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Manual Formativo para Mujeres

Especialistas en Comunicación de los


Centros de Emergencia de Mujer en
Facilitación en Masculinidad con
Equidad de Género
MÓDULO DE CAPACITACIÓN EN MASCULINIDADES DESDE UN
ENFOQUE DE GÉNERO

Autor:
Roberto Garda Salas

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Índice
Introducción 3

I.- La perspectiva multinivel o ecológica y la multicomponente en la


facilitación 7

I.1 La perspectiva multinivel o ecológica 7


I.2 La perspectiva multicomponente en la facilitación 13

II.- Facilitando para la deconstrucción de la masculinidad 21

II.1 Poder y malestar 21


II.2 Crítica al poder y al malestar, facilitar desde la ciudadanía 25

II.3 Facilitando la deconstrucción de la masculinidad 32

II.3.1 Infancia 35
II.3.2 Adolescencia y juventud 37
II.3.3 Trabajo y dinero 43
II.3.4 Salud física 47
II.3.5 Salud emocional y mental 51
II.3.6 Sexualidad 56
II.3.7 Paternidad 61
II.3.8 Relación de pareja 66

III Programa de formación en masculinidades desde un enfoque


de género 71

III.1 Programa de la capacitación 71


III.2 Sesiones de la capacitación 77

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Introducción

El trabajo de mujeres promotoras con hombres no es nuevo en Iberoamérica, no


son pocas las mujeres que ya han trabajado con varones en espacios de salud, de
educación, de trabajo social, etc. Con ellos. De hecho, ello ha sido así porque en
general la sociedad ha dejado en las mujeres el rol formativo de mujeres y
hombres desde la infancia. Sin embargo, la educación de género -aquella en la
cual los hombres reciben los mandatos de uso y abuso del poder- no ha sido
trasmitida por las mujeres sino por otros hombres en los diversos espacios de
socialización de éstos. Así los varones reciben dos formaciones, de ellas los
cuidados y los afectos, y de otros varones el uso del poder.

La primera formación la han recibido de la educación tradicional, aquella que se ha


trasmitido en escuelas y en la familia, en donde en la mayoría de los casos las
mujeres ejercen una pedagogía como cuidadoras, y en donde se espera que
ejerzan características de los roles tradicionales como el tener paciencia, amor y
cariño. Por otro lado, fuera de éstas Instituciones, los hombres en la calle y
espacios comunitarios llegan a ejercer otro tipo de mandato, no menos
pedagógico, pero centrado en la fuerza, la dureza que busca trasmitir la idea de
que el poder sólo pude ser usado con violencia y si se es masculino, viril o macho.

Entonces, los roles educativos de mujeres y hombres son opuestos. A ellas se les
ha educado a ser “femeninas” y a los varones que educan a ser “masculinos”. El
reto que busca el Ministerio de la Mujer y Grupos Vulnerables al promover la
entrada de las mujeres a facilitar talleres y grupos de masculinidad con varones,
es que éstas lo hagan desde una identidad no femenina tradicional, y que los
hombres al reeducar a otros varones lo hagan también desde una postura no
abusiva o “machista”. Entonces el trabajo de los facilitadores y las facilitadoras
implica que ellas y ellos cambien sus propias pautas y aprendizajes de género
para que a su vez transmitan esa idea a los usuarios.

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Entonces las mujeres tienen un nuevo reto al facilitar a los hombres hacia
procesos de cambio. Dejar el rol femenino tradicional, y ejercitar el rol de
educadoras sin los estereotipos de antes. Para ello el primer manual denominado
“Manual Formativo para Mujeres Especialistas en Comunicación de los Centros de
Emergencia de Mujer en Facilitación en Masculinidad con Equidad de Género”
ofreció herramientas para que las facilitadoras identificaran los roles de género
que se juegan en la facilitación, y los canalizaran hacia otros más ciudadanos.
Asimismo, en ese Manual se les invitó a las mujeres a resignificar el poder que
tienen como mujeres en nuevo rol ciudadano.

Ahora, éste manual busca continuar con esa formación. La primera parte se
denominada “La perspectiva multinivel o ecológica y la multicomponente en la
facilitación” donde se busca dotar a las facilitadoras de una visión más compleja
sobre el abordaje con hombres. En primer lugar se analiza la perspectiva
multinivel o ecológica que organiza la realidad de forma tal que vincula los
problemas personas de las personas con la cultura y las Instituciones sociales, y
construye una nueva forma de ver la realidad dicotómica y jerárquica. Es por esa
mirada que muchos varones no miran la propia responsabilidad frente a los actos,
pues lo macro hace invisible la responsabilidad de lo micro. Ante ello se propone
construir la individuación y la autonomía de los hombres frente a los mandatos
culturales y sociales (ir de lo micro hacia lo macro de forma crítica). Y con base en
ello identificar el daño que hace el machismo, construir la ciudadanía para el
respeto de los derechos humanos de todas y todos.

En segundo lugar se ofrece la perspectiva multicomponente, en la cual se propone


a las facilitadoras nuevamente ordenar cómo ven la construcción social de la
realidad, particularmente la de los hombres. Y cómo ésta puede ordenarse por
ideas, emociones, conductas, historia de vida, comunicación y cuerpo y
sexualidad. Cada uno de estos componentes son normados en los hombre, pues
en el proceso de socialización masculina vieron moldeadas su manera de pensar,
su forma de sentir, la forma de conducirse y comunicarse, la forma en la que

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entienden su historia de vida, y la forma en la que comprenden sus cuerpos y su
sexualidad. Todos esos aspectos afectan la historia de vida de los varones y la
forma en que se relacionan con las mujeres.

En éste capítulo las facilitadoras también aprenderán que la normativización


básicamente se desarrolla en dos aspectos: aquellas situaciones en donde los
hombres usan el poder para construir jerarquías, y aquellas en donde se
victimizan o victimizan a otros por ese abuso. El reto para las facilitadoras es
facilitar a los hombres para que construyan un discurso crítico a ésta dicotomía y
también construyan una tercera alternativa hacia la ciudadanía. Finalmente, para
que éste camino sea más apegado a lo que los hombres han vivido se incluye la
Sección II “Facilitando para la deconstrucción de la masculinidad” donde se
presentan a través de varios temas cómo se construye la dicotomía masculino y
femenino, y cómo podría deconstruirse.

Así, en ésta sección las facilitadoras se reflexionarán sobre la infancia, la


adolescencia, el trabajo y el dinero, la salud física, mental y emocional de los
hombres como aspectos en donde éstos construyen los estereotipos machistas o
masculinos. También presentamos otros temas importantes como la sexualidad, la
paternidad y la relación de pareja y el impacto para la vida íntima de los varones.
Al abordar todos estos aspectos, el reto para la facilitadora es identificar los
pensamientos, sentimientos, conductas, formas de comunicación machistas, y
deconstruirlos con base a los indicadores que se ofrecen en cada tema. Asimismo
eso mismo se hará en otros temas como el ejercicio de la sexualidad, la
paternidad y la relación pareja.

De ésta forma, éste Manual propone que la idea de facilitar implica acompañar a
los usuarios para que gradualmente vayan explorando en cada tema, en cada
componente y en cada nivel ecológico un aspecto que les permite explicarse
porqué abusan, y que al identificarlo decida cambiar hacia una dirección de
respeto ciudadano. Sabemos que el reto de las facilitadoras no es fácil, y que de

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ninguna forma terminarán siendo las mismas después de acompañar a los
hombres hacia el cambio a la equidad de género. Pero consideramos que le
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables son un buen acompañante en
éste proceso, y junto con éste las compañeras y los compañeros de los Centros
de Emergencia de la Mujer que dependen de éste ministerio. Finalmente, en la
Sec. III “Programa de formación en masculinidades desde un enfoque de género”
se propone la formación a las y los facilitadores.

Esperamos que éste Manual sea útil para las facilitadoras que trabajen con
hombres en los Centros de Emergencia de la Mujer. Como se podrá leer se
propone una nueva forma de pensar para facilitar a los varones. La invitación a las
compañeras no es diferente a la que se hace a los hombres que trabajan con
varones en Iberoamérica y en los mismo Centros de Emergencia de la Mujer, y
que tampoco es una idea diferente con la que iniciamos en éste camino desde
hace 22 años: trabajamos con hombres para fortalecer los derechos humanos de
las mujeres.

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I.- La perspectiva multinivel o ecológica y la multicomponente en
la facilitación.

Es importante que mujeres y hombres sepamos identificar el objetivo de nuestra


sesión o actividad, y que logremos escuchar y conocer el nivel de participación de
los asistentes, y preguntarnos ¿Lo que estoy preguntando, y lo que estoy
escuchando se acercan al objetivo de mi sesión? ¿El tipo de reflexiones que
fomento, las actividades que realizo me acercan o me alejan de mis objetivos?.
Proponemos a las facilitadoras y facilitadores ejercitar la mirada sobre la
problemática de la violencia desde tres enfoques o lentes, además del de género
que ya hemos estado desarrollando. Estas formas de mirar la problemática con la
que trabajamos, nos permiten ver nuevos aspectos que sin ejercitarlos nos
pasarían desapercibidos. Estos enfoques son: la perspectiva multinivel, la
multicomponente y la de masculinidades.

I.1 La perspectiva multinivel o ecológica.

En la tradición de trabajar con hombres han existido diversas generaciones de


Programas que han enriquecido las estrategias de trabajo con hombres. Desde la
Psiquiatría, pasando por la Psicología y los Programas Cognitivos Conductuales
con enfoque de género, los Programas Multiniveles y Multicomponentes nos
ofrecen una metodología interesante que permite enriquecer el trabajo con
varones. El enfoque ecológico nos dice que la violencia contra las mujeres se
construye en al menos tres ámbitos que hay que reconocer:

 El nivel macrosocial, el cual hace referencias a la cultura e imaginarios


sociales que justifican una cultura machista que sobredimensiona a lo
masculino sobre lo femenino.
 El nivel exososcial que se refiere a las Instituciones Públicas y Privadas, así
como las escuelas, la calle, el transporte público, las empresas, las
Instituciones Públicas que fomentan esta cultura machista y la
institucionalizan en procedimientos y legislaciones que excluyen a las
mujeres.
 El nivel microsocial que se refiere a las dinámicas de las personas con otras
personas (microsistema relacional) y a aquellas que las personas tienen

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con ellas mismas a nivel cognitivo, emocional, etc (microsistema individual)
que terminan reproducir las relaciones opresivas y machistas.

La siguiente Figura 1 explica la perspectiva ecológica, en donde la cultura, las


instituciones y las personas al establecer relaciones con otras personas y con ellos
mismos/as, reproducen la violencia de género. Veamos la Figura no. 1:

Figura 1
Perspectiva Multinivel sobre la Violencia de Género.

Microsocial
Individual

Para trabajar con hombres hay que mirar de forma ecológica dos aspectos: la
violencia contra las mujeres y la construcción de la masculinidad. Ello es relevante
porque se hacen visibles aspectos de la construcción social de la desigualdad que
de otra manera no se verían. Veamos cómo sería aplicar el enfoque ecológico en
ambas problemáticas:

Explicaciones macro sociales.


 Aplicación a la violencia contra las mujeres.- Se refiere a las
explicaciones de la violencia contra las mujeres, y cómo se generan
causas a nivel cultural y social, en donde se generan imaginarios que
justifican esta violencia desde símbolos sociales y de poder, hasta
tradiciones y mitos que terminan por justificar el abuso.
 Aplicación a la construcción de la masculinidad.- Hace referencia a los
símbolos de virilidad masculinas que hacen que los hombres se vean

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como “fuertes”, “duros” y “violentos” en la cultura, y que les dicen que
no hay otra forma de ser varones.

Explicaciones Exosociales.
 Aplicación a la violencia contra las mujeres.- Se refiere a las normas
sociales que imponen las Instituciones Académicas, hospitales,
medios de comunicación, leyes, familias, etc, que terminan por
justificar el abuso de poder sobre las mujeres.
 Aplicación a la construcción de la masculinidad.- Son las prácticas
sociales de reproducción masculina que los hombres hacen para
garantizar su papel como grupo social dominante. En las escuelas, la
calle, las Instituciones Públicas y Privadas, en el transporte público, al
actuar de manera violenta los hombres reafirman su posición de
privilegio en la masculinidad.

Explicaciones microsociales relacionales.


 Aplicación a la violencia contra las mujeres.- Se refiere a las
explicaciones que hacen responsable a la pareja sobre las conductas
de abuso de los hombres. Cómo estos señalan que es debido a lo que
la mujer hace o dice, o deja de hacer o sentir, es para los hombres
una explicación –y justificación—de la violencia que el varón ejerce.
 Aplicación a la construcción de la masculinidad.- Se refiere a las
relaciones que los hombres establecen con otros varones y con
mujeres para coludirse, minimizar su abuso, justificarlo y en generar
construir una alianza que promueva la no reflexión sobre las
conductas violentas, y que justifiquen las conductas homofóbicas y de
misoginia.

Explicaciones microsociales personales.


 Aplicación a la violencia contra las mujeres.- son las explicaciones
personales de porqué se ejerce violencia. Por ejemplo, el estar muy
enojado, o el haber vivido abuso en la infancia, o el estar herido por
alguna situación, o sentirse inseguro. También aquí se explican los
motivos y pensamientos personales de porqué se maltrata, por
ejemplo “no había otra opción”, “ella se lo ganó”, “le tenía que hacer
ver quién mandaba”, etc.
 Aplicación a la construcción de la masculinidad.- Se refiere a los
pensamientos, autoconceptos, emociones, conductas y formas de
tratar su salud y cuerpo para sentirse “viril” o “masculino” y con base
en ello cuidar, proteger u obtener situaciones de privilegio y justificar el
maltrato a otros hombres, o limitar la experiencia del mismo varón.

Cuando estamos en el trabajo con hombres, hay que tener mucha claridad sobre
los el nivel del cual el hombre me habla, y el tema que aborda, para que, de esa

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forma poder facilitar su proceso de cambio encontrando herramientas propias para
la duda que está manifestando. Por ejemplo, en el siguiente diálogo la facilitadora
no está apoyando al hombre:

Diálogo A
- Asistente: Señorita instructora ¿Por qué los hombres se muestran tan enojados con sus
parejas? El otro día mi vecino le gritó todo el día a su esposa.
- Facilitadora.- Ello se debe a que hay una cultura machista en la sociedad. Por eso es que
los hombres le gritan a las mujeres.

Si analizamos este diálogo podremos observar que si bien ambos hablan de


violencia hacia las mujeres, la pregunta del hombre se refiere a la violencia en la
relación de pareja (nivel microsistémico relacional) y la respuesta hace referencia
a la parte macrosistémica de la sociedad. De esa forma, para el usuario no es útil
la respuesta y por lo tanto, no puede encontrar herramientas. Veamos una
alternativa a esto:

Diálogo B
- Asistente: Señorita instructura ¿Por qué los hombres se muestran tan enojados con sus
parejas? El otro día mi vecino le gritó todo el día a su esposa.
- Facilitadora.- Los hombres llegan a maltratar a sus parejas porque ellas se niegan a darles
un servicio en la relación de pareja, por ejemplo: servir la comida o hacerla, o cuidar a los
hijos, o incluso tener sexo. Las mujeres se cansan de estos servicios y debido a ello
terminan diciendo que ya no quieren estar subordinadas a los hombres. Posiblemente por
eso le pegaba, y para los fines del grupo ¡Dejemos de pedir servicios a las parejas
compañeros!.

Como podemos ver, la respuesta está en el mismo nivel ecológico en que se


preguntó. Entonces, la facilitadora y el facilitador debieran estar atentos al nivel al
que pertenecen los objetivos de su sesión, desde donde hablan los hombres, y las
intervenciones que él hace, pues si su objetivo es micrososcial relacional, aunque
los hombres quieran hablar de problemas exosistémicos (como el desempleo o la
violencia contra las mujeres en el transporte público), el facilitador o la facilitadora
debieran de generar una narrativa que gradualmente llevara a los hombres a
conversar sobre el nivel microsocial relacional.

Veamos otro ejemplo:

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Diálogo C
- Asistente: El día de ayer encontré a mi pareja platicando con un amigo. En esta sociedad
las mujeres no deberían de hacer eso. Desde mis abuelos eso se ve mal.
- Facilitadora.- Date cuenta Daniel cómo justificas un prejuicio sobre tu relación de pareja
con base a una idea social. Es cierto, en la sociedad se ha instalado la idea de que las
mujeres no pueden tener amistades, y menos aún de que nuestras esposas no pueden
tener amigos. Esa es la idea que aprendieron nuestros abuelos, que realizaron muchos de
nuestros padres, y es la cultura que muchos de nosotros hemos heredado y que impera en
muchas zonas del Perú. Pero preguntémonos: ¿Es adecuada esa tradición? ¿Por qué
nosotros los hombres les vamos a decir a las mujeres con quien sí y con quien no
relacionarse? Esa tradición ¿Lastima y violenta a las mujeres?. Y además Daniel,
pregúntate ¿Quieres seguir esa tradición machista en tu relación de pareja? ¿Para qué?
Recuerda que viola los derechos humanos de las mujeres, y en particular los de tu pareja.
No te digo que esa tradición sea buena o mala, solo te invito a reflexionar de que
históricamente ha violentado a las mujeres porque no se les ha preguntado a ellas qué
quieren.

Como podemos ver, la narración tiene varios niveles:

Ejemplo 1:
- Comentarios macrosociales del usuario : En esta sociedad las mujeres no deberían de
hacer eso. Desde mis abuelos eso se ve mal.
- Respuestas macrosociales de la facilitadora: Es cierto, en la sociedad se ha instalado la
idea de que las mujeres no pueden tener amistades y menos aún de que nuestras esposas
no pueden tener amigos. Esa es la idea que aprendieron nuestros abuelos, que realizaron
muchos de nuestros padres, y es la cultura que muchos de nosotros hemos heredado y
que impera en muchas zonas del Perú. Pero, preguntémonos: ¿Es adecuada esa
tradición? ¿Por qué nosotros los hombres les vamos a decir a las mujeres con quien sí y
con quien no relacionarse? Esa tradición ¿Lastima y violenta a las mujeres?.

Ejemplo 2:
- Comentarios microsociales de pareja del usuario: Me enojé mucho, porque el día de ayer
encontré a mi pareja platicando con un amigo, y de seguro que le está insinuando algo ése
desgraciado. Ya le dije que no me gusta que tenga amigos hombres, le diré que no lo
haga.
- Respuestas microsociales de pareja de la facilitadora: Como parte del trabajo en el grupo
Daniel, sería adecuado que observes cómo estás ejerciendo mediante tu enojo control
sobre tu pareja. Ella es adulta al igual que tú, y tiene derecho a tener los amigos que guste.
Si tienes dudas eso se puede hablar en la relación de pareja, pero recuerda que entre
adultos ya nadie le prohíbe nada a la otra persona. Más bien se hablan el miedo, se llegan
a acuerdos, pero no puedes negociar un derecho ni imponer un control sobre tu pareja.

Como podemos ver, el facilitador ofrece una respuesta estructurada de acuerdo a


los niveles a los cuales el usuario comenta. Lo importante que las y los
facilitadores identifiquen los niveles en los cuales se articulan los comentarios de
los hombres, y generen un diálogo en el mismo sentido, pero sobre todo en uno
crítico que permita que los hombres construyan una mirada crítica sobre lo mismo
que han comentado.

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Además de esto, la mirada ecológica nos permite comprender que las habilidades
que los hombres van adquiriendo para el cambio también pueden organizarse en
los tres niveles. Así, habrá hombres que desarrollen recursos para detener su
violencia o deconstruir su masculinidad a un nivel macrosocial; pero posiblemente
haya otros que no, y que tengan más habilidades para desarrollar cambios a nivel
microsocial individual. Así cada hombre tendrá más habilidades para uno u otro
proceso de cambio. A continuación te ofrecemos una idea de los recursos que
cada hombre puede presentar al asistir a las sesiones de trabajo:

 Habilidades macrosociales para el cambio.- Significa que los hombres


reconocen que en toda cultura hay símbolos, tradiciones, personales
que rompen el mandato instituido de la masculinidad y la feminidad.
Para quienes trabajan este enfoque más macro “La cultura cura” y con
base en ello habría buscar en la historia de la comunidad, en la
tradición y en la comunidad no sólo aquello que oprime, sino también
lo que facilita salir de esta opresión y permite construir la igualdad.
 Habilidades exosistémicas para el cambio.- Los hombres pueden
encontrar recursos de cambio en las Instituciones. Habría algunas
Instituciones machistas que no ofrecen alternativas a los varones, pero
habrá otras que sí les ofrecen espacios de reflexión y cambio. Se trata
de que los hombres identifiquen qué Instituciones son las que apoyan
y aprendan a pedirlo.
 Habilidades microsociales relacionales para el cambio.- Los hombres
pueden aprender de otras personas, mujeres u hombres, alternativas
a la violencia y la masculinidad. Al preguntar, al escuchar y al expresar
su propia experiencia de malestar pueden aprender que se puede vivir
sin violencia, y que hay gente que ya está luchando por vivir más
igualitariamente en la pareja y la familia. Así, se trata de que los
hombres pidan apoyo a otras personas, sin esperar que éstas jueguen
un rol tradicional.
 Habilidades microsociales individuales para el cambio.- Hay recursos
microsistémicos personales de los hombres para dejar de maltratar a
las mujeres, y para deconstruir la masculinidad tradicional. Los
hombres pueden aprender nuevas formas de pensar, de comunicarse,
de expresar sus emociones, etc, que los lleven al cambio.

