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Mendoza Reyes Raúl Alejandro EL BARROCO

¿Qué es el barroco?
En sentido cronológico, el término se restringe para designar el estilo artístico del
XVII y primera mitad del XVIII, considerado una actitud ante la vida y el arte
condicionada por una serie de cambios históricos (nuevas concepciones filosóficas
–racionalismo y empirismo-, renovación del mundo científico –Copérnico-,
desmoronamiento del antropocentrismo, triunfo del Absolutismo, desarrollo del
capitalismo comercial, etc.).

Por su aparición histórica se puede mencionar que en su Coloquio dos Simples e


drogas da Indias, de 1563, el portugués García Da Orta emplea la palabra “barroco”,
en el ámbito de la joyería, para designar una perla irregular. Covarrubias, en Tesoro
de la Lengua Castellana, nos dice en 1611 que barrueco significa piedra irregular,
como berrueco es el granito desgastado por el tiempo. En la Italia de principios del
siglo XVIII, el término asumiría nuevos sentidos en el ámbito de las ideas morales,
ya con ciertas funciones adjetivas, para designar algo "complicado", "confuso",
"extravagante" o "vano". En la Enciclopedia Francesa de 1776 se aplica a la música
y la etimología. El filósofo Rousseau la utilizará como "algo negativo". En 1788, en
la Enciclopedia Metodológica de Quatremere de Quincy, "Baroque" se asocia en
arquitectura a lo extravagante o bizarro, “como un refinamiento que abusa de la
complicación”. En 1787, el tratadista y arquitecto Francesco Milizia populariza el
término en Italia, en su Dizionario delle Belle Arti e del Disegno, distinguiendo el
Barroco como “superlativo di bizzarro”.

Los sentidos del término cristalizaron antes en lo barroco, que, en el barroco, como
mero estilo artístico o histórico. Ciertamente las acepciones negativas difundidas
durante el siglo de las Luces deben mucho a la posición de lo clasicista en el
imaginario intelectual del momento, decididamente dispuesto a construir un
horizonte de equilibrio, racionalidad y orden. Lo confuso o lo bizarro serían términos
antagónicos de ese espíritu. De este modo, lo barroco iría modulándose en clara
contraposición a otras categorías, en función de su papel como elemento
comparativo y no por sus cualidades intrínsecas. Por eso se trata de un estilo
complejo, fruto de una época de crisis. Por una parte, es naturalista y clásico, pues
arranca del Renacimiento, pero por otra tiene un carácter analítico y sintético muy
diferente.

Su cuna está en Roma, que será el centro de formación para artistas de todas
épocas; desde allí irradiará al resto de Italia y a todo el continente. La variedad de
circunstancias socioeconómicas, políticas y religiosas que se dan en esta etapa,
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origina la coexistencia de diversos círculos culturales y objetivos artísticos. De este


modo nacen dos tipos de barroco:
• Un barroco cortesano y católico, instrumento de propaganda de la Iglesia
contrarreformista y/o del Estado absoluto (Italia, Francia, España, “Alemania”)
• Otro barroco burgués y protestante, naturalista y laico (Inglaterra y Holanda)

Pese a estas grandes diferencias existen impulsos estéticos comunes, fruto de la


sensibilidad de la época, que desdeña las reglas y tiende a lo emotivo y
desbordante. Es un estilo que expresa el estado de ánimo del hombre del XVII,
pesimista, desengañado, realista, con conciencia de sus imperfecciones y del dolor.

¿Cuáles son las características del barroco?

