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A la fecha, 3.

587 excombatientes viven en los Espacios Territoriales de


Reincorporación (ETCR) y 7.276 están en 450 municipios del país,
incluidos los 27 nuevos puntos de reagrupamiento, que surgieron tras la
salida de exguerrilleros de algunos ETCR. También hay personal en
cascos urbanos de Bogotá (600 personas), Cali (160), Medellín (115),
entre otras ciudades capitales.

, hay 292 emprendimientos, individuales y colectivos (zapaterías,


misceláneas, talleres de ebanistería, guías turísticos, entre otros), los
cuales son el resultado de la autogestión de exguerrilleros (que han
aportado de su renta básica mensual de $900 mil, destinada hasta
agosto de 2019) y aportes de la comunidad internacional.

A pocos días de cumplirse dos años del acuerdo de paz, se llevó a cabo
“UNA MIRADA AL ACUERDO DE PAZ- El balance de la reincorporación
de excombatientes y a la protección de líderes sociales” Para la Misión
de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, la cual empezó su
segunda etapa en septiembre pasado, el proceso de paz sigue siendo un
hito histórico y por eso reiteran su apoyo a la implementación, pues, dice
Raúl Rosende, director de verificación de la Misión, “desde hace 20
años no se firmaba un acuerdo de paz en el mundo”.
Alegando falta de garantías en la Seguridad física y jurídica, ocho exjefes
de las Farc abandonaron los ETCR tras la posesión del nuevo
gobierno. Iván Márquez, Hernán Velásquez (el Paisa), Aldinéver Morantes,
Édinson Romaña, Albeiro Córdoba, Iván Alí, Enrique Marulanda, Iván Merchán,
Rusbel Ramírez y otros. El encarcelamiento de su colega Jesús Santrichy la
posible extradición a Estados Unidos, por una presunta conspiración para
enviar cocaína a ese país después de la firma de la paz, son dos cosas
que no comparten estos exjefes guerrilleros que operaron en el
suroriente del país. Argumentan que si extraditan a Santrich con
“montajes”, con cualquiera de ellos puede pasar lo mismo.

El otro tema que les preocupa es la seguridad física. Denunciaron


operativos militares en contra del Paisa y Márquez, asunto que constató
y alertó en su momento la misión de la ONU en Colombia. Y aunque
1.200 escoltas protegen la vida, principalmente, de exmiembros del
Estado Mayor Central y exmandos medios, esta semana la Fiscalía
reveló que, desde diciembre de 2016 hasta la fecha, 84 personas que
se acogieron al proceso fueron asesinadas, principalmente en
Cauca, Norte de Santander, Antioquia y Nariño. El proceso de
reintegración social en algunos territorios aún es tenso, pues muchos
exguerrilleros durante la guerra operaron en esas zonas. Por eso, sigue
siendo necesaria la protección individual.
Rosende, citando la última sesión del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas (en donde los 15 países miembros dieron su respaldo
unánime al Acuerdo de Paz), dice que lo más importante es preservar la
independencia de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), un
mecanismo de justicia transicional que podrá permitir esclarecer el
conflicto armado y reparar a las víctimas.

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