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ABPR 2016

Manual de Derecho Político (Tomo 2)

Sección primera: de la política.

1.- Concepto de política.


Este concepto no puede no puede residir en una simple recopilación de definiciones, Parece más acertado buscar en la etimología
de la palabra una orientación más segura la palabra política se origina en las palabras polis (estructura sociológica), politeia
(organización jurídica, constitución diríamos actualmente), política (todo lo concerniente a la polis), y politikë (arte de la política).

En sus orígenes se encontraba asociada al fenómeno de la convivencia humana, a su organización y a la actividad vinculante a esa
relación.
Sociabilidad y politicidad: los hombres viven en sociedad; pero ello no es posible sin organización, es decir, sin coordinación y
encauzamiento de la vida social.

Polis: forma de vida en que intervienen tanto la razón como la coacción; Para la mentalidad clásica griega es sólo en la polis donde
puede el hombre desarrollar plenamente todas sus virtualidades. “la ciudad es la unidad tipo, y la vida ciudadana es la forma tipo de
vivir. Vivir como un ciudadano, como un cives, es idéntico a civilización. La vida de ciudad es esencial para poseer plenos derechos
políticos, para ser miembro igual de la comunidad y para tener cualquier posición social o política. Todo hombre es ciudadano sólo
en la medida en que esté de hecho presente en la ciudad y participe de un modo activo en sus diversas funciones.

Hasta muy tarde, en las últimas etapas del Imperio Romano, no existe una forma de vida del tipo que nosotros llamamos vida
privada, La palabra griega para ‘privado’ tiene un carácter negativo todavía más fuerte: idiotas.

En la polis el estado absorbía al hombre por completo. Para el cristiano no cabe la fusión de la individualidad en la comunidad
política. El hombre tiene un valor propio, un destino individual y una conciencia personal que el Estado debe respetar como un
dominio exento a su poder. . Desde el Renacimiento y la Reforma hasta nuestros días ha existido la tendencia creciente, no sin
retrocesos y reacciones, a acentuar este valor de la personalidad humana frente al poder político del Estado”.

El concepto de lo político queda referido, entonces, solamente a todo aquello que se vincula en forma directa e inmediata al Estado,
En consecuencia, desde este punto de vista puede definirse la política como todo el quehacer humano que dimana del Estado o
converge directamente hacia él.

Aparecen como sujetos naturales de la actividad política: las diversas instituciones que integran al gobierno de un Estado, las
asociaciones y organizaciones que ayudan a determinar qué hacen realmente los órganos de gobierno.

Pero toda actividad humana supone necesariamente un propósito concreto a conseguir. Surge entonces el elemento teleológico que
no puede ser otro que el bien común o el interés público.

“La función del Estado –anota Heller– consiste en la organización y activación autónoma de la cooperación social-territorial, fundada
en la necesidad histórica de un status vivendi común que armonice todas las oposiciones de interés dentro de una zona geográfica.
una segunda definición de la política: la actividad ejercida por el poder estatal en procura del bien común o interés público.

El ejercicio de la función política, en los términos que la venimos desarrollando, especialmente en su actividad de gobierno, supone
dirigir y conducir la comunidad estatal al logro de sus fines esenciales y ello implica necesariamente ejercer poder.

Llegamos de esta manera a una de las definiciones de la política más comunes y que pone énfasis en uno de sus supuestos: la
conquista del poder. La política es la actividad de quienes procuran obtener el poder, retenerlo o ejercitarlo con vista a un fin.

2.- las dos fases de la política.

La política considerada como proceso social vivo tiene dos fases: la primera consiste en la lucha entre los adversarios para la
conquista del poder estatal y en las actividades que deben asegurar el éxito en esta lucha. La segunda fase se traduce en la elección
y la realización de un determinado proyecto, una vez conquistado el poder. Tradicionalmente se denomina al primer aspecto de la
política faz agonal (del griego agón: lucha). Junto a ella se decanta la faz arquitectónica (del griego arkhitekton: construcción).
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La faz arquitectónica: “lo esencial de la política es guiar a la sociedad, orientarla en el caos, proporcionarle el ‘verdadero’ camino
ante las soluciones falsas”. Pero la experiencia histórica demuestra que en el seno de las sociedades humanas resulta acaso
imposible lograr una adhesión unánime en torno a la elección de los fines y valores a realizar.

Desde el punto de vista cronológico la faz agonal se presenta entonces como anterior: para construir es previo conquistar el poder,
la política como lucha no es únicamente la que desarrollan los gobernados desde abajo para conquistar el poder, sino también los
gobernantes desde arriba para mantenerse en el poder que detentan (Bidart).

Ambas fases como procesos tienen sus consecuencias: política agonal permite la expresión de todas las corrientes de opinión
existentes en el seno de una sociedad dada, evitando, por lo mismo, la implantación de concepciones dogmáticas; llevada a un grado
de exacerbación produce inevitablemente el caos y la anarquía. la política arquitectónica contribuye a la estabilidad de la sociedad.
Determina su orientación, procura su integración y el logro del interés general contra la presión de las reivindicaciones particulares
(Duverger); existe el riesgo de estancamiento, fosilización y consagración de situaciones injustas. Es más, si la faz agonal no se
institucionaliza, inevitablemente ella nace y crece en la clandestinidad. la faz agonal y la faz arquitectónica se encuentran
recíprocamente entrelazadas.

“La política engloba todos los fenómenos sociales, en la medida en que ellos implican actividad encaminada, sea a la conquista del
poder, sea a su ejercicio” (Burdeau).

“La política es esencialmente process, es decir, pugna seguida de acomodamiento, de ajustes. Acomodamiento y ajuste,
por otra parte, del movimiento y el orden, de la estabilidad y el cambio, del conflicto y del consenso. Sin esa realidad
que es la política, sin esa actitud y ese comportamiento que ella entraña, la ‘entropía’, el desgaste natural del orden,
concluiría con el hombre” Mario Justo Lopez.

3.- política y derecho.

La Constitución es la política juridizada. Por consiguiente, la actividad política no puede quedar al margen del
encuadramiento de los preceptos legales. Gobernantes y gobernados son tributarios de la ley.

André Hauriou menciona las siguientes dificultades: 1) la violencia es inherente en las relaciones políticas; 2) porque la
vida política tiene, aparte de la violencia, una espontaneidad y un poder de evolución considerables, y 3) porque los
preceptos del Derecho Constitucional se dirigen a “actores jurídicos” particularmente poderosos, que no siempre
obedecen las reglas establecidas.

En lo que atañe a la faz agonal, no puede faltar la regulación jurídica o rudimentaria si no estuviera previsto y fijado
normativamente el régimen de acceso a los cargos o roles de gobierno, la ‘relación política’ carecería del mínimo de
consistencia para ser efectiva. La regulación jurídica de la actividad política en su ‘faz agonal’ tiene especial importancia
para los regímenes políticos que pueden ser incluidos dentro de la denominación genérica de ‘democracia
constitucional.

En lo que dice relación con la faz arquitectónica, “La regulación jurídica de la actividad del gobernante, aunque reconoce
lejanos y variados antecedentes, es el signo propio del constitucionalismo contemporáneo, para el cual constituye un
procedimiento técnico a efectos de limitar la actividad de quienes ocupan los cargos o roles de gobierno y, de ese modo,
salvaguardar los derechos humanos.

