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Docente: Alumno:
P. Rolando Echeverria Alvarado. Abraham Salgado Sandoval.
Fecha de entrega
1 de noviembre del 2018.
Introducción.
Por un lado, puedo observar y tener más claro que existe un gran desarrollo científico,
tecnológico y de conocimiento del hombre, pero que por otro lado, se ha llegado a una
2 falsa conclusión antropológica que es causa de enormes errores culturales. Pues así lo
hace notar el documento de Aparecida:
“Se desvanece la concepción integral del ser humano, su relación con el mundo y con Dios”
(Aparecida 43).
La nueva época de la humanidad se está gestando con una serie de peculiaridades que
debilitan o menoscaban los valores que definen la vida personal, familiar y social. Dando
una visión un tanto negativa del hombre como; un ser relativo e individualista, consumista
y no trascendente.
“La cultura actual tiende a proponer estilos de ser y de vivir contrarios a la naturaleza y
dignidad del ser humano. El impacto dominante de los ídolos del poder, la riqueza y el placer
efímero se han transformado, por encima del valor de la persona, en la norma máxima de
funcionamiento y el criterio decisivo en la organización social” (Aparecida, 387).
Siendo de esta manera que a través de este ensayo, intentare responder a la pregunta
¿CUÁL ES MI VISIÓN DEL SER HUMANO?
Desarrollo.
Con esto podemos acercarnos al hombre como una un ente corporal social pero a la vez
individual, sin embargo muy poco se ha entendido acerca de la individuación de la persona
cayendo en el extremo negativo de este y entenderlo de la siguiente manera:
Hoy en día la cultura se está caracterizando por la autorreferencia del individuo, que
conduce a la indiferencia por el otro, a quien no necesita ni del que tampoco se siente
responsable. Se prefiere vivir día a día, sin programas a largo plazo ni apegos personales,
familiares y comunitarios.
La persona de hoy en día sufre una falta de fraternidad, fruto del egoísmo, la indiferencia y
el desinterés del hombre.
“El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una
tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de
placeres superficiales, de la conciencia aislada” (Evangelii Gaudium, 2).
Por lo que podemos tratar de plasmar el cómo se ha visto al hombre en el tiempo, partiendo
de la ciencia encargada del estudio del hombre.
El hombre que se maravilla. El hombre como maravilla. Es esta la actitud del
pensador clásico.
Cualquier esclarecimiento que se siga, el primer elemento admirable que no se
puede olvidar es que sólo el hombre pregunta. Y esto, porque es el único que se da
cuenta, porque es ánthropos1.
La antropología es un discurso articulado sobre el hombre.
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La ciencia que se encarga de estudiar la realidad del ser humano a través de un enfoque holístico (en el que
el todo determina el comportamiento de las partes) recibe el nombre de antropología. El término tiene
origen en el idioma griego y proviene de anthropos (“hombre” o “humano”) y logos (“conocimiento”).
Comprender al hombre desde su relación con la naturaleza y su pertenencia a la
vida biológica.
Es aquí donde podemos decir que el ateísmo práctico es un fenómeno social de nuestro
tiempo y que esto es lo que lleva a la indiferencia religiosa que priva a la persona de sus
razones de ser y de vida, y lo dejan sin guía y sin esperanza. Se piensa que todas las
religiones son iguales y por lo tanto no hay un compromiso con ninguna, mucho menos con
la Iglesia Católica.
Puedo decir que a lo largo del curso de antropología, me quedo con la idea de que el hombre
contemporáneo necesita de una visión de la totalidad sin fragmentar de su ethos, es decir,
de una formula humanizante en la que sea asumido como un ser integral, tarea que el
humanismo integral pretende al mostrar la superación del dualismo, del nihilismo, del
existencialismo y de la limitación de la muerte, que le permita pensar que aún se puede
pensar, pese a las debacles y la destrucción, un humanismo integrador e integrante de las
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diferencias en el respeto por la singularidad de cada persona.