• Abandona el principio renacentista de la belleza y armonía; deja las reglas a


favor de un naturalismo acusado
• Se interesa por el dinamismo y el movimiento, tanto real (una pared
ondulada, una fuente en la que el agua cae en formas siempre nuevas, etc.),
como sugerido (un personaje retratado durante una acción violenta, un
escorzo, etc.) Busca la expresividad, en función tanto del sentido trágico de
la vida como de la estética de salvación
• Tiende a la infinitud y la tensión. Se sabe pequeño, pero el nuevo
pensamiento científico y filosófico le da el orgullo de comprender el Universo.
• Desarrolla un tipo de lenguaje basado en la contradicción, en el contraste
(fachadas cóncavas y convexas, grandes escenarios junto a aspectos
naturalistas, sentido religioso junto a una intención realista, figuras de
procedencia clásica junto a tipos populares, etc.)
• Busca destruir las barreras entre ilusión y realidad (efectos ilusionistas en la
pintura de caballete y en la pintura mural, artificios de perspectiva en la
arquitectura, utilización de los espejos, etc.). Gusto por lo teatral, por lo
escenográfico, por lo fastuoso.
• Importancia dada a la luz y a los efectos luminosos en la percepción final y
en la concepción misma de la obra de arte
• Tendencia a no respetar los confines de las disciplinas, es decir a mezclar
arquitectura, escultura y pintura
• Tentativa de representar o sugerir el infinito (un camino que se pierde en el
horizonte, un fresco simulando una bóveda celeste, un juego de espejos que
haga irreconocibles las perspectivas, etc.)
• Cronológicamente abarca los s.XVII y XVIII, aunque en algunos países
(sobre todo en Francia y Alemania) se desarrolló el estilo Rococó, expresión
de la burguesía ascendente.
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Tipos de barroco

• Arte barroco cortesano y católico, es el que se hace en las principales cortes


europeas, por ejemplo, la del Papa. Es un arte más sensual que conceptual,
de carácter monumental y decorativo.
• Barroco clasicista, riguroso de forma, realizado por la Corte más absolutista
de todas: la francesa, un barroco al servicio de Luis XVI.
• Barroco hispánico. Se da en España, Portugal e Hispanoamérica. Es
eclesiástico, naturalista, efectista, teatral y muy simbólico, busca efectos en
general y subyace en él todo un sustrato ideológico.
• Barroco de los países protestantes. Holanda y Alemania sobre todo. Es un
arte sencillo e intimista, realista, cargado de simbolismos y destinado no al
poder sino a la sociedad burguesa. Es sobre todo pintura.

• Grandeza Religiosa
El primer estilo se trata de un arte religioso melodramático victorioso, de carácter
singular, casi pomposo, comisionado por la Contrarreforma Católica y las cortes de
las monarquías absolutas de Europa. Algunos ejemplos de este tipo de arte barroco
son la intrépida escultura y arquitectura imaginativa de Bernini (1598-1680), los
atrevidos “trompe l’oeil” prestidigitadores del techo de Pietro da Cortona (1596-
1669) y también su obra Alegoría de la Divina Providencia (1633 -39), y las
grandiosas pinturas del maestro flamenco Rubens (1577-1640).

• Gran Realismo
Se trata de un rennovador estilo naturalista o de composición figurativa. Este
enfoque fue defendido por Michelangelo Caravaggio en sus obras (1571-1610), y
por Francisco Ribalta (1565-1628), Velázquez (1599-1660) y Annibale Carracci
(1560-1609). Este tipo de arte fue expuesto en su máximo esplendor por la
temeridad y la apariencia física de las figuras de Michelangelo, el rumbo realista de
la pintura religiosa adoptado por Velázquez, la revolucionaria forma de movimiento
y exuberancia iniciada por Annibale Carracci, y una forma realista de pintura rústica
del género bíblico, completa con animales, desarrollada por Castiglione (1609-64).

