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A
u n q u e
tes sociales que las crean o “las inventan” (Hobsbawm , 1983), así
com o de la eficacia de las instituciones y actores para transm itir
las y com unicarlas. Su influencia no es, sin em bargo, m ecánica,
pues la suerte de las tradiciones tam bién está subordinada a la
capacidad reflexiva y crítica de aquellos que las reciben com o he
rencia o com o parte de la m em oria colectiva de su com unidad de
pertenencia.
A diferencia de lo que sucede en otro tipo de com unidades,
en las científicas tienden a preponderar los procesos de creación y
reelaboración de las tradiciones por sobre los procesos repetitivos
o reproductivos. El clim a de tolerancia, pluralism o y la valoración
de la crítica que, en principio, organizan la vida práctica de estas
comunidades se expresa en debates permanentes sobre asuntos con
trovertidos y se convierte en la base de la competencia entre diver
sas tradiciones. Por eso, aunque en ciertas coyunturas haya tradi
ciones científicas hegem ónicas, los agentes o las agencias que
sostienen ideas distintas, pero carecen de fuerza, tam bién partici
pan con sus propuestas en el quehacer comunitario.
Podríam os, entonces, llam ar “tradición reflexiva” al tipo de
tradición que m arca a las com unidades dedicadas a la ciencia para
diferenciarla de aquella que se conserva com o repetición, a veces
inconsciente, y que contribuye a la reproducción y no a la pro
ducción del conocim iento, de la cultura o de la sociedad. La tradi
ción reflexiva, en cambio, privilegia valores, normas y crea pautas
de conducta que favorecen una actitud analítica y crítica encam i
nada a revisar y evaluar las ideas, los supuestos, las teorías y méto
dos convencionales no sólo alrededor de un debate abstracto, sino
también en el m arco de las circunstancias históricas en que éstos
se originan y desarrollan.
La reflexividad com o pauta de com portam iento consiste en el
examen y reform ulación constante de prácticas y convenciones a
la luz de inform ación nueva sobre ellas, lo que altera su carácter
constitutivo (G iddens, 1990).
La dimensión reflexiva de la tradición de las comunidades cien
tíficas posibilita, así, la innovación, la creatividad, la im aginación
38 M AR ÍA LUISA TA R R É S
E l d e b a t e s o b r e l .o s m é t o d o s c o m o e x pr e s ió n
DE LAS C O N T R O V E R S IA S E N T R E T R A D I C I O N E S 1
'Para una visión general actualizada sobre los principales debates desarrollados en
las ciencias sociales alrededor de su vocación c o m o ciencias y co m o disciplin as, desde su
sep aración de la filo so fía hasta m ediad os de los noventa, v é a se el libro de Im m anuel
W allerstein (1996).
LO C U A L ITA TIV O C O M O TRA D ICIÓN 41
El pa r a d ig m a po s it iv o
Y LA C O N T R IB U C I Ó N DE D l J R K H E I M
4Este trabajo se lim ita a señalar la importancia de sus contribuciones. Las diversas
influencias de estos autores son evaluadas periódicam ente por diversos estudiosos y sobre
todo por los autores dedicados a la creación de teoría.
44 M A R ÍA L UISA T A R R É S
La s t r a d ic io n e s “ in t e r p r e t a t iv a s ”
Y EL LEGADO DE M A X W EBER
E l l eg a d o de M a x W eber (1 8 6 4 -1 9 2 0 )
('La influencia que W eber otorga a las religiones o a la cultura com o m oldeadora del
com portam iento so cia l no sign ifica que desprecie el papel do lo s intereses eco n ó m ico s.
A l contrario, la acción racional con acuerdo a fines es parte de su conceptualización y de su
teoría sobre la acción social. El interés de su propuesta radica en no reducir lo social a lo
econ óm ico , muy por el contrario, otorga historicidad al interés y al cálculo racional, con
lo que logra una interpretación com prensiva que identifica la racionalidad com o uno de los
aspectos centrales de la sociedad capitalista moderna.
LO C U A L ITA TIV O C O M O TR A D IC IÓN 51
7En palabras del autor: "Los fenóm enos desprovistos de significad o subjetivo, tales
co m o la e v o lu c ió n de la m ortalidad o de los n a cim ien to s o los p rocesos de s e le c c ió n
antropológicos e incluso los datos psíquicos brutos, juegan com o ’condiciones’ y com o ’con
secuencias* a partir de las cuales orientam os nuestra actividad significativa, y tienen un
papel tan importante Ipoco importante diríam os nosotros para aclarar la frase que contiene
una ironía] para la so cio lo g ía com prehensiva co m o el clim a o la fisiología vegetal para la
econom ía política” (W eber. Es sais su r la th co rie ele la Science. en Freund. 1969: 327-332).
52 M A R ÍA LU ISA TA R R ÉS
s Un ejem plo sencillo: un rasgo b io ló g ico adquiere sign ificad o so cio ló g ico cuando el
color de la piel o el sex o , por ejem plo, se constituye co m o un criterio de superioridad o
inferioridad en las relaciones sociales.
LO CU AL ITA TIV O C O M O TRA D ICIÓN 53
O
puede decidir de antem ano si uno es más válido que otro. Son los
resultados obtenidos los que determ inan la legitim idad de un m éto
do, cuyo papel es hacer progresar el conocim iento y no el de ser
fiel a un ideal preconcebido de conocimiento (Freund, 1969: 32-39).
En este orden de ideas. W eber sostiene que los resultados de
la sociología com prehensiva no pueden ser considerados com o
resultados o verdades finales, definitivos o exhaustivos; considera
que deben ser juzgados com o guías o indicaciones “explicativas
contra las cuales se puede com parar y medir la realidad para lograr
exploraciones y explicaciones posteriores” .
La íntim a conexión entre ciencias sociales y valores surge
cuando se selecciona un problem a de estudio o una teoría para su
conceptualización y análisis.
Para W eber la tarea científica no debería com prom eterse con
juicios de valor, elecciones éticas, o preferencias políticas. El mundo
de la ciencia es distinto y debe separarse del de la moral y la po
lítica.
Pese a la enorm e contribución de W eber a los asuntos m eto
dológicos y a su interés por crear un cam po para la ciencia sepa
rado de la moral y la política coyuntura!, y a su participación en
los debates sobre m etodología y valores que tuvo lugar en A le
mania, en un momento de su carrera decidió definirse como “inves
tig ad o r” y ser ju zg ad o por su obra m ás allá de las cu estio n es
planteadas por la filosofía o la epistem ología.9
G racias a ello logró conceptualizaciones rigurosas que cons
truye con un gran conocim iento de la historia, pero a su vez selec
cionando aquellas tendencias que, com o hipótesis, tienen signifi
cación para interpretar la acción social del periodo que analiza. Es
im portante señalar que W eber insiste en la necesidad de aplicar
encuestas, realizar análisis estadísticos y establecer tendencias con
D esde finales del siglo xix. hubo debates m etodológicos sobre si las ciencias sociales
y naturales eran diferentes en naturaleza y por tanto en sus m etod ologías. L os neokan-
tianos aceptaban la diferencia, lo s naturalistas abogaban por una c ien cia universal. El
m étod o de la herm enéutica y la co m p reh en sió n c o m e n z ó a ser teóricam ente relevante
durante e sa ép oca. Paralelam ente a esta controversia, hubo otras relacionadas con los
ju icios de valor, la libertad de valor y la neutralidad.
LO C U A L I T A T I V O C O M O T R A D I C I Ó N 55
A MANERA DE CONCLUSIÓN
B ib l io g r a f ía