El constitucionalismo postula como ‘fin último’ metapolítico, como supremo valor terreno, la salvaguardia de la esencial
dignidad del ser humano, y como ‘fin último’ y exige como técnicas idóneas la supremacía y rigidez de la Constitución, la
separación entre el poder constituyente y poderes constituidos, la declaración de los derechos humanos y sus garantías
con carácter constitucional, la división de poderes, el contralor de la constitucionalidad de las leyes, la independencia del
poder judicial, las garantías jurisdiccionales, la legalidad en la administración, etc.”.
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4.- Formas de conocimiento político.

En lo fundamental, lo que distingue el conocimiento vulgar del conocimiento reflexivo es el método que cada uno de
ellos emplea. “El método del saber vulgar es un método donde la regla se halla reducida a su mínima expresión y no
alcanza casi nunca más que un fin muy circunscrito y limitado; el método científico y filosófico, en cambio, procura
establecer firmemente los procedimientos que deben seguirse, el orden de las observaciones, experiencias y
razonamientos, la esfera de los objetos a los cuales se aplica”

Fue en Atenas donde Sócrates, Platón y Aristóteles plantearon en el más alto nivel intelectual los interrogantes políticos
que hasta el día de hoy preocupan a todos los hombres que piensan y meditan acerca de los problemas de la sociedad
en que viven.

El conocimiento razonado del fenómeno político fue considerado originariamente como parte de la filosofía. Más tarde
empezará a estimarse como “Ciencia Política” todo estudio vinculado al ejercicio del poder estatal.

4.1- teoría y doctrina.

En breves palabras, podría afirmarse que mientras la teoría se ocupa del ser de la política, la doctrina se proyecta al
deber ser de la política. En esta inteligencia expresa Brecht, “utilizo el concepto de teoría exclusivamente para
proposiciones que intentan explicar algo”.26 Para ello la teoría trabaja exclusivamente con material empírico, con los
hechos que le suministra la observación, sobre los que formula generalizaciones, descubre vínculos de causalidad y
establece la hipótesis que someterá a verificaciones y comprobación. En suma, trata de saber cómo sucede lo que
sucede e informar acerca de lo que sucede, integrando la incoherencia de lo concreto en la lógica de una representación
intelectual.

En cuanto a la doctrina, como ya lo adelantáramos, ella se proyecta fundamentalmente al deber ser: le corresponde
especificar, a la vez, los fines y los medios de la actividad política. Las elaboraciones doctrinarias, por tanto, tienen un
carácter normativo: expresan concepciones de lo que es deseable. Expresan preferencias valorativas. Se ocupan no de lo
que es, sino de lo que debería ser, aceptando fines, objetivos o normas.

4.2- filosofía política.

La filosofía política trata del objeto político en cuanto es relevante para la vida política; de aquí que el tema se
identifique con su meta, como fin último de la acción política. El tema de la filosofía política abarca los grandes objetivos
de la humanidad: la libertad y el gobierno o la autoridad, objetivos que son capaces de elevar al hombre por encima de
su pobre existencia… La filosofía política consiste en el intento de adquirir conocimientos ciertos sobre la esencia de lo
político y sobre el buen orden político o el orden político justo. No consiste esencialmente en poseer la verdad, sino en
‘buscar la verdad’

4.3- ideas, pensamientos y saber político.

El vocablo que ha logrado mayor difusión corresponde al de ideas políticas, Jean Touchard, uno de los principales
propugnadores de la expresión, la cualifica en la siguiente forma: “el término de ideas políticas es más amplio que el de
doctrinas políticas.

Otra de las expresiones que podríamos calificar de neutra o pacífica, y que también se emplea con cierta profusión por
los autores, es la de Pensamiento Político. Para Leo Strauss el pensamiento político es tan viejo como la raza humana; el
primer hombre que pronunció una palabra como “padre” o una expresión como “tú no harás…” fue el primer pensador
político, “Bajo la denominación de pensamiento político comprendemos el estudio o la exposición de ideas políticas, y
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por idea política comprendemos cualquier cosa sobre la que se puede pensar” El pensamiento político, para decirlo en
forma breve, ha de tener necesariamente la pretensión de ser conocimiento de la política.

Saber político. Pichón Rivière: “se trata de un tipo de saber que se halla en la cumbre de la ciencia, pero que ha sido
abandonado por el positivismo y relegado a la categoría de disciplina fragmentaria. Rebajada la investigación a hechos
políticos, se convierte en mera sociología política. Por consiguiente, el saber político sería el complemento necesario del
saber que ha cultivado el hombre moderno, con magníficos resultados, pero de manera fragmentaria.

4.4- ciencia política.

Las investigaciones de la realidad política que ponen énfasis en el empirismo metódico y procuran desvincularse de la
filosofía y de las formulaciones generales y especulativas. Como anota Arnold Brecht: “La nueva Ciencia Política se
caracteriza por la implantación de nuevos métodos y técnicas de investigación, por una parte, y la marginación de los
planteos éticos y axiológicos, por otra”.

De ahí que en el presente tienda a predominar una corriente que postula por una Ciencia Política omnicomprensiva de
los conocimientos generales sobre la realidad política. De esta suerte ella representaría una especie de síntesis de la
pluralidad de las disciplinas que estudian la compleja y multifacética realidad política. Expresión de este enfoque es el
siguiente temario de la disciplina propuesta por los más representativos especialistas en el Congreso convocado por la
UNESCO el año 1948:

1º. La teoría política: a) La teoría política; b) La historia de las ideas.

2º. Las instituciones políticas: a) La Constitución; b) El gobierno central; c) El gobierno regional y local; d) La
administración pública; e) Las funciones económicas y sociales del gobierno; f) Las instituciones políticas comparadas.

3º. Partidos, grupos y opinión pública: a) Los partidos políticos; b) Los grupos y las asociaciones; c) La participación del
ciudadano en el gobierno y en la administración; d) La opinión pública.

4º. Las relaciones internacionales: a) La política internacional; b) La política y la organización internacional; c) El derecho
internacional.

Sección segunda: el poder como fenómeno social.

5.- poder, política y estado.

La palabra poder significa energía, capacidad, aptitud para mandar o ejecutar algo. Ello implica necesariamente una
relación social. “Poder a solas no significa nada, porque la palabra poder no es un sustantivo, sino un verbo sustantivado
que encierra, por lo tanto, no una idea sustantiva y completa, sino una idea de medio y relación. No ‘se puede’ a secas,
sino que se puede ‘algo’. Este algo es lo que delimita la competencia del poder” (Bidart).

Max Weber “poder significa la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aun contra
toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad”.

La finalidad básica de los actos de poder es la de dirigir la conducta de otro hacia un objetivo predeterminado por el
agente. . “Para que exista una relación de poder debe darse un esquema básico: un sujeto agente capaz de dirigir una
conducta ajena y un sujeto pasivo obligado a ajustar su conducta al mandato recibido”. Esta dualidad básica que precisa
el fenómeno del poder permite a Léon Duguit hacer la distinción entre gobernantes y gobernados.
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La relación entre poder y Estado resulta igualmente obvia si se considera que aquél es uno de los elementos o
condiciones de existencia del Estado. El Estado es el recinto del poder. Existen en el ámbito territorial infinitas relaciones
de mando y obediencia que no revisten carácter estatal. Cada persona es un “haz” de relaciones de poder.