La facilitadora y el facilitador pueden ofrecer a los hombres una “caja de


herramientas” de todos los niveles, y éstos pueden identificar cuáles son los que

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pueden usar de forma más continua, y con cuales tienen más problemas. Lo
central es reconocer que lo que les ofrecemos a los hombres para cambiar está
inscrito en este orden ecológico, y que es importante comentarles a los hombres
de esta perspectiva, pues tal vez, algunos hombres tengan más habilidad para
usar más técnicas microsociales de cambio, pero posiblemente otros no, y
prefieran habilidades macrosociales.

Ello marcará los límites de nuestra metodología y el modelo con el que


trabajamos, y la importancia de trabajar en redes y en colaboración con otras
Instituciones que también ofrezcan espacios para varones. Pues aquello que no
ofrece mi Programa posiblemente lo ofrezca otro en otra Institución. Tal vez
tengan que canalizar a quienes no encuentran lo que requieren en el Programa de
nuestra Institución, y con el tiempo posiblemente regresen cuando estén listos
para las sesiones con nuestras técnicas.

I.2 La perspectiva multicomponente en la facilitación.

La mirada multicomponente se refiere a identificar el componente al cual


pertenece determinada experiencia de los hombres. Desde la tradición de trabajo
con hombres hay al menos seis componentes relevantes que habría que destacar:

 Componente cognitivo.- Busca identificar las ideas y/o pensamientos que


promuevan la violencia hacia las mujeres ante situaciones de conflictos con
la pareja. Particularmente interesa identificar ideas de control hacia ella, las
solicitudes de servicios y las expectativas de que ella sea de alguna forma,
de acuerdo a los estándares de él.
 Componente emocional.- Se propone identificar el manejo emocional
machista que refuerza el control y el poder sobre la pareja. Particularmente
se propone que los hombres identifiquen que el enojo es el sentimiento más
permitido por ellos, y con base en él maltratan. Se propone ejercitar un
manejo emocional que fomente la equidad de género y la igualdad con la
pareja.
 Componente de comunicación.- Este componente propone identificar las
formas de comunicación no asertivas y violentas con la pareja y la familia.
El uso no adecuado de palabras ofensivas, la expresión inadecuada de
sentimientos, ideas y necesidades, etc.

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 Componente de historia de vida.- Este componente –junto con el
emocional—tal vez es el más terapéutico de los procesos de sensibilización
e intervención. A veces los hombres expresan que en su vida su papá, su
mamá o algún cuidador tenía conductas de abuso hacia otro ser querido (la
madre, el hermano/a, etc) y que esas conductas “marcaron” o enseñaron la
violencia.
 Componente de cuerpo y sexualidad.- En este componente se propone que
los hombres identifiquen la concepción machista sobre el propio cuerpo, y
la mirada sexista sobre el cuerpo de las mujeres. Con base en ella los
hombres miran sus cuerpos como máquinas de producir y no acuden al
médico a cuidarse. También, con base en esta percepción se ejerce
violencia sexual hacia las mujeres y se participa en la trata de personas, y
se ejercen conductas homofóbicas hacia los hombres gays y las mujeres
lesbianas.
 Componente conductual.- Se propone que los hombres identifiquen las
conductas de violencia de género que tienen hacia sus parejas (los tipos de
violencia física, emocional, económica y patrimonial). También de que
identifiquen y respeten las conductas de resistencia de la pareja cuando él
la maltrata.

Para que visualmente quede más clara esta perspectiva veamos la Figura no.2:
Figura 2
Perspectiva Multicomponente sobre la Violencia de Género.

Comunicación Cognitiva

Historia de
Emocional
vida

Cuerpo
Conducta
Sexualidad

¿Cómo podemos usar la perspectiva multicomponente en la intervención? En la


intervención con hombres es importante que la facilitadora o el facilitador
identifiquen en las narrativas de los hombres sobre qué aspecto éste está

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compartiendo su experiencia. Y con base en esa identificación elijan desde qué
componente pueden hacer una devolución o expresar un comentario que sea útil a
los objetivos de la sesión. Veamos algunos ejemplos:

Diálogo A
- Ricardo: Pero Licenciada, usted dice que los hombres son malos y que las mujeres son
todas unas víctimas. ¡Me enojo cuando escucho eso!
- Facilitadora.- Ya veo José, mira cuando yo digo “Hay hombres que violentan a las mujeres”
me refiero a una conducta. Y reflexionemos compañeros: efectivamente hay hombres que
tienen la conducta del abuso físico, sexual o económico hacia las mujeres ¿De acuerdo?
Yo hablo de una conducta que llega a ocurrir. Pero a lo que tú te refieres José es a una
idea, me dices “los hombres son malos y las mujeres son víctimas”, esa es una idea, no
una conducta. Y es una idea tuya José, no mía. Lo que te invito es que identifiques que tú
has generado esa idea y te hagas responsable de ella. No es idea mía, yo hablo de
conductas y tú de ideas.
- Ricardo.- mire que no lo había visto así…
Sí Ricardo, así ocurre. Organizar lo que expresamos en componentes es importante,
identificar cuando hablo de ideas y conductas. Pero ahora veamos, también nos hablas de
sentimientos Ricardo: señalas que te enoja. Y te comparto que a mí también. Creo que es
muy importante enojarse e indignarse con las conductas de violencia de algunos hombres
hacia las mujeres. Pero te pregunto, y les pregunto a los demás compañeros ¿Qué
podemos hacer para cambiar? Y ahora les hablo nuevamente de conductas ¿qué conducta
nueva y equitativa puede generar para no enojarme tanto? Porque al actuar de forma
equitativa compañeros seguramente nos sentiremos mejor, o al menos yo, cuando mi
esposo actúa de forma equitativa yo observo que se siente mejor. ¿Ustedes no?

Veamos cómo se establece un diálogo desde diversos componentes entre la


facilitadora y el usuario:
Ejemplo 1
- Comentarios cognitivo del usuario: …usted dice que los hombres son malos y que las
mujeres son todas unas víctimas.
- Respuestas cognitivas de la facilitadora: Pero a lo que tú te refieres José es a una idea, me
dices “los hombres son malos y las mujeres son víctimas”, esa es una idea, no una
conducta. Y es una idea tuya José, no mía. Lo que te invito es que identifiques que tú has
generado esa idea y te hagas responsable de ella. No es idea mía, yo hablo de conductas
y tú de ideas.

Ejemplo 2
- Comentarios emocionales del usuario: …usted dice que los hombres son malos y que las
mujeres son todas unas víctimas.
- Respuestas emocional de la facilitadora: …también nos hablas de sentimientos José:
señalas que te enoja. Y te comparto que a mí también. Creo que es muy importante
enojarse e indignarse con las conductas de violencia de algunos hombres hacia las
mujeres. (…) …para no enojarme tanto? (…) seguramente nos sentiremos mejor…
Ejemplo 3
- Comentarios conductual del usuario : No hay
- Respuestas emocionales de la facilitadora: …cuando yo digo “Hay hombres que violentan
a las mujeres” me refiero a una conducta. Y reflexionemos compañeros: efectivamente hay
hombres que tienen la conducta del abuso físico, sexual o económico hacia las mujeres

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¿De acuerdo? Yo hablo de una conducta que llega a ocurrir. (…). Pero te pregunto, y les
pregunto a los demás compañeros ¿Qué podemos hacer para cambiar? Y ahora les hablo
nuevamente de conductas ¿qué conducta nueva y equitativa puede generar para no
enojarme tanto? Porque al actuar de forma equitativa compañeros (…) cuando mi esposo
actúa de forma equitativa…

Como podemos ver, hay un manejo de diversos componentes en estos diálogos.

 El usuario no sabe los componentes que está abordando la facilitadora,


pero ésta le devuelve en términos de una perspectiva multicomponente. Le
señala que ella habla de conductas, y que él está hablando de ideas. Este
aspecto del diálogo es central, pues muchos hombres que asisten a las
actividades de sensibilización buscan dejar la reflexión sólo a nivel de las
ideas.
 La confrontación que hace la facilitadora es aclararle que el diálogo no es
sobre las ideas, sino sobre las conductas. Pero también retoma del usuario
su expresión emocional, y empatiza con él cuando le dice “yo también me
enojo”, pero tiene una postura crítica cuando señala que no es por la idea,
sino por la conducta que ella observa en los hombres.
 Finaliza invitando no sólo al usuario, sino a los demás asistentes al grupo a
centrarse en las conductas: ¿qué podemos hacer nuevo y diferente?, y
apela nuevamente al componente emocional: “…para sentirnos mejor”. Al
hacer esto hace un doble juego: sentirse mejor ellos como hombres, y ella
como mujer.
 Y termina invitando a un cambio, no de ideas, sino de conductas: “¿Qué
podemos hacer para cambiar? Y ahora les hablo nuevamente de conductas
¿qué conducta nueva y equitativa puede generar para no enojarme tanto?”.
Incluso para que tenga más efecto su invitación ella les habla de algo
personal: de su esposo, y les comenta: “…yo, cuando mi esposo actúa de
forma equitativa, yo observo que se siente mejor ¿Ustedes no?”.

Entonces, hay varios componentes que son expresados por el asistente, y la


facilitadora los devuelve de manera crítica, y haciendo una invitación a la
responsabilidad. Este aspecto es central para una intervención con este enfoque:
devolver la responsabilidad sobre los componentes que el hombre expresa, pero
además señalarle y reeducar en ellos para que el usuario también pueda
identificarlos y observarse cuando al querer hablar de ideas a veces los hombres
hablan de conductas, o al querer hablar de sentimientos, terminan hablando de
pensamientos o de sensaciones corporales. Veamos otro ejemplo:

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Diálogo B
- José: Cuando recuerdo cómo mi padre le pegaba a mi mamá me doy cuenta porqué soy
violento.
- Facilitador.- ¿Y cómo te sientes con eso?
- José: Me da igual, muchos hombres han aprendido así la violencia.
- Facilitador: ¿Te da igual? Juan, el otro día nos platicaste algo sobre tu infancia ¿nos
quieres compartir?
- Juan: Pues sí, les dije que mi padre abusó sexualmente de mi madre. No lo sabía, pero
recordé que de niño lo vi no una, sino varias veces. Fue algo muy triste, realmente aprendí
a hacer mucho daño sexualmente a mi pareja. Ahora estoy solo, pero sobre todo viniendo
a pláticas como éstas para aprender de nuevos temas como sexualidad.
- Facilitador: ¿Te dice algo lo que Juan nos comenta, José?
- José: No sé… bueno pues sí… esas tardes cuando mi padre golpeaba a mi mamá yo me
encerraba en el baño a llorar. No me ocurrió una vez, ocurrieron varias veces. Me siento
triste al recordarlo.
- Facilitador: Gracias José, para todos es triste recordar esos eventos. Pero qué bueno que
puedas identificarlos.

En este ejemplo se manejan el componente de historia de vida y el de emociones,


y el manejo que hace el facilitador va dirigido a que los hombres compartan desde
ellos con la finalidad de reconocerlos y permitir identificar la dimensión emocional
de la experiencia de violencia. Si observamos bien, no se hace énfasis en el
componente de conducta, ni en el del cuerpo y la sexualidad. Esta decisión tiene
que ver posiblemente con el objetivo de la sesión, tal vez sea una que busque que
los hombres platiquen de sus sentimientos, o que reflexionen sobre su historia de
vida. Así, cada facilitadora o facilitador tiene que tener claro los objetivos de su
sesión, pues con base en ellos puede dirigir la reflexión en tal o cual dirección.

Finalmente, es importante estar atentos a los diversos cambios que presentan los
hombres al estar ofreciendo las actividades de promoción. Como ya señalamos
este proceso no es lineal ni está exento de contradicciones, se desarrolla en
diversos ámbitos: cognitivos, en el manejo emocional, en la experiencia corporal y
en cambios en conductas, Como es un proceso complejo, te compartimos algunas
reflexiones para que lo facilites y lo observes en los asistentes:

 El cambio cognitivo.- ¿Cómo son los hombres que cambian en el


ámbito cognitivo? Son hombres que llegan hablando con ideas
negativas de su pareja: “ella es mala”, “ella es desobediente”, también
tienen ideas de víctimas: “yo hago mi mejor esfuerzo”, “me siento mal”,
“me voy a morir si se va…”; y/o que tienen una idea muy negativa de la

17
relación y de su familia: “no me quieren”, “la relación no sirve para
nada”, etc. Gradualmente, con el proceso de intervención van
reflexionando sobre su situación, comienzan a dejar de hablar de ella y
hablan sobre su propia responsabilidad: “ya entendí que mi violencia es
mi responsabilidad”, “yo puedo decidir cómo reaccionar”. Así, pasan de
culpar, a responsabilizarse. Se dan cuenta de que muchas de sus
actitudes obedecían al seguimiento ciego de muchas ideas que habían
aprendido a lo largo de su vida y que les “obligaban” a actuar así para
demostrar su hombría; se dan cuenta también que con ese
comportamiento no sólo hacían daño o lastimaban a personas que
aman, sino que también se hacían daño a sí mismos.

 El cambio emocional.- Otro aspecto importante que ocurre durante el


proceso de atención es cuando los hombres comienzan a reconocer su
experiencia emocional ante las situaciones de violencia. Al inicio hay
una dificultad para dejar de pensar y hablar de sus pensamientos,
simplemente no saben (o se les dificulta) hablar de sus sentimientos.
Hacer este “pase” de lo cognitivo a lo emocional no es fácil para los
hombres que están iniciando su proceso. Por ello hay que insistir en
preguntarles sobre lo que sienten emocionalmente. Al principio, a la
pregunta de “¿cómo te sientes?” la mayoría responderá algo como
“pues es que ya me di cuenta que no me quiere”. Pero no hay que dejar
de preguntar: “¿y cómo te sientes cuando te das cuenta que ella no te
quiere?”.

 Usualmente manifiestan primero expresiones como enojo, ira o rabia,


pero poco a poco van reconociendo y ampliando su repertorio
emocional: “con dolor, con mucho dolor” o “triste, por el daño que le
hice”. Así, surge el fortalecimiento del contacto emocional. Cuando
expresen estos sentimientos es muy importante saber manejar los
tiempos: respetar silencios, dirigir la mirada a la suya, expresar empatía,
acompañarlos cálida y respetuosamente. Cuando aprendas a regular tus
propias expresiones lograrás contactar mejor con cada usuario y estarás
generando un aprendizaje emocional para ellos. Tal vez los hombres
cambien sus ideas y digan: “ahora entiendo que era miedo lo que sentía
y por eso hice tanto daño”. Así, reconocer los sentimientos genera
nuevas ideas y abre la posibilidad de cambiar conductas.

 El cambio corporal.- Una vía que puede facilitar el reconocimiento de


las experiencias cognitiva y emocional en cada hombre, es explorando
sus sensaciones corporales ante el ejercicio de la violencia. Preguntas
del tipo “¿cómo se expresa en tu cuerpo el enojo, en dónde lo ubicas?”,
o “cuando piensas que ella es la culpable de todo lo que te ha pasado,
¿cómo se pone tu cuerpo (tu mirada, tus manos, tu pecho o alguna otra
parte de ti)?” Al plantear este tipo de preguntas se promueve que los

18
hombres identifiquen y expresen las señales o indicadores de su cuerpo
ante las situaciones de tensión o fricción en su vida de pareja: “sudo
mucho”, “me duele la cabeza”, “me tiemblan las manos”, “me pongo
rojo”, etc., así, construyen una narrativa que los conecta con su cuerpo y
ello les hace visible cómo sus ideas y sentimientos tienen un impacto
corporal que los lastima, pero que también les puede avisar que están a
punto de ejercer violencia y que pueden decidir detenerse.

 Cambio conductual.- Pero todo este camino de cambio no tiene


sentido si no alcanzamos el objetivo central de esta propuesta
reeducativa: identificar y parar las prácticas de violencia para avanzar
hacia formas de conductas sustentadas en el respeto y la equidad. Esto
es, que los hombres terminen de golpear, de maldecir, de intimidar, de
violar, de acosar sexualmente, de amenazar, etc., y que dejen de
hacerlo como producto de que “se dan cuenta” de que no hay ideas que
justifiquen estas prácticas”; que lo hagan porque constatan el dolor,
sufrimiento y soledad que causan sus violencias. Para lograr esto es
muy importante relacionar ideas, sentimientos y la experiencia corporal
con sus prácticas de violencia: “¿te das cuenta que cuando vas a
pegarle no piensas más que en cosas negativas de ella?”, “¿observas
que cuando la miras así te tiemblan las manos?”; o “¿te das cuenta que
cuando tiemblas y sientes miedo, le avientas cosas y la insultas?... ¿no
sería más fácil hablar, escucharla y decidir juntos?”. De esta manera
manejamos lo cognitivo, lo emocional y la experiencia corporal para
cuestionar las prácticas de violencia: son éstas el resultado no sólo de la
historia personal, también de las decisiones de pensar de una manera,
de sentir de una forma y de expresarse corporalmente de otra.
Finalmente, hay que reconocer que el cambio en cada hombre sólo será
posible con la constancia en su compromiso, y la asistencia continua al
grupo es central.

 El cambio en la comunicación.- Se esperaría que los varones


aprendieran a generar una nueva narrativa, nuevos conceptos, nuevas
ideas donde expresen igualdad hacia las mujeres y una comprensión
diferente del conflicto (una comprensión no dicotómica y no
androcentrista), e ideas manifiestas de equidad. Asimismo, es relevante
el cambio relacionado a la expresión emocional. Donde expresan
sentimientos diversos ante determinadas experiencias de conflicto. Sin
embargo, un cambio relevante en este aspecto es el de la expresión de
las conductas de equidad y de abuso que realizan. Esto es, los hombres
hablan de lo que hacen y no se limitan a lo que piensan. Este cambio es
especialmente relevante para este trabajo.

 El cambio en la historia de vida.- La historia de vida son aquellos


eventos que enseñaron al varón una manera de actuar y de ser frente a

19
las mujeres y los hombres en general, y frente a aquellas mujeres con
las cuales se tenía un tipo de atracción erótico amoroso. Partimos de la
idea de que los hombres aprendieron en sus familias a relacionarse con
violencia porque sus padres y otros adultos así lo hacían. En esos
momentos los hombres vivieron también abuso al recibir la violencia
directamente, o al ser testigos de dichos maltratos. Un hombre que
cambia es aquél que puede reconocer dichos momentos dolorosos en
los diversos momentos de su vida, y puede resignificarlos e identificar
cómo en esos momentos se llegaron a aprender pautas de
comportamiento ante los conflictos. Al hacerlo se espera que los
hombres detengan esos comportamientos abusivos usualmente porque
no son éticos y dañan a otros, pero además porque no les son útiles en
su vida actual.

De esta manera, la intervención desde los componentes es otra manera de


ordenar la información que nos brindan los hombres y de fomentar cambios en
ellos. Es importante identificar que componentes fomentan nuestros manuales y
nuestras intervenciones. Posiblemente estamos haciendo un trabajo muy cognitivo
con los varones, y tal vez lo que la población requiera es más contacto corporal y
un mayor reconocimiento de su experiencia de vida. O tal vez estamos entrando
demasiado a las experiencias emocionales, pero no estamos haciendo cambios en
las conductas relevantes. Cada componente –así como cada nivel—debiera de
tener indicadores que nos dijeran en qué aspectos están cambiando los hombres
con nuestra intervención, y en cuáles no lo están haciendo.

20
II.- Facilitando para la deconstrucción de la masculinidad.

II.1 Poder y malestar.

Los hombres construyen su identidad en la sociedad y en las instituciones que


ésta instituye (la familia, el trabajo, la comunidad, los medios de comunidad, etc), y
ésta tiene impacto en la manera en que se relaciona con las mujeres y con otros
hombres. Este proceso se da desde la infancia, continúa en la adolescencia y en
la adultez. Y concluye en la tercera edad o vejez. Debido a la complejidad de éste
proceso de socialización es que hemos optado por comprenderlo desde los
niveles macrosocial, exosocial y microsocial, así como relacional y personal. Pero
además, en éste los hombres construyen y deconstruyen una manera de
concebirse a ellos mismos y a los demás. Aprenden a mirar sus sentimientos de
una forma, a pensar su realidad desde un lugar; y también a relacionarse con su
cuerpo y los cuerpos de los demás de una manera. Así, sus ámbitos cognitivos,
conductuales, comunicacionales, emocionales, de historia de vida y de cuerpo son
constituidos por esa construcción.

