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Sección: 01
Profesor: Alumna:
C.I: 30517661
En Nuestra América los procesos socialistas no surgen, como consecuencia del desarrollo
pleno de las fuerzas productivas del capitalismo, por el contrario en muchos de nuestros países
se indujo el atraso y la pobreza, primero por la depredación de nuestros recursos naturales,
humanos y financieros generado por el colonialismo español y luego por el neocolonialismo
europeo y el estadounidense, hechos que apalancaron el modelo capitalista de estos países que
hoy concentran el monopolio de las grandes industrias del mundo.
Es evidente que existe una influencia de este modelo capitalista en los países de nuestra
América, a través de los medios de comunicación social, la industria cultural y los organismos.
Sin embargo para que estos pueblos puedan llegar a ser autónomos de su propio desarrollo y
economía, tal como lo señala el autor es necesario que se genere un sistema jerárquico regional
de estados, es por ello que desde nuestras tierras, surgen la estrategias que revisten
mecanismos financieros solidarios y de cooperación internacional tales como el ALBA
(Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), el Banco del ALBA y el Banco del
Sur, promovidos por el Gobierno de la Republica Bolivariana de Venezuela con el propósito de
consolidar una futura unión de naciones suramericanas la cual compense las asimetrías
económicas y sociales entre los diversos países.
Comparto con el autor la idea de que con el capitalismo y más mercado no podemos
solucionar los problemas que tienen nuestros pueblos, como lo son: la pobreza, la injusticia y la
marginación social, ya que estas medidas son tomadas hace mucho tiempo y no se han visto
resultados positivos. Sin embargo, para construir un modelo socialista óptimo considero que
debe existir una madurez en la nación basada en valores como la solidaridad y el respeto y un
crecimiento económico que pueda generar la libertad de un socialismo histórico en concreto.
Para lograr este cambio es importante que cada ciudadano conozca la historia de su pueblo
desde su formación originaria, de esta manera se formaran hombres y mujeres nuevos,
logrando así las metas propuestas.
En nuestro país como en el resto de América, los países sub desarrollados se vieron
obligados a pactar con los transnacionales gracias a los avances de sus tecnologías y
maquinarias, dada la apertura de los mercados nacionales a las mercancías extranjeras, el
aumento de la exportación de capitales hacia las economías dominantes, la disminución de
capitales locales disponibles para la inversión en las diversas economías nacionales fueron
generando una dependencia para el abastecimiento de la nación y empobrecimiento general
de la sociedad.
El autor señala que para construir una sociedad soportada en el socialismo, debemos
basarnos en los colectivos sociales y que dichos colectivos deben estar en capacidad material e
intelectual para así participar en la elaboración de la sociedad. Compartiendo esta idea con el
autor y retomando mi planteamiento inicial en este análisis, de que para fomentar un modelo
socialista en nuestro país se deben generar las condiciones de madurez necesarias en el pueblo
y el Estado, fundamentadas en valores como la solidaridad y la reciprocidad social, el respeto
por los demás, se promueve una nueva cultura laboral que asuma como valores la disciplina y la
creatividad, el estudio como un logro para mejorar todas las condiciones de vida de la sociedad,
así lograremos apalancar las estrategias necesarias para vencer la pobreza, la injusticia y la
desigualdad generada a consecuencia del capitalismo.
En base a lo anterior, para que los procesos de liberación de nuestros pueblos tengan
éxito en la ética política democrática, de tal modo que todos los países garanticen su soberanía;
debemos contar en primer lugar con la solidaridad, la fidelidad y la conciencia revolucionaria de
los colectivos sociales, el Estado debe crear políticas públicas que mejoren la calidad de vida
de la población en todos los aspectos y crear una estructura socialista que sirva de apoyo para
preservar la existencia de los procesos revolucionarios, tomando en cuenta la solidaridad de
otros países de la región o fuera de ella, que compartan una posición antiimperialista como la
del ALBA.