Sería un error restringir la actividad política a la esfera del Estado. En todo grupo social organizado hay política. El Estado
no es la única sociedad donde los hombres se encuentran empeñados o comprometidos en relaciones de poder; la
política no se restringe o limita al Estado.

Bidart Campos: “Ningún grupo humano puede articularse y mantenerse sin un poder, que es la acción dirigente y
directiva de la comunidad en orden a la promoción de su fin. El Estado, como grupo social máximo y total, está presidido
también por un poder que es el poder político.

6.- Poder, fuerza, influencia y autoridad.

¿Qué es el poder? Lipson contesta: “es simplemente la fuerza, a la que se ha añadido consentimiento. Cuando ejerce su
fuerza sobre otros hombres y éstos la acatan en cuanto tales, en cuanto seres inteligentes y libres, ejercita “poder”. Sólo
hay poder cuando lo que determino es la voluntad de otro hombre. Cuando mando y éste, a su vez, obedece. Como dice
Duverger, el poder del Estado “no reposa únicamente en los soldados; pero no hay Estado sin soldados”.

La coacción material no tiene necesidad de estar continuamente en movimiento para ejercer una acción eficaz; basta
que se sepa que puede entrar en acción: es una influencia a distancia, anota Hauriou. El poder es la posibilidad de
emplear la fuerza, no su empleo real; la posibilidad de aplicar sanciones, no su aplicación real. El poder es la posibilidad
de introducir la fuerza en una situación social; es la representación de la fuerza. En efecto, el poder simboliza la fuerza
que puede ser aplicada en cualquier situación social y apoya la autoridad con que se aplica. El poder es la fuerza, sí, pero
con adición del consentimiento; es una fuerza que al ser consentida deja de ser fuerza para convertirse en poder.

Friedrich, con criterio realista, considera que el poder puede ejercerse tanto a través de la coerción como del
consentimiento. El consentimiento y la coerción son dos fuerzas reales que generan el poder.

Existe la coerción física, económica y psíquica. el más ambiguo es el último: la manipulación psíquica (piénsese en la
propaganda) tiene la posibilidad de convertir en aparente poder consensual lo que no pasa de ser un constreñimiento
puro y simple.

La influencia es una forma de poder indirecto y sin estructurar. O bien, un tipo de poder “oculto”. La influencia suele
producirse cuando la conducta viene conformada por las preferencias y a las preferencias de otra, sin que intervenga un
mandato.

Friedrich la esfera de acción de la influencia “tiene un radio muy amplio y sirve frecuentemente para ajustar una
estructura institucionalizada de poder. Los medios más característicos de influencia grupal son los económicos. No sólo
los llamados grupos de presión, sino también las empresas particulares, actúan a través de medios influyentes. . Según
D’Ors, mientras la autoridad es el saber socialmente reconocido, la potestad es el poder socialmente reconocido.

“La autoridad aparece cuando la capacidad que tiene el poder político de ganar el asentimiento de los miembros de la
comunidad se basa en la capacidad para una elaboración razonada… Cuando un poder pierde autoridad, es decir,
cuando pierde la capacidad de razonar sus actos o no da razones de ellos, entonces el poder se va haciendo cada vez
más coercitivo y puede llegar hasta la pura violencia”.

7-. Poder, legalidad y legitimidad


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Para algunos autores la legalidad ha llegado a ser la versión moderna de la legitimidad. “Hoy día –dice Max Weber– la
forma más corriente de legitimidad es la fe en la legalidad: la aceptación de preceptos formalmente correctos y
establecidos conforme a procedimientos determinados”. la legalidad, es el único tipo de legitimidad que sobrevive en el
mundo moderno, en el que “todo” titular del poder de mando está legitimado por un sistema de normas racionales,
estando su poder legitimado en el mismo grado en que se ajusta, al ejercitarlo, a dichas normas. “La obediencia es, por
tanto, someterse a normas y no a personas”.

El principio de legitimidad está condicionado por el principio de efectividad. (kelsen)

Legalidad y legitimidad se identifican – Passerin D’Entrèves– sólo en tanto la legalidad consista en una afirmación de
valores. Esto es, en cuanto se entienda la legalidad como actuación no de una ley cualquiera, sino sólo de la ley que
asegure la tutela de ciertos valores establecidos.

Friedrich también rechaza la identidad entre ambos conceptos. “El legalismo es, ciertamente, una ideología en sí misma,
justificadora del mando. En síntesis, para estos últimos autores, puede una forma política ser “legal” y, sin embargo, no
reconocerse su legitimidad y viceversa.

8.- El titular legitimo del ejercicio del poder.

El poder político global reside en el Estado y los gobernantes son sus meros agentes y detentadores. Por consiguiente,
de acuerdo a esta doctrina, la problemática se presenta solamente en relación con la titularidad de su ejercicio. Como
expresa Duverger, no existe una legitimidad, sino varias legitimidades, según los grupos sociales, los países, las épocas.
En Europa del siglo XVII, en la que la creencia social vigente consagraba la herencia dinástica, la aristocracia poseía una
fuerte legitimidad. Hoy en Occidente la creencia socialmente vigente consagra el principio democrático; el poder debe
estar en manos de personas elegidas libremente por el conjunto de los miembros del pueblo: la democracia es un
principio de legitimidad.

Debe concluirse entonces que la legitimidad –respecto al gobierno– tan sólo se logra cuando existe una creencia
comunitaria predominante respecto a lo que es un gobierno justo. Si la comunidad se encuentra dividida de un modo
fundamental sobre esta cuestión, entonces no hay legitimidad posible.

Señala Mendieta y Núñez, aun cuando ello pueda considerarse una violación del principio de la autodeterminación de
los pueblos: es un hecho que el gobernante no sólo necesita el reconocimiento de sus gobernados, sino también el de
los gobiernos de los otros países con los que mantiene relaciones. Esto se ve con toda claridad cuando se instituye un
gobierno de facto.

En política interesa legitimar el poder no tan sólo por su origen, sino que también por su ejercicio. Para ello se atiende al
fin que cumple, a su uso y empleo; una orden no es justa sólo porque formalmente emane de persona competente, sino
que debe serlo también en su materia, en su sustancia. Y si no lo es, puede ser desobedecida aunque provenga de
autoridad investida en forma. Es menester que quien tiene título para mandar no mande nada contrario a la justicia,
nada que sea ilegítimo; en otros términos, la legitimidad de origen exige completarse con la legitimidad de ejercicio, que
implica la obligación de hacer lo que en justicia debe ser hecho.

“Efectividad significa realización actual; la extensión en que el sistema satisface las funciones básicas del gobierno tal
como son vistas por la mayoría de la población y por los grupos importantes. Legitimidad implica la capacidad del
sistema para engendrar y mantener la creencia de que las instituciones políticas existentes son las más apropiadas para
la sociedad.

Sección tercera: las fuerzas políticas.


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9.- Concepto y clasificación de las fuerzas políticas.

Sujeto político individual, sujeto político colectivo engendran el movimiento de la vida política y de ahí que se las
denomine fuerzas políticas. Todo acto social y político es inseparable de una fuerza que lo impulsa, de una energía que
lo incita. La fuerza política es el principio vivificador de las instituciones.

“Fuerza política –dice Xifra Heras–, considerada en su acepción más simple, es el principio determinante de la actividad
política, el vigor que infunde vida y eficacia a las instituciones”.

Lucas Verdú considera que fuerza política es “toda formación social que intenta establecer, mantener o transformar el
orden jurídico fundamental relativo a la organización y ejercicio del poder según una interpretación ideológica de la
sociedad”.