Pero además ésta construcción los educa en dos experiencias básicas, el ejercicio
del poder y la vivencia del privilegio donde aprenden a vivir con jerarquía con
relación a las y los demás. Y por otro lado, aprenden a vivir con experiencias de
miedo, inseguridades, vulnerabilidades y momentos en que no tienen poder –o
temen perderlo-.

Particularmente, los hombres han vivido esas experiencias de poder y malestar


con figuras de autoridad, que a su vez les enseñan cómo usarla de forma abusiva.
Por ejemplo, con el padre que lo ha abandonado o lo descalifica, con la madre que
lo hiere y exige que sea proveedor, con otros niños mayores que le exigen fumar o
beber para incluirlo en el grupo, con el maestro que le exige mostrarse obediente y
dócil ante una injusticia en la escuela, etc Así, los varones aprenden que el
malestar y el poder están relacionados de una manera peculiar: mientras más

21
poder tengan, más debieran silenciar el malestar que tienen, y más aún tendrán
que silenciarlo.

Esto es, los varones pasan de experiencias de poder a las de vulnerabilidad


relativamente rápido, y en ése tránsito aprenden cómo lastimar debido a que son
lastimados. Por ejemplo, viven el verse ridiculizados por otros hombres, y
entonces aprenden a ridiculizar a otros hombres. Se llegan a ver humillados por
los jefes y aquellos que son jerárquicamente mayores, para humillar a otros
varones y jerarquizarse con relación a ellos. Aprenden con sus padres y madres
que el amor y las relaciones afectivas son inestables, dolorosas y sin cuidado, y
entonces ellos actúan sin amor, sin afecto e infringiendo dolor a la pareja e hijos.

A nivel macrosocial hay una cultura que valida el poder de los varones, así como
el abuso, pero también hay una serie de valores, símbolos y rituales sociales que
aprueban que los hombres se dañen, sientan y supriman su malestar, miedo y su
dolor. Esto se puede ver en la figura 3:

Figura 3.
Institucionalización del Poder y el Malestar
• Insttitución Escolar
Macro poder • Institución Familiar

(Masculino) •

Institución Religiosa
Institución Carcelaria

Macro malestar • Institución Mediátia


• Institución Laboral
(Femenino) • Institución de Salud, etc

• Institución Escolar
Exo poder • Institución Familiar
• Institución Religiosa
(Masculino) • Institución Carcelaria

• Institución Mediatica
Exo malestar • Institución Laboral
(Femenino) • Institución de Salud, etc

Micro Rel. y Personal poder • Institución Escolar


• Institución Familiar
(Masculino) • Institución Religiosa

• Institución Carcelaria
Micro Rel. y Personal Malestar • Institución Mediatica
• Institución Laboral
(Femenino) • Institución de Salud, etc

22
Cada Institución reproduce los mandatos macrosociales en mitos, ritos y
tradiciones que se reproducen en su interior, y al actuarlos las personas reflejan la
cultura en la cual la Institución se encuentra inscrita. También reproducen las
reglas, normas y hábitos que distribuyen los privilegios y castigos que las
personas reciben en caso de reproducir o no estas normas. Pensando en términos
de género, por ejemplo la escuela organiza el medio para privilegiar aquello que
dicta lo masculino como central (varones fuertes, niñas muy bonitas, jóvenes
competitivos, etc) y castiga a quienes no cumplen estos “requisitos”. Y con ello los
varones –y las mujeres- se instruyen y aprenden a mirar desde la jerarquización y
desde la sumisión: piensan, sienten, se comunican, interpretan su historia de vida
y comprender su cuerpo y su sexualidad en términos de ganancias y pérdidas, sin
poder concebir que la relación con ellos mismos, y con los demás pueda darse
desde otro lugar.

Esa dinámica se reproduce en todas las Instituciones de la Sociedad, cada una


educa a los varones en ésta dualidad masculino versus femenino donde la idea
central es que el malestar (femenino) no puede perdurar sobre el poder (lo
masculino). Esta idea se ejemplifica a al siguiente Figura 4:

Figura 4.
Cosmovisión Masculina de Ver el Mundo.

Institución
Laboral
Institución
Mediatica  Formas de pensar
 Formas de sentir
Institució
 Formas de
n
Religiosa
relacionarse con sus
Varón cuerpo
 Formas de
Institución comunicarse
Escolar
 Formas de
comprender su vida

Institución
Familiar Institución Formas de actuar
Carcelaria,
etc

23
Este aspecto es muy importante para comprender la dinámica de la masculinidad,
pues muestra cómo se educa a los hombres a pensar de forma jerárquica ante los
conflictos, y al hacerlo instituye la experiencia de malestar en él mismo y en otros
u otras. Esto es lo que se denomina “suma cero de poder”, la cual constituye una
manera de pensar que en las relaciones interpersonales no hay otra opción más
que perder o ganar, y que al relacionar la idea de ganar con la de masculinidad, y
la de perder con la de feminidad, entonces se instituye una dinámica de prácticas
que buscan ganar y por tanto construir la identidad masculina.

Como podemos observar esos valores de “suma cero de poder” están en todas las
Instituciones sociales, y se asimilan de diversa forma: para la Iglesia hay un cielo y
un infierno que son opuestos, y se está en uno o en otro. Para el capitalismo se es
rico o pobre, se tiene ganancias o pérdidas, no hay otras opciones. Para los
deportes alguien tiene que ganar y los demás perder, tampoco hay un punto
intermedio. Para el novio ella debe de ceder a su petición sexual, o la abandona.
Para el padre e hijo debe comportarse como él dice, si no lo castiga, y para el
maestro o maestra la alumna debe comportarse como “una dama”, sino merece un
castigo como la expulsión. Entonces los estereotipos jerarquizados se imponen a
cada persona en cada Institución y cada individuo lo va experimentando de forma
diferente. Algunas personas se adaptan a la crítica y se vuelven sumisas, otras
responden y se resisten y se vuelven beligerantes, y hay quienes se alían con los
que abusan y aprenden a ejercer la violencia como una forma de vida,
reproduciéndola desde las jerarquías. Lo importante es entender que al reproducir
el abuso se reafirma una identidad, la masculina. Y quien a recibe ese abuso se le
impone una identidad: se le feminiza.

II.2 Crítica al poder y al malestar, facilitar desde la ciudadanía.

¿Cómo facilitar a los hombres desde éstos ámbitos que hemos mencionado? En el
pensamiento de los hombres la visión que se tiene de sí mismo es positiva. Esto
es, los hombres se miran “buenos”, “adecuados”, “correctos” y “positivos” en la

24
sociedad. La mirada autocomplaciente de ellos hacia sí mismo como personas y
grupos es frecuente debido a que siempre encuentran una excusa para justificar
sus actos en donde “el otro” o “la otra” hicieron algo para que ellos actuaran de
alguna forma abusiva. De esa manera colocan la responsabilidad de su conducta
“en el otro” y no la asumen plenamente. Porque al preguntárseles los varones
responden que ellos “no son así, abusivo como actúe. Sino que yo soy buena
persona”. Entonces hay que comprender que lograr un discurso reflexivo en los
varones implica comprender esta contradicción central entre “lo que pienso de mí
como persona: buena gente, cercano, padre de familia, hermanos, etc” y lo que
como varón: “pegarle a mi esposa porque no se porta bien, exigirle a mis hijos
para que salgan bien en la escuela, etc”.

Estas prácticas se construyen en cada una de las Instituciones que arriba


señalamos. Para poder construir una reflexión con los hombres sobre sus ideas y
sus prácticas es importante reflexionar otra contradicción interna en ellos la
relación entre la experiencia placentera de vivir el privilegio y el poder, y el costo
personal y social para hacerlo. Hay que construir una mirada crítica sobre el
privilegio y sus inconvenientes, hacer ver que éste no es el fin mismo de ser de
una persona y que tanto para conseguirlo como para vivir el privilegio una parte
del varón se pierde y pierde a los demás. Te sugerimos tres ideas centrales para
éste ejercicio de elaborar una crítica al privilegio:

Hablar de las desventajas de la socialización masculina.- Los hombres han


sido educados para creer que la socialización masculina sólo les da
privilegios. Es importante que los facilitadores varones mencionen las
desventajas que también ofrecen: el ser padre ausente y llegar a la
paternidad sin ninguna preparación, el lastimar a otros hombres sólo por su
orientación sexual, el alejarse de las mujeres y lastimarlas, el estar
trabajando horas en la oficina, el deterioro de nuestra salud, el estar solo en
la tercera edad por maltratar a la familia, el alcoholismo, las drogas y la
violencia social en la que participan muchos hombres. Pero sobre todo es
importante compartir las experiencias de pérdidas de los facilitadores, y
cómo ellos han vivido el daño del proceso de socialización de los hombres.

25
Colocarse en el discenso entre varones.- Para los hombres es común llegar
a consensos de género a pactos “entre hombres” que buscan que “todos
estemos de acuerdo”. La diferencia de opinión, la experiencia opuesta a la
norma, y la diversidad en general es poco tolerada entre varones.
Sugerimos a los facilitadores colocarse en ese lugar incómodo: no aliarse en
el chiste machista, no hacer negocio con los usuarios, tampoco ser amigos
(ser facilitadores), ni validar por supuesto ninguna forma de violencia. Al
romper ese consenso se modela a los hombres la posibilidad de hacerlo con
otros hombres, y se va formando una actitud y un carácter que promueven el
cambio, alejados de esos pactos que son sustentados usualmente en la
subordinación de otras y otros.

La importancia de buscar una nueva identidad.- Es importante que los


facilitadores reconozcan que la equidad de género construye una crítica a
los estereotipos masculinos de ser hombres. Que al desmontar la
masculinidad muchos hombres se sentirán con el deseo de construir un
nuevo referente identitario que nombrarán de diversas maneras, por
ejemplo, “nuevas masculinidades”, “hombres equitativos”, “hombres
igualitarios”, etc Sugerimos a los facilitadores que los hombres “no corran”
para asignar nuevos nombres al cambio. En lugar de ello se propone valorar
las nuevas prácticas que construyen la equidad. Hacer énfasis en las
conductas y no en las palabras, pues a veces lo hombres no llevan a cabo lo
que pregonan. Por ejemplo, valoremos el que los hombres cambien pañales,
el que respeten a sus parejas, el que colaboren en casa en el trabajo
doméstico, o que brinden una educación igualitaria a las hijas e hijos.
Valoremos las conductas de equidad de los hombres y permitamos que
cada quien nombre ese cambio como guste.

El otro aspecto que hay que destacar es profundizar sobre la comprensión del
malestar que viven los hombres al construir y tener el privilegio. Es importante no
minimizarlos como usualmente lo hacen los varones, sino detenerse en él y mirar
el dolor con lupa. Te ofrecemos tres ideas centrales.

Hablar del esfuerzo personal por reconocer la violencia, y el esfuerzo


personal de cambiar.- El que las facilitadoras hablen a los usuarios sobre sus
propias experiencias en donde ellas han abusado de otras mujeres y sus
hijos e hijas al pensar que no cumplirían las expectativas de género.
Reconocer los servicios que piden, las conductas de violencia física,
emocional, etc que ejercieron y el malestar emocional en torno a éstas
conductas. Todo ello ejemplifica a los asistentes dos cosas: se puede hablar
sobre la violencia, y nadie –incluidos las facilitadores-- están fuera de los
roles tradicionales masculinos. Pero además de reconocerlo, es importante
que los facilitadores hablen del esfuerzo por detener sus conductas de

26
violencia. Que hablen de lo que piensan, de lo que sienten, y de cómo
generan conductas alternativas al de la violencia en los conflictos. Recuerda
que es muy importante no hablar de “violencia hacia el esposo”, sino de
“conductas de resistencia a la violencia del esposo”. Eso es importante
porque hay que dejar claro que con relación a otras mujeres y los hijos e
hijas sí se puede reconocer conductas de violencia de parte de las mujeres,
pero con relación al marido, esposo, o los hombres no, pues las llamaremos
conductas de resistencia.

Reconocer el daño en la pareja.- Reflexionar frente al grupo del daño que


como mujer has dejado en tus hijos e hijas, así como hacia otras mujeres
que has llegado a lastimar. Pero sobre todo habla del daño que como mujer
viviste al haber recibido violencia de parte de tu esposo. Explora la dimensión
económica del daño, la emocional, la familiar, y cómo afectó en la relación de
pareja. Transmitir la importancia de ser empático hacia la mujer en general,
como hacia los hijos e hijas en particular. Esa disposición de empatía hacia
las mujeres e hijos e hijas es muy importante, pues el rol masculino siempre
busca cuestionarlas y cuestionar a los hijos/as y fomentar las dudas sobre
ellas y ellos. La postura de “creer en las mujeres” que has lastimado, así
como de confiar en los hijos e hijas te aleja de un rol masculino. También
puedes añadir lo opuesto al rol tradicional femenino que es “creer en los
varones de forma incondicional”, te invitamos a que fomentes una actitud de
“creer en lo que hacen los varones”, y no sólo “en lo que dicen”. De esa
forma construirás una actitud crítica hacia ellos que es importante que los
hombres tengas hacía sí mismo como hombres.

Narrar las experiencias contradictorias del cambio.- Es importante que las


facilitadoras no muestren un camino lineal y fácil a los hombres para
cambiar, pero tampoco uno lleno de obstáculos y que parezca imposible.
Cada usuario tiene habilidades diferentes, y cambiará de acuerdo a ellas.
Para unos es más fácil el cambio cognitivo, para otros el emocional, y para
un tercero las conductas de autocuidado. Platica los cambios que tú has
tenido como facilitadora de una posición de mujer sumisa a uno de mujer
empoderada, y comenta lo que más te ha costado trabajo y lo que más se te
ha facilitado. Así, las facilitadoras modelan los avances pero también los
retrocesos desde las propias experiencias. De esa manera los hombres
comprenderán que hay que buscan un camino personal hacia la equidad, y
que el grupo enriquece esa experiencia.

Narrar el pedir ayuda desde el rol masculino.- Es frecuente entre los hombres
no pedir apoyo. Tal vez como persona o ciudadano desea hacerlo y sabe
que lo necesita. Pero al ver a otros varones guarda silencio ante el malestar
como lo hacen los demás, y espera a que las cosas se resuelvan “solas” o a
que ocurra algo muy grave que obligue a reaccionar. Entonces los hombres
tienen una contradicción con abrir sus necesidades frente a otros, lo desean

27
hacer pero les da temor. Lo mismo ocurre en las mujeres: repiten el rol
masculino cuando no piden ayuda al necesitarla por haber maltratado a
hijos/as o a otra mujer. Y al igual que el varón lo necesitan. Pero además, en
las mujeres que han vivido violencia de parte de la pareja, y no piden ayuda
por temor a recibir más golpes, humillaciones, y abusos en general. Te
invitamos a que converses con los varones cuándo has pedido ayuda ante
situaciones de violencia que has ejercido o vivido, y platiques las dificultades
emocionales de hacerlo y las dificultades que el medio ofrece para no
hacerlo. Señalar cómo las Instituciones revictimizan, y cómo esta posibilidad
no es un camino fácil pero es necesario si se desea cambiar. Puedes
compartir que el crecimiento y el cambio no es rápido, es un proceso gradual
donde vas pasando de prácticas y creencias ligadas a la masculinidad y al
machismo a una identidad de ciudadano donde comprendes que la
autonomía y el respeto a los derechos humanos son el único camino de
convivencia sin abusos que se puede tener.

De esta forma, la propia experiencia se convierte también para las facilitadoras, en


un elemento relevante para cambiar. Se modelo una propuesta desde lo factible
de cada quien, y de facilitar el esfuerzo real y concreto de los hombres que vayan
a las actividades que organices. Recuerda la idea es pasar de roles tradicionales
de la masculinidad a uno ciudadano de respeto a los derechos humanos de las
mujeres.

Ahora bien, no todas las culturas, ni todas las Instituciones Sociales, ni todas las
relaciones interpersonales reproducen éstos estereotipos masculinos y femeninos.
Por momentos, éstos no se reproducen en la sociedad. Por momentos, algunos
hombres no son demandados para demostrar su hombría, o no se ven forzados a
feminizar a nadie. En esos momentos, los hombres viven una situación al menos
estable, y sin exigencias. Esos instantes son muy importantes para los hombres.
En ellos no están preocupados por demostrar a nadie que tienen que ser “muy
viriles” o “muy machos”, no se preocupan por competir, ni por demostrar nada, a
nadie. Tampoco le exigen a los demás y a las demás que se comporten de
determinada forma, esto es: no feminizan a nadie, ni maltratan a nadie. A esos
momentos los llamamos momentos de convivencia o de intimidad donde los
hombres también demuestran que pueden estar sin demandas sociales con otras
personas. Debido a eso en esos instantes pueden convivir con los demás y las

28
demás. Esa cercanía es importante pues los hombres pueden estar con otros y
otras desde otro lugar.

Cuando los varones ejercitan de manera continua esta cercanía e intimidad


generan diversos lazos afectivos que gradualmente van teniendo más relevancia
que los instantes de abuso y de imposición. Los hombres sienten cercanía con los
hijos o hijas cuando conviven con ellos, también con la pareja cuando están con
ella. Pero eso mismo ocurre cuando conviven con otras personas en general. Así,
en la pareja puede apoyar a la pareja para que trabaje, pueden aprender a
respetar su cuerpo y conversar con ella los conflictos. También pueden
acompañar a sus hijos adolescentes o pequeños en sus aciertos y errores en la
adolescencia, y aprender a conversar con ellos sin maltratarlos. Asimismo, pueden
hacerse responsables del trabajo doméstico, y pueden manejar de manera
bondadosa y democrática el dinero. En unas palabras, los hombres cuando
aprenden a construir la intimidad y cercanía con otros se vinculan emocionalmente
con ellas y ellos, y generan experiencias emocionales que les son significativas. Al
“sentir” aprecio, cariño, afecto, amor, etc por los demás los varones pueden
respetar sus derechos humanos, y pueden ser equitativos en el hogar.

Cuando los hombres ejercen de esa manera el poder se vuelven a su vez en


compañías agradables, pues también saben ser nutritivos con las y los demás. Sin
competir y sin masculinizarse, también generan una serie de pensamientos,
emociones, formas de comunicarse, de actuar y de entender su vida, así como de
comprender sus relaciones interpersonales, y de concebirse a ellos mismos,
alejados de los estereotipos de género tradicionales y más cercanos hacia
relaciones equitativas. Cuando son íntimos y equitativos, y respetan a las demás
personas y a sus derechos están constituyendo una identidad ciudadana que
respeta los derechos humanos de las y los demás.

Esta identidad ciudadana -alejada de la masculina y femenina- se puede aprender


de diversas fuentes:

29
La familia.- En la familia mama, papá, un abuelo o la abuela, o un tío o tía le
ofrecieron esa cercanía y cariño. Le demostraron amor y confianza, y el
hombre aprendió a convivir así con los demás desde pequeño. En ésa etapa
jugar sin competir, y recibir límites y orientaciones sobre las relaciones
humanas es central para aprender la intimidad y el respeto.

La comunidad.- En la comunidad es importante que los jóvenes hayan visto


que los vecinos respetaran a los demás vecinos. Que dialoguen, que
desarrollen juntos proyectos comunes de cuidado al jardín, por la seguridad
comunitaria, que se tengan amigos que respeten y que juntos vivan
momentos de integración positiva y convivencia.

En la escuela.- Hay maestros o maestras que enseñan la habilidad de ser


íntimos y empático en las labores escolares, centrando el esfuerzo de las
personas en crecer y nutrirse, y no en competir y desgastarse.

En el trabajo.- Que se tenga un jefe, o una compañera respetuosos. Que


acepten a las personas a pesar de las diferencias, y que en el ámbito laboral
las personas puedan comentar los conflictos, buscar soluciones conjuntas.
Alcanzar metas, ver los resultados del trabajo y obtener todo un beneficio
justo. Que las personas en el trabajo se sientan realizadas y que convivan
juntos.

De esa forma, en las Instituciones sociales enseñan a convivir y construir la


intimidad en cada uno de los espacios sociales. En la escuela, en la familia, en la
calle, en el transporte público, en los medios de comunicación, etc se envían
mensajes y se realizan prácticas que instruyen a los hombres a convivir y respetar
a los demás. De ésta forma, cualquier Institución puede reproducir mandatos no
jerárquicos sino de fomento a los derechos humanos, por tanto ciudadanos. Pero
entonces hay que reconocer que las Instituciones pueden reproducir tres tipos de
mandatos hacia los varones que se ilustran en la Figura 5:

30
Figura 5.
Reeducación de los Hombres en Contextos de Violencia.

Instituciones
con Mensajes
Ciudadanos  Formas de pensar
 Formas de sentir
 Formas de
Instituciones
relacionarse con sus
con Mensajes
Femeninos de Varón 
cuerpo
Formas de
Subordinación
comunicarse
 Formas de
Instituciones con comprender su vida
Mensajes
Masculinos de  Formas de actuar
Abuso

Con base a los mensajes recibidos ellos a su vez reproducirán algunos de los
componentes en sus relaciones interpersonales y/o con ellos mismos en
cualquiera de los ámbitos ya mencionados. Al hacer reproducirán la masculinidad,
la feminidad y/o la ciudadanía. Si ellos han vivido procesos de socialización
continuos y sistemáticos en la masculinidad y la violencia, la ejercerán
frecuentemente, o si han vivido frecuentemente situaciones de feminización y
subordinación, harán lo mismo con sus pares y sus familias. Pero si han recibido
una educación basada en derechos desde la sociedad, donde la escuela, la
familia, la iglesia y el Estado le hayan hablado de los derechos humanos, y de la
importancia de respetarlos, podrá hacer un individuo plenamente capaz de
reconocerlos.

