inglés, pero no a S,
sería tan adecuado como el inglés corriente.
(4) Un lenguaje que contenga a S' más el resto del inglés, pero no a S,
sería menos engañoso que el inglés corriente.
(5) S' sería aceptado normalmente (sin vacilación, mejor que después de
un debate filosófico) por hablantes del inglés como una paráfrasis
adecuada de S, en cualquier conversación no filosófica en la que S
tuviera lugar.” (Rorty, 2001, p.103)

Rorty no consigue sentar su teoría del giro lingüístico, al menos no con el


propósito de clarificar las cosas. Al contrario, lo vuelve en un desierto de
arenas movedizas donde la divagación en la razón de ser en este Ouroboros
lingüístico.

Bibiliografía:

Rorty, R. (1990) El giro lingüístico (Gabriel Bello, trad.) Paidós. España.

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