La clasificación más elemental de las fuerzas políticas distingue entre individuales y colectivas. Fuerzas individuales son
las que exteriorizan la acción de un hombre; colectivas, las que se revelan en la acción de un grupo organizado o por
intermedio de presiones que una opinión difusa ejerce sobre las personalidades dirigentes.

El individuo como fuerza política; las decisiones de las personas concretas sólo adquiere significación cuando son
decisiones de un grupo. Incluso en el caso de “personalidades extraordinarias”. En la actual sociedad pluralista es
preciso coordinar los factores individual y social.

El fenómeno de la personalización del poder constituye hoy uno de los temas de estudio que reclaman más la atención
de los expertos, Lo anormal –afirma Duverger– ha sido la despersonalización del poder. No hay más personas políticas
fuertes que antes; lo que ocurre es que la estructura de la sociedad actual imprime a la personalización un nuevo matiz
que se traduce especialmente en la proyección de la persona del líder tanto en la masa popular como en la estructura
institucional.

¿Qué se quiere significar con la palabra personalización del poder? Touchard: por un lado es un fenómeno objetivo
relativo al ejercicio del poder (concentración) y, por otro, un hecho subjetivo de identificación o encarnación del poder
(personificación). La personalización viene determinada por la necesidad de afrontar con rapidez y eficacia las
apremiantes tareas del Estado además sirve de fundamento a las instituciones. La segunda acepción de la
personalización del poder se refiere a su individualización en una persona de modo independiente de las instituciones.

Personificación con una legitimidad autónoma, basada en las ideas de identificación o incluso de encarnación, que
implican gran dosis de creencias y de mitos. Las manifestaciones más importantes de este fenómeno son las siguientes:
los líderes políticos son cada vez más conocidos en el exterior y se habla más de ellos que de sus países (nominalismo,
simbolismo); el político es tratado por los medios de comunicación de masas como una estrella (vedetización); el jefe,
además de conocido, es amado por los ciudadanos a quienes se les presenta totalmente humanizado (popularidad), y la
masa popular se ve reflejada en su persona (identificación).

Las fuerzas políticas colectivas son clasificadas por Burdeau, desde dos puntos de vista diferentes, en espontáneas y
conscientes y en difusas y organizadas. En cuanto a la primera distinción es preciso observar que las fuerzas
espontáneas, de naturaleza instintiva e imperceptible, contienen en germen a las conscientes, surgidas en la reflexión,
que operan de un modo visible en la realidad política.

La fuerza espontánea por excelencia es el instinto de sociabilidad implícito en la naturaleza humana. Si la sociabilidad es
la más elemental de las fuerzas políticas, no hay que olvidar la contrafuerza que genera, motivada por la lucha del
espíritu contra la materia, por el ánimo de superación, por el afán de progreso.
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diferencia las fuerzas, atendiendo a su grado de integración, en organizadas y difusas, aunque estas últimas, opinión
pública, clases sociales, ideologías, formaciones basadas en el sexo o en la edad, etc., nacidas de la cohesión espontánea
y sin fronteras precisas, suelen constituir las energías primarias que nutren las fuerzas políticas organizadas. Las fuerzas
políticas organizadas y conscientes pueden ser objeto de diversas clasificaciones:

a) Atendiendo a su origen se pueden clasificar, según las necesidades de que derivan e intereses que las informan, en
económicas, profesionales, religiosas, culturales, militares, tradicionales, etc.

b) Según los fines ideológicos que persiguen se matizan de conformidad con la tendencia política a la que sirven:
socialismo, liberalismo, democracia cristiana, comunismo, etc.

c) En relación con la naturaleza de la actividad que desarrollan pueden actuar legítimamente, sin salirse del marco del
orden jurídico, o bien como fuerzas insurreccionales o antijurídicas en pugna con el orden establecido.

d) Finalmente Burdeau adopta una clasificación realista cuando afirma que en la sociedad contemporánea las fuerzas
políticas pueden englobarse en cuatro grandes grupos: el cuerpo electoral, los partidos políticos, los grupos de presión y
la prensa.

10.- La opinión pública.

Los antecedentes históricos nos revelan que los gobiernos de todas las épocas han debido contar con su apoyo para
perdurar. Hobbes estima que “el mundo está gobernado por la opinión” y Maquiavelo dirá en El Príncipe cuánto importa
al gobernante gozar del amor del pueblo, porque él –el pueblo– es el más fuerte y poderoso.

Dos factores han contribuido principalmente al auge de la opinión pública: a) la conciencia de la opinión pública , es
decir, el derecho de la sociedad para influir legítimamente con su parecer y juicios. b) La incorporación de nuevos y
efectivos medios para la difusión de las ideas.

La opinión pública no es algo unido necesariamente al concepto de mayoría, entre otras cosas, porque sobre un mismo
tema se dan varias “opiniones públicas” distintas.

10.1- sujeto de la opinión pública es el público.

El público está condicionado por el medio sobre el que se proyecta, y el público político es “aquella porción, mayoría o
minoría, del pueblo que presta atención a los fenómenos políticos y los enjuicia con una convicción activa” (Sánchez
Agesta). La opinión pública tampoco es la unanimidad, sino una simple pluralidad más o menos preponderante. Una
opinión sólo se explica frente a otra contraria, implica una división. No cabe duda de que la opinión pública sería
perfecta si fuese unánime, pero entonces dejaría de ser opinión para convertirse en una creencia o vigencia social
permanente.

La opinión pública debe considerarse como el consenso logrado sobre la base de corrientes de opinión que predominan
y prevalecen en un determinado momento.

10.2- El objeto de la opinión pública.

Viene determinado por los problemas que despiertan el interés general. Su contenido sólo puede consistir en principios
muy primarios y fácilmente comprensibles. Nunca es especializada: opera con datos del sentido común y de interés
general. Como afirma Berger, la opinión pública se forma sobre la base de la incompetencia de la masa de los opinantes.
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La opinión se rige siempre por la probabilidad que es una mezcla de duda y de convicción. Walter Lippmann decía que el
predominio de las ideologías denuncia precisamente la crisis de la opinión pública.

la opinión pública como la manifestación de actitudes colectivas que predominan en la sociedad respecto a los
problemas de interés general, actúa como potente fuerza política en un doble sentido positivo y negativo: por un lado es
estímulo renovador que legitima la autoridad política y promueve la adhesión social al orden establecido; por otro,
actúa como el más poderoso freno del poder y se erige en “salvaguarda, con el saludable temor que imponen sus
posibles reacciones, del patrimonio espiritual y moral de un pueblo” (Sánchez Agesta).

10.3- Formación y propagación.

Existe consenso de que ella no surge instantáneamente. La opinión se elabora a través de un proceso que tiene varios
actos. Bryce ofrece el siguiente modelo de formación de opinión pública: 1º. La noticia del hecho llega a conocimiento
de los ciudadanos a través de los periódicos o informativos radiales de la mañana, originando en ellos imprecisos
sentimientos de aprobación o desaprobación; 2º. Durante el día se vuelve a tomar contacto con la noticia mediante
otros periódicos, informativos y conversaciones. Aparecen los primeros comentarios y cada uno empieza a perfilar su
posición; 3º. En esta etapa en que fundamentalmente el problema se discute, las posiciones se cristalizan; 4º. Las
posiciones se enfrentan entre sí y se proyectan a la acción.