31
II.3 Facilitando la deconstrucción de la masculinidad.

Entonces los procesos de reeducación para los hombres pasan por identificar el
ejercicio del poder y los supuestos privilegios para los hombres, por comprender
los costos de éste ejercicio (el malestar) y finalmente te proponemos que facilites
identificando y fomentando en los varones nuevas conductas que serían
equitativos y/o de ciudadanía. Identificar cuándo los hombres ejercen conductas
de equidad de género es importante para que éstos se den cuenta que pueden
deconstruir el poder masculino, salir del malestar emocional (personal, de pareja,
familiar y social) y establecerse en un rol ciudadano que usualmente conocen
poco y les podría abrir nuevas posibilidades de convivencia con las y los demás
tanto a nivel social como de vida familiar.

Para ello abordaremos temas relevantes para los hombres y que han sido
relevantes en su proceso de socialización. Estos pueden verse en la Figura 6:

32
Figura 6.
Temas relevantes para la Construcción de la Identidad Masculina.

Infancia,
adolescencia
y juventud

Relación de
Trabajo
pareja

Identidad
Masculina
Sexualidad Salud física

Salud
Paternidad emocional y
mental

En cada uno de ellos se repiten las contradicciones multinivel que vimos arriba a
niveles culturales y sociales (macrosocial), en las instituciones donde viven los
varones (exosocial) y a nivel personal de pareja y en ellos mismos (nivel
microsocial relacional y personal). Asimismo, identificaremos como en cada tema
se reproducen las formas de poder y privilegio masculinas, así como los costos
para los hombres y sus relaciones cercanas. Asimismo, cada uno de éstos temas
y del momento de abuso, malestar o de equidad se presentan para un continuum
para los hombres. Ellos no lo viven de forma fragmentada, sino de manera
dinámica, y el trabajo de facilitación consiste en acompañar a los usuarios a
ordenar sus experiencias desde ésta manera de ver la realidad.

Entonces facilitar es construir junto con el usuario una manera más ordenada de
ver su realidad, de una en donde se sobredimensiona la jerarquía y la no

33
sensibilidad hacia él mismo y las y los otros, a uno donde pueda identificar los
diversos aspectos de su experiencia, identificar sus múltiples influencias y
consecuencias, y de esa forma el varón pueda decidir qué hacer. En la toma de
decisión de parte de él, consiente de las consecuencias y los daños es lo que
deseamos que ejerza, pues en eso consiste el ejercicio de la ciudadanía: decidir
consciente de las consecuencias de los actos. En la figura 7 se pueden ver las tres
posibilidades que tienen los hombres para actuar en cada tema y recordemos que
ello ocurre siempre en los niveles ecológicos, y por tema y componente.
Figura 7.
Opciones para Actuar en cada uno de los Temas
Relevantes para la Masculinidad.
-Violencia
-Victimización
-Ciudadanía

Infancia,
adolescencia y
juventud

Identidad
-Violencia
Masculina
-Victimización
-Ciudadanía

34
Para reproducir la masculinidad los hombres reproducirían conductas de violencia
y victimización, y para deconstruir la masculinidad actos de ciudadanía. Para
lograr ésta última te sugerimos que los varones identifiquen tres aspectos al
abordar cada uno de estos temas:

Que los varones identifiquen las formas de abuso.- Esto significa que vean y
nombren cómo determinadas formas de actuar y de hacer las actividades
generan daño a los demás y a ellos mismos, así como que observen cómo
esas formas de actuar son instituidas para controlar a los demás.

Que los varones decidan detener los abusos.- Que los varones generen una
voluntad, una decisión, una enunciación donde expresen que “ya no desean”,
“no quieren”, “no les conviene”, etc continuar realizando determinadas
conductas machistas.

Que los varones elaboren una propuesta que les permita fortalecer las
relaciones de equidad de género.- Que los hombres identifiquen porqué la
ciudadanía es la vía para ya no continuar las conductas de abuso. Y que se
comprometan mediante la enunciación de un compromiso que realizaran
alguna actividad para ser íntimos, cercanos, afectivos con los demás –y ellos
mismos- y al mismo tiempo actuar conforme al respeto a los derechos
humanos que tienen las otras personas.

De esa manera podríamos facilitar que los hombres pasen de conductas de abuso
y violencia, a las de victimización y construir una propuesta ciudadana. Para
ilustrar esto en cada uno de los temas a continuación exploraremos la manera en
que los hombres viven su socialización en diversos momentos de su vida y con
relación a los temas que señalamos. Incluimos una serie de indicadores de
masculinidad y de cambio hacia actitudes más equitativas con la finalidad de que
la lectora pueda identificar conductas que le indiquen que un usuario o un grupo
está –con relación a un tema- en una postura muy conservadora y machista, o si
éste usuario o grupo se ha movido hacia actitudes más equitativas e igualitarias.

II.3.1. Infancia.

Cuando son pequeños, el proceso de socialización hacia los niños está orientado
casi completamente por la familia y particularmente la madre y el padre u otros

35
familiares que cuiden –abuelos, abuelas, hermanos, hermanas, etc.-. Y al crecer
por los maestros, maestras y el grupo de amigos. Hay que estar atentos a varios
aspectos a ésta edad, por ejemplo el manejo de emociones ¿Se les permite o se
les inhibe? ¿O se les refuerza particularmente el enojo y la ira? Si se inhiben o
permiten expresar sólo los agresivos entonces son niños educados en familias con
creencias de género tradicionales. Lo mismo sus juegos: se permite que jueguen
con muñecas, que laven trastes y preparen “comidita”, y ellos ven normal jugar
con niñas y niños. O no, y sólo juegan con niños y juegos agresivos donde
demuestran fuerza y competencia. Si es lo segundo, entonces están siendo
educados en roles tradicionales. La vestimenta es otro aspecto que puede facilitar
o inhibir el que caminen hacia roles tradicionales o no ¿Se visten con colores
diversos? Pueden usar indistintamente colores pastel, rosas, azules, cafés, etc.
¿O no? y se les autoriza sólo colores serios, azules, cafés, grises, etc..

A continuación te presentamos los indicadores con base a los cuales podrás


observar cambios o no, en los varones:

Cuadro 1a.
Indicadores cognitivos, conductuales y
de comunicación en la infancia.
Ámbitos / Indicadores de
Indicadores Identidad Masculina Indicadores de Cambio
 Expresar ideas que desvaloricen a las  Expresa ideas que reconocimiento a
niñas y/o a las mujeres. las niñas y/o a las mujeres.
 Hablar sobre los niños  Habla de las personas, del entorno
sobredimensionando lo que hacen “por natural con respeto.
Cognitivo
ser hombres.”  Expresa satisfacción con la vida, la
 Separar ropa, juegos, actividades de familia y los amigos con los cuales se
“niños” y de “niñas” de forma excluyente. cuenta.

 Jugar exclusivamente sólo niños.  Juega de manera entusiasta con otros


 Jugar exclusivamente con pistolitas, a niños y niñas integrándose a las
la guerra, contacto físico brusco. actividades.
Conducta  No colaborar en casa.  Juega rondas infantiles, con juguetes
de niños y niñas indistintamente.
 Colaborar en casa en la medida de su
edad.
 Hablar con insultos.  Hablar con respeto a otros niños y
Comunicación
 Insultar a las niñas y a otros niños niñas.

36
diferentes.  Ser asertivo en pedir lo que quiere.
 Descalificar a la mamá y a las  Poner límites ante situaciones de
hermanas. maltrato.
 Exigir las cosas y los bienes en la casa  Pedir ayuda ante situaciones de
y la escuela. impotencia.
 Solicitar las cosas con respeto.

Cuadro 1b.
Indicadores de manejo emocional, historia de vida y
autocuidado del cuerpo en la infancia.
Ámbitos/ Algunos Indicadores de
Indicadores de Cambio
Indicadores Identidad Masculina
 Irritabilidad constante.  Expresa el llanto ante situaciones de
 Inestabilidad: entre el enojo y la ira. frustración, impotencia o dolor.
 Desconsideración hacia los  Expresa el enojo sin agresión ante
Emocional sentimientos de otros. situaciones de injusticia, impotencia, etc.
 Reconoce momentos de alegría,
felicidad sin sentirse inhibido por las
opiniones de otros.
 Al hablar de su vida expresa  Habla de su familia o personas que lo
experiencias de abuso por parte de cuidan con satisfacción, admiración, etc.
padres u otras personas.  Menciona momentos de alegría, de
 Al hablar de amigos expresa recuerdos juegos, de diversión con familiares y
Historia de vida
de castigos físicos y emocionales. compañeros de escuela.
 Puede negarse a hablar de momentos
de su infancia en un claro silencio en el
malestar.
 Marcas en el cuerpo de castigos.  Su expresión corporal es vital.
 Poco arreglo personal.  Su cuerpo muestra buenos hábitos de
Cuerpo y
Sexualidad  Sobrepeso y hábitos de comida cuidado y alimentación.
inadecuados.  Hace ejercicio y su aspecto es
saludable.

II.3.2. Adolescencia y juventud.

Una característica de esta etapa consiste en que los adolescentes y jóvenes


hombres demuestran su masculinidad estando en grupos. En algunos casos se
reúnen con las mujeres, pero estar con varones o “hacer cosas” de hombres les
da sentido a su identidad de género. El grupo genera un sentido de pertenencia,
aceptación y reconocimiento principalmente de otros pares de su misma edad, o
también de otros compañeros o amigos mayores. ¿Cuáles son las prácticas de
género que se realizan en los grupos de hombres? Por ejemplo, es común que
entre ellos se peleen o se compita para ver quién es el líder –que raramente es un

37
hombre gay o menor o una mujer-. Asimismo, en los grupos los jóvenes llegan a
realizar actos de autoagresión o de violencia para ingresar o salir del mismo, o
para “escalar” en una jerarquía que siempre es simbólica y maleable. Asimismo en
los grupos se llegan a ejercer actos de riesgo como consumir drogas, alcohol o
ejercer la sexualidad sin protección lo cual también es parte de sus rituales de
pertenencia y ascenso. Todo esto tienen un fondo: quien demuestra ser el más
fuerte será el “más hombre” y será quien tenga el poder de dirigir al grupos.

Pero en los grupos de adolescentes y jóvenes no se realizan solo actos de dureza


y violencia también son espacios donde ellos buscan demostrar que son diferentes
del mundo de las y los adultos que comúnmente percibe –y es- ajeno, agresivo y
violencia hacia las y los jóvenes. Así en algunos grupos de jóvenes se permite
más la expresión de los afectos y la solidaridad entre adolescentes y jóvenes. Se
brindan apoyos, circula información, se crean y recrean amistades e identidades
juveniles. Sin embargo, este aspecto de los grupos juveniles paradójicamente no
es considerado como signo de masculinidad. Al contrario, la amistad de hombres
jóvenes con amigas no es visto como “viril”, tampoco el que se respete a las
mujeres, no se consuma drogas, ni alcohol, se valore a la familia, etc. Esto es,
aquellas conductas que los jóvenes hacen para ser “no machos”, sino solidarios
con un ideales democráticos, ecológicos, de la diversidad sexual, solidaridad con
pueblos en desgracia, etc. no son vistos como viriles.

Otro aspecto a destacar es la relación de los adolescentes y jóvenes con las


mujeres de su edad. Los muchachos comienzan a fijarse en ellas. Les gustan, les
atraen y las desean. Sin embargo, comúnmente no saben expresar estos
sentimientos, pues su educación emocional ha sido bloqueada por la
masculinidad. Por esta ausencia de educación emocional, junto con la brumadora
información en los medios de comunicación que ubica a las mujeres como objetos
sexuales, es que los adolescentes y jóvenes terminan por cosificar el cuerpo de
las mujeres y desear tocar y sentirlo sin tomar en cuenta el involucramiento
emocional que debiera existir, el compromiso que implica y el daño que pueden

38
generar. Muchos jóvenes solo desean tener relaciones con ellas sin ver éstas
dimensiones, y debido a ello incluso la imponen. Por otro lado, las adolescentes y
jóvenes ven ésta pretensión como violenta de parte de los adolescentes y jóvenes,
sobre todo cuando no va acompañada de una propuesta emocional más amplia
y/o profunda de parte del varón. Pero incluso entre ellas muchas adolescentes y
jóvenes llegan a ver sus cuerpos y vida sexual de forma “masculinizada” y entran
a éstos juegos de los varones saliendo muy lastimadas.

Es importante comentar que este deseo genital no tiene absolutamente nada de


malo, pero la sexualidad es reducida al coito, y los afectos, los juegos de
confianza, la intimidad, la seducción, la amistad, la solidaridad con las mujeres,
etc. se hace de lado. Eso educa a los varones jóvenes en fantasías sobre las
mujeres que no son reales: “a ellas les gusta siempre”, “cualquier mujer arreglada
quiere sexo”, “si no dice nada ante mi presión sexual es porque le gusta”, etc. Los
jóvenes se acostumbran a ejercer conductas de cohesión sexual en la escuela, la
comunidad, la calle, el trabajo etc. y generan ideas erróneas que violentan a las
mujeres. Otras conductas de violencia de género frecuentes son, por ejemplo, los
celos hacia las novias o parejas refuerzan la idea de propiedad sobre ellas.
También hay jóvenes que golpean o maltratan emocionalmente a la amiga o
novia. En algunos casos se impone el acto sexual o se ejerce la sexualidad si usar
métodos anticonceptivos y aparecen infecciones de transmisión sexual,
embarazos adolescentes, o el SIDA.

Paradójicamente si bien los jóvenes presionan para tener relaciones sexuales,


comúnmente no están dispuestos a asumir las consecuencias de estos actos si
surge un embarazo. Y cuando lo hacen, frecuentemente a las parejas jóvenes les
cuesta mucho salir adelante. Por tanto, si bien es cierto que hay adolescentes que
apoyan a sus amigas y son solidarios con las mujeres, también hay jóvenes que
reproducen el maltrato. Ellos provocan actos de violencia hacia las mujeres
jóvenes o actos de violencia hacia otros hombres que no aceptan estas ideas
machistas y se muestran diferentes, como los jóvenes gays o de la comunidad

39
Lésbico, Gay, Transexual, Transgénero y Bisexual (LGTTB) u otros varones que
se muestren sensibles.

¿Dónde aprenden la violencia los jóvenes? En primer lugar la violencia se prende


de otros hombres, por ejemplo del padre cuando demuestran afecto a su hijo, o
también cuando maltrata a la mamá o a las hermanas en el hogar. De hecho, es
importante mencionar que los adolescentes tienen sentimientos contradictorios
con relación al padre: lo desean, lo quieren y les enriquece su afecto y presencia,
pero sus enseñanzas son duras y ello genera rechazo y enojo. Pero –volviendo a
los aprendizajes de la violencia- los jóvenes también aprenden de otros hombres
que en el trabajo o la escuela realizan actitudes de autoagresión en el consumo de
alcohol, en los pleitos en la calle, en la delincuencia y/o consumo de drogas.
Asimismo, la masculinidad se aprende de mujeres que maltratan a los jóvenes o a
otras mujeres.

Por último, es importante señalar que en su gran mayoría de los adolescentes y


jóvenes silencian sus sentimientos, pues son vistos como “femeninos”. Tanto la
crítica de familiares, como la presión del grupo influyen para que esto ocurra, y por
ello los varones se forman ideas de fortaleza que muchas veces no va de la mano
con destrezas emocionales para expresar enojos, frustraciones, miedo, etc. que
llegan a vivir con sus amigos, novias, en la escuela, el trabajo, etc. Así, sin negar
que existan jóvenes muy sensibles, comúnmente la mayoría recurre al silencio, al
enojo o a la ira para expresar lo que sienten. Así, reproducen las ideales
tradiciones de la masculinidad.

A continuación te presentamos los indicadores con base a los cuales podrás


observar cambios o no, en los varones:

40
Cuadro 2a.
Indicadores cognitivos, conductuales y
de comunicación en la juventud.
Ámbitos / Indicadores de
Indicadores Identidad Masculina Indicadores de Cambio
 Él mismo: Una autopercepción de  Él mismo: Hay una percepción de ellos
fuerza y rudeza. No reconocer límites y como valiosos, fuertes pero también
sobredimensionarse como persona. En vulnerables. Sin una idea de
general las ideas sobre sí mismo indican sobredimensión sobre ellos, más bien
un ego grande, con frecuentes ideas equilibrada.
erróneas sobre lo que se es.  Amigos: Se valora a los amigos, que a
 Amigos: Se les ve sin una mirada su vez están muy vinculados a sus
reflexiva. Se les acepta familias. No se sobrevalora a los grupos
incondicionalmente lo que piden sin de pares por sobre la familia. Son
poner límites. Se valora más al grupo de espacios de convivencia.
amigos que a la familia.  Amigas: Se ve la amistad de las
Cognitivo  Amigas: Se les mira como objetos mujeres a la par de la de los hombres.
sexuales. Hay una idea de minusvalía de Como medio para convivir y crecer en las
las mujeres. En general no se valora la casas o espacios públicos.
relación con las mujeres.  Familia: Se tiene la idea de la familia
 Familia: No se valora a la familia, hay como un lugar seguro, de crecimiento y
alejamiento e incluso abandono. Existe la de apoyo para alcanzar metas en la vida.
sensación de que ésta abandonó, y hay  Novia: Se ve a la novia a alguien con
sentimientos de enojo e ira. quien se tiene un proyecto de corto o
 Novia: Se tiene una idea práctica de largo plazo, pero en general se le ve
salir con las mujeres. Se busca que ésta como persona autónoma. Se respeta
de prestigio: entre más bella y convive con ella.
estereotipada, mejor.
 Él mismo: Hay conductas de riesgo, se  Él mismo: Realiza conductas de
desplaza en el ámbito público en zonas proyecto de vida: escuela, trabajo,
peligrosas e incluso en altas horas de la interés en general por desarrollarse y
noche. forjarse un presente, pero también un
 Amigos: Se corren riesgos, se ejerce futuro. Tiene idea de un proyecto de vida.
violencia como una manera de  Amigos: Usualmente se convive con
establecer jerarquías, hay consumo de los amigos en las casas de éstos. Y se
alcohol, drogas y actos de delincuencia. equilibra con salidas esporádicas que no
 Amigas: Se convive con amigas pero implican situaciones de riesgo, o incluyen
con un objetivo sexual. Se convive con prácticas de riesgo muy delimitadas.
ellas pero en ámbitos masculinizados:  Amigas: Realiza conductas de
drogas, alcohol, riesgos, etc. solidaridad con las amigas: las escucha,
Conducta  Familia: No se colabora con el trabajo las respeta, las poya en conflicto con sus
doméstico, Se llega a ejercer violencia familias u otras personas. Expresa
hacia los padres. también desacuerdos asertivamente.
 Novia: Llega a haber conductas de  Familia: Tiene conductas de inclusión
control hacia la novia. Se ejerce violencia con su familia: convivencias, comen
desde emocional hasta física, pasando juntos, salen de vacaciones y/o de
por todos los tipos. Se llega a ejercer la compras, en general hay una dinámica
infidelidad. de cercanía. Se recibe apoyo de ésta, y
se regresa en actividades de
colaboración.
 Novia: Hay convivencia con la novia.
Se le respeta y ponen límites sin
violencia. Se negocian los conflictos y en

41
general hay conductas de intimidad y
cercanía.
 Él mismo: Se establece muy poco la  Él mismo: Se mantiene un diálogo
reflexión hacia él mismo. interno intenso, de reconocimiento y
 Amigos: Las conversaciones hablan de autocrítico, con la finalidad de alcanzar
“logros masculinos” en el trabajo, el las metas.
deporte, y sobre espacios de hombres.  Amigos: Se habla con los amigos todo
Se evita hablar de sentimientos y tipo de problemas, se reflexiona sobre
preocupaciones. situaciones políticas y de interés de la
 Amigas: Se hablan de preocupaciones juventud, pero además de la sociedad.
y miedos, pero llega a ser para conquista Se comienza a construir un compromiso
y coqueteo. social.
Comunicación  Familia: No se establece comunicación  Amigas: Se conversa y reconoce
con la familia. No se escucha a los amistad con amigas de diversos temas
padres o hermanos. que les preocupa, pero que además a
 Novia: No escucha a la novia. Hay ellas les preocupa. Se escucha y llegan a
poca comunicación profunda. dar sugerencias y consejos.
Usualmente se da sobre situaciones  Familia: Hay el hábito de comunicarse:
prácticas. se escucha y comenta lo que no agrada.
Se habla en familia sobre problemas
 Novia: Se habla con la novia los
problemas de pareja. Se escucha y
valida su opinión.

