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Tarea 10

Licenciatura en Lengua y Literatura Modernas, Universidad Modelo


Curso: Fundamentos de filosofía del lenguaje
Título de la lectura: Ser y Tiempo por Martin Heidegger
Alumno: David Mayoral Bonilla
Profesor: Julián Zárate

Fecha de entrega: 19 de octubre de 2016


Claro está que el conocimiento humano ha ido evolucionando en torno a la
comprensión de lo que realmente conocemos. Pareciera más un retroceso,
pues entre más específico se vuelve el saber, más vago se vuelve nuestro
concepto del conocimiento. ¿A qué podríamos llamarle conocimiento? Más
complejo aún, ¿de qué podemos asegurar que poseemos el conocimiento?
Sería un acto de soberbia asegurar que algo es completamente conocido por el
hombre. Descartes, tras reflexionar sobre el uso de la razón, llega a la
conclusión de lo único que es cierto para el humano: existimos.

La Razón utilizada por Descartes continuó trascendiendo, generando


otras reflexiones sobre el saber. El sentido del ser se fue extraviando poco a
poco, ya que la filosofía empezaría a convivir íntimamente con el lenguaje
debido a un giro en el pensamiento filosófico. Heidegger en Ser y Tiempo
desempolva un asunto no resuelto de la filosofía: ¿Cuál es el sentido de ser?
¿En qué reside la esencia del significar ser? Esto último, expuesto en mis
palabras, sería el planteamiento inicial, consecuentemente desarrollado por
Heidegger en el mencionado artículo del cual se elabora este comentario.

Heidegger claramente comprende que la pregunta por el ser no es


novedosa. Al contrario, reconoce el estudio, desde la Antigüedad hasta los
bosquejos de Hegel, de alguna proposición para plantear el significado que
conlleva ser. La situación que Heidegger explora en el primer apartado es el
por qué se ha dejado de preguntar por el significado de ser.

El problema que encuentra Heidegger inicialmente es que “el concepto


de “ser” es el más universal y vacío. Como tal, opone resistencia a todo
intento de definición.” (Heidegger, 1927; p. 13) La razón por la cual ser es un
concepto oscuro en cuanto a definición sería por sus características ónticas-
ontológicas, las cuales Heidegger aborda también en este artículo.

Otra situación que Heidegger concibe como la razón por la cual se ha


dejado de cuestionar el sentido del ser es la supuesta validación del significado
de dicho concepto. Al concebirse el ser como algo que todos poseemos (o
redundando, somos un ser), se da por entendido que el significado de ser ya es
algo que está prescrito en su propia esencia.
“(…) lo que estando oculto incitaba y mantenía en la inquietud al
filosofar antiguo, se ha convertido en algo obvio y claro como el sol,
hasta el punto de que si alguien insiste en preguntar aún por ello, es
acusado de error metodológico.” (Heidegger, 1927; p. 13)

Para comenzar a romper los tres prejuicios que Heidegger localiza ante
el planteamiento de la búsqueda del sentido del ser –el significado del ser
reside en sí mismo, el ser es imposible de definir, ser es el concepto más
universal– Heidegger empieza a estructurar la pregunta para que ésta lo más
cercana a lo que se desea saber sobre el ser. Lo que se busca es comprender al
ser, “tenemos que elaborar (qué) es el ser, aquello que determina al ente en
cuanto ente, eso con vistas a lo cual el ente, en cualquier forma que se lo
considere, ya es comprendido siempre.” (Heidegger, 1927; p. 17)

Rompe entonces Heidegger el escepticismo en torno al supuesto


conocimiento del ser al tener el propósito de la pregunta que busca
explícitamente un significado. Prosigue a desarrollar el concepto Daesin: “A
este ente que somos en cada caso nosotros mismos, y que, entre otras cosas,
tiene esa posibilidad de ser que es el preguntar.” (Heidegger, 1927; p. 18) Este
concepto servirá de eje en la descripción del problema por el cual ser
permanece imposibilitado de comprender un significado universal obtenido
como respuesta de un preguntar explícito: la relación de los aspectos óntico-
ontológico del ser.

El ser tiene un sentido que se divide en aquellos dos aspectos: en lo


óntico –lo relacionado al ser– pues todos somos, y en lo ontológico –la esencia
del ser–. Pareciera que un encuentro entre estos dos aspectos no es posible. Si
todos somos, ¿qué es el ser? Comprendamos que habrá variedad en el
razonamiento acerca de lo que conlleva ser, siendo la pregunta distinta en
cada ocasión. Dice Heidegger:

“(…) como al Dasein no sólo le pertenece una comprensión de su ser,


sino que ésta se desarrolla o decae según el modo de ser que tiene cada
vez el Dasein mismo, puede éste disponer de una amplia gama de
formas de interpretación.” (1927; p. 27)
No hay, entonces, obviedad alguna en el concepto del ser; Menos aún si
se introduce a su aspecto pre-ontológico, el configurador de la esencia del ser,
el cual Heidegger introduce como el tiempo, siendo “La temporeidad (…) el
sentido del ser de ese ente que llamamos Dasein.” (Heidegger, 1927; p. 28)
Empero, usar el vago criterio temporal remitiría a un resultado erróneo para la
pregunta explícita. Se debería determinar, en mejor manera, el espacio que el
ente del ser ocupa en lo temporal. Replanteando el sentido del
cuestionamiento explícito, basándose en su teoría de lo temporal para resolver
el carácter ontológico del ser, Heidegger expone: “(…) una vez elaborada la
pregunta por el sentido del ser, deberá mostrarse, en base a ella, qué y cómo la
problemática central de toda ontología hunde sus raíces en el fenómeno del
tiempo correctamente visto y explicitado.” (1927; p. 29)

¿Qué debería contener, entonces, el correcto cuestionamiento


(explícitamente orientado) para poder conocer los aspectos del sentido del ser?
El estudio de Heidegger repara finalmente en lo que no debería ser la
respuesta a la pregunta. “Puesto que el ser sólo es captable, en cada caso,
desde la perspectiva del tiempo, la respuesta a la pregunta por el ser no puede
consistir en una frase aislada y ciega.” (Heidegger, 1927; p.29) El ser siempre
ha sido. En cuanto a las cualidades del ser no ha habido renovación alguna,
por lo que la pregunta por el ser debe ahondar en los aspectos temporales para
poder incurrir en el significado del sentido del ser.

Bibiliografía:

Heidegger, M. & Rivera, J. Ser y Tiempo (7th ed., pp. 13-19, 26-30).
Santiago, Chile.

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