Los promotores: son fuerzas políticas orgánicas, especificas (partidos políticos) o politizadas (grupos de presión, prensa)
pueden dar el impulso inicial o pueden también intervenir posteriormente en el debate de los “enterados” o
“entendidos”.

Los ámbitos: Existen varios ámbitos: en primer lugar, el familiar; en segundo lugar, los propios de reuniones informales,
en tercer lugar, las sedes de los grupos intermedios, en cuarto lugar los sitos públicos.

Los medios: instrumentos o vehículos que son utilizados en el proceso formativo de la opinión pública (la prensa escrita,
el libro, el folleto, el volante, etc.)

Modos: debería ser información pura, pero en los últimos tiempos se utiliza la propaganda la cual se caracteriza no por
el afán de dar a conocer la mayor cantidad de noticias con la mayor precisión posible, sino por el afán de convencer y
suscitar adhesiones, deformando o falseando, si es necesario, la información fidedigna.

Los cambios sociales habidos, han permitido dar a la propaganda una complejidad inimaginable que ha multiplicado
peligrosamente su eficacia enajenante.

Opinión pública y régimen político: la opinión publica logra su mayor relevancia se logra dentro de un sistema
democrático representativo. Sistemas autocráticos se pondrá el acento en los modos de formación y acción sobre la
opinión pública.

11.- Los partidos políticos.

Constituyen la fuerza política organizada por antonomasia ya que han existido siempre. Mario Justo López puntualiza al
respecto: “Hay ‘partidos’, aunque se les dé otro nombre o que no se les dé ninguno, siempre que se trata de la
conducción de un grupo humano”. Surge entonces, casi inevitablemente, con la discrepancia acerca de los medios o de
los fines, la necesidad de separarse y competir unos contra otros.
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Washington “siempre vienen a perturbar las reuniones públicas y debilitar la pública administración (Gobierno). Agitan
la comunidad con suspicacias, recelos mal fundados y falsas alarmas; encienden la animosidad de unos contra otros y,
en ocasiones, fomentan mítines e insurrecciones.

Bryce, afirma que los partidos son el organismo gubernamental moderno. Vedel : Los partidos son indispensables en una
democracia; lo prueba la historia, mostrando que el desenvolvimiento de las grandes democracias ha coincidido con el
desarrollo de los partidos políticos.

11.1- concepto de partido político.

Edmundo Burke “una reunión de hombres que unan sus esfuerzos para ponerlos al servicio del interés nacional, sobre la
base de un principio al que todos adhieren”.

Los partidos modernos son, pues, organizaciones que cuentan con determinados fines y exigencias, arrastran a
adheridos y seguidores y persiguen conquistar el poder.

Lucas Verdú “agrupación organizada, estable, que solicita apoyo social a su ideología y programa políticos, para
competir por el poder y participar en la orientación política del Estado”. a) Son organizaciones estables, porque ello es
necesario para que puedan cumplir sus funciones típicas. b) Solicitan apoyo social y cuentan con bases sociales que les
permiten pedir el apoyo de sectores de la sociedad.

*Giovanni Sartori: los sistemas bipartidistas proponen y favorecen el despliegue de una cultura homogénea y secular. El
pluralismo moderado presupone un consenso de base y la secularización, pero tolera cierto margen de enajenación del
sistema político. S. M. Lipset y Stein Rokkan, los partidos políticos actuales reflejan, con pocas pero significativas
excepciones, las líneas de división de las estructuras sociales.*

c) Los partidos políticos piden apoyo social a su ideología y programa políticos. Este elemento o vínculo ideológico
revela, junto con la conquista del poder y la participación en la orientación política del Estado ,su riqueza política.
Ambos elementos son necesarios para que se dé un partido y surge para la realización práctica de tal ideología y para
satisfacer tales intereses y esto ha de conseguirlo influyendo la acción estatal.

11.2- elementos de un partido.

Tres elementos que son parte de su esencia: a) elemento personal o militancia, b) elemento formal u organización y c)
elemento intelectual o doctrina.

En el elemento personal se distinguen: a) los líderes o el cuerpo jerárquico, que asume el poder cuando el partido ha
conquistado la dirección política; b) los técnicos y profesionales, que cumplen una función remunerada a fin de preparar
los programas, organizar las campañas y ejecutar los acuerdos; c) el resto de los militantes, que cumplen un rol de
participación activa, y d) los miembros pasivos y simpatizantes, que, fundamentalmente, adhieren al partido en las
votaciones.

La organización y el funcionamiento interno del partido se regula a través de normas que constituyen lo que se
denomina “estatutos” del partido.

Por doctrina se entiende el conjunto de principios o concepción sobre el hombre, la sociedad y el Estado, que se
pretende concretar en la realidad.

11.3- Clasificaciones de los partidos políticos.


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Entre las clasificaciones que conservan interés, estimamos que merecen mencionarse las de Radbruch, Neumann,
Heberle y Duverger.

Radbruch: individualistas cuando conciben al individuo como valor supremo al que han de subordinarse el Estado y el
Derecho; supraindividualistas políticos cuando el valor superior es el Estado, y supraindividualistas culturales cuando
dicho valor supremo es la cultura.

Neumann: partidos de representación individual (etapa de actividad política intermitente y con alcance sólo electoral.
Entre los adherentes no existe otra vinculación que la originada por el proceso electoral contingente) y partidos de
integración (existe entre los miembros una vinculación efectiva y permanente, con tendencia comunitaria).

Heberle: atendiendo a criterios estructurales y psicosociales, distingue tres tipos de partidos: a) La comunidad espiritual,
basada en relaciones orientadas a valores de adherencia al grupo. b) Partidos con líderes carismáticos que confían en un
líder excepcional. Cada miembro se relaciona con el líder en el que se cree ciegamente. c) Partidos racionalizados, con
características utilitarias. A este tipo se ajustan los pequeños partidos y numerosos grupos de presión que operan en la
escena política

Duverger: Atendiendo al origen y evolución histórica de los partidos. a. Partidos de origen parlamentario, llamados de
cuadros o élites. Corresponden a la primera etapa de los partidos, cuya acción se dirigía fundamentalmente a ganar
asientos parlamentarios. b) paridos de origen exterior, también denominados de masas. Corresponden a la estructura
que adoptan los partidos a partir del siglo XX. c. Entre los dos tipos anotados, Duverger distingue un grupo intermedio
de estructura indirecta, constituido por afiliados colectivos, como son los sindicatos, cooperativas y mutualidades.

11.4- Virtudes y defectos.

Virtudes: 1) Constituyen el puente de unión de todos los problemas de la nación. 2) sacan al ciudadano de su natural
apatía y lo interesan en los asuntos públicos. 3) educan al pueblo al presentarle en forma elemental la compleja realidad
política, económica y social del país. 4) establecen un orden de prioridad en las necesidades sociales y en las
necesidades legislativas y administrativas del país. 5) en los partidos es donde se forman, educan y consagran los líderes
y futuros jefes de la nación. 6) los partidos aceptan la responsabilidad de la dirección del país, impulsando los ideales
políticos, sociales y económicos del mismo.

