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© Scott Adams
Dilbert.com
En esta tira cómica de Dilbert, tenemos un precioso ejemplo del tipo de evaluación
que como subordinados NO nos gustaría recibir por parte los jefes.
Que no cunda el pánico; este tipo de realidades tienden a la extinción y a quedar
cada vez más como una simple anécdota.
Así pues, desde nuestro ámbito de actuación, podemos afirmar con cierta seguridad
que, buena parte de las Empresas con una clara orientación al Desarrollo de
Personas, distan bastante de la foto del Jefe (poco orientado a la gestión efectiva
de personas) de Dilbert.
Esto suele ser así porque se han preocupado en diseñar un buen Sistema de
Gestión de Desempeño, que incluye la Evaluación periódica de los/las
empleados/as y, por supuesto, capacita a los evaluadores para gestionarla.
Pues bien, se trata del proceso más ligado a trabajar el Desarrollo de Personas y
Equipos en la Organización. Y este debería ser su principal objetivo.
La Gestión del Desempeño nos ha de servir para dar y recibir feedback del
desempeño (o desarrollo) de los empleados, detectar sus Puntos Fuertes y Áreas
de Mejora, y poder así trazar un Plan de Actuación Personalizado para cada
persona, y así se lo comuniquemos.