• Arte de Caballete
A diferencia de las obras públicas, religiosas a gran escala, de los principales
artistas del barroco y sus obras en países católicos, el arte barroco en la Holanda
protestante fue ilustrado por un nuevo tipo de arte de caballete: una resplandeciente
forma de pintura de género – dirigida al próspero jefe de familia burgués. Esta nueva
escuela holandesa de pintura de género realista también llevó a un realismo
exaltado en el retrato y la pintura de paisajes, cuadros de flores, composiciones de
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animales y, en particular, a nuevas formas de pintura de bodegones, comprendido


el género de infusión protestante conocido como pinturas vanitas (1620-1650).
Diferentes ciudades y áreas tenían sus propias “escuelas” o estilos, como
Amsterdam, Utrecht, Delft, Leiden, Haarlem, Dordrecht y Delft.

Las modalidades en el barroco mexicano


• Barroco estucado (yeserías y argamasa)
Es anástilo. marca la tendencia decorativa y no constructiva de la expresividad
barroca. Respeta la estructura en que se aplica. Se sujeta a límites de composición.
Es modelado y no labrado. Florece en la segunda mitad del siglo XVII.
especialmente en Puebla y Oaxaca.
• Barroco talaveresco (barro vidriado y esmaltado)
Su característica es el color al exterior. Modelado y poco constructivo, es un
recubrimiento a manera de piel o traje que protege y complementa las formas
arquitectónicas. Florece a mediados del siglo XVlII, especialmente en Puebla y
Tlaxcala.
• Barroco purista (apoyos clásicos)
Usa el apoyo clásico en toda su pureza formal de composición y molduración,
aunque no de proporción. Académico en columnas y pilastras, es libre en el resto
de la composición y estructura. Sus mejores ejemplos son de mediados del siglo
XVII, en el centro del país.
• Barroco de estrías móviles (ondulación y zigzag)
Primer paso importante en la transformación de los fustes. Modalidad caracterizada
por el movimiento de las estrías ya sean ondulantes o zigzaguean tes. Se hace más
notable en las pilastras que, si ondulan, cobran aspecto de meandro o al zigzaguear
tienen perfil dentado o de acordeón. Las principales manifestaciones datan de
principios del siglo XVIII y se encuentran en el centro del país.
• Barroco tablerado Fustes con aspecto de tableros de mueble.
El Barroco muestra en esto su interés por transformar los fustes. Tiende a incorporar
de manera razonadamente geométrica una decoración suntuosa. Utiliza la
guardamalIeta y el trazo mixtilíneo. Empieza a negar la pesantez estructural, declara
el sentido atectónico del estilo. Se manifiesta mayormente en la primera mitad del
siglo XVIII, en la lona centro y occidental del país.
• Barroco tritóstilo (de: tri tos, tercio y stitos, columna)
Fustes de antecedentes clásicos, usados como esqueleto. Recuerda el
renacimiento y plateresco, pero se reviste de vitalidad barroca escultórica. El fuste
mueve sus volúmenes. El tercio marcado puede ser cualquiera o los tres a la vez.
Se manifiesta en los límites de los siglos XVII y XVIIJ, principalmente en Oaxaca.
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• Barroco Salomónico (helicoidal)


El fuste se mueve en sí, no solo por decoración o volúmenes añadidos. Es el mayor
paso a la negación gravitacional de las estructuras, que así sugieren· ser
imponderables. Se combina frecuentemente con el fuste tritóstilo. Se basa en
antecedentes histórico-religiosos. Florece en los límites de los siglos XVII y XVIII,
principalmente al centro y norte del país.
• Barroco Estípite (churrigueresco)
Cima de los hallazgos barrocos referidos al fuste arquitectónico. Permanece sujeto
a cánones constructivos, pero permite los mayores alardes y posibilidades plásticas,
puesto que en sus pilastras los elementos son todos diferentes en diseño
geométrico, lo que hace versátil· el fuste. Su composición se relaciona con
abstracciones del cuerpo humano. Sus mejores obras datan de mediados de la
segunda mitad del siglo XVIII, se extiende por todas las regiones del país creando
escuelas locales.
• Ultrabarroco (pilastra-nicho)
Es anástilo, cierra el ciclo decorativo del estilo. Se caracteriza por su arbitrariedad
compositiva, producto de las libertades anteriores. No respeta, como el barroco
estucado, las líneas directrices o compositivas de las estructuras que le rodean. Sus
obras tienen carácter de mobiliario. Su esplendor imaginativo se agota en sí mismo.
Se produce a fines del siglo XVII. Deja sus mejores obras en el centro de lo que
fuera Nueva España y desaparece con la presencia del neoclásico.