Defectos: 1) Los partidos por naturaleza están destinados a conquistar el poder y a mantenerse en él y con frecuencia
sacrifican sus principios y valores. 2) la necesidad del poder convierte la adhesión libre y reflexiva en un programa, en
una lealtad ciega a la razón social partido. 3) el ejercicio del poder se apoya en el triunfo de las elecciones y a ese triunfo
se sacrifica todo. ; 4) dentro de cada partido emergen oligarquías que a espaldas de las bases toman las decisiones
fundamentales. 5) el carácter excluyente que presentan las doctrinas de los partidos contemporáneos dificulta el
consenso democrático.

Agrupaciones de personas que reivindican una solución política y que se forman circunstancialmente de una idea
concreta, de una empresa, de una solución.

Reacciones anti partidistas: A) La del partido único, que sustituye el pluripartidismo de las democracias representativas:
Unión Soviética, Alemania (Hitler), Italia (Mussolini).B) anti partidismo pleno, tanto del pluripartidismo democrático
como del partido único: Portugal (Salazar), España (Franco).

11.5- Régimen jurídico de los partidos políticos en chile.


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Los partidos políticos en Chile fueron ignorados durante el siglo pasado a nivel constitucional y sólo se les dio
reconocimiento en las leyes electorales. El Texto Constitucional de 1925, además de consagrar expresamente la
existencia de los partidos dentro del sistema democrático chileno, los reconoció como personas jurídicas de derecho
público. Además se les señaló las siguientes funciones: 1) definir sus declaraciones de principios y programas; 2)
presentar candidatos en las elecciones de regidores, diputados, senadores y Presidente de la República; 3) mantener
secretarías de propaganda y medios de comunicación, y 4) desarrollar sus actividades propias.

Constitución de 1980 hace referencia a los partidos en numerosas disposiciones, siendo la principal y más significativa el
artículo 19 Nº 15 que, junto con consagrar el derecho de asociación, consulta la siguiente preceptiva: a) los partidos
políticos no pueden tener el monopolio de la participación ciudadana, ni privilegio alguno frente a los independientes; b)
sólo pueden intervenir en las actividades que les son propias; c) deben registrar la nómina de sus militantes en el
Servicio Electoral, el que guardará debida reserva, haciéndola accesible sólo a los afiliados del respectivo partido; d) la
contabilidad del partido debe ser pública y sus fuentes de financiamiento no pueden tener origen extranjero, y e) sus
estatutos deben asegurar la efectiva democracia interna del partido.

La Carta Fundamental establece la posibilidad de declarar la inconstitucionalidad de los partidos, movimientos u


organizaciones cuyos objetivos, actos o conductas no respeten los principios básicos del régimen democrático
(constitución 1980, reforma 1989).

12.- Los grupo de presión.

Son uno de los canales, de los instrumentos de la lucha social y política, el temor a los grupos de presión es explicable: el
ámbito de su actuación y actividad no es siempre explícito y directo no tratan, oficialmente, de conquistar y de ejercer el
poder político, sino que se esfuerzan en influir sobre él desde el exterior para la realización de sus objetivos.

12.1- Concepto y características.

cualquier formación social, permanente y organizada, que intenta, con éxito o sin él, obtener de los poderes públicos la
adopción, derogación o simplemente no adopción de medidas legislativas, administrativas o judiciales que favorezcan, o
al menos no perjudiquen sus ideas.

André Mathiot: “movimientos, asociaciones, sindicatos o sociedades que, para defender los intereses comunes de sus
miembros, se esfuerzan por todos los medios a su alcance, directos o indirectos, para influir en la función
gubernamental y la iniciativa, así como para orientar a la opinión pública.”

Las características, se señalan las siguientes: a) El sujeto es siempre plural. b) Su realidad social básica no impide
considerarlos como fuerzas políticas que actúan sobre el poder. c) Tienen un interés común a sus componentes, que es
precisamente el objetivo perseguido en el ejercicio de la presión. d) Pretender que ese interés sea atendido y satisfecho
políticamente desde el poder. e) Su esencia radica en la pretensión de condicionar a su favor las decisiones del poder
que interesan a su propósito. f) No buscan asumir la titularidad del poder. g) No son ni un poder de hecho en el sentido
de suplente del poder oficial. h) Se desentienden de toda responsabilidad por las decisiones del poder oficial cuyo
condicionamiento ejercen.

12.2- Medios de actuación de los grupos de presión.

Los grupos exclusivos actúan fundamentalmente a través de su potencia económica. Pueden presionar tanto más cuanto
mayor potencia económica tengan. Los sistemas más comúnmente empleados son: a) Publicación de libros, folletos,
revistas, estadísticas en favor de los propios intereses. b) Campañas de prensa, de radio. c) Hacer surgir montones de
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cartas y telegramas sobre las mesas de las autoridades que tienen que decidir sobre el asunto. d) En algunos casos muy
contados estas prácticas colindan con la corrupción y el tráfico de influencias.

Los grupos parciales también suelen utilizar alguno de los medios indicados, pero esencialmente su base de poder reside
en la amenaza de paros y huelgas.

Carlos Fayt: Grupos de interés son los grupos sociales que sin ser parte de la estructura política tratan de influir sobre
una decisión gubernamental. Grupos de presión son los grupos de interés que, para imponer una pretensión, coaccionan
desde dentro de la legalidad formal mediante poder económico. Grupos de tensión son los grupos de interés que, para
imponer una pretensión, crean relaciones de fuerzas frente a la legalidad formal mediante poder social.

12.3- Grupos de presión y partidos políticos

a) Los partidos tienen como finalidad la ocupación o participación en el poder político mientras que los grupos de
presión no pretenden la ocupación del poder.

b) Los partidos tienen una concepción política total y se sienten responsables de los intereses morales y materiales de la
totalidad del país; los grupos de presión sólo tienen interés por un problema.

c) mientras que la política es lo fundamental para los partidos y constituye el fin y el sentido de su existencia, en cambio
para los grupos de presión es lo accidental, es un mero instrumento para realizar otro tipo de intereses materiales o
espirituales.

d) la relación entre ambos es fluyente, de manera que puede haber organizaciones que formalmente tengan la
configuración de partido, pero que en realidad actúen como grupos de presión.

e) Existe una relación compensatoria entre ambos, pudiendo afirmarse que mientras más fuertes y representativos de
los intereses de los núcleos sociales sean los partidos, menos extensión tienen los grupos de presión.

“el grupo de presión no actúa como un ejército que intenta ganar batallas con ataques frontales a las posiciones
hostiles; es más bien un cuerpo de francotiradores que elimina a sus enemigos uno a uno” (Mac-Iver).

12.4- El lobby y su regulación.

lobby “toda acción deliberada y sistemática, destinada a influir en las decisiones y políticas del gobierno o del Congreso,
llevada a cabo por un grupo particular, a favor de sus intereses y puntos de vista, a través de la búsqueda del contacto o
comunicación directa con la autoridad y funcionario público. Puede ser llevada a cabo por los propios interesados o a
través de terceros, los que reciben un pago, compensación o beneficio por tal labor”.

La regulación legal del lobby es el instrumento más efectivo para garantizar la transparencia de su actividad y reguardar
valores fundamentales en un Estado de Derecho como son la confianza pública, la igualdad ante la ley y la preeminencia
del bien común. También se estima que uno de los requisitos para el adecuado funcionamiento del lobby es el acceso
ciudadano a la información pública.

Ejecutivo presentó el año 2003 un proyecto de ley al Congreso, el que se encuentra en tramitación legislativa.

13.- Burocracia y fuerzas armadas como fuerzas políticas.


