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Grecia: Política y Paideia

Miguel Ángel Peña

"Todo pueblo que alcanza un cierto grado de desarrollo se halla naturalmente


inclinado a practicar la educación ", nos dice el helenista Werner Jaeger en su
monumental estudio dedicado precisamente a la Paideia. "La educación es el
principio mediante el cual la comunidad humana conserva y transmite su
peculiaridad física y espiritual"

Muy tempranamente política y educación se encontrarían,


estableciendo una relación muy estrecha, armoniosa
algunas veces y conflictiva otras. Desde el comienzo, la
política se interpenetra con la educación en una relación
no siempre tranquila: los dos términos de la ecuación se
atraen y repelen con igual intensidad. El escriba, portador
de la cultura antigua, era un funcionario clave en la
administración real, modelo y producto hacia el cual
estaba orientado el sistema educativo, transmisor del
conjunto de valores encarnados en una élite intelectual
que regia la administración política sobre una sociedad
arcaica. [1]

Surgida en el marco integral de la polis, de donde viene su


raíz etimológica, debemos a los griegos la "invención" de
la política. Pero su concepto de politeia implicaba mucho
más que su traducción moderna. No se refería solamente a
la constitución del Estado, abarcaba la vida entera de la
polis en la cual estaban implícitos los valores éticos,
morales y espirituales. La meta es hacer a los ciudadanos
buenos y felices. La idea platónica de una techné política que es al mismo tiempo construcción del
Estado y cuidado del alma aunando lo que nuestra concepción moderna ha separado -como dice
Jaeger- en tanto "nuestra política es política realista; nuestra ética individual, idealista..."

La Paideia comprendía también mucho más que lo que hoy entendemos por educación. El maestro
griego, encargado apenas de la transmisión de una determinada habilidad o techné, estaba
subordinado a un concepto muy superior cuyo objetivo era la formación moral y espiritual del
hombre indisolublemente ligado a la vida de la comunidad y sin la cual no tenía sentido. Esta
distinción, al menos en su diferenciación en dos vertientes, ha sido rescatada por críticos sociales
como Ivan Illich, con su postulado de "descolarizar" (que en el fondo significa
"desinstitucionalizar") la sociedad [2]

Politeia (política) y Paideia (educación) se entrecruzan en sus líneas de fuerza en tanto ésta, al decir
de Platón, está orientada desde la infancia para el bien, induciendo al hombre a desear
ardientemente volverse un ciudadano perfecto que sepa tanto gobernar como ser gobernado con
justicia.

El hecho de que en griego moderno politeuma equivalga a los conceptos de educación o cultura, es
un último efecto de esta antigua unidad de vida. Resulta significativo que, preguntado Sócrates
sobre su opinión acerca del rey persa, conteste clara y contundentemente: "Yo no se cuál es su
Paideia".
El Estado como sistema educacional

La República de Platón, considerada durante siglos como una de las obras maestras de la Teoría
Política, es vista actualmente, gracias a la obra de Stenzel, Jaeger y Nettelschid, en el mismo sentido
que la vio Rousseau, como una obra dedicada a la educación. En vez de concebir la educación como
una consecuencia de la existencia del gobierno, Platón concibe el gobierno como consecuencia de la
educación.

Y aún más, para Platón el estado es en sí un sistema educacional [3]. De indudable inspiración
platónica --aunque conscientemente la rechazara--, la propuesta utópica de Rousseau terminó por
inspirar un ideal educacional con el cual, la educación se tornó un instrumento de la política y la
propia actividad política fue concebida como una forma de educación. [4]

La educación griega aspiró siempre a fomentar el espíritu cívico, el orgullo de pertenecer a una
ciudad libre, la lealtad a la comunidad política. Al decir de Marrou, "esta psicología impregnó toda
la tradición clásica tan profundamente que su influencia no puede por menos de compararse con la
de Roma en tanto que elemento decisivo para moldear el ideal del ciudadano de la moderna Europa
democrática". [5]

Decadencia de la Polis

Hacia el siglo IV la Polis entra en su proceso de decadencia. Podía salvarse evolucionando hacia
una confederación, pero perdiendo su esencia. Es lo que vislumbra Isócrates. La Paideia queda
degradada al papel de la mera educación externa. Aspira a influir desde afuera sobre las situaciones
sin que pueda oponer un contrapeso real a las fuerzas que presionan hacia abajo.

Y si quiere conseguir más, -como señala Jaeger [6]- sólo tiene dos caminos: o renunciar a formar al
pueblo como un todo y retirarse a la estrechez de escuelas y seminarios o intentar influir solamente
sobre determinadas personalidades gobernantes. O aún, tratándose de estados gobernados
democráticamente, tratar de reformar ciertas instituciones del Estado para influir sobre éste en el
sentido que se considere provechoso.

Puerta hacia el futuro

Dos milenios y medio después, Grecia sigue significando una permanente fuente de inspiración, no
como un peso inmutable sino como motivo de diálogo permanente, vivo y fecundo. Y ello porque si
las repuestas quizás han variado algo en tono y acentuación con el transcurrir de los siglos, las
preguntas siguen siendo las mismas que se planteó un pequeño pueblo en las orillas del mar Egeo y
en una época en que civilización (Egipto, Mesopotamia) equivalía a la aceptación obediente y ciega
de un universo inmutable
.
Los desafíos que tenemos hoy son otros frente a un mundo que se replantea sus fundamentos muy
aceleradamente. Grecia representa nuestras raíces. Estudiar el pasado es mirar hacia el futuro y la
ruta más apropiada para interpretar, comprender y actuar sobre esta nueva realidad que el mundo de
hoy nos presenta como uno de los más serios desafíos de nuestra historia. Paideia y Politeia siguen
dialogando, y en ese diálogo, encontraremos muchas respuestas.

NOTAS

[1] Marcilio Marques Moreira: "De Maquiavelo a San Tiago", Brasilia, 1981
[2] Ivan D. Illich: "Deschooling Society", Londres, 1971
[3] Ernest Barker: "Greek Political Theory: Platon and his predecessors", Londres, 1957
[4] Marcilio Marques Moreira, cit.
[5] H. Y. Marrou, "Educación y Retórica" en "The Legacy of Greece, a new appraisal", Finley
(Ed.) Oxford University press, 1981
[6] Werner, Jaeger, "Paideia", México, 1957

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