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POLITICAS EDUCATIVAS

“ENSAYO”

YULIETH PAOLA PERDOMO CHARRY

ID: 470597

PAULA ANDREA RUBIANO TOVAR

ID: 476168

MARÍA TERESA SALAZAR PASTRANA

ID: 509799

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS

NEIVA- HUILA

2018
POLITICAS EDUCATIVAS

“ENSAYO”

YULIETH PAOLA PERDOMO CHARRY

ID: 470597

PAULA ANDREA RUBIANO TOVAR

ID: 476168

MARÍA TERESA SALAZAR PASTRANA

ID: 509799

MG.FERNANDO ROMERO AMBITO

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS

NEIVA- HUILA

2018
El periodo de la adaptación

Es una etapa por la que todo ser humano ha de pasar, e implica cambios
como el desapego a la familia, al entorno donde se mueve en un espacio
seguro, cuando un niño llega por primera vez a un centro educativo, en la
mayoría de los casos, sólo conoce su ambiente familiar, y dejar éste, puede
suponer para él una situación negativa por ser desconocida y novedosa. Es un
proceso muy difícil tanto para padres como para hijos, especialmente para los
que van por primera vez, ya que significa un gran cambio en su vida
acomodándose a nuevos hábitos y entornos a los cuales debe acostumbrar se
y sobre llevar, puesto que no tendrá muchas beneficios que tiene en su casa.

No todos los niños son iguales, ni tienen la misma capacidad para integrarse a
un entorno y hábitos nuevos, depende de su forma de ser. Por eso, el tiempo
que debe durar su periodo de adaptación es relativo a su personalidad y a las
relaciones sociales de cada niño, por lo tanto es importante respetarlos
individualmente. Además es fundamental la manera en la que se desarrollan
las pautas de su adaptación. Integrarse en un ambiente nuevo, con normas
nuevas, en un entorno desconocido no es fácil para pequeño. Por tanto, los
adultos, tanto padres, como profesores deben tomar conciencia de que en este
periodo tan importante lo que están construyendo es un “triangulo” entre
familia, docente y escuela.

Se recomienda hablarles de la escuela, los profesores y nuevos “amigos” que


va a tener de manera positiva unos días previos al comienzo del periodo
escolar, es conveniente también que unos días antes al comienzo de las clases
que vaya a conocer la escuela infantil y a los profesores para ir conociendo el
entorno y las nuevas caras para sentirse más confiado y seguro. El niño no
debe sentir sensación de abandono en un entorno nuevo sino que debemos
acompañarles mientras lo conoce. Muchos adultos creen que lo mejor es dejar
al niño en la sala y desaparecer mientras el niño esta distraído y así evitar el
llanto de despedida. Algunos padres lo hacen porque se sienten mejor si no
ven al pequeño llorar y otras, por desconocimiento, los profesores aconsejan
esta acción. Pero debemos tener en cuenta que es acción contraproducente y
genera mucha angustia al niño, debe haber comunicación entre padre-niño y
docente- niño para explicarle lo que va a suceder y así no causarle una
angustia añadida al hecho propio de la separación. Con el pasar del tiempo,
con la repetición de las rutinas el niño irá entrando más contento a la sala y
además tendrá la seguridad de que papá o mamá volverán a recogerle. El
periodo de adaptación irá llegando a su fin.

Como ya dijimos cada niño lleva su ritmo. Así, unos llorarán mucho los
primeros días y luego se calmarán, otros estarán muy bien los primeros días y
después les llega la angustia. Unos llorarán durante pocos días, otros muchos,
etc. Es un periodo en el que los adultos deben ser compresivos y tener mucha
paciencia y entender el momento por el que están pasando los niños. Para los
padres también es un momento difícil al separarse de ellos, pero deben saber
que a la larga todos los niños acaban adaptándose al centro educativo.

La metodología que debemos emplear ha de basarse en una enseñanza


global, constructivista, activa, lúdica y basada en la concepción de un
aprendizaje significativo.

El aula debe estar preparada para dicho momento, es por ello que tiene que
tener una decoración atractiva y alegre a su vez, así como, crear un clima de
confianza ,tranquilidad y seguridad que le proporcione bienestar al niño (a).

En la primera, el agente educativo establece las condiciones para que los niños
propongan y desarrollen una actividad. Aunque esta puede carecer de sentido
para el agente educativo, resulta importante, porque tiene la oportunidad de
conocer los interese, inquietudes y saberes previos. Al agente educativo le
corresponde animarlos para que alcancen el propósito planteado y, enriquecer
la actividad proponiendo nuevos desafíos. En la segunda el agente educativo
propone una actividad que anime a los niños y a las niñas para que la lleven a
cabo a su manera, observando sus desarrollos y saberes. Él no se detiene allí,
intencionalmente la hace más compleja empleando recursos que surgen de las
actuaciones de los niños desarrollando así sus competencias.

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