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Son fuerzas políticas organizadas y deben ser incluidas como grupos de presión. Tanto la burocracia como las fuerzas
armadas sirven al Estado y constituyen sus instrumentos vitales aun formando parte del aparato estatal, pueden
manifestarse como fuertes grupos de presión y actuar como fuerzas políticas desde dentro del Estado mismo.

13.1- La burocracia.

Cualquier estructura administrativa puede adolecer de vicios tales como rigidez, impersonalidad y lentitud y éstos
cobran singular relevancia cuando se trata del sistema burocrático por excelencia: la Administración Pública del Estado.
“La burocracia se halla constituida por el conjunto de los empleados públicos o servidores del Estado”.

Justo López afirma: “Burocracia es el grupo, cuerpo o cuadro de personas (funcionarios) que tiene a su cargo la
valorización o ejecución correcta y práctica de los cometidos estatales.”

Max Weber fue el primero en usar el término burocracia para designar un tipo calificado de administración. Describe
Weber tres tipos básicos de organización administrativa: la de carácter tradicional, la de carácter carismático y la de
carácter burocrático. Del contraste entre estas tres formas se infiere que la administración burocrática libera a la
organización del reinado absoluto de un solo individuo (carismática) y de la carga muerta del pasado (tradicional).

Según Weber, el tipo de organización burocrática no puede funcionar eficazmente sin una gran medida de regularidad,
normas fijas de procedimiento, rutina, estabilidad y objetividad.

Respecto del personal administrativo o burócratas es de fundamental importancia considerar dos aspectos: a) El sistema
de reclutamiento y selección que debe operar sobre la base del conocimiento técnico. La eficacia del trabajo
administrativo depende, en definitiva, de la idoneidad del personal que lo realiza. b) La estabilidad en el cargo y la
posibilidad de carrera son expectativas que permiten obtener del elemento humano el máximo de sus potencialidades.

La burocracia es una estructura social organizada racionalmente, de acuerdo a ciertas normas objetivas que determinan
la existencia de cargos establecidos jerárquicamente con competencias rigurosamente definidas y ocupadas por
funcionarios reclutados de acuerdo a un proceso de selección preestablecido. Además de ser una necesidad para el
mantenimiento de una administración racional y continua, sobre la cual descansa la existencia de un Estado moderno.

El principio de probidad administrativa “consiste en observar una conducta funcionaria intachable y un desempeño
honesto y leal de la función o cargo, con preeminencia del interés general sobre el particular”. Son públicos los actos y
resoluciones de los órganos del Estado, así como sus fundamentos y los procedimientos que utilicen.

La burocracia estatal es un instrumento del poder del Estado, es un servidor que cumple con ejecutar las leyes y demás
normas emanadas de los órganos públicos. La burocracia cuenta con un material valiosísimo para ejercer influencia
política como lo son la información, el conjunto de datos, de conocimiento administrativo acumulado a través de años.
Puede llegar a poner en jaque la estabilidad de un gobierno si actúan como grupo de presión en defensa de sus propios
intereses.

13.2- Las fuerzas armadas.

Una de las instituciones más antiguas que cumplen una función esencialmente defensiva y de conservación de la
sociedad, todo Estado cuenta con un grupo armado cuya función es la de velar por la paz interior y la defensa externa
del Estado.

Las FF.AA. cumplen su función desde diversos puntos de vista:


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– Como instrumento de fuerza, con poder material, orgánico y técnico, para dar seguridad al Estado, garantizando su
supervivencia interna y externamente y el libre desenvolvimiento de las actividades sociales.

– Como órgano de cooperación, en todas las funciones que incumben al Estado para garantizar su seguridad y su
fecundidad, en la paz y ante el fenómeno de la guerra, y de manera expresa en la educación de la masa social y la
instrucción de los cuadros de mando.

– Como reserva de virtudes, en lo cual reside su gran poder espiritual, al fundir, armonizar y desarrollar las de índole civil
con las genuinamente militares.

La función militar reúne una serie de características que la distinguen del resto de las instituciones estatales:

a) Su actividad es eminentemente profesional, en el sentido de que sus afiliados reciben una preparación
específica que implica un largo aprendizaje de técnicas que se hacen progresivamente más complejas.
b) La organización militar constituye una verdadera burocracia en el sentido de manifestarse como una estructura
permanente, con tendencia a la autosuficiencia.
c) Internamente está organizada conforme a una estricta jerarquía que constituye una verdadera cadena desde los
oficiales de más baja graduación hasta los oficiales de alto rango.
d) está dotada de un espíritu de cuerpo que se manifiesta con más nitidez que en ningún otro grupo y que nace de
la especialización, de la forma de vida diferencial, del sentido de compromiso del soldado con su profesión.

Condiciones que favorecen la intervención militar en la política:

1. El alto grado de profesionalismo militar que le permite constituir un grupo altamente cohesionado, homogéneo,
con capacidad de organización para desarrollar y expresar sus propias opiniones y actitudes, e intervenir con
eficiencia.
2. La escasa legitimidad del sistema político. La probabilidad de la intervención militar aumenta a medida que
disminuye la legitimidad del sistema político.
3. La intervención halla un campo más favorable en las sociedades económicamente inestables que se encuentran
enfrentadas a problemas de subdesarrollo que inciden a largo plazo en el equilibrio del régimen político.

La intervención de las FF.AA. en la política:

1. Influencia: constituye la típica actuación como grupo de interés y sus métodos no difieren mucho de los
empleados por éstos.
2. Presión: involucra un grado mayor de influencia que supone amenazas, dimisiones o la realización de actos
tendientes a incidir en la opinión pública.
3. Desplazamiento: consiste en una operación de reemplazo de un gobierno civil por otro gobierno civil bajo la
dirección de las FF.AA.
4. Sustitución: es el nivel más extremo de intervención, que supone el reemplazo del gobierno civil por un gobierno
militar.

13.3- Las fuerzas armadas en la constitución política de 1980.

La Constitución establece una distinción entre dos tipos de Fuerzas: a) las Fuerzas Armadas constituidas sólo por el
Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, cuya finalidad es la defensa de la patria, siendo esenciales para la seguridad
nacional; y b) las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública integradas sólo por Carabineros e Investigaciones, que
constituyen la “Fuerza Pública”, y existen para dar eficacia al derecho, garantizar el orden público y la seguridad interior.
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Características propias de los cuerpos armados ser esencialmente obedientes, no deliberantes, profesionales,
jerarquizados y disciplinados.

Sección cuarta: Las formas de gobierno y los regímenes políticos.

14.- Concepto de “forma de gobierno” y “régimen político”.

“mejor forma de gobierno”, esto es, “la estructura que deben adoptar, en un país, los órganos encargados de ejercer las
funciones soberanas y el mutuo enlace con que deben estar trabados y relacionados entre sí”.

La necesidad de clasificar y valorar las sociedades estatales según su tipo de gobierno es tan antigua como el pensar
político del hombre.

“forma de gobierno” alude tradicionalmente a la morfología del conjunto de magistraturas que representan al Estado.
Implica, describir los órganos que en ejercicio de sus respectivos poderes tienen a su cargo la realización de sus
funciones estatales. La estructura formal corresponde a la normatividad jurídica que determina en su estatuto de mayor
jerarquía –la Constitución– la naturaleza de los órganos y su competencia. Pero junto a la estructura formal existe una
estructura real que comprende esencialmente los aspectos de hecho.