Cuadro 2b.
Indicadores de manejo emocional, historia de vida y
autocuidado del cuerpo en la juventud.
Ámbitos / Algunos Indicadores de Identidad
Indicadores Masculina Indicadores de Cambio.
 Él mismo: No se reconocen  Él mismo: Se reconoce como una
situaciones de miedo o vulnerabilidad. Se persona vulnerable, y reconoce que la
niega todo lo que pueda significar fortaleza no tiene que ver con la fuerza
contactar con alguna vulnerabilidad. física, sino con la salud mental y la
 Amigos: No se habla de emociones, solidaridad social.
salvo que exista alcohol o drogas es el  Amigos y amigas: Se habla de las
único a través del cual se expresan emociones y se validan en el grupo de
emociones. pares. Se da contención a quienes
 Amigas: No se contempla el daño muestran experiencias de vulnerabilidad,
Emocional
emocional que se les puede infringir en y se confronta a aquellos que tienen un
las relaciones de pareja. manejo violento del enojo o la ira.
 Familia: No se muestran afectos hacia  Familia: Se acepta a la familia, y existe
los padres o hermanos. Tampoco se un sentimiento de sentirse valorada por
reciben, o es muy poco. Hay sentimiento ésta. Hay expresión de afectos de parte
 Novia: No se establece un vínculo del padre, madre y otros miembros.
emocional profundo en la relación de  Novia: Hay empatía con la pareja, se
pareja. Es más bien uno utilitario. acepta la expresión emocional alegre o
de malestar sin calificaciones.
 Él mismo: Hay momentos de soledad y  Él mismo: Hay un autoconocimiento de
miedos, e incluso de maltrato y violencia la historia de vida. Se asiste a terapia
que son silenciados. para explorar fortalezas y debilidades
Historia de vida
 Amigos: Se evita hablar de los surgidas en la infancia y adolescencia.
problemas familiares entre amigos.  Amigos y amigas: Hay sensibilidad
Usualmente se hace en términos de hacia experiencias de malestar de

42
minusvalía y se da la imagen de “no amigos/as, así como a la apertura de
necesitarlos” o de resentimiento. compartir aprendizajes en la infancia y
 Amigas: Se llega a escuchar las adolescencia.
preocupaciones de las amigas, sus  Familia: Hay reconocimiento de
momentos de malestar y miedo. Pero no aspectos dolorosos y de bienestar que se
se expresa en el mismo sentido. vivieron con la familia. Se puede hablar y
 Familia: Hay historias de abuso y reflexionar sobre los mismos.
maltrato ya sea porque se presenció  Novia: Hay sensibilidad a la
abuso o se recibió. experiencia de la pareja con relación a su
 Novia: Se repiten patrones de abuso historia personal.
con la novia: tipos de violencia, se
desvaloriza a la misma, etc.
 Él mismo: Llega a haber una imagen  Él mismo: Hay conductas de
estereotipada del cuerpo. Se puede o no autocuidado corporal como hacer
hacer ejercicio, pero es para reforzar la ejercicio, ir al médico, asistir a cursos de
imagen de dureza y virilidad. autonocimiento.
 Amigos: Se usa al cuerpo para  Amigos y amigas: Se acepta la
maltratarlo en conductas de riesgo y diversidad sexual, y se fomenta el
consumo de alcohol, drogas, etc. Se autocuidado del cuerpo entre los
rechaza a hombres gay y de la amigos/as.
diversidad sexual.  Familia: Existen hábitos de
Cuerpo y
 Amigas: Se les usa como objeto autocuidado, de ejercicio, de asistir al
Sexualidad
sexual. Se busca el coito sin ningún tipo médico en la familia. Se informa y habla
de vínculo emocional profundo. Se sobre sexualidad y se informa sobre un
rechaza a mujeres lesbianas y de la ejercicio responsable.
diversidad sexual.  Novia: Se ejerce la sexualidad
 Familia: Se evita toda conversación informada, se negocia en pareja y se
sobre el uso del cuerpo. busca el placer con responsabilidad.
 Novia: Se evalúa y presiona a la pareja
en función del estereotipo de género.
Hay presión para el sexo.

II.3.3. Trabajo y dinero.

Los mandatos sociales de la masculinidad educan a los varones desde muy


pequeños en el papel de proveedores. Para ello es útil el que sean insensibles,
que realicen juegos rudos y sean competitivos, que jueguen en la adolescencia en
grupos y aprendan a colaborar en equipo. También se educa a los varones para
que vean su proyecto de vida en el trabajo. A esto se suma la imagen de varios
varones que les enseñan a los hombres que “se es varón” hasta que se gana
dinero, y por tanto se obtiene el poder de adquirir bienes y servicios que dan
prestigio. Ese vínculo con el dinero y los bienes que dan poder los varones lo
viven desde muy pequeños, por ejemplo, a temprana edad los niños y jóvenes
creen que por tener un reloj, un carro, una marca de ropa determinada ya “los

43
hace más” que sus pares. Así, los objetos y bienes que se pueden adquirir con el
dinero juegan un papel central en la subjetividad masculinidad, pues envían el
mensaje a otros y otras de jerarquía donde quien posee el bien “vale más”.

Debido a ésta decisión de jerarquizarse es que los hombres hacen del dinero su
fetiche. Esto es, se convierte en aquél objeto que consideran necesario para ser
un sujeto jerarquizado como “varón de verdad”. Por esto muchos trabajan desde la
infancia y tienen a largo plazo acceso al dinero. Corren riesgos, llegan a sufrir
accidentes y viven diferentes iniciaciones en el mundo laboral que les garantiza
poder. De hecho, los medios de socialización masculina como reuniones, asistir a
los deportes masculinos –futbol, box, etc.- así como a las fiesta, etc. son lugares
de oportunidad laboral masculina. En estos es frecuente el acoso sexual, la
violación de compañeras o de mujeres, o se llega a justificar el menor ingreso a
las mujeres por el mismo trabajo, etc. De hecho, estos espacios de hecho son muy
diferentes a los lugares de esparcimiento y/o autocuidado feminizados, que
usualmente están vinculados a la familia y al reforzar los vínculos de afecto.

Pero la realidad económica construida por los varones está fuertemente


jerarquizada en el sistema capitalista, y en él unos tiene mucho, y una gran
mayoría poco. Ello hace que la mayoría de los hombres vivan en precariedad y por
tanto tengan la sensación de que no son muy hombres. Esta idea de hecho la
tienen internalizada toda la sociedad, pues un varón “fracasado” en el trabajo –en
oposición al “hombre de éxito”- es lo peor que le podría a un hijo en una familia, o
una pareja para su esposa. Debido a esto, el nivel de ingresos de los hombres
usualmente no va de acuerdo al status que desean tener –o que creen que deben
tener para ser “hombres”-.

Por eso el desempleo se vive como una verdadera catástrofe en los varones, pues
no se tiene acceso a los bienes, ni a los grupos de socialización masculina en
donde se adquiere mayor dinero y virilidad. Ante ellos, los hombres han optado por

44
varias opciones que no son opuestas: a) se apropian de los bienes de los
miembros de la familia ampliando su pertenencia simbólica de valores. Por
ejemplo, del trabajo doméstico de la pareja los bienes y el dinero de ella, y los
recursos de los hijos e hijas los ve como propios; b) se suman grupos del crimen
donde obtienen de forma ilícita el dinero, o c) deciden disminuir las expectativas
masculinas de ser proveedores, y aceptar nuevas realidades donde tienen que
compartir dicho status. Si se da lo primero, lo varones terminan ejerciendo más
violencia de género, y entran a una espiral que usualmente muchas mujeres
deciden o bien alejarse o involucrarse. Si realizan lo segundo entran a una espiral
de violencia social, donde sabemos que usualmente la muerte en edad joven o
madura es rápida.

Cuando los hombres disminuyen su autoexigencia, e ignoran las demandas de ser


proveedor que les hace la sociedad, comienzan a mejorar en salud física y
emocional, a estar más tranquilos y revaloran el espacio privado. Son más
cercanos a los hijos e hijas, y comienzan a asumir la responsabilidad del cuidado.
También colaboran en casa y asumen su responsabilidad en el trabajo doméstico.
E incluso, si tenían un trabajo de riesgo o que los alejaba de sus familias, llegan a
dejar el trabajo y buscar nuevas alternativas de ingreso. Asimismo, en general
revaloran el trabajo y el dinero de la pareja.

De ésta manera, la constitución de la estructura económica capitalista da a los


varones un lugar patriarcal. Pero ésta misma dinámica de inclusión y de exclusión
a las clases sociales incluye y excluye a los hombres. Estos entran y salen del
privilegio masculino. Cuando sale de los circuitos tradicionales de dinero
masculinos y optan por disminuir sus autoexigencias, podríamos esperar que los
varones sean más colaborativos en casa, que asuman responsabilidades con los
hijos, etc. Pero cuando el sistema los vuelve a incluir, es posible que los hombres
nuevamente tengan a tener conductas machistas con el dinero. Pero estas son
dos tendencias que habría que observar, no es lineal la relación de los hombres
con el dinero. Aquí vemos dos escenarios comunes, pero entre ambos los varones

45
tienen muchos matices de la disminución de autoexigencias, y reconocimiento o
desvalorización del dinero y el trabajo de las mujeres. En general, lo que
necesitamos es que los varones hagan una crítica a las conductas hegemónicas y
masculinas sobre el trabajo y el dinero, y construya una alianza con las mujeres
por una concepción diferente de relacionarse con éstas actividades sociales.

A continuación te presentamos los indicadores con base a los cuales podrás


observar cambios o no, en los varones:

Cuadro 3a.
Indicadores cognitivos, conductuales y
de comunicación en el trabajo y el dinero.
Ámbitos / Indicadores de
Indicadores Identidad Masculina Indicadores de Cambio
 El dinero se percibe como de uso  Se ve al dinero es un medio para
exclusivo del varón en la sociedad y la compartir en la familia.
casa.  Se valora el dinero y el trabajo de la
 El trabajo masculino se contempla sólo pareja.
en el espacio público y en el trabajo.  Se aceptan limitantes sobre el dinero.
Cognitivo  El trabajo y el dinero de ella se ve  Se acepta y se fomenta que la pareja,
como algo pequeño e insignificante. los hijos e hijas tengan autonomía
 No debe informarse de los ingresos a financiera
la pareja ni a la familia.
 Se piensa que se puede o no dar
permiso a la pareja para trabajar.
 Se hace uso del dinero como una  Se disminuyen actividades laborales
estrategia de poder en el hogar. para compartir tiempo y espacio con la
 Se premia y castiga con el dinero. familia.
 Hay apropiación del dinero y trabajo  Se asiste a cursos, capacitaciones,
Conducta
doméstico de la pareja e hijos/as. etc. para obtener un mayor dinero.
 Se controla el ingreso de la pareja.  Se comparte con la familia el dinero.
 Se critica a la pareja.  Se apoya a la pareja para que trabaje.
 No acosa sexualmente en el trabajo.
 No se habla del ingreso del dinero en  Se puede compartir la información
casa, se mantiene como un secreto. sobre los ingresos y gastos en la casa.
 Se da por hecho que los demás deben  Se trasmite a las hijas e hijos tips
atender las necesidades del hombre, y sobre el dinero, el trabajo, y las
Comunicación
se pide atenciones. relaciones laborales en general.
 Se demandan cuentas a la pareja de  Reconoce el esfuerzo de la familia al
ingresos y gastos, pero no se ofrece la realizar determinadas tareas, o alcanzar
misma información. algunos logros.

46
Cuadro 3b.
Indicadores de manejo emocional, historia de vida y
autocuidado del cuerpo en el trabajo y el dinero.
Ámbitos/ Algunos Indicadores de
Indicadores de Cambio
Indicadores Identidad Masculina
 Hay malestar cuando se usa el dinero  Puede regular sus emociones ante la
de manera diferente a la que se ordena. carencia de dinero.
 Se chantajea y/o controla con el dinero  Muestra preocupación, tristeza y/o
Emocional y los gastos de casa. miedo ante la falta de dinero sin caer en
 Se manipula emocionalmente para la depresión o pánico.
tener acceso a los bienes o al trabajo de  Maneja enojo de forma pro activa ante
la pareja. la ausencia de dinero o trabajo.
 El dinero, los bienes estaban  Identifica los logros en su trabajo de
usualmente centrados en las figuras forma satisfactoria.
masculinas.  Reconoce los fracasos en su vida
 Hay un uso centralizado del dinero y laboral sin maximizarlos como dramas.
los bienes de parte de los hombres.  Aprende de errores y fracasos
Historia de vida  Se ha vivido precariedad en la infancia laborales en fusión de un proyecto de
y/o adolescencia, y ahora se sobrevalora vida.
el tener dinero.
 O al contrario, se vivió abundancia, y
no se valora el trabajo que cuenta ganar
el dinero.
 Se usa el dinero para bienes, cirugías,  No se trabaja a deshoras en el trabajo.
tecnologías, etc. que se integran al  Se hace ejercicio, y se tienen
cuerpo actividades de esparcimiento que se
Cuerpo y
 Poco arreglo personal. combina con actividades laborales.
Sexualidad
 Sobrepeso y hábitos de comida  Se respeta a las compañeras y
inadecuados. compañeros en el trabajo en todos
sentidos.

II.3.4. Salud física.

Las creencias de la masculinidad educan a los hombres para que tengan una
autoconcepción de fortaleza, y que se alejen de experiencias de vulnerabilidad.
Dentro de la lógica masculina a la salud se le relaciona con fuerza, dureza e
inmunidad a las enfermedades. Así, la concepción de salud para muchos varones
equivale a sentirse invulnerables. Por otro lado, la idea de enfermedad se niega y
minimiza, y se vive como algo “menor” que se “ira pronto”. Debido a ello muchos
varones continúan sus actividades a pesar de estar enfermos. O por otro lado, los
varones al vivir la debilidad propia de la enfermedad maximizan su situación,
entran en pánico y lo viven como una verdadera crisis y llegan a exagerar sus
síntomas ocasionándose más malestar. De esa forma, la enfermedad es vista por

47
los hombres como negación de la enfermedad o la tragedia, y para algunos
hombres es una franca situación de crisis.

De hecho ambos aspectos llegan a manifestar la expresión privada y pública de la


enfermedad en los varones. Para la mayoría de ellos la expresión pública de la
enfermedad es difícil por el rechazo de otros varones, y en general no expresan lo
que sienten, ni hablan de sus miedos, temores o de sus experiencias de dolor. El
aspecto privado de la enfermedad masculina se llega a manifestar en el hogar:
hay nervios, angustia, malestar y usualmente hay demandas exageradas hacia la
pareja, los hijos/as u otras personas con lo cual toda la familia llega a entrar en
crisis. Esta manera de manifestar la enfermedad puede expresarse varias en
experiencias particulares, aquí sólo presentamos la tendencia general. Estas
variaciones se deben a la manera en la que se educó desde la infancia a manejar
el malestar, a las creencias sobre la enfermedad y al tipo de enfermedad (no es lo
mismo diabetes, cáncer de próstata, enfermedades venéreas, enfermedades del
corazón, etc.) al grado de oportunidad con que se detecta y el avance de la
misma. De hecho, hay un proceso que va de la negación a la aceptación. Cuando
es diagnosticada y reportada por los médicos a los hombres usualmente es
negada, y con su avance los varones entran a un proceso de aceptación. En ese
proceso los grupos de pares ayudan o no. Por ejemplo, hay amigos, compañeros
del trabajo, u otros parientes que podrían también minimizarla y negarla (“no es
para tanto”, “un hombre no se enferma”, “no te preocupes, eres joven”, etc., son
frases comunes). Por otro lado, usualmente la pareja y los hijos/as y otros
familiares más cercanos observan el deterioro del hombre, y buscan que asista al
médico, y que además siga los tratamientos que éste le indica.

Entonces ante la ambivalencia de los hombres (negación o exageración del estar


enfermo) la sociedad reacciona en el mismo sentido. Uno niegan, y otros señalan
que hay que cuidarse Aunque no son normas, estas dos tendencias marcan en
general la experiencia de los hombres ante la salud/enfermedad.

48
Pero además, hay un mandato y una estructura social que influye en los varones,
y que va más allá de la experiencia del varón, de la familia y los grupos de pares.
Hay mandatos culturales que señalan a los hombres que deben aguantar porque
necesitan seguir trabajando para seguir jugando el papel de proveedores en sus
hogares. Y a ello se suman otras limitaciones estructurales e servicios de salud
(como falta de médicos, clínicas u hospitales) que dificultan el acceso a cuidarse.
Pero además otra limitante socioeconómica es la cantidad de dinero para ir al
médico, adquirir medicamento, mantener un tratamiento, etc. Entonces, la cultura
y las Instituciones también limitan el cuidado de la salud de los varones porque
tiene un costo para el sector salud.

¿Por qué es importante esto? Porque en las sociedades jerarquizadas los varones
son vistos sólo como “fuerza de trabajo” que puede “aguantar” el maltrato, en
caso de no hacerlo es sustituible por otros varones que puedan aguantar el
maltrato laboral. Sabemos que las condiciones de trabajo enferman a muchos
hombres como campesinos, taxistas, policías, mineros, marineros, maestros, etc.
pero al mismo tiempo se les exige proveer en la sociedad. Entonces, los hombres
viven esa tensión permanente que si bien les da el privilegio de tener trabajo y
dinero, termina por deteriorar su salud.

De ésta forma, no podemos decir que los varones no van al médico sólo por
creencias masculinas, algunos lo hacen, pero además hay condiciones culturales,
institucionales, sociales y económicas que maltratan. Como dijimos ambas
situaciones se articulan: ellos como sujetos que se sobredimensionan y piensan
que son fuertes por ideas de la masculinidad, y las Instituciones sociales y
económicas que por clase social no ofrecen a los varones de grupos sociales más
desfavorecidos las condiciones y espacios de cuidado adecuados. Entonces al
reflexionar con hombres sobre su salud observemos de qué clase social son. Los
de clase alta y media usualmente no se cuidan por las creencias machistas,
aunque muchos por recursos sí puede. Y los hombres de clases bajas y populares

49
además de las ideas de género también tienen limitaciones reales de dinero y falta
de servicios de salud y sanitarios.

A continuación te presentamos los indicadores con base a los cuales podrás


observar cambios o no, en los varones:

Cuadro 4a.
Indicadores cognitivos, conductuales y
de comunicación en su salud física.
Ámbitos / Indicadores de
Indicadores Identidad Masculina Indicadores de Cambio
 El cuerpo es concebido como fuerte e  Se concibe al cuerpo como vulnerable
invulnerable. y con fortaleza.
 El cuerpo se percibe como insensible y  La salud se concibe como un estado
sin capacidad de sentir dolor. de bienestar.
Cognitivo  La salud se concibe como ausencia de  La enfermedad se concibe como un
enfermedad, y no como un estado de “llamado de atención” o “la
bienestar. consecuencia” del descuido personal o
 La enfermedad es minimizada o de situaciones que dañan.
negada.
 No se asiste al médico cuando se  Se asiste al médico para revisiones
enferma, o se hace cuando ésta ya es periódicas.
crítica.  Se evalúa reflexivamente los
 Se continúa trabajando a pesar de inconvenientes de continuar o no
estar enfermo trabajando al estar enfermo.
 Se concibe al ejercicio y a las  Se hace ejercicio por salud y en
Conducta actividades físicas como parte de un segundo lugar es el objetivo estético.
endurecimiento del cuerpo y para hacerlo  La alimentación se hace de forma
fuerte físicamente. reflexiva y hay cuidado sobre el peso y
 Se demanda a la pareja y familia otros malestares derivados de la
atención cuando se vive la enfermedad. alimentación inadecuada.
 La alimentación se llega a hacer de
forma descuidada con exceso de grasas.
 Se llega a fanfarronear con  Se busca información sobre la salud y
demostraciones de fuerza física. la enfermedad.
 Se guarda silencio ante la enfermedad.  Se expresa preocupaciones y dudas
 Hay desinformación sobre las sobre la salud, y se busca conversar.
Comunicación enfermedades del cuerpo.  Se pide ayuda al no poder responder
 Se rechaza la ayuda y las sugerencias de manera individual a la enfermedad,
para cuidarse. pero sin caer en demandas.
 Se escuchan sugerencias y opiniones
sobre prácticas de cuidado.