Influencia del barroco en la vida cultural de México.

De entre las construcciones usadas para definir identidades y memorias, la barroca


ha sido la más duradera, extendida e influyente. Sobre ella se han fundamentado
teorías de estado, de cultura y éticas, con el objetivo de conceder a lo hispano una
carta de naturaleza singular y excepcional. De ese proceso, no obstante, lo único
excepcional ha sido su longevidad. Las diferentes políticas colonialistas a la largo
de la historia (Roma, Grecia, la Gran Bretaña, Francia), como formas impuestas se
dirigen siempre hacia la hibridación, hacia una controlada apropiación estética.
Mostrar para ocultar, embellecer para embriagar.

El estilo barroco tampoco está claro en qué se constituye. Pero definitivamente está
centrado en un hecho y en un contexto: que el barroco hispano está vinculado a la
derrota, muertos de piedra, estuco y madera. La derrota indígena determina que el
barroco será más que un estilo: será una campaña militante. Ite e inflamate,
declaran en pie de guerra los jesuitas. Id e incendiad los corazones de los hombres,
afligidos y aturdidos por haber muerto. Se trata de un espacio común pos-bélico en
el que el vencedor debe crear un nuevo mundo, con sistemas de orden y control
capaces de sostener el gigantesco entramado y a la vez asegurarse una
continuidad. Es el utensilio para conseguir esos objetivos y como todo sistema,
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creará estándares, que harán precisamente posible la absorción social,


pretendiendo una ausencia de conflicto.

Hablar del barroco llama a crisis sociales y a violencias sin fin, pero también a
excelsas obras de arte. Será en el arte y en la literatura en donde el mito de la
fundación cultural hispana tendrá lugar. Siendo la cultura el ámbito permitido de
expresión, el mito recogerá tanto las prácticas populares como las de las elites para
generar un mensaje identitario y liberador.

Lo barroco como estilo irá acrecentando su significación a medida que el mito


avance. Será el repositorio de todo un conjunto de comportamientos culturales
“únicos”, que garantizarán una salida expresiva a la crisis endémica del sistema
político y social, y que hará de la creatividad un sentimiento de excepción frente al
devenir de otros pueblos. Lo que fue estilo se convirtió en marca, atrayendo a su
órbita todo tipo de estrategias. Lo barroco o lo hispano se convierte en activador
cultural, de razas, de sociedades, de identidades rebeldes que escapan a la
catalogación. Es gracias al barroquismo que los hispanos han podido evitar ser
como “los demás”, aburridos y minimalistas. Ya nadie sabrá si se trata de un estilo
artístico o de un estilo de vida: ya nadie recordará en dónde acaba el barroco y en
dónde comienza lo hispano.

Aun si la conquista o las políticas casticistas no hubieran coincidido con el barroco


como estilo artístico, cualquier estilo artístico de otra época se habría hecho
“barroco” por la simple fuerza de los hechos entre dominados y dominadores. Si el
barroco es un sistema de dominación y de historización, un estilo artístico u otro
hubiera sido lo de menos. Nace el mito de la cultura barroca como el referente visual
en el que construir nuevas identidades. Para los ejércitos en expansión, las artes
son el medio para aculturar; para las sociedades derrotadas, un espacio mental de
supervivencia. Pero entonces también, desde esta posición adquirida de discurso,
sucede que la obra de arte conspira y desarma las realidades políticas que la
alumbran y la alientan

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