Jiménez de Parga puntualiza que el régimen político es “la solución que se da de hecho a los problemas políticos de un
pueblo: a) Como tal solución efectiva, el régimen puede coincidir o no con el sistema de soluciones establecido por el
derecho fundamental, por la Constitución, y b) Como tal solución, un régimen podrá valorarse siempre con normas
jurídicas y con criterios morales.

En síntesis, la noción de régimen político aparece como más dúctil y flexible que la de forma de gobierno: responde al
reflejo real y vivo del funcionamiento de un grupo político.

15.- Las clasificaciones de formas de gobierno.

Aristóteles: “hay tres clases de formas políticas: monarquía, aristocracia y politeia”. En la monarquía el gobierno está en
manos de uno; en la aristocracia mandan más de uno, pero no todos; en la democracia decide la multitud de los
ciudadanos”. A cada una de ellas se contrapone otra forma viciosa o impura: tiranía, oligarquía y demagogia. “La tiranía
es, efectivamente, una monarquía orientada hacia el interés del monarca; la oligarquía busca el de los ricos, y la
demagogia el interés de los pobres; pero ninguna de ellas busca el provecho de la comunidad”

Polibio y Aristóteles: “la teoría cíclica”

Demagogia Monarquia

Democracia
Tirania

Gob.
Oligarquia
Aristocratico
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Polibio es el inventor de las formas mixtas, cree descubrir esta forma de gobierno mixta en Roma republicana, , en la
Roma de las guerras púnicas se da esta combinación, pues dice Polibio que por los cónsules se diría que es monarquía;
por el Senado que es una aristocracia, y por los comicios, que es una democracia.

Cicerón: democracia, la cual puede producir buenos efectos, porque en la democracia el pueblo es libre e igual. De la
aristocracia afirma que también puede producir buenos efectos, porque la aristocracia sirve para gobernar con justicia y
prudencia. Monarquía responde a un principio natural que somete a los gobernados por el amor, y puesto que hay un
solo Dios que manda en el mundo. Sería bueno encontrar una fórmula mixta que combinara los elementos buenos que
existen en las diversas formas de gobierno.

Santo Tomas: lo ideal son también las formas mixtas. Una forma mixta en la que el jefe supremo (monarquía) debe ser
escogida por razón de su virtud y sus méritos, los grandes (aristocracia) deben ser elegidos por la multitud por su valor
personal, pero debe existir una multitud (democracia) que participe en el gobierno.

Maquiavelo: “Todos los Estados han sido y son, o Repúblicas o Principados”. a) Es la primera vez que se emplea la
palabra Estado. b) Los tres términos de monarquía, aristocracia y democracia, antes empleados, son sustituidos por el
binomio monarquía y república, que subsiste hasta hoy en día, y cuya paternidad se debe a Maquiavelo.

Montesquieu: Dos criterios son los que utiliza Montesquieu para caracterizarlas y clasificarlas: la naturaleza y el
principio, o sea, la fuerza vital que lo dinamiza. Este último es esencial. Es el que mueve al gobierno, el que lo hace
actuar y también durar; las formas de gobierno son tres: monarquía, despotismo y república; esta última se subdivide en
democrática y aristocrática. La monarquía, según su naturaleza, es el gobierno de uno solo, pero mediante leyes fijas y
establecidas y la acción de ciertas fuerzas que obligan a cumplirlas. Su principio es el honor. El despotismo es el gobierno
de uno solo, sin leyes y sin reglas, según su voluntad y su capricho. Esa es su naturaleza. Su principio es el temor. La
república es, según su naturaleza, el gobierno de todo el pueblo o de una parte de él. En el primer caso se trata de la
república democrática; en el segundo, de la república aristocrática. Ambas subformas tienen en común la ausencia de
rey, pero se diferencian por su naturaleza y por su principio. En la república democrática gobierna la asamblea de los
ciudadanos y su principio es la virtud, es decir, la capacidad de hacer primar el interés general sobre el particular. En la
república aristocrática el gobierno pertenece a un pequeño número, siempre dispuesto a obedecer sus propias leyes, y
su principio es la moderación.

Rousseau: llama gobierno al órgano que ejerce el llamado “poder ejecutivo”. Para él no hay otra forma de gobierno
“legítima” que aquella que descansa en el principio de la “soberanía del pueblo”. Democracia, aristocracia, monarquía.
Las tres se basan en la “soberanía del pueblo” y serian legítimas.

16.- Clasificación de los regímenes políticos contemporáneos.

16.1- Clasificación de Loewenstein.

Basa su tipología en el grado de concentración que alcanza el poder político en una comunidad y en el consiguiente
control que puede ejercer sobre el mismo. dos categorías de autocracias y regímenes constitucionales. la existencia de
tipos intermedios: ya sea regímenes originariamente autocráticos que están evolucionando hacia el constitucionalismo,
ya sea regímenes constitucionales que se desvían hacia la autocracia.

16.2- Tipología y clasificación de burdeau.


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16.3- Clasificación de Raymond Aron.

a) Regímenes de partidos múltiples: “aquellos en los que existe una organización constitucional de la concurrencia
pacífica para el ejercicio del poder”. La organización es constitucional, la concurrencia es pacífica, el ejercicio del poder
es legal, se admite la oposición, y tienen el principio del compromiso.

b) regímenes de partido monopolístico: “por el monopolio otorgado a un partido de la actividad política legítima”. El
estado se vincula a un partido único, limita la libertad de discusión, el ejercicio del poder no es legal, elemento de
violencia, principio de fe y temor.

16.4- Clasificación de Jiménez de Parga.

I. Las democracias

A. Regímenes democráticos con tradición democrática: a) Las grandes democracias (Francia, Gran Bretaña, Estados
Unidos de Norteamérica). b) Las medianas y pequeñas democracias europeas (Suiza, Bélgica, Holanda, Luxemburgo,
países nórdicos) c) Las democracias nacidas en el seno de la “Commonwealth”. d). Regímenes democráticos sin
inmediata tradición democrática: República Federal Alemana, Italia, Japón.

II. Las monocracias marxistas

a)U.R.S.S. b) Monocracias populares c) Yugoslavia d). China comunista.

III. El mundo hispanolusoamericano

A. España. B. Portugal. C. Repúblicas hispanoamericanas.

IV. Los países recientemente descolonizados.

En esta clasificación tenemos en cuenta los diversos elementos que estructuran las soluciones políticas
contemporáneas:

a) El poder político y el derecho, principios configuradores de los regímenes, están orientados por una idea
política: el orden que pretenden realizar.
b) Los supuestos que condicionan el perfil concreto de cada una de las soluciones políticas, unos sistemas cuentan
con un rico legado democrático, con usos políticos bien aprendidos, en un clima social favorable. Otros
regímenes democráticos, por el contrario, tienen a sus espaldas una reciente experiencia antidemocrática,
totalitaria.
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c) El tercer mundo de naciones proletarias exige un estudio aparte: por sus supuestos socioeconómicos y por su
tradición histórica. a) regímenes de pueblos industrializados; b) regímenes de pueblos subdesarrollados.
d) otros criterios para hacer una tipología más detallada: a) la manera de formalizar jurídicamente la vida política:
Constituciones escritas o consuetudinarias, rígidas o flexibles, etc.; b) la eficacia de las Constituciones:
normativas, nominales y semánticas; c) la organización de los poderes constituidos: presidencialismo,
parlamentarismo, etc.; d) la articulación de los poderes de hecho, etc.

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