50
Cuadro 4b.
Indicadores de manejo emocional, historia de vida y
autocuidado del cuerpo en su salud física.
Ámbitos/ Algunos Indicadores de
Indicadores de Cambio
Indicadores Identidad Masculina
 Surge rechazo y negación de la  Se acepta la salud y la enfermedad
enfermedad y el miedo que ocasiona. como la consecuencia de decisiones
 Surgen crisis y pánico desbordados personales.
ante situaciones graves de enfermedad.  Se regulan las emociones ante la
 El miedo ante la enfermedad y sus enfermedad.
Emocional
síntomas de debilidad es somatizado en  Se acepta la vulnerabilidad ante el
ataques al corazón o crisis emocionales. deterioro por el avance de la
enfermedad.
 Se genera la voluntad de salir adelante
o estar sano ante la enfermedad.
 Se ignoran antecedentes de  Se pregunta y conocen la historia
enfermedad en la familia. familiar sobre las enfermedades para el
Historia de vida  Se repiten patrones de respuesta ante propio cuidado.
la enfermedad como lo hizo el padre  Hay autoconocimiento sobre lo que
(negar, minimizar o sobredimensionar). lastima y no para cuidarse.
 El cuerpo es sobredemandado y llega  El cuerpo es visto en una dimensión
a entrar en crisis. real: con vulnerabilidades y fortalezas.
 Llega a haber daño físico que es  Se pide ayuda ante el daño físico, de
minimizado: marcas, cicatrices, tipo emocional o de otra índole.
amputaciones, etc.  Se busca tener un equilibrio entre el
Cuerpo y  La sexualidad llega a disminuirse por trabajo y la vida íntima y sexual con la
Sexualidad exceso de desgaste del cuerpo en el pareja.
trabajo.  .Hay conductas de autocuidado para
 Llega a haber sobrepeso o diminución no tener sobrepeso o disminución
excesiva del mismo. exagerada del mismo.
 La apariencia corporal descuidada por  La apariencia personal es en general
el exceso de trabajo. aseada y demuestra autocuidado.

II.3.5. Salud emocional y mental.

La salud emocional de los hombres inicialmente pasa por dos aspectos


importantes: se niegan todos aquellos sentimientos como miedo, soledad, tristeza,
etc. que en general denotan malestar. Y en segundo lugar se acepta el
sentimiento de enojo, odio, ira, etc. que en general da la idea de que se es más
fuerte y omnipotente. De esa forma, los primeros sentimientos son negados
debido a que se les relaciona con lo femenino. Y los segundos aceptados debido a
que se relaciona con lo masculino.

51
Los hombres que tienen ésta tendencia de rechazar los sentimientos relacionados
con la vulnerabilidad, y de aceptar el enojo usualmente tienen un repertorio
emocional muy escaso ante los conflictos. Ello se debe a que ante aquellos
problemas que sienta tristeza expresará enojo, o ante aquellos conflictos que
sienta miedo, también expresará enojo. Y ante los problemas de los hijos o del
trabajo donde siente miedo, también expresará enojo. Ello hace que no resuelva
de forma asertiva los problemas. Sino que responda de forma monótona ante ellos
y poco asertiva. Lo opuesto es cuando hay problemas donde habría que enojarse,
entonces pasa de éste sentimiento a la ira, al odio y a la venganza. Entonces
escala muy rápido su emoción de enojo pasando de una reacción “natural” o
incluso saludable de enojarse, a otra brutal y exagerada para el tipo de problema
que lo hizo enojarse.

¿Por qué los hombres manejan de esa forma los sentimientos? Porque se les
educó de esa forma para funcionar en la economía. Como señalamos los hombres
hacen su principal proyecto de vida en lo público, donde el poder está en juego en
las relaciones políticas, sociales y económicas. Entonces, los hombres piensan
que debieran ser “aguerridos”, “duros”, “audaces”, “fuertes”, etc., para ganarles a
otros varones. Y una vez que se ha ganado, y se ha demostrado que se es el
primero, se busca mantener esa posición. Entonces, el enojo en sus distintas
variantes asegura esa posición, y genera miedo, temor, intimidación en los demás.

Entonces la vida emocional de los varones es moldeada para que sean capaces
de competir por lo que se considera los hará más viriles o fuertes. Entonces el
control de las emociones es muy importante para los varones. Por ejemplo, el
taxista tiene que controlar el miedo de ir por un pasaje a una zona peligrosa de la
ciudad. El empresario debe contener la tristeza al ir a una reunión en lugar de
estar con su hijo enfermo. El obrero debe contener el enojo de ganar un bajo
salario. Los mineros de entrar a la mina, el policía de enfrentar a delincuentes, el
mesero aguantar el dolor de cansarse por estar de pie, etc. Entonces tenemos un
sistema económico que es muy poco empático con los sentimientos de los

52
varones –y también con los de las mujeres- pues sencillamente si lo fuera
entonces no funcionaría el sistema y no generaría los bienes que a su vez
requiere producir para su subsistencia.

¿Pero si es tan dañino, porque lo hacen los varones? Al igual que a la


enfermedad, el negar los sentimientos es recomenzado por el sistema. El dinero
es el premio material, pero además es acompañado de recompensas simbólicas
como reconocimiento de otros varones, de la empresa, de la misma familia, etc.
Así, como reconocimiento social de parte incluso de la comunidad y el Estado. Por
ello el control de los sentimientos no es algo “totalmente negativo” para los
hombres, aquellos que sean más machistas explotarán sus cuerpos y sus
emociones en pos del dinero y el poder, y aquellos que sean menos críticos
buscarán regular el control emocional con momentos de “no al trabajo” y el
reconocimiento de la vulnerabilidad, el cansancio y el estrés que genera el trabajo.

Esto va de la mano con la salud mental: los varones se llenan de ideas sobre lo
“necesario” de controlar sus emociones, y de enfrentarse a situaciones de estrés y
riesgo. Muchos hombres, pero también las instituciones como las escuelas, las
empresas, los Estados y sus Instituciones, educan a los hombres en una idea de
sí sobrevalorada. “Eres fuerte”, “serás el mejor”, “eres el primero”, etc son una
serie de ideas que se envía a los hombres como un “lavado de cerebro” que hace
que éstos tengan una visión personal de ellos mismos sobredimensionada.
Podemos llamar a éste conjunto de ideas como de “superioridad” no sólo porque
ellos las tengan, sino porque además se requieren para que funcione el sistema
social actual. Siempre los hombres debieran pensar en términos de excelencia,
pero se reflexiona poco, porqué son así las cosas. La salud mental se deteriora
porque se forma gradualmente una manera racional de pensar la realidad.
Siempre se busca un pensamiento lógico, dicotómico y jerárquico.

53
Esto es lógico porque los hombres buscan una explicación para todo. Buscan una
causa para todo efecto, y al hacerlo jerarquizan los resultados en mayores y
mejores, en positivos y negativos. Y gradualmente van ordenando una visión del
mundo jerarquizada que es útil en la empresa y en la producción de bienes. La
cuestión es que esa manera de pensar la realidad la llevan a todos los planos de
su vida: a las amistades, a la familia, a la relación de pareja y a las relaciones más
íntimas, y en esos otras relaciones esa manera de pensar y sentir no les permite
relaciones saludables y equitativas, sino también jerarquizadas y en muchas
ocasiones violentas.

Baste señalar que esa manera de pensar y sentir surge en Europa antigua y
mediterránea, donde la razón fue el primer elemento que ubica a unos hombres
sobre otros, y con ello con status y poder. Los griegos en particular iniciaron esa
forma de pensar al reflexionar sobre la razón. A partir de ahí, pasando por la
invención de lo público, el Imperio Romano, el cristianismo, el medievo, la
ilustración y las Guerras Mundiales, hasta la Globalización la racionalización y la
expresión agresiva de los hombres ha sido una constante histórica que ha
terminado por justificar la guerra y la violencia, así como el sojuzgamiento al “otro”
que se considera diferente (mujeres, gays, lesbianas, jóvenes, indígenas,
afrodescendientes, adultos mayores, etc.). De ésta manera, está manera de
manejar las emociones y pensar realidad han sido la constante de la historia de la
civilización nuestra civilización Occidental, y apenas estamos comenzando a
cuestionarla.

A continuación te presentamos los indicadores con base a los cuales podrás


observar cambios o no, en los varones:

54
Cuadro 5a.
Indicadores cognitivos, conductuales y
de comunicación en su salud emocional y mental.
Ámbitos / Indicadores de
Indicadores Identidad Masculina Indicadores de Cambio
 Las emociones son concebidas como  No se da centralidad a la experiencia
malas o débiles. del enojo ante los conflictos.
 El enojo es aceptado como el principal  Se reconocen las diversas emociones
sentimiento. de acuerdo a las circunstancias:
Cognitivo
 Se sobreracionalizan los problemas y debilidad, miedo, enojo, etc.
se cancela toda empatía emocional.  Se identifica el malestar que genera la
rumia mental y la racionalización de toda
relación.
 Se rechaza o niega toda experiencia  Se toma la iniciativa de construir
emocional que implique reconocer. espacios de intimidad para conversar
 Se culpabiliza a los demás de sobre las emociones.
experiencias de tristeza, miedo o dolor.  Se asiste a espacios de apoyo para
 Se actúa el enojo con conductas de reflexionar sobre las emociones.
Conducta violencia, desde emocionales hasta el  Se tienen hábitos de reflexivos sobre
homicidio. las emociones al escribir un libro, al
 Se rechaza las emociones de asistir a terapias, al conversar con
vulnerabilidad de las demás personas. personas cercanas, etc.
 Se asiste a espacios de meditación y/o
terapia para aclarar la mente y las ideas.
 Hay silencio ante las experiencias  Se hablan las emociones en los
emocionales propias. momentos de conflictos.
 No se sabe cómo establecer un  Se comparten las emociones ante
vínculo íntimo más profundo en los dudas o temores que se tienen en los
varones. conflictos.
 El enojo se expresa como ira y con  Se sabe preguntar sobre la
mucha carga emocional y /o palabras experiencia emocional de otros y otras, y
Comunicación
insultantes y que buscan intimidar. se ejercita una escucha empática.
 Se piensa que toda opinión diferente a  Se escucha, guarda silencio y genera
la expresada es de ataque y surge la una mente estable ante opiniones
necesidad de defenderse. diferentes.
 Se expresan ideas de culpabilización,  Al expresar las ideas se busca la
de ataque, etc. en los conflictos. empatía y se está consiente de no dañar
al otro/as.

Cuadro 5b.
Indicadores de manejo emocional, historia de vida y
autocuidado del cuerpo en su salud emocional y mental.
Ámbitos/ Algunos Indicadores de
Indicadores de Cambio
Indicadores Identidad Masculina
 Se niega la experiencia emocional.  Se puede identificar las emociones que
 Se sobredimensiona el enojo ante los se tienen ante los conflictos.
conflictos con la pareja u otras personas  Se puede regular el enojo, la ira, etc. y
identificadas como débiles. no expresarla con violencia ante los
Emocional
 La ira y el enojo son las principales conflictos.
respuestas ante los conflictos.  Se puede identificar la tristeza, el
 Se minimiza o niega la experiencia miedo, y los sentimientos relacionados
emocional de tristeza o sentimientos de con la vulnerabilidad ante los conflictos.

55
vulnerabilidad ante los conflictos.  Se puede reconocer la experiencia de
 Se culpabiliza a otros de lo que se bienestar sin sobredimensionarla, y la de
siente, especialmente enojo y/o malestar sin negarla o minimizarla.
vulnerabilidad.  Se está consciente de la relación entre
pensamientos y emociones.
 Se niega la experiencia de trauma que  Se pueden identificar experiencias de
se tuvo en la infancia y adolescencia. malestar en la familia de forma reflexiva.
 No se aprende la experiencia de vida  Se pueden identificar aprendizajes de
que se tiene en la infancia y violencia en la familia y reconocer el
adolescencia. impacto emocional.
 Se puede resignificar la experiencia
Historia de vida emocional de trauma al reconocerla e
identificarla.
 Se puede escuchar la experiencia
emocional de otras personas de forma
empática.
 Se identifican las creencias de género
que se han repetido en la familia.
 Se separa la experiencia sexual de la  Se implica a la conducta sexual como
sensación emocional. parte de la experiencia emocional.
 La sexualidad se reduce al sexo en la  Se reconoce el impacto corporal de las
relación con las mujeres. emociones en el cuerpo.
Cuerpo y
 Se separa la conducta de tener sexo  Se identifican los pensamientos
Sexualidad
con el compromiso que implica. sexistas.
 Se generan pensamientos que invitan
a una sexualidad más cercana y
respetuosa.

II.3.6 Sexualidad.

Frecuentemente los hombres comentan su falta de información sobre el tema de


sexualidad ¿Qué dicen cuando hablan de él? En general la idea que se tiene de
ésta es que es “provocada” por las mujeres, y que la experiencia heterosexual es
la única y/o “natural”, y por tanto legítima. Sobre el erotismo y la sensualidad los
varones no se miran como personas que puedan generar esas experiencias. Ellos
se consideran “neutros” o no eróticos ni estéticos. Salvo los pocos varones que
son “bellos” o “bonitos” –justo porque tienen rasgos femeninos o rasgos
comercialmente “aceptados”- la mayoría de los varones sienten que cumplen el rol
de “feo, fuerte y formal”. De esa forma dejan en las mujeres el rol de ser eróticas y
sensuales, y debido a ello buscan en las mujeres esos atributos centrando su
atención y control en el cuerpo. Los varones con creencias machistas se creen
con derecho de emitir una opinión sobre los pechos de ella, los glúteos, el poco y
escaso peso, la forma de arreglarse de ella, etc. De esa forma, los varones

56
generan una narrativa sobre el cuerpo de las mujeres que usualmente tiene
expectativas que ellas no cumplen. Por ello, no es raro que las mujeres se sientan
tan exigidas por ellos en éste aspecto. Situación que a la larga llega a generar dos
resultados: los varones se imponen a las mujeres, y ellas aceptan dietas,
operaciones, etc. para cambiar al gusto de los varones sus cuerpos. O por otro
lado, las mujeres más empoderadas llegan a no tolerar esas demandas. Y a la
larga es un motivo de separación.1

Además de esto, los varones consideran que la sexualidad es principalmente


coital, que se remite a la penetración y al sexo. Poco ejercitan un juego erótico
más amplia salvo en la parte de conquista en la relación con las mujeres. El
romanticismo, las flores, la poesía dedicada “a la mujer amada” es dejada sólo
para la conquista. En lo cotidiano, es el coito lo que muchos hombres instalan en
su vida sexual y en su relación de pareja. Ello puede complementarse con mujeres
que a su vez no saben de sexualidad, y entonces ambos terminan con una
experiencia pobre de su vida sexual.

Así, aunque no es una norma, la mayoría de los hombres viven la sexualidad de


esa forma: externa a ellos, genitalizada y poco afectiva. Si se les pregunta a los
hombres porqué ocurre esto muchos manifiestan poco conocimiento y reflexión
sobre su vida sexual. Desconocen lo que a su pareja le agrada, tienen poco
tiempo para juegos eróticos, y hay un profundo desconocimiento sobre lo que ellos
mismos sienten al tener experiencias sexuales más allá del coito. De fondo, la
masculinidad enseña a los hombres que la intimidad sexual con las mujeres u
otros hombres es peligrosa, pues “sentir un placer profundo” los puede hacer
sentir “cosas que no deberían sentir” pues el estereotipo de “hombre duro y fuerte”
no entraría en coherencia con una experiencia de placer y orgasmo profundo. De
fondo lo que se debate en estos varones es que piensan que al sentir dejaran de

1
Cabe señalar que algunas mujeres y hombres ven la necesidad de operaciones o dietas por
motivos de salud, y no por las demandas machistas a ellas. Esos son casos diferentes a éstos que
comentamos.

57
ser racionales y fuertes como el mundo del trabajo los requiere, y si sienten placer
con otro varón romperán la norma heterosexual que manda que sólo puede
sentirse placer con mujeres.

Entonces, muchos hombres tienen miedo a dejar de ser proveedores y


heterosexuales con la vivencia de una sexualidad placentera. No se atreven a
tener experiencias sexuales más íntimas y profundas porque les da miedo sentir y
perder el control de la situación, sobre todo el autocontrol que tienen sobre su
propio cuerpo y el de su pareja. Además, de miedo a no ser proveedores y
heterosexuales en el fondo los varones temen que ellas los dominen. De esa
forma transforman la sexualidad de un juego erótico y afectivo, en donde se trata
de vivir y sentir el placer con todos los sentidos del cuerpo, a una relación de
poder, donde consideran que son ellos quienes debieran tener el control no sólo
sobre la pareja, sino además sobre las sensaciones y vivencias que su cuerpo
tiene.

Por eso, la vivencia sexual de los varones surge de forma tan caótica y en no
pocos casos dañina en la sociedad. Por ejemplo, en muchos hombres el ejercicio
de infidelidad fuera de la relación de pareja es frecuente debido a que construyen
una visión dual de su vida erótico afectiva: por una parte se relacionan de manera
“moral” y “correcta” con la esposa dentro del hogar, y por otro de una forma lúdica
y “a escondidas” con la amante o las mujeres con las que llegan a tener sexo en el
trabajo o el ámbito público en general. Pero en ambos casos se ejercen los celos y
el control sobre las mujeres con quienes se llega a establecer relaciones sexuales.
Asimismo, se llega a enjuiciar o criticar a aquellas mujeres que tienen iniciativas
en la vida sexual, y no es extraño que ante mujeres con iniciativa sexual los
varones machistas lleguen a tener impotencia sexual.

Por otro lado, ante el surgimiento del deseo hay varones que llegan a ejercer
violencia sexual hacia las mujeres, hacia otros varones, e incluso hijos y/o hijas. A

58
decir de éstos varones ellos “no pueden controlar” su sexualidad, y requieren
muchas veces de un control con medicamentos o sanciones legales para detener
ésta conducta que trasgrede los derechos de las y los demás.

A ello se suman los temores de los hombres a varios aspectos de la vida sexual.
Por ejemplo a la falta de erección y el tamaño del pene, creyendo que éste es
importante en el momento de la relación sexual. También tienen poca información
y prácticas de autocuidado con relación a las infecciones de transición sexual
(sífilis, sida, gonorrea, etc.). Y a ésta falta de información se suma la homofobia
que muchos varones sienten al ver o interactuar con varones que perciben como
“femeninos” o “débiles”. Algunos hombres ignoran y otros atacan y violentan a los
hombres gays, a los transgénero, a los transexuales, así como a los bisexuales y
travestis, pero ambas actitudes llegan a ser igual de homofóbicas. Esto último
surge por una educación que los norma para creer que la experiencia
heterosexual es la única o la “normal”. Los heterosexuales no conciben que un
hombre gay –por ejemplo- pueda sentir lo mismo que él, y el heterosexual recurre
a una serie de ideas morales, religiosas, biologicistas, etc. que buscan no ver a un
hombre gay como igual que él, pero que siente afecto erótico sexual por un cuerpo
que tiene pene, y no vagina.

Así, en general vemos que los hombres se informan poco sobre la sexualidad, y
se preparan menos para ejercitarla de forma placentera y responsable. Y desde
esa desinformación ejercen la homofobia. A veces, esto ocurre porque la
sexualidad se ve como un acto de riesgo y poder donde hay que demostrar ser
hombre, pero también por que frecuentemente los hombres no son educados para
reconocer en sus cuerpos afectos, sentimientos y una vida erótica más placentera.
Así, entre el ejercicio del poder y la ignorancia muchos hombres hablan del deseo
de sentir y desear, pero pocos se preparan para ello. Aquellos que lo hacen se
dan cuenta que la vivencia de la sexualidad es un derecho humano de mujeres y
hombres, y que la construcción del vínculo erótico afectivo requiere la habilidad de

59
construir la intimidad, los afectos, la confianza y la cercanía con la persona que se
ama. Reconocer esto, lleva a los varones tiempo, pero gradualmente se pueden
reeducan para poder convivir con alguien más placenteramente y respetar las
elecciones de los demás sobre sus propios cuerpos y deseos sexuales.

