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U NIVERSITAT
ROVIRA I VIRGILI
Nos interesa más bien ubicar de entrada esos términos en un asunto que nos
parece relevante en este momento: el del impacto que tiene el trabajo
académico que se lleva a cabo en el campo de la antropología médica
respecto a los problemas y temas de que se ocupa, en particular en América
Latina, que es nuestra área de trabajo. Reflexión también pertinente ante el
reconocimiento creciente de que la epidemiología convencional ha alcanzado
sus límites en torno a la problemática que se presenta en salud poblacional.
Hoy podemos constatar sin dificultad que ante los avances tecnológicos y
sociales del siglo pasado, muchos de los cuales repercutieron directa e
indirectamente en la salud pública, en el XXI nos enfrentamos a una
polarización de circunstancias que no solamente distribuye aún más el riesgo
de enfermar y de morir entre los colectivos humanos en forma altamente
contrastante y diferenciada, sino que denota también que las inequidades
intervienen en forma decisiva a través de un acceso injusto y desigual a
1
Conferencia de clausura presentada en el III Coloquio de REDAM: Etnografías y técnicas
cualitativas en investigación sociosanitaria. Un debate pendiente, Tarragona, 6 de junio,
2007.
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Médico con estudios en metodología de investigación en salud y fitoterapia clínica,
doctorado en ciencias sociales y salud por la Universidad de Barcelona. Profesor investigador
en el Instituto Nacional de Antropología e Historia, México. Dirección: Matamoros 14,
Acapantzingo, Cuernavaca, Morelos, México 62440. Correo electrónico: osemos@gmail.com
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Médico con estudios en ciencias sociales y doctorado en antropología por la Universitat
Rovira i Virgili. Profesor-investigador del Programa de Salud y Sociedad en El Colegio de
Sonora, México. Dirección: Avenida Obregón 54, Hermosillo, México 83000. Correo
electrónico: aharo@colson.edu.mx
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Estas son algunas de las principales críticas que suelen encontrarse tanto
entre los epidemiólogos mismos como también en la producción de científicos
sociales aplicados al campo de la salud. No obstante, también es preciso
señalar que aún cuando abundan las críticas hacia la insuficiencia del enfoque
epidemiológico convencional y la escasa aplicación de los aportes etnográficos
e interpretativos en el campo sanitario, son pocas las propuestas acerca de
cómo podrían subsanarse estos problemas de integración y
complementariedad. Por esto nuestro interés de proponer una epidemiología
sociocultural estriba en intentar ofrecer una respuesta a estas necesidades,
considerando que dentro de la extensa producción en el campo de las ciencias
sociales aplicadas a la salud, es particularmente la antropología médica la
disciplina que ofrece mayores posibilidades de contrastar y cuestionar el
enfoque epidemiológico convencional.
se realice una investigación más precisa en este sentido. ¿Cuáles son entonces
los problemas o retos para una cabal integración?
Hay que tomar en cuenta que al menos desde la década de 1980 diversos
autores, principalmente desde el ámbito “latino”, han venido utilizando
términos afines al de “epidemiología sociocultural” para referirse a la
necesidad de integrar la dimensión epidemiológica en los análisis
interpretativos de la cultura, reclamando además la pertinencia de atender a
los aspectos sociales, tanto los relativos a la interacción social, como las
redes sociales o el capital social, como también aquellos aspectos económicos
y políticos determinantes del estado de salud.
problemas sanitarios debe ser comprendido más bien como una “historia
sociocultural del enfermo o del colectivo humano de referencia”,
considerando las relaciones históricas y evolutivas entre naturaleza y cultura.
Por esto, uno de los ejes teóricos de una epidemiología sociocultural radica en
asumir como objeto de estudio un proceso dinámico que incluye la respuesta
individual y social a los signos y síntomas de malestar o enfermedad, y que
puede ser conceptualizado dialécticamente, como ha sido destacado por
Eduardo L. Menéndez como proceso de salud/enfermedad/atención.
Consideramos al respecto que uno de los principales retos que enfrenta una
epidemiología sociocultural estriba en analizar y atender los problemas de
salud poblacional desde una perspectiva integradora necesariamente
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interdisciplinaria, entendiendo por ello una visión que sea capaz de contender
con los factores determinantes del estado poblacional relevantes desde una
perspectiva comprensiva, relacional y contextual, con interés tanto
cognoscitivo como también de gestión de los problemas sanitarios con un
enfoque eminentemente preventivo. El desarrollo de un diálogo
interdisciplinario, por la complejidad que representa, apunta más bien hacia
la conformación de equipos de trabajo en torno al estudio y gestión de
problemas colectivos de salud concretos, siendo un área de colaboración en el
que se ha comenzado a transitar a partir de varias experiencias pioneras.
En este sentido, cabe mencionar que si, como sucede en efecto, el sector
sanitario donde domina la biomedicina constituye un ámbito corporativo más
cerrado que el sector de las ciencias sociales y las humanidades, áreas con
menor responsabilidad operativa, bien podemos señalar que el ingreso de
estas perspectivas en el dominio biomédico y epidemiológico requiere de un
esfuerzo sistemático por incluir en los estudios de los problemas de salud
generados desde la antropología médica y las ciencias sociales, elementos
provenientes de la perspectiva epidemiológica, como el indagar la incidencia
y prevalencia de los fenómenos estudiados, dar cuenta de su distribución y
evolución en términos de persona, tiempo y lugar, investigar los elementos
causales reconocidos en la génesis de las enfermedades, los obstáculos para
su cabal resolución, el riesgo relativo y las asociaciones causales pertinentes;
también ubicar los problemas estudiados en el marco de un perfil
epidemiológico que no tiene que estar necesariamente limitado a lo que la
biomedicina y la epidemiología reconocen como válido.
Palabras finales
Con estos rasgos descritos queremos aquí señalar que el planteamiento de una
epidemiología sociocultural no intenta ser una propuesta que sustituy a a la
antropología médica, sino que se nutra continuamente de sus reflexiones y
hallazgos. Pero que, a diferencia de ella, se encuentre en condiciones de
incidir en la salud colectiva a través de la expansión y contextualización de la
categoría del daño evitable con fines operativos, desde perspectivas
dialógicas que no se limiten al enlace entre disciplinas, sino también a la
recuperación -mediante diversos medios y estrategias- de la voz de otros
actores relevantes en torno a los fenómenos de la salud y la enfermedad. La
antropología médica, incluso en sus variantes críticas, excluye en general a la
dimensión epidemiológica como rasgo característico en la mayoría de sus
trabajos, mientras que la epidemiología sociocultural supone una visión
enfocada en el problema del daño a la salud percibido desde diferentes
ángulos, pero regida por la categoría rectora, por operativa, de su
evitabilidad, y desde ahí incorpora como elementos relevantes los
provenientes de la dinámica de las relaciones humanas en sus diversas
connotaciones y alcances.