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Arte, Mente y Cerebro

Simón Esteban Puerta Zapata


Licenciatura en educación artística
Universidad de san Buenaventura

Introducción
En el presente escrito estaremos abordando de manera breve el libro arte, mente y
cerebro de Howard Gardner, especialmente el capitulo 8 llamado explorando el
misterio de la creatividad artística. Trataremos de buscar conceptos clave y
relacionándolos con capítulos de nuestra vida para así poner en discusión el discurso y
las teorías que aquí se describen con nuestras experiencias personales logrando así
una comprensión más amena de lo trabajado y leído.

Desarrollo
Para ninguno es un secreto que en las edades tempranas de la niñez la mayoría (por no
decir que todos) tuvimos un auge creativo y artístico bastante importante para nuestro
desarrollo pero a medida de que vamos creciendo cierta parte de esos impulsos
creativos se van disminuyendo, incluso llegando a tales limites que nos negamos a
participar de actividades artísticas, por ese motivo este capitulo a tratado de identificar
aquellos aspectos que de una u otra manera determinan que personas podrían gozar
de sus habilidades artísticas en su adultez y quienes se quedarían atrofiados artística y
creativamente.
Recuerdo que a mi edad de 3 o 4 años solía pasármela dibujando y coloreando gran
parte del día, era algo que me fascinaba, ver los colores sobre el papel, sobre las
paredes de mi casa o incluso saborear los diferentes lápices que tenía a mi alcance me
producían una gran felicidad, no me preocupaba por dibujar una casa, a un perro, o a
mi familia, solo me preocupaba por mover mis manos y dejarme llevar, encontrarle
sentido a mis garabatos y contarle a mi mama la historia que había plasmado.
Según el texto esta seria la denominada era de oro de la creatividad, en donde el niño
simplemente dibuja y pinta sin pretensiones, como si de una necesidad se tratara, por
que desde nuestros sentidos parten esos primeros acercamientos y experiencias con el
mundo exterior.
Alrededor de mis 6 hasta los 10 años comencé ir a la escuela, recuerdo que habían
varios niños alrededor de mí, las actividades artísticas ya no eran igual que en mi casa,
en la escuela debía dibujar la flor que la profe quería, la casa que estaba en el tablero,
debía pintar sin salirme de la figura, debía utilizar unos colores preestablecidos, ya las
nubes de mis dibujos no podía ser ni verdes, ni moradas, debían ser azules (y ahora me
parece muy cómico ya que las nubes no son azules), era un choque para algunos que
cuando no cumplían con las indicaciones las profes te regañaban, por eso nos fuimos
acoplando a esas nuevas maneras de entender al mundo y en cierta parte me gustaba
porque si podía tener mas herramientas visuales para representar lo que yo quería y
que los demás lo entendieron, a partir de ese momento quería dibujarlo todo tal cual
lo veía, pero el problema es que no muchos de mis compañeros tenían ese mismo
entusiasmo por que al mostrar sus dibujos las profes o los compañeros les decían
cosas como: ese dibujo tan feo o eso no parece un gato. Esos comentarios
representaban un golpe fuerte que sin duda alguna desmotivaba a cualquiera y cada
vez dibujaban menos, ya no querían mostrar sus dibujos a nadie. Pero a mi por el
contrario esos comentarios me hacían querer mejorar y demostrar que yo si podía
hacerlo bien (cabe destacar que yo a esa edad era niño bastante persistente, soberbio
y con mucha curiosidad), gracias a eso fui adquiriendo un gusto por ver a mi mama
como dibujaba, miraba libros sobre dibujo, copiaba a mis caricaturas favoritas,
dibujaba los cuadros decorativos de las casas a las que visitaba, era un constante
desafío constante de autosuperación.
Después de leer lo anterior podemos entender que al entrar a una etapa educativa
formal es posible ver una disminución en la creatividad de los niños a la hora de
enfrentar actividades artísticas, en este caso partimos del dibujo, esto se debe a que
los chicos a estas edades entran en una etapa de literalidad en sus obras, ya el niño en
estas instituciones comienza a recibir una educación básica para entender el mundo y
para esto es necesario comprender ciertas normas, por eso mismo van adquiriendo la
necesidad de representar lo que ven tal cual, para que sea entendible para los demás,
se comienzan a utilizar signos y símbolos universales para expresar sus ideas. Otro
punto importante para no castrar creativamente a los niños es la motivación que les
demos, si de lleno le decimos a un niño que su dibujo esta mal, esto los afectara de
maneras que no concebimos, estamos causando daños a manera casi permanente, es
por este motivo que muchos niños dejan de lado las expresiones artísticas por que
creen que no tienen lo necesario para desempeñarse en este campo. Pero en este
punto también juega un factor importante y es el carácter y la personalidad del niño, si
el chico se deja afligir de los comentarios negativos y permite que se apoderen se el es
casi notable su apatía por las actividades artísticas ya que las criticas que va a recibir
no las tomara de la mejor manera, pero si por el contrario el niño es capaz de tomar
esos comentarios para mejorar y seguir con sus procesos creativos, será notable su
deseo por aprender maneras diferentes para lograr representar lo que quiere y así
tener una aceptación de los demás.
Legamos a esa difícil etapa de la adolescencia y juventud, gracias a mi curiosidad y mi
empeño en la niñez por buscar maneras de mejorar en la cuestión del dibujo podía
notar en el colegio que tenia un cierto nivel mayor que la mayoría de mis compañeros
de clase y por ese mismo motivo era seleccionado para participar en concursos y en la
elaboración de murales dentro de la institución, esto por supuesto me daba confianza
pero siempre tenia la espinillita al ver mi trabajo comparado con el de otros, yo mismo
era muy critico con lo que hacia y notaba que me faltaba mucho por aprender y
mejorar y muchas veces estos procesos se veían interrumpidos por responsabilidades
académicas que de una u otra manera absorbía mi tiempo. Ya en mi juventud he
notado un gran avance en mi trabajo, pero sé que falta muchísimo por mejorar, es
curioso que en estas dos últimas etapas personalmente me encontraba buscando un
estilo personal con el que me sintiera cómodo y dejar de lado el realismo que por
algunos años me llamo tanto la atención. he notado a lo largo de este tiempo de
adolescencia y juventud que muchas personas se quedan en esa etapa de literalidad y
les dificulta aventurarse a explorar maneras algo fantásticas y utópicas de concebir el
dibujo prefiriendo trabajos más clásicos que de índole un poco más contemporáneas.
Ya en esta ultima etapa podemos ver un asunto de superación y de persistencia que
muy pocos jóvenes y adolescentes logran, quedándose con las frustraciones de su
niñez o etapas tempranas de la adolescencia. se puede ver un momento de creatividad
más consciente y madura que el de la niñez tempana, con intencionalidad más clara y
con ansias de reconstruir y transformar esos esquemas artísticos que se traen de las
etapas anteriores.
Para concluir me parece que es importante resaltar una parte de este capítulo que
dice: “Este panorama del desarrollo ha llevado a algunos estudiosos a plantear que el
desarrollo artístico sigue las líneas de una curva en U. La primera parte de la U se
refiere al nivel aparentemente elevado de creatividad que se encuentra entre los
preescolares; el arco de la U representa el período de la literalidad, cuando las
creaciones artísticas del niño son menos llamativas a ojos de muchos observadores; el
resurgimiento triunfal de la última parte de la U marca el logro (por parte de al menos
algunos adolescentes) de un nivel de realización artística nuevo y más elevado.”
(Gardner, 1997)

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