A continuación te presentamos los indicadores con base a los cuales podrás


observar cambios o no, en los varones:

Cuadro 6a.
Indicadores cognitivos, conductuales y
de comunicación en su vida sexual.
Ámbitos / Indicadores de
Indicadores Identidad Masculina Indicadores de Cambio
 Se deposita la erotización y la  Se tiene una concepción respetuosa
sensualidad en las mujeres. sobre el cuerpo de la mujer.
 Se ve la sexualidad masculina como  Se concibe la sexualidad como un
algo irrefrenable. derecho donde no se puede imponer lo
 Se piensa que cuando al cuerpo de los que uno quiere, ni controlar los deseos
hombres está erotizado y es sensible se de los demás.
feminiza.  Se aceptan y respetan los Derechos
Cognitivo
 Se niega las problemáticas sexuales Sexuales y Reproductivos de otras
como disfunción, infecciones de mujeres y hombres sobre su cuerpo.
transmisión sexual, eyaculación precoz,  Se acepta la diversidad sexual.
etc.  Se concibe a la sexualidad más allá
del coito, y se incluye dentro de varias
actividades de intimidad y erotización de
las relaciones con la pareja.
 Se actúa hacia la mujer con conductas  Se asiste a cursos y actividades sobre
de conquista. sexualidad para estar informado.
 Se aleja de la mujer una vez que ha  Se tienen iniciativas en la pareja para
logrado la conquista. erotizar la relación y hacer un vínculo
 Se practica la infidelidad cuando se erótico afectivo.
percibe que la pareja no es “suficiente”  Se respetan las iniciativas de la pareja
para el varón. para erotizar la relación y hacer un
 Se tienen varias parejas sexuales. vínculo erótico afectivo.
Conducta
 Se ejerce una sexualidad sin  Se asiste a pedir ayuda a médicos/as y
protección y de riesgo. psicólogos/as en caso de problemas con
 Se ejerce una sexualidad centrada en la vida sexual.
el coito.  Se llega a ejercer la vasectomía para
 Se llega a ejercer los celos y el control tener una mejor y más responsable vida
sobre la vida erótica de ella en la vida reproductiva.
sexual.  Se usa el condón por mutuo acuerdo
con la pareja.
 No se comunican los miedos y  Se busca vivir la vida sexual con
malestares en torno a la sexualidad. reglas claras en la pareja: monogamia o
Comunicación
 Existen críticas, burlas y conductas de abrir la relación pero de forma pareja.
desprecio hacia el cuerpo y la sexualidad  Se habla con los hijos e hijas sobre la

60
femenina. vida sexual y se informa sobre una
 Existen comparaciones con otras sexualidad responsable.
mujeres.  Se respetan los derechos sexuales de
 No se informa sobre la sexualidad la pareja.
responsable y placentera.  Se comunican las dudas y
 No se escucha o se menosprecian las preocupaciones sobre la vida sexual.
necesidades sexuales de la pareja.

Cuadro 6b.
Indicadores de manejo emocional, historia de vida y
autocuidado del cuerpo en su vida sexual.
Ámbitos/ Algunos Indicadores de
Indicadores de Cambio
Indicadores Identidad Masculina
 Se niegan los miedos y temores en  Se tiene claridad sobre la relación entre
torno a los problemas de la sexualidad. la vida sexual y su impacto emocional en
 Se minimizan o ignoran las las personas.
Emocional expresiones emocionales de la pareja en  Se respeta la experiencia emocional de
torno a la sexualidad. la pareja y de él mismo ante la actividad
 Se naturaliza la expresión de la ira o el sexual.
enojo durante el acto sexual.
 Se desconoce la vida sexual de la  Se reflexiona sobre los aprendizajes en
familia y su influencia en la propia. la vida familiar en torno a la sexualidad.
 Se desconocen o niegan experiencias  Se identifican deficiencias en la
Historia de de abuso sexual en la infancia o educación familiar en torno a la
vida adolescencia. sexualidad, y se retoman fortalezas.
 Se niegan experiencias de violencia
sexual hacia otras personas en el
pasado.
 Se concibe al cuerpo como una vía  Se cuida al cuerpo y se le ve como una
para el ejercicio sexual coital. vía para el erotismo y el placer.
Cuerpo y  Se piensa que el cuerpo de la mujer  Se cuida el cuerpo de la pareja
Sexualidad sólo es para uso sexual del varón. respetando los límites que pone en la vida
 Se cosifica el cuerpo de las mujeres y sexual.
el propio.

II.3.7 Paternidad.

La paternidad tiene para los hombres diversas dimensiones que habría que
reflexionar de forma detenida. En primer lugar habría que señalar que la
paternidad llamada “tradicional” aún existe y está muy vigente en diversos
sectores de la sociedad de clase baja, media y alta, así como en grupos urbanos,
rurales y de zonas indígenas. Los hombres tienen un rol de proveedor tanto en
familias donde la precariedad económica es común y la pobreza obliga a los
hombres a trabajar bajo condiciones a veces humillantes, como en sectores de

61
clase media y alta donde los varones también pasan muchas horas del día en la
oficina. En ambos casos ser proveedor es muy importante para los hombres.

El concebirse como proveedores los hombres se ausenten del hogar, y entonces


demandan que las mujeres asuman el rol de cuidadoras de las hijas y los hijos.
Esperan que ella sea la cuidadora de la vida emocional de los hijos, así como de
su educación, y de que asuma el papel principal en todas las otras donde éstos
participarán para su sano desarrollo (escuela, deportes, actividades comunitarias,
artísticas, etc.). La madre usualmente se desgasta, y ello da a los padres otro rol
con los hijos e hijas: la de autoritaria para establecer reglas en casa y para
ejecutar castigos hacia los miembros de la familia. Estas actividades pueden
realizarse porque el vínculo emocional del hombre con los hijos e hijas es más
débil del que tiene la madre, y debido a ello se le ve como alguien a quien le
resulta más “fácil” castigar. Sin embargo, a la larga llega a castigar de forma
dolorosa y a veces desproporcionada, y ello más sus ausencias generan heridas
emocionales profundas en la relación con los hijos e hijas.

Los padres tradicionales pueden llegar a tener momentos de acercamiento cuando


la vida laboral se relaja, en las vacaciones o en los fines de semana. En esos
instantes algunos hombres intentan un acercamiento que no siempre se logra con
los hijos e hijas. Estos se sienten obligados a estar cerca del padre, pero en
realidad ni lo conocen ni los conoce. Ello a su vez genera en los varones una
sensación de insatisfacción que no saben cómo resolver. A ello se suma que los
padres tradicionales llegan a imponer a los hijos roles muy estereotipados, a los
hombres les exigen fuerza, rudeza, insensibilidad y no es raro las golpizas. A las
hijas el trabajo doméstico, el control de su sexualidad, el impedimento para que
estudien, y la falta de reconocimiento en general. También podemos sumar
problemas de alcohol, situaciones de abuso sexual, etc. Debido a éste trato
cotidiano, las distancias llegan a aumentar. Pues en realidad el papá y los hijos e
hijas son unos desconocidos.

62
Los hombres que ejercen éste tipo de paternidad tradicional usualmente tienen
experiencias de vida que los llegó a marcar y llegan a ser dolorosas. No es raro
que desde niños a muchos los hayan obligado a trabajar ante situaciones de
pobreza en la familia. Tampoco es raro que hayan vivido castigos físicos de parte
de la mamá o el papá. Asimismo, la expresión de afecto y cariño hacia ellos
usualmente nunca existió o fue muy escaso. Asimismo, y en las Comunidades y
en las Instituciones donde crecieron –como la iglesia, la escuela, el grupo de
amigos, etc.- el mensaje que recibieron era “ser fuerte” y “no dejarse” con lo cual
aumentaba su carencia emocional. Entonces, los “papás tradicionales” usualmente
repitieron lo que vivieron.

¿Llegan los hombres a romper éste esquema de paternidad? Algunos hombres no


lo hacen en absoluto, y otros en parte. Quienes no lo hacen los hijos de adultos o
bien se alejan o bien los toleran por miedos muy profundos. O en otros casos los
hombres llegan a disminuir algunas prácticas abusivas y ejercer otras más
equitativas. Algunos hombres disminuyen las primeras de forma significativa, y
aumentan las segundas más. Entonces es cuando comenzamos a hablar de
hombres con una paternidad más equitativa.

Cuando los hombres logran salir de rol tradicional ¿Cómo ejercen la paternidad?
Un primer aspecto a destacar es la capacidad de sentir emociones por los hijos e
hijas. Éste surge cuando los hombres llegan a involucrarse con ellas y ellos
cuidándolos, paseando, conviviendo, jugando y conversado, y en un sin fin de
interacciones que gradualmente los involucra y les cambia la perspectiva no sólo
de su responsabilidad como padres, sino de la vida misma. Al ocurrir eso, los
hombres cuestionan los trabajos, o las actividades laborales que los alejan de sus
familias, así como los círculos de personas que en un momento dado pueden
dañarlos. Debido a ello llegan a cambiarlos y dejar como norma el convivir y cuidar
a los hijos e hijas.

63
Otro aspecto que ocurre es que llegan a reflexionar sobre su propia experiencia
como hijos. Comienzan a revisar sus propias carencias y riquezas en su infancia,
así como las experiencias de trauma que vivieron con sus padres. También
identifican momentos dolorosos donde se les transmitió los mandatos de ser duros
y fuertes, y en algunas ocasiones llegan a establecer un diálogo con sus propios
padres y abuelos para entender, comprender y resignificar aquello que les lastimó.
Así, en algunos casos algunos varones revisan el vínculo con el padre.
Comúnmente se pasa del enojo por cosas que éste hizo (o dejó de hacer) y que
terminaron dañando a los varones, a momentos de aceptación y afecto. Sin
embargo, comúnmente los hombres cuestionan poco al padre. De hecho hay
hombres que ya adultos conservan mucho miedo a las figuras paternas a pesar de
haber mantenido un diálogo con él. Así, con relación al padre, los hombres desean
su aceptación, pero comúnmente éstos realizan juicios muy fuertes que terminan
por alejar a los hijos adultos. Ellos llevan a silencios que llegan a durar años.

Al final, algunos hombres logran reflexionar sobre sus propias vivencias y


establecer un diálogo con sus propios padres, y al involucrarse con sus hijos e
hijas los hombres comienzan a darse cuenta de la importancia de la frecuencia y
calidad de afecto que da a sus hijos/as, y de no permitirse ejercer diversas formas
de maltrato. En ese camino, los hombres aprenden de sus parejas, las cuales ya
han recorrido ese camino. También aprenden de los hijos e hijas, en quienes
pueden ver muchas oportunidades que ellos perdieron o que nunca tuvieron. Por
tanto, la paternidad puede ser un factor de cambio muy fuerte en los hombres que
así lo desean, no dejan totalmente el rol de proveedor que inicialmente les
marcaba la sociedad, más bien pasan a nuevos equilibrios a nivel económico,
emocional y en vida personal y familiar.

A continuación te presentamos los indicadores con base a los cuales podrás


observar cambios o no, en los varones:

64
Cuadro 7a.
Indicadores cognitivos, conductuales y
de comunicación en su paternidad.
Ámbitos / Indicadores de
Indicadores Identidad Masculina Indicadores de Cambio
 Se conciben como jefes de familia y la  Se establece un ejercicio de la
autoridad única en el hogar. Se autoridad más horizontal con base al
descalifica la autoridad de la madre. diálogo.
 Consideran que tienen el derecho de  Se da autoridad a los hijos e hijas y se
castigar y de marcar las reglas. mira el ejercicio de la autoridad paterna
Cognitivo  Piensa que el ser proveedor es su como de acompañamiento.
principal rol como padre.  Se reconoce la autoridad de la mamá
 Piensa que los hijos deben de seguir a la par que la de él.
las pautas masculinas, y que las hijas  Se identifica a la familia y a la relación
deben de plegarse a las femeninas. con los hijos como la prioridad sobre la
relación con el trabajo.
 Castiga a los hijos e hijas con base al  Se participa en labores domésticas.
cumplimiento o no de las normas de  Hay momento de convivencia desde la
género. infancia hasta la edad adulta con los
 No colabora en casa –o lo hace poco- hijos e hijas: desde el juego, asistir a
manda y espera servicios de los hijos e actividades de la escuela, hasta
hijas. apoyarlos para terminar la vida con un
 Llega a ejercer violencia de diversos trabajo y/o en la vida universitaria, y/o
Conducta
tipos hacia sus hijas e hijos. una vez que éstos se han casado.
 Llega a haber problemas de  En la medida de las posibilidades se
alcoholismo y drogas con sus hijos e apoya a las hijas e hijos para que se
hijas. desarrollen laboral y profesionalmente.
 Llega a haber escasas conductas de  Se asiste a actividades de reeducación
convivencia con sus hijos e hijas. en diversos temas para mejorar la
relación familiar.
 Tiene escasa comunicación con las  Se recurre a la comunicación como la
hijas e hijos. principal vía para llegar a acuerdos con
 Expresa enojo y descalificaciones con los hijos e hijas.
relativa facilidad hacia las hijas e hijos.  Se expresa y escucha las emociones
 No habla sus problemas personales surgidas de las preocupaciones laborales
con los hijos e hijas. y familiares.
Comunicación
 No pregunta sobre necesidades o  Se ponen límites a los hijos e hijas sin
inquietudes de los hijos e hijas. maltratarlos, pero con fines educativos.
 Se mantiene un diálogo con los hijos e
hijas que dura toda la vida sobre
situaciones coyunturales o de
convivencia de múltiples experiencias.

65
Cuadro 7b.
Indicadores de manejo emocional, historia de vida y
autocuidado del cuerpo en su paternidad.
Ámbitos/ Algunos Indicadores de
Indicadores de Cambio
Indicadores Identidad Masculina
 No hay expresión emocional hacia las  Se expresan las emociones tanto de
hijas e hijos. alegría como de malestar y/o enojo sin
 El enojo es su primera expresión maltratar a los hijos e hijas.
emocional ante conflictos con hijos e  Se validan las emociones de los hijos e
hijas. hijas, y se les ponen límites cuando éstos
Emocional
 No valida la preocupaciones, las expresan de forma inadecuada.
emociones o necesidades emocionales  Se mantiene una relación de amor
de las hijas e hijos. incondicional hacia e hijas e hijos
 El afecto a los hijos es condicionado a independientemente de las conductas
que éstos sean obedientes.. que realicen.
 Ignora vivencias de dolor en la infancia  Se reflexiona sobre la relación con los
con sus propios padres. padres una vez que se es papá.
 No hay comunicación con sus padres  Se identifican aprendizajes positivos y
Historia de vida debido a las experiencias de abuso en su negativos de los padres, y se hace una
infancia. elección de aquello que se desea imitar.
 Repite patrones de sus padres en la
crianza de sus hijos.
 Hay control de la vida sexual de las  Hay una educación sexual hacia los
hijas y castigos desproporcionados hijos e hijas.
(correr a las hijas de las casas si hay  Se reflexiona sobre la sexualidad, y los
Cuerpo y embarazo adolescente, por ejemplo). temas relativos a ella en la familia de
Sexualidad  Llega a haber situaciones de abuso forma abierta.
sexual hacia las hijas.
 Es permisivo en la vida sexual de sus
hijos.

II.3.8 Relación de pareja.

Los mandatos de la masculinidad demandan a los varones adultos sostener


determinadas ideas y realizarlas en la práctica, para demostrar que son hombres.
La idea central que los hombres aprenden a tener respecto a las mujeres es la
siguiente: “los hombres son superiores a las mujeres, tienen espacios de hombres,
características de varones y nunca una mujer podrá ser igual a un hombre.” Esa
idea de superioridad termina reproduciéndose en diversos ámbitos sociales con
desigualdad. Así, los hombres piensa: “Las mujeres son inferiores a los varones,
tienen menos habilidades para el trabajo, tienen menos fuerza para actividades
rudas. Ellas requieren de la protección del varón, ellas son para tener hijos y su
lugar es la casa”. Algunos hombres adultos sostienen estas ideas tal cual, pero

66
otros hombres las niegan en público, pero las actúan constantemente en la vida
íntima y privada con la pareja. O, en otros casos, hay hombres que tienen en
general relaciones de equidad con la pareja, pero ante determinados conflictos
llegan a tener estas ideas de subordinación de la mujer.

La idea central es que los pensamientos que justifican la desigualdad contra las
mujeres son parte del curríulum de la socialización masculina que se les ofrece a
los hombres desde la infancia, y cada uno las activa en diversos espacios sociales
(escuela, hogar, trabajo, transporte público, etc.) de acuerdo al menor o mayor
grado de reflexividad que tenga en ese momento. Al activarlas las ideas tienen
que pasar a ser actuadas, pues sólo así se reafirma la identidad como tal. ¿Cuáles
son las conductas que realizan los hombres? Las conductas más comunes entre
los varones adultos son que un hombre debe unirse o casarse con una mujer, y de
esa forma demuestra, son solo que puede atraer y retenerla, además demuestra
que no es homosexual. Otra conducta de masculinidad es que los hombres funden
una familia una vez que se hayan casado, y consigan un trabajo para ser
proveedores en ella. También el tener hijos, pues de esa forma “demuestra su
potencia sexual”.

Estas “conductas” de la masculinidad son profundamente cuestionadas en la vida


en pareja. Al unirse o casarse con una mujer las parejas inicialmente viven el amor
romántico: ella y él tienen muchos momentos de intimidad y afecto, y la relación
llega a ser una “luna de miel”. Sin embargo, esto va cambiando gradualmente con
el tiempo, y se hacen evidentes diferencias y conflictos que antes no se veían.
Algunos momentos relacionados con la vida sexual comienza a ser insatisfactoria,
otro relacionados con el trabajo doméstico y la distribución de los quehaceres.
Algunos otros vinculados al cuidado y educación con los hijos/as; el manejo del
dinero, o los problemas relacionado con largas jornadas laborales, etc. De
repente, el mandato social de “estar unido o casado” con alguien se vuelve muy
incómodo para ambos.

67
Y esto ocurre porque ambos fueron educados para concebir de manera diferente
la relación de pareja: Frecuentemente para las mujeres el principal aspecto a
cuidar en el vínculo y la vida erótico-afectiva, y ellas consideran que ambos tienen
las mismas responsabilidades tanto en el cuidado de los hijos, como en el trabajo,
los quehaceres, y en la vida sexual. Por otro lado, la principal preocupación para la
mayoría de los hombres es lograr una estabilidad material en el hogar, y considera
que la mujer y él son desiguales: la mujer es la principal responsable del quehacer
doméstico y del cuidado erótico afectivo, y él es el principal responsable de
proveer a la casa. Esta manera de concebir de forma opuesta la relación lleva
inevitablemente a los conflictos.

Básicamente, los conflictos surgen por que los hombres fueron educados bajo las
creencias de que ella debería de servirlo. Así, para muchos hombres deberían
hacerles de comer, de comprenderlos, de atenderlos, de cuidar a sus hijos, etc.
Por esto, cuando las mujeres no aceptan servirles a los hombres, y cuestionan la
mirada inequitativa que él tienen de la relación de pareja, muchos varones no
saben cómo reaccionar pues creen que “una mujer buena, no cuestiona ni se
rebela”. Además, los hombres se sienten sin salida para manejar el conflicto de
otra forma porque la sociedad les repite constantemente: “si le haces caso a ella te
esta dominando”.

Así, llega un punto en que las críticas de la pareja hacia él son muy molestas, y
deben ser silenciadas. ¿Cómo silencian los hombres estas críticas? Al principio los
hombres deciden guardar silencio, pero gradualmente éste se traduce en rechazo
a sus comentarios, y poco a poco se va convirtiendo en maltrato verbal, físico,
económico, etc. hasta que la relación se convierte en una relación violenta.

Pero es importante señalar que la mujer no cuestiona todo del hombre, hay cosas
que acepta. Hay aspectos que le agradan de los hombres. La cuestión es que

68
para él, ella no lo comprende, ni entiende, pues el que ella cuestione algunas
cosas significa, para él, que lo cuestiona todo. Y esto no es real. Por otro lado, sí
hay hombres que tienen ideas y prácticas de igualdad con las mujeres. Pues los
hay quienes no se ven como proveedores, y asumen responsabilidades en el
trabajo doméstico, en el cuidado de los hijos/as, en la vida sexual con la pareja,
etc. Hay hombres que sí negocian y llegan a acuerdos con la pareja. Pero en éste
folleto hablamos de los mandatos sociales que siguen la mayoría de los hombres.
Los hombres que llegan a maltratar a su pareja también son varones que negocian
muchas otras cosas de su vida con ellas, pero otras que no. Especialmente los
problemas relacionados con su posición de poder y con experiencias de dolor.

A continuación te presentamos los indicadores con base a los cuales podrás


observar cambios o no en los varones:

Cuadro 8a.
Indicadores cognitivos, conductuales y
de comunicación en su relación de pareja.
Ámbitos / Indicadores de
Indicadores Identidad Masculina. Indicadores de Cambio.
 Se piensan superiores a la pareja.  Se piensa que las mujeres tienen los
 Creen que la mujer está en segundo mismos derechos humanos que los
plano en la relación. varones.
 La piensan emocional e incapaz de  Se piensa que el poder en la familia se
tomar decisiones racionales. negocia y comparte.
Cognitivo  Creen que ellos son quienes tienen el  Se reflexiona sobre las relaciones de
mando en la familia (“jefe de familia”). equidad en la familia y la pareja.
 Ejercen pensamientos de dominación  Se está atento a las conductas de
y control sobre la pareja. violencia y no se aceptan como una
respuesta válida ante cualquier conflicto.

