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I. Origen
II. Materialismo
IV. Crítica
Filosofía y política
Para el marxismo las diferentes corrientes filosóficas y los conflictos
entre ellas no son producto del desarrollo autónomo de la filosofía. El
punto de referencia último para su comprensión no está en el terreno
“intrafilosófico”, sino en las luchas sociales y políticas de las clases. Sus
efectos sobre el campo de la filosofía se desarrollan a través de
complicadas y sutiles mediaciones.
Uno de los campos fundamentales que hace sentir su presencia en la
historia de la filosofía es el de las diferentes ciencias. Pero, si bien la
filosofía recibe el impacto de los descubrimientos científicos, que le
obligan a replantear y profundizar su respuesta a la cuestión central que
la ocupa, al mismo tiempo, como teoría general de la producción del
conocimiento influye, a su vez, sobre las ciencias ayudándolas a
constituirse como tales y luchando contra todo componente ideológico
idealista que obstruya este proceso.
Tomemos el caso de las relaciones entre la filosofía materialista
dialéctica y la ciencia del Materialismo Histórico. Para el marxismo, el
Materialismo Histórico, producto de una práctica teórica específica,
encuentra en última instancia el terreno para validarse en su
reinscripción en la práctica social revolucionaria del proletariado. Pero e
Materialismo Dialéctico interviene en este proceso colaborando en el
logro de la cientificidad del Materialismo Histórico y en este sentido
opera coincidentemente con la necesidad del proletariado de contar con
una teoría revolucionaria sin la cual no es concebible una práctica
revolucionaria efectiva.
Por lo que: 1) representa el campo teórico que refuerza el logro de un
un conocimiento científico como “guía de la acción” revolucionaria. Este
aspecto redundará en la no presencia de “desviaciones” (oportunismo,
sectarismo, etc.) en la práctica política; 2) en tanto una proposición o
una idea, verdadera o falsa, puede inscribirse activamente en la lucha
de clases como representante directo o indirecto de los intereses
históricos de sus protagonistas, la exigencia proletaria de una ciencia de
la revolución supone la intervención de la política en el plano de la
producción de conocimientos.
Este aspecto decisivo es conocido a través de la exigencia de asumir un
“espíritu de partido” en la práctica filosófica. Es decir, de impulsar el
desarrollo consecuente de la ideología del proletariado y de combatir
implacablemente toda variante de ideología burguesa. Esta ubicación de
la filosofía en el seno de la lucha de clases supone, a la vez, una nueva
práctica de la filosofía.
La filosofía idealista, en su función de ideología de las clases dominantes
no puede ejercerse sino bajo las formas que perpetúen la división del
trabajo de la sociedad de clases. Se constituye como la filosofía de los
“profesores”, como grupo separado y diferenciado del resto del pueblo,
que supuestamente contiene en su saber a la Verdad como su
patrimonio. Verdad que es transmitida explícitamente de manera
vertical, respetando las jerarquías intelectuales través de los aparatos
educacionales e implícitamente a través de los medios de información,
etc. La filosofía marxista encontrará, a la inversa, su máxima realización
práctica al ser asumida por el proletariado en su lucha. Lo que redefine
las condiciones y protagonistas de su ejercicio.
Las tareas actuales del Materialismo Dialéctico
El desarrollo teórico del Materialismo Dialéctico no está a la altura del
que tiene el Materialismo Histórico. Son pocas las referencias explícitas
al mismo en los clásicos del marxismo y, en general, se puede decir
que, más allá de sus principios generales, que si están explicitados y de
intentos deimportancía como los de Georg Lukács, Karl Korsch, Auguste
Cornú, Galvano Della Volpe, Lotus Althusser y otros la filosofía marxista
se encuentra implícitamente en los textos de los clásicos del marxisrtio:
Marx, Engels, Lenín, Gramsci, Mao, etc., y en las reflexiones políticas de
dirigentes proletarios como el Che Guevara, Ho Chi Minh, tec., que
asumieron consecuentemente la lucha anticapitalista. Hoy es prioridad
en el trabajo del Materialismo Dialéctico la profundización de su
interacción teórica con el Materialismo Histórica. La filosofía explicitará
así sus fundamentos y la ciencia desarrollará sus “piedras angulares”
que elaboraron los clásicos.
Colaborar con el desarrollo del Materialismo Histórico supone para la
filosofía marxista:
A) saber aprovechar los elementos de la actual coyuntura que pueden
ayudar a su desarrollo: 1) el trabajo teórico que recupere la enorme
riqueza de la iniciativa revolucionaria y combativa que despliegan las
masas en sus luchas; 2) El trabajo teórico sobre los textos de los
clásicos y los documentos políticos que orientan los focos centrales de
lucha anticapitalista y por la construcción del socialismo; 3) la relación
de apuntalamiento que puede darse al articular el discurso teórico del
Materialismo Histórico con el de diversas ciencias como el psicoanálisis,
la lingüística, etc. A condición de la intervención del Materialismo
Dialéctico sobre ellas ayudando a distinguir en su interior su cientificidad
posible de los ingredientes de ideologías idealistas que puedan contener
(psicologismo, formalismo, etc.);
B) superar diversos obstáculos teóricos que se le oponen a través del
acecho ideológico de: 1) las nociones del “sentido común” y la
experiencia directa en general que estén impregnadas de ideologías
idealistas; 2) las incrustaciones de otras filosofías, principalmente el
hegelianismo y el neopositivismo. De la influencia de la primera resulta
una concepción espontaneísta del proceso histórico, que niega o
subestime la necesidad de la conciencia de clase y la organización
revolucionaria. Generando una práctica política que se diluye en la
acción espontánea de las masas en la medida de que el éxito del
proceso está asegurado por el despliegue del “espíritu del pueblo”, etc.
De la segunda una concepción cientificista que separa la práctica teórica
de la acción revolucionaria y que, entonces no puede articular la teoría
con la experiencia vivida de las masas, condenándose al aislamiento
político; 3) de las influencias negativas de otras ciencias, como por
ejemplo la biología y la física mecánica. En la medida en que se piense
la historia desde sus supuestos teóricos se derivará en una concepción
no revolucionaria sino evolucionista de la sociedad.
El marxismo como practica revolucionaria
Trataremos de analizar la intervención política del marxismo en las
luchas del proletariado internacional. La reconstrucción de los hechos
tendrá pues, exclusivamente un eje: el proceso contraponiendo
ideológica y políticamente a la por el cual el proletariado se va
diferenciando y burguesía, se va transformando en una fuerza social con
acción propia en diversos procesos de acumulación de fuerzas y de
luchas por el poder. Así como de su acción en la construcción del
socialismo desde el poder.
Desde esta focalización centraremos en los momentos decisivos de la
acción política revolucionaria y de los enfrentamientos de las diferentes
líneas políticas que supongan una implicancia decisiva en la acción
practica. Esta reconstrucción no seguirá, pues, un criterio abarcador del
conjunto de procesos históricos desde el surgimiento del proletariado.
Por otra parte, por la índole de su eje, la reconstrucción supone, en gran
medida, el análisis del proceso que vivió y vive el Movimiento Comunista
Internacional. Por lo que trataremos además de presentar la
problemática a tratar desde la óptica de las concepciones que
centralmente disputan su dirección.