 Descalifican las opiniones y  Se asiste a cursos y talleres para


actividades de la pareja. mejorar las relaciones de familia y pareja.
 Ejercen violencia emocional, física,  Se ejerce el retiro, se negocia y/o se
sexual, económica y patrimonial contra la habla con la finalidad de no ejercer
pareja. violencia en la pareja.
Conducta
 No colaboran con el trabajo doméstico,  Se asiste a terapia individual y/o grupal
o lo hacen poco, como una “ayuda”. para aclarar problemas con la pareja.
 Exigen servicios y demandan atención  Se asiste a grupos de reflexión para
y sumisión de sus parejas. aprender a detener la violencia.

 Hay poca comunicación en la relación  Se ponen límites sin violencia en la


Comunicación
de pareja. relación de pareja.

69
 Se espera que ella interprete sus  Se escucha y se valida la experiencia
deseos y pensamientos. de la pareja.
 No se escucha ni se pregunta sobre la  Existen hábitos de escritura o diálogo
experiencia de la pareja. interno para aclarar los conflictos con la
pareja.

Cuadro 8b.
Indicadores de manejo emocional, historia de vida y
autocuidado del cuerpo en su relación de pareja.
Ámbitos/ Algunos Indicadores de
Indicadores de Cambio.
Indicadores Identidad Masculina.
 Hay poca comunicación emocional con  Se expresa la experiencia emocional
la pareja, o es casi nula. sin chantajear ni amenazar, sino con la
 Se descalifica a la experiencia finalidad de construir intimidad.
emocional de la pareja, tanto el enojo  Se respeta y escucha la experiencia
Emocional como el llanto o tristeza. emocional de la pareja cuando la
 Se expresa el enojo como la principal comparte.
vía para solucionar los conflictos.  Se reflexiona sobre el enojo y se busca
 Se llega a manipular con sentimientos aprender a expresarlo sin violencia.
de dolor y vulnerabilidad.
 Se repiten patrones de maltrato con la  Se reflexiona sobre cómo la relación
pareja que se vivieron en la infancia. con los padres y la comunidad afectaron
 No se reflexiona sobre la manera en a la relación de pareja.
que los padres se relacionaban en la  Se elige qué aspectos repetir y cuáles
Historia de vida infancia. no de las relaciones de pareja de padres
y las normas de la comunidad.
 Se resignifican experiencias de familia
donde haya sido doloroso la relación
entre los padres.
 Se maltrata el cuerpo de la pareja y se  Se respeta el cuerpo y la sexualidad
le concibe como objeto sexual. de la pareja.
 No se asume una responsabilidad  Se ejercita el propio cuerpo y se cuida
sobre la vida sexual y sus consecuencias para estar atractivo a la pareja.
reproductivas.  Se reconoce la capacidad de ejercer
 Es frecuente el ejercicio de la violencia sensualidad y sexualidad equitativa con
Cuerpo y
sexual desde el tipo emocional hasta la la pareja.
Sexualidad
violación.  Se usa el condón cuando la pareja o el
 Se llega a ejercer la infidelidad. varón lo consideran necesario, y se
respeta las decisiones de autocuidado
que la pareja tiene sobre su salud sexual.
 Se hablan los problemas sexuales de
forma abierta y sin violencia.

70
III Programa de formación en masculinidades desde un enfoque de género

III.1 Programa de la capacitación

El Programa de capacitación de éste manual propone formar a las facilitadores en


el conocimiento de los temas de las masculinidades con la idea de que puedan
comprender los procesos en que los varones viven el ser hombres en su sociedad,
y desde ahí poder facilitar para que sean copartícipes del Ministerio de la Mujer y
Poblaciones Vulnerables en la construcción de la equidad de género en la
sociedad.

Objetivo general y específicos.

Objetivo general

Que las asistentes conozcan la lógica de poder y malestar en la construcción de la


masculinidad desde una perspectiva multinivel y multicomponente con la finalidad
de que puedan facilitar que los hombres en sus comunidades sean aliados en la
construcción de la equidad de género.

Objetivos específicos

 Reflexionar sobre las relaciones de género desde una perspectiva


ecológica o multinivel.
 Comprender la intervención desde una perspectiva multinivel y
multicomponente.
 Conocer las problemáticas de la infancia y adolescencia de los hombres.
 Reflexionar sobre las habilidades cognitivas, conductuales y de
comunicación de los varones en la sociedad.
 Comprender la salud física, emocional y mental de los hombres y su
relación con su historia de vida y experiencias de dolor y trauma.
 Reflexionar sobre la sexualidad masculina y el ejercicio de la sexualidad en
contexto de la relación de pareja.

71
Características de la formación.

Para tomar la formación sobre éste Módulo se requiere tener disposición para:

i) Tener disposición para identificar las creencias personales en torno a los


hombres y disposición para modificarlas en función del objetivo de
facilitar procesos de cambio.
ii) Reflexionar sobre experiencias de maltrato en la infancia y adolescencia
con la finalidad de resignificarlas y poder facilitar grupos de hombres.
iii) Poder trabajar con hombres que ejercen violencia en la pareja desde
una postura de no enganche, de confrontación y de empatía con los
varones.
iv) Tener la disposición de acompañar al cambio a los hombres desde una
postura cercana sin reproducir roles tradicionales del género femenino
que terminen colocándolas en posiciones de riesgo.
v) Poder colaborar con hombres que facilitan grupos y talleres de hombres
desde la experiencia personal y la valoración del trabajo con hombres
realizado por mujeres.
vi) Haber asistido al primer taller denominado: “Programa de capacitación
para el empoderamiento de las facilitadoras”
vii) Revisar bibliografía sugerida para éste curso.

Esta se realizará en tres sesiones, con un horario de 8:00 a 17:00 hrs. requiere
que las asistentes hayan revisado el presente Manual.

Perfil de las y los asistentes.

 Promotoras de los Centro de Emergencia de la Mujer del Ministerio de la


Mujer y Poblaciones Vulnerables del Perú que promueven la construcción
de una masculinidad con enfoque de género en hombres líderes en sus
comunidades.

72
 Personal de otras áreas que el Ministerio considera pertinente conozca las
estrategias de intervención con hombres que los CEM están
implementando.
 Invitadas e invitados que el Ministerio considere relevantes para dar a
conocer el trabajo con hombres con Instituciones que canalizan varones a
los CEM.

73
Sesiones de capacitación

Primera sesión
Horarios Tema Objetivo Técnica Recursos
8:00 a 8:30 Presentación e Presentarse y conocer expectativas. Dinámica Papelógrafos
integración. Plumones
Hojas blancas
8:30 a 9:30 La Conocer las características de la Presentación Lap top
intervención intervención bajo la lógica de los Proyector
multinivel. niveles macrosocial, exosocial y Tela adhesiva
microsocial.
9:30 a 10:30 La Conocer las características de la Presentación
intervención intervención bajo la lógica de los
multicompone componentes.
nte.
10:30 a Receso Almuerzo
11:00
11:00 a La Reflexionar sobre la construcción de la Dinámica
11:30 construcción masculinidad.
de la
masculinidad.
11:30 a La infancia y la Conocer los aspectos centrales de la Lectura
12:15 adolescencia infancia y adolescencia de los colectiva
de los hombres.
hombres.
12:15 a Ejercitar la Facilitar el tema de infancia y Dinámica
14:00 facilitación adolescencia con los hombres.
sobre infancia
y
adolescencia.
14:00 a Comida
15:00
15:00 a El trabajo y su Reflexionar sobre el manejo que los Lectura
15:45 relación con varones le dan al trabajo y al papel de colectiva
los hombres. proveedores.
15:45 a Facilitar el Ejercitar técnicas para el tema del Dinámica
17:00 tema del trabajo y los hombres.
trabajo de los
hombres.

74
Segunda sesión
Horarios Tema Objetivo Técnica Recursos
8:00 a 8:30 El trabajo Reflexionar sobre el trabajo del día Dinámica Papelógrafos
realizado. anterior. Plumones
Hojas blancas
8:30 a 9:15 La salud física, Reflexionar sobre la salud física, Lectura Proyector
emocional y emocional y mental de los hombres y colectiva Lap top
mental de los su relación con la enfermedad. Tela adhesiva
hombres.
9:15 a 11:00 La facilitación Ejercitar técnicas para abordar la salud Dinámica
sobre la salud física, emocional y mental de los
física, hombres
emocional y
mental de los
hombres.
11:00 a Receso Almuerzo
11:30
11:30 a La paternidad Identificar aspectos centrales de la Lectura
12:15 paternidad tradicional y la equitativa . colectiva

12:15 a La facilitación Ejercitar técnicas para facilitar la Dinámica


14:00 de la paternidad de los varones.
paternidad.
14:00 a Comida
15:00
15:00 a La historia de Reflexionar sobre la experiencia de Lectura
15:45 vida de los vida de los hombres. colectiva
hombres.
15:45 a Facilitar la Ejercitar la facilitación del tema de Dinámica
17:00 historia de historia de vida con grupos de
vida de los hombres.
hombres.

75
Tercera sesión

Horarios Tema Objetivo Técnica Recursos


8:00 a 8:30 El trabajo Reflexionar sobre el trabajo del día . Dinámica Papelógrafos
realizado. Plumones
Hojas blancas
8:30 a 9:15 La sexualidad Reflexionar sobre el tema de la Lectura Proyector
masculina. sexualidad masculina. colectiva Lap top
Tela adhesiva
9:15 a 11:00 Facilitar la Ejercitar la facilitación sobre el tema Dinámica
sexualidad de sexualidad en el grupo de hombres.
masculina.
11:00 a Receso Almuerzo
11:30
11:30 a La violencia en Conocer los aspectos centrales de la Lectura
12:15 las relaciones violencia masculina en la relación de colectiva
de pareja. pareja.
12:15 a Facilitar la Ejercitar técnicas sobre violencia Dinámica
14:00 violencia en masculina en la relación de pareja.
las relaciones
de pareja.
14:00 a Comida
15:00
15:000 a La facilitación Identificar fortalezas y debilidades de Dinámica
16:00 con hombres. las facilitadoras.
16:00 a Cierre del Conocer lo que se llevan las Dinámica
17:00 taller. participantes del taller.

76
sexualidad. Se reflexiona sobre
III.2 Sesiones de la capacitación la capacidad de cambio que
tiene cada uno ya sea para
continuar en la violencia,
Sesión 1 victimizar a los hombres o
construir la ciudadanía.
Actividad 1
Tema: La intervención multinivel. Actividad 3
Objetivo: Conocer las características Tema: La construcción de la
de la intervención bajo la lógica de los masculinidad.
niveles macrosocial, exosocial y Objetivo: Reflexionar sobre la
microsocial. construcción de la masculinidad.
Técnica: Presentación Técnica: Dinámica
Desarrollo: 1) Se hace la Desarrollo: 1) Se reflexiona en
presentación en plenaria; 2) Se equipo la construcción de la
comenta. masculinidad en la infancia, en la
Idea de la técnica: adolescencia y en etapa adulta; 2) Se
Se dan a conocer los aspectos hacen presentaciones en plenaria; y
centrales de los niveles de 3) Se comenta en plenaria.
intervención macrosocial,
exosocial y microsocial
Idea de la técnica:
relacional y personal. Se señala Se analiza la construcción de los
que el nivel macrosocial tiene hombres con base a los
una dinámica lenta de cambio mandatos de género en la
que llega a apropiarse de las infancia, la juventud y la adultez.
Instituciones. Asimismo, que al Se reflexiona sobre la relación
haber estancamiento es en las de abuso y resistencia de las
relaciones microsociales donde mujeres, y la competencia y la
existe la capacidad de cambio, y homofobia entre los hombres.
éste aumenta cuando a nivel
exosocial también se apoya en Actividad 4
esa dirección al cambio. Tema: La infancia y la adolescencia
de los hombres.
Actividad 2 Objetivo: Conocer los aspectos
Tema: La intervención centrales de la infancia y
multicomponente adolescencia de los hombres.
Objetivo: Conocer las características Técnica: Lectura colectiva.
de la intervención bajo la lógica de los Desarrollo: 1) Se reparte la lectura;
componentes. 2) Se reflexiona en plenaria.
Técnica: Presentación Idea de la técnica:
Desarrollo: 1) Se hace la Se realizará una lectura en
presentación en plenaria; 2) Se grupo donde reflexiona sobre la
comenta. educación en la infancia donde
se educa con roles de género en
Idea de la técnica: los juegos y en los juguetes a
Se presentan cada una de las los cuales tienen acceso los
características de los niños. A veces se comparten
componentes cognitivo, juegos y juguetes mixtos, sin
emocional, conductual, de importar el sexo. A veces no, y
historia de vida, de se reproduce el machismo
comunicación y de cuerpo y

77
desde ésta etapa de la vida. Objetivo: Ejercitar técnicas para el
También se reflexiona las tema del trabajo y los hombres.
características de la
adolescencia y juventud
Técnica: Dinámica
masculina, la grupalidad y los Desarrollo: 1) Se organiza el grupo
riesgos que corren por en equipos; 2) Se ejercitan las
demostrar su hombría. técnicas; 3) Se reflexiona en plenaria.
Asimismo, se reflexiona sobre la Idea de la técnica:
violencia en el noviazgo. Se ejercitará la facilitación del
tema del trabajo con hombres
Actividad 5 con base a juegos vivenciales
Tema: Ejercitar la facilitación sobre en el grupo donde se abordarán
infancia y adolescencia. los temas desarrollados en la
lectura.
Objetivo: Facilitar el tema de infancia
y adolescencia con los hombres.
Sesión 2
Técnica: Dinámica
Desarrollo: 1) Se organiza el grupo
Actividad 1
en equipos; 2) Se ejercitan las
Tema: La salud física, emocional y
técnicas; 3) Se reflexiona en plenaria.
mental de los hombres.
Idea de la técnica:
Se ejercitará la facilitación de la
Objetivo: Reflexionar sobre la salud
infancia y adolescencia de los física, emocional y mental de los
hombres con base a juegos hombres y su relación con la
vivenciales en el grupo donde se enfermedad.
abordarán los temas Técnica: Lectura colectiva
desarrollados en la lectura.
Desarrollo: 1) Se reparte la lectura;
2) Se reflexiona en plenaria.
Actividad 6
Idea de la técnica:
Tema: El trabajo y su relación con los Con base en una lectura se
hombres. reflexiona sobre la concepción
Objetivo: Reflexionar sobre el de los hombres y la salud
manejo que los varones le dan al enfermedad. La manera en que
trabajo y al papel de proveedores. los varones la relacionan con su
idea de fuerza e
Técnica: Lectura colectiva. invulnerabilidad, y porqué
Desarrollo: 1) Se reparte la lectura; continúan trabajando a pesar de
2) Se reflexiona en plenaria. estar enfermos. Se reflexiona
Idea de la técnica: sobre la masculinidad como una
Con base en una lectura demanda que termina
colectiva se reflexionará sobre el enfermando a los hombres.
papel de proveedor de los
hombres y los privilegios y Actividad 2
costos que tiene para ellos. Se Tema: La facilitación sobre la salud
analizarán los rituales de los
hombres en el trabajo y el papel
física, emocional y mental de los
que les asignan a las mujeres. hombres.
Objetivo: Ejercitar técnicas para
Actividad 7 abordar la salud física, emocional y
Tema: Facilitar el tema del trabajo de mental de los hombres.
los hombres. Técnica: Dinámica

78
Desarrollo: 1) Se organiza el grupo Se ejercitarán técnicas grupales
en equipos; 2) Se ejercitan las con la finalidad de que se
comprenda cómo los hombres
técnicas; 3) Se reflexiona en plenaria. representan los tipos de
Idea de la técnica: paternidad en los talleres y en lo
Se ejercita la facilitación en grupos. Se trabajará de forma
grupos de hombres del tema lúdica retroalimentando los roles
analizado en la lectura. Se de los facilitadores.
emplean técnicas lúdicas y de
confrontación a los usuarios y
facilitadoras. Se analizará la
Actividad 5
experiencia emocional como una Tema: La historia de vida de los
vía para que los hombres se hombres.
victimicen y manipules, o como Objetivo: Reflexionar sobre la
una vía para que tengan experiencia de vida de los hombres.
conciencia sobre los diversos
niveles de daño de la violencia.
Técnica: Lectura colectiva.
Desarrollo: 1) Se reparte la lectura;
Actividad 3 2) Se reflexiona en plenaria.
Tema: La paternidad Idea de la técnica:
Con base en una lectura
Objetivo: Identificar aspectos colectiva se reflexionará sobre
centrales de la paternidad tradicional los aspectos que tienen la vida
y la equitativa. personal de los hombres en
Técnica: Lectura colectiva. donde usualmente se
Desarrollo: 1) Se reparte la lectura; encuentran problemas de
violencia y abuso hacia ellos y
2) Se reflexiona en plenaria. de ellos hacia otras personas
Idea de la técnica: como hermanas e incluso
Con base en una lectura hermanos u otros familiares. Se
colectiva se reflexionará sobre la reflexionará sobre los aspectos
paternidad tradicional y psicológicos del trauma en la
equitativa en los hombres. La vida de los hombres y cómo les
forma en que éstos fueron afecta en su vida adulta.
educados, la manera en que
educan a sus hijos e hijas y
cómo se reproduce la violencia
Actividad 6
hacia la familia. También se Tema: Facilitar la historia de vida de
reflexionará sobre las los hombres.
potencialidades que tiene la Objetivo: Ejercitar la facilitación del
paternidad para que los tema de historia de vida con grupos
hombres cambien.
de hombres.
Técnica: Dinámica
Actividad 4
Desarrollo: 1) Se organiza el grupo
Tema: La facilitación de la paternidad
en equipos; 2) Se ejercitan las
Objetivo: Ejercitar técnicas para
técnicas; 3) Se reflexiona en plenaria.
facilitar la paternidad de los varones.
Idea de la técnica:
Técnica: Dinámica Se ejercitará en grupo de
Desarrollo: 1) Se organiza el grupo reflexión la manera de abordar
en equipos; 2) Se ejercitan las la historia de vida de los
técnicas; 3) Se reflexiona en plenaria. hombres. Se reflexionará sobre
Idea de la técnica: cómo manejar la experiencia de
vida como una manera de

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resignificar y ubicar aprendizajes Objetivo: Conocer los aspectos
de aquello que se identificó en la centrales de la violencia masculina en
infancia como masculino.
la relación de pareja.
Técnica: Lectura colectiva
Tercera Sesión
Desarrollo: 1) Se reparte la lectura;
2) Se reflexiona en plenaria.
Actividad 1
Idea de la técnica:
Tema: La sexualidad masculina. Se revisará en lectura colectiva
Objetivo: Reflexionar sobre el tema el tema de violencia hacia las
de la sexualidad masculina. mujeres en la comunidad y en la
Técnica: Lectura colectiva. relación de pareja. Se pondrá
Desarrollo: 1) Se reparte la lectura; énfasis en los servicios de los
hombres hacia las mujeres y las
2) Se reflexiona en plenaria. estrategias de control. Se
Idea de la técnica: buscarán estrategias para dejar
Se reflexionará con base a la el control por relaciones más
lectura colectiva sobre las equitativas.
características de la sexualidad
masculina. Su genitalización y
su objetualización de las
Actividad 4
mujeres, y se reflexionarán Tema: Facilitar la violencia en las
opciones para salir de ésta relaciones de pareja.
mirada. Objetivo: Ejercitar técnicas sobre
violencia masculina en la relación de
Actividad 2 pareja.
Tema: Facilitar la sexualidad Técnica: Dinámica
masculina. Desarrollo: 1) Se organiza el grupo
Objetivo: Ejercitar la facilitación en equipos; 2) Se ejercitan las
sobre el tema de sexualidad en el técnicas; 3) Se reflexiona en plenaria.
grupo de hombres. Idea de la técnica:
Técnica: Dinámica En grupo se ejercitará la forma
Desarrollo: 1) Se organiza el grupo de acompañar a los hombres
en equipos; 2) Se ejercitan las para identificar, detener y
construir formas no violentas
técnicas; 3) Se reflexiona en plenaria. hacia las mujeres en general, y
Idea de la técnica: hacia la relación de pareja en
Con base a técnicas vivenciales particular.
se identificarán las estrategias
de cambio de los varones en su
sexualidad. Se ejercitará con
Actividad 5
grupos de hombres y se Tema: La facilitación con hombres.
analizará cómo en la facilitación Objetivo: Identificar fortalezas y
se pueden abordar éstas debilidades de las facilitadoras.
problemáticas. Técnica: Dinámica
Desarrollo: 1) Reflexionar por
Actividad 3 equipos las fortalezas y debilidades
Tema: La violencia en las relaciones de la facilitación; 2) Identificar las
de pareja. fortalezas en plenaria.
Idea de la técnica:

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En grupo se reflexionará sobre
las debilidades y fortalezas de la
facilitación, con la idea de
sintetizar los aprendizajes que
las mujeres asistentes pudieron
tener en el grupo.

Actividad 6
Tema: Cierre del taller.
Objetivo: Conocer lo que se llevan
las participantes del taller.
Técnica: Dinámica
Desarrollo: En plenaria identificar
que se lleva cada asistente del taller.
Idea de la técnica:
Cierre del taller e identificación
de aprendizajes relevantes para
el trabajo con hombres.

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